Capítulo 92

Las lágrimas de Qiu Yi cayeron sobre sus manos, una por una.

Bian Nan no pudo ayudar mucho, así que se sentó en una silla en el pasillo con Qiu Yan en sus brazos, con los oídos alerta y escuchando los movimientos dentro de la sala. 

De hecho, Qiu Yi no fue capaz de ayudar mucho, solo podía extender las manos en caso de necesitarlo. 

Después de dar vueltas y vueltas durante casi dos horas, la temperatura corporal de papá Qiu finalmente comenzó a bajar. Al ver a la enfermera salir, Bian Nan tomó a Qiu Yan y se colocó de pie. 

Qiu Yi salió de la sala con cara de cansancio, Bian Nan se inclinó y miró dentro. Papá Qiu estaba acostado tranquilamente sobre la cama, con los ojos cerrados. 

—¿Cómo está? —Preguntó Bian Nan en voz baja. 

—Su temperatura corporal está bajo control —Qiu Yi se sentó en la silla: —Todavía se necesita estar bajo observación, probablemente su fiebre aumentó causada por su infección pulmonar. 

—Oh —Bian Nan se quedó quieto. 

—Bian Nan —Qiu Yi lo miró: —Por favor, ayúdame con Erbao y llévalo a casa primero, ya no puedo cuidarlo. 

—Está bien —Bian Nan asintió, Qiu Yan ya estaba dormido sobre su hombro y con su ceño fruncido con fuerza. 

—Habla con la abuela de al lado y deja que ella se encargue, probablemente no podré irme a casa por dos días —Dijo Qiu Yi, en voz baja. 

Bian Nan tomó un taxi y llevó a Qiu Yan a casa. 

Qiu Yan se despertó cuando se adentró al patio, pero no habló, solo abrazó su cuello y no lo soltó. 

—Erbao —Bian Nan entró a la habitación trasera y se sentó junto a la cama: —Duerme por un rato si tienes sueño, tu padre está bien ahora, pero aún está bajo observación. 

Qiu Yan permaneció en silencio. 

—Tengo que ir al hospital, probablemente tu hermano me necesite en caso de que esté lo suficientemente ocupado —Bian Nan lo abrazó y le dio unas palmaditas en la espalda: —¿Puedes quedarte solo en casa? 

—Mm —Qiu Yan asintió, soltó su cuello y se sentó en la cama. 

Bian Nan rebuscó en su abrigo y los pantalones, sacando un trozo de chocolate de su bolsillo, colocándolo en la mano de Qiu Yan. Siempre ha guardado algunos trozos de chocolate en su bolsillo, para que Qiu Yi puede reponer sus energías cuando no le interese comer.  

—No quiero comerlo ahora —Qiu Yan tocó el chocolate. 

—Solo guárdalo aquí, y cómelo cuando quieras —Bian Nan sacó su billetera y sacó dos billetes: —Si no puedo volver a cenar por la noche, te llamo y compra algo para ti, ¿entiendes? 

—Mm —Qiu Yan asintió, se tumbó y tiró del edredón: —Yo dormiré, tú ve al hospital. 

Bian Nan cerró la puerta y fue a la casa de la abuela de al lado, pidiéndole ayuda a vigilar a Qiu Yan y que no permitiera que se quedara solo. 

La anciana asintió vigorosamente: —Me sentaré junto a la ventana tomando el sol, y podré verlo salir. Mi hijo vendrá por la tarde, y si estás ocupado, le diré a Erbao que venga a comer a mi casa. 

—Gracias, abuela —Bian Nan le dio las gracias y salió trotando del patio. 

Al pasar por el pequeño supermercado, entró para comprar algunos cartones de leche y luego tomó un taxi de regreso al hospital. 

Tan pronto como salió del taxi, su teléfono sonó. 

Sus piernas se suavizaron y casi no fue capaz de ponerse de pie. Pero cuando sacó su teléfono y vio el número de Luo Yiyang, dejó escapar un largo suspiro de alivio. 

—¿Cómo te va recientemente? —Luo Yiyang escuchó la voz  que provenía de un dormitorio. De fondo fue capaz de escuchar a diversas personas conversando, en medio de un alboroto. 

—No tan bien —dijo Bian Nan, mientras caminaba hacia el hospital: —estoy en el hospital. 

—¿Cómo está la enfermedad del padre de tu amigo? —Preguntó Luo Yiyang: —¿Todavía está enfermo? 

Bian Nan le contó brevemente sobre la situación de papá Qiu, y cuando le dijo esto, la inquietud de su corazón se disipó un poco. 

—¿Tan rápido? —Luo Yiyang se sorprendió un poco cuando escuchó esto, e hizo una pequeña pausa por un momento antes de decir: —¿La sala en que se encuentra es grande? ¿Es del tipo con pocos pacientes? 

—Mm —respondió Bian Nan. 

—¿Qué te parece esto? en una situación así, es mejor tener una sala individual. Solo espera mi llamada, me pondré en contacto con mi papá y le pediré que busque un amigo para ajustar una —dijo Luo Yiyang: —Por cierto, también necesita un doctor que lo cuide. 

—Gracias, y también díselo a tu papá —Bian Nan originalmente se mostraba reacio deberle un favor a Luo Yiyang, ya que no sabia cómo devolverlo. Pero no sabía qué más hacer, solo quería hacer todo lo posible para que papá Qiu se sintiera más cómodo. 

Cuando Bian Nan entró a la sala, papá Qiu todavía estaba dormido, con un tubo de oxigeno insertado en su nariz y aún con agujas en sus manos, junto con el sonido de los monitores sonando a su alrededor. 

Qiu Yi estaba acostado al borde de la cama mientras estaba sentado sobre un taburete, aparentemente dormido. 

Bian Nan se acercó a mirar el mirar la botella colgante, Qiu Yi levantó la cabeza cuando escuchó sus pasos y preguntó en voz baja: —¿Cómo está Erbao? 

—Dormido, creo que saldrá después de dormir. La abuela de al lado, dijo que si se hacía tarde, llevaría a Erbao a su casa a cenar —Bian Nan le dio la leche y chocolate a Qiu Yi: —No comiste al mediodía, ¿verdad? 

—Mm, no me importó mucho y solo dejé que Erbao fuera a comer solo —Qiu Yi mordió el chocolate con dos bocados y bebió leche: —Tengo hambre. 

—Temía que no tuvieras apetito de comida —Bian Nan se colocó de pie al lado de la cama. 

—No, desde que soy un niño aprendí a cómo mantener mi energía —Qiu Yi sonrió. 

Papá Qiu solo ha estado durmiendo, moviéndose ocasionalmente, despertándose por un corto período de tiempo y no diciendo nada. Pero cuando Qiu Yi le hablaba, todavía era capaz de escucharlo con claridad y sonreía en silencio, para luego cerrar los ojos y seguir durmiendo. 

La calefacción en la sala era suficientemente cálida, y cuando salía de ella, se podía sentir que el pasillo era muy frío. 

Pero Bian Nan siempre sintió que su rostro estaba tan caliente que se sintió asustado, y sus manos se volvían aún más frías. 

Cuando papá Qiu se quedaba dormido, no tenía mucho que decirle a Qiu Yi. De vez en cuando, se susurraban algunas cosas sin sentido, ambos evitando mencionar la enfermedad actual de papá Qiu. 

Las acciones de Luo Yiyang fueron bastante rápidas, estimó que su padre tenía muy buenas relaciones con el hospital. Durante la cena, llamó y dijo que ya había conversado con el cambio de sala, como también, hizo arreglos con el doctor tratante. 

Después de más de una hora, Papá Qiu fue llevado a una sala individual en el último piso, con mesas de centro y un juego de sofás, para que los acompañantes puedan sentarse y descansar. 

—¿Con quién trataste? —Después de que las enfermeras se calmaran y se fueran, Qiu Yi preguntó. 

—Luo Yiyang, del que te hablé, el segundo hijo de Zhanfei —Bian Nan se sentó en el sofá: —Su padre está muy familiarizado con el hospital, por lo que ayudó haciendo averiguaciones. Esta sala acaba de ser desocupada, y no podíamos tener acceso a ella a menos que tuviéramos a alguien con contactos.  

—Oh, invítalo a comer cuando tengas tiempo libre, hay que agradecérselo —Qiu Yi también se sentó en el sofá y se reclinó: —Mi espalda está rígida. 

—Hablando de eso, está en la universidad, no aquí —Bian Nan sonrió, extendió la mano y le dio un golpecito en la pierna: —Supongo que tus piernas están hinchadas. 

—Estoy bien, me detenía al menos una vez al día cuando trabajaba en el restaurante —Qiu Yi estiró las piernas: —Sal a comer algo y tráeme algo, llamaré a Erbao y le diré que vaya a comer al lado. 

—Quiero comer fideos con carne, ¿Quieres que también te traiga algo de eso? —Bian Nan se colocó de pie. 

—Quiero comerlo, la carne en polvo ya no es suficiente —dijo Qiu Yi con una sonrisa. 

Bian Nan salió corriendo del hospital. No tenía la misma habilidad de Qiu Yi, quien es capaz de no comer, que cambió la carne en polvo por lo fideos con carne. 

Después de comer, quería encontrar un restaurante de comida rápida, pero después de pensarlo, fue a un restaurante completo. Pidió un doble cerdo cocinado, lo empacó en una nueva caja grande de almuerzo y la llevó al hospital.

Aunque Qiu Yi era capaz de comer, probablemente se estaba obligando a comer todo y no sintió nada en su boca. No notó la gran diferencia entre la comida rápida y los platos salteados, solo manteniendo la mirada en lo números que aparecían en el monitor, y no hizo pregunta alguna después de haber comido. 

Papá Qiu no recibió todas las inyecciones hasta después de las nueve de la noche, y el hospital solo permitió que una persona se quedara con él en la sala. Pero probablemente porque el padre de Luo Yiyang había encontrado antes un contacto, que cuando la enfermera entró y tomó la botella, solo dijo unas pocas palabras y salió. 

Bian Nan estaba aturdido sobre la cama, durante mucho tiempo y cuando quería que Qiu Yi durmiera en el sofá por un rato, papá Qiu se movió y sus ojos se abrieron un poco. 

—¿Tío? —Bian Nan lo llamó de manera apresurada. 

—Papá —Qiu Yi se sentó junto a la cama y tomó la mano de papá Qiu: —¿Puedes hablar? ¿Sientes alguna molestia? 

Papá Qiu sonrió, y después de un rato, dijo suavemente: —No me siento cómodo por ningún lado. 

Qiu Yi se mordió el labio: —¿Te duele? 

—No duele... —dijo papá Qiu, su voz era suave y poco clara: —¿...Dónde está Erbao? 

—Está en casa, él está bien —Qiu Yi acarició su rostro: —Él vendrá mañana. 

—Qiu Yi —Papá Qiu giró la cabeza para mirarlo con cierta dificultad: —Yo...

—¿Qué? —Qiu Yi se inclinó. 

—Yo no entraré a la UCI, no seré rescatado —dijo papá Qiu: —no podré soportarlo, es mucho dolor. 

Bian Nan se dio la vuelta y salió de la sala. Escuchó de forma muy clara lo que dijo papá Qiu, le dolía mucho la nariz y se colocó de pie en el pasillo, frotándosela por un rato antes de recuperarse. 

Después de unos diez minutos, Qiu Yi también salió de la sala con una pitillera en la mano.  

—¿Está dormido? —preguntó Bian Nan. 

—Mm —Qiu Yi asintió y caminó hacia la escalera de incendios: —Quiero fumar, acompáñame. 

—¿No has estado fumando una caja todos los días? —Bian Nan lo siguió hasta la escalera de incendios, bajó un piso y se colocó de pie junto a la ventana. 

—De ninguna manera, no he tenido tiempo para fumar —Qiu Yi encendió un cigarrillo y le dio una calada: —Creo que si esto continúa, me veré obligado a dejar de fumar. 

Bian Nan sonrió, pero pensando en las palabras de papá Qiu, su sonrisa instantáneamente desapareció: —¿Por qué tu padre no permite esto? ¿Le preocupa gastar dinero? 

—No —Qiu Yi suspiró suavemente: —Simplemente no quiere sufrir. 

—¿Entonces planeas escucharlo? —preguntó Bian Nan. 

Qiu Yi lo miró, no habló, giró la cabeza y miró por la ventana, tomando una calada de su cigarrillo con fiereza. 

Bian Nan salió del hospital alrededor de las doce, aunque estaba reacio, pero considerando que no iba a funcionar si ambos soportaban una situación así, accedió a regresar y descansar por un rato, también de camino a acompañar a Qiu Yan. 

Qiu Yan cenó en la casa de la abuela de al lado, y cuando Bian Nan entró a la habitación, ya estaba durmiendo en la cama y completamente tapado con el edredón. 

—Mi papá...—Al escuchar a Bian Nan entrar a la habitación, se sentó. 

—No te preocupes, se despertó por la noche, conversó un poco y volvió a dormirse —Bian Nan se rascó la cabeza: —Duerme, iremos al hospital mañana por la mañana. 

—Mm —Qiu Yan volvió a acostarse debajo del edredón. 

Bian Nan se fue a lavar la cara, luego regresó a la habitación y se acostó. No estaba físicamente cansado, pero su corazón lo estaba, lo ha estado durante este período de tiempo. Realmente muy cansado. 

Ni siquiera se atrevió a pensar cuán cansado debería estar Qiu Yi y de qué forma estaba sobreviviendo. 

Qiu Yan se durmió a su lado rápidamente, Bian Nan se giró para abrazarlo y cerró los ojos. 

Cuando estaba por amanecer, el tembloroso cuerpo de Qiu Yan lo despertó. 

—¿Erbao? —Tocó a Qiu Yan. Su pequeño cuerpo estaba caliente y se sobresaltó, sacudiendo a Erbao: —Erbao, ¿Qué te pasa?

—No me siento incómodo —dijo Qiu Yan aturdido: —Solo siento frío. 

—¡Tienes fiebre! —Bian Nan se levantó de la cama y rápidamente se vistió. Se apresuró a la sala de estar y sacó el termómetro del cajón de las medicinas. 

La cara de Qiu Yan estaba muy roja, Bian Nan lo envolvió en un edredón y todavía estaba temblando. 

39 grados.

Mirando este número en el termómetro, Bian Nan se colocó nervioso. Tomó la ropa de Qiu Yan y se la colocó: —Erbao, tienes fiebre, vamos al hospital. 

—Solo dormiré un poco —Qiu Yan luchó un poco. 

—Iremos tranquilamente al doctor —Bian Nan sabía lo qué estaba pensando, por lo que lo agarró del brazo: —No le diremos a tu hermano ni a tu papá. 

Qiu Yan lo miró y asintió. 

Cargando a Qiu Yan dentro del taxi, Bian Nan llamó a Wan Fei: —¿Estás en casa o en el gimnasio? 

—Gimnasio, ¿Qué sucede? —preguntó Wan Fei. 

—Ven aquí y ayúdame —Bian Nan miró a Qiu Yan, que estaba apoyado en sus brazos con la cara roja: —Erbao tiene fiebre y lo llevaré...

—Iré enseguida —Wan Fei lo interrumpió y colgó el teléfono. 

El departamento de urgencias del hospital, no estaba en el mismo departamento, estaba a media calle de distancia y Bian Nan no podía correr en ambas direcciones sin ayuda. 

El taxi de Wan Fei llegó diez minutos más tarde que el de Bian Nan, y cuando se apresuró a la sala de emergencia, la enfermera acababa de arreglar una cama para Qiu Yan. 

—¡¿Cuál es la situación?! —al ver el rostro de Qiu Yan, Wan Fei gritó. 

—No sé realmente si se resfrió o algo así —Bian Nan frunció el ceño: —El doctor no le colocó una inyección, solo le recetó medicamentos y luego quedará en observación. 

—Esto es... —Wan Fei susurró al oído de Bian Nan: —¿realmente grave? 

—El doctor me dijo que el problema no es grave, así que no te preocupes, solo quiero que lo observes —Bian Nan sacó su teléfono: —Cuídalo por mi, debo colocarme en contacto con Qiu Yi. 

—Está bien —Wan Fei se inclinó sobre la cama de Qiu Yan: —Erbao, ¿recuerdas quién soy? 

—Wan Fei-gege —Qiu Yan sonrió. 

—Ah, muy bien —Wan Fei rebuscó en sus bolsillos durante algún tiempo y sacó un podómetro: —¿Sabes qué es esto? 

—No lo sé —Qiu Yan lo miró con interés. 

—Es un podómetro, esta cosa puede registrar cuántos pasos has dado —Wan Fei colocó el podómetro frente a sus ojos: —Te explicaré cómo jugar con él. 

Bian Nan llamó a Qiu Yi, y la voz de Qiu Yi no sonaba enérgica: —¿Me traes algo de desayuno? de repente tengo tanta hambre que quiero gruñir. 

—Te compraré algo y luego te lo llevaré —Bian Nan quería reír, pero se sintió angustiado al escuchar esto: —Quiero decirte algo, pero no te preocupes, todo está bien.  

—¿Qué? —preguntó Qiu Yi. 

—Erbao contrajo fiebre de 39 grados en la mañana. Acaba de ingresar a la sala de emergencia, y después de haber tomado el medicamento, el doctor ordenó que estuviera bajo observación —Bian Nan terminó de hablar de una vez, sin pausa, ya que temía de que si se daba un tiempo de vacilación, Qiu Yi se colocara ansioso. 

—¿Por qué tiene fiebre? —Qiu Yi se escuchó un poco ansioso. 

—Ayer se cubrió con un edredón grueso, por lo que no debió  haberse resfriado por eso...probablemente sea porque estaba preocupado y ansioso —dijo Bian Nan en voz baja: —Le dije que no te lo iba a decir, así que finge que no sabes nada. Llamé a Wan Fei para que viniera, ¿te parece si le digo que vaya y cuide de tu papá por un rato?

Qiu Yi se quedó en silencio por un momento: —No es necesario, en medio de la noche se quejó de dolor, y después algunas vueltas por la mañana, volvió a tener un poco de fiebre. 

—¡Por qué no me llamaste en medio de la noche! —Bian Nan se colocó ansioso, pero después de haber terminado de hablar, se arrepintió después de haberle gritado a Qiu Yi. En tales circunstancias, ¿Cómo podría Qiu Yi querer llamarlo?. 

—Está bien por el momento, así que ven aquí en un rato —dijo Qiu Yi.

Bian Nan se dio la vuelta y le dijo algunas palabras a Wan Fei. Qiu Yan ya había cerrado los ojos y se había quedado dormido, y después de acariciar el rostro de Qiu Yan, se dio la vuelta y se apresuró hacia el departamento de pacientes hospitalizados. 

En el camino, se apresuró a hacer fila y comprar algunos pastelillos en el puesto de desayuno. 

Cuando corrió hacia la sala, se congeló por un momento. Había un dispositivo más en la sala que no sabía para qué. 

Papá Qiu estaba acostado en la cama, con un tubo en la boca. 

Bian Nan ni siquiera pudo dar un paso más y se apoyó contra la puerta sin poder decir una palabra por bastante tiempo. 

Después de mucho tiempo, dijo con una voz temblorosa: —¿...Por qué está así? 

Qiu Yi torció la comisura de su boca y sonrió: —La situación se volcó de esta manera, a pesar de lo que más odiaba mi papá era la intubación o algo así. 

Bian Nan abrió la boca y se quedó sin palabras, solo se acercó y abrazó a Qiu Yi. 

—Se agravó de nuevo en medio de la noche... —Qiu Yi también lo abrazó, su voz temblaba violentamente: —...Ya no será capaz de volver a hablar. 

Bian Nan no sabía cómo describir su estado de ánimo, era como si todas aquellas emociones estuvieran en este momento encerradas en su corazón, no pudiendo llorar ni gritar. 

En este momento, de repente sintió la misma dolorosa sensación de Qiu Yi, quien había estado reprimiendo todo en su corazón durante mucho tiempo. 

Papá Qiu no era su padre, pero para él, es como el padre que siempre ha querido, alegre, gracioso, considerado y en quien se podía confiar. Estaba acostumbrado a ver a papá Qiu en su silla de ruedas, hablando del pasado en casa de Qiu Yi, acostumbrado a ver a papá Qiu escuchándolos conversar y discutir atentamente junto con su sonrisa, estaba acostumbrado a escuchar a papá Qiu quejarse, por no poder comer carne, ni poder beber alcohol. 

Estaba tan incómodo que no sabía de qué forma aliviar esto, ¿Qué sucederá con Qiu Yi? 

¿Qué sucederá con Erbao?

. . .

La fiebre de Qiu Yan disminuyó al mediodía y aunque todavía estaba un poco débil, mantenía su buen humor.

Bian Nan originalmente quería que Wan Fei lo llevara a casa, pero Qiu Yan no estaba dispuesto e insistió en quedarse en la sala. Durante dos días completos, él, Qiu Yi y Bian Nan permanecieron juntos, sentados en silencio en el sofá de la sala, y solo regresando a casa por la noche cuando debían dormir. 

La licencia laboral de Wan Fei era bastante conveniente, y se tomó dos días libres, para quedarse junto a ellos en el hospital. Las citas con Xu Rui cambiaron a chat de conversaciones, cuando Xu Rui los ayudaba a traerles algo de comida. 

Shen Tao finalmente se bajó del barco y corrió directamente hacia el hospital, pero nunca regresó a casa. 

Algunas personas se aglomeraron en el pasillo y no hubo mucho que decirse. Pero aunque todos no pueden ayudar demasiado, aún puede lograr que las personas se pudieran sentir un poco más tranquilas. 

Papá Qiu nunca fue capaz de volver a despertarse por completo, desde que fue intubado, solo abría ocasionalmente los ojos, y cuando Qiu Yi y Bian Nan le hablaban, respondía, pero ya no podía expresar nada. 

Bian Nan no se atrevía a quedarse en la sala, temía mucho que sus emociones incomodaran a papá Qiu. 

En solo dos o tres días, papá Qiu cayó en estado crítico por tercera vez. 

Qiu Yi no ha dormido casi nada, parecía una verdadera máquina de movimiento perpetuo. Bian Nan quería que descansara un par de veces, pero después de que lo pensaba, no fue capaz de abrir la boca. Qiu Yi ha estado trabajando muy duro todos los días por su padre y su hermano menor durante todos estos años, y en esta última situación, nadie estaba calificado para pedirle que descanse. 

Papá Qiu soportó otro día en medio de una pila de instrumentos y tubos, su condición seguía siendo inestable y había caído completamente en coma. 

El doctor se acercó para poder observarlo. Luego salió de la sala y llamó a Qiu Yi desde un lado. 

Bian Nan se apoyó contra la pared y miró la espalda del doctor, Qiu Yi permaneció en silencio. La voz del doctor era muy baja, Bian Nan agudizó su oído y adivinó algunas palabras. 

Insuficiencia cardíaca.

UCI. 

Ventilador. 

Enderezó la espalda bruscamente, y miró a Qiu Yi, que estaba frente a ellos. 

Bian Nan todavía recordaba claramente lo que había dicho papá Qiu. Sabía que papá Qiu no estaba dispuesto ser rescatado y no podía aceptar ninguna intubación, UCI o un ventilador. 

Pero Qiu Yi nunca le ha hecho una declaración. Ya sea que esté de acuerdo o en desacuerdo con papá Qiu, eso jamás lo ha dicho. 

Ahora, aunque nadie lo ha querido, todavía tenía que llegar al último paso. 

Bian Nan miró fijamente a Qiu Yi, no sabía qué respuesta quería que Qiu Yi le diera al doctor, su corazón estaba hecho un lío y casi no podía pensar. 

Qiu Yi permaneció en silencio durante mucho tiempo después de que el médico terminara de hablar y finalmente dijo algo en voz baja. 

El doctor asintió, se dio la vuelta, pasó frente a varias personas y entró a la sala, explicándole a la enfermera a qué debería prestarle atención más adelante. 

Bian Nan ya había adivinado la respuesta de Qiu Yi cuando se había quedado por completo en silencio. Cuando escuchó que el doctor no mencionó las palabras "preparar al paciente para la UCI" dentro de la sala, su corazón se hundió hasta el fondo. 

—Qiu Yi —Caminó lentamente hacia Qiu Yi: —¿Te estás rindiendo?

Qiu Yi levantó la cabeza y lo miró, sus ojos estaban inyectados de sangre, solo llenos de dolor. 

—Sí —dijo Qiu Yi. 

—¡Por qué! —Rugió Bian Nan, empujando violentamente el pecho de Qiu Yi: —¡Todavía sigue con vida! ¡Por qué rendirse!

Qiu Yi fue empujado por él hacia atrás, y se tambaleó unos pasos, golpeando con fuerza la puerta de las escaleras de incendio. 

—¡En qué estás pensando! —Bian Nan se apresuró y lo empujó hacia la escalera de incendios, agarrándolo del cuello: —¿Por qué te estás rindiendo? ¡Estás loco! 

Wan Fei y Shen Tao se apresuraron, cada uno tratando de alejar a Bian Nan. 

—Nan-ge, Nan-ge —Wan Fei tiró de su brazo: —No seas así, Qiu Yi tampoco se siente bien. 

—¡Aceptar algo así es inaceptable! —Bian Nan rugió, luchó y arrojó a Wan Fei y a Shen Tao hacia un lado, mirando a Qiu Yi: —Dijo que no quería ser rescatado, ¿pero aún así no lo hiciste? ¡El es tu padre! ¡Cómo piensas explicárselo después a Erbao!

Qiu Yi se apoyó contra la pared y lo miró, después de un rato dijo: —Rescatarlo simplemente significaría solo unos días más de dolor en la UCI. 

Bian Nan no habló, se quedó sin palabras. Con una última mirada a Qiu Yi, se dio la vuelta y bajó corriendo las escaleras. 

Después de salir corriendo del hospital, Bian Nan se sentó en el macizo de flores que estaba junto a la carretera, sosteniendo su cabeza. 

Ya no era capaz de quedarse fuera de la sala, para solo ver como la vida de papá Qiu desaparecía poco a poco. 

Se mordió el labio con fuerza. 

¿Eso es todo?

¿Es este el final?

¿Papá Qiu se irá pronto?

Bian Nan sintió escalofríos por todo su cuerpo, no tenía el derecho de interferir con la decisión de Qiu Yi, solo sabía algunas cosas. Pero de hecho, el resultado final siempre iba a ser el mismo, ya sea rescatarlo o no, la enfermedad es así, y no hubiera sido capaz de recuperarse. 

Pero incluso si es intelectualmente comprensible, e incluso sabiendo que papá Qiu enfatizó repetidamente que no estaba dispuesto a hacer tal movimiento, pero emocionalmente, le estaba resultando difícilmente aceptarlo. 

Solo quedaba rendirse. 

Bian Nan no supo cuánto tiempo estuvo sentando al costado de la calle, y solo cuando las luces de la calle se encendieron, alguien se acercó a él y se detuvo. 

Bian Nan levantó la cabeza y cuando vio la expresión sombría en el rostro de Shen Tao, aunque en el momento en que no supo que de todas formas no podía evitarlo, estando aquí, sus lágrimas comenzaron a rodar.  

—Si tu estás así de mal —Shen Tao lo miró: —¿Cómo crees que está Qiu Yi? 

—Lo sé —Bian Nan se colocó de pie: —Lo sé. 

Se dio la vuelta y volvió corriendo al hospital. 

No tenia tiempo para esperar el ascensor, Bian Nan directamente subió las escaleras. 

Cuando se abrió la puerta de la sala, las dos enfermeras estaba retirando en silencio los tubos y la línea de varios instrumentos.

Qiu Yi se arrodilló en silencio frente a la cama del hospital. 

Bian Nan caminó muy lentamente y se detuvo detrás de Qiu Yi, se arrodilló detrás de Qiu Yi, estiró los brazos y lo abrazó fuertemente. 

Qiu Yi no se movió, pasó mucho tiempo antes de que bajara la cabeza y agarrara su muñeca, sosteniéndola con mucha fuerza. 

También hubo una sensación de calor en sus manos. 

Las lágrimas de Qiu Yi cayeron sobre sus manos, una por una.  

—Qiu Yi —Bian Nan lo abrazó con más fuerza: —No llores, no llores, no hiciste nada malo, no hiciste nada malo. 

Qiu Yi agarró con fuerza su muñeca, las yemas de sus dedos casi pellizcaron contra su piel, y finalmente dejó escapar un reprimido rugido: —¡Papá...!