Capítulo 42

Cuando el sirviente enviado por Lulak encontró a Vieze, éste acababa de subir al carruaje para regresar a la mansión.


Iba de camino a la oficina de Lulak para corroborar una información que escuchó en una reunión social


"¿Papá me está buscando?"


"Sí, así es......."


Sin embargo, el sirviente que entregaba el mensaje se mostraba extraño.


Evitaba los ojos de Vieze y no le decía el por qué Lulak lo mandaba a llamar..


"Justo tengo algo que preguntarle a mi padre, así que esto es bueno".


Murmuró bajo la lluvia en el carruaje que lo llevaba a la mansión.


Tras llegar a la puerta del despacho, Vieze ocultó su incomodidad y llamó a la puerta, entrando en la habitación.


"Padre, me he enterado de que has estado buscándome..."


Justo cuando saludaba, encontró a su hijo Belsach de pie y solo frente al escritorio del patriarca.


"¿Belsach ? ¿Por qué tienes el brazo así..."


"...."


Cuando salió de la mansión por la mañana, su hijo no tenía ningún vendaje blanco envolviendo su brazo, estaba bien. Vieze miró a su hijo y vio que una tablilla sobresalía por debajo de su mano.


"¿Padre, qué pasó?"


"Siéntate".


Lulak respondió a la pregunta con una orden.


Cuando Vieze se sentó en la silla junto a Belsach, Lulak habló con voz severa.


"Belsach, ¿ves tu falta?"


Belsach sólo inclinó la cabeza y guardó silencio.


Estaba empecinado en no admitir su culpa.


A Lulak se le trabó la lengua al ver a su nieto.


Miró a Vieze y dijo,


"Belsach golpeó a Florencia con una espada de madera. Gracias a eso, la niña está en el hospital con una hemorragia nasal y desmayada".


"Como su padre, ¿qué tienes que decir?".


Sólo entonces Vieze, que se dio cuenta a grandes rasgos de las vendas y las circunstancias del brazo de Belsach, respondió sin ningún signo de arrepentimiento.


"¿Qué le pasó al brazo de Belsach?"


"Es lo que le hicieron los gemelos de Shanet, que protegían a Florencia".


"¿Entonces, dónde están ellos ahora? Han dejado el brazo de Belsach así, ¿no deberían estar aquí pidiendo disculpas a Belsach?"


Sorprendentemente, el tono de refutación era muy diferente al habitual.


La voz de Vieze, que ni siquiera podía replicar a su padre, estaba llena de ira.


Lulak se quedó sin palabras al verlo.


Incluso sus ganas de regañarlo desaparecieron.


Tenía cierta expectativa.


Que por muy revoltoso que sea Vieze, sabría reconocer la falta de su hijo.


Pero esta vez Lulak se decepcionó de nuevo.


Vieze en lugar de preocuparse por su hijo, mostraba una actitud tan jactanciosa como para querer castigar a los gemelos. Lulak, que miraba a su hijo mayor con ojos fríos, le dijo a Belsach, que estaba entre su padre y su abuelo.


"Lo que has hecho hoy no es aceptable, Belsach. Pienses lo que pienses, Florencia es tu prima y un miembro de Lombardi. Y en Lombardi, lo que yo digo es la ley".


Los hombros de Belsach, que estaban muy nerviosos, se estremecieron.


Quería decirle a su abuelo que él nunca golpeó a Florencia con una espada de madera, como afirmaban los gemelos, pero sí le lanzó a la cara una pelota de cuero. Se quedó pensando y volvió a apretar la boca.


Al final decidió no decir nada porque pensó que lo regañarían más aunque protestara así ahora.


"La última vez te dije que dejaras de ignorar o intimidar a Florencia. ¿Te acuerdas?"


"...Sí".


La voz de Belsach se hizo aún más pequeña.


Pensó que era injusto lo que le estaba pasando.


Hubo un ligero lapsus de ira en los ojos de Lulak, como si hubiera adivinado.


"Debido a tus acciones y desobediencia contra mí, hoy tu padre tendrá que pagar una gran indemnización a Florencia".


"¡...Padre!"


Gritó Vieze entre lágrimas, pero Lulak ni siquiera lo miró.


"Además Belsach, se te prohíbe que te acerques en un futuro a Florencia. No hasta que haya alguien más presente".


"¡Es demasiado exagerado el castigo solo por una pequeña discusión de niños!"


Vieze levantó la voz.


"¿Estás hablando de mi juicio?"


La voz de Lulak se endureció.


Sólo entonces Vieze cerró la boca, pero sus ojos seguían llenos de quejas.


"Vete".


Lulak le dio a Belsach una orden.


Belsach, que bajó los hombros y miró a Vieze, salió de la oficina con impotencia.


No había empleados entrando o saliendo del silencioso pasillo.


Cuanto más se alejaba de la oficina, más sombrío era el ambiente, y Belsach se sintió enfadado.


"¡No es justo!"


"¡Sólo tiene una pequeña hemorragia nasal! ¡Yo me he roto el brazo!"


Belsach cerró su puño.


Los ojos de su abuelo seguían viniendo a su mente, mirándolo con frialdad.


"Todo es por culpa de ella. ¡Por culpa de ella......ahhhh!"


Belsach, que acababa de doblar la esquina, se cayó porque tropezó con algo.


¡Waaaa!


Al caer, su brazo roto golpeó la pared, y Belsach estaba demasiado enfermo para gritar.


"Oh, Dios mío. Debe de doler".


Se oyó una voz dulce con una sonrisa.


"Bueno, no parece muy doloroso".


De pie frente a Belsach en el suelo estaban Gilliu y Mayron.


"Oye, Belsach. ¿Te duele mucho tu brazo roto?"


Belsach estaba tan asustado que no pudo responder y se limitó a asentir.


En ese momento, la espada de madera que Mayron sostenía se clavó de repente bajo el cuello de Belsach.


Belsach agachó los hombros ante el frío tacto que tocaba su barbilla.


"Un brazo roto duele así. ¿Y una pierna rota duele más?".


Cuando Gilliu se inclinó y murmuró, la espada de Mayron se dirigió a la pierna de Belsach.


"¡Oh, no lo hagas! ¡Lo siento! ¡Lo siento!"


"¿Por qué te disculpas con nosotros?"


"Sí, es a Cia a quien tienes que pedirle disculpas, ¿no?"


Los gemelos estaban a punto de agarrar a Belsach por el cuello y llevarlo donde Florencia.


Pero Belsach dijo altaneramente.


"¡Mi abuelo me ha ordenado que no me acerque a Florencia! Así que por ahora, ni siquiera puedo disculparme..."


Era una excusa muy torpe, pero la cara de los gemelos se iluminó.


Fue porque les gustaba la idea de que Belsach no pudiera acercarse a Florencia.


"Sí, eso es genial".


"Ni siquiera te pongas al lado de Cia".


"Escucha al abuelo".


Los gemelos se rieron entre ellos como si hubieran escuchado un chiste divertido.


Pero eso también es por un tiempo.


Y Mayron, golpeando la espinilla de Belsach con la punta de su espada dijo:


"Si no le haces caso, te las verás conmigo".


"Y conmigo también".


Dijo Gilliu dando un golpe con el pie en la otra espinilla de Belsach.


"Oh, ya veo..."


Belsach asintió rápidamente.


"Entonces recuperate pronto, primo".


Gilliu a propósito se despidió de Belsach con un golpe en su brazo herido .


"¡Ay!"


Los gemidos de Belsach y las risas de los gemelos se mezclaron en el silencioso pasillo.






* * *






Al mismo tiempo, dentro de la oficina de Lulak.


Belsach salió y el interior del despacho quedó envuelto en silencio.


Lulak ya había empezado a mirar los documentos como si Vieze no estuviera en la habitación, y Vieze se sentía aún más humillado por el comportamiento de su padre.


Sacudió la cabeza, agitando los puños.


"No me castigas lo suficiente ya, ¿y ahora castigas a mi hijo?".


Las cejas de Lulak, que estaban a punto de relajarse, se retorcieron una vez más.


"¿Qué quieres decir?"


"Lo sé todo. Cambiaste el día de la reunión de los Becarios Lombardi por el mismo día que tengo que llevar a Belsach al Palacio Imperial".


Esa noticia era la razón por la que Vieze volvía a la mansión, antes de ser llamado por Lulak.


Lulak no lo negó.


Comenzó a tomar fuerza la voz de Vieze.


"¡No puedes ignorarme!".


"Mi reputación como hijo mayor no puede caerse. No soy como Gallagher que no le importa su reputación".


"¿Gallagher?"


Lulak levantó una ceja ante la mención del nombre de su cuarto hijo que surgió de la nada.


"Acaso no has dado un empujón a su ridículo negocio de ropa. Incluso encargas ropa para empleados inútiles".


"¡Te parece un negocio de ropa ridícula!. ¿Fue eso lo que viste?"


"Es sólo un negocio de ropa para plebeyos. Es algo que cualquiera puede hacer. Y sin embargo, te pusiste del lado de Gallagher. Sé que lo haces para castigarme".


Y añadió:

"Por eso, ¡ya es suficiente!".


Lulak estalló en carcajadas, diciendo:

"¡Huh!"


"Si es tan fácil, deberías probarlo, Vieze. Sal de la comodidad familiar y haz tus propios logros tanto como quieras".


Vieze se estremeció ante la comparación explícita entre él y Gallagher.


"Es usted muy malo, padre. No puedo creer que diga que lo he ofendido. ¿Acaso odia que me acerque a la familia imperial?"


"Vieze".


"¡Mi padre no me da fuerzas como hijo mayor, así que intento tomar prestado el poder de la familia imperial!"


Ahora, culpaba a Lulak de todas las razones por las que estaba tan cerca de la emperatriz.


Lulak, que seguía escuchando la patética historia de su hijo, dejó la pluma que sostenía y dijo:


"Dime con seguridad. ¿Alguna vez te llamó Johanes para tomar una copa? ¡No estás cerca de la familia imperial, estás cerca de Angenas! "


"Bueno, eso es..."


"¡Y ese es tu mayor pecado!".


El dedo índice de Lulak señalaba a Vieze.


La voz parecía ser más dura, y el aire circundante parecía ser más pesado que antes.


"¡La culpa es tuya por haber hecho que Angenas se interesara por el poder de Lombardi!".


Hace un rato, Vieze, que había estado muy animado, sintió de repente un sudor frío que le corría por la espalda.


Fue porque se dio cuenta de que su padre estaba ahora en un estado muy furioso.


"¿Cómo te atreves, todavía con Angenas?"


Lulak miró fijamente a Vieze.


En ese momento, Vieze no era su hijo.


Sólo era un estúpido miembro de los Lombardi que difamaba a la familia.


Sin darse cuenta, Vieze retrocedió medio paso.


"Los miserables que vagaban por el Oeste estéril, obsesionados con el pedigrí y que se comieron las tierras de la familia Brown como zorros.


"Oh, Padre..."


Vieze intentó disculparse.


Quería aliviar la ira de su padre arrodillándose y rogando por su perdón.


Sin embargo, su cuerpo estaba rígido del miedo y ni siquiera pudo moverse.


Lulak, que desprendía una ira terrible, llamó a Vieze.


"¡Vieze!".


"Sí, padre mío".


"No me hagas quitarte todo lo que te he dado en la mano".


El pecho de Vieze se hundió más que nunca.


Aunque era el hijo mayor de Lulak, todas las cosas que tenía Vieze se las había dado su padre.


Una persona que siempre puede quitarle todo con solo una palabra.


Con un gesto, el patriarca Lulak Lombardi puede echarlo de Lombardi.


"Además, asistir a la fiesta de los Becarios Lombardi es tu elección. Todo lo que tienes que hacer es enviar a tu esposa y a Belsach al palacio. Elige si vas a estar en el palacio o en el banquete".


Los ojos de Vieze se estremecieron.


La emperatriz ya sabía que él iba a llevar a Belsach.


Si rompe sus expectativas y asiste al banquete de Lombardi, todo lo que ha conseguido hasta ahora puede derrumbarse.


Sin embargo, al mismo tiempo, las palabras de su padre parecían tener un significado más profundo.


Tras permanecer un rato de pie, Vieze hizo una reverencia y salió del despacho.


Lulak, que parecía seguir mirando los documentos sin prestar atención, suspiró profundamente al oír el sonido de la puerta cerrarse y dejó caer los documentos.


Hace un rato, la ira que Vieze mostraba se dirigía a alguna parte.


Miró pensativamente hacia la puerta por donde había salido su hijo.

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