Capítulo 3

─ Toma un poco de aire fresco, te hará sentir mejor.

─ No estoy segura de que tú idea funcione.

Murmuré ante la propuesta de Lennie.

Pero aún así abrió la ventana y el aire fresco del bosque llenó el carruaje. Parpadeé y respiré pesadamente ante la vista que tenía.

─ El gran bosque… ha pasado un tiempo.

El Gran Bosque Amarillo era un bosque denso construido alrededor del Palacio Imperial hace más de 100 años.

Y es el lugar donde conocí a Rubellus.

Todavía recuerdo la primera vez que lo vi hace 12 años.

Era en la temporada de otoño.

Mi padre quería que sobreviviera en un mundo lleno de etiquetas, así que me llevó al palacio imperial con la esperanza de que fuera lo suficientemente amable para obtener la adoración de la familia real.

Y lo hice, lo entendí de inmediato, especialmente de la Emperatriz, a quien realmente le agradaba mucho.

La Emperatriz, que tenía un solo hijo, declaró que se tomaría un tiempo conmigo para ver si le agradaba a su hijo.

Pero de alguna manera, de camino a encontrarme con el heredero de la familia real, me perdí en el bosque y… lo encontré.

─ ¿Estás perdido también?

─ No.

Dijo Rubellus.

Tenía cuatro años y tuvo la amabilidad de compadecerse de mí, tomarme de la mano y cuidarme todo el camino.

─ Aquí no estamos perdidos, es un bosque de voluntad y no se abre paso a extraños

Murmuró.

Y… por casualidad, ese día descubrí el secreto del Príncipe.

¿Fue porque era demasiado joven?

¿Sentí que el Príncipe era mi salvador?

¿Fue ese el comienzo de mi obsesión?

─ No debe decirle a nadie lo que vio hoy. Debe prometer mantenerlo en secreto

Rubellus me miró por un momento, a pesar de que ambos éramos niños, parecía estar tratando de averiguar si lo traicionaría o si debía confiar en mí, pero finalmente murmuró:

─ Será nuestro secreto.

Ese día me convertí en la prometida de Rubellus.

─ ¿Estás bien?

Me preguntó Lennie.

Un poco sorprendida logré salir de mis recuerdos pasados, negué con la cabeza y colapsé en mi asiento.

¿Por qué estaba recordando mis promesas pasadas?

Lo había estado siguiendo durante doce años, y eso era demasiado aterrador.

Fue a los dieciséis cuando comencé a mirar objetivamente mis decisiones pasadas. Hasta que me di cuenta, había estado arruinando mi presente.

Odiaba en lo que me había convertido.

Todavía recuerdo que Ira, de catorce años, escribió en su diario lo triste que estaba cuando el príncipe no la miraba ni aceptaba sus regalos.

Muy patético.

Recuerdo ese día vergonzoso… los días y las noches que pasé bordando un sombrero de caza para él, esperando que lo usara en su primera caza del zorro.

Pero el Príncipe decidió salir sin sombrero de caza ese día.

─ ¿Por qué no usó mi sombrero?

Escribí entre las páginas de mi diario mientras trataba de animarme escribiendo lo siguiente: Creo que llevaba un chaleco verde, el sombrero que le di era púrpura, tiene sentido. Si el príncipe hubiera salido a cazar con mi sombrero, se diría que tiene mal gusto en combinar colores… eso debe ser.

Pero los ánimos no duraron mucho, porque en los días siguientes, ni una sola vez usó mi sombrero.

Sí… lo había intentado tanto.

Quería ser una mujer buena y competente para él.

Quería que estuviera orgulloso de la mujer que se convertiría en su esposa.

Pero eso fue hace tanto tiempo…

Porque logré abrir los ojos antes de seguir arruinado mi vida, y logré salvar algo de la dignidad que me quedaba.

─ Por cierto…

Lennie me miró.

─ Cuando el príncipe se convierta en emperador, ¿Qué pasará con tu padre?

Dejo escapar un pequeño suspiro.

Mi padre…

─ No se lleva bien con Rubellus, probablemente se jubilará

Dije, y me apoyé en el respaldo de mi silla.

Mi padre y el príncipe Rubellus, o ahora emperador, estaban en conflicto con la política. No, eran prácticamente enemigos.

Porque mi padre estaba pensando en apoyar a otra persona, no al príncipe Rubellus y ahora era una muy mala idea.

Debido a que el príncipe Rubellus comenzó a involucrarse en la política, mostró un movimiento de reforma para presionar a los sirvientes de su padre, se unió a los jóvenes nobles que querían un cambio y a los nobles financieros recién nombrados por su propio dinero.

Finalmente, mi padre, el duque Walden Boston y otros nobles, que sintieron una sensación de crisis, tomaron algunas decisiones muy malas.

Como dije antes, en lugar de tomar a Rubellus como heredero, eligió a otro candidato. El medio hermano del emperador y tío de Rubellus, que fue apoyado por mi padre y otros nobles.

Desde mi punto de vista, todo estaba perdido desde el principio.

Rubellus era cuidadoso, estratega, paciente… tenía tantas cualidades que lo convertían en el candidato perfecto, su tío no tenía ninguna posibilidad contra él.

Y así fue, Rubellus logró la victoria.

Mi padre logró sobrevivir. Pero después de los últimos tres años de mi amor no correspondido, el poder del príncipe Rubellus ha crecido y las políticas que mi padre había comenzado a seguir habían comenzado a estancarse una a una.

La política era un arma de doble filo…

─ ¿Así que te vas a mudar?

Los ojos de Lennie me miraron con preocupación y tristeza.

─ No sé

Me las arreglé para murmurar “el honor de mi familia está en juego y hay tanta gente que estaría tan feliz de vernos caer y ocupar nuestro lugar…”

─ Una lucha de poder

─ Será muy difícil …

No pude evitar pensar en los viejos tiempos, cuando las cosas eran fáciles y los problemas tan insignificantes.

Traducción: Jenny

Corrección: Smiley