Capítulo 85

Xiang Xi sentía que es posible que todavía le apasione mucho el dinero, incluso en diez años más...

Después de tomar la foto, Xiang Xi fue hacia la computadora a mirarla y vio su rostro sonriente, se veía bastante guapo, por lo que no puedo evitar sonreír y tocarse el rostro. 

Luego dijo con cierta preocupación: —¿Van a editar la foto? no quiero que mi lunar desaparezca. 

—No, no te preocupes —La Da-jie lo miró: —Saldrá así y la foto se archivará, y lo podrás usar para cualquier trámite a futuro. 

—Está bien —Xiang Xi sonrió, se dio la vuelta y salió de la sala. 

No era problemático solicitar una tarjeta de identificación, después de verificar la información, tomarse las huellas dactilares y pagar la tarifa, todo estaba hecho. Y tal como le dijeron, Xiang Xi añadió dinero para acelerar el proceso. 

—¿Quieres que se lo envíe por mensajería? ¿o quieres venir a buscarla usted mismo? —Preguntó alguien del personal. 

—¡Vendré a buscarla yo mismo! —dijo rápidamente Xiang Xi— Vendré yo mismo. 

La tarjeta de identificación era de gran importancia para él y realmente estaba un poco preocupado enviar esto por mensajería, así que prefería venir a buscarlo personalmente para más comodidad. 

—Puedes venir a buscarlo en un plazo de siete días laborales —El personal le entregó un factura y una nota: —Guarda esto y presenta esto cuando llegue el momento.

Xiang Xi lo miró y vio que en esta se detallaba la hora para poder venir a recoger la tarjeta de identificación. Lo guardó con cuidado la nota en su bolsillo y después de que lo presionó con sus manos nuevamente, el oficial Li y él salieron juntos por el pasillo.

Xiang Xi no dijo nada después de subirse a la patrulla. Después de solicitar la tarjeta de identificación, llegó el momento de acudir al centro de identificación para consultar los resultados de extracción de sangre, según como se acordó ayer. 

Pero en este momento, Xiang Xi de repente no se atrevió a mencionar este asunto y se sentó en la patrulla en silencio. 

El oficial Li no dijo nada y solo lo miró. Condujo la patrulla y giró directamente hacia la carretera principal. 

Xiang Xi nunca ha ido solo a la sala de extracción, por lo que no sabe cómo llegar desde el centro hasta allí, pero sabía que la dirección en la que iba era la opuesta de donde venía. 

El corazón de Xiang Xi dio un vuelco cuando vio el letrero azul en el centro de prueba. 

—Tal vez hoy no... —El oficial Li estacionó la patrulla y mientras hablaba, sonó su teléfono y contestó. 

Xiang Xi no sabía escuchar la llamada, pero después de dudar, abrió la puerta de la patrulla y salió primero. 

El oficial Li dijo algunas palabras dentro de la patrulla, colgó el teléfono, salió de la patrulla y dio algunas palmaditas sobre el techo de la patrulla: —Era una llamada del centro de prueba, los resultados ya salieron. 

—¿Qué sucede? —Xiang Xi lo miró de repente: —¿Cuál fue el resultado? 

—Los resultados de comparación, —dijo el oficial Li: —De acuerdo, entremos. 

—¿Cuál fue el...resultado? —Preguntó Xiang Xi con entusiasmo: —¿Coincidió? ¿Hay...alguien compatible conmigo? 

—No lo sé todavía, lo confirmaré contigo más tarde —El oficial Li le dio unas palmaditas en el hombro: —No te pongas nervioso. 

No te pongas nervioso. 

Xiang Xi también se lo dijo a si mismo, no te pongas nervioso. 

¿No lo había pensado ya? No importaba si había una coincidencia o no, no importaba cuál fuera el resultado, había decidido dejarlo pasar.

Pero aunque lo crea así, cuando debía afrontar este asunto en este momento, todavía se sentía incontrolablemente nervioso. 

Cuando las personas del centro de prueba le trajeron unos cuantos papeles, lo colocó sobre la mesa frente a él y Xiang Xi no se acercó a tomarlo. 

Originalmente estaba de pie, pero comenzó a sentarse lentamente en la silla y mirando los papeles frente a él. 

Las palabras eran uno poco confusas, pero solo pudo escanear la palabra "informe" y su nombre. 

Estos papeles, estos trozos de papeles que apenas tenía el coraje de tocar, contenía su destino y el resultado que ha estado esperando durante mucho tiempo. 

Pero...

Quizás, ya no necesitaba seguir buscando más. 

La expresión del rostro del hombre cuando le acercó el resultado, lo dijo todo. 

—No hay... —Dijo Xiang Xi con cierta dificultad, sintiendo su garganta un poco seca: —comparación, ¿verdad? 

—Sí, no hay comparación —el hombre tomó el papel, señaló una de las palabras y dijo en voz baja: —Solo mira aquí. 

Xiang Xi siguió su mano y miró, y la palabra "no" apareció ante su vista.

—Oh —respondió. 

—No te decepciones —Le aseguró el hombre —No todos los familiares de personas desaparecidas denuncian el delito y acuden para la extracción de sangre, especialmente de aquellos que desaparecieron tan jóvenes y en ese momento, no había iniciado con este proyecto...

—Sí —Xiang Xi sonrió: —Lo sé. 

—Xiang Xi —El oficial Li le dio unas palmaditas y no dijo más. 

—Está bien —Xiang Xi se puso de pie, tomó con cuidado los papeles y lo dobló, para luego darse la vuelta y caminar hacia la salida: —No tenía muchas esperanzas cuando vine a extraerme sangre y no siento mucho ahora. Después de todo...han pasado 20 años.

El oficial no dijo nada más y solo planeó llevarlo de regreso a casa.  

—¿Podría llevarme al hospital? —Preguntó Xiang Xi: —Quiero encontrarme con mi amigo. 

—De acuerdo —Asintió el oficial Li: —Te llevaré allí. 

—Gracias por acompañarme a todos estos lugares y varias veces —dijo Xiang Xi. 

—No fue nada —dijo el oficial Li: —Sólo recuerda recoger tu tarjeta de identificación, te será muy conveniente a futuro.

—Mm —Xiang Xi sonrió. 

El oficial Li lo llevó a la puerta del hospital y le dijo desde la ventana de la patrulla: —Bueno, eso es todo. Si tienes alguna pregunta relacionada, puedes contactarme cuanto quieras. Te deseo mucha suerte. 

Xiang Xi fue al departamento de la clínica ambulatoria pero no vio a Cheng Boyan, así que fue al departamento de pacientes hospitalizados y no vio a Cheng Boyan en su oficina. 

Después de preguntar, descubrió que estaba en una operación. 

Xiang Xi suspiró, se paró junto a la ventana del pasillo y miró hacia afuera. 

Estaba familiarizado con el departamento de internación, aquí abrió los ojos por primera vez en la cama de este departamento y sintió también por primera vez la misofobia de Cheng Boyan...

Él rió. 

Había estado hospitalizado aquí dos veces, había entregado comida rápida aquí innumerables veces y conocía también a la mayoría de las enfermeras y doctores 

De pie aquí, sentía una sensación muy extraña. 

No podía decir si se sentía emocional o feliz. 

—¿Xiang Xi? —Una enfermera pasó junto a él: —¿Estás esperando aquí al doctor Cheng? 

—Mm —Xiang Xi sonrió: —Me dijeron que está en una cirugía. 

—Sí, entró a las diez en punto —La enfermera miró la hora: —Pero ya debió haber salido, las cirugías menores son rápidas. 

—Entonces seguiré esperándolo aquí —Xiang Xi se sentó en la silla junto a él.

—¿Tienes prisa? —Preguntó la enfermera mientras presionaba el botón del ascensor. 

—No tengo prisa, estoy completamente libre —Xiang Xi se apoyó en el respaldo de la silla y estiró las piernas: —Ya no tengo prisa, eso se acabó. 

—¿Ah? —La enfermera no lo entendió. 

Xiang Xi solo sonrió, no diciendo nada más. 

Había muchas personas entrando y saliendo del departamento de pacientes hospitalizados, algunos los cuales ingresaban con diversos equipos de protección y por otro, estaban las visitas que venían con flores para los enfermos, como también con alimentos nutritivos, caminando al lado de otro ante sus ojos. 

Xiang Xi simplemente se quedó en la silla y miró a las personas de forma inmóvil, hasta que se abrieron las puertas del ascensor y salió un hombre con una bata blanca. 

Los zapatos que llevaba, sus pies y piernas, hasta en la forma en cómo caminaba, era capaz de identificar de inmediato quién era esta persona con tan solo mirar esto. 

—Doctor Cheng —Lo llamó Xiang Xi. 

Cheng Boyan se dio la vuelta y se sorprendió un poco al verlo, quedó atónito por un momento, antes de que una sonrisa apareciera en su rostro: —¿Qué haces aquí? 

—¿Terminaste con la cirugía? —Xiang Xi se levantó, se rió entre dientes un par de veces, se acercó a él y caminó con él hacia la oficina.

—Acabo de terminar —Cheng Boyan todavía sostenía una pila de registros médicos e informes en las manos: —¿Qué haces aquí? ¿Vienes a invitarme a comer?

—Sí, ¿y por qué? —dijo Xiang Xi. 

—Por este precioso rostro —Cheng Boyan sonrió: —Primero iré a cambiarme de ropa, no tengo nada qué hacer por la tarde, así que puedo tomarme un poco más de tiempo al mediodía. 

Cheng Boyan se cambió de ropa y llevó a Xiang Xi hasta un pequeño callejón, que estaba detrás del hospital. 

—¿Qué comeremos aquí? —Xiang Xi miró a su alrededor: —Los puestos de aquí no son de tu estilo, ¿acaso tu misofobia ha mejorado? 

—Mi colega encontró este lugar hace un tiempo, y está junto al frente —Cheng Boyan señaló una pequeña tienda al frente: —El ambiente es bastante agradable. 

Este era un pequeño restaurante desconocido en lo profundo del callejón. Era muy pequeño y solo había espacio suficiente para cinco mesas, pero aunque se vendía principalmente comida rápida, desde fuera se notaba que se trataba de un restaurante con un ambiente divertido. 

Decoración industrial retro, ladrillos rojos a la vista, había varios estantes de hierro negro, sillas hechas de tuberías de agua, mesas de hierro y baldosas negras degastadas. 

—Con este tipo de decoración, se ve que es comida rápida —Xiang Xi se sentó y volvió a mirar a su alrededor: —Es tan pretencioso. 

—Mientras esté limpio, eso es todo lo que pido —Cheng Boyan sonrió, después de ordenar la comida miró a Xiang Xi y preguntó: —¿Solicitaste tu tarjeta de identificación hoy? 

—Sí —Xiang Xi sacó la nota doblada en pequeños pedazos de su bolsillo y lo puso sobre la mesa: —Puedo ir por el en siete días hábiles, por favor cuídalo por mí. Temo que lo perderé si lo mantengo en mi bolsillo. 

—¿Se ve bien la foto? —Cheng Boyan miró la nota con atención, luego lo dobló y lo guardó en su billetera. 

—Salí tan guapo que las luces de la sala de registro se apagaron y me dio mucha vergüenza quedarme más tiempo, tenía que miedo que la Da-jie que me tomó la foto tuviera un paro cardíaco —dijo Xiang Xi una serie de palabras sin pensar. 

—Entonces, cuando tengas tu tarjeta de identificación tendré que tomar un medicamento y luego recién mirarlo —Cheng Boyan se rió. 

Xiang Xi lo siguió y también rió, pero luego lentamente dejó de reír y sacó el informe de resultado de extracción de sangre de su bolsillo: —Los resultados de comparación...están aquí. 

—Déjame ver —Cheng Boyan tomó el informe y lo miró. 

—No hay comparación —dijo Xiang Xi. 

La mano de Cheng Boyan tembló levemente y terminó de leer varias páginas, para luego levantar la cabeza y miró a Xiang Xi: —Probablemente fue hace demasiado, que a tus padres no se les ocurrió probar esto. 

—El hombre que me dio los resultados también me lo dijo —Xiang Xi sonrió: —Hay bastantes personas que dicen que no han logrado comparación.

Cheng Boyan dobló lentamente el informe hasta hacerlo pequeño y lo guardó en su billetera: —¿Quieres hablar conmigo sobre esto? 

—No es necesario —Xiang Xi lo miró: —Estoy bien, este después de todo es un resultado que esperaba. ¿Las personas no lo dijeron? fui abandonado y la posibilidad de que un niño abandonado y querer encontrar a su familia es algo muy bajo, ¿verdad? 

Cheng Boyan no dijo nada. 

—Esto es todo —Xiang Xi tomó la taza y bebió un sorbo de limonada: —Pase lo que pase, como un niño abandonado, hice todo lo que pude, no hay nada más que pensar ni tampoco, hay necesidad de pensar en nada más. 

—Puedes pensar en mi a futuro —Cheng Boyan se señaló. 

—Justamente te estaba pensando —Xiang Xi se llevó su mano hacia su barbilla: —Cuando pienso en tu heroico acto de cazar gallinas ayer, me siento muy feliz. Hay una persona que rechina sus dientes y agoniza, y me acompaña mientras lucha entre el barro y las plumas de gallinas...

—No es tan grave —dijo Cheng Boyan con una sonrisa: —Si aún quieres ir la próxima vez, entonces vayamos. 

—¿De verdad? —Xiang Zi pensó por un momento: —Entonces la próxima vez alquilemos un terreno, ¿no es algo muy popular ahora cultivar tus propios vegetales? alquilar un terreno en una parte de la montaña, recoger tu estiércol y usarlo de fertilizante... 

—Oye —Cheng Boyan lo miró. 

—El estiércol de granja no contamina y es completamente natural. Hay uno que se encuentra justamente detrás de la casa de té de mi maestro y él conoce a los agricultores de allí —Xiang Xi insistió y terminó de hablar, luego aplaudió y dijo: —¿Qué te parece?

—Bastante...bueno —dijo Cheng Boyan. 

Después de la cena, Cheng Boyan llevó a Xiang Xi a la parada de autobuses frente al hospital: —Después de obtener la tarjeta de identificación, obtén una licencia de conducir y así no tendrás que esperar el autobús. 

—Está bien —Xiang Xi levantó las cejas: —¿Entonces podré llevarte y traerte del trabajo todos los días? 

—Mm —Cheng Boyan asintió: —Con o sin auto, como conductor primero disfruta primero. 

—¡No hay problema jefe! —Xiang Xi chasqueó los dedos y se rió tanto que sus ojos desaparecieron. 

Después de ver a Xiang Xi subir al autobús, Cheng Boyan se dio la vuelta y regresó al hospital. No había mucho que hacer en la tarde, pero todavía había un montón de registros médicos que escribir. 

Se sentó en la oficina y pasó veinte minutos pensando en el fracaso de Xiang Xi, antes de empezar a trabajar. Temía escribir en el historial médico equivocado mientras pensaba en ello. 

No le sorprendió demasiado la tranquila reacción de Xiang Xi. Ya sea que lo haya aceptado o esté insensible, el impacto de este incidente en Xiang Xi ya no será tan grande como lo fue hace unos meses. 

Este niño precoz, que parece imperturbable, en realidad es sorprendentemente reflexivo, siendo capaz de dejar atrás el pasado. 

Xiang Xi es muy inteligente y trabajador. Si nadie lo detiene y lo permite soltarse, definitivamente correrá tan rápido como el viento. 

Xiang Xi, ¿el maestro de la ceremonia del té?

Cheng Boyan no pudo evitar sonreír y aunque, era un poco difícil de imaginar, se veía realmente guapo. 

Cuando salió a tiempo cuando terminó con el trabajo de hoy, Cheng Boyan condujo hasta el mercado. No fue a un supermercado, sino que al mercado. 

El mercado de agricultores más grande del mercado y Cheng Boyan, ha crecido hasta este punto y ha estado aquí dos veces. Ambas veces fue arrastrado hasta aquí por su abuela y le tenía un profundo miedo a este lugar. 

Aquí hay hojas de verduras sucias, agua, todo tipo de plumas de gallinas y pato por todo el suelo...

Esta era la primera vez que tomó la iniciativa de venir aquí a comprar alimentos. 

A comprar...saltamontes. 

Si, vino a comprar saltamontes, quería comprar saltamontes. 

Esta noche tenía planeado hacer saltamontes fritos. 

No podía comprar este tipo de cosas en un mercado normal, así que supuso que sólo podía encontrar todo en este lugar. 

Probablemente ayer estaba realmente asustado. 

El mercado era enorme y Cheng Boyan hizo todo lo posible por no pisar agua o cometer un inexplicable error, mantenía su mirada al frente todo el tiempo, no se giraba, pero de algún modo podía ver agua sucia sobre sus zapatos. 

Cuando miraba hacia abajo y se preguntaba si debía limpiarse ahora o después de comprar, un hombre pasó junto a él cargando una caja con artículos desconocidos y se metió al pequeño charco de agua había a un lado. 

Cheng Boyan observó impotente cómo las aguas residuales salpicaban sobre las perneras de su pantalón, tres grandes gotas y negras. 

Se sintió tan frustrado que quería correr y pelear con esa persona, pero ya no quería moverse y más aún, estaba mezclado en depresión. Después de estar aturdido por unos segundos, se enderezó y suspiró. 

¡Lo que sea! ¡Si sé ensució, sé ensució! ¡ya está!

Caminó, pero no pudo encontrar saltamontes. Cheng Boyan no tuvo más remedio que ir a una tienda de cereales y aceite para preguntar, y el dueño de la tienda le dio una dirección. 

Caminó alrededor en medio círculo y encontró los saltamontes en la esquina, cerca de la salida norte del mercado.

También encontró ranas y un montón de insectos incomprensibles.

—¿Quieres saltamontes? —Preguntó el jefe. 

—Sí —respondió Cheng Boyan, mirando a los saltamontes saltar de un lado a otro dentro de la jaula: —¿Están todos vivos? 

—¡Por supuesto que están vivos! ¡Están frescos! —dijo el jefe. 

—¿Cómo se cocina esto...? —Preguntó Cheng Boyan. 

—Se fríe, se retira y se hierve un poco de agua, luego simplemente arrancas las alas y es todo —dijo el jefe. 

—¿Arrancar...alas? —Al escuchar esto, Cheng Boyan sintió que el desafío era demasiado grande y preguntó: —¿Es necesaria esa parte?

—Puedo ayudarte a solucionarte esa parte, pero te saldrá mucho más caro —el jefe lo miró. 

—No importa si me sale caro —dijo rápidamente Cheng Boyan: —Sólo ayúdeme a manejar esa parte. 

—Está bien, hoy solo hay pocas personas, o de lo contrario sería algo complicado poder ayudar —El jefe tomó hábilmente una bolsa de malla con pequeños agujeros y preguntó: —¿Cuántos kilos? 

—....solo es freír para un plato, ¿medio kilo? —Cheng Boyan no sabía cuánto debía comprar: —Solo será un poco. 

—Oye, incluso quieres que me ocupe de todo —El jefe se mostró un poco reacio. 

—Si pido de más, no podré terminarlo —Cheng Boyan frunció el ceño: —¿un kilo? 

—Guárdalo en el refrigerador, luego sácalo y fríelo cuando quieras comer. Los congelados serán más crujientes al freírlos —dijo el jefe. 

—...bien, dos kilos —Cheng Boyan tomó una decisión. 

El hombre sonrió, agarró un puñado y luego agitó la bolsa de red que tenía delante: —Así está bien, ¿verdad?

—Bien, bien, bien —dijo Cheng Boyan en una serie. 

Cheng Boyan llevaba una bolsa de saltamontes y fue a la casa con el corazón acelerado. 

Xiang Xi estaba sentado en la sala viendo televisión y cuando lo vio entrar a la casa, se levantó de un salto del sofá y se acercó para tomar la bolsa: —¿Qué compraste? 

—Algo para comer —Cheng Boyan le entregó la bolsa: —No la mires, lo prepararé esta noche y estará listo cuando estes de regreso de Yunshui, será como un refrigerio de medianoche. 

—¿Cena? que misterioso —Xiang Xi pellizcó la bolsa: —¿Qué es...? 

—¡No lo pellizques! —Cheng Boyan gritó: —...solo no lo hagas, ve y guárdalo en el refrigerador. 

—Oh —Xiang Xi asintió y fue obediente, por lo que no pellizcó ni lo estudió más: —¿Qué hay para comer ahora?

—Comeremos fideos —dijo Cheng Boyan: —¿Fideos con tomate y huevo? 

—Está bien —Xiang Xi estuvo de acuerdo. No tenía mucho tiempo para comer, por lo que dejó de pelear con Cheng Boyan. 

Aunque Xiang Xi pensaba en cocinar todos los días y no era agradable la comida que preparaba Cheng Boyan, no era exigente a la hora de comer. Por muy desagradable que sea, terminaría todo con calma y comería mucho. 

Cheng Boyan miró a Xiang Xi que estaba comiendo fideos con la cabeza gacha. A veces, el carácter de Xiang Xi lo hacía sentir particularmente angustiado y a la vez le gustaba. 

Los fideos de hoy todavía era algo que no quería comer, pero Xiang Xi simplemente bajó la cabeza y se terminó un gran tazón. 

—¿Es tan desagradable que ni siquiera puedes comerlo? —Xiang Xi miró los fideos a medio comer que quedaban en su tazón: —¿Debería comerlos yo? 

—Mm —Cheng Boyan asintió: —¿Quieres agregarle un poco de sal? 

—No es necesario, agregar más no lo salvará —dijo Xiang Xi mientras comía: —Este sabor es tan desagradable ya está arraigado en mis huesos y unos pocos granos de sal lo hará sentir realmente débil. 

Cheng Boyan lo miró y rió durante mucho tiempo. 

—Pero no cocines fideos para la cena de esta noche —añadió Xiang Xi. 

—No cocinaré fideos —dijo Cheng Boyan: —Creo que te gustará la comida. 

Hoy, Cheng Boyan solo llevó a Xiang Xi hasta la puerta trasera de Yunshui y no entró con él. 

Xiang Xi se mostró reacio, se apoyó en la puerta del auto y tocaba su brazo: —¿Por qué no entras? ¿Crees que el consumo es alto? Solo deja que la jefa Peng me dé un descuento. 

—Simplemente no quiero topármela —Cheng Boyan le tocó la punta de su nariz: —Soy demasiado vago como para encontrar algo qué decir. 

—Ella... —Xiang Xi entrecerró los ojos: —Está bien, tampoco quiero verte hablando con ella y riendo. 

—Deja que Hu Hai te lleve de regreso esta noche —Cheng Boyan miró a su alrededor y viendo que no había nadie alrededor, se inclinó y lo besó: —El refrigerio nocturno que te prepararé debe cocinarse y comerse de inmediato. No sabrá bien si se deja afuera durante mucho tiempo. 

—¿No puedes hacerlo después de que regrese? —Xiang Xi frunció el ceño. 

—No, quiero darte una sorpresa —Cheng Boyan sonrió: —Llámame cuando salgas, para así poder calcular el tiempo. 

—Está bien —Xiang Xi chasqueó la lengua: —Entonces le pediré a Hai-ge que me lleve de regreso. 

—No me irrites —Cheng Boyan movió la punta de su nariz: —De lo contrario, no me culpes por hacerme cargo de ti esta noche. 

—¡Ay! —Xiang Xi saltó mientras reía: —¡Esta persona es tan vengativa que da miedo! 

El turno de hoy fue con el anciano Lu. Xiang Xi actuaba primero, seguido vino el anciano Lu. 

Hu Hai todavía tocó una canción diferente para Xiang Xi. La última vez fueron sobre "fuegos artificiales" y una canción de "cebollas". Esta vez probablemente habrá dos canciones más, la primera que se reprodujo fue sobre una "historia china de fantasmas". 

A Xiang Xi le gustaba mucho esta canción. Era bastante nostálgica y lo hacían sentir con los pies en la tierra, por lo que tarareaba la canción en su corazón con calma. Cuando sirvió el té, Hu Hai repentinamente cambió de canción y después de una serie de tonos majestuosos, Xiang Xi quedó atónito y de repente sintió como si hubiera viajado en el tiempo, siempre sintiendo que alguien de pronto desvainará una espada ante él en el próximo segundo. 

Después de unas pocas palabras, algunos de lo invitados al té aplaudieron. 

"Una risa desde el mar" [1] . Mientras servía el té, Xiang Xi miró a Hu Hai; esta canción sonaba bien cuando se tocaba así...  

Después de que terminó la actuación de Xiang Xi, regresó al salón y la canción de "una risa desde el mar" de Hu Hai continuó y dijo con una sonrisa: —Ustedes dos son bastante buenos. 

—Es divertido —dijo Xiang Xi un poco avergonzado: —Creo que es una canción adecuada más para usted. 

—No entiendes esto —dijo el anciano Lu: —Hay que ser algo charlatán, yo no tengo eso, pero tú si. Debes ser así para tener impulso...chico, creo que puedes comenzar a enseñar. 

—No puedo —Xiang Xi agarró el brazo del anciano Lu: —No puede simplemente despedirme, se acordó que esto sería como una pasantía. 

—¿No quieres ganar dinero? —Le susurró el anciano Lu al oído, riendo mientras hablaba: —En esto puedes ganar mucho dinero, sólo necesito hablar con Xiao Peng, ya que a ella le gusta tu estilo. 

—Dinero... —Xiang Xi sentía que es posible que todavía le apasione mucho el dinero, incluso en diez años más. Así que cuando escuchó la palabra "dinero" inmediatamente se volvió inestable y aunque le restaba valor a su atractivo, no era una pérdida, de todos modos seguía siendo bastante guapo: —Todavía me gusta el dinero...

El anciano Lu le dio una palmada en el hombro y se rió de buena gana: —¡Me gusta mucho tu franqueza y tu falta de pretensión! 

—Entonces, si actúo oficialmente, ¿Hai-ge todavía estará conmigo? —Xiang Xi estaba un poco preocupado por esto. 

—Por supuesto que estará contigo, él es invitado especialmente por Xiao Peng, ¿y hay alguien más que pueda acompañarte? —El anciano Lu sonrió y dijo: —También vendré, así que no te pongas nervioso. 

Xiang Xi se sintió aliviado cuando escuchó esto. 

Peng Yunfan y el anciano Lu tenían algo de que hablar hoy, por lo que Hu Hai llevó a Xiang Xi primero de regreso. 

Xiang Xi llamó a Cheng Boyan y luego le contó a Hu Hai sobre su tarjeta de identificación en el camino, era como si hubiera obtenido un tesoro y quería mostrárselo a todo el que conocía. 

Hu Hai siguió sonriendo y no dijo nada, solo lo escuchaba en silencio. 

—¿No es algo tonto? Hermano —dijo Xiang Xi y se rascó la cabeza. 

—No es tonto. Como me lo estás contando, ahora quiero tomar mi tarjeta de identificación, enmarcarla y colgarla en la pared —dijo Hu Hai. 

Xiang Xi se rió, como si hubiese escuchado música. 

El auto de Hu Hai lo dejó escaleras abajo y Xiang Xi abrió la puerta: —Gracias, hermano. 

—No es nada —Hu Hai lo miró, vaciló un poco y preguntó: —¿Vives con el doctor Cheng? 

—...Mm —Xiang Xi también vaciló por un momento y asintió. 

—¿Novio? —Preguntó Hu Hai. 

Xiang Xi quedó atónito, sostuvo la puerta del auto durante mucho tiempo, antes de volver a asentir confundido. 

—No me refiero a nada más, sólo que ese día... cuando fue a recogerte, —Hu Hai se aclaró la garganta: —Los vi desde arriba...así que por eso te pregunto. 

—Oh, ¡ah! —El rostro de Xiang Xi de repente se colocó rojo. 

—Eso es bueno, es bueno tener a alguien que te guste —Hu Hai sonrió: —Ve arriba, el viernes tienes otra presentación, no lo olvides. 

Cuando Xiang Xi salió del ascensor, todavía seguía un poco inconsciente. Cuando Hu Hai le dijo sobre esto, no estaba en absoluto preparado, y no esperaba que alguien los vio a él y a Cheng Boyan besándose descaradamente debajo del salón de té...

Aunque la actitud tranquila de Hu Hai fue como si hubiera sabido que solo tenía novia, aún así pateó la puerta con saña, con la intención de lanzar un ataque. 

¡Todo es culpa de ese viejo desvergonzado! 

—¿No tienes llaves? —Cheng Boyan se acercó y abrió la puerta. 

—Tú...—Xiang Xi de repente olió el aroma a comida frita apenas la puerta se abrió, e inmediatamente dejó de lado el asunto de incitar una acusación: —¿Freíste algo? ¿Qué freíste? 

—Mm, ya está —dijo Cheng Boyan, con aún sudor sobre su frente: —Lávate las manos y podrás comer. 

—No, ¿freíste? ¿No freír es tu enemigo natural? ¿De verdad freíste? —Xiang Xi rápidamente se cambió de zapatos: —¿Qué freíste? ¿No se quemó? Huele como...

—Lávate las manos —dijo Cheng Boyan con una sonrisa. 

Xiang Xi corrió hacia la cocina para lavarse las manos y luego abrió la tapa de la olla que estaba junto a él. 

Entonces, Cheng Boyan escuchó su grito: —¡Papá! 

—¿Qué te parece? —Cheng Boyan entró a la cocina y se paró detrás de él: —¿No es esto lo que más te gusta comer? 

Xiang Xi giró lentamente la cabeza y lo miró fijamente durante mucho tiempo: —¿Yo...no he llorado desde hace mucho? 

—No ha pasado mucho tiempo, creo que siempre lloras —Cheng Boyan sonrió y le hizo suaves cosquillas en la barbilla: —¿Qué pasa? 

—Quiero llorar —dijo Xiang Xi, con su voz de repente volviéndose nasal. 

—Llora después de comer —dijo Cheng Boyan. 

—No, lloraré ahora —Xiang Xi lo miró. 

Cheng Boyan sonrió y lo abrazó: —Entonces llora. 

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[1] Una risa desde el mar (滄海一聲笑) canción de Samuel Hui.