Capítulo 16

¡Si tengo que abrazarte, preferiría irme al suelo por mi propia voluntad! 

Después de acostarse en la cama, Bian Nan se sintió bastante relajado y aunque mantenía la manta que ya tenía, era mucho más cálido que estar acostado en el suelo. 

La persona que yacía a su lado era en realidad Qiu Yi, lo que lo hizo sentir incómodo, ¡además la manta que cubría a este tipo era mucho más gruesa que la suya! 

Si esta persona fuera Wan Fei, se la habría arrebatado...

La mente de Bian Nan estaba dando vueltas y vueltas, y se quedó dormido tiempo después sin esfuerzo.

. . .

Qiu Yi se sintió un poco sin aliento en medio de la noche. Cuando se despertó, descubrió que la tormenta había cesado y solo podía escuchar el sonido del agua sobre los aleros 

Abrió los ojos, sintiendo un aire cálido sobre sus oídos. Giró la cabeza y el aliento cálido de Bian Nan de repente llegó a su rostro. 

—Mierda...—Qiu Yi no sabía cuando se giró Bian Nan, quedando al medio de la cama y con los brazos sobre su pecho.

Cuando frunció el ceño para quitar el brazo de Bian Nan, Bian Nan le había murmurado algo en el oído y tan pronto como levantó la pierna, y apegado a él, su pierna estaba lista para descansar sobre la pierna que todavía estaba enyesada.

—¡Oye! —Qiu Yi pateó su pierna hacia abajo— ¡Bian Nan! 

Bian Nan se frotó a su lado y no se despertó. 

—¡Largo de aquí! —Qiu Yi levantó el brazo que estaba sobre su pecho y lo empujó. 

—Hmm... —Bian Nan se dio la vuelta. 

Antes de que Qiu Yi se acostara, después de unos segundos se sentó abruptamente y luego saltó hacia el suelo. 

—¡Quién esta jodiendo a esta hora! —gritó Bian Nan. 

—...¿Qué estás haciendo? —Qiu Yi se sorprendió y se sentó, extendiendo la mano y encendiendo la lámpara que estaba junto a al cama— me asustaste. 

—¿Ah? —Bian Nan giró la cabeza, cubriendo con su mano la luz y mirando a Qiu Yi, tomándole mucho tiempo volver a sus sentidos— ¿Qué hora es? 

—No lo sé, el gallo aún no está despierto —Qiu Yi tenía tanto sueño que se recostó sobre la almohada. 

—Maldita sea, ¿Por qué me empujaste? —Bian Nan bajó la voz— ¡Pensé que debía levantarme a correr al amanecer! 

—Ve a correr, pero, ¿por qué te levantas antes que el gallo? —Qiu Yi cerró los ojos— ¿Tienes una almohada cuándo duermes? 

—No —Bian Nan se recostó en la cama y no supo en que momento su almohada se encontraba al medio de la cama, así que tiró su almohada hacia su costado— Oye, las personas toman las mantas cuando duermen, pero tú tomas las almohadas cuando lo haces. 

—Mantente alejado de mi —Qiu Yi giró su cabeza para mirar hacia la pared, no podía girar su cuerpo, solo su cabeza. Al principio estaba muy irritable, pero lo estrangularon en medio de la noche y su sueño restante se fue cuando Bian Nan se colocó de pie en la habitación— Abrázame de nuevo y te irás a dormir al suelo. 

—Yo no abrazo —Bian Nan se cubrió con la manta, pero se sorprendió cuando estaba a punto de apagar la luz y se giró abruptamente— ¿te abracé? 

—Sí —respondió Qiu Yi todavía mirando la pared. 

—¿Te abracé? —Bian Nan no podía creerlo, extendió la mano para apretar el rostro de Qiu Yi y giró su cabeza para mirarlo— ¡¿Estoy enfermo?!

—¿Cómo quieres que lo sepa? —Qiu Yi lo miró. 

—Parece que no estoy enfermo, ¿de verdad te abracé? —Bian Nan miró fijamente a Qiu Yi. 

. . .

Qiu Yi se ve refinado, tenía un mechón de cabello que se desliza hacia un lado, desvelando una frente bonita y hermosa, a excepción que sus ojos son particularmente hermosos bajo la luz, tanto su nariz como su boca son bastante perfectos. 

Su nariz era bonita, podía compararse con su hermosa nariz. 

Cuando Bian Nan estaban comparando narices, Qiu Yi frunció el ceño y dijo: —¿acaso no tomaste tus medicamentos? No los tomaste por la noche, ¿verdad?

—Ve a joder a tu tío con eso de tomar medicamentos —Bian Nan maldijo, se acostó y golpeó su cabeza contra la almohada. 

—Mi tío tiene más de sesenta —Qiu Yi giró la cabeza y continuó mirando la pared. 

—¿Eres interminable? 

—Abrázame de nuevo y no me culpes por patearte. 

—¡Si tengo que abrazarte, preferiría irme al suelo por mi propia voluntad! 

Bian Nan lanzó su dialecto, pero no sabía cómo era después de quedarse dormido. 

Entonces, cuando se despertó a la mañana siguiente y abrió los ojos, y vio la punta de la nariz de Qiu Yi, se sorprendió bastante. Miró su cuerpo y como resultado sus piernas y brazos descansaban sobre el cuerpo de Qiu Yi. 

¡Mierda! 

Rugió en su corazón. Sintiéndose sofocado, se dio la vuelta y se sentó. 

Sentado en la cama, analizó por qué abrazó a Qiu Yi. Goza de buena salud, pero su mayor problema es que le teme al frío...por lo que estimó que la causa de todo esto fue que la temperatura era demasiado baja por la noche. 

—Oh...—Qiu Yi suspiró detrás de él. 

Bian Nan inmediatamente saltó de la cama al suelo y se dio la vuelta para mirarlo.

—Buenos días —Qiu Yi abrió los ojos y movió los brazos. 

—...Buenos días —respondió Bian Nan, un poco incómodo. 

Qiu Yi se sentó y se inclinó en la cama, luego lo miró y de repente se rió, con toque burlón en su risa. 

—¿Te despiertas y comienzas a reír? —Bian Nan frunció el ceño y se dio la vuelta para comenzar a ordenar la colchoneta que estaba en el suelo. 

La puerta fue golpeada dos veces y se abrió, Qiu Yan entró corriendo con un chaleco y pantalones: —Hermano, buenos días. 

—Buenos días —sonrió Qiu Yi. 

—¡Gran tigre, buenos días! —Qiu Yan llamó a Bian Nan con voz muy alta. 

—ah, buenos días —Bian Nan tocó su cabeza. 

—Gran tigre tus pantalones se van a caer —Qiu Yan lo señaló. 

Bian Nan bajó la cabeza y descubrió que la mitad de sus pantalones estaban colgando de sus caderas y la otra mitad tendiéndose a la baja. Rápidamente se subió los pantalones y comprendió de que se estaba riendo Qiu Yi antes. 

—¡Tus pantalones están rotos! —miró a Qiu Yi.

—Gran tigre, ¿no usas ropa interior? —Qiu Yan parecía haber descubierto un nuevo mundo, extendió la mano y agarró la cintura de sus pantalones. 

—¡Oye! —Bian Nan se inclinó y lo abrazó— ¿Por qué eres tan molesto? no usé mi ropa interior porque estaba mojada. 

—Mi hermano tiene uno nuevo —Qiu Yan miró hacia atrás a Qiu Yi.

—Él no lo quiso, dijo que le gustaba estar desnudo —dijo Qiu Yi. 

—¿Qué quieres para el desayuno? —Bian Nan tomó a Qiu Yan y lo sacó— te llevaré a comprarlo. 

Durante este tiempo, Qiu Yan salía a comprar el desayuno o Qiu Yi preparaba algo simple. 

Bian Nan sabía que las piernas de Qiu Yi estaban incómodas anoche y se sintió demasiado avergonzado para dejar que Qiu Yi hiciera algo y como no sabía como hacerlo, decidió ir a comprar el desayuno después de lavarse. 

—Voy a comprarlo —Qiu Yan se colocó de pie en la puerta del patio mientras sostenía la billetera de Qiu Yi. 

—Yo te invitaré —Bian Nan tomó su mano y salió— Dime qué quieres comer y te compraré algo que tu hermano no te deja. 

—Buñuelos de leche de soja —dijo Qiu Yan. 

—¿Tu hermano no te deja comer buñuelo de leche de soja? —Bian Nan suspiró— él está realmente mal. 

—Me deja comerlos —Qiu Yan saltó sobre el agua que estaba a su lado— quiero decir, quiero comer buñuelos de leche de soja. 

—Realmente no eres alguien ambicioso [1] —Bian Nan sonrió— Buñuelos de leche de soja será. 

—Quiero comer también panqueques. 

—No hay problema. 

Bian Nan llevó a Qiu Yan a la entrada del callejón y cuando estaban por entrar, notó que alguien estaba por estacionar una motocicleta a batería. 

Qiu Yan levantó la cabeza y gritó: —¡Xiao Tao-gege! 

Bian Nan lo siguió y miró, era Shen Tao. Del manubrio colgaban dos bolsas de plástico que contenían dos empaques, los cuales parecían ser el desayuno. 

Shen Tao se sorprendió cuando vio a Bian Nan y detuvo la motocicleta frente a Bian Nan: —¿Por qué estás aquí? 

Bian Nan no quería hablar desde un inicio, pero el tono de Shen Tao fue grosero y con una pregunta intentó extinguir el fuego hacia atrás: —Estaré donde quiera, ¿Qué pasa contigo? 

—¿Cuándo llegó? —Shen Tao le preguntó a Qiu Yan. 

—El día de ayer —Qiu Yan ignoraba la atmósfera que había entre los dos, solo bajó la cabeza y pisó el agua— El Gran tigre no se fue ayer por la lluvia.

—Maldita sea —maldijo Shen Tao, mirando a Bian Nan. 

—Intenta volver a maldecir —dijo Bian Nan. 

Shen Tao no habló, lo miró fijamente y entró. 

. . .

Tan pronto como Qiu Yi se colocó la camiseta, la puerta fue tocada y luego escuchó la voz de Shen Tao: —Tío, estoy aquí. 

Su padre respondió desde la habitación. 

—¿Por qué estás aquí? —preguntó Qiu Yi. 

—Fui a casa ayer y de paso hacia la escuela traje algo de comida —Shen Tao entró a la habitación y vio la ropa desordenada en la cama, quedándose sorprendido— ¿Dónde durmió anoche?

—En la cama —Qiu Yi lo miró— ¿Te encontraste con él? 

—Sí —Shen Tao lo miró fijamente— ¿Dónde durmió Qiu Yan? 

—Durmió en la habitación de mi papá —Qiu Yi se movió al costado de la cama y tomó sus pantalones— ayúdame. 

Shen Tao se quedó quieto: —¿Ustedes dos durmieron en la misma cama? 

—De lo contrario, ¿lo dejo dormir en la misma cama con mi papá? —Qiu Yi tiró sus pantalones a un lado, la cara de Shen Tao ya era fea y de pronto se sintió un poco irritado.

—Me enojé cuando lo vi, no tengo tan buen temperamento como tú —Shen Tao tomó los pantalones y lo colocó sobre las piernas de Qiu Yi, para luego ayudarlo a colocarse de pie. 

—Entonces, ¿Qué crees que debería hacer? —Qiu Yi suspiró. 

—...No lo sé —Shen Tao también suspiró.

—Mejor ve y ayuda a mi papá —Qiu Yi señaló la silla de ruedas. 

Shen Tao empujó la silla de ruedas y entró a la habitación contigua. 

. . .

Bian Nan compró temprano y llevo a Qiu Yan de regreso a la puerta del patio, se colocó en cuclillas y luego abrazó a Qiu Yan: —No voy a entrar, debo regresar a la escuela y ya me perdí mi corrida matutina. 

—¿Entonces no vas a desayunar? —preguntó Qiu Yan. 

—No tengo hambre —Bian Nan lo pensó por un momento, sacó una bola de masa frita y se lo llevó a la boca— Me comeré una bola de masa frita. 

—Toma una caja de leche de soja —Qiu Yan bajó la cabeza y sacó una de la bolsa. 

—No es necesario, entra rápido o volverás a llegar tarde a la escuela —Bian Nan le dio una palmada en el trasero— Mi ropa todavía está en tu casa, volveré mañana a buscarla. 

Después de que Qiu Yi resultó herido, su familia había quedado hecha un desastre y él ahora lo sabía. Aunque no quería admitirlo, ni siquiera un poco, no podía detener la culpa que sentía. 

Solo poco, ni siquiera un poquito...pero, de todos modos planea venir y echar un vistazo cuando tenga tiempo y es poco probable que Qiu Yi le pida dinero, pero puede venir a ayudar. 

Además, Qiu Yi vendrá a tomar represalias en el futuro, ya sea por haberle roto la pierna y meterlo en un saco de desastres. 

—Mañana... —tan pronto como Qiu Yan escuchó que vendría mañana, su tono no fue tan alegre como antes— lo sé. 

—Me voy a casa esta noche —Bian Nan tocó su rostro— mañana te traeré un transformer. 

Qiu Yan levantó los ojos para mirarlo con sorpresa, pero pronto dejó caer los párpados: —Mi hermano definitivamente no te dejará. 

—Está bien, yo estoy aquí —Bian Nan se palmeó el pecho— entra. 

El plan original de Bian Nan era regresar a la escuela después de haber desayunado en la casa de Qiu Yi. Ahora que Shen Tao estaba aquí, quien estaba enojado con él, no planeaba entrar y recordar sus crímenes, por lo que salió del callejón y tomó un taxi de regreso a la escuela. 

Cuando llegó a la escuela, era justo el momento para la hora de desayunar, por lo que fue directamente a la cafetería y se topó con Lao Jiang antes de entrar. 

—¿A dónde fuiste anoche? —dijo Lao Jiang mientras mordía un bollo de rollo mandarina. 

—Me fui a casa —Bian Nan se rascó el cabello. 

—¿De verdad? —se burló Lao Jiang y continuó mordiendo su bollo— ¿Cuándo volviste? 

—Después de tomar una ducha —Bian Nan barrió con los ojos la cafetería y vio a Wan Fei, quien estaba sosteniendo como un tonto la lonchera. 

—Lo normal es que pidas permiso cuando regresas a casa —Lao Jiang se tragó su bollo. 

—Sí —asintió Bian Nan rápidamente. 

—Entonces, ¿Por qué saltaste sobre el muro? —preguntó de inmediato Lao Jiang. 

—Yo... —Bian Nan no esperaba que Lao Jiang dijera esto— la costumbre. 

Lao Jiang se burló, tomó la mitad que sobraba del bollo en su mano y lo señaló: —Deberías decirle a tu papá que te lleve mejor a una escuela de actuación, definitivamente serías mucho mejor que en el tenis. 

—Eso no sería bueno —Bian Nan tocó su rostro y se rió dos veces— soy muy guapo, si siguiera ese camino le quitaría el trabajo a todos y no puedo ser de esa forma. 

—Nos vemos en el entrenamiento de la tarde —Lao Jiang le dio una palmada en el hombro y se alejó. 

—No revelaste nada, ¿verdad? —Wan Fei vio a Lao Jiang alejarse y corrió de inmediato. 

—Lo descubrió desde que habló contigo, —Bian Nan suspiró— supongo que intentará terminar conmigo por la tarde. 

—Está bien, de todos modos mañana es sábado, así que ven a mi casa a recuperarte —Wan Fei lo miró— ¿De dónde vino esta ropa? no te vi antes usarla. 

—De Qiu Yi —Bian Nan no quería comer, solo se sentó frente a Wan Fei y lo miró

—¿Qué? —Wan Fei estaba atónito— maldita sea, ¿pasaste la noche en su casa? 

—¡¿Y a dónde más debí haber ido?! —Bian Nan lo fulminó con la mirada— Sucedió cuando me llamaste, fue una jodida lluvia fuerte y si salía, lo más seguro es que iba a terminar pisando la tapa de una alcantarilla y ahogarme, ¿así que a dónde más debí haber ido? 

—Pero esto es bueno, al menos no tenías miedo de que se levantara en medio de la noche y te golpeara, ya que su pierna no está buena —Wan Fei suspiró dos veces. 

Bian Nan no dijo una palabra, recordó lo incómodo que fue haber descubierto que abrazó a Qiu Yi toda la noche. La clave es que no sabía cómo, solo sabía que durmió bien y cálidamente. 

Bian Nan regresó al dormitorio y dobló la ropa. Pensó en ir a lavarlo por la noche y llevárselo a Qiu Yi mañana. 

La clase de la mañana sigue siendo la misma, no todo el mundo estaba encorvado y preocupado de que llegará el examen la semana que viene, pero fue una sorpresa que Wan Fei estuviera tomando notas. 

—Estar inactivo es estar inactivo —Escribió Wan Fei en su cuaderno. 

Bian Nan lo ignoró, tomó el libro de texto sobre su barbilla y siguió mirando al maestro aturdido. 

Cuando piensa en los libros, piensa en los libros que estaban sobre el estante en la habitación de Qiu Yi y ayer no pudo averiguar de qué iban los libros. 

Su padre tiene muchos libros en su estudio, y Bian Nan supone que no ha leído ninguno de ellos. Solo los compra para clasificarlos como un buen dueño de minas, para reflejar su diferencia en el nivel ideológico entre los demás dueños de minas con conocimientos a nivel cultural y los que no los tienen. 

Al mediodía, Bian Nan comió mucho, para poder luchar contra la tortura que Lao Jiang le imponga en la tarde. 

Lao Jiang nos lo defraudó y se llevó incluso a Wan Fei con él. Los dos corrieron cinco kilómetros antes de comenzar el entrenamiento físico. 

El clima se ha calentado. Ayer hubo una torrente lluvia que empapó el suelo y por la tarde, el sol era demasiado sofocante y Bian Nan sintió que su sudor que caía sobre el suelo hacía ruido.

Al final del entrenamiento, se sentó en el borde de la cancha durante mucho tiempo antes de arrastrar su cansado cuerpo para tomar una ducha. 

No habían muchas personas en el dormitorio los fines de semana. El dormitorio estaba en silencio cuando Bian Nan y Wan Fei se ducharon y empacaron sus cosas. 

Bian Nan tomó un taxi para llevar a Wan Fei a su casa, solo dejó que el taxi diera la vuelta y luego condujera hacia su propia casa. 

El conductor hablaba mucho, comenzando con historias de cuando peleaba, se enamoró cuando era joven y terminó hablando de su hija de tres años. Bian Nan se apoyó contra la puerta del taxi y mirando por la ventana, respondiendo en ciertos momentos en consonancias con el tema del conductor. 

Se siente muy estresado cada vez que va a casa, la sonrisa de la tía, el rostro frío de Bian Hao, las palabras de Bian Xinyu que pareciera que sostuviera una pistola y un palo, y también había un anciano trabajando duro limpiando el barro. 

Cada vez que va a casa, puede comprender profundamente el significado de la palabra "innecesario". 

El taxi se detuvo en la puerta de la comunidad y Bian Nan se sentó por un rato dentro del taxi, antes de pagar y salir. Caminó lentamente por la pequeña vereda construida bellamente hacia su casa.  

Cuando llegó a la puerta del patio, miró hacia la puerta abierta del garaje, el auto de su padre estaba en casa. 

Inclinó la cabeza para buscar la llave, pero antes de hacerlo, su teléfono sonó dos veces. 

—¿Hola? —respondió el teléfono, metiendo una mano en el bolsillo. 

—Xiao Nan —la voz de su tía vino desde el teléfono— ¿regresarás mañana? deja que el Lao Wu te recoja mañana en la escuela. 

Bian Nan quedó aturdido, no hubo un sonido y su acción de sacar las llaves se detuvo. 

Hoy dijo que iba a regresar a casa. 

—¿Xiao Nan? —lo llamó la tía. 

—Mm —Bian Nan entendió rápidamente lo que quería decir la tía; no regreses a casa hoy. Estimó que algo estaba pasando en casa hoy, y que es inconveniente para él, una persona que solo da vergüenza si estuviese presente, por lo que solo se dio media vuelta y salió en dirección a la carretera: —No es necesario que me recoja, no volveré mañana. 

—¿Por qué? no viniste a casa la semana pasada, solo deja que mañana Lao Wu te recoja, te compré ropa —la tía sonrió y dijo— regresa mañana para que puedas probártela, ¿si? colgaré. 

La tía colgó el teléfono apenas terminó de hablar y Bian Nan se quedó de pie al costado de la calle. Se quedó en silencio mientras sostenía su teléfono y después respondió con un "Mm". 

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[1] La frase original aquí es 你真没追求/ "Realmente no lo perseguiste", que hace referencia a alguien que no tiene tantas ambiciones en la vida o mejor dicho, no tiene algún ideal al cual seguir.