Crema de Portobello con Trompetas Amarillas
INGREDIENTES
500 gr de Setas Portobello
15 gr de Setas Trompetas Amarillas, secas
150 gr de Puerro
1 Pastilla de Caldo de Verduras Concentrado
100 gr de Pan, asentado
200 ml de Leche Evaporada
1l de Agua
3 c/s de Aceite de Oliva Virgen Extra, para la crema
100 ml de Aceite de Oliva Virgen Extra, para los picatostes
Sal y Pimienta
ELABORACIÓN
Lavar los Portobello eliminando los restos de tierra que puedan tener. Si están muy limpios se pueden eliminar con una servilleta húmeda, yo lo hago bajo el grifo con un chorro fino de agua. Escurrir y secar.
Cortarlos a láminas finas.
Lavar el puerro para eliminar la tierra y cortarlo a rodajas finas.
Cubrir el fondo de una cacerola con unas tres cucharadas de aceite y añadir el puerro. Encender el fuego medio.
Añadir los Portobello y las Trompetas Amarillas (no será necesario hidratarlas previamente)
Saltear unos minutos para que coja calor, y el puerro comience a ponerse transparente.
Añadir la pastilla de caldo y el agua (Se puede utilizar caldo de verduras ligero casero)
Salpimentar.
Subir el calor del fuego y llevar a ebullición. Cocinar unos 10 minutos.
Verter la leche evaporada y cocinar unos 3 minutos más.
Sacar unos cuantos trozos de setas para decorar los platos, antes de triturar la crema. Incluso si queremos que tengan algunas láminas dentro de la misma crema una vez ya triturada.
Volcar con cuidado el caldo con las setas en la batidora de vaso. Con cuidado porque estará muy caliente. Tapar y procesar a máxima potencia unos minutos, hasta que quede muy fina. No será necesario pasar por el chino.
Verter de nuevo la crema en la cacerola y llevar a ebullición para eliminar las posibles bacterias que puedan aparecer por oxigenación durante el triturado. Este paso es imprescindible si vamos a guardar la crema para consumirla en otro momento, para que no se fermente.
Servir bien caliente, con unos picatostes y las setas por encima.
Para hacer los picatostes
Cortar el pan a dados pequeños.
Calentar el aceite en una sartén pequeña, cuando empiece a humear añadir la mitad del pan.
Freír el pan, sin quemarlo, han de quedar dorados.
Sacar con una araña a un plato, sobre un papel de cocina para que escurra el exceso de aceite.
Repetir el proceso con el resto del pan.