• Excursión 856. 24 Octubre de 2018. Miércoles.
Ruigómez. Barranco El Guirre. Erjos.
Municipio: El Tanque.
De 15.20 a 17.56h. De 885 a 1120 a 995m.
Distancia: 8km. duración: 2h 36m.
Recorrido por Ruigómez buscando eras donde logro encontrar once. Este pueblo conoció mejores tiempos y su estancamiento ha permitido conservar las eras. Además, recorro un barranco muy húmedo con laurisilva y enlazo por pistas con Erjos
Dejo el coche al lado de la iglesia S. Isidro en Ruigómez (15.26h), es un buen lugar para aparcar, siempre hay sitio, es llano y está en el centro del pueblo. Mi objetivo hoy es localizar eras y hacer una travesía por un barranco hasta Erjos. Salgo a la carretera (Avenida de Oriente) y tuerzo a la izquierda, avanzo unos 50 metros y tuerzo en la primera calle a la izquierda y sigo hasta el final, donde hay una era grande (16m Ø), con muro, y en muy buen estado, con el suelo de tierra. Un perro suelto cerca me impide pasar, a la derecha, para ver otras dos más. Un hombre con gorra y un poco ausente me cuenta que la era es del año 1969 y que hay perros sueltos en el terreno privado con las otras dos eras. Parece entregado a un diálogo interior del que yo le he sacado. Me da los nombres de los dueños de los terrenos y cuando empieza a contarme, de una manera muy desencantada, las desventuras de un hijo separado le doy las gracias y me alejo hacia la siguiente era. Se vuelve a meter en su diálogo. Parece aturdido cuando me alejo. El día está gris y triste.
No se mueve prácticamente nada en este pueblo de casas funcionales de una o dos plantas. Salgo a la carretera (Avenida de Oriente), tuerzo a la izquierda, sigo unos 100 metros y tuerzo a la izquierda por la calle Coromoto. No localizo ninguna de las dos eras que deberían estar en el lado izquierdo de la calle, tras unos 150 metros me meto a la derecha por una calle lateral (Luis Pérez González) y localizo una era (14m Ø) a la derecha. Está alzada sobre el terreno circundante, de estas he visto varias en Erjos. Sobre un muro circular de piedra seca renegrida de musgos secos y muertos se alzan sobre campos sin cultivar. Esta, además está totalmente cubierta de yerbas secas y plantas. (Otra era, unos metros más adelante y a la izquierda de la calle, no la localizo). Regreso por donde he venido a la carretera (Avenida de Oriente), la cruzo y sigo por la calle S Isidro. Y justamente al principio de esta calle y a la izquierda veo otra vieja era (12m Ø), también alzada y de muro negro y antiguo, también cubierta de plantas. Sigo por la calle S. Isidro, me meto por la primera calle lateral a la izquierda y al pasar por delante de una casa veo un cartel, escrito a mano, que dice que venden pulseras, debe ser de una niña o un niño, por la letra y lo ingenuo del texto, me emociona. Al final de este callejón y bajo un castaño en pleno otoño adivino otra era (12m Ø), está cubierta totalmente de yerba alta, ligeramente elevada y con murito. (Descubro ahora que reviso la excursión en el Mapa Topográfico Integrado que se llama la Era de la Vieja Mariquita). No me dejo de asombrar de que en mi mapa estén localizadas. Exige un conocimiento muy bueno del sitio, para saber que las eras están ahí, e incluso a mí, sabiendo su localización exacta me cuesta reconocerlas. Por otro lado, me gusta mucho sentir, cuando las localizo, una cierta conexión con esas personas que las hicieron y las usaron. De vuelta por el callejón, una niña de unos diez años, llama desde la calle a otra en una casa cercana y en una azotea una mujer está trajinando. Qué pueblo más perdido del mundo es este Ruigómez.
Al volver a la calle S. Isidro tomo a la izquierda, alejándome de la carretera (una era en el número 11 está tapada por viejas casas y no la veo). Sigo unos 150 metros por esta calle y tuerzo a la izquierda en la primera calle que puedo. Inmediatamente después vuelvo a torcer a la izquierda. La calle hace una curva a la derecha y otra, después, a la izquierda, y un poco más adelante y antes de una casa aislada logro ver otra era, ésta muy grande Ahora en ligera subida paso al lado de una finca cubierta de helechos a donde veo, a la izquierda, una era grande (16m Ø, la quinta, la era de Juan Grillo), (detrás hay otra que no logro ver). Avanzo unos 50 metros y tuerzo a la derecha por una pista agrícola (Camino La Teja/El Sol) donde veo una era (13m Ø, la sexta), a la izquierda, está tras una valla en un terreno privado, tiene murito y está cubierta de plantas. Una vez localizada esta era regreso por la misma pista (en ligera bajada) y unos 20 metros antes de llegar a la calle me desvío a la izquierda por otra pista de tierra, de mucha peor pinta. Avanzo por terreno sin ocupar unos 200 metros hasta un grupito de casas antiguas medio en ruinas donde localizo otra era (13m Ø, la séptima), ésta parcialmente cubierta de hinojos, pero pelada de yerbas y con murito. Sigo avanzando en la misma dirección campo a través por terrenos agrícolas abandonados, cubiertos de yerbas altas y en unos cien metros logro localizar dos eras (12m Ø ambas, la octava y la novena), están pegadas, apenas se las reconoce, están muy cubiertas de hinojos. Sigo un poco más allá, por pura curiosidad, y veo que los laureles y los brezos están reclamando su territorio natural y ya cubren los bordes de terrazas a donde todavía crece una yerba alta. Regreso hasta el grupo de casas viejas medio en ruinas y tomo por una calle (Santa Rosalía) y al llegar a la calle S. Isidro sigo por ella a la izquierda, es la misma calle que antes pero ahora en un tramo que va paralelo a la carretera. Al llegar a una bifurcación tomo a la izquierda (pista agrícola El Guirre), subo por ella.
Ya he comprobado que Ruigómez conserva muchas eras y que se ha quedado aislada y semi abandonada con una carretera de mucho tráfico pasando por el medio. Tiene muchas casas vacías y sin ocupar, aunque no he visto casas antiguas “montadas”, sólo casas funcionales, de auto construcción. En un día gris como este el pueblo tiene un aire casi exótico, y las pocas tiendas de alimentación que he visto hace mucho que cerraron. No tiene bar. En la primera curva de esta pista encuentro un hueco entre las plantas, a la izquierda, y me meto por él (unos 60 metros) hasta dar con una era (13m Ø, la décima) con el suelo de piedra, sin muro y casi sepultada por los tojos y las zarzas, dos tipos de plantas que compiten en pincharme, y donde también crecen muchos codesos. Tanto las zarzas como los tojos son plantas especializadas en reocupar los terrenos baldíos. Más allá es una selva impenetrable, pero sólo el hecho de que exista este hueco, este sendero entre plantas me dice que algunas personas vienen por aquí, no sé para qué. Regreso a la pista y sigo, a la derecha, subiendo y en la siguiente esquina donde está (a la derecha) una finca con varias casas, muy cerrado el recinto, es donde debe estar completamente sepultada por las zarzas otra era (Era de Cecilio Dorta), que no logro ver en absoluto.
Sigo adelante por la pista y en unos 150 metros (unos dos minutos) encuentro, a la derecha (960m), el principio del sendero (SL 151 o SL 151.1), con un cartel que dice: “San José de Los Llanos”, lo cual no me gusta nada, porque yo quiero ir hacia Erjos, y eso puede significar que el sendero que busco ya no exista. Me meto por el sendero y es una inmersión inmediata en el bosque de laurisilva, lo cual sí me gusta mucho. Avanzo al lado de un muro alto, pero el estrecho pasillo está muy cerrado de plantas, sobre todo zarzas, que dejan el paso justo para pasar. En una bifurcación sin señalizar sigo a la izquierda por otro pasillo muy cerrado de vegetación, y llego al cauce de un barranco (El Guirre) muy húmedo y primigenio, a donde llego a ver granadillo, laurel, til, tojo, tedera, palo blanco, brezo, altabaca, afollao, raspilla, pata gallo y la entrada a una galería (tipo naciente, sólo un agujero en la pared) cerrada y sin cartel (Galería La Flora). Qué oscuro está aquí, qué humedad tan profunda, es un lugar temible, de cuento de hadas de brujas que comen niños, al lado de la galería hay una cueva oscura con los muros cubiertos de musgo. No me lo esperaba, no me esperaba un bosque tan encantado. Enseguida el sendero da una curva y se eleva siguiendo por el cauce oscuro del barranco. Me gusta mucho este pasaje, y veo otra cueva, que se empoza en una lateral del cauce con muros cubiertos de musgo. Los laureles no dejan pasar la poca luz que puede entrar hoy. Me gusta mucho hasta que salgo del cauce y sigo por terreno abierto hacia San José.
Al llegar a lo alto (1080m) veo una casa, dos casas aisladas y grandes, y un hombre mayor trabajando al lado de un Land Rover. Por un momento me siento desorientado, y me agrada sentirme así, porque es una sensación de estar en un sitio nuevo, distinto, desconocido, pero se me pasa pronto cuando me doy cuenta de que las casas que veo a unos 500 metros pertenecen a San José de Los Llanos, (este pueblo que es uno de mis referentes más claros cuando miro desde mi casa en Tacoronte hacia la costa norte de Tenerife y lo distingo como una tira blanca en medio del verde del bosque y bajo algunos picos montañosos.) Tuerzo a la derecha en una bifurcación (1100m) sin señalizar, paso entre casas antiguas y nuevas y terrenos agrícolas donde (se me pasan varias eras cercanas sin visitar) y pronto llego a la carretera (la TF-373, la que va desde cerca del puerto de Erjos hacia La Montañeta pasando por San José). Sigo por ella, soportando más tráfico del que me gustaría, unos diez minutos hasta que encuentro una desviación hacia la derecha, a una ermita (San José, 17.11h, 1120m). Ahora con la pretensión de encontrar el recorrido original de este SL (sendero local, señalizado en verde y blanco) que va hasta Ruigómez, bajo por la pista que sale a la derecha de la ermita, y bajo y bajo, pero llego a un llano sin salida (1050m), totalmente cerrado y tengo que regresar con gran esfuerzo físico hasta la ermita (unos 800 metros), durante la vuelta, en una gran finca con frutales, varios perros me persiguen a lo largo de la valla ladrándome.
En la ermita, de nuevo, me encuentro con dos mujeres jóvenes que junto con una mujer adulta están haciendo algo que no quieren que vea, me hago el sueco y apenas las saludo. Oteo el paisaje para ver si logro dar con ese paso hacia Ruigómez, pero no consigo nada. Desde la ermita me voy por otra pista que se dirige hacia Erjos, una pista de cemento, que baja con fuerte pendiente y buenas vistas a los campos despejados entorno a Erjos. El paisaje no me dice mucho, debe ser que entre el día triste y que ya he visto lo más interesante estoy en modo retirada, en modo retirada anticipada, porque estoy un pelín cansado por la subida extra y ahora tengo los pies doloridos. Así que me dejo ir, y bajo hacia Erjos, y no me pongo a localizar otras eras que están entre las casas de Erjos. Mi plan original era llegar a Erjos y por otro SL hacer un circuito hasta Ruigómez, pero decido dejarlo para otro día, y cuando llego a la plaza de Erjos me quedo al lado de la parada de las guaguas (18.06h) al lado del hermoso viñátigo y el gran almácigo que están en la esquina de la plaza. Veo el mapa de los senderos locales, los SL, por dónde va el sendero que ya no existe en la realidad, el que va de Erjos a Ruigómez por el barranco de El Guirre. Deben ser los dueños de terreno que no quieren que la gente pase por ellos. Aquí me doy cuenta de que he hecho bien en dejarlo por hoy. La 325 no tarda mucho en llegar (18.14h). Me encanta el ambiente de turistas en esta guagua tan luminosa y diáfana, una guagua antigua, espartana. Aquí todo el mundo está de vacaciones, me sabe a poco el trayecto, me dan ganas de quedarme con ellos hasta el Puerto de la Cruz, pero en menos de cinco minutos (18.18h) estoy en Ruigómez.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Eras en Ruigómez - Primera Parte
Parte intermedia de la excursión