Cuaderno Nº 9

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, DOMINGO 07 DE FEBRERO DE 1993CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 9
EL CARNAVAL EN GUALEGUAYCHÚ: Fue antaño un inmenso regocijo "entre los de la casa..."- DEL DICCIONARIO: CARNAVAL- AQUEL CARNAVAL DE 1880.- TRISTEZA DE CARNAVAL.- LOS GRATOS NOMBRES.- VARONES Y MUJERES, APARTE.LA CONFIDENCIA DE PIERROT.CARNAVAL DE 1935.EL ARGENTINO TENÍA 28 AÑOS: Dijo Montana- "está resultando un diario de gran porte".
LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IVCONVERSACIÓN CON JUAN PABLO DOMINGOLLEVO PUESTA MI CASAENTRE LETRAS Y PINTURASEL MUEBLE: ESE DESCONOCIDO

EL CARNAVAL EN GUALEGUAYCHÚ

Fue antaño un inmenso regocijo "entre los de la casa..." 

El propio proyecto generador de CVADERNOS y la razón de ser que se le confiriera, determinan la idea motora de este pequeño tabloid de cuatro páginas en primer y tercer domingo de cada mes: "Reconstruid con la verdad y con investigación... buscando la senda del pasado"... y en "esa mirada retrospectiva, abierta a los intereses de nuestra comunidad, ir descifrando muchos sucedidos olvidados en las sombras del ayer, conocimiento que nos permitirá recrear los verdaderos valores del hombre..."

Nos parece oportuno y necesario exhibir hoy encomilladas aquellas líneas fundadoras que presidieron la tapa de nuestra primera edición; se nos ocurre que, nada mejor que este momento con la reválida de las mejores galas del "Carnaval del País en Gualeguaychú", para ofrecer a la masa de lectores, habituales y circunstanciales, de EL ARGENTINO, como en las buenas partituras, un contracanto afinando armoniosamente, las sugerentes añoranzas del pasado histórico, irrepetible, con la exultante oferta de un espectáculo sensacional, hijo de la denodada actitud institucional-empresarial, favorito del fervor turístico de este Gualeguaychú que quiere mostrarse "a toda vela".

Descorrido el velo insular entrerriano con las obras del Complejo Brazo Largo-Zárate y el Subfluvial Hernandarias, Gualeguaychú, la más cercana al máximo centro representativo de la sociedad de consumo finisecular, se ve visitada y conmovida hasta cimas inimaginables algunos años atrás y ofrece hoy un Carnaval "a la brasileña" como un espectáculo de alta taquilla.

A CVADERNOS, entonces, en función de la cultura histórico-costumbrista, le corresponde ofrecer a propios y extraños, un repaso, no totalizador desde ya y a propósito del espacio, de aquellos carnavales de antaño donde todo resultaba, nada más ni nada menos, que el inmenso regocijo público, como quien diría, "entre nosotros, los de la casa".

La novela "Palo a pique" de Eduardo J. Villagra, editada en Buenos Aires en 1942 - páginas 158 y siguientes- nos pinta el carnaval de Gualeguaychú de los años veinte. Sus preparativos, las expectativas que creaba, los corsos, los costumbres de la ciudad y el campo, narrados por Villagra se convierten en un documento de época.

"En las casas, tras las persianas de tablillas verdes, cuchicheos animados mientras se dan los últimos toques al traje que han de lucir las gitanas graciosas, las odaliscas provocadoras, las paisanitas risueñas y las rubias segadoras"...

La preparación abarca el trajecito de los niños y del mayor. En las cocheras los carros, el carruaje y hasta el sulky se adornan con flores, campanillas, penachos de colores. Los caballos con prolijo tuce, los jinetes con el mejor y más lujoso vestido si han tenido la suerte de ser elegidos como comisarios del corso.

La VEINTICINCO recibe cargas de ramas de siempre verde, mirto y lilas florecidas para adornar los frentes y los palos que sostienen banderolas y guías de gallardetes. Los palcos, algunos alquilados a la Municipalidad o pertenecientes a familias, salen de su cuidado descanso para convertirse en "primorosa glorieta" que elevada del nivel del suelo, mostrará la belleza de las jóvenes damas, munidas de un arsenal de flores naturales y serpentinas. 

La iluminación de las ocho cuadras de corso se enriquece con farolas a querosene o gas incandescente.

A la siesta, se hace el juego con agua. Desde el tímido comienzo hasta la batalla a baldazos, el agua corre porque se ha juntado ex profeso con la complicidad de toda la familia. Las casas se abren para el juego y sus patios y las calles son exponentes de la intensidad de la jocosa lucha. La tregua da lugar al acicalamiento para el corso que comienza a las seis p.m. y tendrá un descanso de una hora para continuar desde las nueve hasta las once, hora en que el cañon de la Jefatura "anuncia que desde ese instante está permitido el juego libre".

Como por arte de magia desaparecen: los coches artísticos, las comparsas juveniles, las damas de los palcos, los efímeros ornatos de papel multicolor, etc... el que se queda está dispuesto a dar y recibir el hilo de agua perfumada o el torrente que desde un zaguán ha esperado disimuladamente su paso.

La Veinticinco brilla con su piso cubierto de serpentinas, papel picado y flores; infinidad de flores que han caído sin terminar el arco que uniría la mano del que las enviaba y la de quien era su intencionado destino. Las doce marcan el inexorable toque de queda. Las casas de familia, espaciosas, dejan salir por sus ventanas, la música de pianos y violines. En los suburbios "la guitarra llorosa y el quejumbroso acordeón" puntean un gato para encender al final del baile con el pabellón de la Patria del Pericón Nacional.

Las máscaras van llegando a los bailes y son admitidas luego de un privado descubrimiento del rostro que se oculta tras un antifaz, el velo o la careta y que se identifica más que con ese acto, con la "compañía de la mamá difícilmente irreconocible".

Las máscaras van llegando a los bailes 

Los lanceros, los valses, galopas y "el desairado pas de quatre antecesor del shimmy y el fox" apagados por un bullicio de voces y risas, se suceden hasta que comienza a clarear. Quien haya podido reservar el misterio de su nombre hasta que le plazca develarlo, quien ha podido bailar con el que signifique su preferencia, quien haya podido decir su sentimiento ayudado por su papel de paisanita coqueta, odalisca misteriosa o Pierrot inquieto, volverá triunfante a su casa para continuar al día siguiente una aventura que, en la época, sólo permite el Carnaval. 

Gualeguaychú ha concentrado, para esta fecha, toda la muchachada que pasa el año afuera de su pueblo: "estancieros manates", estudiantes universitarios un tanto aporteñados, alumnos del Colegio del Uruguay, flamantes profesionales "porque recién han comenzado a lucir en el zaguán de la casa paterna la anhelada chapa doctoral", y ello permite un encuentro fugaz tal vez, pero promisor del comienzo de una relación que las formas sociales de las primeras décadas del siglo no hacen fácil establecer.- 

DEL DICCIONARIO: CARNAVAL

Los tres días que preceden al Miércoles de Ceniza, que es el primero de cuaresma. Dícese también: Carnestolendas. Fiesta popular que se celebra en tales días y consiste en mascaradas, comparsas, bailes y otros regocijos, animados y bulliciosos. Este año, los "días de Carnaval" serán en 21, 22 y 23 de febrero corriente.

AQUEL CARNAVAL DE 1880

El Reglamento firmado por Luis Clavarino como Presidente y Francisco León Secretario, el 3 de febrero, dice que los días 8, 9 y 10 siguientes regirán el Carnaval estas disposiciones:

TRISTEZA DE CARNAVAL

Bailaron las cinco noches, intensamente. A partir de la tercera bailaron y conversaron, apretaditos. Ella con su divina voz tipo Amelia Bence y su hermoso antifaz de pana azul. El último día bailaron toda la noche, seguramente muy enamorados. Al primer canto de gallo, él insiste por enésima vez en que ella se saque el antifaz. Y ella le reitera, "... es que soy muy fea, dejémoslo así". El exclama -" ¡pero no serás más fea que la mona Domínguez!..."

Aquella divina voz y antifaz azul, humedecido, se perdieron por la arbolada transversal al norte.

LOS GRATOS NOMBRES

Ligerito y desde el mirar de la justicia histórica, consignaremos nombres propios de grata memoria, de aquellos carnavales consumados y consumidos "entre los de la casa".

Ese entrañable Matecito Blanc, desaparecido recientemente.

VARONES Y MUJERES, APARTE

Es diciembre del 1885. El calor arrecia y la gente quiere aprovechar del río que tiene tan a mano.

La Municipalidad debe normar esta manifestación popular para orden y atención de la tranquilidad y moral de los bañistas y "mirones".

Las Mujeres se bañarán en el tramo que abarcan calle San Martín al Sur y del Plata (Luis N. Palma) al Norte.

Los Varones lo harán en la costa que abarca desde San Martín hasta Paraná (Doello Jurado). Los Niños menores de doce años, con sus padres o tutores.

Así ordena la Resolución del 26 de diciembre de 1885, Municipalidad de Gualeguaychú.

LA CONFIDENCIA DE PIERROT 

Escuchame, máscara; deja que mire tu boca que se parece a otra boca que me dijo que me amaba pero que ya murió...Mas , no se pinte el asombro en tus ojos, no tengas lástima de mi sufrir, sobre todo, no me creas ni loco ni borracho. Tanto he sufrido con mi amor y tan no me resigno a su ausencia que tengo que marearme con bullicios y carcajadas, música, alcohol y cascabeles, para soportar esta fatídica fecha todos los años."

"Era la razón de mi existencia; blonda y pura, nunca salpicó su oído una nota que no fuera dulce de mi viola, que lloraba melodías a su instancia. Enmudeció desde entonces y la llevo, como triste recuerdo, cruzada sobre mi espalda. Me sentía poeta mirando el fondo de sus ojos glaucos y le canté mi amor. Me escuchaba en crepúsculos vespertinos de bonanzas infinitas, a mi lado... Ya no canta más mi lira...

-¡Pobre Pierrot!

" ¡Cómo lloraba detrás de mi careta! Mis lágrimas disolvieron el cartón y la expresión de la máscara se transmitió a mi semblante, a tal punto que ella ya no me reconoce. Cree que he muerto y vivo para alabarla.

"Agitó sus muñecas llenas de cascabeles a la altura de sus oídos ...y salió dando saltos con sonoras carcajadas, con la gama altisonante de sonidos que hace el llanto sin sollozos... Y era que en una mesita vecina sentábase sin ruido Arlequín, cerca muy cerca de Colombina, hablándole de amor..." (de Benjamín Morra).

CARNAVAL DE 1935

Corre el mes de enero y los representantes de las murgas y conjuntos, solicitan de la Municipalidad autorización para participar del Corso. Firma la aceptación el Intendente Bernardo L. Peyret. Comunica que los ensayos concluirán a las 22:30 y se pasa aviso a la Policía.

La lista de los aspirantes incluye:

Se constituye una Comisión Popular y se ofrece a la Municipalidad para organizar los Corsos y ésta le otorga los fondos remanentes del Carnaval 1934, depositados en Banco Italia y Río de la Plata (839,40 $) y dispone que los que ellos recauden pasarán en depósito a la Comisión de Corsos 1936. Se le concederán además todos los elementos que la Municipalidad disponga, pero ella se reservará el derecho de control de iluminación..., de los versos que reciten o canten las comparsas o murgas,etc.

La Comisión Popular está integrada por:

La murga "Los Amantes a las Flores" estaba integrada por: Juan Antonio, Francisco y José Luis Lapalma, Luis Enrique Torres, Pedro José Garcén, Luis Mundel, Ismael Barbosa, Juan Risso, Juan M. Machado, Enrique Carmona, Otto Moltrasio Marín, Jacinto Amores, Pedro Garcén, Luis Marín, Eduardo Molina; Presidente, Ismael Barbosa; secretario, José Luis Lapalma y tesorero Juan María Amores.

Los versos, de una gracia ingenua, picante sin embargo para la época, critica a "las chicas" de las que dice:

"Las vemos por la calle

así medio vestidas

Todas de traje de seda

aunque no tengan para comida...

Y hay otras que hace poco

se vinieron de allá afuera

a todos nos saludaban

pero ahora son puebleras.

Esto no sucede

en el paso a nivel del tren

donde el pobre padre viejo

trabaja en el terraplén".

Asimismo "Los amantes de los corazones" critica en forma más atrevida y agresiva:

"Y todas usan collares

y también una peineta

y les suena la barriga

como clarín de retreta...

Hay que verlas en la plaza

cuando están todas de novio

se lo llevan bien cerquita

y les hablan de casorio.

En el barrio hay unas chicas

que afilan con "adición"

y de tanto "arrecostarse"

ya han roto hasta el portón.

La Municipalidad testaba lo que fuese inconveniente a los oídos y cánones de la moral vigentes.

Carnaval de 1935

EL ARGENTINO TENÍA 28 AÑOS

Dijo Montana- "está resultando un diario de gran porte" 

Ayer ha cumplido 82 años EL ARGENTINO. Una aproximación al centenario que lo encuentra constituido en un poderoso medio de prensa regional, sostenido por el trípode que conforman el prestigio histórico, la esforzada presencia cotidiana y un recio espíritu de empresa. Este moderno "argentino" de hoy, palpable y a la vista, claro que tuvo sus hitos trascendentes, como aquel 29 de agosto de 1939, -tenía 28 años-, en que se puso en marcha la nueva impresora, Rotoplana "Duplex", la primera en su género que se instala en Entre Ríos, procedente de Santa Fe. Ella sucede a la histórica Plana del inicial "argentino" de 1911.

Cincuenta y dos años después, el 29 de noviembre de 1991, silencia la vieja rotoplana para dar paso al fascinante nuevo imperio de la computación y consecuente sistema de impresión en "offset" mediante esa coqueta Rotativa "Goss" americana.

Todo un acontecimiento ciudadano fue aquella puesta en marcha de la "Duplex", con un público muy numeroso participando del acto. Don Nicolás Montana, férreo fundador, maestro formador de periodistas, a través de su columna (su Viejo Panta) decía el 30-8-1939: "...Hace unos días que está funcionando la nueva y poderosa Duplex... ahora nos está faltando un poco de aplomo para no dejarnos agarrar de sorpresa porque, como ustedes habrán notado ya, EL ARGENTINO está resultando un diario de gran porte y para poner en la calle 96 columnas de material diariamente hay que "puggiarla" como dijo el italiano del cuento..." 

Don Nicolás Montana rodeado de sus colaboradores en tiempos de la puesta en marcha de la Duplex, a saber: 

12. Raúl Pintos Marino, redacción;

13. Angel Lagranda, linotipista;

14. J. Morales, maquinista;

15. J.A. Rosetti, redacción;

16. César Montana, administrativo;

17. N. Ramírez, ayudante maquinista;

18. Celestino Yuri, linotipista;

19. Felipe Vespa, Jefe expedición;

20. José Cottonaro, linotipista;

21. Marco Aurelio Rodríguez, redactor;

22. Damián Vallejos, tipógrafo;

23. Horacio Romero, redactor.

EDICIÓN IMPRESAINVESTIGACIÓN Y TEXTOS: ANDREA SAMEGHINI NATI SARROTJEFE DE REDACCIÓN: MARCO AURELIO RODRÍGUEZ OTEROCOLUMNISTAS: CARLOS M. CASTIGLIONE - AURELIO GÓMEZ HERNÁNDEZ -DISEÑOS DEL SUPLEMENTO DE LA ÚLTIMA PÁGINA Y ROSTRO DE JUAN PABLO DOMINGO: RAÚL A. SARROT
TIPEO DE TEXTOS Y ESCANEO DE IMÁGENES: JOAQUÍN R. CARRERA Y ZULMA N. MENA 
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