• Excursión 57. 29 Julio de 2013. Lunes.
Camino de la Orilla.
Municipio: Tegueste.
De 18.30 a 19.45h. De 420 a 700 a 420m.
Distancia: 3,4km. 1h 45m.
Recorrido del camino tradicional de la Orilla hasta lo alto de una meseta.
Parto de la plaza de la Arañita en Tegueste. Subo por la carretera que va hacia el valle del Caidero y pronto encuentro el principio del camino de la Orilla con un cartel indicativo.
Hay un poster con información histórica pero me temo que es de esos carteles que no aguantan mucho tiempo intacto el desgaste del sol y los elementos. El camino de la Orilla es un sendero tradicional que se usaba para aprovechamiento forestal, pastoreo y acopio de agua. Está claramente marcado y es muy llano en su primer parte. Recorriéndolo me siento protegido por la vegetación que lo rodea, y no me importa el suelo algo pedregoso que me obliga a mirar demasiado el suelo.
Cuando llego a la base de la montaña empiezo a subir muy vertical, con piedras, y losas grises desgastadas formando escalones. Las piedras están pulidas por el paso de muchas personas durante siglos. También en el trazado del camino se han aprovechado las rocas expuestas, por ellas hay casi que trepar. Estas rocas son duras y rugosas, perfectas para un camino que perdure y no necesite mantenimiento. Voy encantado subiendo por este camino. Me parece un regalo que exista algo así, parece que voy jugando a los caminitos. Cuando pienso que es de verdad y que fue tan importante para los habitantes del lugar todavía me gusta más. El día algo gris me ayuda a no cansarme mucho en la subida.
Subo esforzado cuando me sorprende cruzarme con un hombre que baja corriendo. Va en pantalón corto, camiseta y una gorrita. Es delgado, fibroso, toda su piel con gotitas de agua. Me saluda. Me asombra que este camino sea la pista de entrenamiento de corredores de montaña, una modalidad deportiva que consiste en cruzar valles y montañas a la carrera. Yo voy tan justo subiendo y él va sobrado y corriendo. Para mí el camino es el foco, para él un sitio con mucha pendiente, aunque quizás también piense que bellísimo para entrenarse.
En algunas curvas del sendero me paro, me encanta la sensación de altura, de perspectiva sobre el llano. Es una parte estupenda de las subidas rápidas por las lomas, como va cambiando y haciéndose maravilloso el paisaje. Desde arriba parece que en las casitas sólo vive gente feliz haciendo cosas normales. Llego arriba en veinticinco minutos. Al llegar a la meseta superior (Llano de las Brujas) me impacta la escena de violencia vegetal: están talando los pinos. Troncos caídos, tierra removida, una caseta de obras. Las autoridades quieren reintroducir el bosque original y eliminar la repoblación de pinos foráneos. Lo entiendo, pero de entrada me resulta chocante este arboricidio.
Hace fresco y hay algo de viento en la meseta. Desangelada. Recorro una pista, no encuentro nada de interés. Vuelvo por mis pasos. En la bajada puedo disfrutar más del paisaje porque voy de cara y veo el valle todo el rato. Más abajo me adelanta otro deportista. Llego al llano y regreso por la carretera, y aquí recibo una sorpresa muy agradable. El corredor de montaña me está esperando para darme la tapa de la cámara que se me había caído. Le doy las gracias. Solidaridad de montañeros. Bien.
Este es mi tercer y último recorrido por los límites de Tegueste. Anaga es mi límite. Me han gustado mucho los tres. Valle del Caidero, Mesa de Tejina y el de la Orilla, el de hoy. Los tres tienen ese componente que me atrae mucho: ir por ese borde, ese límite donde se mezcla lo urbano y lo rural.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Camino de la Orilla