Cuaderno Nº 32

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 16 de enero de 1994CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 32
VISITANTES Y VIAJEROS QUE LLEGARON A GUALEGUAYCHÚ –XII- José María Villasante y Urquiza “a los pueblos, cultura e ilustración”MARIA LUISA GUERRA-         El concierto.-         A María Luisa Guerra
EL CARNAVAL DE ESTE SIGLO, SEÑORES-         La Comisión de Corsos-         La iluminación del circuito-         Los premiados en 1925-         Por Tesorería, la participación-         Dejemos correr el tiempo. En la década del 30.-         Los palcos de las familias-         En la década del 40-         Las letras de las canciones-         Muere aquel carnaval 
LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV-         CONVERSACIÓN CON JUAN PABLO DOMINGO-         ENTRE LETRAS Y PINTURAS-         LA SEGUNDA DE CUATRO METÁFORAS-         EL MUEBLE ESE DESCONOCIDO

VISITANTES Y VIAJEROS QUE LLEGARONA GUALEGUAYCHÚ - XII

JOSE MARIA VILLASANTE Y URQUlZA: "... a los pueblos, cultura e ilustración"

Nati Sarrot

El 5 de mayo de 1850 llega a Gualeguaychú un huésped respetable y querible.

El presbítero JOSÉ MARÍA VILLASANTE y URQUIZA, primo hermano del Gobernador don Justo José de Urquiza. Venía de ser el prestigioso Cura Vicario de la Villa de Castro Urdiales, en el Obispado de Santander, España.

Sacerdote de singular humildad, don José María fue enfático partidario de que a los pueblos había que darles fáciles accesos a la cultura ya la ilustración.

Muchas distinciones recibió con total merecimiento, según se desprende de las lecturas históricas. Entre otras, fue condecorado con la "Cruz de Caballero de la Real y Distinguida Orden de Isabel la Católica" y designado Examinador Sinodal del Arzobispado de Toledo.

Indudablemente, las cualidades y el trajín comunicativo que adornaban al presbítero Villasante y Urqui­za, le granjearon la estimación fuerte y las simpatías de aquella nuestra población. La grey católica gualeguaychuense supo de la nobleza de sentimientos de este sacerdote que también por breve tiempo ocupó el curato de la Iglesia San José. (1)

Es de señalar una particular actitud suya. Al enterarse que el Capitán GeneralUrquiza salía a campaña, ya sexagenario Villasante viajó de inmediato hacia el Cuartel General para ofrecer sus servicios como Capellán. Según sus propias palabras... "para acompañar a los buenos muchachos, asistirlos, ayudarlos y consolarlos con los auxilios de la Santa Religión...".

 

Nota: (1) -El Pbro. Villasante, El Progreso de Entre Ríos. Gualeguaychú, 16 de julio de 1850. Museo Mitre.

Maria Luisa Guerra

El concierto. 

Soberbio y muy digno de la sociedad de Gualeguaychú y de la eximia pianista que en él tomaba parte, ha estado el concierto dado en nuestro coliseo. (Teatro 1° de Mayo).

Era tal el entusiasmo que había para oír a María Luisa Guerra, que las localidades se han vendido a precios fabulosos, como nunca ha acontecido entre nosotros, abonándose hasta 50 pesos por el palco y 15 pesos por una luneta.

Circularon, en hoja suelta, en el teatro estos versos, debidos a la pluma de un conocido periodista de la localidad.

A MARIA LUISA GUERRA

En el ritmo del versoY el molde de la estrofa,No es posible encerrar la resonancia Intensa de tu gloriaY hacer que el canto efímero,Con lazos de armonía ate tu nombre Que vuela ya, camino de la historia. Pero, ofrenda de afectos,De admiración y elogio verdaderoPuede llevar la voz hasta tu oído,Y el anhelo inocente Como voto sinceroQue de los pechos todos, surge ardiente, De que arrulle la cuna de tus sueños Con las notas sublimes de tu arteY la riegues con flores de tu genio.

(El Noticiero, Gualeguaychú 4-11-1895) 

“A otro perro con ese hueso”

(Dicho en Gualeguaychú) 

EL CARNAVAL DE ESTE SIGLO, SEÑORES

Marco Aurelio Rodríguez Otero

Entrado ya el siglo XX el Carnaval, fiesta popular por excelencia, debió ajustarse a una reglamentación oficial. Para 1924, se requiere de otras ciudades las disposiciones existentes para basar reglas de los diferentes aspectos a cubrir garantizando el mejor brillo y orden delas carnestolendas que en 1925 serían en: 22, 23, 24 y 28 de febrero y 1 de marzo (nada más que los días colorados en el almanaque).

Se tenía necesidad de proveer los fondos para gastos de: luz, premios de murgas, comparsas, máscaras sueltas, conjuntos, coches, autos y carros arreglados, etc. de manera de retribuir la cooperación que hicieran al éxito de los corsos.

La asistencia del público estaba asegurada. Ninguna fiesta, como el carnaval permitió desde el vamos, la participación sin inhibición de todos los sectores de la ciudad y del campo. Aunque los roles y lugares se percibían diferen­tes, como en auto separación de clases, existía una común predisposición ¡Divertirse!...

Corsos en 25 de Mayo y España

La Comisión de Corsos 

Designada poco tiempo antes, se encargaba de todas las gestiones imaginables: Conseguir de comercios de Buenos Aires, Rosario… los premios. Gestionar la asistencia de la Banda del Regimiento 10 de Infantería para amenizar con música; otorgar sitios para expendio de bebidas, serpentinas, ruletas, inscribir las murgas... Los señores de la Comisión "eran serios y ceñudos" hombres de Gualeguaychú que daban su tiempo y trabajo para que todo saliera lo mejor posible. También ellos con muchas ganas de divertirse, pero primero estaba su misión.

La iluminación del circuito

Para 1925 era Intendente Claudio Méndez Casariego. Debió firmar con la Compañía Anglo Argentina de Electricidad, un contrato para la iluminación extraordinaria de calles Rocamora y Primera Junta, desde Rivadavia a Gervasio Méndez (que allí se establecían quioscos con mesas y sillas para venta de bebidas, sándwiches, masas, etc. Y reforzar también la del circuito del Corso en la VEINTICINCO).

Cada cuadra "se ponía a giorno" con 8 lámparas de 600 bujías y se colgaban diez guirnaldas de 14 lámparas de 50 en el recorrido, en Ayacucho y 25 de Mayo, otra al termi­nar- en calle Chile (hoy Chalup), en el Palco oficial y en el de la Banda.

La serpentina se usaba a destajo. Las ruedas de los coches se atascaban con la multicolor cinta de papel. Debían detener la marcha y sacarlas con fuerza y paciencia los pasajeros y más de un comedido. Para los chicos, sentados en el cordón de la vereda, cerca de los pies y del control de sus pa­dres, era todo un operativo que incluía en los acontecimientos del corso, así como el de juntar papel picado que se amontonaba en las cunetas a fin de volverlo a usar "a su gusto".

Los Premiados en 1925

Se presentó la COMPARSA NERÓN, la que mereció distinción especial por su buen gusto y originalidad. El primer premio en comparsas se declaró desierto y el segundo fue para LOS PAMPEANOS. En cuanto a las murgas fueron LOS CALAVERAS y LOS AMANTES DEL 7 merecedores de primero y segundo.

Carros adornados: LA LIRA, GUARANÍ y LA NOCHE. A los autos y coches con damas disfrazadas en grupos alegóricos, LAS MARQUESAS, BATACLAN PORTEÑO Y PERLA LUMINOSA, ABANICO, LAS PRINCESAS DE BERENGARIA etc., se les ofrecía una bombonera o un juego de cubiertos y a las máscaras sueltas como EI CHINO, un reloj pulsera...

El mayor de los premios fue de 300 pesos y el menor, de 25.

Por Tesorería, la participación

Don Miguel Hanisquiry, en la rendición de lo entrado por inscripción del 20 al 25 de febrero detalla como vendidos por Juan C. Romero: 600 tarjetas de permiso de disfraz a 0,40 cada uno; 450 entradas de coches de dos ruedas a 1,00 la unidad y 450 coches de cuatro ruedas a 2,00 pesos. 100 tarjetas permanentes de coches de dos rue­das a 4,00 y 100 de cuatro ruedas a 8,00 pesos. Todo hizo un ingreso de 2.790.00. Por premios en efectivo se otorgaron 995 pesos.

Además se recaudaba por derecho de instalación de bares en Rocamora y Primera Junta, lo que se concedía si el propietario del frente daba su autorización por escrito. 

Dejemos correr el tiempo.

En la década del treinta.

La comparsa UNIÓN ARGENTINA que dirige Litardo Queirolo hace bailes en su casa de Alem 436, cobrando la entrada "a toda persona varón", 0.50 pesos para reunir fondos ya que la experiencia de años anteriores (al año 1933) le produjo déficit. Para ello tiene autorización del Municipio y de la Policía.

Las bocacalles del circuito de Corsos son disputadas entre los que instalarán venta de bebidas y comestibles, con hileras de mesitas y sillas avanzando hacia el me­dio de las cuadras aledañas. Lambruschini, Flores y Denegri, Fanuelo, Rogelio Bargas, Damasco, Di Sorbo, Enrique Godoy, Arturo Casanova, etc;Oliver, Adolfo Barbosa, Néstor Franco, Carlos Tellechea, etc, instalan ruletas, venta de serpentina, helados, caramelos..

Los palcos de las familias

Bajo la vereda, amurados al cordón, los palcos, de un tamaño no mayor a 4 metros, también ocupan el largo de las cuadras, tanto que en algunos años se debe ex­tender el recorrido hasta calle Mitre.

Para 1936 se arman casi 70 palcos, con preferencia entre Maipú y Chacabuco o entre Churruarin y Umberto Primo (Italia) o Suipacha (Perón) y Pellegri­ni. Se alquilan a la Municipalidad o las familias los tienen en propiedad.

Más tarde las entidades sociales instalarán también palcos. Detrás de los quioscos de las bocacalles se permite (con pago en primera o segunda fila) el estacionamiento de automóviles.

Desde ellos puede también mirarse el corso.

En la década del 40

Los conjuntos murguísticos aumentan.

El número de integrantes de cada uno no supera los 16 componentes. Los distingue el colorido de sus trajes y sombreros. Generalmente el calzado es la clásica alpargata o zapatilla negra o blanca que regalaba la comodidad aguantadora de un trajinar de horas entre idas, venidas y viboreos... (no existía el calzado deportivo de hoy).

En 1941 se inscriben Los diablos rojos, Los amantes del Yatay, Los Saca chispas, La muchachada de a bordo, Los vacantes, Los amantes del vino Tomba, Los negritos del Barrio Franco, Los vagos Patagonia, Los locos del4ºpiso, Los amantes de las mujeres, Los pebetes inundados, Los amantes de las flores, Los enamorados, Los escapados de Rosario Tala y Los inundados.

Ganaron los premios los cinco mencionados primero.

Aparecían siempre como un testimonio de tradición conjuntos de gauchos a pie o a caballo: Los defensores de la pampa, Rejucilo y los suyos, etc.

Impresionaba a chicos y grandes la pelea que, a cierta altura, simulaban, y a veces no tanto, gauchos contra indios. 

En general los componentes de los conjuntos murguísticos o de las comparsas, provenían de los barrios periféricos de Gualeguaychú. Tomaban con pasión la organización y actuación de sus hombres; actividad que acompañaban sus familiares y vecinos muy de cerca, hasta seguirlos en el recorrido del Corso como bordeando la demostración motivo de su orgullo.

Era costumbre que un niño, vestido en forma idéntica a los mayores, acompañara con mucha gracia a la murga que, cuando declaraba el número de componentes escribía 12 y medio, 15 y medio, refiriendo al pequeño que aún no llegaba a ser un hombre.

Las letras de las canciones

Ponían letra a alguna canción de moda con melodía pegadiza. Debían someterla al criterio de la Comisión de Corsos que, muchas veces, las testaba en parte si las consideraba inconvenientes.

Ahora estimaríamos lo testado, de tono ingenuo, pero como preferían tomar en broma las modas de las mujeres, la Comisión se permitía cruzar la cuarteta que calificara de atrevida o grosera. Aunque la versificación fuera defectuosa los cantantes se las arreglaban para que entrara en los compases marcados por el ronco bombo y el redoble de los tambores. Las gangosas cornetas acompañaban con la melodía, sin aparato amplificador alguno. 

 (Los versos de las Murgas)

 Y todas usan collares

Y también usan peinetas

Y les suena la barriga

Como clarín de retreta.

Lo arriman cerquita al novio

Al contacto de su seno

Y el pobre cómo estará                                  (x) testado por la Comisión

Eso nunca lo sabremos

Corsos en la 25 de Mayo

Muere aquel Carnaval

Para la década de 1950 este Carnaval se mue­re año a año.

A fines de 1960 la Municipalidad organiza, con la participación de clubes sociales y deportivos, la elección de la Reina del Carnaval 1961.

La fiesta de coronación se hace en la esquina de Belgrano y Rivadavia sobre un escenario montado y con un desarrollo preparado con delicados efectos.

Los días de corso han servido para conocer a las representantes, vestidas de gala. Hubo formidable reparto de elementos de cotillón para que la gente arrojara serpentinas, papel picado e hiciera sonar matracas y pitos... Era la despedida de una forma de celebrar las fiestas carnavalescas que, con otra concepción, se fueron transformando en un desfile de esplendor "a la brasileña" que atrae a gran cantidad de turistas y en la que el pueblo también participa de otra forma pues es otro el tiempo. Una murga perdería sus canciones, su pícara intención, su música ingenua al paso del más pálido de los reflectores y del más débil amplificador de sonido.

Aquel fue el Carnaval hasta mediados del Siglo XX.

Ahora es una fiesta "espectáculo" en la que "no nos alcanzarán los ojos" para apreciar la 

estructura, brillo, colorido, motivos inspiradores, de magníficas carrozas y los modelos de los trajes que compiten entre sí y cada año, con los que los integrantes visten comparsas o scolas do samba, con alto número de componentes. Todo el ciclo anual se trabaja en su preparación; un Carnaval que transcurre por espacio de más de un mes, concita a grandes masas de visitantes que, en la mayoría de los casos,traen como única intención ver el CARNAVAL de GUALEGUAYCHÚ.

En otros días de la semana se hacen los Corsos barriales.Aunque en menor escala éstas realizaciones tienen mucho de aquellos festejos que se habían esfumado.

Sin hacer comparaciones, sin hacer juicios de valor (cada uno es un acontecimiento distinto) pero, es dable comprobar que -costo de entrada aparte- hay un gusto por participar en esa forma antigua, folklórica, de celebrar al dios Momo. 

(Plano)

Tramo de la Veinticinco entre Maipú y Chacabuco

Ubicación de Palcos en 1936

1- M. Chaparro. 2- Flia Benetti. 3- Flia Rodríguez Etcheverry. 4- Flia Etcheverry. 5- Flia Ardetti.6- Pablo Venditti (vereda sur) . 7- L. Moussou. 8- J.J. Rivollier. 9- Flia Bassín. 10- Flia Churruarín. 11- Stockli y Maciel. 12- E. Etchegoyen. 13- Costa y Tolosa. 14- R. Otero. 15-P. Dumón. 16- Dr. R. Villagra. 17- B. Caviglione (vereda norte).

Bares en bocacalles: Martínez, Repetto, Guillaume, Flores y Denegri. 

 

(Epígrafe fotografía)

Sábado 18 de febrero de 1961. En Rivadavia y Belgrano, inolvidable proclamación y coronación por el Intendente Municipal, Ing. Ignacio H. Bértora, de la Reina del Carnaval /61, Miss Club Pueblo Nuevo, Griselda Teresita Migueles.



En la foto, de izquierda a derecha: Elsa Susana Burgos (Miss Defensores del Oeste), Margarita González (Miss Publicidad Radial Argentina), Carlota Margarita González Casella (Miss Difusora Greco), Griselda Teresita Migueles, Magdalena Salva (Miss Club Frigorífico Gualeguaychú), Luisa Pighetti (Miss Club Independiente) y Alicia Cammarota (Miss Club Central Entrerriano) 

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS: Nati SARROTCarpetas de Andrea SAMEGHINIJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRÍGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Carlos M. CASTIGLIONE Aurelio GOMEZ HERNANDEZ.Diseño del Suplemento, de la última página y del rostro del niño Juan Pablo Domingo: RAÚL SARROT
TRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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