• Excursión 796. 25 Junio de 2018. Lunes.
El Taro. Barranco El Río.
Municipio: Arico.
ENP: Parque Natural Corona Forestal
De 14.40 a 18.30. De 700 a 900 a 800 m
Distancia: 8,2km. Duración: 3h 50m
Recorrido por una pista hasta acceder al barranco de El Río por los 800 metros de altitud. Después recorrido por el cauce hasta otro sendero de salida
Está soleado y bueno en Santa Cruz (14.30h, la 110) cuando salgo. En San Isidro (15.13h) también despejado. Todavía siguen en obras en la estación y tengo que caminar un rato hasta la parada de taxis. El taxista, como casi siempre, me ofrece varias alternativas, pero yo, al no conocer tan bien las carreteras de Granadilla le mando por otro lado, pero él persiste y me convence de la mejor alternativa. Lo es, evita pasar por la calle principal de San Isidro y vamos, mejor, hacia Chimiche (vía El Salto) y después El Río. Le hablo de lo que voy a hacer, pero él no lo conoce. Me deja en El Taro (15.40h, 693m), una casa antigua con horno. Me cuesta un rato prepararme bien, tardo más de diez minutos (15.48h). El día está completamente despejado y hay sólo una ligera brisa. Subo por la carretera estrecha pero la verdad es que no merece la pena este recorrido, no tiene cosas interesantes o nuevas para mí y el camino tradicional que hay poco antes de la pista hacia el barranco está muy deteriorado e irreconocible. Llego a la pista, a la izquierda, de tierra (915m) que va en ligero descenso y que se dirige al grandioso barranco de El Río. Durante este recorrido identifico la casa de El Seco, el pino del Guirre y la montaña de Tame, todos ellos al otro lado del barranco, ya en Granadilla. Un acceso como este lo estuve buscando una vez, pero no lo encontré, ahora con los estupendos mapas de OSM lo he encontrado, aunque lo he dilatado porque tiene un túnel para acceder al interior del barranco.
Siguiendo el mapa bien y evitando las pistas alternativas llego relativamente pronto al túnel, que es ancho, alto y corto. Las puertas metálicas que lo cerraban están abiertas y hace mucho parece. Yo esperaba un túnel estrecho y largo y cerrado, pero me encontrado todo lo contrario. Así y todo, siempre me da yuyu pasar por los túneles, temo que haya algún agujero en el suelo que no voy a ver, ya se sabe lo poco que se ven en el interior de los túneles. Había imaginado la bajada al cauce fuerte y empinada, pero he encontrado en otro mapa (IGN) una representación mejor, con curvas de nivel bien reconocibles, y he visto que describe una gran curva para bajar al cauce. Al salir del corto túnel (16.23h, 900m) me recibe una vista estupenda del barranco, profundo y ancho. He salido a una gran curva que empiezo a recorrer, en ligerísima bajada, está resbaladizo al principio, pero no tiene zonas muy expuestas, sólo hay que ir despacio y con cuidado. El clima es diferente aquí, más caluroso, más cerrado, sin viento y voy al lado de paredes verticales por encima y por debajo, con buenas caídas que no miro mucho. Yo me concentro en ir bien pegado a la pared. Voy bajándolo sin mucho desnivel hasta que a la vista de una caseta que debe ser parte de la galería abandonada (El Consuelo) empieza a bajar bastante y por firme muy arenoso y pedregoso y resbaladizo. Bajo poniendo los pies de lado en cada paso y un poco agachado. De lejos veo el sendero por encima de la caseta, pero no veo cómo bajar. Sigo descendiendo hasta que estoy por encima de la caseta y entonces el sendero hace un brusco giro a la izquierda y pasa por una pared excavada a pico, la tuvieron que hacer para poder acceder al cauce. Excavada en el basalto. Después llego a la caseta donde veo en el interior abandonado un motor y ruedas con cintas, todo muy polvoriento y oxidado.
Sigo bajando por otro tramo, también muy empinado y con mucha vegetación hasta que por fin llego al cauce (800m), qué emocionante llegar aquí abajo. Justo enfrente veo que han puesto unos hitos. Esenciales para poder salir después, aunque también la referencia de la caseta es muy útil, queda por encima y es bastante llamativa. Así y todo, yo pongo una rama grande que veo suelta, la pongo en el principio del acceso. Lo empiezo a recorrer hacia la izquierda, hacia abajo. El cauce no es muy ancho y está atestado de piedras, piedras pulidas de todos los tamaños, voy un poco acojonado entre tanta piedra y por el temor a desprendimientos. En una curva la base de la pared está excavada (por el agua) y embutida de grandes piedras en la gran ranura en la base. Recorro dos curvas con mucha lentitud hasta que veo otros hitos que señalan la subida hacia El Seco (Bien, coño, bien) (16.57h, 780m). Sigo bajando un poco más y veo un precioso acebuche y varios sauces, árboles especialistas en crecer en terrenos húmedos, como los cauces de los barrancos, bajo un poco más por los cayados hasta que llego a un gran charco que es un hervidero de mosquitos y entre el temor a las caídas de piedras, caerme yo mismo y que me piquen los mosquitos decido regresar. Las paredes del barranco pueden tener unos cien metros de alto y va bien encajonado, con muchas curvas. Al pasar por los hitos del sendero al Seco subo un rato para ver que tal está, y veo que está más invadido de vegetación que el de bajada, pero posible de hacer. Lo dejo para otro día.
En el cauce hay matorrisco, tajinaste azul, malpica, tedera, vinagrera, tusilago, tasaigo, raspilla, tabaiba, chahorra, jaguarzo, amagante. En las laderas hay pinos aislados. Lo que más me ha emocionado ha sido descubrir el acebuche. Regreso hasta la galería. La subida es más sencilla que la bajada, y la hago igual de despacio, ahora totalmente satisfecho y contento por haber encontrado esta bajada al barranco. Otro día tengo que probar a ir hacia arriba a ver si encuentro otro sendero que va por la ladera de enfrente más arriba (empieza sobre los 1000m) y que he visto en varias excursiones, además de los paredones que deben ser iguales de impresionantes o más. Regreso al túnel que paso deprisa, y con la luz cegadora de hoy me resulta muy oscuro e igualmente inquietante que cuando lo hice antes.
Al salir del túnel me subo por encima de él por un senderillo y llego a un llanito en el borde del barranco. Qué vistas tan maravillosas y grandiosas de las paredes y los giros del barranco, la luz estupenda ilumina todas las paredes, no hay nada a la sombra. La casa del Seco parece tan cercana, y el pino del Guirre destaca entre los demás pinos. Regreso hasta la pista de asfalto y llamo por teléfono a Juan, el taxista que me subió, me dio su nombre y su teléfono cuando me dejó en la casa de El Taro. No tarda mucho en llegar (18.25h). Me habla de varios sitios, de varias canteras (Finca Suárez) y otra cerca de Chimiche y del barranco de Las Ánimas/ Los Quemados, que se ve desde la carretera (TF-636) y me explica cómo acceder. Me habla de su abuelo que “no le dejó muchas cosas, pero sí muchos sitios que recorrió con él, cazando, y me habla de su padre, también taxista, al que le gusta irse por la mañana con su perro y un bocadillo de sardinas y pasarse todo el día por el campo. Es un rato muy agradable charlando con Juan hablándome de los sitios que conoce. Me deja en San Isidro, cerca de la parada de las guaguas (19.05h, 21€). En la parada, la caseta al lado de la autopista, me resulta muy exótica una mujer joven que está sentada y que lleva un niño pequeño rubio, apoyado contra ella y envuelto en un gran pañuelo, el niño duerme plácidamente. Ella sola le da un aire acogedor a la parada, es un sitio muy ventoso y desamparado pero hoy está todo en calma y hay un calorcito muy agradable. Todo sale redondo porque no tengo que esperar ni cinco minutos (19.10, la 111) para salir para Santa Cruz a donde llego menos una hora después (20.10).
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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El Taro a Barranco de El Río