Capítulo 70

"Me gustas, eso es seguro"

Qiu Yi sintió que su cabeza todavía estaba un poco pesada y tenía mucho sueño. 

Se sentía incómodo y confuso, no sabiendo en qué momento se quedó dormido. 

"Xiao Yi"

La respiración de Qiu Yi de pronto se tensó. 

"Xiao Yi, mamá tiene muchas ganas de verte junto a tu esposa e hijos"

Lo siento, Mamá.

"Xiao Yi, ¿por qué aún eres tan pequeño? crece rápido, tu mamá tiene muchas ganas de verte"

Lo siento.

Lo siento. 

Mamá, no pude pedir tu perdón.

No importaba la hora o el estado, mientras piense en su madre, ese dolor que viene junto con la ausencia se extenderá sobre él poco a poco, su corazón se estremecerá violentamente, el frío se expandiera sobre su cuerpo y dejándolo sin la posibilidad de esconderse en algún lado ni tampoco tenía la idea de dónde hacerlo. No sabía si esto era la realidad o solo un sueño. 

Lo siento.

Alguien de pronto pareció agarrarlo del brazo y darle leves palmaditas sobre su cara. 

Luchó para ver de quién se trataba. 

¿Mamá?

. . .

Bian Nan salió del taxi y corrió hacia el callejón. La nieve había comenzado a caer y el aire estaba sumamente frío. 

Cuando se apresuró hacia el patio, vio a Qiu Yan junto con un pequeño abrigo acolchado de algodón en la puerta, esperándolo. 

—¡Oye, bebé! —Cuando Bian Nan lo vio, corrió y fue a abrazarlo: —¿Por qué no esperaste dentro de la casa? es un día muy frío, ¿acaso no ves que está nevando? 

—Lo vi —Qiu Yan lo abrazó: —Papá está dormido también, temo despertarlo cuando hablemos.

—Mi culpa, mi culpa —Bian Nan abrazó a Qiu Yan, entraron a la casa y susurró: —si hubiera sabido esto, habría venido mañana. Es mejor que vayas a dormir, ¿con quién estás durmiendo hoy? 

—Estoy durmiendo con mi papá, mi hermano se resfrío y él temía contagiarme. Yo estaba durmiendo, —Qiu Yan se frotó de un lado a otro sobre su cuerpo: —y escuché el teléfono cuando me levanté a orinar. 

—¿Entonces has ido a orinar? —Aunque Bian Nan quería arrojar a Qiu Yan de manera directa hacia la habitación de papá Qiu, aún fue capaz de hablar pacientemente con Qiu Yan en voz baja. El pequeño no lo había visto en dos días, por lo que no lo soltó cuando puso sus brazos alrededor de su cuello. 

—Oriné, pero hace mucho frío —Qiu Yan se rió: —que temblé demasiado y oriné en distintas direcciones. 

Bian Nan estaba divertido: —¿También te orinaste sobre tus zapatos? 

—No —Qiu Yan bajó la cabeza y se miró sus zapatos. 

—Entonces ve a dormir —Bian Nan tocó su nariz, estaba muy frío: —Me iré en un rato, buenas noches. 

—Buenas noches —Qiu Yan probablemente tenía mucho sueño, por lo que finalmente lo soltó: —recuerda cerrar también la puerta del patio. 

—Lo sé, tan preocupado —Bian Nan sonrió. 

Al ver a Qiu Yan entrar a la habitación de papá Qiu, Bian Nan salto rápidamente y fue a empujar suavemente la puerta de la habitación de Qiu Yi. 

Las luces de la habitación estaba encendida, y contra la pared, se extendía un halo. 

Qiu Yi yacía acostado sobre la cama, con el ceño fruncido y su tez blanca estaba enrojecida. 

Al ver a Qiu Yi así, Bian Nan se sintió angustiado. A sus ojos, Qiu Yi siempre ha sido fuerte, tranquilo y calmado, pasara lo que pasara. Y esta era la primera vez que lo veía enfermo, débil e indefenso. 

—Hey —Caminó hacia la cama y se inclinó para mirar a Qiu Yi: —¿Qiu Dabao? 

Qiu Yi no se despertó, su ceño seguía fruncido y no se veía muy bien. Bian Nan quería tocar su rostro, pero cuando extendió la mano, la retrajo rápidamente y después de que se frotó las manos por un rato, y sintiendo que estaban calientes, la extendió nuevamente y tocó ligeramente el rostro de Qiu Yi. 

—Qiu Dabao —Bian Nan no sabía si despertar a Qiu Yi o simplemente sentarse en la cama, verlo dormir y no ser ruidoso. Pero después de llamarlo dos veces, aún así decidió despertar a Qiu Yi, así que tomó su brazo a través del edredón: —¿Tonto Qiu? 

Qiu Yi resopló por lo bajo y sus cejas fruncidas se tensaron. 

—Hey —Bian Nan le dio unas palmaditas en la cara: —tu tío Bian ha venido a verte a pesar de tus antiguas fechorías, así que debes abrir los ojos y darme una sonrisa. 

Qiu Yi se movió, mantuvo sus ojos cerrados y no sabiendo que estaba murmurando. Pero Bian Nan fue capaz de escuchar las últimas dos palabras. 

—¿Mamá? —dijo Qiu Yi en voz baja 

¿Mamá?

Bian Nan quedó atónito. 

Entre él y Qiu Yi, la frecuencia de la palabra "mamá" es insignificantemente baja. 

Menos mencionar a la madre de Qiu Yi, que probablemente le evocaba recuerdos y sin querer una vez maldijo insultando a su madre para luego ser golpeado. Ni cabía el momento para mencionar a la propia madre de Bian Nan. 

Entonces, cuando escuchó a Qiu Yi decir esto de manera aturdida, no supo cómo reaccionar. Realmente no esperaba que Qiu Yi dijera tal cosa. 

¿Estaba soñando con su madre? 

—Soy yo —Bian Nan apartó el cabello de la frente de Qiu Yi: —Soy tu tío Bian, pero por supuesto, si quieres reconocerme como tu padrino, puedes hacerlo. 

—¿Bian Nan? —Qiu Yi abrió los ojos, su voz era ronca y nasal. 

—Maldita sea, ¿por qué tu voz es tan ronca? —Bian Nan se sobresaltó cuando lo escuchó: —¿No Shen Tao te acompañó al hospital? ¡Por qué sigues así! 

—Oye —Qiu Yi frunció el ceño, sacó la mano debajo del edredón y le dio unas palmaditas sobre el brazo: —Estoy bien, no te preocupes. 

—¿Qué me estás diciendo? te ves como un tonto —Bian Nan chasqueó la lengua, tomó su brazo y le metió debajo del edredón: —No te muevas, o luego empeorarás. 

—Dame un poco de agua —dijo Qiu Yi con una voz ronca desde bajo del edredón: —tengo mucha sed. 

—Espera —Bian Nan se dio la vuelta y salió corriendo de la habitación.

Cuando fue por agua tibia y regresó a la habitación, Qiu Yi se había sentado y apoyado en la cabecera de la cama. 

—Oye, ¿no te dije que no te movieras? —Bian Nan estaba muy molesto y lo señaló: —¿Acaso crees que tener fiebre es satisfactorio? 

—Entonces, ¿Cómo quieres que beba agua? —Qiu Yi estaba un poco indefenso. 

—Está bien, está bien —Bian Nan le entregó la taza: —Pero date prisa y recuéstate. 

Qiu Yi bajó la cabeza y tomó un sorbo de agua tibia, y luego lo miró: —¿Por qué estás aquí? ¿Qué hora es? 

—No lo sé, creo que más de las once —Bian Nan se sintió incómodo cuando escuchó la voz ronca de Qiu Yi: —Deja de hablar con tu voz rota de gong, es complicado escucharte. 

Qiu Yi tomó unos sorbos de agua y después colocó la taza sobre la mesita de noche. Luego se acomodó dentro del edredón y no habló más, se cubrió hasta la mitad de su rostro, solo quedando sus ojos para mirarlo. 

—¿Qué me miras? —Bian Nan se sintió un poco avergonzado al sentir su mirada. Todavía estaban dentro de una guerra fría el día anterior, y al siguiente, se apresuró a visitarlo como un doctor contra el viento y la nieve en medio de la noche. 

Qiu Yi todavía no hablaba, solo lo miraba. 

—¿Estás buscando pelea? —Bian Nan lo señaló y lo fulminó con la mirada, para luego detenerse:—Oh, verdad que me dije que ya no te hablaría, está bien, no hables, no hables. 

Qiu Yi rió. 

—Tus ojos están tan rojos —Bian Nan se acercó y lo miró. Los ojos de Qiu Yi eran muy hermosos, pero en este momento estaban tan rojos como la misma sangre, y no sabía si se debía a que estaba enfermo o es porque no durmió bien: —Dime, ¿Qué fue lo que te pasó? ¿Cómo te enfermaste tan repentinamente?  

—Me resfrié —respondió Qiu Yi, riendo. 

—¿Cómo fue que te resfriaste? —Bian Nan suspiró: —Según tu cuerpo, solo si se te ocurre correr desnudo podrías resfriarte. 

Qiu Yi sacó la mano debajo del edredón y le dio un pulgar hacia arriba. 

—Maldita sea, ¿De verdad corriste? —Bian Nan se apoyó al borde de la cama y dijo con una sonrisa: —Que lástima, no pude verte. 

—¿Quieres verlo? —Qiu Yi le apretó su barbilla: —Te lo puedo mostrar ahora, de todos modos no estoy usado nada ahora. 

—No te muevas —Bian Nan rápidamente volvió a guardar su mano dentro del edredón y luego se congeló nuevamente: —¿No estás usando nada? 

—Mm —Qiu Yi sonrió y asintió, hablando con cierta dificultad: —...me encanta dormir desnudo cuando me siento deprimido. 

—No es de extrañar que dejaras dormir a Erbao en la habitación de tu padre, temías que él pateara tus huevos —Bian nan lo pensó y se inclinó nuevamente hacia adelante, susurrando: —¿Me dejas tocar? 

—¿Qué hago si luego te resfrías? —Qiu Yi levantó la comisura de su boca. 

—Mi... cuerpo ya está caliente —Bian Nan se quitó la chaqueta y colocó su brazo derecho sobre el para abrazarlo. Después de cubrirlo, levantó la mano y acarició el rostro de Qiu Yi: —¿Tu estás tan caliente?

—Mm —Qiu Yi sonrió impotente, levantando el edredón: —¿Dónde quieres tocar? 

—Joder, no preguntes eso —Bian Nan metió la mano dentro del edredón: —¿Cómo quieres que responda esa pregunta? ¿tocar a tu Xiao Yi? 

—Joder —Qiu Yi se rió y tosió un par de veces tan pronto como lo hizo: —¿Por qué estás tan sediento? 

—No lo sé —La mano de Bian Nan se detuvo y tomó su mano dentro del edredón: —Yo, he estado pensando en estos dos últimos días. Y es que si realmente te ignoro, nadie te besará, te tocará y eso es una enorme pérdida. 

—¿Estás enojado conmigo? —preguntó Qiu Yi en voz baja. 

—Estaba enojado en un principio, —Bian Nan acarició su brazo con la yema de sus dedos, para llegar lentamente sobre su pecho. Para luego bajar hacia abajo y detenerse en su estómago: —me pregunté, ¿por qué este tipo es así? tan complicado. 

—...lo siento —dijo Qiu Yi. 

—No hay nada de malo, no hablemos sobre esto —Bian Na tocó la cintura de Qiu Yi y la pellizcó ligeramente: —Tal vez sea porque pensamos diferente y solo quiero estar seguro de que...

—Me gustas, eso es seguro —Qiu Yi tomó su mano. 

—Oye —Bian Nan chasqueó la lengua y no pudo evitar reír: —¿Cuántas veces te lo he dicho? déjame hablar, espera a que pregunte. 

—Estoy confundido, prestaré atención la próxima vez —dijo Qiu Yi. 

—¿Qué pasa contigo? ¿Por qué de repente te resfriaste y ahora tienes fiebre? Si se trata de mi, es difícil que tenga un resfriado o fiebre en este momento —Bian Nan frunció el ceño. 

—Yo tampoco lo sé, no me he enfermado desde hace mucho tiempo —Qiu Yi tosió: —Después de que te fuiste ese día, me apresuré al patio y me quedé ahí por un rato, una media hora, y luego me resfrié. 

—¡Merecido! —Bian Nan rechinó los dientes: —¡Merecido! 

—Mm —Qiu Yi sonrió. Se giró y tosió hacia la pared durante mucho tiempo. 

—Pobre niño tan pequeño —Bian Nan se subió a la cama y abrazó a Qiu Yi por detrás, a través del edredón: —Tu tos no se escucha mal, es un alivio escucharla. 

—Ten cuidado, luego tendrás que inyectarte una aguja—Qiu Yi tosió y dijo: —tu piel es tan gruesa y será imposible inyectarte. 

—Calla esa boca tuya, tú solo sigues tosiendo así ¿y así me molestas? —Bian Nan le dio unas palmaditas sobre la espalda: —Oye, ¿estabas soñando cuando llegué? 

—¿Qué? —Qiu Yi inclinó la cabeza. 

—No fue nada —Bian Nan continuó dándole palmaditas suavemente: —Te escuché decir mamá, ¿estabas soñando con tu madre? 

Qiu Yi obviamente quedó aturdido. Luego dijo en voz baja: —Probablemente, ¿no dije algo más?

—Nada más. Yo solo dije que no, pero que podrías reconocerme como tu padrino y en ese momento te despertaste —Bian Nan colocó sus piernas sobre Qiu Yi. Abrazando a Qiu Yi con sus brazos y piernas, se sintió muy realizado con esta acción. 

. . .

Qiu Yi nunca habla mientras duerme y eran rara las veces que lo hacía cuando estaba medio dormido. La mayoría de esas veces, solo era para decirle a Qiu Yan cuando se levantaba que no lo pisara, pero realmente no esperaba decir "mamá" y permitir que Bian Nan lo escuchara. 

Este sentimiento indescriptible lo abrumó al instante. 

Temía de que Bian Nan volviera a hacer una pegunta y también, de que Bian Nan supiera de que no podía aceptar su sexualidad con tranquilidad. Y tenía aún más miedo de que Bian Nan retrocediera después de saber esto. 

¿Cuándo se convirtió en una carga pensar en su madre? 

Sentirse culpable y evitarlo al mismo tiempo, era un sabor demasiado doloroso. 

—No volveré al dormitorio hoy —Bian Nan presionó su cara sobre su espalda, a través del edredón: —¿está bien? está nevando mucho afuera. 

—Entonces ve a dormir al sofá de la sala de estar —Qiu Yi se dio la vuelta y se tumbó: —Tengo un resfriado muy serio y temo contagiarte. 

—Eso es imposible —dijo Bian Nan y lo besó en la boca: — y no bromeo, cualquiera que se resfríe no podrá contagiarme. Soy un hombre grande, fuerte como un toro, un caballo, un joven maestro fuerte como un caballo, el príncipe del caballo oscuro, con sus músculos oscuros y brillantes. 

Qiu Yi no pudo evitar suspirar junto con una sonrisa: —¿Alguien te ha dicho alguna vez que eres molesto? 

—No, ¿alguien te ha dicho alguna vez que eres miope? ves a las personas de forma tan imprecisa —Bian Nan chasqueó la lengua 

—Desde el inicio he sido miope —dijo Qiu Yi con una sonrisa y tosió nuevamente. 

—Casi me olvido de que lo eras —Bian Nan le dio unas palmaditas en la espalda: —¿No necesitas tomar un examen físico para la pasantía? ¿Pueden subir a bordo los miopes? 

—Mm, dado el nuevo reglamento, se requiere 5.0 o superior, pero mi grado es bajo. Puedo ver con claridad las primeras letras, pero no mucho las siguientes —Qiu Yi tosió por bastante tiempo antes de recuperarse: —He memorizado todas las tablas optométricas. 

—¡Maldita sea! —Bian Nan estaba un poco sorprendido: —Realmente sabes todo, desde lo que contiene una bolsa de alimento hasta la tabla optométrica, ahora sé porqué tus calificaciones son tan buenas. 

—No puedo evitarlo, mi forma de ser es así —Qiu Yi se rió dos veces y tosió nuevamente. 

—Ya no hables, no hables —Bian Nan suspiró, se sentó y comenzó a desvestirse: —ya no te instaré a hablar, cada vez que hablas, toses, ríes y toses. 

—¿Qué estás haciendo? —Qiu Yi lo miró. 

—¿Qué crees? ¿Quieres acaso hacerlo tú? —Bian Nan lo miró con los ojos entrecerrados: —Dormiré.

—¿Realmente te apretarás conmigo? —Qiu Yi vaciló. 

—¿No quieres dormir conmigo o qué? —Bian Nan frunció el ceño y lo miró. 

—Dije que temía contagiarte —dijo Qiu Yi en voz baja. 

—¡Y yo te dije que no tengas miedo! —Bian Nan arrojó su ropa a un lado, se quitó los pantalones y levantó la mano para apagar la luz junto a la cama, para meterse dentro del edredón: —Maldita sea, ¿todavía tienes fiebre? ¿Por qué estás tan caliente? 

—Esto es arder en lujuria —dijo Qiu Yi— Puedes compartir este edredón conmigo un rato, pero hay uno más en el armario, así que luego ve a buscarlo y cúbrete. 

—Mm, lo sé, también temo que yo te haga empeorar más —Bian Nan lo abrazó con fuerza, Qiu Yi todavía tenía su cuerpo caliente: —pareces una batata asada. 

—¿Cómo te ha ido Zhan Fei en estos dos días? —Qiu Yi acarició su vientre. 

—Te lo contaré, pero tú solo escucha y no hables más —Bian Nan miró a Qiu Yi, Qiu Yi asintió y se aclaró la garganta: —Me ha ido bien, pero solo si hablo en cuanto a las habilidades técnicas, ya que tener que relacionarme me molesta. Hay muchos entrenadores y tengo que lidiar con ellos a diario, y no solo tengo que recordar sus nombres, también qué clases toman. A veces están tan ociosos que no sé qué realmente hacen, que también tengo que resolver sus enfrentamientos, quién con quién e incluso cuando se ven, quieren enfrentarse a un duelo. Oh, y también hay un entrenador de apellido Li, quien se parece mucho a Pan Yifeng y el entrenador Gu siempre me pide que vaya con él para conseguir algunas cosas, pero quiero abofetearlo y llamarlo entrenador Pan cada vez que lo veo. 

Qiu Yi no dijo nada, solo se rió durante mucho tiempo. 

—No te rías y mejor hablemos más cuando estés mejor —Bian Nan suspiró: —No he estado en casa en estos dos últimos días. Mi papá no sabe que he ido a Zhan Fei, nunca se lo mencioné, ya que no estaba de acuerdo con eso en un principio. E incluso si lo hiciera, probablemente no estaría para nada feliz. 

—Solo céntrate en hacerlo bien —dijo Qiu Yi con voz ronca. 

—Mm —Bian Nan lo abrazó aún con más fuerza, lo frotó durante mucho tiempo y finalmente salió del edredón, yendo por el otro edredón y tapándose: —Vamos a dormir. 

. . .

Los dos estuvieron en medio de la oscuridad por un rato. Y Qiu Yi de pronto lo llamó en voz baja: —Gran tigre.

—¿Mm? —Bian Nan se dio la vuelta y se acostó cara a cara con él. La voz ronca de Qiu Yi junto con ese toque de somnolencia, lo hacía parecer tan sensual cuando estaba tan cerca. 

—Ese diccionario... —dijo Qiu Yi. 

—Te lo traeré mañana —Dijo inmediatamente Bian Nan, sintiendo como si hubiera estado esperando estas palabras de Qiu Yi durante mucho tiempo. 

—Diez mil servirán —Qiu Yi extendió la mano y se tocó la frente. 

—Puedes tomarlo todo y planea por ti mismo cuanto usarás —dijo Bian Nan con indiferencia. 

—No, guárdalo tú —Qiu Yi suspiró: —Bian Nan, si tú hubieras ganado ese dinero, te importaría un poco más. 

—Todo el dinero que yo gane lo compartiré contigo —Bian Nan pensó por un momento: —Sé lo qué quieres decir, si quieres 10.000 serán 10.000, ahorraré el resto. 

Bian Nan durmió profundamente esa noche y cuando se despertó por la mañana, sintió como si se hubiera recargado. Miró la hora y se dio cuenta que podía regresar a la escuela a tiempo, justo para el entrenamiento matutino. 

Qiu Yi todavía estaba dormido, así que se inclinó y besó la boca de Qiu Yi. Para luego levantarse ligeramente de la cama. 

En este momento, Qiu Yan, el pequeño experto en pisar personas aún no se había despertado y la habitación estaba muy tranquila. Bian Nan abrió la puerta y salió, el aire helado de pronto entró por el cuello de su ropa. 

Tiró del cuello de su ropa y corrió hasta el callejón para comprar algunas bolas de masas y bollos al vapor. Se apresuró a regresar rápidamente a la casa de Qiu Yi, preparando un gran termo y colocándolo sobre la mesa, para finalmente cerrar suavemente la puerta e irse. 

Los exámenes finales iban a llegar en unos días y Lao Jiang, se relajó en cuanto al entrenamiento del grupo de tercer año. Por lo que en la mañana, les dijo que iba a reducir el peso del entrenamiento por la tarde. 

Bian Nan se sintió muy conmovido, que incluso no se quedó dormido durante las clases culturales de la mañana y claro, también probablemente se debía a que durmió mucho mejor anoche.

Después de la clase del mediodía, Wan Fei y él fueron a la cafetería a comer. Nevó toda la noche y no se detuvo hasta el mediodía y durante todo el camino, hubo un exceso de energía lanzando algunas bolas de nieve. 

—Nan-ge —Wan Fei lo miró: —¿Acaso estás de buen humor? 

—Siempre he estado de buen humor —Bian Nan chasqueó los dedos. De hecho, Qiu Yi y él no progresaron en absoluto, porque de todos modos, no fue capaz de encontrarle una solución, pero por ahora, es mejor dejar todo de lado y no tomarlo en cuenta. Simplemente no quería pensar en esa gran cantidad de cosas, porque de todas formas era inútil. 

Justo cuando quedaban unos pasos para entrar a la cafetería, el teléfono de Bian Nan sonó. 

—¡Maldita sea! ¡No, no! ¡Come conmigo! —Wan Fei se colgó en su brazo, junto con su rostro de tristeza: —¿Vas a salir a comer otra vez con Qiu Yi? 

Bian Nan estaba a punto de decirle que Qiu Yi estaba enfermo y que solo estaba diciendo tonterías, pero cuando miró hacia abajó leyó: Qiu Dabao. 

—Ve a comer —Bian Nan alejó a Wan Fei de una solo empujón y contestó el teléfono: —¿Estás despierto? 

—Tuve ya dos clases —La voz ronca de Qiu Yi de pronto la escuchó. 

—¡¿Qué?! —Bian Nan sintió que su voz fue un poco desafinada: —¿Tu fiebre bajó? ¿Acaso ya te recuperaste de tu resfriado? 

—La fiebre ya se fue, me tomé la temperatura al despertar —dijo Qiu Yi: —Tengo que volver a inyectarme al mediodía y quiero que me acompañes. Pero no sin antes venir a la escuela y asistir a dos clases. 

—¿No asistes a una, sino que a dos? —preguntó Bian Nan. 

—Mm, desperté bien luego de haber dormido bastante —Qiu Yi tosió dos veces: —¿Vamos a comer juntos? 

—Encuentra un lugar donde resguardarte en la intersección y espérame —Bian Nan colgó el teléfono y se apresuró hacia la cafetería. Cuando vio a Wan Fei, quien ya había pedido comida y estaba sentando en la mesa comiendo: —¿Conseguiste algo para mi?

—¿Por qué debería conseguirte algo de comida? —Wan Fei chasqueó la lengua. 

—Estoy desacostumbrado a que pienses bien —Bian Nan le dio unas palmaditas sobre el hombro: —Volveré por la tarde. 

—¿Me traes algunas alitas de pollo? —Preguntó inmediatamente Wan Fei. 

—Bien. 

Qiu Yi estaba esperando dentro de un supermercado, y salió de ella, cuando lo vio pasar corriendo. 

Bian Nan lo miró fijamente y se divirtió. Qiu Yi estaba usando mucho más de lo habitual, gorro, bufanda, mascarilla, guates, chaquetas gruesas y cuando se acercó, le dio un empujoncito a Qiu Yi: —¿Aún puedes mantenerte de pie? 

—No eres para nada amable —Qiu Yi se bajó la mascarilla: —de todas manera soy un paciente, así que debes ser más amable conmigo. 

—Ya veo —Bian Nan se acercó a él, lo tomó del brazo y caminó hacia la calle de bocadillos: —Busquemos un lugar donde no haya nadie y me permitas ser amable. 

—¿a "Tan aburrido"? —preguntó Qiu Yi. 

—Mm —Bian Nan asintió: —Ese lugar es cálido, e incluso le pregunté a Gu Wei si conocía ese lugar. 

Los dos no han comido nada, y después de haber cruzado la calle de bocadillos, caminaron hacia la zona residencial. No habían muchas personas por las calles en un día de nieve y toda la comunidad se veía vacía. 

Cuando se encaminaron hacia la parte de un edificio, Bian Nan de repente se rió y agarró del cuello de la ropa de Qiu Yi: —Ven aquí y deja que este Gege te bese. 

—¡Ayuda! —Qiu Yi se cubrió la boca y dijo ahogadamente: —Tío policía, hay un desvergonzado por aquí.

—Al tío policía no le interesa las relaciones amorosas —Bian Nan miró alrededor, no había nadie, por lo que se apresuró, abrazó a Qiu Yi y lo empujó contra la pared, para quitarle la mano que cubría su boca: —Rápido, bésame.

—Tengo un resfriado —dijo Qiu Yi, impotente. 

—No me importa —Bian Nan lo besó. 

Después de todo, estaban en una comunidad y Bian Nan no se atrevió a ser demasiado arrogante, por lo que simplemente presionó su boca sobre la boca de Qiu Yi con fuerza. Cuando estaba a punto de retroceder, sintió que la respiración de Qiu Yi se detuvo y luego lo empujó. 

—Oye —Bian Nan estaba a punto de preguntar de por qué estaba siendo tan cruel, pero al ver Qiu Yi mirar detrás de él, su corazón de pronto se hundió. 

Cuando apretó los dientes y se dio la vuelta, vio a Miao Yuan salir por la parte trasera del edificio, probablemente, con la intención de salir por la puerta trasera de la comunidad.