Pestiños | Receta Sencilla
INGREDIENTES
1 kg de harina de fuerza
2 huevos L o 3 M, de nuestras gallinas felices
1 sobre de Levadura Royal
50 gr de Matalahúga o Anís Dulce.
50 gr de Ajonjolí o Sésamo
200 gr (1 vaso grande) de Aceite de Oliva Virgen Extra
180 gr (o un poco más si fuera necesario) de Vino Blanco
c/n de Aceite de Oliva suave o de Girasol, para freír
1 Limón Ecológico (sólo la piel)
1 Naranja Ecológica (sólo la piel)
1 kg de Miel (o 1/5 kg de Miel más 8 c/s de Azúcar)
Un poco de agua
ELABORACIÓN
Freír en un perol, el ajonjolí y la matalahúga, con el vaso de aceite. Enfriar.
Poner en un lebrillo la harina con el sobre de levadura. Mezclar.
Verter el aceite con las especias fritas, una vez esté bien frío.
Verter el vino blanco.
Amasar ligeramente, hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados.
No es necesario reposar la masa, por lo que procederemos a formar los pestiños a continuación.
Hacer pequeñas bolitas, del tamaño de una cereza, y estirar con un vaso, doblar los extremos sobre sí mismo y presionar el pliegue para que no se abran al freírlos.
Calentar en un perol amplio, el aceite para freírlos con una cáscara de limón y otra de naranja, para aromatizarlo. Cuando estén bien doradas, retirar y proceder a freír los pestiños, por tandas.
Sacarlos cuando estén bien dorados, sin quemarlos, porque amargarían.
Prepara una cacerola con la miel y un poco de agua. Calentar y cuando rompa a hervir, ir introduciendo los pestiños, por tandas y daremos un baño de medio minuto en la miel hirviendo.
Sacar con cuidado, con la ayuda de una espumadera y disponerlos en un azafate o fuente honda amplia.
Mis recomendaciones y sugerencias
Podemos tostar el ajonjolí en un perol, sin aceite, y majarlo, en lugar de freírlo, antes de añadirlo a la harina.
Si fuera necesario añadir un poquito más de vino, a la masa, dependiendo de lo que absorba la harina, debe quedar una masa seca, que no se pegue a las manos.
Verter la miel sobrante, por encima de los pestiños, para que queden bien enmelados.
Una vez fríos, retirar con cuidado los de arriba, y servir primero los de la parte baja, estarán más dulces, si están cubiertos por la miel.
Dejaremos que los de arriba, que estaban más secos, queden cubiertos por la miel restante, y así repetir cada día hasta acabar con ellos.
Duran en perfecto estado más de una semana, sin necesidad de meterlos en el frigorífico.
En el frigorífico se ponen duros.