• Excursión 932. 16 Abril de 2019. Martes. (Anaga 150ª).
La Cardonera. Barranco Valle Seco. Valle Grande.
Municipio: Santa Cruz de Tenerife.
ENP: Parque Rural de Anaga
De 15.17 a 18.47h. De 50 a 450 a 24m.
Distancia: 9,8km. Duración: 3h 30m.
Subida por las calles del barrio de La Cardonera hasta una vieja cantera para seguir por un sendero por la parte alta de la ladera del barranco de Valle Seco, el sendero llanea, sube por una ladera rocosa y después sigue una tubería hasta que después de la entrada a un túnel (al que no entro) sigue sobre un canal. Cruzo el cauce del barranco y después atravieso por otro túnel hasta otro barranco (Valle Grande) por donde sigo el canal y bajo por una loma muy vertical hasta un chiringuito y sigo por la carretera hasta Santa Cruz
Esta es mi excursión 150 en Anaga, así que más o menos de cada seis que he hecho una ha sido en Anaga. Y, por supuesto, el tema está lejos de estar agotado. (Ahora que reviso esta excursión para publicarla en la web del Aventurero Doméstico voy por la 274 en Anaga, y sigo diciendo que el tema está lejos de estar agotado).
Tomo un taxi desde el intercambiador de Santa Cruz para ir a La Cardonera (5€), me deja en la confluencia de las calles Avenida Virgen del Valle y Subida la Cardonera, al lado de una parada de Titsa con contenedores de basura. Está nublado cuando llego, mejor así, porque, de entrada, tengo que enfrentarme a una subida fuerte y rápida por las callejuelas y rampas de La Cardonera. Que hago a ritmo no muy fuerte y parándome de vez en cuando para ir viendo las vistas hacia el mar y las grúas del puerto.
Transcribo aquí la descripción (excursión 903) de la subida hasta el canal. Omito las partes diferentes:
“La parada está al final de la recta que viene de la avenida marítima y antes de una curva a derechas, al lado de unos contenedores de basura. Con mi mapa en la mano, de los de openstreetmap.org que me muestran las curvas y las rectas del sendero, pero no los desniveles, y tampoco muchas de las casas, encaro la primera calle. Cada vez me gusta más esta parte específica de guiarme por los mapas, de descifrarlos, la realidad siempre me supera. Subo por una calle (Subida la Cardonera) con mucha pendiente a la izquierda de un barranquillo que tiene una casa invadiendo una gran parte del cauce. En menos de 100 metros y en la siguiente curva (a la izquierda) sale un sendero a la derecha que va por encima de una casa y que va a dar a una calle peatonal (Ébano). Las casas son pequeñas y hay espacios libres, puro campo. Llego a una calle (Palorosa) y tuerzo a la derecha y unos metros después, tras pasar una calle a la izquierda (Veremundo), sigo por otro tramo peatonal (calle Palisandro) a la izquierda. Barandillas, rampas, suelo de cemento, algunos escalones. Vistas cada vez mejores, porque estoy subiendo mucho y rápidamente, en dirección al barranco de Valle Seco. De lejos oigo que un hombre me llama, “¿quiere comer, tengo buena comida?”, se lo agradezco y le digo que no, pienso: ¿habrá un chiringuito aquí? El día está caliente, aunque hay calima puedo ver la otra ladera del barranco de Valleseco, está muy cercana. Distingo una cantera pequeña al otro lado del cauce en la base de la ladera. Al llegar a otra calle (Ukola) tuerzo a la derecha por ella. Hay una casa aislada de la que un hombre está sacando un coche del garaje, me mira y casi ni me ve, me saluda sin ganas… tomo el sendero serpenteante que sale de enfrente de la casa y que está un poco invadido de plantas, hacia la derecha sólo campo, por la izquierda voy pasando algunas casas. Me gustan las vistas cada vez más. Se ve el mar siguiendo la carretera con la vista. Vuelvo a llegar a otra calle y no acabo de encontrar el sendero de continuación cuando sale un hombre a la ventana alertado por sus perrillos que ladran. “No hacen nada, ah sí, vaya por ahí, sí, a la cantera”. Me gusta con la sencillez que me menciona la cantera, entonces pienso que si él me ha visto aquí es porque quiero ir a la cantera. Lo de la cantera no lo tenía como algo importante en esta excursión, pero este comentario tácito me hace pensar que puede ser algo interesante. La calle termina aquí y un sendero sale por la derecha de la casa hacia arriba, con poco desnivel, por terreno más rocoso y rojizo. Pronto llego al nivel casi de un canal (Guañaque) que pasa unos metros por encima del camino ancho. Hay grandes rocas rojizas, como restos de un transporte que se quedó a medias, desde la cantera. Vistas estupendas hacia el barranco. Voy rodeando la ladera por un camino ancho y bueno con miradores hacia todo el barranco. El canal, unos metros por arriba, me acompaña y al dar la vuelta un acueducto parece servir de puerta de entrada a la cantera (235m) y cuando entro en ella casi caigo de rodillas al ver este espacio fascinante. Es un gran cubo hueco de paredes rojas, muy vertical, enorme, las paredes son bastante más altas que el ancho de la base. Algunos resaltes en las paredes de sucesivas extracciones y muchas rampas de madera ¿ciclistas, motoristas? ¡Qué lugar! Es todo un espacio. La cámara pequeña que traigo no da para hacerle justicia, debe ser todo un reto hacerle una buena foto. Deambulo hasta las paredes, y las toco, rugosas y rojas. El suelo es muy liso y uniforme. En lo alto algunas plantas sobresalen de los bordes y embutidos en las paredes hay muritos de piedra, qué cosa más rara. Vale. Esta son las cosas que tanto me refuerzan el seguir con mi compulsivo afán de hacer más y más excursiones. Tantas cosas por descubrir. Del acueducto sale un canal que recorre el barranco hacia arriba, lo dejo para otro día, el recorrerlo.”
Llego al canal (Guañaque) en buen estado. Me encantan las vistas hacia la subida del barranco de Valleseco y las cortadas de las canteras en la base de la ladera opuesta. Rodeo el hueco de la enorme cantera, no entro, sólo le echo un vistazo al pasar. Ahora sigo al lado del canal y hago el mismo recorrido que en la excursión 918 hasta el túnel del canal de Los Catalanes: desde la cantera sigo unos 80 metros y al lado de un grifo tomo un sendero que sale a la izquierda. Subo la ladera por el sendero y en unos cien metros llego a una cresta rocosa (que bordea un barranco) por la que sigo subiendo hasta llegar a una tubería metálica (320m). Es la segunda vez que hago este recorrido, pero lo podría hacer más veces y me seguiría gustando tanto como ahora. Hago una relación de las plantas que he visto durante la travesía: cornical, matorrisco, incienso, penca, tabaiba, triguerilla guanche, magarza, gamona, corona de la reina, bejeque, cardón.
El sendero va cerca de la tubería y tiene tramos algo estrechos y esquinas sobre rocas. En general, claro y trabajoso con vistas estupendas hacia el interior del barranco todo el tiempo. Paso la entrada al túnel (16.15h, 415m). He tardado una hora desde La Cardonera, es impresionante lo entretenido que es esto, voy completamente conectado con lo que toco, piso, veo. Todo me gusta. A partir del túnel voy por encima del canal que va enterrado (debe tener una tubería dentro) y bien claro, marcado y sujetado con piedras en el borde exterior. Así que ahora el recorrido es completamente llano y de mucho mejor firme que hasta el túnel. En las esquinas, más expuestas, tiene un cable de acero para sujetarse, yo no lo uso, voy bien sin agarrarlo. Ahora puedo tener una inmersión todavía mayor en el terreno. Son largos los pasos de los valles que se suceden uno tras otro, el canal se acopla al contorno de las laderas, cada nuevo pliegue de la ladera da paso a un nuevo valle con tramos rectos largos. El canal está, en general, más cubierto de vegetación que, en el tramo hasta el túnel. Veo otros tipos de plantas, esto es mucho más húmedo. En un trecho tengo que ir tentando el suelo porque no lo veo. Cuando llego a una pequeña construcción, un cubo, y doblo la esquina ya puedo ver el sendero que va por el cauce del barranco de Valleseco, el PR (sendero de Pequeño Recorrido). Me da una gran alegría, así como ver el puente (acueducto) que hay más bajo.
Sin embargo, al dar la vuelta a la última esquina dejo de tener el apoyo del canal y prácticamente desaparece el sendero, que va muy oculto entre la vegetación baja. Veo el sendero claro, abajo, pero me lo tengo que tomar con mucha calma para ir “descubriendo” por dónde bajar, afortunadamente existe un sendero, el único sitio por donde ir, todo lo demás es pura vegetación densa e impasable y algún que otro fuerte desnivel. Con calma y sangre fría lo voy bajando y bajando hasta que casi de improviso llego al sendero de Valleseco (16.47h, 439m) que es casi como una autopista en comparación, que además han estado limpiando de zarzas. Me ha llevado una media hora desde el túnel, y ha sido un tramo deslumbrante por la vegetación y las vistas a todo el barranco. Bajo un poco por el sendero oficial y unos 100 metros más abajo (dos minutos) encuentro a la izquierda la desviación que estoy buscando y que me va a llevar a otro túnel para atravesar el barranco Valle Grande. La desviación es clara aunque no tiene ninguna marca, ni siquiera una equis. Empiezo a subir inmediatamente por ella, paso unas antiguas y abandonadas huertas con unos almendros enormes. Esto está un poco asalvajado de vegetación. Por momentos voy inseguro de si es el camino correcto, hay sitios con muchas plantas. Pero pronto se termina la inseguridad cuando me elevo más y tengo un tramo en curva con vistas muy buenas. Ya me voy acercando al siguiente túnel. Siento que tiene que estar cerca porque me encamino a una gran pared y paso al lado de una oquedad grande. El terreno es más abrupto ahora. Y llego al canal que va por encima de un pequeño puente. Inmediatamente después está la entrada del túnel (17.08h), que tiene unos 200 metros de largo.
Qué respeto me dan los túneles. Saco el casco con luz de la mochila y me preparo. Entro. Más de la mitad del espacio está ocupado por una tubería de cemento y la base sobre la que va. Es el canal Catalanes/Chabuco. Lentamente, pero a paso regular y alternativamente bajando y subiendo la cabeza para ir iluminando el techo y el suelo, voy recorriéndolo bien, sin percances. Aunque me da la sensación de que voy conteniendo la respiración, en suspenso. Cuatro minutos y salgo (17.10-17.14h). Fantástico. Maravilloso. Otro paisaje completamente diferente se abre a mi vista, estoy en el barranco de Valle Grande. A mi izquierda sigue el canal bien marcado y llano. A mi derecha descubro un sendero estrecho que baja y que después sigue por la ladera y lo veo recorriendo pequeños andenes. Parece que es un sendero posible, pero puede que sólo lo recorran las cabras. En todo caso, el sitio por dónde creo que se puede bajar está siguiendo el canal un rato hacia la izquierda. Así que desecho el sendero de la derecha y sigo por el canal.
(Este canal es el que estuve recorriendo en la excursión 696, desde el caserío de Los Catalanes, y la bajada que busco ahora es la que tenía que haber encontrado entonces para descender hacia unas casas -un chiringuito- en Valle Grande. En esa excursión tuve que renunciar a descender por posible falta de luz, así que ahora estoy más que ansioso por poder completar aquella excursión.)
Pronto me encuentro pasando por sitios muy expuestos, y llego a una cortada tremenda con impresionante caída a mi derecha, no lo pienso mucho, no me pone nervioso, simplemente sigo lo más pegado que puedo a la pared y evitando las abundantes cagadas de cabras. Y unos cinco minutos después de haber salido del túnel llego a una nervadura del terreno que es por donde hay que bajar. Puedo seguir su trazado a lo largo de la arista de la loma/nervadura del terreno y además, puedo ver cómo esta nervadura termina en una pequeña loma pelada y rojiza y después y a la derecha ya está la finca-chiringuito con varias edificaciones (finca, a donde llegué en la excursión 395 desde abajo. Me acuerdo que en aquella excursión uno de los encargados de la finca me describió como subir hasta el canal.) Así que empatando todos esto: la descripción del encargado, y lo que puedo ver a simple vista, me lanzo a la bajada, casi una destrepada, más que una bajada, porque el terreno es de lo más pendiente, y es más un paso de cabras que un sendero para personas. Simplemente voy por dónde puedo bajar, sin preocuparme de más, y en cuanto ya he bajado un poco ya me pongo muy contento sabiendo que muy probablemente lo consiga. Sólo tengo un par de dudas en un sitio donde hay un hermoso almácigo, grande y frondoso. Pero las resuelvo y cuando llego a una parte menos empinada ya me relajo completamente y me concentro en no caerme, sobre todo en la loma rojiza que es muy resbaladiza y tiene muchos falsos senderos, hay que seguirla hasta el extremo, donde el desnivel es más pequeño y enseguida llego a la trasera de la finca (17.53h, 280m).
En el chiringuito hay una cierta animación, un hombre trabaja con cemento, otro le ordena cosas, una mujer va de un lado a otro, una niña juega y los perros, los perrotes no ladran, simplemente miran, sobre todo, un gran bardino. El hombre que manda parece ser el encargado, me da la mano y me recibe con mucha curiosidad “pero hombre como va usted sólo por ahí, ¿y si se parte una pierna?” y cordialidad, me ofrece agua, que acepto, se mete en la casa y aparece con un gran vaso “es del canal de Los Catalanes”. Me la bebo, y cuando el otro hombre le demanda algo ya pierde el interés en mí y nos despedimos. Gracias.
Ahora simplemente me alejo por la pista seguido, rodeado por los perros, el bardino y tres más, dos pequeños. Cuando ya estoy lejos de la casa, los perritos se animan y me empiezan a ladrar. No les hago caso. Me siguen, me acosan un buen tramo. No les hago ningún mal gesto. Casi medio kilómetro más abajo ya me dejan ir. Es una bajada por una carretera estrecha de asfalto con vistas al cauce y las huertas que hay aquí y allá en el barranco. Paso el caserío del Cabo con varias casitas y una pila de colmenas en el otro extremo. En una casa al lado de la carretera están unas babuchas apoyadas contra la pared al lado de la puerta, creo que son las mismas que ya vi las otras veces que he pasado por aquí. Y ahora en la bajada voy disfrutando todo el rato después de la gran prueba que ha sido esta excursión, sobre todo la bajada por la nervadura, tan vertical. Y sigo caminando y caminando. Llego a la confluencia con los barrancos de Brosque y Crispín (Los Dos Barrancos) donde hay un restaurante y un grupo de casas. Y sigo caminando hasta la populosa María Jiménez, donde pierdo la guagua por segundos, la guagua que baja del Pelotón. Elijo una calle a la derecha en una bifurcación y cuando ya la estoy recorriendo veo cómo pasa la guagua por la calle de la izquierda. Vale. No importa. Sigo caminando y llego hasta la avenida Marítima (18.47h). La 910 (19.58h), que es una guagua doble, viene muy llena. Me pongo en la bisagra, a dónde me gusta estar, por el bamboleo. Y dos chicas que están muy juntas en un momento dado se dan un gran beso en la boca, “que se pare el mundo” pienso al verlas, es un momento mágico, siento que todo es maravilloso. Yo sigo a lo mío, todavía en mi nube de la excursión.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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La Cardonera (Valle Seco) a Canal Catalanes a barranco Valle Grande