Bizcocho de Mango, Manzana y Naranja
INGREDIENTES
3 Huevos ecológicos (de nuestras gallinas felices)
75 gr de Aceite de Oliva Virgen Extra
60 gr de Mango deshidratado (equivale a 1 pieza fresca)
20 gr de Manzana deshidratada (equivale a 1 pieza fresca)
1 Naranja ecológica (variedad navelate)
150 gr de Azúcar + 1 c/s para espolvorear
175 gr de Harina de Repostería
1 sobre de Levadura Royal
1 pizca de Sal
1 c/p de Mantequilla y 1 c/s de Harina para embadurnar el molde
1 molde Corona de 25 cm
ELABORACIÓN
Encender el horno y precalentar con calor arriba y abajo a 180 ºC
Embadurnar el molde con la mantequilla (a temperatura ambiente), espolvorear con la cucharada de harina repartiendo bien por todos lados, y volcar el molde para eliminar el sobrante.
Picar el mango en trocitos pequeños, como es un poco blando y gomoso, lo hice con las tijeras de cocina.
Poner la manzana (reservando algunas láminas) en la picadora y hacerlas polvo.
Mezclar la harina con la levadura y la pizca de sal.
En un vaso de la batidora, poner el azúcar con el aceite, añadir los huevos y la naranja troceada con la piel (ha de estar muy limpia, yo la lavo con un cepillo bajo el grifo, y la seco con un paño limpio, si estuviera encerada, utilizar agua caliente y un poco de jabón, enjuagando exhaustivamente) Triturar, hasta que la naranja quede muy fina.
Añadir el mango y volver a triturar.
Verter el resultado en un bol grande.
Añadir la harina con la levadura, poco a poco y mezclar con una espátula de silicona.
Añadir la manzana en polvo, y mezclar.
Verter la mezcla en el molde. Disponiendo por encima la láminas de manzana que teníamos preservadoras, y espolvorear con un poco de azúcar (esto dará una ligera textura crujiente a la superficie exterior muy agradable)
Hornear 40 minutos a 170 ºC, horno calor solera (parte de abajo) y sin ventilador.
Comprobar que el bizcocho está cocido por dentro, pinchando con una aguja, ha de salir limpia y caliente, si no es así dejar unos minutos más, bajando la temperatura del horno a 150 ºC.
Sacar del horno y desmoldar en templado, volcando con cuidado con ayuda de un plato llano. Enfriar sobre una rejilla. Se conserva perfectamente durante varios días, envuelto en film o en un táper.