• Excursión 1574. 22 Abril de 2024. Lunes
Barranco Boso. Barranco Paredón Blanco
Municipio: Arico
De 15.50 a 20.10h. De 200 a 180 a 230 a 40 a 350 a 20 a 40m.
Distancia: 16,6k. Duración: 4h 20m.
Logro recorrer un tramo estrecho tipo desfiladero del barranco Boso. Después por pistas y la carretera voy hasta el inicio del barranco Paredón Blanco y lo recorro casi en su totalidad hacia arriba. Un barranco con una gran variedad de materiales y una gran belleza.
Hoy va a ser mi tercer intento de bajar a un tramo angosto, tipo desfiladero, del barranco Boso, en Arico. Llevo una cuerda de cinco metros para atarla a la que dejé puesta, que espero que allí siga, y que entre las dos lleguen a la base del salto.
En el intercambiador de Santa Cruz la cola de la 10 ya es kilométrica un cuarto de hora antes de que salga. Espero caber. El conductor empieza a admitir viajeros mucho antes de la hora de partida. Bien. Es una hora punta y las colas de varias líneas parecen mezclarse. Todo el mundo pregunta cuando se suma a una cola. Vengo preparado mentalmente para este jaleo. Lentamente van entrando y, por fin, logro entrar. Todavía después se montan una docena más, otros muchos se quedan en tierra. Me toca sentarme al lado de un joven hombre robusto en pantalones cortos que se aferra a su bolsa como si le fuese la vida. Yo dejo mis mochilas en los compartimentos de arriba, y puedo ir relajado escuchando música. En cuarenta minutos me bajo en S Isidro. El tiempo está ventoso y a pleno sol, ningún taxi en la parada. Es un momento psicológicamente malo. Incluso estoy confuso porque no sé, por momentos, si estoy esperando una guagua o qué. El ambiente está desangelado, me encuentro de lo más desubicado. Pasa más de quince minutos hasta que aparece un taxi al que me monto sobre la marcha. Va como un tiro por la autopista hasta El Porís, voy viendo en su pantalla gps lo que falta. Me gusta. Al llegar a El Porís tenemos que callejear hasta encontrar el principio de la carretera que sube hacia la Villa de Arico, la TF-627. Después es fácil. Me bajo en el km 4.
Estoy muy ilusionado y emocionado de poder hoy, por fin, atacar la bajada por la cuerda al barranco Boso. Me meto por una pista que sale a la derecha de la carretera y pasado una casa enseguida estoy bajando por una pista hacia el cauce. Voy más que deprisa. Demasiado. Me tuerzo un pie. He empezado demasiado deprisa. Lo del pie es poca cosa. Me duele un muslo. Se me pasa pronto. Tras el cauce tomo por un sendero señalizado que va a Arico el Nuevo y cuando he ascendido unos 50 metros de desnivel me salgo por la izquierda del camino y, campo a través por terrazas antiguas me voy acercando al borde del barranco y en menos de cinco minutos por el primer sitio posible bajo al cauce. Me echo a la izquierda y bajo al cauce. El primer saltito lo bajo por una hendidura de basalto pulido y enseguida llego al salto. Aquí sigue la cuerda (de diez metros). Bien. La recojo y le ato la cuerda (de cinco metros) con un buen nudo. Y directamente y sin pensármelo apenas (ya he estado dos semanas pensándolo) me agarro bien y me deslizo poniendo los pies en algunas grietas y sobre rocas lisas, sin caminar sobre la pared, enseguida estoy abajo en la arena en la base del salto. Ha sido un visto y no visto. Aquí estoy. Desato la cuerda de cinco metros y me la llevo consigo, puede que me haga falta en el salto de abajo (excursión 1570) o en algún otro que pueda haber.
Empiezo a recorrer el barranco angosto con una sección transversal en forma de u de lo más dramática. Las paredes son altas, unos quince metros. El primer tramo tiene charcos con agua sobre basaltos ondulados que rodeo. Las paredes son de piedras fracturadas, inclinadas y protuberantes, la parte superior es completamente vertical. Tras unos sesenta o setenta metros localizo un sitio por la izquierda por donde quizás se podría trepar y salir, no lo intento. Sigo adelante. Paso un salto que de lejos parece alto pero que al llegar puedo destreparlo fácilmente. El cauce es uniformemente estrecho. El sol no llega al cauce. Algunos balos grandes me encuentro que no me impiden seguir. Paso un segundo saltito de basalto pulido. Me impresiona todo el rato la altura y la verticalidad de las paredes. En menos de diez minutos recorriendo este desfiladero llego, antes de lo pensado, al segundo salto, el que no me atreví a trepar en la excursión 1570. Y aunque no tan alto como el otro es mucho más vertical. Afortunadamente encuentro dos agarres de metal, muy próximos entre sí. Bien. Bien. Bien. Paso la cuerda por los agujeros. Le hago un nudo corredizo. Compruebo su solidez, me agarro bien a la cuerda y sobre la marcha me echo al abismo. Aquí no hay grietas ni sitios donde apoyarse y bajo deslizándome sin soltar las manos, procuro ir despacio pero el ultimísimo tramo lo hago rápido y cuando noto la arena bajo mis pies tengo las manos más que calientes. Ha sido un tour de forcé. Aquí estoy. Bien. Me ha resultado corto. Debería haber ido más despacio. Por supuesto, dejo la cuerda, otros podrán usarlas.
Ahora voy a hacer mi segundo objtivo del día: recorrer el barranco Paredón Blanco. Recorro el tramo corto del barranco Boso hasta la pista por donde accedí antes y por la pista subo y en lo alto no salgo a la carretera, sino que sigo a la izquierda por un camino en muy buen estado, bastante liso que empieza pasando bajo una torre de electricidad con su ominoso cartel de “Alta Tensión. Peligro de Muerte”. A muy buen ritmo recorro este sendero que ya he hecho varias veces en las últimas semanas. Tras un km y medio salgo a la carretera y sigo bajando por ella. No me desvío (a la izquierda) por el sendero, sino que sigo por la carretera, nunca he recorrido este tramo. Bajo cómodamente por el asfalto y un poco antes de que la carretera haga un giro brusco a la izquierda descubro unas cuevas antiguas en una loma de piroclastos. Una tiene delante un muro de piedras alto y ancho. La otra, más pequeña, tiene bloques a los lados formando aberturas. No subo hasta ellas. Sigo por la carretera con vistas hacia los aerogeneradores. Tras un km y medio por asfalto y después de pasar el puente de Los Caballos me meto a la izquierda por una pista ancha por la que avanzo unos cien metros y sigo recto en una bifurcación y a los pocos metros termina la pista y sigo por un sendero bien visible. Estoy justo por encima de la confluencia de dos barrancos, Ballardo/Tajo a la izquierda y Paredón Blanco a la derecha, que es el que quiero recorrer. El sendero me lleva a cruzar el cauce del barranco Paredón Blanco que tiene un salto un poco más arriba, pero que no voy a intentar porque es demasiado vertical. Sigo por el sendero y estando al otro lado subo por la ladera campo a través y cuando llego arriba me echo a la derecha y sigo por el cauce hacia otro salto, precioso, gris, que sí voy a intentar trepar. Me acerco con prevención. El frente está compuesto de grandes piedras redondeadas, son piedras descomunales con plantas rastreras y trepadoras entre ellas. Las ataco y poco a poco las voy superando. Es muy entretenido ir evaluando los sitios por donde trepar y después hacerlo. Tengo que trepar en cuatro o cinco sitios. No es un salto muy alto, pero sí muy llamativo desde lejos, destaca por su color claro. Arriba sigo por un cauce pedregoso y arenoso con marcas de ruedas de motos. Tras unos 250 metros por este tramo serpenteante llego a una pista. La cruzo y enseguida paso bajo un acueducto cuyas columnas están hecho con moldes de barriles, alguno sigue in situ.
Ahora viene una parte bastante llana con pistas (de motos) y un terreno muy blanco, a lo mejor de ahí viene el nombre del barranco. Sigo por las pistas que van muy cerca del cauce hacia una hoya (Hoya de los Conejos) que termina en una grieta con un salto de basaltos suavizados. Multitud de senderos llevan hacia todos lados. Me echo a la derecha y subo por muros, aunque hay senderos para subir. Y rodeo el salto por la derecha. Es un salto muy estrecho, una verdadera raja en el terreno. Desde arriba veo que se podría bajar un poco, aunque más abajo es vertical. He hecho bien en evitarlo. Sigo por el cauce que es de piedras claras suaves con ondulaciones y protuberancias redondeadas. Todavía sigo viendo marcas de ruedas. A tramos de colores claros le siguen tramos de material rojizo, también con protuberancias redondeadas, es de una belleza plástica arrebatadora. Me gustan mucho. El tránsito no es muy complicado, el barranco es muy llano por aquí. Tras unos quince o veinte minutos (850 metros) llego a un cañón recto con una cantidad tremenda de plantas, tantas que no puedo seguir, me tengo que salir por la derecha y verlo desde arriba. No es un tramo muy largo, unos 200 metros, con un salto inclinado en el final. Una vez rodeado el cañón bajo al cauce. Y vuelvo a ver zonas de piedras blancas, pero dura muy poco. Ahora estoy en una zona de cultivos antiguos y tengo que ir atravesando los muros de pequeños nateros ahora cubiertos de inciensos y tabaibas. A la derecha va aumentando el tamaño de la ladera. Es fatigoso y lo voy pasando yendo por la izquierda sobre roca. Hasta que ya se me acaba el tiempo ya a la vista de Arico el Nuevo y por una parte del barranco que no es tan interesante.
Me salgo por la izquierda y al poco tengo la suerte de encontrar una vieja pista, erosionada, que me lleva a una pista, la que comunica Arico el Nuevo con un cementerio. Doy la cosa por concluida y subo por la pista hasta Arico el Nuevo. Llamo al taxi. No tengo ninguna suerte. Tardará cincuenta minutos en venir. Son las siete y cuarto. Paso. Decido bajar caminando hasta la autopista. Bajar por el sendero señalizado que he recorrido hoy en parte. A todo meter. Muy pero que muy deprisa bajo por el sendero. Tengo que volver para hacer la cena. Bien concentrado bajo hasta el cauce del barranco Boso y después subo por un camino ancho (por donde bajé hoy al principio de la excursión). Arriba no salgo a la carretera, sino que vuelvo a bajar por el camino que en algún momento confluye con el sendero señalizado y por él sigo como un tiro bajando hasta la carretera y después tomo el atajo (el sendero) que me lleva a la carretera por donde sigo bajando rápido como el viento hasta cruzar el túnel bajo la autopista y por un senderillo pegado a un muro subo hasta la gasolinera y a la parada de la guagua. Tengo mucha suerte hoy, la guagua, la 111 sólo tarda dos minutos en aparecer.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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