Capítulo 17

Han pasado dos años desde lo ocurrido con Yeon. El volvió a encerrarse en el campo de entrenamiento como si nada hubiera pasado, y yo tampoco volví a ir.

No fue porque tuviera miedo de su amenaza. Fue porque su voz sonó muy dolorosa cuando me dijo que me mataría.

También todo lo que le di fue devuelto, excepto las flores de hielo. No sé por qué no me devolvió las flores de hielo, si no tenía pensado escapar.

-"¡Hum!"

Me rendí limpiamente después de hacer un mohín con la boca. Después de todo puedo hacer todas las flores de hielo que quiera.

En estos días, he estado trabajando duro en hacerlas, y la cantidad de flores que puedo hacer a la vez ha aumentado significativamente.

Antes, era difícil hacer más de veinte flores, pero recientemente, incluso cincuenta eran fáciles.

-"Señorita, ya sabe que hoy es el día en que salgo. Así que no salga de noche. Lo ha entendido, ¿verdad?"

Ya hace un año que Seoyoung empezó a ir al pueblo una vez a la semana, se va por la noche y regresa por la mañana.

Estoy segura de que va a encontrarse con su novio. Así que le dije que se lo pasara bien con su amante, que incluso podía quedarse unos días, pero ella salto de la sorpresa y me dijo que nunca haría eso.

-"Ya se está haciendo tarde. No te preocupes por mí y pásalo bien."

Seoyoung se sonrojo. Es lindo molestarla.

-"Bueno, no es lo que piensa… Solo estoy de visita porque tengo algo que hacer y cómo el pueblo está algo lejos… Volveré en la mañana que descanse, Señorita."

-"De acuerdo, diviértete. "

Seoyoung avergonzada salió a toda prisa de la habitación.

Cerré mis ojos y me recosté sobre mi cama. Tenía que levantarme temprano mañana para desayunar adecuadamente ya que Baek día a día consumía más energía interna.

Ahora que tengo cinco años, este chico sigue sin escucharme cuando le digo que pare, a pesar de que ya tenía mucho tiempo conmigo.

Su cuerpo no creció ni un centímetro, lo único que creció fue su apetito. Así que no tenía más remedio que irme acostumbrando a su apetito.

Gracias a él y a su apetito, duermo menos en las mañanas. La razón, era porque sabía que mis habilidades internas eran más resistentes al amanecer.

Cuanto más aumentaba mis habilidades, más bien me sentía. No sentía sueño y mi hambre disminuía.

Aunque después mi cuerpo pasaba factura, y me daba un sueño que me hacía dormir profundamente. Claro eso era rara vez, ya que Baek era muy molesto y me despertaba, como ahora.

-"....Oh hombre, si sigues haciendo eso, te pondré en el horno como la última vez."

En una ocasión, Baek no paraba de despertarme cuando estaba durmiendo. Si no me levantaba, golpeaba mi cuerpo.

Ni siquiera sabía cómo se podía mover a pesar de no tener manos y pies.

Molesta, lo metí en un horno durante unas horas y sus travesuras se calmaron durante un tiempo, pero parece que ya dejo de tenerme miedo de nuevo.

Abrí lentamente mis ojos ante la sensación de las ramas de Baek que desprendían frio.

-"No molestes."

Te meteré en el horno hasta que la savia brote de tus ramas.

Estaba a punto de levantarme para tomar a Baek, y de repente sentí algo extraño.

Todo mi cuerpo se empezó a enfriar y mi piel se erizo. Posteriormente, un olor fétido a sangre llego a mi nariz.

Me levante lentamente, camine hacia la puerta sin hacer ruido y abrí la puerta ligeramente.

-"¡Uh!"

El olor a sangre se hizo más fuerte en cuanto abrí la puerta. Olía tan terrible que parecía como si muchas personas hubieran muerto.

Corrí hacia la caja del tesoro y saqué un bolso. Era el bolso donde tenía los regalos que los abuelos me habían dado.

Me puse de puntillas y salí al pasillo.

Los pasillos, que se entrelazaban como una tela de araña, estaban tan oscuros que era difícil caminar, aunque te supieras el camino.

Alrededor de la tercera o cuarta esquina, se oyó un gemido en alguna parte.

-"¡Arg!"

Parecía que había alguien en el pasillo. Me aferré a la pared y asomé la cabeza por la esquina.

"¡…!"

Vi a un hombre vestido de negro y a una mujer sentada frente a él. No podía ver a la mujer desde mi lado, pero podía ver bien al hombre que ocultaba su rostro con una máscara.

El hombre levantó la barbilla de la mujer con la punta de su espada y preguntó.

-"¿Dónde está?"

-"No lo sé."

-"¿De verdad?"

El hombre contestó de forma leve y empujó la espada muy suavemente hacia el hombro de la mujer.

Podía oír el rechinar de dientes en la boca de la mujer.

-"Ahora, ¿recuerdas?"

-"No importa lo que me hagas… no escucharás la respuesta que quieres."

-"¿De verdad?"

Un hombre empujó la espada en el muslo de la mujer sin ninguna duda.

La cara de la mujer palideció rápidamente. Sin embargo, apretó los dientes y soportó el grito.

En cuanto saco la espada, la mujer cayó de lado. El viento mostró su rostro manchado de sudor frío y sangre.

-"¡···!"

Me tapé la boca con las manos. Era alguien que conocía.

Era una de las hermanas que me atendían. Cuando hablaba con ellas, nunca decían más de una palabra.

-'¿Por qué demonios la estas torturando?'

-"Ma…. mátame".

La hermana hablo débilmente y su voz estaba a punto apagarse. El hombre habló con calma y suavidad.

-"Si me dices dónde está el niño, te mataré sin dolor".

-'¿Yo? ¿Me buscas a mí?'

El palacio era tan complejo como un laberinto, y había más de 100 habitaciones.

Entre ellas, mi habitación es la que más en el interior estaba. Tenía que pasar por unos pasillos complicados en los que a veces me perdía.

Necesitaba que alguien me guiara para saber dónde estaba. Por eso torturaba a la inocente hermana.

-'¡Llamemos al hombre!'

Tan pronto como intenté salir hacia el pasillo, una energía invisible tiró de mi mano hacia atrás.

Era Baek.

-'¡Suéltame! ¡Está en peligro! ¡Tenemos que traer a alguien aquí! ¡Suéltame!'

Me arrastro sin poder evitarlo. Por mucho que lo intentara, no podía soltar a Baek que se había pegado a la palma de mi mano.

Baek me arrastro hasta el final del pasillo, y la voz de la hermana se desvaneció de mis oídos.

-'¿La habrá matado?'

Ante tal pensamiento un pesado silencio cayó sobre mis hombros.

Al girar mi cabeza, la cara del hombre se asomaba por la esquina del pasillo por donde Baek me había arrastrado. Cuando sus ojos se encontraron con los míos, sonrió ampliamente.

-"Hola, niña."

-"¡···!"

-"Ni siquiera sabía que estabas aquí, así que he perdido el tiempo. Es una pérdida."

El hombre habló con calma y se quitó la máscara.

Sus labios estaban rasgados por ambos lados. Era una cicatriz terrible, como si alguien lo hubiera cortado con un cuchillo.

Cuando abrí bien mis ojos, el hombre sonrió satisfactoriamente.

Pero la razón por la que me sorprendí no fue por la cicatriz del hombre. Fue porque ya había visto esos ojos.

El director del orfanato y Bing Eun-seol, ambos tenían la misma mirada en sus ojos cuando abusaban de mí, al igual que este hombre frente a mí.

No debes rebelarte contra gente así. '¡Necesito ganar tiempo!'

-"¿Quién es usted, Señor…?"

-"Soy un monstruo que mata a la gente. Tienes miedo, ¿verdad?"

-"No te ves como un monstruo".

-"Mira mi cara. ¿No es la de un monstruo?"

-"... ¿Cómo te has hecho daño?"

-"Mi profesor me rasgo ambos lados de la boca por llorar fuerte."

El hombre abrió mucho la boca. Y un sudor frío recorrió mi espalda.

-"Oh, ¿cuándo?"

-"Cuando tenía dos años."

-"Debió haber dolido".

-"Bueno, ha pasado tanto tiempo que no puedo recordarlo."

El hombre inclinó ligeramente la cabeza. Mirando al aire, sonrió al pasado. Mis labios se torcieron de forma extraña.

-"Eres muy buena conversando. Seguro que tienes muchos amigos, ¿verdad? Yo no tengo ningún amigo, ya que cada vez que me quejaba de que quería un amigo, mi profesor me arrancaba una uña."

El hombre hablo de su pasado terrible como si no fuera la gran cosa. Me esforcé por aclarar mi voz temblorosa.

-"¿Has jugado alguna vez con un amigo?"

-"No, no se puede jugar solo."

-"Bueno, ¿quieres jugar conmigo?"

La expresión tranquila del hombre cambió. Sólo entonces le brillaron los ojos con un poco de emoción.

-"¿Jugar? ¿A qué jugaremos?"

-"Pues al escondite."

-"¿Te refieres a donde un niño busca a los demás niños escondidos?"

-"Sí, ese."

-"Oh, lo recuerdo. Sí, quiero jugar eso. Pero, ¿Podemos cortar tu muñeca primero? Te cortaré el tobillo cuando terminemos de jugar."

Me estremecí sin darme cuenta. Apreté el puño en lugar de cubrirme la muñeca.

-"La muñeca, ¿por qué?"

-"Porque el cliente lo quiere. Ojos por ojos, dientes por dientes, así que… hum, ¿es demasiado difícil de entender para un niño?"

Entonces me di cuenta. El hombre que lo había mandado debió ser el Rey del Palacio de Hielo del Mar del Norte.

Así que cambié mis palabras como si no entendiera nada.

-"Entonces no puedo jugar porque estaré enfermo. ¿No puedes hacerlo después?

Traducción: Jiho

Corrección: Jiho