• Excursión 1576. 29 Abril de 2024. Lunes
Barranco Magua. Barranco Bucio. Las Eras
Municipio: Arico
De 14.25 a 18.40h. De 10 a 30 a 380 a 10m.
Distancia: 14,7k. Duración: 4h 15m.
Recorrido por el corto y sorprendente barranco de Magua, de paredes de piroclastos con rebordes y texturas lisas y granuladas. Después un barranco perdido y apenas transitado que no puedo recorrer del todo porque está muy lleno de plantas. Por viejas canteras salgo a la carretera del sur y regreso por la carretera que baja después de pasar Icor
Otro lunes más con el objetivo de recorrer barrancos de Arico. Hoy quiero visitar el barranco de Magua, corto, y el del Bucio, largo y que llega hasta la carretera del Sur.
Bajando hacia Santa Cruz en coche cambio de idea y decido pasar de la guagua e ir en coche hasta Las Eras porque hoy el día está nublado y no me resultará pesado conducir por la autopista del sur. Además, así puedo disponer de mucho más tiempo para desarrollar la excursión de hoy. El tiempo en el norte es fresco y algo lluvioso, en el sur va a estar cálido y soleado, qué bueno.
Apenas cansado estoy aparcando el coche en una callecita estrecha (La Maresía) al lado de una placita en Las Eras. Lo que me gusta de esta calle corta es que mirando hacia el norte directamente se ve el mar y muy en la lejanía la costa de Anaga. La calle estrecha y corta forma un desfiladero que te lleva al mar algo picado y muy azul. No hay transición, ni costa, sólo la calle y el mar. Atravieso la placita y sigo por otra calle estrecha con casas de dos plantas y en un minuto llego a un callao recoleto protegido por un espigón (Callao Las Ceras) donde algunas personas toman el sol. En este callao desemboca el barranco de La Linde/Las Ceras. Atravieso y sigo por otra calle con el firme de tierra (La Amistad) y por dónde quedan muchas parcelas sin construir. Me resulta de lo más extraño ver como las casas salen perfectamente del suelo alineadas y rodeadas de espacios de puro campo. En un par o tres de minutos llego y bajo a otra playa (El Tronco) donde una pareja y un hombre toman el sol. Todavía atravieso otra zona con casas y rodeo cerca del mar, por un camino bajo hasta otra playa más, más ancha y larga que las otras. Hoy tengo que dar un largo rodeo para embocar mi barranco del día. El mar está algo picado con viento no muy fuerte. La playa de cayados es larga y tras unos cinco minutos paso una serie de arcos por donde desemboca un barranco (Bonito) y enseguida un sendero me saca de la playa (más allá los riscos impiden ir al lado del mar) y por tierra suelta y piedras subo hasta el arcén de la autopista. Y como dice la canción “no mires a los ojos de la gente”, yo me lo aplico y me digo “no mires a los coches”.
Concentrado por el arcén agresivo mirando sólo el suelo avanzo unos cien metros y me salgo por unos escalones excavados en la laderita. Ya sabía de este atajo. Arriba sigo por un sendero claro entre las tabaibas dulces. El cambio es inmediato. El ligero viento apaga el sonido de la autopista. El sendero me va llevando hacia la costa. Alrededor y sobre la escoria oscura se arrastran las tabaibas dulces que ocupan casi todo el espacio y que sirven de protección a otras plantas menos leñosas (lechuga de mar, uva de mar) y sujetan la tierra. El sendero es arenoso y agradable de recorrer. Me gusta mucho que las excursiones, aunque con un propósito concreto, me lleven a visitar otras zonas interesantes y con tantos contrastes como este tabaibal donde las tabaibas apenas tienen hojas, sólo son troncos ramificándose y estrechándose en ramitas finas donde en algún momento saldrán unas pequeñas hojas. Aquí les va muy bien a las tabaibas. El sendero me lleva hacia la costa agreste y accidentada, no muy alta, donde hay caminos para acercarse más, probablemente para pescadores. De nuevo bajo hacia el cauce ancho de otro barranco (Magua), no lo cruzo para seguir subiendo por otro sendero, sino que ya sigo por el cauce de este barranco hacia la derecha. Este es el primero que quiero recorrer hoy. En menos de un minuto estoy atravesando la autopista por un túnel. La montaña de Magua situada a la derecha domina el lugar. El tránsito por el barranco es sencillo, es muy llano y paso una pista que la cruza.
Después de recorrer unos 500 metros empiezo a ver paredes de piroclastos esculturales. Están a la derecha. Son paredes beis con rebordes orlados y texturas granulosas que me resultan de una belleza arrebatadora. Me tengo que detener. Me dejan asombrado. Y según voy ascendiendo y subiendo la variedad y tamaño de las paredes aumenta y se hace cada vez más barroco y extraordinario. Algunos pequeños barrancos laterales (hacia la montaña) tienen más, yo me mantengo en el de Jagua por donde surge un sendero que me aleja del cauce (no está reflejado en el track de la excursión) y me lleva a acercarme a las paredes por un recorrido seguro. Primero el sendero se echa a la derecha del cauce para ir pegado a las paredes ornamentadas y después cruza el cauce y va por la izquierda bajo un gran aerogenerador y con vistas más amplias de las paredes, que se extienden a todo lo largo de las laderas de la montaña de Magua. En algunos de los barranquillos laterales los antiguos construyeron nateros, grandes muros que retenían el agua que eventualmente recorría los cauces. Aquí siguen esos muros para toda la eternidad, del mismo material que el entorno. Es la interacción entre la acción humana (integrada en el entorno) y la naturaleza una de las cosas que más me gustan del paisaje. Estoy exhausto, casi con el síndrome de Stendhal. El sendero por la izquierda del barranco es claro y me vuelve a llevar al cauce del barranco. Remato el recorrido subiendo por una ladera de textura más sólida hasta el borde superior por una pista ancha (140m).
Recorrí una vez (excursión 1328) la montaña de Magua y tuve una visión desde arriba del barranco de Magua, pero ese día, algo nublado, sólo me dejó sospechar lo impresionantemente bello que era este barranco. Desde luego que este barranco, no muy largo, de un km y medio de longitud, debería ser declarado Monumento Natural. Desde la pista veo a la izquierda bajo un aerogenerador un pequeño cercado con cabras. Enseguida le pierdo la vista cuando tras recorrer un pequeño tramo de la pista hacia la izquierda empiezo a bajar hacia la derecha, al cauce de un barranco (Bonito) por una vieja pista. Es parte del recorrido de la excursión 1328, lo recuerdo. Al llegar al cauce sigo por donde hay un camino ancho frecuentado por motos, tiene muchas marcas en la arena. Sigo unos 250 metros por el cauce, algo pedregoso también y al llegar a una confluencia de barrancos, separados por una loma de laderas suaves, tomo a la derecha por el barranco de Bucio. El cambio es inmediato. Por aquí no pasa nadie. El cauce pequeño y estrecho tiene muchas rocas, piedras y plantas en donde destacan unas gramíneas (¿triguerillas guanches, cerrillos?) que le dan un aire ligero y dinámico, se mueven con la ligera brisa. Las piedras son oscuras, el cauce no muy ancho, ni profundo. Sin embargo, las laderas sí que son altas, enormes, de pendientes suaves. No se ve ninguna señal de actividad humana, no veo terrazas, ni muros, muy frecuentes en los barrancos que he visitado de Arico. El progreso por el cauce del barranco es tan lento y complicado como es de esperar, con balos cada vez más frecuentes impidiéndome el paso. Algunos tramos basálticos, pero en general predominan las piedras de color oscuro y rojizo. El día soleado y con una ligera brisa es muy agradable. No paso ningún calor.
Puedo continuar como un km y medio por el cauce hasta que llego a una sección en forma de cañón que con una vegetación muy densa que cubre todo el ancho cauce me hace muy complicado seguir (225m). Me echo a la derecha y empiezo a subir por la ladera por donde me parece ir por senderos, es sólo una intuición, no acabo de verlos, pero puedo progresar. Por la ladera y ganando altitud puedo ver bien la densidad extraordinaria de la vegetación en toda esa sección del barranco. Y puedo ver también que el cañón está rematado por un salto. He hecho bien en salirme. Sin ningún plan claro continúo por la ladera que está rematada por una parte vertical. Así sigo entretenido por las vistas y con la buena sensación de ir a lo loco, sin plan, hasta que veo por arriba un arco por el que puedo superar la parte vertical y salir del barranco. Entre vegetación de tabaibas, matorriscos y cardones subo por la pared, paso por el arco, no muy grande, asciendo un poco más y llego a lo alto de una loma. Avanzo por ella hacia la izquierda. Desde aquí tengo una vista insuperable del barranco de Bucio, con el salto grande y unos meandros que continúan hacia arriba también muy cubiertos de plantas. Abandono definitivamente la idea de volver al cauce del barranco. Desciendo de la ladera y atravieso dos pequeños barrancos (Hoya la Majada y Hoya la Tanquilla) con pequeños muros de nateros en sus cauces y sigo subiendo por otra loma con cada vez mejores vistas hacia el barranco. Me consuelo con esto. En mi subida voy pasando viejas canteras, ahora sólo grandes llanos con taludes verticales en su parte superior. Y así voy pasandolas una tras otra hasta alcanzar la carretera general del Sur (385m).
Puede ser que otro día intente bajar desde Arico el Viejo por el barranco del Bucio para completar el tramo que no he podido hacer. Ahora lo que hago es echarme a la derecha y por la carretera con brisa y sol caminar cuesta abajo. La excursión está ya amortizada y lo que me queda es una larga retirada por asfalto. Me lo tomo con calma. Como hoy he empezado bastante temprano y tengo el coche en Las Eras no necesito darme prisa y puedo volver relajadamente. Tras un km y medio paso Icor, el pueblecito declarado BIC, y tras otro medio km llego a otro pequeño caserío (Leña Blanca) por donde empiezo a bajar por una carretera asfaltada hacia Las Eras. Con escasísimo tráfico puedo ir muy bien, a ritmo lento, doce minutos por km y descendiendo. Paso algunas casas y después sigo por zona sin ocupación hasta unos grandes invernaderos, algo rotos sus plásticos por el viento, donde hay plataneras. Es una larga bajada por esta carretera local y muy secundaria. No tengo prisa. Es el puro disfrute de caminar con vistas amplias sobre laderas suaves. En unos cuarenta minutos (3km) bajo hasta la autopista y la cruzo por un túnel. Después es un largo pasaje por pistas de tierra por Las Eras hasta la calle La Maresía donde dejé el coche donde de nuevo me vuelve a sorprender la vista directa sobre el mar mirando hacia el norte.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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