Capítulo 37

Cuando abrió los ojos por la mañana, quería estrellar su cabeza contra la pared 

—¡AH! —Qiu Yi gritó después de haber sido mordido en el hombro. 

Bian Nan no habló. Después de morder, su brazo que se sostenía sobre el reposabrazos se aflojó de manera repentina y todo su cuerpo se dejó caer sobre Qiu Yi.   

—Oye —Qiu Yi no comió mucho el día de hoy, pero bebió mucha cerveza. Sintiendo que la orina que estaba a punto de salir debido a la presión. Así que rápidamente sacó su brazo y lo empujó:—Colócate de pie. 

Bian Nan no se movió, sus barbilla aún estaba apoyada en su hombro y le dolió un poco. Giró la cara, agarró del cabello a Bian Nan y tiró su cabeza hacia atrás. 

—¡Acaso tú...! —después de ver el rostro de Bian Nan, gritó: —¡Maldita sea! 

Bian Nan estaba dormido. 

Qiu Yi nunca había visto a una persona que lo mordió hace un segundo y que se haya quedado dormido inmediatamente después de haber bebido demasiado. Bian Nan le ha dado una larga experiencia.

Además, debido a su experiencia acumulada dentro de la batalla de ingenio y coraje a largo plazo con Qiu Yan y su padre con sobre fingir dormir, podía juzgar de inmediato que Bian Nan estaba realmente dormido. Tan pronto como soltó su mano que sostenía el cabello de Bian Nan, Bian Nan se deslizó directamente hacia el suelo. 

—Eres demasiado increíble —Qiu Yi tomó a regañadientes un cojín de la silla reclinable que estaba junto a él y lo colocó debajo de la cabeza de Bian Nan. Luego se levantó, se frotó el hombro y fue al baño. 

Qiu Yan y su padre se habían quedado dormidos. La habitación estaba tranquila junto con las luces apagadas. 

Qiu Yi entró a la habitación y guardó los juguetes junto con la ropa que Qiu Yan había arrojado sobre la cama antes de regresar al patio. 

Bian Nan todavía estaba dormido y no se movía, su cuerpo estaba torcido como una cuerda. Se acercó y tiró del brazo de Bian Nan: —Despierta. 

Bian Nan ni siquiera resopló y mucho menos cooperó con él. 

Qiu Yi suspiró y se sentó a su lado, tomando unos sorbo de la botella de yogur que Qiu Yan no había terminado de beber. 

Bebió mucha cerveza el día de hoy y ahora tenía un poco de sueño. Por lo general, no tiene problemas en llevar a Bian Nan a la habitación, pero hoy Bian Nan era incapaz de cooperar, era como un saco, que estimaba que sería imposible de llevarlo. 

Después de haberse bebido el yogur, se colocó de pie y empujó a Bian Nan para que se quedara medio sentado. Pasó las manos debajo de sus axilas y arrastró a Bian Nan hacia la habitación del fondo, medio arrastrando y tirándolo.

—Hermano —No supo en qué momento Qiu Yan se levantó y estaba de pie en la puerta de la habitación con pantalones cortos— ¿Qué estás haciendo? 

—¿No lo ves? estoy llevando al Gran tigre a la cama —Qiu Yi suspiró: —¿Por qué estás levantado? ve a dormir. 

—Quiero ir a baño —Qiu Yan corrió hacia la puerta y miró nuevamente a Bian Nan: —¿Gran tigre se desmayó? 

—Mm, se desmayó al ver lo guapo que soy —Qiu Yi sonrió y arrastró a Bian Nan a la habitación: —Si quieres ir al baño, entonces ve, ¡pero no quiero ver que aún no te has dormido! 

Cuando entró a la habitación, se apresuró y arrojó a Bian Nan al borde de la cama. Bian Nan resopló y cayó sobre la cama, aún con las pies tocando el suelo. 

Le quitó los zapatos a Bian Nan y acomodó sus piernas sobre la cama.

—Ah —Bian Nan se dio la vuelta y murmuró: —Que delicadeza. 

—No ruedes —Qiu Yi arrastró a Bian Nan que había rodado hasta la pared hasta la orilla: —Tus pantalones están sucios. 

Bian Nan abrió los ojos junto a una mirada perdida y no tenían un enfoque claro, por lo que no se sabía hacia donde estaba mirando. No esperó a que Qiu Yi volviera a hablar, rápidamente se quitó los pantalones, pateó hacia el suelo varias veces e incluso casi golpea a Qiu Yi, y después de que se quitó los pantalones, volvió a darse la vuelta hacia la pared. 

—¡Mierda! —Qiu Yi estaba un poco molesto y agudizó la mano y le dio una palmada en la pierna, quedando sus manos sudorosas. 

Se limpió las manos en Bian Nan, suspiró y tomó una toalla y la fue a mojar al patio. De regreso a la habitación, encendió el aire acondicionador y volvió a tocar a Bian Nan: —Oye, límpiate, estás todo sudoroso. 

—No —respondió Bian Nan brevemente, de cara a la pared y abrazó la manta, para luego oír un ronquido bajo. 

—¡Estás buscando problemas! —Qiu Yi no tenía el hábito de la limpieza, pero no podía soportar a alguien que estuviera acostado en su cama cubierto de sudor. Pero Bian Nan era demasiado grande y no podía moverlo, si fuera Qiu Yan, lo hubiera llevado al baño.

—¡Eres molesto! —Bian Nan de repente se dio la vuelta y agitó los brazos hacia él. 

Rápidamente lo esquivó y el brazo de Bian Nan terminó golpeando la cama, sus ojos aún estaban cerrados y estaba dormido profundamente. 

—¡Tú eres el molesto! —Qiu Yi se quedó sin palabras. Tal como antes, se la devolvió dándole dos bofetadas. 

Bian Nan frunció el ceño y se rascó donde había sido golpeado, volviendo a dormir. 

Qiu Yi no podía preocuparse menos. Bian Nan estaba sudoroso y con la misma ropa que vestía había rodado por el suelo y después de dos vueltas, esta cama ya estaba perdida. 

Se colocó de pie y se acercó a Bian Nan. Enrolló su ropa hasta su pecho, lo pasó sobre sus brazos, se la quitó y la arrojó a un lado. 

Tomó la toalla mojada y se lo frotó en el pecho, estómago, y después de limpiarlo lo giró, frotando de un lado a otro su espalda. 

Fue y frotó la toalla hacia adelante hasta atrás, limpiando a Bian Nan como si fuera un panqueque. Después de varias veces, Qiu Yi fue por un cambio de ropa y se fue a duchar. 

Cuando regresó a la habitación, Bian Nan durmió de manera honesta junto a la pared. 

Qiu Yi apagó la luz, palmeó la almohada y estaba a punto de dormirse cuando sintió algo debajo de la almohada. Así que encendió la lámpara, levantó la almohada y vio una caja envuelta con un papel de regalo debajo, junto con una pequeña tarjeta pegada en el, con la letra ordenada de Qiu Yan. 

[ Hermano, feliz cumpleaños, creces rápido y te vuelves cada vez más guapo -Qiu Yan ]

Abrió la caja con una sonrisa y vio una lámpara de lectura. 

Se sorprendió de que Qiu Yan no le comprara bocadillos, sino que una lámpara. 

Sacó la lámpara e instaló la lampara de lectura al lado de la cama y luego fue a la habitación de su padre. 

Qiu Yan estaba acostado en la cama con los ojos cerrados. Qiu Yi miró más de cerca y sus pestañas temblaban violentamente.  

—Erbao —Qiu Yi le tocó la nariz. 

—Acabo de ir al baño y aún no me he dormido —Qiu Yan abrió los ojos. 

—Vi el regalo que me diste —Qiu Yi sonrió y le dio un beso en la frente: —Gracias, me gusta mucho y ya lo he instalado.

—¿En serio? —Los ojos de Qiu Yan se iluminaron: —Gran tigre dijo que te iba a gustar. 

—¿De verdad? —dijo Qiu Yi: —¿Gran tigre te llevó a comprarlo? 

—Mm, él lo eligió —Qiu Yan sonrió y dijo un poco avergonzado: —originalmente quería comprarte bocadillos. 

—Si quieres comer algo mañana, solo díselo a tu hermano —Qiu Yi le dio unas palmaditas en la cara: —pero ve a dormir. 

De regreso a la cama, Qiu Yi se acostó y levantó la mano para apagar la pequeña lámpara que estaba junto a la cama, y luego de dos segundos, levantó la mano para encenderlo y luego lo volvió a apagar. Después encender y apagar la lámpara varias veces, tocó la espalda de Bian Nan con el codo: —Oye. 

Bian Nan estaba dormido. Lo pensó por un momento, levantó los brazos para jalar a Bian Nan para que se acomodara al acostarse y le susurró al oído: —Gracias, por esta lámpara. 

Bian Nan resopló, frunció el ceño y siguió durmiendo. 

Qiu Yi lo miró fijamente durante un rato, luego apagó la luz con un rápido estiramiento de su brazo. Cerrando los ojos. 

Esa noche, Bian Nan durmió muy tranquilo y al no mostrar su actitud de antes, dejó que Qiu Yi durmiera hasta que el gallo del vecino cantó temprano por la mañana. 

Qiu Yan se levantó muy temprano, escuchando las noticias y lavando los platos que anoche quedaron en el patio. 

Qiu Yi quería levantarse y quería decirle que él lo iba a hacer, pero cuando simplemente se sentó, las piernas de Bian Nan se movieron. Y, antes de que pudiera girar la cabeza, Bian Nan ya había saltado de su lugar como si lo hubieran apuñalado. 

—Tú... —Qiu Yi se sobresaltó, giró la cabeza y se dio cuenta de que Bian Nan lo miraba: —¿Qué?

—Buenos días —dijo Bian Nan, luego se dio la vuelta y saltó de la cama. Después de caminar por la habitación dos veces, reconoció su ropa y se la colocó indiscriminadamente sobre su cuerpo.

—¿Tienes prisa? —Qiu Yi lo miró de manera inexplicable. 

—No, ah, si —Bian Nan se rascó la cabeza— Algo, algo debo hacer. 

—Tus pantalones están al revés —Qiu Yi señaló sus pantalones. 

Bian Nan bajó la cabeza mientras se subía los pantalones y rápidamente se los quitó y se los volvió a colocar. Cuando se dio la vuelta y tomó su bolso, sus piernas golpearon el borde de la mesita de noche: —¡Ah! 

—¿Ayer te golpeaste la cabeza? —Qiu Yi lo miró algo desconcertado: —¿Qué estás haciendo? 

—Me tengo que ir, tengo algo más que hacer —Bian Nan cargó su bolso: —Bebí demasiado ayer. 

Qiu Yi se dio cuenta de que probablemente se debía a lo que sucedió anoche. Justo cuando estaba a punto de decir de que todo estaba bien, Bian Nan ya se había acercado a la puerta y agregó otra oración: —no puedo recordar bien lo que sucedió después de haber bebido. 

Las palabras de Qiu Yi se atascaron en su garganta. 

Algunas personas no pueden recordar bien después de haber bebido, por lo que no hay necesidad de algunas palabras de consuelo. 

. . .

Cuando Bian Nan salió corriendo hacia el patio, Qiu Yan sacó el pastel del refrigerador y lo colocó sobre la mesa: —¡Gran tigre! 

—Ah, bebé, te levantaste temprano —Bian Nan se agachó y lo abrazó: —¿Qué estás haciendo? 

—Preparando el pastel —Qiu Yan agitó el paquete de velas en su mano: —No comí ayer y soñé con esto toda la noche. 

—Oh —Bian Nan originalmente quería irse, pero cuando Qiu Yan dijo esto, no sabía qué hacer. Miró hacia adentro de la casa, Qiu Yi ya había salido mientras se vestía, por lo que tuvo que dejar su bolso sobre el taburete: —Comamos entonces. 

El recuerdo de inclinar la cabeza y querer besar a Qiu Yi, todavía estaba claramente en su mente. No sabía cuántas veces se repitió el mismo sueño por la noche y cada vez que lo hacía, quería comenzar a maldecir. 

Cuando abrió los ojos por la mañana, quería estrellar su cabeza contra la pared. 

De hecho, besar a un hombre no es gran cosa, incluso había besado a Wan Fei antes. Su Yifan incluso una vez se emborrachó y lo beso en la cara varias veces. 

¡Pero esto es diferente!

¡Por primera vez, quería besar a un hombre en la boca! 

¡En la boca!

Incluso con esa última mordedura, reveló un extraño impulso que lo hizo sentir inexplicable. 

¡Simplemente estás enfermo! 

Sin embargo, Qiu Yi no se veía anormal, cuando lo miró, sus ojos eran los mismos de siempre. 

Bian Nan se quedó mirando el pastel durante mucho tiempo. Pensándolo bien, tal vez Qiu Yi no pensó demasiado, tal vez no pensó demasiado. 

Tal vez no crea que haya algo mal con él. 

¡El alcohol es realmente algo que no puede tocar de manera tan casual! 

—¡Gran tigre! —Qiu Yan lo llamó: —¡Enciende las velas! 

—Oh —Bian Nan volvió en sí y tomó la caja de velas. 

Qiu Yan era muy estricto con el plan de comer pastel. Aunque era temprano por la mañana, los pasos para encender las velas y cantar canciones de cumpleaños eran indispensable. 

Bian Nan bajó la cabeza y desarmó la caja de velas. Justo cuando estaba por buscar un encendedor, Qiu Yi sacó uno de su bolsillo y se lo entregó.  

—¿Cuántos? —Bian Nan le preguntó: —¿Cuántos años cumples? 

—¡Dieciocho! —respondió Qiu Yan en voz alta: —¡Es un adulto! 

—Oh —Bian Nan sonrió. Volvió a bajar la cabeza, tomó las velas, contó 18 y las colocó para encenderla: —Era un poco menos de dos meses mayor que yo, pensé que eras diez años mayor que yo. 

—¿Tú no tienes la misma edad que Erbao? —Qiu Yi untó un poco de crema del costado del pastel con el dedo y lo lamió: —muy dulce. 

—Ya veo, vamos, ve a buscar a tu papá —Bian Nan le dio unas palmaditas a Qiu Yan en el hombro. 

Todos se reunieron alrededor de la mesa, aplaudieron y cantaron la canción de feliz cumpleaños, y luego Qiu Yi bajó la cabeza para apagar las velas. Qiu Yan comenzó a distribuir los platos con satisfacción: —¡A cortar el pastel! 

—Se necesita a alguien para cortar esto —Qiu Yi fue a la cocina a buscar el cuchillo para sandía e hizo un gesto sobre el pastel: —¿Se corta así? 

—Mm —Bian Nan asintió. Miró la mano de Qiu Yi con la que sostenía el cuchillo y sintió que la segunda mitad de la oración fue un poco descuidada: —el corte especial de la estrella del cumpleaños. 

Luego apartó la cara. 

Después de dividir el pastel, Bian Nan bajó la cabeza y le dio una mordida. 

Qiu Yan saltó a su lado durante mucho tiempo. Giró la cabeza y descubrió que Qiu Yan tenía un bulto de crema en los dedos y continuó saltando con los brazos levantados. Estimó que se quiso limpiar la cara, pero después de haber saltado varias veces, se olvidó de eso y se había untado todo lo que tenía en la mano. 

Bian Nan estaba feliz, se agachó y le colocó un poco de crema en la nariz. Luego dándole golpecitos en la barbilla: —¡Pequeño anciano de barba blanca! 

—¡Tú también! —Qiu Yan se rió felizmente y le untó un círculo de crema alrededor de su boca.  Mientras sostenía su pastel, fue hacia Qiu Yi. 

Qiu Yi se agachó rápidamente y dejó que Qiu Yan le untara crema en la cara. 

Cuando Qiu Yan aún sosteniendo su pastel y se acercó a papá Qiu. Qiu Yi de repente extendió la mano y tocó el rostro de Bian Nan, untándole más crema. 

Bian Nan que sostenía su plato con pastel, sus manos temblaron un poco. Los dedos de Qiu Yi rozaron su rostro con crema, lo que provocó que todo su cuerpo se entumeciera, y como si alguien estuviera tocando la parte inferior de su abdomen, sintió como si lo estuvieran apretando por un rato. 

¡¿La sensación del alcohol aún no se ha ido?! 

Solo cinco botellas de cerveza son capaces de volver loca a las personas, ¡Qué perfecto! 

El corazón de Bian Nan estaba hecho un completo desastre y no sabiendo en qué estaba pensando, levantó la mano y presionó un trozo de pastel entero sobre el rostro de Qiu Yi. 

—Tú... —Qiu Yi no esquivó, su rostro quedo cubierto con crema de pastel, pero entonces agarró el brazo de Bian Nan y presionó el mismo pastel que tenía en su mano contra su rostro. 

—¡Ja! ¡Jaja! Jajajaja —Qiu Yan se rió a carcajadas, seguido de una frenética risa imparable. 

Bian Nan lamió la crema que tenía sobre la comisura de su boca y cuando levantó la vista, vio a Qiu Yi haciendo dos agujeros sobre la crema para exponer los ojos, y se echó a reír, y junto con Qiu Yan no pudieron detenerse. 

—Que tonto —Qiu Yi también se divirtió. 

El pastel era enorme y dulce. A excepción de Qiu Yan, todos estaban llenos después de comer tan solo una pieza. Qiu Yan se comió dos grandes trozos antes de recostarse sobre la silla reclinable y eructar cómodamente: —Este pastel es muy delicioso. 

—El resto quedará para ti —Qiu Yi cerró la caja del pastel y volvió a guardarlo en el refrigerador. 

—Subirás de peso después de comer tanto —Bian Nan se colocó en cuclillas junto al fregadero del patio para lavarse la cara. Su rostro estaba aceitoso y después de frotarla con jabón durante mucho tiempo, todavía se sentía grasosa: —Ah, ¿debería probar con detergente para platos?  

—Tu teléfono está sonando —dijo Qiu Yi,  aún con crema en el rostro. 

—Ayúdame a ver quién es, probablemente sea Wan Fei —Bian Nan agitó su mano, tomó más agua y siguió frotándose la cara. 

Qiu Yi sacó su teléfono de su bolso, lo miró, se acercó a él acuclillándose y dijo en voz baja: —Mamá está llamando. 

—¿Qué? —Bian Nan quedó atónito y luego volvió la cara. 

Qiu Yi colocó el teléfono frente a él y una toalla en su mano. 

—Maldita sea, ¿por qué me está llamando? —Bian Nan tomó la toalla y se limpió rápidamente la cara, frotó su mano contra su ropa y tomó el teléfono. 

Qiu Yi se colocó en cuclillas junto al fregadero y comenzó a lavarse la cara. Bian Nan miró durante mucho tiempo su celular y finalmente decidió salir del patio, contestar el teléfono en el callejón. 

—¿Hola? —Bian Nan se apoyó contra la pared. 

—¿Qué es ese hola? ¿acaso no guardaste mi número de teléfono? —la voz de su madre se escuchó desde el otro lado. 

Para ser honesto, la voz de su madre se escuchaba bien a pesar de que estaba dentro de los cuarenta y tanto, parecía la voz de una niña pequeña, pero cada vez que Bian Nan escuchaba su voz, sentía que corazón era atrapado. 

—Lo guardé —dijo Bian Nan. 

—Creo que es difícil para ti llamar a tu madre, como vives tan cómodamente te olvidas de preocuparte por tu madre —en la voz de su madre solo se escuchaba la insatisfacción: —¡Creo que ni siquiera me vendrás a ver cuando muera! 

—¿Qué sucede? —preguntó Bian Nan con el ceño fruncido. 

—¡Qué pudo haber pasado! A tus ojos solo recurro a ti cuando tengo un problema —su madre dijo una serie de palabras: —¿te importa acaso si llego a morir? 

Bian Nan suspiró y no dijo nada. 

—¡Eres igual que tu padre! —agregó nuevamente su madre. 

Bian Nan estaba a punto de hablar, cuando el rugido de un hombre apareció a través del teléfono, algo se rompió y su madre gritó "¡¿Estás loco?!" y luego colgó el teléfono. 

Bian Nan se quedó atónito por un momento, luego volvió a llamar, pero su madre no volvió a responder el teléfono. 

—Pensé que te habías ido —La voz de Qiu Yi vino detrás de él. 

Bian Nan rápidamente se dio la vuelta y dijo: —¿Has estado aquí todo el tiempo? 

—No —Qiu Yi lo miró— Acabo de salir hace un segundo. 

—Oh —Bian Nan guardó su teléfono en el bolsillo de su pantalón.

—¿Estás bien? —Qiu Yi señaló su rostro— esta un poco fea. 

—¿De verdad? —Bian Nan se tocó la cara: —¿No me acabo de lavar con jabón?

—¿Por qué no intentas la próxima vez lavarte con Dabao? —Qiu Yi se rió y después de un rato preguntó en voz baja: —¿Sucedió algo malo?