Capítulo 57

"¿No eres uno?" Qiu Yi lo siguió "Es increíble, pensé que ambos lo éramos"

De regreso a su habitación, Bian Nan se quedó mirando la ventana durante mucho tiempo. 

Esta era la primera vez que contradecía a su padre, todo esto en verdad ya era muy contradictorio en sí. 

Aunque no era alguien muy bueno desde que era un niño, se peleaba con las personas de afuera y se peleaba con Bian Hao en casa, pero cada vez que su padre le daba una lección, se quedaba en silencio. 

No importaba cuán insatisfecho o agraviado estuviese, estaba acostumbrado a no hablar, y después de que su padre lo regañara y suspirara, soltaba un suspiro de alivio, sintiendo que había sobrevivido a algo. 

No recordaba muy bien lo que sucedió antes de venir a esta casa, pero sus nervios sensibles le permitieron saber acerca de su identidad desde que su padre lo presentó aquí, un hijo dañino no deseado. 

No importaba lo que hiciera su padre, jamás se sentiría de la misma forma que Bian Hao y Bian Xinyu. 

Actuar como un niño mimado, ser irrazonable, hacer berrinches y ser testarudo, tener un comportamiento normal que un niño tendría con sus padres. No podía ser así con su tía, y tampoco podía ser de esta forma con su padre. 

Si no era capaz de dejar escapar su ira y siempre cuando no haya nadie a su alrededor, patearía la pared con sus pies y rompería cosas, incluso usando este tipo de formas para desahogarse. 

Dentro de las pocas palabras dichas en la mesa del comedor, la voz de Bian Nan no fue alta, y a excepción de la silla que derribó, su actitud no fue ni siquiera mala, pero la sorpresa en el rostro de su padre fue demasiado obvia. 

Antes, Bian Xinyu fue capaz de tirar un plato y Bian Hao plantar un grito como si fuera una corrida de toros con su padre, y su padre jamás les mostró la misma expresión de hoy. 

Bian Nan de repente se sintió un poco apenado. 

Probablemente todo fue muy sorprendente. Bian Nan derribó una silla y dijo todo eso. 

Bian Nan miró por la ventana y se rió levemente. Y cuando escuchó el sonido de su tía llamándole la atención al perro en el patio, rápidamente se alejó de la ventana y cerró las cortinas. 

Empacó lo que iba a llevar a la escuela la próxima semana y estaba un poco vacilante cuando se cambió de ropa y quiso salir. 

¿Esto es acaso una pelea con su padre? 

¿Huir después de haber peleado? 

¿Acaso provocará que piensen que él es un ignorante? 

—Ah... —Bian Nan se acuclilló detrás de la puerta, un poco deprimido y se quedó apoyado en la puerta por bastante tiempo. 

No fue hasta que alguien tocó la puerta, que recuperó el sentido y se colocó de pie. 

Cuando abrió la puerta y vio que era su padre, se apresuró a tirar su bolso que aún llevaba sobre la espalda. 

—¿Vas a salir? —El rostro de su padre no era muy bueno. 

—Quiero ir a la casa de Wan Fei —Bian Nan se frotó la nariz. 

—¿Tú en verdad tienes que ser un asistente en ese club? —le preguntó su padre con el ceño fruncido. 

—Mm —Bian Nan bajó la cabeza: —Al menos es algo que coincide con mi especialidad y además, con mi familiaridad con el tenis. 

Su padre se quedó en silencio por un momento y suspiró: —Todavía falta un poco para eso, vuelve a pensarlo y si en verdad quieres ir, entonces ve. 

Su padre dijo esto sin rodeos, para luego darse la vuelta y subir las escaleras. 

Bian Nan se quedó junto a la puerta por unos minutos; tuvo una inexplicable sensación de alivio en algún lugar de su corazón. Se inclinó, recogió su bolso y salió de la habitación. 

Abajo, solo Bian Xinyu estaba sentada en el sofá viendo la televisión. Y cuando vio que Bian Nan bajaba, alzó la voz: —Ah, Bian Nan. 

Bian Nan se detuvo para mirarla, saltó del sofá y caminó hacia Bian Nan, susurrando: —Ya sea que vayas con Wan Fei o Qiu...olvídalo, no importa. 

Bian Xinyu agitó la mano y regresó al sofá: —Te lo diré cuando estés de buen humor, tampoco estoy de buen humor y no quiero pelear. 

—Mm —respondió Bian Nan, dándose la vuelta y saliendo por la puerta. 

. . .

Bian Nan llamó a Wan Fei, pero este chico no respondió. Wan Fei no se levantaba hasta las diez de la mañana los fines de semana, así que tomó un taxi directamente hacía la casa de Wan Fei. 

Cuando tocó la puerta, la madre de Wan Fei acababa de colocar el desayuno sobre la mesa y toda la casa estaba inundada con el olor a panqueques. 

El padre de Wan Fei estaba a punto de salir, y cuando lo vio, inmediatamente señaló los panqueques sobre la mesa: —Lo comprendo, eres alguien capaz, en verdad tienes un gran poder de lucha con esos, así que hazte cargo y come todo hasta que no quede nada.

Bian Nan se rió dos veces, se acercó y tomó un panqueque: —¡Ah, la forma de cocinar de la tía es muy buena! 

—¿Por qué estás aquí tan temprano? ¿No duermes hasta muy tarde como Wan Fei? —La madre de Wan Fei sonrió y le dio un tazón de leche de soja. 

—He estado pensando en la vida, —Bian Nan caminó hacia la habitación de Wan Fei mientras comía panqueques: —y he decidido levantarme temprano a futuro. 

Wan Fei todavía estaba profundamente dormido. Bian Nan abrió la puerta al entrar a la habitación y la cerró de un solo golpe, pero él ni siquiera se movió. 

Bian Nan se sentó sobre la silla que estaba junto a la cama, y dijo en voz baja: —oh, Xu Rui, ¿Por qué estás aquí? 

—¿Mm? —Wan Fei inmediatamente resopló, confundido, apoyando su pesada cabeza. 

—¿Qué es ese espíritu? —Bian Nan estaba encantado: —Xu Rui, Xu Rui, Xu Rui, Xu Rui, Xu Rui, que bonita cintura la de Xu Rui.

—Maldita sea—Después de que Wan Fei se dio cuenta de que se trataba de Bian Nan, se dejó caer sobre la almohada: —Nan-ge, ¿estás enfermo? 

—Despierta, tu cara está toda torcida —Bian Nan se levantó de un salto, levantó su edredón y le dio una palmada en el trasero. 

Wan Fei se sentía atormentado sobre el hecho de no poder volver a dormir, así que se sentó con las piernas cruzadas sobre la cama y mantuvo su cabeza baja antes de despertarse por completo. 

—¿Te sucedió algo? —Wan Fei tomó su teléfono para verificar la hora y vio la llamada perdida de Bian Nan en su teléfono: —¿Me llamaste poco después de las ocho? 

—Me desperté muy temprano para prepararle huevos revueltos a mi papá —Bian Nan sonrió. 

—¿Realmente lo hiciste? ¿Tuviste éxito? —Wan Fei estaba divertido: —¿Te molestaron? 

—Estuvo bien —Bian Nan se sentía bastante orgulloso en un principio, pero cuando pensó en lo que sucedió después del desayuno, su estado de ánimo bajó un poco. 

—¿Qué pasa? —Wan Fei se levantó de la cama y lo miró mientras se colocaba sus pantalones: —¿Peleaste con Bian Hao? 

—Mi papá quieres que me vaya a una empresa de logística para una pasantía —dijo Bian Nan con voz apagada. 

—¿Ah? ¿Empresa logística? ¿la de Bian Hao? —Wan Fei se congeló. 

—Mm —Bian Nan asintió. 

—Maldita sea, no vayas —dijo Wan Fei sin siquiera pensarlo: —¿De verdad tienes que ir ahí? aunque un lugar como Zhanfei no es muy bueno, primero comienza como un asistente, sube lentamente y luego puedes colocarte a enseñar de manera personal, e incluso, a futuro, puedes abrir un club de tenis, con canchas por ti mismo, ¿Por qué comparar eso a estar sentenciado bajo las manos de Bian Hao? 

Las palabras de Wan Fei dejaron atónito a Bian Nan. Levantó la cabeza y miró a Wan Fei por mucho tiempo, luego se colocó de pie y abrió los brazos hacia Wan Fei: —Ven, este hermano quiere abrazarte. 

Wan Fei inmediatamente se acercó y le dio un abrazo: —¿No es muy conmovedor? te mostré un camino bastante claro. 

—Al menos me diste un poco de confianza —Bian Nan le dio unas palmaditas en la espalda: —Tú eres el único que me apoya en esto. 

—¿Qiu Yi no te apoya? —preguntó Wan Fei. 

—No le he dicho nada a detalle —Bian Nan se acostó sobre la cama: —A comparación, todo lo que hace él, lo hace ver bastante claro y único, y yo dudo tanto que me da vergüenza decirle algo. 

Wan Fei chasqueó la lengua: —¿Qué tiene de vergonzoso esto? ¿Eres acaso igual que él? y no importa cómo lo digas, eres después de todo un joven maestro. Desde tu infancia solo te has rodeado de tonterías, y tu línea principal en la vida ha sido perder el tiempo, mientras que él ha estado trabajando duramente desde la escuela primaria, ¿así que como se pueden comparar?. Y ahora, con respecto a lo de Qiu Yi, todavía no te he preguntado nada. 

Wan Fei de repente cambió de tema. Y antes de que Bian Nan pudiera reaccionar, ya se había acostado junto a Bian Nan y le hizo una pregunta: —¿Cuál es la situación de ustedes dos ahora? 

—¿A qué te refieres con situación? —Bian Nan lo miró fijamente. 

—Sobre eso...eso, un progreso, me avergüenza decirlo —Wan Fei chasqueó la lengua: —¿No ibas a decírselo? ¿le dijiste? 

—Se lo dije... —Bian Nan se aclaró la garganta, también un poco avergonzado. 

—¡ah! —Wan Fei gritó y luego cacareó hacia el techo: —¡Ah! Es increíble, así que viendo la actitud de Qiu Yi dentro de estos días...

—Tu madre hizo panqueques, ¿no quieres comerlos? —Bian Nan lo interrumpió. No entendía qué estaba pasando, pero incluso ahora hablando con Wan Fei sobre esto, se sentía avergonzado. 

—¿Él lo aceptó? Maldita sea, ¿Cómo fue? ¿Se lo dijiste y él lo aceptó? —Wan Fei ignoró por completo las palabras de Bian Nan y se sumergió en las propias: —Joder, ¿De verdad se lo dijiste seriamente después de mucho tiempo? ¿Qué pasó? ¿es acaso el destino? Entonces quieres decir que...

—Será mejor que me vaya —Bian Nan se sentó, recogió su bolso y estaba a punto de salir. 

—¡ah! Nan-ge, Nan-ge, Nan-ge, —Wan Fei sonrió y rápidamente lo detuvo: —No preguntaré más, de todos modos, solo quiero que sepas que siempre te apoyaré, nada más. 

. . .

Después de que Wan Fei se fue a lavar, devoró dos porciones de panqueques y de regreso a la habitación, se llevó con él un tazón de lecha de soja. Bian Nan estaba sentado frente a la computadora, "peleando con el propietario", por lo que se acercó y pateó su silla: —Vamos a caminar. 

—¿A dónde? —Bian Nan estaba haciendo clic sobre el mouse. 

—A donde sea, ¿Quieres ir al parque de diversiones? ¿Llamar a... Xu Rui? —Wan Fei bajó el volumen de su voz cuando dijo lo último, debido a su falta de confianza. 

—Jaja —dijo Bian Nan. 

—Demonios, se lo prometí ayer —Wan Fei se rascó la cabeza: —Vamos juntos, incluso puedes llamar a Qiu Yi. 

—¿Le dijiste a Xu Rui sobre lo de mí y Qiu Yi? —Bian Nan de repente recordó esto y se colocó un poco nervioso. 

—Claro que no, ¿por qué le diría? a las chicas les gusta contarle todo a su mejor amiga y esa mejor amiga se lo contará a su otra mejor amiga, y quién sabe a dónde llegará todo —Wan Fei chasqueó la lengua. 

Bian Nan le dio unas palmaditas en el hombro y estaba a punto de hablar cuando su teléfono sonó. 

Sacó su teléfono, lo miró y la pantalla destelló con el nombre "pequeño de rizos" 

—¿Erbao? —Se congeló, para luego responder el teléfono: —Tú...

Antes de que pudiera continuar hablando, escuchó la voz nasal de Qiu Yan al otro lado: —¡Gran tigre! 

—Erbao, —Bian Nan respondió: —¿Qué pasa? 

—¡¿No se puede ir a hacer una barbacoa cuando hace frío?! —preguntó Qiu Yan en voz alta. 

—Frío, —Bian Nan no entendía a qué se refería cuando preguntó esto: —Hace frío, también hay viento y el fuego se apagará durante la barbacoa. 

—¡Entonces qué podemos hacer! —Qiu Yan sonaba muy ansioso. 

—¿Que qué hacer? —Bian Nan se sorprendió—Erbao, ¿tú hermano está ahí? ¿puedo hablar con él? 

—No, pero Xiao Tao-gege está aquí, ¡Y dijo que no se puede ir a hacer una barbacoa! —Qiu Yan estaba ansioso y su voz nasal aumento aún más, sintiendo que estaba a punto de llorar. 

—Entonces dale el teléfono a Xiao Tao-gege y le preguntaré que está pasando —dijo Bian Nan. 

—Hola —La voz de Shen Tao de pronto provino desde el otro lado. 

—Dios mio Xiao Tao-gege, ¿Qué fue lo que le hiciste a Erbao? ¿Por qué está llorando? —preguntó Bian Nan con una sonrisa. 

—Pregúntatelo —Shen Tao suspiró: —¿No le prometiste a Erbao ir a una barbacoa y ahora está armando un escándalo por eso? 

—¿Ah? yo se lo prometí... —Bian Nan se pronto se sintió un poco avergonzado, de verdad lo había olvidado por completo: —Lo olvidé, ¿no está Qiu Yi en casa? 

—Regresó al restaurante a trabajar, fue temprano por la mañana y supongo que regresará por la tarde. Estoy aquí porque le traje el formulario para su pasantía —La voz de Shen Tao parecía complicada, junto a los gritos de Qiu Yan: —Sabía no que debería haber venido, ahora me cuesta soportarlo. Ahora Erbao no me deja ir, y solo le dije que no se puede hacer debido al frío que hace, que no se puede asar nada ni freír. Ni siquiera sabía que se lo prometiste. 

—¡Todavía no hace frío! —la voz de Qiu Yan fue muy fuerte y la bajó después de decir esto: —¡Hoy no hay viento! quiero ir a una barbacoa, el Gran Tigre dijo que me iba a llevar.

—Oye, oye, solo vamos a hacer la barbacoa hoy, maldita sea...—Bian Nan miró a Wan Fei: —Estoy aquí con Wan Fei y junto a su novia, iremos allí para unirnos. 

—¿Una barbacoa? —Wan Fei se emocionó cuando lo escuchó: —¡De acuerdo! ¡ha pasado algo de tiempo desde que fui a una! 

—Espera, espera —Shen Tao y Qiu Yi básicamente pertenecían al mismo estilo, e inmediatamente cuestionó con desconfianza una propuesta caprichosa como la de Bian Nan: —No te comportes igual que Erbao, no tienes nada preparado, ¿o tienes al menos algo para cocinar? 

—No es necesario prepararse demasiado, hay un lugar exclusivo para hacer barbacoa a la orilla del río que está al este de la ciudad, hay de todo ahí, puedes comer de todo si vas allí, e incluso, se puede hacer una fiesta alrededor de la fogata por la noche —Bian Nan decía esto con suma emoción: —es divertido, ¡incluso puedes levantar tiendas de campañas allí! 

—Espera, espera, espera —Shen Tao se había quedado sin muchas palabras y esperó bastante a decir algo: —esperemos a que Qiu Yi regrese. 

—Entonces espera. Wan Fei y yo iremos allí, si tú y Qiu Yi no van, nosotros nos llevaremos solo a Erbao —Bian Nan colgó el teléfono. 

—Llamaré a Xu Rui, —Wan Fei rápidamente sacó su teléfono, luciendo mucho más emocionado que el mismo Qiu Yan: —¿Irás a tu casa a buscar el auto? 

—No —Bian Nan negó con la cabeza. Dado que Qiu Yi le contó sobre el accidente automovilístico la última vez, decidió no volver a conducir sin tener una licencia: —¿No tienes dos motocicletas a batería en casa? ¿Puedes pedirlas prestadas para montarlas? 

Wan Fei lo miró extrañado: —Claro, siempre que no vayamos tan lejos. 

—Es solo una barbacoa, el mismo lugar al que íbamos cuando estuvimos en nuestros primeros años de escuela secundaria —dijo Bian Nan. 

—Está bien —Wan Fei chasqueó la lengua. 

Los dos montaron las pequeñas motocicletas a batería hasta la intersección de la casa de Xu Rui y esperaron por un rato. Xu Rui también salió arriba de una pequeña motocicleta a batería con una sonrisa en el rostro. 

—Estás loco, con eso de repente ir a una barbacoa, —dijo Xu Rui con una sonrisa: —Mi madre me hizo preguntas por mucho tiempo y tuve que decirle a Miao Miao que me cubriera. Que si pregunta, que le dijera que fui a pasar el rato a su casa. 

—¿Le dijiste? ¿Le dijiste que Nan-ge también iba a ir? —preguntó Wan Fei de inmediato. 

—Mm, le dije eso, ¿entonces qué...? —Xu Rui se congeló, para luego taparse la boca: —¡No debí mencionar a Bian Nan! 

—¡Eres una tonta! —Wan Fei la señaló. 

—Tú me infectaste tu torpeza —Xu Rui colocó los ojos en blanco y luego miró a Bian Nan: —pero ella no preguntó mucho, debería estar bien, ¿no? 

—¿Qué podría pasar? —Bian Nan sonrió: —Ella jamás se contactó conmigo. 

—No me lo creo —Xu Rui se sorprendió: —ayer, ella estaba hablando de ti, preguntando si había algún partido para poder ir a verte. 

Bian Nan no habló. Wan Fei le dio unas palmaditas en el brazo a Xu Rui: —No te preocupes por eso, vámonos, hoy debemos ir a una barbacoa. 

—Sí —Xu Rui asintió: —¿También irá el jefe de la escuela marítima? ¡Siento una sensación de que van a pelear en vez de ir a comer! 

Cuando los tres llevaron las motocicletas a batería a las puertas de la casa de Qiu Yi, escucharon el canto de Qiu Yan. 

Bian Nan se bajó de la motocicleta y cuando abrió la puerta, de un solo vistazo vio a Qiu Yi saliendo de la casa. 

—Neurótico —dijo Qiu Yi cuando lo vio. 

—¿Qué sucede? —respondió Bian Nan con una sonrisa. 

—¡Gran tigre, estás aquí! —Qiu Yan se apresuró y fue a abrazarlo: —¡Vámonos ahora! 

—En un momento, —Bian Nan levantó a Qiu Yan y entró a la casa, dándose media vuelta y señalando a Wan Fei y Xu Rui que acababan de entrar— también traje a dos bombillas [1] 

—¿Eres un idiota? —Qiu Yi habló con una sonrisa y bajito en su oído. 

—¿Bombillas? —Xu Rui se congeló: —¿No son ustedes las bombillas aquí? 

Bian Nan se sobresaltó. No sabia porque dijo esto tan a la ligera, por lo que rápidamente se rió dos veces: —¡Ah! si, tres grandes bombillas. 

—¿Hay suficientes motocicletas? —preguntó Shen Tao desde un lado, desviando la atención de todos. 

—Suficientes, aquí tienen uno más, trajimos tres más. Yo me iré junto a Xu Rui y cualquiera puede ocuparse de Erbao —Wan Fei se dirigió hacia Xu Rui y le dijo a Erbao: —Erbao, aún no te he presentado a tu cuñada.

—¡Qué! —gritó Xu Rui. 

—¡Hola, cuñada! —gritó Erbao, sin pensarlo dos veces: —Cuñada, vamos todos juntos a una barbacoa. 

El rostro de Xu Rui se colocó rojo, varias de estas personas se divirtieron todos juntos y Wan Fei le levantó el pulgar: —¡pequeño niño, tu boca en verdad es muy dulce! ¡muy capaz! 

Bian Nan entró a la habitación de papá Qiu y conversó con él por un rato. Cuando salió, vio a Qiu Yi entrar a la habitación trasera, Bian Nan lo siguió y cerró la puerta detrás de él. 

Habían muchas personas afuera, que se avergonzó de cerrarla con seguro. 

—Acabo de asustarme —dijo Bian Nan con una sonrisa. 

—¿Qué es tan divertido? —Qiu Yi lo miró y sonrió: —Te he visto sonreír desde que entraste por la puerta. 

—No lo sé —Bian Nan sabía que había estado sonriendo todo el tiempo: —No pude evitarlo en cuanto te vi, me siento muy bien. 

—Yo también quiero sonreír cuando te veo así —Qiu Yi miró la puerta, se acercó para abrazar a Bian Nan y colocó sus labios sobre los suyos. 

Bian Nan rápidamente jaló de él y ambos se apoyaron contra la pared que estaba a un lado de la puerta. 

Este beso que era comparable a las escondidas, provocó que ambos comenzarán a respirar con dificultad. Mientras enredaba su lengua con la lengua de Qiu Yi, Bian Nan metió sus manos dentro de la ropa de Qiu Yi, frotando su espalda y cintura. 

Qiu Yi seguido de sus labios, besó el cuello de Bian Nan. Enterrando su rostro en su hombro, abrazándolo con fuerza y diciendo junto con una sonrisa: —Ya es suficiente, ¿Qué sucederá con todas esas personas en el patio? 

—Maldita sea, estaba entusiasmado —Bian Nan también lo abrazó con fuerza. 

—Habrán más oportunidades a futuro —dijo Qiu Yi. 

—Espero que dentro de poco, siempre que sea con Dabao —Bian Nan estaba encantado. 

—Eres un tonto —Qiu Yi le dio un mordisco en el cuello. 

—¡Dónde está mi hermano! —Qiu Yan gritó desde el patio. 

—¡Ah! ¡Estoy en la habitación! —Gritó rápidamente Qiu Yi, respondiendo: —¡Me estoy cambiando de ropa! 

—Me dejarás jodidamente sordo con ese grito —Bian Nan soltó a Qiu Yi, se ajustó la ropa y dijo en voz baja: —Que día tan difícil, besarse en la boca no fue suficiente.  

—Toma ese bolso que está sobre la cama, son todas cosas de Erbao y luego hay que ver qué dejar en la motocicleta —Qiu Yi abrió su armario, de forma casual tomó una prenda y se cambió. 

—Por la noche, —Bian Nan tomó el bolso y preguntó en voz baja: —¿Durante la noche? 

—No lo sé, depende de la situación. Le dije a mi papá que podría pasar la noche y que en caso de cualquier cosa, la comida está lista para él —Qiu Yi lo miró: —También puedes quedarte en mi casa por la noche. 

—Mi punto no es pasar la noche, es divertirme, no me hagas sonar como un completo hooligan —Bian Nan se rió dos veces, abrió la puerta y salió. 

—¿No eres uno? —Qiu Yi lo siguió— Es increíble, pensé que ambos lo éramos.

Bian Nan estaba muy feliz y miró a Qiu Yi, sintiéndose de muy buen humor. 

Lo sucedido en la mañana todavía rodeaba su corazón, y a veces saltaban y lo acechaban. Pero en este momento, se encontraban en una esquina burbujeando como un suave estofado. 

—¡Vamos! —Bian Nan caminó hacia el patio, gritando mientras agitaba su mano. 

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[1] Terceros que interfieren en una relación románticas uwu