Schubert, Franz - Litanei auf das Fest Allerseelen (Letanía en la fiesta de todos los santos) D 343

Franz Schubert (1797-1828)

Litanei auf das Fest Allerseelen D 343

Letanía en la fiesta de todos los santos

Texto: Johann Georg Jacobi (1740-1814)

Traducción: Saúl Botero-Restrepo

 

Ruh'n in Frieden alle Seelen,

die vollbracht ein banges Quälen,

die vollendet süßen Traum,

lebenssatt, geboren kaum,

aus der Welt hinüberschieden:

alle Seelen ruhn in Frieden!

Die sich hier Gespielen suchten,

öfter weinten, nimmer fluchten,

wenn vor ihrer treuen Hand

keiner je den Druck verstand:

alle die von hinnen schieden,

alle Seelen ruhn in Frieden!

Liebevoller Mädchen Seelen,

deren Tränen nicht zu zählen,

die ein falscher Freund verließ,

und die blinde Welt verstieß

alle die von hinnen schieden,

alle Seelen ruhn in Frieden!

Und der Jüngling, dem, verborgen,

seine Braut am frühen Morgen,

weil ihm Lieb' ins Grab gelegt,

auf sein Grab die Kerze trägt:

alle die von hinnen schieden,

alle Seelen ruhn in Frieden!

 

Alle Geister, die, voll Klarheit,

wurden Märtyrer der Wahrheit,

kämpften für das Heiligtum,

suchten nicht der Marter Ruhm:

alle die von hinnen schieden,

alle Seelen ruhn in Frieden!

 

Und die nie der Sonne lachten,

unterm Mond auf Dornen wachten,

Gott, in reinen Himmelslicht,

einst zu sehn von Angesicht:

alle die von hinnen schieden,

alle Seelen ruhn in Frieden!

Und die gern im Rosengarten

bei dem Freudenbecher harrten,

aber dann, zur bösen Zeit,

schmeckten seine Bitterkeit:

alle die von hinnen schieden,

alle Seelen ruhn in Frieden!

 

Auch die keinen Frieden kannten,

aber Mut und Stärke sandten

über leichenvolles Feld

in die halbentschlaf'ne Welt:

alle die von hinnen schieden,

alle Seelen ruhn in Frieden!

Ruh'n in Frieden alle Seelen,

die vollbracht ein banges Quälen,

die vollendet süßen Traum,

lebenssatt, geboren kaum,

aus der Welt hinüberschieden:

alle Seelen ruhn in Frieden!

Descansen en paz todas las almas,

las que por grandes angustias pasaron,

las que dulces sueños cumplieron,

las hartas de la vida, las que apenas nacidas

han abandonado el mundo,

¡todas en paz descansen!

Las que aquí buscaron un amigo,

que a menudo lloraron, mas no maldijeron

cuando de sus fieles manos

nadie entendió el apretón.

Todas las que de aquí han partido,

¡todas en paz descansen!

 

Las almas de amorosas doncellas,

cuyas lágrimas fueron incontables,

las que un amigo infiel abandonó

y que el ciego mundo rechazó,

todas las que de aquí han partido,

¡todas en paz descansen!

 

Y la del joven al que de súbito

su novia una mañana abandonó

y el amor lo llevó a la tumba,

a ella un lamparilla lleva,  

todas las que de aquí han partido,

¡todas en paz descansen!

 

Los espíritus que con serenidad

fueron mártires de la verdad,

que por lo sagrado lucharon,

sin buscar del martirio la corona,

todas las que de aquí han partido,

¡todas en paz descansen!

 

Las que a la luz del Sol nunca sonrieron

y bajo la Luna espinas soportaron,

para un día ver a Dios

cara a cara en la luz celestial, 

todas las que de aquí han partido,

¡todas en paz descansen!

 

Las que en el jardín de rosas

el vaso de la alegría esperaban,

pero luego en mala hora

gustaron su amargura,

todas las que de aquí han partido,

¡en paz descansen!

 

Y las que alegría ninguna conocieron,

pero valor y fuerza demostraron

ante un campo lleno de cadáveres

en un mundo adormilado,

todas las que de aquí han partido,

¡todas en paz descansen!

 

Descansen en paz todas las almas,

las que por grandes angustias pasaron,

las que dulces sueños cumplieron,

las hartas de la vida, las que apenas nacidas

han abandonado el mundo,

¡todas en paz descansen!

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