E-1215 El Fraile - Guaza

• Excursión 1215. 4 Febrero de 2021. Jueves.

El Fraile. Guaza. Los Cristianos.

Municipio: Arona

ENP: Monumento Natural de la montaña de Guaza

De 11.26 a 17.36h. De 15 a 90 a 40 a 160 a 20m.

Distancia: 17,5km. Duración: 6h 10m.

De El Fraile a Guaza atravesando invernaderos de palmera visito una montaña en la reserva natural de Rasca donde me llueve. Después visito en la meseta de la montaña de Guaza una vieja hacienda con eras y después bordeo la meseta por un viejo sendero tanto la parte interna (hacia el Palm-Mar) como la parte hacia el mar con gran abundancia de viejas canteras y vistas hacia La Gomera. Termino descendiendo de la montaña en Los Cristianos

Hoy quiero completar el recorrido desde El Fraile hasta Los Cristianos pasando por la montaña de Guaza, que dejé a medias la última vez por aquí (excursión 1178). Sobre todo, quiero recorrer una parte de la meseta de Guaza que todavía no he visitado, y, como no, el sendero de las canteras por el borde de la mesa con vistas al mar.

Ha estado lloviendo toda la noche en casa, aquí en Tacoronte. Y hoy el pronóstico es lluvia en toda la isla, incluso en Arona. Salgo en la 110 de Santa Cruz. Durante el trayecto veo el mar picado y la guagua se bambolea por rachas fuertes de viento. Los cielos están nublados durante el viaje. En Los Cristianos (10.55h) espero, en esta estación que se extiende a lo largo de una gran acera, a la 467 (11.05h). Es una guagua doble con mucho movimiento de pasajeros y de la guagua articulada. En El Fraile (11.24h) enseguida me meto por una calle (Fuerteventura), es un barrio particular de casas de cuatro o cinco plantas y calles que parecen estrechas, con una cuadrícula hecha con tiralíneas y que hoy en día está habitada por una gran mezcla de tipos humanos. Unas cuatro bocacalles después me echo a la izquierda para ir por el límite del barrio por un gran y extenso descampado (calle Porís). Aquí fuera, y eso que todavía voy protegido por los edificios, el viento ya está fuertecito. Sigo pegado a las casas y las abandono tras pasar un campito de fútbol para continuar por un camino que va en la misma dirección por un terreno que pudo ser agrícola, pero hace mucho. En un minuto o así el camino se echa a la izquierda por una zona bastante llana con vegetación dispersa de tabaibas, cornicales y pencas. Paso a la izquierda de un pequeño depósito de agua. Encuentro una zanja que paso y sigo al lado de una caseta en ruinas y después hacia los invernaderos de las fincas de plataneras. A las que llego por donde hay un gran embalse de agua.  Sigo a la derecha pegado a la valla hasta un sitio estrecho.

Mi intención es cruzar por este sitio estrecho al otro lado para, por el otro lado de la finca, ir hasta el faro de Rasca, pero está todo cerrado, muy cerrado con una verja muy alta, es imposible pasar, o demasiado arriesgado para ser tan pronto en la excursión, las cosas más locas las suelo hacer al final. Podría ir hacia la izquierda hasta la costa, pero el viento es demasiado fuerte. Decido ir hacia la derecha para buscar un sitio por dónde pasar. En unos quince minutos rodeo una gran finca (de forma triangular, me lo dice el mapa) y en otro sitio estrecho tampoco puedo pasar, está cerradísimo. Sigo rodeando otra finca más y en unos diez minutos llego a una carretera (Tf-66) por donde sigo a la izquierda y continúo rodeando esta inmensa finca de plataneras. En cinco minutos la dejo atrás y sigo pegado a una valla que encierra todo el espacio amplio que quiero visitar. Lo que yo pensaba que era de libre acceso ahora está todo trancado. Menos mal que enseguida encuentro un agujero en la valla y puedo entrar. A lo lejos y pegado al muro de la finca se ven grandes macetones, volquetes y tuberías, pero de resto esto es un gran espacio diáfano sin otra presencia humana. Ya he decidido por si acaso esto es privado y por el viento que no voy a ir por la costa así que ahora al ver una pequeña elevación decido investigarla, Es la montaña Aguzada y presenta un frente uniforme y una cumbre llana. Enseguida llego a la falda (50m) y la trepo soportando un viento fortísimo. En lo alto (120m) veo que es la parte superior de una gran caldera y que dentro hay plantaciones y un hombre trabaja con un pequeño tractor. El contraste entre lo árido de donde estoy y el verdor del interior de la caldera es máximo. También entre la furia del viento y la calma que parece haber abajo, es casi una escena idílica.

Y estando en lo alto empieza a llover, y es que el pronóstico del tiempo para Arona era de 100% de lluvia. La lluvia de gotas gruesas viene acompañada de un viento feroz que casi me vuelca. Por lo alto del borde del cráter sigo hacia la derecha, hacia la montaña de Guaza. La vegetación es de cardones, aulagas y tabaibas.  La lluvia cesa pronto. (Cumplido el pronóstico del 100% la lluvia abandona la zona. Ya no lloverá más.) Rodeando el borde voy bajando y llego a la carretera y puedo salir afuera porque hay otro agujero en la valla. Ya me queda claro que es privado pero que se tolera que la gente pase, si no ya se abrían preocupado de cerrarla. He llegado a la carretera cerca de las primeras casas de Palm-Mar. Me echo a la derecha y en unos cinco minutos me salgo por un camino a la izquierda que está delante de un grupito de casas (La Arenita). Parecen unas casas que han estado aquí desde mucho antes del boom turístico. Son unas casas antiguas y destartaladas. El camino se echa a la derecha para rodear la ladera de una pequeña montaña (Boca del Cascajo) y después empieza a subir por un terreno muy erosionado y con muy poca vegetación, un lugar requemado. En menos de cinco minutos ya estoy en la plataforma de Guaza, la que rodea a la montaña. Sigo subiendo con menos pendiente y en unos quince minutos llego en transversal a una pista (punto A) y ahí me echo hacia la derecha hacia unas casas, quiero localizar unas eras que están por esa zona.

Pasadas las casas donde hay un laurel las encuentro. Son dos (Eras de la Mesa de Guaza, 160m) y muy cercanas entre sí, son muy grandes, una tiene el suelo de piedra redondeda con una hexagonal en el centro, la otra no es tan bonita y ambas están en muy buen estado. En una crecen magarzas que también la rodean abundantes. La vista hacia el mar es estupenda, con nubes lejanas aborregadas, y ahora luce el sol con toda intensidad. Al lado hay restos de instalaciones agrícolas y la casa principal está cerrada y el ambiente es de abandono. Sólo las eras le dan un toque alegre al lugar, bueno y el gran laurel también. Me acerco a la casa y veo que puedo curiosear, me meto a una gran nave (que está detrás de la casa) y me sorprende y me agradan los parches de luz que hay en el suelo, esa luz entra por los innumerables agujeros que hay en el techo, faltan muchas de las tejas planas. La luz del sol crea un mosaico de marcas en el suelo. La gran nave está totalmente vacía y gracias a que aquí llueve poco no se ha desmoronado.

Salgo y veo que en una caseta vacía está metido al fondo un coche rojo de matrícula antigua. Mi plan ahora es ir hacia el borde de la mesa para recorrer un sendero que va por lo alto del borde y sobre las casas del Palm-Mar. Regreso al punto A, no voy por donde accedí a este punto sino que sigo recto unos 200 metros, después tuerzo a la izquierda por un sendero y en otros 200 metros vuelvo a torcer a la izquierda. Sigo en ligero descenso y en unos quince minutos llego al sendero que va por el borde.  Este descenso ha sido muy confuso en su parte final y he dado bastantes vueltas por terrenos imposibles hasta que logrado dar con el sendero del borde, no me ha resultado nada fácil. Sigo a la derecha por el sendero. En uno o dos minutos localizo un sendero que baja hacia las casas, lo desciendo un rato y tras comprobar que baja hasta la calle vuelvo al sendero del borde. Por aquí la vegetación es más densa y frondosa, con tabaibas dulces, pencas, cardones y cornicales. Y además las rocas son beis o blancas y preciosas. Forman un conjunto muy armonioso. Y puedo notar cómo la combinación de viento intenso y sol abrasador las va erosionando y dando forma.

El sendero va muy claro por el borde con algunos subes y bajas para pasar pequeños barranquitos. Las rachas de viento son fortísimas en cuanto voy por terreno más despejado. Por debajo veo los modernos edificios del Palm-Mar. Me fascina uno que tiene en lo alto un loft completamente diáfano y de paredes de cristal, está vacío en un edificio que no parece habitado. Hay muy poca actividad en la ciudad. Según voy recorriendo este sendero voy pasando pequeñas canteras con montañas de piedras desechadas, son lugares fascinantes. De aquí se sacaba mucha piedra. Puede que hace más de cien años. Las canteras son solo pequeños agujeros rodeados de piedras, de piedras canteadas. Logro ver una pequeña chajorra, la planta de las flores blancas blandas, me parece milagroso, está en un barranquillo en un lugar a la sombra, el viento que se levanta violentamente es tan fuerte que parece que me va a quitar la ropa. Después de recorrer unos veinte minutos paso una bifurcación por donde una vez bajé al nivel de la calle (excursión 890), no bajo, sigo por el sendero y sigo soportando unas rachas de viento tremendas. El chaquetón que he traído contra la lluvia me protege del viento. Sigo por el sendero que me parece precioso a pesar del viento y que me encanta que sea tan largo. Como unos 800 metros después confluyo con el sendero que sube desde la playa y empiezo a ir por el borde de la mesa que da al mar con vistas todavía mejores y más diáfanas del mar brillante y La Gomera con una capa de nubes, como una boina, por encima.

Hay muchos senderos por la mesa y yo voy por el que va más pegado al borde. Este sendero lo conozco bien y me gusta volver a hacerlo y pasar por las canteras, algunas son enormes, con montañas y montañas de piedras cayendo por las laderas. El viento es todavía más fuerte y empiezo a ir muy deprisa para pasarlo, ya me empieza a minar. En la bajada paso zonas con líquenes preciosos de color naranja sobre piedras de color burdeos. Por fin llego al nivel de las calles y ya tranquilamente, sin viento, recorro las calles hasta la estación de guaguas en la avenida (17.35h).

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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla

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