Capítulo 51

"El palacio aún no está completamente listo, aun da mucho que desear debido a la prisa, Príncipe Pherez".


Kylus se disculpó, incapaz de levantar la cabeza como si no tuviera una cara para mostrar.


"Prepararé la cena como es debido. Le ruego que me disculpe, Príncipe".


Caitlin, quien se ocupaba de sus propias tareas, también tenía una expresión desfavorable en su cara ya que no le gustaba la primera comida servida al Príncipe Pherez en el Palacio Poirak.


Pherez seguía de pie frente a una mesa de piedra en el jardín con el rostro inexpresivo.


Miraba las flores mientras recorría el jardín y se notaba preocupado.


Pero al ser su primera comida en su nuevo palacio, ¿y si cree que le han traído comida demasiado pobre?


Por muy duro que sea, se sentirá muy decepcionado.


Además, fue Kylus quien entró en el Palacio Poirak, que todavía no estaba en orden, y trajo la comida.


Sería un desastre que Kylus, quien debe cuidar de Pherez y estar a su lado, se sienta decepcionado al ser rechazado por el Príncipe.


¿Qué es lo que está tan mal?


Dejé lo que estaba haciendo y me acerqué directamente a la mesa.


"¿Qué?"


Sinceramente, me sorprendió.


No era porque la comida en la mesa fuera demasiado pobre o simple.


Al contrario, me sorprendió que haya superado mis expectativas.


Pero Kylus y Caitlin pensaban diferente.


Me di cuenta al ver que inclinaba la cabeza apenados por mi reacción.


"Lo siento, señorita. Si no le gusta, iremos al Palacio Imperial y le conseguiremos una comida mejor".


Mirando las caras de los dos, no era una broma, estaba siendo sincero.


"Esta comida es mucho mejor de lo que me imaginé que sería. ¿Verdad, Pherez?"


Cuando le pregunté, Pherez asintió con su pequeña cabeza.


El apurado almuerzo de Kylus era una cesta de pan que normalmente se comía como aperitivo antes de antes de la cena con un sándwich de mermelada roja, una ensalada con fruta fresca, un plato de pollo horneado con salsa dulce y verduras al horno.


Todavía no sé cómo sabe, pero este era un almuerzo.


Por supuesto, hay veces que consigo un almuerzo más lujoso en la mansión Lombardi, pero la mayoría de las comidas eran sencillas y nutritivas cuando comía sola.


Le pregunté a Kylus por si acaso.


"¿El almuerzo del Emperador es aún más grande que esto?"


Kylus respondió con un firme asentimiento.


"Su Majestad come las tres comidas del día; Cada vez, hay tres o más platillos a su gusto, y cuatro o más platillos especialmente distintos para antes y después de las comidas."


"No va a comer todo ¿Así que elige sólo lo que quiera comer entre la variedad de comida que se prepara en cada comida?"


"Sí, así es".


"Wow...."


Mi familia era muy frugal.


A mi abuelo no le gusta desperdiciar comida.


Así que, naturalmente, el chef de la mansión Lombardi cocina con esfuerzo pequeños platillos distintos.


Otros miembros de la familia están acostumbrados a su forma de comer.


Pregunté por si acaso.


"¿Y qué hay sobre el Príncipe Astana?"


Cuando salió a la conversación el primer Príncipe, Pherez, que no podía apartar los ojos de la comida, se volvió hacia mí.


¿Sentirá algún sentimiento de rivalidad en contra del Príncipe Astana?


La cara del niño que me miraba en ese momento era más dura y fría de lo habitual.


"Que yo sepa, una cena tan grande e importante como la de Su Majestad el Príncipe Astana, se prepara por órdenes de la Emperatriz".


"Pero como aun es joven, desperdiciara aún más comida...".


"...Aún se encuentra en etapa de crecimiento, así que tiene que prestar más atención a su dieta".


El amor de la reina por su hijo me resultaba familiar, pero aquello era realmente inusual.


Me senté sacudiendo la cabeza.


Pherez me vio y se acomodó en la silla que Kylus había preparado.


Inmediatamente me apresure a tomar el plato de pollo junto con un tenedor y un cuchillo.


Había otros alimentos, como ensaladas y sándwiches, pero lo primero para mi era la carne.


Cuando corté el pollo tiernamente cocinado y me lo llevé a la boca, sentí un sabor muy equilibrado.


Esto no estaba mal.


Un trozo de carne, dos ensaladas y un gran bocado de pan.


Estoy comiendo con mucho entusiasmo, pero la expresión de Kylus no es buena mientras observa de pie detrás de Pherez.


Miro a Pherez.


"¿Por qué no estás comiendo?"


Pherez sólo se limitaba a observar la comida con un tenedor en la mano.


"¿No te gusta la comida?"


Negó con la cabeza.


"Entonces, ¿no sabes qué comer primero?"


Volvió a negar con la cabeza.


Entonces, por casualidad.

"La comida... ¿Tienes miedo de la comida?"


"Sí...." Su voz apenas pudo ser escuchada .


Pero fue entendible para Kylus y Caitlin quienes se encontraban a su lado.


Caitlin se mordió el labio inferior pensando el porqué de su miedo mientras Kylus ladeó la cabeza para ver si no entendía.


Puse un plato de pollo delante del Princípe Pherez.


Lo corté en trozos pequeños para que le fuera más fácil comerlo, cogí uno de ellos y me lo llevé a la boca.


"¡...Oh!"


Sorprendido, Pherez gritó en voz baja.


Pero mastiqué la comida con aún más fuerza y entusiasmo mirando así a Pherez.


"Bien, ¿bien?"


"...No hagas eso a partir de ahora. Es peligroso".


"¿Por qué? ¿Por qué la comida que comes puede ser venenosa?"


Asintió con la cabeza.


Sólo entonces Kylus se mostró molesto porque ahora sabía la razón de las acciones de Pherez.


No era porque el nuevo huésped dudara de él.


Ahora sabía porqué un niño tan pequeño tenía tanto miedo.


"No te preocupes por eso a partir de ahora. Caitlin y Kylus son personas de confianza. Mi abuelo los ha enviado para protegerlo".

Dije, volviendo a poner el plato delante de Pherez.


"Pero..."


Todavía dudaba.


Sé lo que se siente.


No hubo nadie que ayudara a su madre cuando enfermó y murió, y después de eso, incluso se quedó solo y sobrevivió comiendo comida envenenada que le traía la criada.


Aunque aparezca una persona y diga que te va a cuidar bien a partir de ahora, no te lo puedes creer.


Pero no debes rechazar la comida.


"¿Me crees?"


"Te creo".


La respuesta fue demasiado rápida para ser comparada con la anterior.


"Bueno, ¿por qué no nos das una oportunidad?"


Pherez levantó sus ojos rojos y miró a Kylus y Caitlin.


¿Qué estáis mirando?


Pherez, que llevaba un buen rato mirándolos, volvió a tomar el tenedor.


Y con cuidado, metió el pollo cortado en rodajas a su boca.


"Oh..."


Al fondo, pude oír a Kylus aliviado.


"Está delicioso, ¿verdad?"


"Sí". Respondió masticando.


La velocidad del movimiento de sus labios aumentó.


Luego puso el pan y el sándwich lleno de mermelada en su boca sin dudarlo.


Tenía una pésima educación sobre la mesa para ser un príncipe, pero nadie lo señaló.


Pherez estaba tan desesperado por comer algo parecido a comida real después de mucho tiempo.


"A partir de ahora, siéntase libre de comer lo que quiera. Ya no tiene que tener miedo".

Le dije, empujando el sándwich que me había tocado.


La figura imponente del niño que se llevaba la comida a la boca desesperadamente dejó de moverse.


Y después de un rato, asintió con la cabeza una vez.


La cara del niño que empezó a comer en silencio era un poco más brillante que antes.


Parecía disfrutar del sabor de la comida.


Empecé a comer lentamente junto a Pherez.


Después del almuerzo, comió más de tres raciones de comida él solo.


Caitlin y Kylus estaban felices al ver que Pherez asomaba maravillosamente su vientre hinchado.


Pronto se retiraron los platos vacíos y se preparó un sencillo refrigerio en la mesa.


Tras una comida que nunca había recibido, Pherez pidió de repente a Caitlin un lujoso té y un postre.


"¿Así es como suele vivir un príncipe?"


Ni Caitlin ni Kylus, que sonreían, pudieron responder con facilidad.


"¿Se supone que se vive así cómodamente?"


Pero Pherez no obligó a ninguno de los dos a responder.





Ajena a lo anterior, me limite a mirar algo que se reflejaba en el claro y espumoso té.


Esta vez no encontraba nada que decir.


Un poco más tarde.


Cuando el té se había enfriado, pude oír una voz que me buscaba.


"¡Florencia!"


"¡Abuelo!"


Bajé de mi silla y corrí hacia mi abuelo.


"Vamos a casa ahora, Florencia. Tu padre debe estar muy preocupado".

Dijo mi abuelo, que me daba palmaditas en la cabeza.


Puede que mi padre realmente me esté esperando en casa sin ir a trabajar.


El palacio era un lugar en el que mi padre se mostraba muy reacio y nervioso, y el no puede estar a gusto porque me habían enviado a un lugar así sola junto con mi abuelo.


No pensé en ti.


Entonces el abuelo se acercó a Pherez.


“Tarde o temprano, los maestros vendrán a enseñarte. Aprende mucho".


"...sí".


“No hay que descuidar ni el aprendizaje ni la esgrima”


"Sí."


La relación entre el abuelo y Pherez es más seca de lo que pensaba.

Pherez ni siquiera vio bien la cara de su abuelo, que lo trató con una frialdad muy diferente a la que tuvo cuando me trató a mí.


Ayudé a mi abuelo tirando del dobladillo de su ropa.


"¡Abuelo! ¡Pherez es muy inteligente!, lee libros de hierbas por su cuenta, ¡y es muy bueno en esgrima!"


"¿Lo es?"


"¡Sí! ¡Así que Pherez lo hará bien! Los nuevos profesores se sorprenderán. Sera bueno en el estudio, ¡y sera bueno en la esgrima!"


A diferencia de Astana, el primer príncipe, que no tiene talento para la esgrima, Pherez ya es superior a él.


Ha sido muy grande en su vida anterior, cuando creció como un perro salvaje en ese palacio del bosque.


Ahora, con las enseñanzas de grandes maestros elegidos por el propio abuelo, ¿cuán increíble sería Pherez en el futuro?


De sólo pensarlo se me estremecía el corazón.


Además, estaba deseando ver la cara distorsionada de la reina y de Astana al verlo.


"¿Verdad, Pherez?"


"Sí", respondió Pherez, parpadeando lentamente.


"Por supuesto, trabajaré duro".


El futuro de un genio trabajador está destinado a ser brillante.


Me acerqué a Pherez y me despedí con una palmada en la cabeza.


"Te escribiré. Hasta la próxima".


Es hora de decir adiós.


Podrá crecer bien, al menos por el momento, hasta que vaya a la academia donde se encontrará con su gente.


En un ambiente mucho mejor que antes, seguro.


Y si seguimos intercambiando cartas, al menos Pherez no me olvidará.


"Cuídate, Pherez, come bien, cachorro..."...."

Extendí mi mano para estrechar la suya pero con un golpe apartó mi mano y me abrazó con fuerza.


"No te despidas".


"¿Qué?"


"No digas adiós".


"Oh, ya veo. Entonces..."


Aun así, ¿qué puedo decir si no lo veo durante un tiempo? pensé mientras lo alejaba un poco.


La persona que me abrazó como si nunca me fuera a dejar ir fue empujada suavemente hacia atrás por mi toque.


Sí, eso es.



"Nos vemos, Pherez".

Dije, mirando a Pherez con ojos sombríos.


Su rostro floreció en un instante.


Las mejillas mostraron los hoyuelos que escondían, y las comisuras de la boca, que siempre habían escupido palabras oscuras, se elevaron ligeramente.


Sus ojos rojos, que nunca habían sido vistos con alguna emoción, dieron lugar a la "alegría".


"Sí, hasta luego".

Respondió con una cara como la de un pequeño capullo de rosa que acaba de brotar


Salí del Palacio de Poirak tomada de la mano con mi abuelo, de vuelta a la mansión en un carruaje.


Y esa noche, tomé un baño caliente para luego tumbarme en la cama y enterrar la cabeza en una suave almohada.


Mirando hacia atrás, su sonrisa permaneció en mi cabeza durante bastante tiempo, al igual que el fuerte aroma de las rosas que nunca había olido.

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