Capítulo 08

¡Sé que esto es malo para ti, pero no intentes arreglarlo ahora! 

Qiu Yi salió del trabajo más tarde de lo habitual, temía que fuera un inconveniente regresar a casa a esta hora, por lo que se dio una ducha en el camerino del personal. Pero tan pronto se subió a la bicicleta se topó con Xiao Man, quien detuvo su camioneta frente a él: —Sube al auto, te llevaré. 

—No, hoy no hace frío —Qiu Yi estaba arriba de la bicicleta, con una de sus piernas en suelo y no se movió. Era realmente difícil para él trabajar e interactuar con su empleadora hasta este punto, todos los días. 

—Deja de decir tonterías, solo sube —Xiao Man frunció el ceño. 

Qiu Yi mantuvo un punto muerto por dos minutos con ella y Xiao Man no tenía la intención de irse, por lo que tuvo que arrojar su bicicleta en la parte trasera de la camioneta nuevamente y sentarse en el asiento del pasajero. 

—No seas como una niña pequeña, tan complicado —Xiao Man lo miró— ¿Cómo puedo dejar que te vayas en bicicleta con esa gran caja que traes? 

Qiu Yi sonrió y no dijo nada, había colocado la caja junto a la bicicleta en la parte trasera. Era un pequeño auto deportivo a control remoto para Qiu Yan, él ha querido este coche durante casi un año. 

—¿Es un regalo? —preguntó nuevamente Xiao Man— ¿Un regalo para tu novia? 

—Es un regalo de cumpleaños para mi hermano —respondió Qiu Yi. 

—Es el cumpleaños de tu hermano... —Xiao Man sonrió— pensé que se lo habías comprado a tu novia. 

—Mm —respondió Qiu Yi. Xiao Man probablemente quería preguntarle si tenía novia, pero era demasiado vago cómo para explicarlo. 

Al pasar por un supermercado abierto las 24 horas, Xiao Man de pronto detuvo la camioneta y después de decir algo, esperó que saliera otro automóvil del estacionamiento, aparcarse y entrar al supermercado. 

Qiu Yi frunció el ceño y miró la hora. Se fue a casa más tarde de lo habitual, no sabía si su padre se había ido a dormir, aunque su padre puede ir al baño y acostarse por si mismo, estaba acostumbrado a regresar y ayudarlo. 

Después de un rato, Xiao Man salió del supermercado con una bolsa, y al subir al auto le entregó la bolsa: —Dáselo a tu hermano, no pude comprar nada bueno en este momento pero supongo que a todos los niños les gusta el chocolate. 

Qiu Yi se sorprendió, vaciló por unos segundo y luego tomó la bolsa: —Gracias, hermana. 

—¿Gracias por qué? es normal que a los familiares de los empleados le hagan pequeños obsequios en sus cumpleaños —dijo Xiao Man con una sonrisa. 

Cuando llegó a casa, las luces en la habitación de su padre se habían apagado, Qiu Yi abrió suavemente la puerta y vio a su padre acostado sobre su cama: —ya estoy acostado, solo ve a dormir.

—Mm —Qiu Yi entró y arregló las mantas de su padre antes de regresar a su habitación con el auto a control remoto. 

Qiu Yan se había dormido muy honestamente hoy, pero cuando Qiu Yi se estaba cambiando de ropa en medio de la oscuridad, todavía pudo despertarse cuando escuchó sus movimientos: —Hermano. 

—Dormiré junto a ti —Qiu Yi se quitó la camisa y se coloco una camiseta. 

—¿Es mi regalo? —Qiu Yan se frotó los ojos, se sentó y encendió la pequeña lampara que estaba al lado de la cama. 

—No tengo ningún regalo para ti si no te duermes —Qiu Yi se quitó los pantalones, luego abrió la caja para sacar el auto y colocarlo frente a Qiu Yan— pero puedes mirarlo y mañana salir a jugar con el. 

—¡Auto! —Gritó Qiu Yan después de levantar las mantas. 

—¿Puedes irte a dormir? —Qiu Yi le dio una pequeña palmada sobre su pierna desnuda. 

—Dormiré —Qiu Yan retrocedió inmediatamente hacia las mantas y solo extendió la mano para acariciar de un lado a otro el auto— ¿Me acompañaras a jugar con el mañana?

—Solo duerme bien e iré a jugar contigo —Qiu Yi tomó un libro de la estantería y se sentó a un lado del escritorio, pero tan pronto como abrió el libro vio los lápices de colores— ¿De dónde vino eso?

—Mi amigo me dio un regalo de cumpleaños —dijo Qiu Yan con cierto orgullo, enfatizando el "amigo"

—Oh —Qiu Yi lo miró— ¿Tienes amigos? pensé que solo tenías compañeros de clases y vecinos...esto no es barato, ¿Tu amigo fue el que compró el regalo? ¿su familia lo sabe? 

—Mi amigo no es un niño —Qiu Yan colocó el auto a un lado de la almohada mientras lo tocaba con la mano:— Tiene aproximadamente la misma edad que tú. 

—¿Es igual a mi? —Qiu Yi lo miró— ¿Dónde lo conociste? 

—En la calle —dijo Qiu Yan— es alguien bastante agradable, tiene un partido en algunos días y quiero ir a verlo.

—¿Partido? ¿Qué partido? —Qiu Yi se sentó en la cama. 

—Un partido de tenis —Qiu Yan estiró los brazos fuera del edredón y dijo: —Hermano, ¿puedes llevarme?

—Puedo llevarte ahí un fin de semana —Qiu Yi frunció el ceño cuando escuchó sobre el partido de tenis— ¿Cómo se llama tu amigo?

—Gran tigre —Qiu Yan lo pensó por un momento, pareciendo haber notado el disgusto de Qiu Yi, luego susurró algo: —Dijo que mamá era muy hermosa...

Qiu Yi se colocó de pie abruptamente —¿Trajiste a esa persona a la casa?

Qiu Yan se estremeció, rápidamente tiró del edredón y hundió la cabeza dentro de ella: —Hermano, me equivoqué, pero no le dije mi nombre...

Qiu Yi le quitó el edredón: —Ya sabe donde vives, ¿acaso es necesario que esta persona conozca tu nombre?

—Me equivoqué...  —dijo Qiu Yan entre diversos sonidos nasales— Hermano me equivoqué, me equivoqué, ya no lo volveré a hacer...

Qiu Yi no dijo nada, salió rápidamente de la habitación y abrió la puerta de la habitación de su padre. 

—¿Qiu Yan trajo a alguien hoy? —Qiu Yi se colocó de pie a un lado de la cama, inclinándose para ver el rostro de su padre. 

—Mm, hoy trajo a un amigo —Su padre abrió los ojos— ¿Lo regañaste?

—Todavía no, lo haré más tarde —Qiu Yi frunció el ceño— ¿Cuál era el nombre de esta persona? ¿Qué es lo que pretende? ¿Pudiste averiguarlo?

—No lo sé, parecía ser un estudiante, vestía ropa deportiva y se fue luego de haberse quedado por un rato en la casa —Su padre suspiró— Tu hermano se veía demasiado feliz, así que no pregunté más...

—¿Cuál es su nombre? —preguntó Qiu Yi. 

—Gran...Gran tigre —Su padre obviamente había perdido algo de confianza cuando respondió. 

Qiu Yi le dió un pulgar hacia arriba: —Realmente eres el padre de Qiu Yan. 

—No seas así, eres muy estricto con Qiu Yan, solo tiene ocho años y es solo un niño...

—Papá —Qiu Yi se puso en cuclillas junto a la cama— No es que sea estricto, pero normalmente no estoy mucho tiempo en casa y aquí solo se quedan tú y Qiu Yan, que pertenecen al grupo de los desfavorecidos; la suma de fuerza de combate que tienen ustedes dos y multiplicado por diez es lo suficiente para que yo lo tenga en un dedo. Por lo que él trae a alguien que no conoce de la calle de una manera tan casual y del cual ni siquiera sabe su nombre, y ¿crees que yo puedo estar tranquilo con eso?  

Su padre guardó silencio después de esto, suspiró profundamente y luego cerró los ojos: —Papá lo lamenta. 

—No te veo con mucha energía al decirme eso —Qiu Yi acomodó la manta de su padre— Bien, es mejor que duermas. 

Cuando regresó a su habitación, Qiu Yi vio que Qiu Yan ya no estaba en la cama, se había colocado una camiseta sin mangas y pantalones, colocándose a un lado de la puerta con la cabeza gacha y cuando lo escuchó entrar, giró la cabeza y lo miró en silencio.

—¿Cómo conociste a Dahuzi? —Qiu Yi tomó un pequeño abrigo y se lo colocó a Qiu Yan, se sentó en la silla y verificó la hora en su teléfono. 

—Me lo encontré en la calle y hablamos —susurró Qiu Yan. 

Qiu Yi frunció el ceño: —¿Entonces lo trajiste directamente a la casa?

—No —Qiu Yan se secó las lágrima de sus ojos con el dorso de su mano: — lo llamé para hablar con él y solo vino cuando se enteró de mi cumpleaños...

—¿Lo llamaste? —Qiu Yi se colocó de pie— ¿Usaste el teléfono de papá?

—Mm —asintió Qiu Yan. 

Qiu Yi fue a la sala de estar y tomó el teléfono de su padre y notó que hoy se había marcado un solo número, el cual era un número que no se había guardado, así que lo registró en su propio teléfono. 

—Compañero de clases Erbao —Qiu Yi se colocó en cuclillas junto a Qiu Yan, y lo abrazo— Te lo he dicho, ¿no? sobre no traer personas tan casualmente a la casa, ni que tampoco hables con personas que no conoces en la calle. 

—Me equivoqué...  —Las lagrimas de Qiu Yan se deslizaron en su rostro y una por una colgaban en su barbilla. 

—Hagamos esto, —Qiu Yi limpió las lagrimas de su barbilla con los dedos— la próxima vez que quieras traer al gran...gran...tigre, ¿Por qué no lo traes un fin de semana en que yo esté en casa? ¿Qué te parece? yo también quiero conocer a tus amigos. 

—Está bien —Qiu Yan asintió vigorosamente, luego volvió a mirarlo— Si me llevas al juego podrás verlo. 

 —Eso tendría que ser una fin de semana, ahí estoy algo libre —Qiu Yi le dio una palmadita sobre su trasero— ve a lavarte la cara y luego a dormir. 

. . .

Todavía quedaban dos días para el partido, lo bueno es que se iba a realizar en esta ciudad y no había que ir a otro lugar. 

Bian Nan estaba aburrido, sin embargo, Wan Fei estaba inexplicablemente emocionado. Cuando Wan Fei se integró al entrenamiento actual parecía haber recibido un caldo de pollo, los movimientos de revés que Bian Nan usaba contra él eran vitoreados como si estuviera siendo amenazado con una paliza.  

—¡Qué revés! —gritó Wan Fei al ver el lanzamiento, y al ver el siguiente volvió a abrir la boca: — ¡Guapo! 

Bian Nan aprovechó la distracción de Wan Fei para usar un revés sobre la pelota con un efecto hacia arriba, logrando que Wan Fei no lo atrapará y saliera de la cancha, por lo que volvió a gritar: —¡Bonito!

—Estás jodidamente loco —maldijo Bian Nan en voz baja. Habían muchas personas en las gradas, así como chicas que comúnmente los observan durante sus partidos así como sus entrenamientos, y el comportamiento el día de hoy de Wan Fei es bastante molesto para él. 

Después de entrenar y cambiarse de ropa, Bian Nan no pudo evitar decir algo: —Lo más seguro es que si hoy te hago comer mierda lo harás muy emocionado. 

—¡Si! ¡Me lo comeré! —Wan Fei asintió felizmente— si quieres te daré un poquito la próxima vez. 

Bian Nan sin poder entenderlo por un buen rato: —Mirándote de esta forma, yo ya no quiero ni verte, temo que Xu Rui se volvió ciega...

—¡Oye! ¡Que palabras más crueles tienes! —Pero Wan Fei no se enojó, en cambio le dio felizmente unas palmaditas sobre su hombro— ¿Sabes por qué estoy tan de buen humor hasta el punto de querer comer mierda?

—Puedo adivinarlo, —Tan pronto como Bian Nan vio su comportamiento, pudo adivinarlo y suspiró— Prometió venir a verte al partido, ¿no?

—¡Eso es correcto! —Wan Fei le dio unas palmaditas en el rostro, tomó su bolso y se la arrojó sobre su espalda, dejando felizmente los vestidores. 

A Wan Fei le gustaba mucho Xu Rui y esto ha sido muy duradero, cumplirá un año este verano. A diferencia de Bian Nan, quien ya no pudo seguir la misma línea con Zhang Xiaorong. Desde que la dejó en aquella calle peatonal ese día, ya no quiso decir nada más y Bian Nan no respondió a los pocos mensajes de texto tentativos enviados por Zhang Xiaorong. 

Ya no estoy interesado. Esta fue la razón que descubrió por si mismo luego de analizar la situación. 

Cuando Wan Fei le dio una palmada en el hombro el día en que se llevó a cabo el partido y le dijo que no entendía aquel sentimiento de expectativa, Bian Nan estuvo de acuerdo con él con sinceridad: —Sí. 

Mientras esperaba ansiosamente, Wan Fei, quien estaba en la cancha, se daba vueltas y vueltas, mirando en dirección de la gradas, pero al final no pudo ver la figura de Xu Rui.

—¿Estás seguro de que te lo prometió? —Bian Nan lo siguió. 

—Así fue,  —Wan Fei sacó su teléfono y le mostró los mensajes— ¡Maldita sea! Ella no jugaría conmigo de esa forma, ya no es una niña pequeña. 

Bian Nan no dijo nada, pero Erbao si llegó, estaba sentado en primera fila en las gradas y lo saludó con un vigor especial. 

Erbao lo llamó antes y le dijo que su hermano lo iba a llevar a ver el partido, pero en este momento no tuvo tiempo para mirar detenidamente como era Dabao, el hermano mayor de Erbao. 

El estado de ánimo de Wan Fei era obviamente deprimente, estaba muy lejos del aquel estado de querer comer mierda en medio de los entrenamientos.  

—Estimo que llegará tarde, ¿no son así las chicas? es normal para ellas llegar un poco más tarde —Bian Nan le dio una palmada en el hombro— Estará aquí pronto. 

—Mm —Wan Fei le respondió con una voz apagada. 

El partido de Bian Nan y Wan Fei se llevaron a cabo a la misma hora, pero en dos lugares diferentes, los puntos eran pocos, ya que no había jugadores demasiado fuertes.

Bian Nan no se preocupó mucho de su propio juego, después de que dio inicio, descubrió que su oponente era débil y jugaba con bastante facilidad. 

Sin embargo, debido a las deprimentes emociones de Wan Fei, él logró que las personas se sintieran incomodas. Durante el descanso pudo ver el juego de Wan Fei, el oponente no era fuerte para el nivel de Wan Fei, pero el marcador era un poco feo.  

—Que tonto —Insultó Bian Nan en voz baja, mientras se secaba el sudor.

Realmente no entendía los sentimientos de Wan Fei debido a la influencia directa de Xu Rui al ir a verlo jugar. 

Te gusto, no te gusto, me gustas, no me gustas...no creía que este tipo de cosas fueran demasiado como para que las personas se comportaran así, era como si estas palabras de amor te guiaran entre la vida y la muerte. 

En el caso de su padre, él trataba muy bien a la tía Lin, se veían cariñosos como un romance bajo la lluvia, pero al girar su cabeza, fue en la dirección de su madre afirmando amor verdadero, prometiendo un divorcio, pero al final, el amor verdadero volvió a resurgir, dándose media vuelta y regresando felizmente al lado de la tía Lin. 

En cuanto a su propia madre...no había necesidad de decir algo, aunque su madre en algún momento enfatizó sobre el amor verdadero, era capaz de ir en contra de su propia vida por culpa de su padre. 

El amor verdadero es algo realmente inútil, los únicos que pueden retractarse de ese concepto son aquellos que quieran vivir y morir libremente. 

Bian Nan tomó un sorbo de agua y se retiró de sus pensamientos. 

. . .

—¿No viniste a ver el partido? —Qiu Yi se sentó en el banco fuera del estadio y miró a Xu Rui que estaba sentada a su lado.  

—Así es, pero creo que aún no debería ser su turno —Xu Rui sonrió, inclinándose y frotándose el tobillo— Me duele mucho. 

Qiu Yi no dijo nada, se puso de pie y fue a comprar dos paletas de helados en el supermercado que estaba cerca y se las dio: —Aplica un poco de hielo. 

Xu Rui probablemente estaba muy ansiosa porque había llegado tarde, que cuando salió del autobús tan apresuradamente no logró una buena postura. Qiu Yi incluso pensó que la habían empujado desde atrás, pero tan pronto uno de sus pies tocó el suelo, se debilitó por una torcedura, que terminó cayendo sentada sobre el suelo. 

Qiu Yi no quería mostrarle importancia, pero cuando Xu Rui levantó la cabeza y lo llamó directamente por su nombre al verlo, tuvo que acercarse y ayudarla a levantarse.

—¿Te has contactado con Xiaorong en estos días? —preguntó Xu Rui. 

—No —Qiu Yi quería irse, pero los bancos cercanos estaban ocupados por muchas personas y no era muy bueno al estar de pie frente a estas situaciones, por lo que optó por sentarse en una pequeña silla.

—¿Discutieron? —Xu Rui probablemente estaba un poco avergonzada, por lo que se detuvo un momento, antes de volver a hacer una pregunta. 

—¿Por qué discutiríamos ella y yo? —dijo Qiu Yi.

—También que... —Xu Rui sonrió— el mal temperamento que habitualmente muestra con palabras, no lo demuestra frente a ti...

Qiu Yi se colocó de pie nuevamente, caminó hacia el bote de basura junto a él y encendió un cigarrillo, dándole la espalda a Xu Rui. 

—Oye, Qiu Yi, tú... —Xu Rui volvió a abrir la boca detrás de él, pero antes de que terminara de hablar fue interrumpida por Qiu Yi.

—Este partido terminará pronto —Qiu Yi arrojó la ceniza a la basura y se giro a verla— ¿No irás a ver lo que queda?

—Oye, —Xu Rui frunció el ceño y se frotó el tobillo— ¿Por qué es tan difícil hablar contigo? ¿Puedes preocuparte por el corazón de los demás? por tu culpa, Xiaorong ha esta de muy mal humor...

—Si realmente se siente de esa forma, es preferible que ella venga directamente y no un mensajero —Qiu Yi continuó dándole la espalda—Además, el mal humor de Zhang Xiaorong no se debe a mi. 

Xu Rui se quedó atascada con sus palabras durante mucho tiempo, antes de decir algo con un poco de vergüenza en su voz: —Entonces, lo mejor es que vaya a ver el juego. 

—Mm —Qiu Yi se volvió de lado y levantó la mano— adiós. 

—Gracias por esto —Xu Rui apretó las dos paletas derretidas— ¿puedes tirarlas por mi? me cuesta un poco saltar....y tengo que hacerlo hasta la cancha de tenis...

Qiu Yi caminó hacia ella y tomó la dos bolsas de paletas. Cuando estaba a punto de darse la vuelta y tirarlas, vio a algunas personas salir por las puertas del gimnasio.

Qiu Yi estaba muy familiarizado con la ropa deportiva de la escuela deportiva, era como el uniforme de un prisionero que fue reformado después de un gran trabajo, con letras blancas que estaban impresas en un circulo en el pecho izquierdo. 

Después de acompañar a Qiu Yan a dar una vuelta y confirmar que el gran tigre, el cual era la razón de porque Qiu Yan quería ir de todo corazón a ver el juego, era en realidad Bian Nan. Y ahora, cuando ve el rostro de Bian Nan, quien siempre tenía una expresión arrogante e impaciente, Qiu Yi de pronto se sintió conmocionado.  

—Supongo que ya no necesitas saltar —Qiu Yi sonrió— ya se acabó. 

—¿Eh? —Xu Rui se giró a su dirección, con mucha sorpresa en el rostro. 

. . .

—¡Yo! ¡Mierda! ¡Tú! ¡Qué significa esto! —Wan Fei se detuvo abruptamente al ver a Qiu Yi y a Xu Rui al costado de la carretera, había rayos y truenos en sus ojos, como si dentro de ellos hubieran dos pikachu. 

Bian Nan estaba mirando a su alrededor para ver dónde estaba Erbao, temía que no pudiera encontrarse con su hermano Dabao entre muchas personas, pero en el momento en que Wan Fei alzó la voz, miró hacia el costado de la carretera también. 

—¿Maldita sea? —Entrecerró los ojos para asegurarse, en el caso de que esto fuera una equivocación. 

Cuando Wan Fei estaba a punto de correr hacia allí, Bian Nan lo agarró del brazo: —¡¿Qué es lo que estás haciendo?!

—¡Quiero explicaciones! —Wan Fei lo fulminó con la mirada. 

—¿Eres una maldita niña? Lao Jiang está justo detrás de nosotros, ¡Sé que esto es malo para ti, pero no intentes arreglarlo ahora! —le gritó Bian Nan en voz baja— ¡Te acompañaré a resolver esto en otro momento!