• Excursión 1288. 13 Julio de 2021. Martes.
El Bailadero. ZR Abades.
Municipios: La Victoria. Santa Úrsula.
ENP: Paisaje Protegido Las Lagunetas.
De 15.05 a 19.30h. De 360 a 1066 a 760 a 860 a 520 a 600 a 320m.
Distancia: 12,2km. Duración: 4h 25m.
La excursión de ayer me despertó el “indio”, el “indio” de olor al polen de las flores del castaño. Hoy voy a hacer un recorrido por las zonas más densas de castaños. Por el barranco de Los Dornajos, y hacia el Bailadero. También quiero recorrer el camino del Lomo del Soldado que me trae muy buenos recuerdos de otra excursión con ese aroma (la 823). Ya veré in situ como conectar ambas zonas.
En coche voy hasta La Victoria y dejo el coche en la carretera general al lado de una tienda de electrodomésticos (Luz Hogar Tenerife, 360m). Hace mucho calor. Todavía no he decidido si llamar a un taxi o subir caminando hasta la fuente de Los Dornajos. Como no tengo dinero me llego hasta una oficina cercana de La Caixa para sacar dinero. De vuelta ya lo he pensado: hoy no tengo ganas de taxi, subiré caminando, a pesar del calor y de la hora y de que no hace mucho que he comido. Puedo con todo. Pertrechado hecho a caminar, en ligera bajada, por la carretera general y en unos dos minutos empiezo a subir por la estrecha, y súper empinada calle Sanabria, despacio, despacio, muy despacio. En la iglesia tuerzo a la derecha y enseguida a la izquierda para subir por la calle El Pino, me arrimo a las casas para aprovechar la sombra. Qué calor hace. Sigo recto por la calle Asomada donde hay un tramito tan empinado que los vecinos han puesto un pasamanos para agarrarse. Y continúo, recto también, por la calle El Laurel, ya entre viñedos. Puedo resistirlo porque voy despacio, para repartir el esfuerzo y no sudar demasiado. Tuerzo a la derecha por una calle casi llana (Los Barranquillos, 590m) que va entre viñedos, todos vallados y las puertas con candados. Los viñedos tienen un aspecto estupendo, algunos sulfatados, pero no desprenden olor a azufre. Al final de esta pequeña calle sigo subiendo por el Camino Lomo Viejo, un poco más arriba en la bifurcación tuerzo a la derecha, paso al lado del guachinche La Finca (cerrado) y me tengo que refugiar un poco después bajo un gran castaño para recuperarme, qué pasada de subida, estoy temblando. En esta tremenda subida al sol estoy aprendiendo perfectamente lo que es una cuesta y lo que no es una cuesta (nada, en realidad). Estoy aprendiendo, en realidad, los diferentes grados de cuesta arriba.
Con mucho menos desnivel sigo subiendo a la vista de las laderas de pinos y castaños del barranco de Los Dornajos, aquí las vistas se abren mucho hacia arriba, hacia el monte verde. La fuente de Los Dornajos (15.40h, 720m) zumba de avispas que sobrevuelan el agua, el vuelo de las avispas es imprevisible y casi ni las veo de lo deprisa que se mueven, con esos parones repentinos. Aquí hay un llano amplio con grandes castaños. No todos están en flor, algunos ya tienen una alfombra amarilla debajo. Sigo por el cauce ancho (del barranco de Los Dornajos) que es una pista de grava gruesa y tierra. El guachinche de Los Dornajos medio oculto por las hiedras también está cerrado. Empiezo a escuchar ruidos de máquinas, un trabajador montado en una pequeña pala está arreglando el camino de subida al Bailadero (780m). Ni yo, ni él, tenemos ánimos para saludar. En un espacio diáfano han puesto unas mesas de madera y hay un pequeño depósito de agua, todo esto es nuevo. Empiezo a subir por el camino y ahora sí saludo, y él también, de mala gana, al trabajador que con una azada limpia un surco para que baje el agua cuando llueva. El día sigue arrebatado, pero ya he llegado a la sombra de los castaños. Qué maravilloso. Han arreglado bastante este camino. Antes tenía grandes surcos en un terreno resbaladizo. Ahora han puesto troncos como escalones y la subida, fuerte, se hace mucho mejor. Y todo bajo los castaños aromáticos. A la sombra y todo me cuesta mucho llegar a la finca vallada (820m) con la vista espléndida en su extremo. Tengo que descansar. Rodeo la finca por abajo, han cerrado la puerta, pero se puede seguir hasta el extremo, hasta el mirador, que hoy no merece la pena por la calima. Lo que descubro es que se puede rodear del todo la finca y dar a otra por encima. El problema es que tiene una buena puerta y tengo que saltarla para volver a la pista.
Sigo subiendo, ya poco, hasta la zona llana y amplia (El Bailadero, 860m) con grandes castaños, con una casa de piedras a medio construir. La rodeo por la izquierda. En la primera bifurcación tomo a la izquierda, en la segunda a la derecha y, tras un minuto, en la tercera subo a la derecha por un camino ancho que enseguida da a un sendero fantástico por dentro del bosque, entre castaños y brezos, a la sombra, un sendero de firme rocoso. Sube recto bastante tiempo, después va echándose a la izquierda (920m), para pasar llaneando por debajo de un viejo y después, en una bifurcación tuerzo a la derecha para seguir subiendo por un viejo camino con muros antiguos bajos y restos de recintos amurados. Todo muy antiguo. Cuanto más arriba más pinos y zonas de eucaliptus. Es curioso, pero subir por este sendero, que tiene igual pendiente, que los peores trozos del principio de la excursión de hoy, no me cuesta nada, es el efecto euforizante y vigorizante de las plantas y los árboles, también el olor especial del polen de las flores de los castaños. Paso algunas entradas a fincas (con abejas), y una pista. Y subiendo, subiendo llego a la ZR del Lomo de los Abades (18.45h, 1060m). En la parte llana de la zona recreativa hay grandes eucaliptus, muy altos y rectos, alguno de tronco doble. Muchos bancos, fogones, y también grifos. Me refresco echándome agua en las muñecas, y en la cara. Es una manera muy eficaz de bajar la temperatura corporal, un buen chorro en el dorso de las muñecas ¡En qué pocas ocasiones lo puedo hacer! Y el agua está muy fresca.
Todo hoy es un regalo, poder estar aquí con esta temperatura y este tiempo, se podría estar sin ropa y fantásticamente. En algunos claros he visto cresta gallo en flor, también granadillos en flor y capitanas. Me cambio la camisa y la camiseta empapadas. Ya no voy a subir mucho más. Me quedo un rato sentado, qué raro en mí. Deambulo de un lado para otro. Soy tan consciente de estar aquí, estoy es mindfullness total. Por un pequeño camino y tras rebasar una pista salgo a la pista de El Rayo (1050m), por donde justamente pasé ayer. Me echo a la derecha y en menos de 50 metros, en una esquina de la pista, me meto, a la derecha, entre las plantas y aparezco en un sendero que baja. Este sendero no se ve en absoluto desde la pista. Me encanta saber esto. Está más claro que la última vez que lo recorrí (excursión 997, 10-9-2019). Algunos ciclistas lo deben conocer y lo remarcan al bajarlo. Baja por una loma con mucho desnivel a la sombra, bajo los pinos. Llego a una pista (1000m), antaño estaba más despejada. La sigo hacia abajo y tras salvar un pequeño cauce bajo por una loma bajo los pinos durante mucho rato hasta la casa de piedra a medio construir con los grandes castaños (El Bailadero, 860m). Es una bajada fantástica, desde la pista de El Rayo hasta aquí, hay unos 250 metros de desnivel. Me echo a la izquierda tras la casa de piedra y bajo por la pista cementada por donde subí, por donde la finca con el mirador y después sigo bajando por los troncos hasta donde estaban trabajando.
Al llegar al cauce del barranco de Los Dornajos (ya se han ido los trabajadores) lo cruzo y subo por un camino que surge enfrente. Sube y se mete entre los árboles, es un camino que serpentea bajo el bosque y atraviesa dos pequeños barranquillos hasta salir a una pista de cemento. Subo un poco más hasta una pista llana (840m) y después sigo a la derecha por la pista de firme bueno unos 500 metros hasta que poco antes de una barrera cerrada metálica bajo por una pista con mucha pendiente. Esta también es una zona donde abundan los castaños, tanto dentro de parcelas como aislados por todas las laderas. Hay fiesta en una finca, están animados jugando y hablando muy alto. No veo a nadie, los muros son altos, todo opaco desde la pista. Bajo y bajo y bajo hasta una bifurcación (730m) donde no tuerzo a la izquierda, sino que sigo bajando entre fincas de viñedos con una pendiente tremenda hasta alcanzar una pista llana (540m). Tomo a la izquierda y me molesta (después de estar bajando tanto tiempo) tener que subir un poco. Durante la subida hay una fantástica vista a la trasera de las casas (de muchas plantas) que están colgadas sobre el barranco y a los viñedos que forman una rejilla complicada de líneas en todas direcciones. En la siguiente curva consigo agua de la fuente de Don Antonio Mantita. El agua cae con fuerza en una piedra y me moja todas las perneras de los pantalones. Está fresca. Relleno mis botellas vacías.
Sigo por esta pista que cruza tres barrancos (Callejón, Infierno y Sauzos), en el último hay unos lavaderos, que han arreglado bastante pintándolos. Tanto en un lado como en el otro del barranco de Los Sauzos hay dos miradores fantásticos hacia el barranco y hacia las casas “colgantes” del barrio de Pedro Hernández (La Victoria). Los viñedos están en todos los espacios posibles. Después de los lavaderos la pista se transforma en sendero para al poco salir a una pista cementada (Camino Lomo El Soldado, 580m) que recorre la ladera del barranco de Sauzos. A ambos lados de la pista cementada hay viñedos, cuidados, perfectos, con los racimos ya grandes. Cada finca tiene su propia entrada, sólo veo a un agricultor. A unos 200 metros a la derecha se arraciman a lo largo de una loma las casas de la Tosca de Ana María. Por debajo veo los barrios entorno a la carretera general. Es como estar en los graderíos de un anfiteatro y ver el escenario desde muy arriba. No es muy frecuente, pero en los bordes de los viñedos crecen unas pequeñas flores blancas blandas al tacto que pueden llegar a ser visibles desde el otro lado, ¿serán chajorras? Me pregunto si alguien desde el otro lado será capaz de distinguir con detalle este ribete blanco bajo el verde de los viñedos, aunque sólo sea por un minuto. Abajo, ya cerca del final, cruzo el cauce entre más viñedos con la vista en las paredes altas del barranco sobre las que veo las casas que parecen derramarse por los bordes. Llego a la carretera general muy cerca de la parada de Titsa (19.30h). La 101 (19.40h) tarda poco y en cuatro minutos me estoy bajando en La Victoria, enfrente del Híper Dino, muy cerca de donde dejé el coche.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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El Bailadero a ZR Hoya el Abade - Parte de abajo
El Bailadero a ZR Hoya el Abade - Parte de arriba