• Excursión 1415. 7 Julio de 2022. Jueves
Mamio. La Crucita. Castañar del Volcán.
Municipios: La Orotava. Arafo. Güímar
ENP: Parque Natural Corona Forestal. Paisaje Protegido Siete Lomas
De 9.32 a 17.50h De 1000 a 1500 a 1400 a 1980 a 275m.
Distancia: 23,2km. Duración: 8h 18m.
Gran travesía del norte al sur. Desde Mamio, en la parte alta de La Orotava, por el pinar por pistas y dos senderos muy empinados hasta el mirador de La Crucita, en la dorsal de la isla, y después descenso por pistas por un valle cerrado (Hoya de Pedro Gil) y por pistas de montaña hasta el pueblo de Arafo
He estado esperando a un tiempo claro y sin probabilidad de lluvia y a recuperar mi forma física para hacer esta excursión que consiste en subir desde Mamio, pasando por la casa del Agua y el sendero de los Órganos y después por un camino empinado de montaña hasta el mirador de la Crucita. Después no tengo muy claro cómo continuar.
Cuando ayer vi el pronóstico del tiempo para hoy en la web de la Aemet y vi 0% de probabilidad de lluvia y un sol como signo me decidí. Llego temprano a la estación de guaguas y parada de taxis de La Orotava. Cuando abro el capot para coger mis cosas me doy cuenta de que he olvidado el chaleco donde llevo la cámara de fotos, el teléfono, y los prismáticos, además del cuadernillo Moleskine donde anoto datos de las excursiones. Suelo dejar colgado el chaleco para que se seque bien y hoy se me ha pasado chequearlo. Como no estoy dispuesto a regresar a buscarlo decido seguir adelante sin el chaleco. La otra cosa que tampoco traigo, pero a propósito esta, son los mapas, creo que no los necesito y me gusta ir doblemente sin red (sin mapas y sin teléfono). El taxista que me lleva se interesa por el sendero de Mamio a la Madre del Agua cuando me deja en el principio de ese sendero (11.4€, 1000m).
El día está fantástico, totalmente despejado, sin viento, y una temperatura perfecta. Me meto por la calle Huertas de Carballo por donde empieza el sendero señalizado a la Casa del Agua (1.2km, PR 35). Después de pasar las finquitas valladas el sendero va cerca del cauce de un barranco muy húmedo (Madres del Agua) en el que siento algo de fresco a pesar de lo bueno del día. Este sendero puede llegar a ser muy húmedo y frío, ahora los musgos de las piedras están secos. El sendero va en continuo, pero ligero ascenso y en unos veinte minutos llego a una pista ancha (Mamio, 1160m) justo por donde empieza, al otro lado de la pista, un sendero circular señalizado (PR 35.2) está cerrado, temporalmente dice un cartel, con cinta blanca y roja. No me importa porque el que yo quiero hacer está un poco más a la izquierda yendo por la pista. A los cinco minutos largos llego a la Casa del Agua, una casa revestida de piedra gris, donde comienza también el PR 35.2. Paso la cinta y empiezo a subir por el sendero. El sendero, de entrada, no asciende mucho, pero después empieza a subir pegado al cauce profundo del barranco de las Madres del Agua por escalones de troncos, con un canal pequeño cubierto a la derecha. Subo bien a ritmo y cuando el sendero hace una curva y se echa a la derecha continúo por él unos pocos metros y entonces me desvío por un sendero que sale a la izquierda (1300m) en subida (hay otros dos senderos más que también salen a la izquierda un poco antes, pero ambos son más estrechos y no suben, llanean o bajan). El sendero correcto se reconoce porque sube todo el rato. Sin mapas hoy tenido que tirar de memoria para saber dónde torcer.
Este sendero sube y sube y sube en zigzag con tramos rectos, a veces muy cortos y para entretenerme y hacerme más llevadera la subida empiezo a contar las curvas, cuando llego a la veinte ya estoy pensando en cuántas me faltan, pero por otro lado me gusta que haya muchas y así voy subiendo con la esperanza de que acaben repentinamente o que el número de curvas sea muy alto. El sendero va por una loma bajo los pinos y a la sombra, los tramos rectos son tan largos como el ancho de la arista de la loma y así voy subiendo y subiendo a ritmo y bien y cuando llego a lo alto (1500m) me alegra llegar y me molesta que la cuenta de curvas se acabe en 61. Sigo a la derecha por el sendero (Los Órganos/Camino Forestal), este sendero es espectacular y tiene varios miradores maravillosos, hoy, para mí, solo es un lugar de paso, pero no dejo de apreciarlo. Este sendero no es oficial y se nota porque está invadido por las plantas (bencomias, tajinastes azules, malpicas) y tengo que ir echándome contra ellas para no ir cerca del borde externo para resguardarme de caer por la pendiente cubierta de pinocha. El sendero va en ligero descenso y atraviesa la cuenca amplia de un barranco muy vertical (Los Madroñeros) y en unos diez minutos paso uno de los miradores donde hoy no me entretengo. Después entro en la cuenca fluvial (Hoya los Tajinastes) de un tremendo barranco (Jilargo) donde confluyen otros con varias paredes muy verticales, una termina en un roque (Morro Guanchijo).
Es un lugar apabullante y lo único malo es que el sendero es en descenso, casi tengo que bajar 100 metros de desnivel para poder pasar el cauce del barranco y después tiene una esquina gloriosa que rodea la gran pared vertical y puntiaguda donde el sendero va protegido por una barandilla de madera y un pasa manos de metal. Lo paso precavido, un tropezón y podría meterme de cabeza al vacío entre los troncos de madera de la baranda. Con el día radiante de hoy es un sitio muy impresionante porque el que voy con cierto temor, no sólo por lo expuesto del sitio sino por las vistas de las paredes verticales cubiertas de pinos. El barranquillo que viene después tiene un nombre curioso: Picacho donde Murió María. En esta parte del sendero voy algo inquieto, no recuerdo bien por donde tengo que salirme para continuar subiendo, la otra vez que lo hice había mucha niebla y no veía prácticamente nada, de lo único que me acuerdo es que el lugar por donde desviarme era muy claro y como no he encontrado ninguno así todavía, sigo por el sendero que ya lleva un buen rato en ascenso. Paso otra cuenca fluvial de otro barranco (Barranquera del Saltadero), más suave esta y ahora voy muy atento a encontrar la desviación y cuando un poco más adelante llego (10.30h, 1455m) a ella la reconozco muy bien. Es la esquina de una loma de pendiente suave, la única así en todo el recorrido que he hecho (1,5km) por el sendero de Los Órganos. Entre la orientación del sol y los pinos he estado todo el rato a la sombra, lo cual me viene muy bien para el inmenso desgaste de subir por estas pendientes.
Vale. Ahora empieza la parte larga de subida hasta el mirador de La Crucita. Es una subida que va por la arista estrecha de una loma muy vertical y voy muy bien guiado por hitos, muchos hitos, perfectos hitos, que me van llevando y por donde me doy cuenta de que empiezo a usar mucho las manos para trepar y salvar tramos rocosos empinados. Sigo a la sombra, todo va bien, empiezo a tener vistas sobre el valle en algunos lugares. El suelo está muy cubierto de pinocha y eso hace más difícil el ascenso porque mis pies resbalan y me cuesta un esfuerzo extra avanzar/subir. Los pocos tramos claros con ligero surco me resultan relajantes a pesar del desnivel, tengo una extraña sensación de familiaridad con estos tramos rectos claros. Y antes de lo pensado llego a la base (1680m) del risco vertical (Roque Grande/Morro de Gallardo/Roque La Abejera) que hay que rodear por la derecha. Me gusta mucho verlo, es un punto muy relevante, ya he ascendido más de dos tercios del total y de alguna manera me estoy probando porque no tenía claro que pudiese subirlo y estar tan bien a estas alturas es una buena señal. Los hitos ahora me van llevando por la derecha por una zona sin pinos y muy rocosa con plantas bajas y el último tramo es por un dique ancho que se está desmoronando y por el que subo con gran dificultad hasta la parte de atrás del risco (1730m, 11h). En mi otra excursión por aquí (la 1281) había mar de nubes que terminaba justo aquí y por eso no quise subirme a lo alto del roque, no había vistas pero hoy sí las hay, así que trepo unos metros y me subo a la parte alta del roque, la atravieso y al llegar al borde me da un subidón tremendo, la vista es apoteósica, en el extremo izquierdo el Teide totalmente claro, después se desarrolla el valle cubierto de pinos y por debajo tengo masas de pinos de un color verde más intenso y más abajo distingo la balsa de Aguamansa, no la caldera, y los barrios de la parte alta de La Orotava, también la vista alcanza hasta la pared de Tigaiga, el extremo izquierda del valle y hasta, por la derecha, la montaña del Topo. Y estando aquí me doy cuenta de que podría bajar un poco más hacia la derecha y encaramarme en una piedra enorme con forma de peonza que parece en equilibrio precario en el puro borde vertical del roque, sólo imaginármelo me da vértigo y se me aflojan las piernas. Vale. Suficiente.
Regreso, atravieso la llanurita rocosa del roque y vuelvo al sendero. Cuando echo un vistazo hacia arriba veo que me queda todavía un mundo por subir, tengo delante una ladera muy empinada. Ahora la loma no es tan afilada como antes del risco y no me gusta tanto, aun así, los hitos me van llevando con muchos más tramos rectos sobre la pinocha resbaladiza y si no es pinocha es arena también resbaladiza y por cada paso hacia adelante me deslizo medio paso atrás. En los 1900m aprox. el sendero se echa a la derecha para ir rodeando una montaña (Las Cuevitas) y esta parte es muy mala de caminar, tiene muchos tramos arenosos, y zigzag en pendiente resbaladiza de arena y además está cubierto el sendero por codesos y brezos y tengo que ir muy atento para no perderlo. Quizás sería bueno en otra ocasión subir todo recto hasta lo alto de la montaña de Las Cuevitas (en la cima hay un sendero claro que lleva al mirador de La Crucita). El sol está fuerte y por fin llego al mirador de La Crucita (12.30h, 1990m). Ningún coche aquí y ninguno se para. Cruzo y empiezo a bajar por la pista ancha con barrera al principio. Y prefiero bajar por la pista con poco desnivel y cómoda que por el sendero que va atajando por el centro de este gran valle, esta gran hoya (Pedro Gil) rodeado por cordilleras por ambos lados con el pico Cho Marcial por la derecha y el de Ayosa por la izquierda.
Nada más empezar a bajar he abierto el paraguas para resguardarme del sol. Está cálido, pero no demasiado (32º). El ambiente está tan seco que en una ocasión que me quito el sombrero y lo dejo en el suelo, el sombrero conserva la forma, totalmente rígido. Me gusta ahora dejarme llevar por esta pista larguísima que va de lado a lado del valle. Este valle parece que también es un valle creado por un deslizamiento (colapso gravitatorio) y en el que han salido posteriormente trémendos volcanes de picón rojizo de formas redondeadas en los que la pinocha se adhiere dándole algo de textura. Es una larga, larga bajada que hago a ritmo tranquilo y en cada corte del sendero este me tienta para que ataje pero que yo desprecio para seguir por la pista ancha. Me paro a comer (14-14.30h) al lado de un depósito de agua en la entrada al barranco de Casme. Le han quitado el grifo y ahora no puedo refrescarme. Menos mal que llevo suficiente agua. Después sigo bajando pasando muy cerca del paredón vertical del pico Cho Marcial que la luz vertical realza.
Más abajo y unos ocho km desde el mirador de La Crucita, empiezo a rodear (1500m) el volcán de Las Arenas, de picón negro, negrísimo y en el que apenas crecen plantas, 300 años después de la erupción todavía las plantas ni empiezan a asentarse. La pista lo rodea, se aleja separada por un barranco horadado por las aguas intermitentes del valle y después lo sigue rodeando por la izquierda hasta la finca privada por donde sigo a pesar de los carteles, ninguno dice prohibido el paso. Hay un camino de Candelaria por la izquierda, pero yo sigo por la pista que me lleva al castañar, el Castañar del Volcán, le acabo de poner nombre. Los castaños son achaparrados y están inclinados en paralelo a la pendiente, y ocupan una gran extensión, y lo mejor es que están en flor, en su apogeo, con las largas flores completamente hinchadas y cuyo polen tiene un aroma delicioso que noto antes que ver los castaños. El polen se debe meter bien adentro de mis fosas nasales porque ahí se queda el maravilloso olor hasta el día siguiente. Es impresionante ver este castañar tan grande aquí arriba, en este espacio aparentemente estéril ocupado por las faldas de picón del volcán de Las Arenas, pero les va muy bien, están repletos de flores. Después de pasarlo por entero sigo por una pista de montaña que atraviesa terreno de escorias rojizas del que me salgo por un sendero (1190m) que sale en oblicuo por la izquierda (en realidad la pista cruza el sendero, también se puede observar por encima de la pista) y que va por la arista de una loma con pinos hasta que se desvía de ella (1150m) para bajar hasta una pista (Las Dehesas). Un primer tramo de la pista es de cemento acanalado y al llegar a una casa (1050m, a la derecha) donde hay muchos pinos canarios grandes empieza el asfalto.
Bajo por la pista serpenteante (Camino de las Vistas) y ahora me llega el olor penetrante del azufre de los viñedos sulfatados que ocupan una gran ladera aterrazada. Y así sigo bajando por este terreno de coladas volcánicas que hoy con la luz fuerte no resultan tan espectaculares como lo son con tiempo lluvioso o gris. A un lado y a otro surgen pistas que llevan a pequeñas fincas y tras pasar la desviación del Geodésico (800m) hay una gran finca de viñedos a la derecha y sigo por esta pista asfaltada por la que no he visto a nadie, no ha pasado nadie en toda la bajada. En los 630m cruzo el canal de Araya (tiene un cartel que lo dice) y un poco más abajo (590m) me salgo de la pista por la derecha para ir por un viejo canal (Charca del Estado) que no lleva agua. El canal es una tubería gruesa de cemento apoyada en los terrenos bajos en un grueso muro de piedras. Tiene agujeros, pero en general está en buen estado para poder ir por encima o por un lado. Va atravesando campos abandonados y a veces hay que desviarse porque los tasaigos medio secos lo cubren formando tremendas bolas. Pero parece existir un sendero que va a un lado o a otro del canal. Tras unos 400 metros, cinco minutos muy largos pero estupendos que me ha encantado hacer, llego a una pista empedrada (he cruzado otra un poco antes pero he podido continuar por el canal) por la que bajo. Es un viejo camino estrecho que en un minuto se ensancha y va pasando al lado de fincas de aspecto abandonado hasta que confluyo con una pista (Los Pelados).
Durante muchas partes de la bajada he tenido el acto reflejo de tentarme la cámara y es que normalmente la llevo en el bolsillo del chaleco que hoy no he traído. Me gustan las vistas hacia el gran y profundo barranco por la derecha (Chiñico) que tiene una gran oquedad en la pared de enfrente. Y tengo la suerte de en los 490m aprox. encontrar un pasillo entre fincas y puedo acercarme hasta el borde del barranco y desde aquí veo que por debajo hay terrazas y caminos y pienso que a lo mejor hay un sendero para bajar al cauce del barranco por una parte que debe ser muy espectacular desde abajo y ya lo es desde arriba. Encuentro una manera de acercarme más al borde por un saliente que llega hasta el puro borde y me permite progresar por entre viejas plantas secas por las que camino y avanzo aplastándolas con mis pies. Pero por muchas vueltas que le doy a este sitio tan abandonado donde hay muchas viejas terrazas no logro encontrar esa conexión. Puedo ir por los bordes de las terrazas e ir bajando de una a otra, pero incluso en la más baja veo que todavía me queda muchísimo para bajar hasta el cauce del barranco así que lo tengo que dejar y regresar a la carretera de Los Pelados. Pensaba haber seguido caminando hasta la autopista, pero esta última mini aventura me ha quitado ese extra que necesitaba y ahora simplemente me dejo llevar por la calle hasta la carretera general en Güímar donde me quedo a esperar la guagua en una parada cerca de una gasolinera. Y son cuatro guaguas las que tengo que tomar para volver hasta La Orotava, la 120 hasta la autopista, la 111 hasta Santa Cruz, la 103 al Puerto y la 345 desde Los Rechazos/El Ramal. Unas dos horas de guaguas de vuelta a La Orotava donde dejé el coche esta mañana.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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Mamio - La Crucita - Güímar