Capítulo 185

Era la hora en la que el sol de la mañana mostraba su rostro.

Pregunté, apoyándome rígidamente en la puerta.

"Entonces, Pherez, ¿cuál es la razón por la que estás ahora aquí?"

Una risa medio disimulada se filtró furtivamente entre sus palabras.

"Es por Caitlin"

Respondió él, sin cambiar su expresión.

"En la carta que envió Cia, dijo que el trabajo de la familia Brown requiere que Caitlin permanezca más tiempo en la mansión"

"Por favor, explique más apropiadamente"

"Si Caitlin, que no suele tomar vacaciones personales, de repente no es vista en el palacio imperial durante unos días, la emperatriz sospechará"

"¿Así que?"

"Así que me quedaré en la mansión Lombardi para pasar tiempo con mi prometida, Cia, y así no habrá duda del porqué mi doncella, Caitlin, vació el palacio"

Hay un lado secreto desvergonzado en este chico.

Pregunté, con los brazos cruzados y los ojos entrecerrados.

"¿De verdad? No hay ni una pizca de interés propio en ello, ¿es eso realmente todo?"

Pherez sonrió ante mi pregunta y cerró la boca con firmeza.

Era su manera de evitar responder sin mentirme.

"... Antes que nada, entra"

Claramente no lo podía dejar así.

Me retiré de la puerta, donde estaba bloqueando el camino.

Entonces él entró apresuradamente en la casa por si yo cambiaba de opinión.

Había pasado un tiempo desde que me relajaba con una sonrisa en mi rostro.

"Aun así, Caitlin estará feliz. Estaba preocupada por ti"

Dije, apoyándome de lado contra el respaldo del sofá de la sala.

De hecho, todavía estaba vestida solo con el pijama y una túnica gruesa.

Nunca hubiera invitado a otros huéspedes en este estado.

Bueno, era Pherez.

La temperatura de la mañana era fría, así que abracé mis rodillas y me acurruqué.

Eso fue todo.

Pero de repente, la túnica que llevaba Pherez cayó silenciosamente sobre mi hombro.

"Te lo dije. Vine por Caitlin"

Pherez medio encogió los hombros.

Luego, de una forma natural, se sentó mirando hacia mí en el asiento de al lado.

Estaba lo suficientemente cerca como para tocar las rodillas de Pherez con los dedos de mis pies.

'Ay Dios mío'

En ese momento me di cuenta.

Que estábamos sentados en la misma forma que esa noche de hace poco.

Mordí la carne de mi boca con un corazón agitado.

Pero parecía que mis movimientos le llamaron la atención.

Pude ver la mirada roja alcanzando mis labios.

Nunca tuve la intención de estimularlo.

La sonrisa desapareció de su rostro mientras observaba mi cabeza apoyada en mis brazos cruzados.

Y se acercó a mí.

Me sobresalté.

Sin saberlo, mi cuerpo se asombró y se estremeció levemente.

Pero la mano de Pherez solo acomodó de forma meticulosa su túnica, que estaba encima de mis hombros.

Oh, que vergonzoso.

En un instante, sentí que mi cara se puso lo suficientemente caliente como para no necesitar la túnica.

Sin embargo, la expresión del chico se volvió extraña.

Era una cara que mostraba su insatisfacción conmigo con sus ojos suaves como la punta de un pincel.

"¿Me odias?"

Como esperaba, la voz de Pherez estaba llena de inquietud.

"... No, no es eso"

Es inútil, no podía negar mis sentimientos hacia él.

Todavía temblaba.

Fingí ajustar la túnica para deslizar mi mano debajo la clavícula y así tranquilizar los latidos de mi nervioso corazón.

Aunque no hizo mucha diferencia.

"Entonces, ¿te gusto?"

Pherez me preguntó a la vez que se acercó un poco más a mí.

Latido, latido, latido.

La fragancia de Pherez, que se asemeja al de una rosa, me dejó sin aliento.

Esto no formaba parte de mi plan.

Cuando lo traje a la habitación, iba a actuar como siempre lo hacía con él.

Como si nada hubiera pasado esa noche, de forma casual.

Pherez me dijo que no me preocupara, pero no podía.

Él también me gustaba.

Pero cuando llegara el momento no dudaría en elegir Lombardi.

Aunque sabia lo profundo y ciego que era el corazón de Pherez hacía mí.

No podía solo hacer caso a Pherez y hacer como si no pasara nada, aun cuando sabía que no sería capaz de corresponder a ese corazón.

No era lo correcto.

Por cierto.

El cuerpo de Pherez se inclinó un poco más hacia mí.

Al mismo tiempo, sentí sus manos grandes y cálidas rodeando mis tobillos y pies descalzos.

"Cia"

Pherez me llamó como un susurro.

Los ojos rojos solo me miraban a mí.

Y había algo feroz y hermoso en su apariencia.

"Pherez, de verdad..."

¡Por qué eres tan guapo!

¡Qué diablos crees!

Me tragué las palabras de mi interior sin pronunciarlas, pero los ojos de Pherez reían como si pudiera oírlas.

Finalmente, nuestros labios se superpusieron.

Su gran cuerpo me abrazó como si estuviera completamente envuelto a mi alrededor, seguido de un largo beso.

"Guau…"

El olor entregado, la temperatura corporal y el sonido de la respiración.

Hasta olvidé dónde estaba ahora.

Y cuando volví en mí, estaba sentada en el regazo de Pherez.

“¡Eh, ah, no! ¡Espera!"

Aparté mis labios, que eran atraídos a los suyos como un imán, y le tapé la boca apresuradamente con mi mano.

¡Vamos, céntrate!

"Aah…"

Viendo los ojos del chico que aún no se había calmado, la fascinante tentación me golpeaba una y otra vez, pero me sobrepuse.

Juro que fue lo más difícil de mi vida hasta ahora.

"Ooh, no podemos hacer esto"

"... ¿Por qué?"

Pherez preguntó lentamente bajo mis dedos.

Con el roce furtivo hizo que mis manos ardieran como fuego, me levanté de mi asiento del todo y me dejé caer lejos del sofá.

"Porque, porque…"

Maldita sea.

No podía pensar en una razón particularmente plausible.

Así que no pude evitar gritar con firmeza.

"¡En todo caso, no!"

"... De acuerdo"

De repente, Pherez, que se quedó solo, tocó la mano que me sostenía unos momentos atrás.

Deslizó sus ojos hacia abajo, en una clara muestra de taciturnidad.

"Eh…"

En ese momento, tuve un fuerte impulso de calmarlo, pero apreté los puños y lo soporté.

¡Despierta!

¡Es un niño que sabe aprovechar al máximo su belleza!

Tal como esperaba, pude ver a Pherez mirándome como si me estuviera observando

con ojos descarados.

Abrí la ventana y respiré el aire frío.

¡Bien hecho, bien hecho!

Me aclaré la garganta una vez y dije.

"Hablaré con el mayordomo y te daré una habitación adecuada para invitados"

"Me gustaría una habitación cerca de aquí"

¡Qué diablos vas a hacer si estás cerca!

"Cia"

Escuché un sonido leve.

Pherez se acercó con su túnica mientras yo di un salto y me la quitaba.

Parecía que él había recuperado su compostura habitual.

Y de nuevo, puso su túnica sobre mis hombros y dijo.

"Cogerás un resfriado. Debes tener cuidado"

¡Lo más peligroso en esta habitación ahora mismo eres tú!

Fue cuando intenté decir eso, la mirada de Pherez se volvió hacia la puerta bien cerrada.

Había una arruga en sus cejas.

"¿Pherez?"

"... No creo que sea peligroso"

Pherez murmuró de forma misteriosa.

Luego, muy silenciosamente, se abrió la puerta.

Dalgrak, dalgrak.

Lo primero que escuché fue un pequeño ruido, como platos chocando.

"En silencio para que Cia no se despierte"

Era mi padre, que empujaba un pequeño carrito de comida con un dedo en sus labios hacia el empleado que entraba con él.

Mi padre dijo claramente que estaría en Chesayu hasta el próximo mes.

"Estoy seguro de que Cia se sorprenderá"

Padre río alegremente.

Y tal como él entraba en mi habitación, me encontró confusa de pie junto a la ventana.

"¿Oh? Cia, estabas despierta..."

Y a Pherez de pie a mi lado.

"¿Por qué están ustedes dos juntos a estas horas?"

Obviamente era una pregunta de la que no quería respuesta.

Nunca había visto la cara de mi padre así.

Mi padre, que siempre sonreía alegremente, tenía una cara muy aterradora.

"Ah, papá, esto..."

Traté de explicarme, pero los ojos penetrantes de mi padre no me miraban a mí, sino a Pherez.

"Por favor, explíquese, Su Alteza el Segundo Príncipe"

Siguiendo la mirada de mi padre, miré a mi lado y, una vez más, me encontré con una escena que nunca había visto antes.

“Lord Lombardi..."

Era el avergonzado Pherez, sudando.