• Excursión 1099. 17 Junio de 2020. Miércoles.
Presa Barranco El Río.
Municipio: Arico
De 15 a 16.49h. De 455 a 630 a 455m.
Distancia: 5,3km. Duración: 1h 49m.
Me apetece hoy volver a visitar la presa del barranco del Río. Voy en coche hasta El Río. Llego bien de tiempo, a las tres de la tarde. El día está nublado y hace fresco. No es lo mejor para apreciar el paisaje seco y rojizo del barranco. Tomo lo que hay. Subo por la calle estrecha con la iglesia minúscula. Pasado las últimas casas y un poco antes del depósito de agua me desvío a la izquierda por una pista/calle que va hacia varios chalets aislados. El día rezuma agua. La lluvia es fina, es un spray ligerísimo que revolotea a mí alrededor. La calle no tiene salida. En el último chalet hablo con un hombre, es un belga que fue militar y muy hablador, me dice que ha caminado el día anterior 45 km, lo cual me parece increíble. Hablamos un buen rato y tras contarle mis planes de ir por el canal hasta la presa me dice que no sabe nada de eso, ni del canal ni menos de la presa. No da un duro por mí y dice que me volverá a ver pronto, por allí no hay salida. Este comentario me envalentona, no sabe con quién habla, pienso para mis adentros.
Resuelto sigo campo a través y en ligero ascenso trepando por rocas muy mojadas y resbaladizas. Que me resultan hoy preciosas por sus notas grises y beis intensificadas. Los bejeques están por todos lados, mojados también. Tras salvar unos 40 metros de desnivel logro llegar al canal ancho y abierto. Bien. Muy bien. Sigo por dentro el canal hacia la presa (hacia la izquierda). El problema que tengo es que las yerbas y plantas (vinagreras, gramíneas) invaden el trazado del canal y se me empiezan a mojar los pantalones, me tengo que ir tranquilizando y despacio sorteando lo más grandes y voluminosas. No es ningún buen comienzo. Insisto. Sigo adelante, algunos tramos son mejores. Cerca de la presa está más tupido, pero logro llegar a la entrada de abajo después de salvar la pequeña cornisa con caída a la izquierda. Bien. Ahora la presa me resulta acogedora, lo cual es increíble, porque los pasillos y huecos de la presa son de lo más tenebroso. Es todo un contraste con respecto a la otra vez en que recorrí su interior (excursión 895) que fue de arriba abajo, ahora lo voy a hacer al contrario. Y si entonces el lema era, en los sitios donde tenía que elegir un camino en una bifurcación: “siempre a la derecha” hoy el lema es “siempre a la izquierda”. Paso las tuberías y el hueco de aspecto destartalado e industrial y tras girar a la izquierda dos veces encaro mi primer tramo de escalones. Como aprecio hoy lo seco que se está aquí. Lo protegido del tiempo lluvioso. Vengo, por supuesto, con el casco que me he puesto nada más entrar. Hago bien el primer tramo sujetándome del pasamano. El polvo en suspensión se ilumina con el foco de mi luz. Dos giros más a la izquierda y estoy en el segundo tramo de escalones, en este el pasamano está caído y tengo que ir muy despacio, es muy arriesgada aquí una caída, en estos escalones estrechos como en una pirámide, hay que subir muchos escalones y lo hago con nerviosismo, casi sin respirar. Arriba vuelvo a girar a la izquierda y ya veo la luz al fondo, al final del pasillo. Estupendo. Aunque ahora signifique salir y volver a exponerme a los elementos. A esta lluvia fina tan antipática, que me moja los pantalones. Abro el paraguas.
Subo hasta la parte superior de la presa. Mientras la cruzo admiro la gran lengua de desague de la presa, de formas curvas es una gran escultura en medio del barranco. Por encima, por donde se supone que tendría que estar embalsada el agua, no hay nada, ni agua, ni capacidad para un gran volumen, debió hacerse para aprovechar el agua para otros usos o simplemente para romper la fuerza de una riada. La cruzo. Me fascina esta gran construcción, tan oculta, que tiene uno que venir ex profeso aquí para verla. Las rocas beis de las paredes del barranco brillan y resultan más estéticas e interesantes que en seco. Enseguida salgo de la presa y sigo más o menos recto, en la misma dirección del cruce y alcanzo unos escalones grandes que subo y por un sendero bastante recto llego a una zona despejada y amplia por donde tomo a la izquierda para llegar a la carretera. Hoy tengo que acortar la excursión. El tiempo no está para farolillos.
Bajo por la carretera tratando de no ir muy deprisa, cuanto más vaya más se me van a mojar los pantalones. El viento arrecia por momentos y le da la vuelta al paraguas y tengo que ir medio agachado para protegerme más. Está resultando un poco incómodo este retorno. Se me hace larga la bajada hasta El Río. No veo a nadie, no oigo a nadie del interior de las casas. En la iglesia pequeña tiro a la derecha hacia el lugar donde he dejado el coche, en la carretera del sur. Por fin llego, empapado, pero llego. Qué buen refugio es mi coche. El Río hoy parece desierto. Con calma y en el asiento trasero me quito los pantalones y con dificultades me logro poner unos pantalones secos y recomponerme un poco psicológicamente de esta excursión tan húmeda. A casita.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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El Rio a Presa el Río