• Excursión 1187. 14 Diciembre de 2020. Lunes. (Anaga 195ª).
El Batán. Pedro Álvarez. Las Canteras.
Municipios: La Laguna. Tegueste.
ENP: Parque Rural de Anaga.
De 15.05 a 18.05h. De 580 a 900 a 700 a 760 a 520 a 590m.
Distancia: 9,3km. Duración: 3h.
Con inicio cerca de El Batán empiezo con el recorrido de un maravilloso sendero antiguo y poco transitado con las plantas saturadas de agua por la arista de una loma hasta una carretera. Después enlazo con una pista que me lleva a otro sendero algo vertiginoso y de ahí a otras pistas y senderos poco frecuentados hasta Pedro Álvarez
Otra vez más voy a subir por el sendero con gran pendiente que parte de la carretera cerca de El Batán y que he hecho varias veces el mes anterior (excursiones 1169, 1172 y 1175). Hoy con tiempo lluvioso. De nuevo, en taxi desde el intercambiador de La Laguna, que me deja en la entrada a la pista del Lomo de los Dragos (20€). Vengo bien equipado con el chaquetón y los pantalones impermeables, me los pongo nada más bajarme del taxi.
Subo por la carretera. Hoy me gusta especialmente la primera curva pronunciada. Tiene una cresta rocosa como la proa de un barco. Parece avanzar por el asfalto gris y brillante. Cuando el asfalto está mojado cobra un color negro intenso que se mezcla muy bien con el verde de las plantas; al mismo tiempo el agua produce colores más nítidos y brillantes en las rocas de las crestas. Y en esta soledad, esta calma, alejado del pueblo, todavía me llegan ruidos del pueblo, aunque matizados y silenciados por las nubes pesadas y grises. De las rocas salen las rosetas de las plantas crasas, las plantas rupícolas que están especializadas en crecer en las rocas, las rosetas de los bejeques y de las beas, más grandes. Me gusta tanto caminar por el asfalto mojado. Poco después ya llego al principio del sendero que es como una cortada al bies en el terreno y que sube hacia la izquierda hasta unos huertos pequeños separados por una rejilla ligera.
Empieza a llover. Y empiezo a subir por el sendero estrecho entre las plantas saturadas de agua que me van echando el agua a paladas sobre los pantalones y se deslizan hasta mis zapatos que enseguida me doy cuenta no van a resistir. Hoy el sendero es un poco más difícil porque las zonas rocosas y los grandes escalones están más resbaladizos y no quiero ni pensar en caerme por aquí, en estas circunstancias ya voy al límite. Y si no tengo ningún incidente es una situación sostenible. En los miradores donde tengo vistas despejadas me alcanza para ver las casas de El Batán entre las brumas. Cuando el camino se echa a la derecha para recorrer un andén estrecho tengo que ir bien despacio para no caerme por el precipicio, el suelo está tan blando, y además algo inclinado. Es un tramo corto que enseguida tuerce a la izquierda y vuelve a la cresta, a la arista de la loma. Cruzo una pista y sigo subiendo y poco después el sendero se convierte en un camino ancho bajo los laureles que filtran el agua de la lluvia y causan que el agua caiga uniformemente. El olor es tan intenso, el olor a humedad y a bosque mojado, a los aceites esenciales de las hojas de los laureles. Las hojas, las plantas, tan precisas y delimitadas, tan brillantes. Estoy en un punto delicado: entre el máximo disfrute del entorno y el desastre inminente si tengo algún problema bajo la lluvia. Los calcetines ya se están enchumbando y chapoteo un poco por los talones. Me voy acostumbrando. Al llegar a la carretera sigo recto por ella hasta que entro, a la izquierda, a una pista (Las Yedras) y enseguida me meto, a la derecha, por un sendero que sube recto.
Cuando alcanzo la carretera del Batán por una parte llana me echo a la izquierda para seguir por el sendero que va en paralelo y muy cerca de la carretera y en unos 200 metros cruzo la carretera y me meto por una pista, creo que con barrera, y en menos de un minuto me echo a la izquierda en una bifurcación y bajo hasta el cauce de un barranquillo (Pedro Álvarez) en una zona llana amplia con mucha arboleda y aquí en otra bifurcación me echo a la derecha. Es una vieja pista con algunos árboles caídos. La pista va en paralelo al cauce del barranquillo y en unos 350 metros llego a la entrada con cadena, a la derecha, a un camino y aquí la pista gira bruscamente a la izquierda. Sigo por la pista bajando. La pista pronto cruza el cauce del barranquillo y sigue por la izquierda del cauce del barranquillo. La pista está cada vez más invadida de arbolitos y arbustos que van ocupando toda su superficie y poco a poco me voy elevando y alejando del cauce del barranquillo por una zona muy densa de árboles. En unos cinco minutos, desde el cruce del cauce, termina la pista y continúo por un sendero estrecho algo arenoso, terroso, que baja por la ladera con mucha pendiente. Me tengo que ir sujetando en los troncos para no caerme, después se estabiliza y llega a una pista. En la pista me echo a la izquierda. Es bastante llana y con mucha curva amplia bajo los laureles. El firme es liso y agradable de recorrer. La lluvia no cesa, aquí bajo los árboles es más regular. La pista se va estrechando hasta convertirse en un sendero y entonces, muy dramáticamente, se abre, a la derecha, una vista fantástica y brumosa sobre Pedro Álvarez. Continúo después de parar un rato a hacer fotos y poco después investigo un sendero, muy claro, sale a la derecha, solo lleva a un dique rocoso, con las rocas cubiertas de líquenes amarillos y lleno de lengua de pájaro (mosquera común) el llano por abajo. Como no tiene continuación vuelvo al sendero por el que sigo a la derecha. Unos 100 metros después y antes de que el sendero empiece a subir marcadamente me echo a la derecha por un sendero que apenas se ve que baja en tirabuzón pasando sobre una cueva y después sigue recto hacia Pedro Álvarez por lo alto de una loma.
Es un sendero fantástico, más hoy con las plantas mojadas y todo brillando. Desde el sendero voy teniendo vistas alternativas a los valles por los dos lados de la loma y en unos diez o quince minutos, no me acuerdo bien, llego a unas casas por donde bajo por una calle asfaltada (Los Collazos). Bajo y paso este grupito de casas y después hay una vista muy buena del valle a la izquierda enmarcado por el asfalto de la pista y la ladera rocosa con bejeques a la derecha. Confluyo con otra calle (Mazapé) y sigo hacia abajo oyendo los balidos de las cabras de los corrales donde hay una ladera con muchos dragos. Al llegar a la vieja carretera general por Pedro Álvarez (Calle El Medio ,TF-141) tuerzo a la derecha y paso la iglesia y sigo por la calle Santiago Bermudo pasando el cauce por un puente y después tuerzo a la izquierda (Camino Llarena) pero cuando un hombre aquí me dice que la calle no tiene salida a la carretera de Tejina ya veo que no me da tiempo a continuar hacia El Palomar y entonces vuelvo sobre mis pasos hasta el sitio por donde accedí a la calle El Medio y sigo subiendo por la vieja carretera bajo la lluvia hasta Las Canteras donde me quedo a esperar una guagua al lado de la farmacia.
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Track orientativo, no obtenido durante la excursión, elaborado después de realizarla
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El Batán a Pedro Álvarez - Primera parte
El Batán a Pedro Álvarez - Segunda parte