VOLUMEN III

Capítulo 53

¡La directora Xu ni siquiera sabe que te has convertido en un tsunami a sus espaldas!

¿Cuánto tiempo duró este beso? nadie tomó el tiempo. No fue hasta que Xiang Xi alejó lentamente sus labios que Cheng Boyan de repente se dio cuenta que de su respiración no era tranquila, los latidos de su corazón eran irregulares y sentía que le dolía un poco la espalda.

Miró los ojos oscuros de Xiang Xi y notó que su visión estaba ligeramente nublada, y suspiró en su corazón. Un beso como este, donde solo hubo un contacto de labios y sin más movimientos, logró que se sonrojara, que su corazón enloquezca y se reduzca el ritmo de la respiración...es realmente asombroso.

Un auto a su lado hizo sonar la bocina y alguien salió de la casa del té. Xiang Xi se aclaró la garganta, retrocedió dando uno o dos pasos atrás, cerró la puerta del auto y caminó por delante del auto, dando de paso dos palmadas en la parte delantera y luego abrió la puerta del copiloto y subirse al auto.

—Pensé que me ibas a volver a abofetear —Cheng Boyan miró a la persona que se acercaba para subirse a auto y se tocó la nariz.

—¿Ah? —Xiang Xi quedó atónito por un momento y luego rió: —lo olvidé.

Cuando terminó de reír, luego se quedó en silencio y giró la cabeza, para presionar su frente sobre la ventana del auto. El repentino y fuerte sentimiento de vergüenza sumamente mezclado, le hizo casi romper la ventana del auto con su cabeza.

—¿Qué quieres comer? —Cheng Boyan colocó en marcha el auto y comenzó a conducir.

Xiang Xi no dijo nada, no movió su frente contra la ventana del auto y condujo por casi diez minutos antes de volver a preguntar: —¿Qué quieres comer? ¿algo simple o una gran comida?

Xiang Xi todavía no se movía.

—Quiero comer bistec —Cheng Boyan lo miró: —¿Quieres comer?

Xiang Xi permaneció tan inmóvil como si hubiera crecido en la ventana del auto.

—¿Xiang Xi? —Cheng Boyan lo llamó, pero el todavía no se movía. Extendió la mano y presionó el botón de la ventana del copiloto.

La ventana del auto se deslizó hacia abajo y la cabeza de Xiang Xi se deslizó casi diez centímetros, antes de saltar de forma repentina. Se giró para mirarlo y hubo confusión en sus ojos.

—¿Te dormiste? —Cheng Boyan estaba un poco sorprendido.

—Ah... —Xiang Xi se frotó los ojos con confusión y luego se secó la comisura de su boca: —Al parecer...

—¿Te dormiste después de un beso sin siquiera usar la lengua? —Cheng Boyan cerró la ventana: —Entonces toma una siesta y baja la parte trasera del asiento. Te hablaré cuando lleguemos.

—Como decirlo... —Xiang Xi bajó la cabeza para estudiar el asiento, y después de estudiarlo por un par de segundos, de repente se detuvo y se volvió para mirar a Cheng Boyan: —Si no me molestas durante un día, será tan incómodo como no lavarte las manos, ¿verdad?

—No puedo evitar suspirar cuando te veo —Cheng Boyan sonrió.

—Si quieres mover la lengua, estaré encantado con eso —Murmuró Xiang Xi en voz baja, buscando el botón debajo del asiento del auto: —De lo contrario, presenta un informe médico y solicítalo para poder mover la lengua...¡Oye, dónde está esta cosa!

—...hay un botón en el lado derecho —dijo Cheng Boyan con una sonrisa.

Xiang Xi rebuscó durante mucho tiempo, antes de bajar el respaldo del asiento del auto y acostarse: —Es tan molesto, ¡ahora que estamos a punto de llegar!

—¿Entonces tomo un desvío? —Cheng Boyan lo miró.

—Estoy nervioso —Xiang Xi cerró los ojos.

Solo después de que el auto se detuvo, Cheng Boyan despertó a Xiang Xi.

—¿Qué vamos a comer? —Preguntó Xiang Xi y miró por la ventana.

—Bistec... ¿hay algo que quieras comer? —dijo Cheng Boyan.

—Cerdo estofado —Xiang Xi se rascó la cabeza y se sentó en el asiento: —Aunque no puedo usar el cuchillo y tenedor.

—Entonces comamos cerdo estofado —Cheng Boyan se bajó del auto: —Allí hay un restaurante Hunan Mao.

—Y también quiero comer salchichas y panceta de cerdo... —dijo Xiang Xi, bajándose del auto: —Maldita sea, hace mucha calor, ¿por qué no comemos una paleta primero?

Cheng Boyan no dijo nada, solo cerró el auto, se acercó a él y le dio una palmada en el brazo.

—¡Oye, oye! —Xiang Xi se frotó el brazo: —¡Hace mucha calor! ¡¿por qué no comemos una paleta primero?! ¡¿Bien?!

—Entonces comamos helado... —Cheng Boyan miró a su alrededor: —Hay un lugar ahí, vamos.

Xiang Xi pidió un helado de frijol de mungo. A él, no le gustaba el helado. Sentía que no saciaba la sed ni aliviaba la fiebre y era grasosa. Cheng Boyan vaciló y dijo: —Yo también quiero un helado de frijol de mungo.

—¿No quieres helado? —Xiang Xi lo miró.

—Solo quiero probar el helado de frijol de mungo —Cheng Boyan sacó el helado de frijol de mungo del congelador, lo abrió y le dio un mordisco: —Nunca lo había comido antes.

—¿Nunca has probado el helado de frijol de mungo? —Xiang Xi lo miró sorprendido y agitó la paleta en su mano: —Helado de frijol de mungo, ¿nunca lo has probado?

—Si, es extraño, nunca lo había probado antes —Cheng Boyan le dio otro mordisco.

—Entonces, ¿Qué tipo de helados comes? ¿o solo chupas hielo? —Preguntó Xiang Xi.

—¿Qué es chupar hielo? —Cheng Boyan frunció el ceño: —Solo nunca lo he probado.

—Entonces, cuando tienes calor y sed... —dijo Xiang Xi mientras comía: —¿Qué haces?

—Bebo agua, que divertido —dijo Cheng Boyan.

—¡Ah, si! la directora Xu definitivamente no iba a permitir que probaras esto, ¡No son nutritivos ni higiénicos! —Xiang Xi asintió: —Ahora eres considerado un mal estudiante, ¿verdad?.

—Solo lo estoy probando y no es que siempre lo haré —Cheng Boyan sonrió.

—Entonces con tu problema de lavarte las manos, ya que lo haces tantas veces como quieres, no lo hagas todo el tiempo. Tus manos después se volverán frías —dijo Xiang Xi.

—¿Son frías? —Cheng Boyan extendió la mano y le tocó la cara: —Solamente están frías cuando enciendo el aire acondicionado y por lo general, no está así.

Xiang Xi saltó hacia un lado y bajó la voz: —¡No toques a ciegas!

Cheng Boyan bajó la cabeza y se llevó a la boca otro bocado de helado de frijol de mungo. Luego, de repente, volvió a extender la mano y le tocó la cara. Y antes de que Xiang Xi pudiera reaccionar, se dio la vuelta y se apresuró hacia el restaurante.

¡Mierda! Esto es algo que no puede decir.

¡Maldita sea! Esto es algo que tampoco puede decir.

¡Maldición! probablemente tampoco pueda.

Cualquier palabra que exprese el cómo se sentía, podría hacer que Cheng Boyan le dé una palmada en el brazo. Xiang Xi miró fijamente la espalda de Cheng Boyan y al final pudo gritar un depresivo: —¡Ah!

Cheng Boyan no saldría a comer si no fuera por alguna circunstancias. Un pequeño restaurante definitivamente no es higiénico, e incluso si fuese un gran restaurante higiénico, habría un montón de esencia a aceite y sales perfumadas.

Pero cuando estaba con Xiang Xi, aún era capaz de comer en un restaurante. Prefería superar sus límites y no quería en parte dejar que Xiang Xi comiera la comida con sus "gustos" y por otro lado, tampoco estaba dispuesto a comer el arroz blando hecho por Xiang Xi.

Sin embargo, el interés de Xiang Xi por la comida no ha disminuido debido al surgimiento de la ceremonia del té, todavía era capaz de investigar cómo se hace el cerdo estofado tan pronto como sirvieron la comida, qué ingredientes se colocaban usualmente y cómo el lomo de ternera salteado quedaba tan suave al comer...

—Está delicioso —Cheng Boyan tomó un trozo de cerdo estofado y se lo llevó a la boca.

—Mm —Xiang Xi asintió: —Lo intentaré cuando tenga tiempo.

—...Si quieres comerlo, solo ven aquí y cómelo —dijo Cheng Boyan.

—No me subestimes, quizás pueda hacer tanto la ceremonia del té como cocinar, ¿no? —Xiang Xi sonrió.

—Aún no sabes bien lo de la ceremonia del té y ahora con lo de cocina, solo elige a uno, porque temo que luego colapsarás con ambos —Cheng Boyan suspiró.

Después de la cena, Xiang Xi originalmente quería ir a la casa de Cheng Boyan para guardar las fotos que tenía en la cámara, debido a que casi estaba lleno. Pero tan pronto como se subió al auto, Cheng Boyan recibió una llamada y debía dirigirse al hospital para hacerse cargo del trabajo de otros doctores.

—No sé muy bien lo que pasa con el Doctor Liu, últimamente se ha sentido mal y hoy contrajo fiebre —Cheng Boyan colocó en marcha el auto: —¿Te dejo en la intersección y regresas por tu cuenta?

—Vamos directamente al hospital, llegamos allí y luego puedo tomar el autobús —dijo Xiang Xi.

—Que hay si tú... —Cheng Boyan pensó por un momento, sacó las llaves de su bolsillo y se la arrojó: —Ve a mi casa tú solo. Cuando hayas terminado, cierra la puerta con llave y déjala con el portero abajo.

Xiang Xi se congeló y miró las llaves. Aunque esta no era la primera vez que sostenía las llaves de la casa de Cheng Boyan, ahora se sentía un poco incómodo.

Quiero decir, que iré a robar a tu casa.

Quiero decir, que no me cambiaré de ropa cuando vaya a tu casa.

Quiero decir...

Pero parecía decir que, sin importar lo que dijera, podía adivinar la respuesta de Cheng Boyan.

—Oh —respondió finalmente.

—Échale un poco de agua a la menta, me olvidé de regarla por la mañana. Tengo miedo de que se sequé después de un día de sol —añadió Cheng Boyan.

—Mm —Xiang Xi asintió. Había cuatro macetas en el pequeño balcón en el dormitorio de Cheng Boyan, y Cheng Boyan, lo estaba dejando entrar a su dormitorio...

—Cámbiate de ropa antes de entrar al dormitorio —añadió Cheng Boyan.

Así es, este es el estilo de Cheng Boyan. Xiang Xi se divirtió durante mucho tiempo.

La casa de Cheng Boyan siempre estaba impecable y cada vez que Xiang Xi entraba a la casa, se sentía como una gran nube de polvo y sentía que cada cosa que tocaba, lo ensuciaba.

Después de cambiarse de ropa, primero planeó regar las plantas de menta. Después de deambular por mucho tiempo, no pudo encontrar nada para regar, así que tomó un recipiente, lo llenó con agua y entró al dormitorio de Cheng Boyan.

Las cuatro matas de menta estaban bastante desesperadas, vertió el agua del recipiente y cuando estaba a punto de alejarse, vio una pequeña regadera en el alféizar de la ventana.

Lo tomó y lo miró. Esta regadera era muy pequeña, no mucho más grande que su puño y tenía forma de un elefante. Parecía un juguete para un niño. Xiang Xi miró la regadera y se rió durante mucho tiempo.

Cheng Boyan es muy infantil desde diversos puntos y no sería capaz de descubrirlo sin un contacto más cercano.

Corrió varias veces y usó esta pequeña regadera para verter agua.

La cama de Cheng Boyan todavía estaba muy limpia y ordenada. Después de que el clima cálido llegó, colocó mantas de cama más frescas. Xiang Xi permaneció junto a la cama por un momento, luego se acercó con cautela para echar un vistazo y luego extendió la mano para tocarla.

No sabía qué material eran las mantas, parecía ser una estera de paja, pero no era esa especie de pasto ni tela, solo se sentía cómodo y fresco al tacto.

Productos de alta gama, esta fue la conclusión de Xiang Xi. Cheng Boyan es una persona muy exigente con su vida, y al observar sus productos de cocina, se podía decir que incluso una de sus ollas al azar cuestan entre 200 y 300 yuanes.

No sabía por qué, pero cada vez que Xiang Xi veía muy especialmente la cama hecha de Cheng Boyan, quería acostarse en ella. Era como estar en lo alto de un edificio y querer saltar hacia abajo, cuando ves un grano y quieres apretarlo.

Después de dudar por un momento, se acostó en la cama, luego se levantó y miró la cama. Luego se acostó de nuevo, cerró los ojos y se rió un par de veces. La cama ahora no tenía una manta gruesa como en invierno, que dejaría huellas si se acostaba en ella y ahora, no podía verla por lo mucho que se acueste.

La cama olía bien, de hecho, olía a limón. Pero combinado con el aroma de Cheng Boyan, se volvió especial. Le gustaba mucho olerlo.

Lo mismo sucedía cuando estaba cerca de Cheng Boyan, el olor a limón de la marca Cheng Boyan junto a su temperatura corporal, era más relajante.

Se acostó en la cama y pateó las piernas como si estuviera nadando, y estiró los brazos un par de veces.

¡Cómodo!

. . .

Cheng Boyan originalmente quería llamar a Xiang Xi cuando no estaba demasiado ocupado por la noche, pero lo pensó y no lo llamó. Solo le envió un mensaje a Xiang Xi si ya había terminado.

Pero Xiang Xi no le respondió.

Le envió otro más tarde, pero todavía no le envió una respuesta.

Miró la hora y aún no eran las 12 en punto. Probablemente Xiang Xi aún no estaba dormido, así que marcó su número.

Estaba apagado...¿acaso se quedó sin batería?

Cheng Boyan suspiró impotente. Tomó un plátano que le dio el familiar de un paciente, lo peló y se lo comió.

La verdad, esta noche no estaba de buen humor. La enfermedad el Doctor Liu pareció ser grave y lo ha estado padeciendo desde hace mucho tiempo. Dijo que no tenía el apetito de comer, que se sentía cansado a menudo y había contraído fiebre varias veces, pero él siempre ha dicho que ha estado bien. Solo estaba un poco cansado y no tenía el tiempo para que lo revisaran.

Cheng Boyan tuvo una llamada telefónica con él antes y finalmente, lo obligó para que viniera al hospital a hacerse un chequeo médico.

Cuando llegó por primera vez al hospital, un colega murió de cáncer colorrectal y sus primeros síntomas fueron ignorados. Y Cheng Boyan, siempre se sentía un poco incómodo cuando pensaba en esto.

Había dos pacientes hospitalizados en plena noche. Después de que terminó el procesamientos, simplemente se acostó en la mesa y entrecerró los ojos por un rato, luego salió del hospital al amanecer.

Intentó marcar el número de Xiang Xi, pero todavía sonaba apagado.

Cuando llegó a casa, fue donde el portero de abajo y le preguntó si Xiang Xi le había dejado la llave.

—No —dijo el portero: —estuve de servicio ayer y no tuve las llaves de tu casa, pero el chico que a menudo viene contigo subió, pero no bajó.

—...Oh, entonces creo que usaré las llaves de repuesto —Cheng Boyan quedó atónito. ¿Xiang Xi no se fue?

El portero entró a la trastienda y sacó las llaves de repuesto, le pidió que firmara, tomó las llaves y subió las escaleras.

Cuando abrió la puerta, la casa estaba en silencio y no había nadie en la sala de estar. Se cambió de zapatos y vio la ropa de Xiang Xi colgada en el armario a un lado de la puerta. Mientras se frotaba desinfectante, miró hacia el estudio, pero no había nadie allí.

Después de dudar por un momento, caminó lentamente hacia la puerta de su dormitorio.

La puerta estaba abierta, y sin la necesidad de entrar, pudo ver a Xiang Xi acostado en su cama, durmiendo profundamente.

Frunció el ceño con impotencia y se apoyó contra el marco de la puerta.

—Xiang Xi —lo llamó.

Xiang Xi solo suspiró y mantuvo sus ojos cerrados sin moverse.

—Xiang Xi, despierta —Cheng Boyan continuó llamándolo, entró al dormitorio y abrió la ventana para poder ventilarla: —Levántate y muere.

Probablemente Xiang Xi no se olvidó de regar las macetas de menta que tenía en el alféizar de la ventana anoche, ya que todas las hojas estaban de pie. Tomó el pequeño fregadero para sacar agua, caminó de un lado a otro varias veces y volvió a echarles agua.

Xiang Xi aún no se despertaba. Cheng Boyan miró la hora y vio que tenía que ir a trabajar, así que tomó una caja de pañuelos de papel de la mesa de noche y se la arrojó a Xiang Xi sobre su cabeza.

. . .

Cuando Xiang Xi abrió los ojos, no sabía dónde estaba y la almohada frente a él no parecía ser la suya. Levantó la mano para frotarse los ojos confundido y luego sintió que le dolía todo el cuerpo.

—Eres capaz de dormir en esa posición toda la noche. Tu capacidad de sobrevivencia es realmente fuerte —Escuchó la voz de Cheng Boyan junto a él.

Xiang Xi se congeló por un momento, e ignorando que todavía le dolía un poco el cuello, giró bruscamente la cabeza.

Cuando vio a Cheng Boyan de pie junto a la cama con los brazos cruzados y su boca medio sonriente, Xiang Xi de repente sintió que ya no le dolía la cintura y que no le dolían las piernas. Sin mencionar sobre estar en un quinto piso, sintió que sería capaz de saltar directamente desde el decimoquinto piso.

Se dio la vuelta y se sentó, se secó la comisura de su boca y notó pequeñas marcas rojas en la mitad de su rostro: —Yo...yo solo...no sé cuándo me quedé dormido...

—Levántate, tengo que ir a trabajar pronto —Cheng Boyan extendió la mano y le dio un pequeño golpe en la frente, luego salió del dormitorio: —Preparé un poco de leche soja, y si no quieres, entonces puedes salir a desayunar.

—¿Regresarás al trabajo? —Xiang Xi se saltó de la cama, aplanó las mantas que habían sido removidas al moverse mientras dormía y luego salió del dormitorio: —¿No tienes un día libre después de estar de servicio?

—Ayer estuve de guardia por el Doctor Liu y hoy no tendré un día libre —Cheng Boyan tomó un jarrón de vidrio y vertió algunos frijoles negros sobre la máquina de leche de soja.

—Oh... —Xiang Xi se rascó la cabeza y se quedó de pie en la cocina, con cierta vergüenza: —Me dormí en tu cama...

—Te dormiste —dijo Cheng Boyan, enchufando la máquina de soja.

—¿No me vas a abofetear? —Preguntó Xiang Xi.

—No puedo —Cheng Boyan lo miró: —¿Puedes ponerte el pijama la próxima vez?

—La ropa que llevo no es la uso cuando salgo. Me coloqué la ropa limpia tan pronto como entré —dijo Xiang Xi.

—Esa no es ropa para dormir. Con esa te sientas aquí y allá dentro de la casa... —Cheng Boyan lo miró.

—Vaya... —Xiang Xi tiró de su ropa, suspiró profundamente, se dio la vuelta y entró al baño: —Un conjunto para salir, otro conjunto para estar dentro de la casa y otro conjunto para ir a dormir. Un conjunto de seguro para ir al baño, otro para cocinar y otro, para limpiar...

Cheng Boyan no lo tomó en cuenta y encendió la máquina de soja.

Xiang Xi se paró frente al lavabo del baño y se miró en el espejo. Su cabello estaba desordenado, la mitad de su rostro tenía leves marcas y el lunar que tenía en el rabillo de su ojo estaba perdido debido a esas marcas.

Chasqueó la lengua y se echó un poco de agua en la cara.

¿Se acostó en la cama y durmió toda a noche?

Sentía torcida su cintura, le dolía la cintura y la espalda.

¿Cheng Boyan no se enojó?

Es tan asombroso. Cuando se dio la vuelta y vio a Cheng Boyan, sintió como si estuviera a punto de quitarle los brazos...

Después de mirarse en el espejo y pensar en ello durante mucho tiempo, Cheng Boyan llamó desde afuera de la puerta. Rápidamente bajó la cabeza confundido y primero se quitó la ropa, junto con los pantalones. Después de quitárselos, recordó que había permanecido de manera intacta desde que entró y que no había nada qué solucionar.

Al vestirse, se acercó y abrió la puerta. Girando la cerradura dos veces: —¿ah? ¿Está arreglada?

—Mm —Cheng Boyan le entregó una toalla y un cepillo de dientes: —¿Qué estuviste haciendo por tanto tiempo...?

Antes de que Xiang Xi pudiera decir algo, metió la mita de su cuerpo dentro del baño: —¿Usaste mi cepillo de dientes?

—¡Claro que no! —Gritó Xiang Xi, se sorprendió tanto que dio un brinco.

Cheng Boyan lo miró y tocó la pared, diciendo: —Realmente los azulejos de esta pared son muy fuertes.

Xiang Xi se rió, y se rió por un rato antes de suspirar: —¿Acaso no te agrado?

—No —dijo Cheng Boyan: —Si en verdad no me agradaras, ya te habría echado.

—¿No es como decir que no tienes misofobia? —Xiang Xi continuó suspirando: —¿No es un poco contradictorio?

—Es lo obvio no compartir los cepillos de dientes. No importa si tienes misofobia o no, ¿verdad? —Cheng Boyan sonrió.

—Sí, entonces no sé cómo usarlo —dijo Xiang Xi— De verdad crees que soy capaz de usarlo, ¿no?

—...Quién hubiera creído que serías tan molesto —Cheng Boyan sonrió, lo abrazó y palmeó suavemente su espalda: —Realmente no me importa, yo lo máximo que puedo hacer es cambiar las sábanas.

—Luego le esparces desinfectante —dijo Xiang Xi alegremente. Le gustaba que Cheng Boyan lo abrazara de esta forma y apoyó cómodamente su barbilla sobre su hombro: —¿Quieres que te diga dónde me acosté?

—No hay necesidad de un desinfectante, prometo no usarla —Cheng Boyan sonrió: —Estaba pensando en cambiar las sábanas, llevo medio mes durmiendo sobre ellas.

—¿Lo cambiaste hace medio mes? —dijo Xiang Xi: —Yo ni siquiera recuerdo haber cambiado mis sábanas antes...

—Cuando llegue el momento, ve y ayúdame a cambiar las sábanas —dijo Cheng Boyan: —Lo más molesto de mi vida es cambiar las sábanas y edredones, y cada vez que debo hacerlo tengo ganas de dormir en el suelo.

Xiang Xi se rió. Y de repente se sintió un poco deprimido cuando recordaba el pasado. Ese pequeño cubículo en casa del tío Ping, con esa cama hecha de ladrillos que casi se estaba cayendo a pedazos, y los días en que se acostaba en esa cama, donde miraba el techo de forma aturdida, todavía aparecía en sus sueños muy a menudo. Sintiéndose aburrido y deprimido.

Pero las palabras razonables de Cheng Boyan le devolvieron las emociones. Apoyó la barbilla en el hombro de Cheng Boyan y se rió durante mucho tiempo.

Cheng Boyan era esa clase de persona, podía hacer todo con calma y si no le prestas atención, no te darás cuenta cuando haga un movimiento...No, eso no era todo, también hacía un singular movimiento cuando lo abofeteaba y era una bofetada generalmente acompañada por un fuerte viento.

—Lávate —Cheng Boyan aflojó los brazos y se preparó para salir.

—Oh —respondió Xiang Xi. Estirando lo brazos, para abrazar su cintura.

Cheng Boyan se quedó quieto y dejó que lo abrazara por un largo tiempo, antes de decir: —Vierte la leche de soja y bébetela tú mismo. Supongo que ya es demasiado tarde.

—¿Eh? —Xiang Xi rápidamente lo soltó: —¡Lo olvidé! ¿Aún quieres ducharte?

—Olvídalo, me las arreglaré por un día —dijo Cheng Boyan.

Cheng Boyan tomó un cepillos de dientes y una taza, para lavarse los dientes en la cocina. Xiang Xi estuvo de pie en el baño y quedó de piedra por un momento antes de comenzar a cepillarse los dientes y lavarse la cara.

Después de lavarse, colgó su toalla en el perchero. Al lado de la de Cheng Boyan.

—Deja el cepillo de dientes —Cheng Boyan entró al baño y guardó su cepillo de dientes: —Tal vez algún día lo vuelvas a necesitar.

—Sí —Xiang Xi colocó el cepillo de dientes al lado del suyo.

—Hay pan en la mesa, puedes comerlo —Cheng Boyan fue al dormitorio para cambiarse de ropa: —Cierra la puerta con llave cuando salgas y recuerda cargar tu teléfono, se quedó sin batería.

—Eso es muy detallado, abuela Cheng —Xiang Xi estaba de pie afuera de la puerta del dormitorio. Cheng Boyan no cerró la puerta, le estaba dando la espalda y se quitó toda la ropa, dudó si seguir mirando o alejarse.

—¿Quieres tocarlo? —Cheng Boyan tomó sus pantalones y se giró para mirarlo.

—¿Mm? —Xiang Xi se congeló.

—Si no te parece suficiente, acércate y tócalo —Cheng Boyan tomó la camiseta y se la puso mientras caminaba hacia él, para finalmente apoyarse en el marco de la puerta: —y también puedes besarme.

—¡Descubrí que has estado bien escondido! ¡La directora Xu ni siquiera sabe que te has convertido en su tsunami a sus espaldas! —Xiang Xi se dio media vuelta y quiso irse.

Pero tan pronto como dio un paso hacia adelante, Cheng Boyan lo agarró del brazo y lo atrajo hacia él.

—Bésame —Cheng Boyan lo miró y le tocó ligeramente con los dedos su barbilla: —Por cierto, quiero hacer una solicitud de un informe médico.

—¿Qué informe médico? —Preguntó Xiang Xi.

—Solicitar un informe médico para poder mover la lengua —Cheng Boyan sonrió: —¿Lo apruebas?