Capítulo 52

La misma respiración, la misma temperatura corporal y los mismos latidos del corazón.

Un compañero salió del supermercado llevó dos cajas y se las entregó al anciano que recogía basura. Al darse la vuelta y regresar al supermercado, Xiang Xi exhaló un suspiro de alivio y se volvió para mirar a Cheng Boyan. 

Cheng Boyan todavía se cubría la nariz y lo miró, sin mostrar intención alguna de conducir. 

—Conduce —Xiang Xi lo empujó: —¡Si no conduces en un tiempo, mi compañero saldrá y comenzará a hacer preguntas! 

Cheng Boyan encendió el auto y después de dejar de cubrir su nariz con la mano, Xiang Xi vio que su nariz estaba roja. De repente se sintió un poco apenado y susurró: —Lo siento, no fue intencional. 

—Espera —Cheng Boyan dio la vuelta el auto, tomó una caja de pañuelos y se la arrojó en el regazo: —Es hora de darte una ducha. 

Xiang Xi tomó un pañuelo de papel y limpió el asiento del auto. Cheng Boyan sonrió y suspiró: —Límpiate tú primero. 

—¿No temes sentirte incómodo? —Xiang Xi bajó la cabeza, se limpió el yogur de los pantalones y estaba a punto de volver a limpiar el asiento del auto, cuando Cheng Boyan acercó su mano y muy cerca de su rostro. La distancia era tan corta que sus ojos se encontraron. 

—¿Qué haces? —Xiang Xi retrocedió y vio claramente la gran gota de yogur en la mano de Cheng Boyan: —Yo...no lo hice a propósito. 

Cheng Boyan no dijo nada y volvió a levantar la mano. 

—¡Conduce bien! —Xiang Xi se lo recordó. Cuando se giró para mirarlo, vio una leve sonrisa enganchada en los labios de Cheng Boyan, se congeló por un momento y de repente saltó hacia atrás en su silla: —¡Pervertido! ¡no pienso lamerte! 

Cheng Boyan soltó el acelerador, lo miró y la sonrisa en sus labios se hizo más obvia. Finalmente, se rió abiertamente y le tomó mucho tiempo decir: —Solo te estoy pidiendo que me limpies la mano. 

—Yo... —Xiang Xi de repente sintió que todo su cuerpo estaba ardiendo, ¡Cómo diablos esto se volvió tan vergonzoso! 

Rápidamente tomó el pañuelo en su mano y quiso limpiar la mano de Cheng Boyan, quien al mismo tiempo retiró rápidamente su mano: —Toma un pañuelo limpio, ¿no has limpiado con ese pañuelo todo el auto y lo usas para limpiarme las manos? 

—¡Oye! —Gritó Xiang Xi, sacando otro pañuelo y limpió el yogur de la mano: —¡Conduce bien! 

Cheng Boyan sonrió, volvió a poner ambas manos sobre el volante y miró hacia adelante. Guardó silencio por un momento y de repente dijo algo: —¿De verdad querías lamerlo? 

Xiang Xi estaba apoyado sobre la ventana del auto, contemplando el paisaje. Cuando escuchó estas palabras, los poros de su cuerpo explotaron y giró la cabeza: —¡Cheng Boyan! ¡No me equivoqué en absoluto cuando dije que eras un pervertido! 

—Tu mismo lo dijiste —Cheng Boyan sonrió y encendió la radio del auto, escuchando el tráfico. 

—¡No dije eso! ¡dije que no lo lameré! —Xiang Xi lo miró fijamente y luego lo señaló después de un rato: —¡Me estás tendiendo una trampa! ¡No diré nada más cuando me pidas que te limpie! 

—Equivocación mía —Cheng Boyan todavía sonreía. 

—Admites muy rápido tu error... —Xiang Xi retrajo los dedos, se lo frotó sobre su cabeza y susurró: —Estaba muerto de miedo. 

—Solo quería tocarte y alejarme —Cheng Boyan dejó de sonreír: —Yo también me sorprendí, no sabía que tu compañero de trabajo de repente iba a salir. 

—Todavía eres capaz de sentir miedo —Xiang Xi lo miró: —Pensé que no te importaba nada. 

—A mi no me importa —Cheng Boyan tamborileó los dedos sobre el volante: —No me importa si incluso me pides que me quede por un rato en una plaza, solo tengo miedo...de que a ti te importe. 

Xiang Xi se quedó en silencio. Bajó la cabeza y se miró los dedos durante un rato, se giró y siguió mirando la escena de la calle con la frente sobre la ventana del auto. 

La casa de té a la que Cheng Boyan quería llevarlo, lo que vendían principalmente era té orgánico de una hermosa montaña de té al lado de la ciudad. Esta montaña de té no estaba dentro del área urbana, por lo que la mayoría de la personas que quieren este té, lo compran exclusivamente en esta casa de té. 

Cheng Boyan estacionó el auto afuera de la casa de té. Cuando Xiang Xi vio la casa de té desde la ventana del auto, de repente dudó. Cheng Boyan caminó hacia la puerta del copiloto, le abrió la puerta y luego salió lentamente del auto.  

—¿No es este lugar demasiado elegante? —Le susurró al oído a Cheng Boyan. 

La casa del té era muy grande y tenía un encanto antiguo. Hay árboles de té plantados a ambos lados de la puerta y hay una rocalla con agua fluyendo continuamente. En la parte superior de la puerta había un gran trozo de tronco sin muchas modificaciones, con cuatro caracteres chinos escritos en el. 

Había coplas a ambos lados de la puerta y las fuentes eran bastante llamativos. 

Xiang Xi sintió que sabía leer bastante, pero después de leer durante mucho tiempo, solo pudo adivinar que el nombre de la casa de té tenía cuatro caracteres y en cuanto a cuáles eran los cuatro caracteres, ni siquiera reconoció a ninguno de ellos. 

—¿Qué está escrito en el? —Preguntó Xiang Xi. 

—YunShui FanXin —Cheng Boyan lo miró y entró. 

—Este lugar no es para nada mi estilo —Xiang Xi se paró a su lado y dijo en voz baja: —¿te has dado cuenta? 

—Es solo un lugar donde venden té —Cheng Boyan lo empujó suavemente por la espalda y le dio una palmadita: —No existe algo como el estilo, a la hora de hacer negocios. 

Las palabras de Cheng Boyan le dieron un gran consuelo a Xiang Xi. Pensándolo nuevamente, las personas como el tío Ping que pretendía ser un semidiós, y esto no es nada más que una casa de té. 

Tan pronto como entró por la puerta, fue capaz de sentir el aroma del té. La entrada de la casa de té daba hacia el vestíbulo, junto con varias mesas de té rodeadas por estantería antigua, sobre las que se colocaban de forma ordenada varios juegos de té y hojas de té. 

Habían varios invitados sentados en la mesa y que vinieron a comprar té. Una mujer que parecía tener unos treinta años y vestía una falda larga estampada le estaba dando una presentación acerca del té. Ella estaba hábilmente manipulando los diversos juegos de té, y no era capaz de escuchar claramente lo que decía, debido a que cuando hablaba lo hacía en voz baja. 

No había nadie más en el vestíbulo. Cheng Boyan y Xiang Xi se pararon frente al estante y miraron lentamente los distintos juegos de té. La mayoría de estos juegos no tenían una etiqueta de precio. Xiang Xi solo vio dos juegos de té que estaban al frente y cuando se acercó a echar un vistazo, vio que un juego costaba 3.000 yuanes y el otro, 6.000 yuanes. 

Una pequeña chica salió del pasillo interior, vestida con ropa normal de flores blancas y azules, pantalones azules. Parecía ser una camarera. 

—Buenas tardes caballeros —La chica se acercó a ambos: —¿Quieren un poco de té? 

—Beberemos algo primero —dijo Cheng Boyan. 

—De acuerdo, por favor vengan por aquí —Ella sonrió e hizo un gesto de invitación, se dio la vuelta y entró.

Cheng Boyan se llevó a Xiang Xi, quien todavía estaba estudiando los distintos precios y siguieron a la chica hacia el interior. Xiang Xi miraba a su alrededor mientras caminaba. 

Pasando por un pequeño pasillo, se encontraba el patio trasero de la casa del té, con las mismas rocas y el agua que fluía, hacía que todo fuera muy tranquilo. El sonido del agua gorgoteando bajo el sol de la tarde, hacia que las personas se sintieran frescas. 

La chicas los llevó a un salón, el salón era muy grande y similar a la que podían ver desde el vestíbulo. También con varias mesas de té, pero la diferencias es que aquí no exhibían hojas ni juegos de té, aquí habían caligrafías, pinturas colgadas y algunas botellas de diferentes tamaños. 

Xiang Xi antes fue capaz de escuchar el sonido de un piano, aún estando fuera de la casa de té. Ahora, tan pronto como entró, vio un piano colocado a un lado del salón y un hombre tocaba con la cabeza gacha, la ropa sobre su cuerpo era blanca y parecía ser la misma que se usa cuando se practicaba Tai Chi. 

Al medio de la salón había una gran mesa de té y un anciano estaba sentado detrás de esa mesa. Y había una pequeña niña de pie a su lado. 

El anciano estaba vestido similar al hombre que estaba tocando el piano a su lado, pero su ropa era de color gris. Xiang Xi pensaba que el gris era un buen color, parecía un semidiós...

—Es una gran coincidencia de que ustedes dos estén aquí hoy —La chica los llevó hacia una mesa y susurró: —Este es nuestro gran maestro de la ceremonia del té, Cha Lu, que solo está aquí dos veces a la semana. 

Cheng Boyan y Xiang Xi se sentaron junto al anciano. Habían siete u ocho invitados en el salón. Todos conversaban bajo susurros, mientras veían al maestro Lu preparar té. 

—¿Solo quieres que vea esto? —Preguntó Xiang Xi en voz baja. 

—Mm —Cheng Boyan sonrió y asintió: —¿Cómo te sientes? 

—Se parece...a un semidiós —Xiang Xi miró al anciano, y después de un rato, dijo en voz baja: —¿Puedes adivinar lo que estoy pensando? 

—¿En qué estás pensando? —Cheng Boyan se acercó a él. 

—Estoy pensando, en que todo el mundo es muy bueno fingiendo ser elegante y tranquilos —Xiang Xi se aclaró la garganta y trató en lo posible en hablar lo más bajo: —¿Qué pasaría si alguien se tira un gas...? 

Cuando Cheng Boyan escuchó esto, bajó la voz y calló su risa hacia el suelo durante mucho tiempo. Luego frunció el ceño, pero volvió a sonreír cuando lo miró: —Cállate, ¿puedes ser más serio? 

—No —Xiang Xi sonrió: —Nunca antes había experimentado esto. 

La camarera le trajo dos tazas de té, los colocó sobre la mesa frente a ellos y luego se alejó. 

Xiang Xi no comió. Aunque lo primero que pensó en tirarse un gas, eso no era para nada elegante. Además, las acciones del anciano detrás de la mesa de té rápidamente llamaron su atención.

El anciano no parecía en realidad un semidiós, pero estaba sentado allí tranquilo y calmadamente. La forma en como manipulaba el juego de té era muy tranquilo también y no había prisa alguna, llena de ese espíritu divino.

Esta mirada era diferente a la simulada por el tío Ping. El espíritu divino que irradiaba este anciano venía desde adentro hacia afuera, siendo que solo era un anciano común y corriente, pero cada uno de sus movimientos y gestos, hacia que las personas de forma involuntaria lo  siguiera con la mirada y se calmaran. Por un momento, Xiang Xi sintió que él y el té eran uno frente a él. 

Después de preparar una ronda de té, la pequeña niña que estaba junto al anciano tomó el té que fue dividido y lo colocó sobre las mesas. 

Xiang Xi tomó la taza, la colocó debajo de su nariz y la olió, luego miró el agua del té y bebió un sorbo. 

—¿Qué te parece? —Le preguntó Cheng Boyan, quien siguió su ejemplo y lo olió. Lo miró y bebió un sorbo. 

—Este es un té orgánico, con un poco sabor a frijol —dijo Xiang Xi— me gusta bastante el sabor. 

Cheng Boyan sonrió y no dijo nada. Durante todo el proceso en el que el anciano preparaba el té, los ojos de Xiang Xi nunca abandonaron sus movimientos y después de tomar un sorbo, volvía a mirar. 

El anciano comenzó a preparar una segunda ronda de té. Xiang Xi lo volvió a mirar fijamente. No había ningún otro invitado como él alrededor, todos conversaban mientras bebían y algunas personas se levantaban para a la persona que tocaba el piano o tomaban sus teléfonos para tomar fotos. 

Xiang Xi, que normalmente se da vueltas mientras estaba sentando y miraba la televisión, no se movió en todo el proceso.

No fue hasta que el anciano se levantó y dejó la mesa de té, que retiró la mirada: —¿Se va? 

—Mm —Cheng Boyan asintió: —Si quieres volver a verlo, podemos venir la próxima vez que venga. 

—Hablemos luego sobre eso —Xiang Xi no pareció haber regresado a sus sentidos. Se quedó mirando la mesa de té vacía por un momento, luego se volvió para mirar a Cheng Boyan: —Quiero decir, ¿hay algún lugar para aprender este tipo de cosas? 

—Claro —dijo Cheng Boyan: —Este anciano solía trabajar en el instituto de investigación de té y aceptaba aprendices. Sin embargo, habían muchas personas que querían aprender de él y él los elige. 

—....Oh —respondió Xiang Xi y golpeó la mesa con cierta decepción: —¿Hay algún otro lugar para estudiar? 

—¿Otro lugar? ¿Por qué no intentas aprender de él? —Cheng Boyan lo miró: —Hay muchas casas de té que quieren ver su actuación. Suele presentar aquí a sus aprendices y él, es mucho mejor que ir a otros lugares para poder aprender de manera informal y cuesta encontrar un buen lugar por ti mismo. 

—Doctor Cheng, míreme —Xiang Xi señaló su rostro: —Míreme a la cara, si fueras ese anciano, ¿me erigirías? 

Cheng Boyan abrió la boca, pero antes de que pudiera hablar, Xiang Xi volvió a chasquear la lengua: —Persona equivocada para preguntar, probablemente si me elegirías... 

—No me conoces muy bien —Cheng Boyan se rió: —No es una estimación, es una certeza. 

—Te estoy hablando en serio —Xiang Xi suspiró.

—Yo también hablo en serio —Cheng Boyan dejó de lado su sonrisa y tiró de su hombro: —Hay algo diferente a ti que no te hace igual a los demás, algo muy especial. Fang Yin también me lo dijo y yo siento lo mismo. 

—Él también me lo dijo —Xiang Xi bajó los párpados: —¿Qué tengo de especial? ¿será mi voz que es particularmente fuerte? y además, digo muchas malas palabras...

—¿De verdad me estás hablando en serio? —Cheng Boyan lo interrumpió. 

—Lo digo en serio. Simplemente no sé qué tiene de especial alguien como yo —Xiang Xi se mordió el labio. 

—Algunas cosas son más particulares, incluso si no te das cuenta —Cheng Boyan pensó por un momento: —Eres muy puro, piensas mucho, pero lo que quieres es simple. Y ese pasado que menos quieres afrontar, es lo único que te ha dado valor para seguir. También hay muchas cosas que aún no comprendes y a la vez, hay muchas cosas que has visto a traves...no, más allá, esta palabra es muy profunda...tienes esa sencillez y vicisitudes... 

—¿Acaso te emborrachaste con té? —Xiang Xi lo miró: —¿Puedes decirlo de manera más simple? 

—De acuerdo, entonces lo diré de forma simple, —Cheng Boyan asintió, miró la mesa y pensó por un momento: —Solo ve e inténtalo. 

—¿Eh? —Xiang Xi quedó atónito. 

—En pocas palabras, solo inténtalo —dijo Cheng Boyan. 

Cheng Boyan le dio una caja de té, que era el té verde orgánico que preparó el anciano y que bebieron hoy. Xiang Xi supuso que este té no era barato, por lo que solo insistió en comprar unas bolsitas. Pero cuando Cheng Boyan fue a pagar, le dio mucha vergüenza seguirlo. 

—¿Qué pasa? —Cuando salió de la casa de té, Cheng Boyan se rascó la cabeza: —¿No dijiste que este té era delicioso? 

Xiang Xi suspiró y no dijo nada. Lamentando no haber podido detener a Cheng Boyan. 

Aunque el tío Ping le había dado una explicación sobre el té, es un hecho que la forma en cómo se prepara el té afecta el sabor. Cuando esté de regreso en el supermercado, busque una tetera y hierva el agua en una taza de té de porcelana, todo el té se habrá desperdiciado. 

—Lo tengo —Cheng Boyan de repente se detuvo, se dio la vuelta y listo para regresar: —Compraré otro té...

—¡Oye! ¡Ge! ¡Querido Ge! —gritó Xiang Xi, rápidamente abrazando su brazo y llevándoselo hacia el auto: —¡No me atormentes más! ¡no es necesario! 

No fue hasta que empujó a Cheng Boyan dentro del auto, que soltó el brazo de Cheng Boyan y se sostuvo en la puerta, que dijo: —Ya me lo imaginaba.

—¿Mm? —Cheng Boyan lo miró con una sonrisa. 

—Iré con el anciano y lo intentaré —Xiang Xi saltaba arriba y abajo con determinación: —¿Cuántos crees que cobrará? 

—Él no cobra dinero —dijo Cheng Boyan.

—¿Qué?—Xiang Xi de repente levantó la cabeza: —¿Qué, qué dijiste? 

—He preguntado al respecto. Él no cobra por enseñarle a sus discípulos, solo le gusta hablar sobre el destino —Cheng Boyan sonrió: —Creí que te interesaría...

—¡Sí! ¡Estoy interesado! —Gritó Xiang Xi en voz alta: —¡Por qué no me lo dijiste antes! ¡Lo hubiese intentado en un principio si me hubiera dicho que es gratis! 

—Oye, solo quería confirmar que estás realmente interesado y luego... —Cheng Boyan se tapó los oídos y dijo: —Eres un valorador del dinero. 

—¿No hay necesidad de algún centavo? —Xiang Xi le dio unas palmaditas en la pierna con entusiasmo: —¿Estás seguro? ¿este anciano acaso se volvió loco? 

Cheng Boyan no dijo nada, lo miró y se rió. 

—Entonces, ¿Cómo debería encontrarlo? —Xiang Xi se aferró a la puerta del auto de muy buen humor: —¿En su casa? ¿tiene un salón de clases? ¿o viene aquí? ¿O debería detenerlo después de que termine una actuación y arrodillarme ante él, llamarlo entrenador, quiero jugar baloncesto...? [1] no, maestro, déjeme aprender a hacer té. 

—Entonces luego, el maestro llamará directamente a la policía —dijo Cheng Boyan con una sonrisa: —Está bien ir a buscarlo a casa. Le pediré al jefe que me dé la dirección después...

—¿Jefe? —Xiang Xi se congeló. 

—Mm, él es mi tío —dijo Cheng Boyan. 

—¿Tu tío? ¿le dices a tu tío "jefe"? —Xiang Xi estaba un poco sorprendido: —Estoy sorprendido, ¿Qué tipo de pasatiempos tienes? tu tío...

—Cállate —Cheng Boyan chasqueó la lengua. 

—Entonces deja que tu je...tío —Xiang Xi se aclaró la garganta: —¡Solo pregunta por mi! 

—Mm, te lo diré cuando se lo pregunte —Cheng Boyan lo miró: —¿y esperarás a que te acompañe cuando esté libre? 

—No es necesario que me acompañes, tu forma de vacío es demasiado mágico y no me siento seguro. Puedo ir solo —Xiang Xi agitó la mano: —Si no cuesta nada, puedo hacerlo yo mismo. Mientras no me pida dinero, estaré seguro. 

—Ya veo —Cheng Boyan le dio unas palmaditas al volante: —¿Nos vamos? vamos a comer, tengo hambre. 

—¿Tienes hambre? —Xiang Xi le tocó el vientre: —¿Por qué siento que estás lleno? 

—Bebí hasta que quedé lleno —Cheng Boyan presionó su mano: —un poco más y hubiese tenido ganas de orinar. 

La mano de Cheng Boyan sobre el dorso de su mano se sentía un poco fría y levemente temblaba. Aunque el dorso de su mano estaba un poco fría, el calor del vientre de Cheng Boyan podía sentirla en la palma de su mano. Esta sensación era un poco extraña. 

—Yo hablo así y me callas —Xiang Xi miró a Cheng Boyan y de repente no supo qué decir. No podía mover la mano con nerviosismo, pero tampoco quería quitarla: —Incluso si te orinas...

—Mm —respondió Cheng Boyan, sin decir más. 

Xiang Xi sintió que esta conversación era realmente inapropiada, así que se calló. Mirándose cara a cara con Cheng Boyan. 

Cheng Boyan apoyó la cabeza en el respaldo del asiento y lo miró de reojo. 

Cheng Boyan tiene ojos hermosos, ojos café oscuros, profundos y tranquilos. Xiang Xi sentía que cuando sus ojos se posaban sobre él, sentía como si todos sus pensamientos estuvieran expuestos, pero no se sentía avergonzado de eso. 

Se inclinó lentamente hacia Cheng Boyan, quien no se movió. Solo sostuvo su mano. 

Podía sentir el ligero latido desde la palma de Cheng Boyan, no parecía obvio, pero cada uno de esos latidos se transmitía claramente a través de su piel. Golpeando lentamente hasta su brazo. 

Finalmente, sincronizado con los latidos de su corazón. 

Lentamente se apoyó en Cheng Boyan, pareciendo que estaba dentro de un sueño y a la vez consciente, envuelto en una espesa pelusa. 

El aliento de Cheng Boyan recorrió suavemente su rostro y podía sentir cada una de su respiración, desde que se acercó y lo tocó ligeramente, hasta cuando sus labios cayeron sobre los labios de Cheng Boyan. Su respiración cambió de tranquila, suave y lenta, a una clara y rápida. 

Lo sintió todo. 

Los labios de Cheng Boyan estaban suaves y húmedos, haciéndolo sentir familiar y tranquilo. Xiang Xi se inclinó más adelante, apretando sus labios poco a poco. 

Esta sensación era muy extraña. Los latidos de su corazón habían perdido una clara velocidad, a veces eran rápidos y otras veces lentos, y en ocasiones, pareció haberse detenido, de vez en cuando teniendo otro estallido de rapidez. Su corazón no solo latía en su pecho, sino que en todo su cuerpo, su corazón latía, la yema de sus dedos, sus brazos, las piernas, las orejas y su cuello también latía...

Sus labios fuertemente apretados...también latía. 

Xiang Xi pudo ver las temblorosas pestañas de Cheng Boyan. Este temblor que se sincronizó mágicamente con los latidos de su corazón, lo hizo sentir mareado y cerró los ojos bajo la respiración de Cheng Boyan. 

Xiang Xi sabía cómo era besar y sabía qué hacer luego que los labios se apretaran. Él lo sabía. 

Pero ahora no quería hacer nada y la fuerza de su cuerpo se iba desvaneciendo poco a poco. Solo lo sostenía sus labios presionados sobre los de Cheng Boyan, cálidos y poderosos. 

Mantuvo los ojos cerrados y no quiso moverse, para nada. Solo quería permanecer así, juntos en silencio. 

La misma respiración, la misma temperatura corporal y los mismos latidos del corazón.

......

[1] Dentro de este contexto, esta escena hace referencia a Slam Dunk [vea la imagen] 

Cheng Boyan es un destacado doctor que siempre tiene una sonrisa en el rostro, es amable y su vida se compone en levantarse por la mañana, desayunar frijoles mixtos, ir a trabajar al hospital y visitar de vez en cuando a su familia. Mucha monotonía para un hombre de 30 años, pero, su vida da un giro cuando conoce a Xiang Xi, que envuelto en esa extrañeza, de mentiras y verdades, decide tenderle la mano. Aunque en un principio sus intenciones son claras, todo cambia cuando sus sentimientos entran en esta extraña relación.

[ FIN VOLUMEN 2 ]