Schubert, Franz - An die Freude (Oda a la alegría) - D 189 -Texto de Schiller

Franz Schubert (1797-1828)

An die Freude - D 189

A la alegría (La llamada Oda a la alegría)

Texto: Friedrich von Schiller (1759-1805)

Traducción: Saúl Botero-Restrepo

 

Freude, schöner Götterfunken,

Tochter aus Elysium,

wir betreten feuertrunken,

himmlische, dein Heiligtum.

Deine Zauber binden wieder,

was die Mode streng geteilt;

alle Menschen werden Brüder,

wo dein sanfter Flügel weilt.

Seid umschlungen, Millionen!

Diesen Kuß der ganzen Welt!

Brüder, überm Sternenzelt

muß ein lieber Vater wohnen.

 

Wem der große Wurf gelungen,

eines Freundes Freund zu sein,

wer ein holdes Weib errungen,

mische seinen Jubel ein!

Ja - wer auch nur eine Seele

sein nennt auf dem Erdenrund!

Und wer's nie gekonnt, der stehle

weinend sich aus diesem Bund!

Was den großen Ring bewohnet,

huldige der Sympathie!

Zu den Sternen leitet sie,

wo der Unbekannte thronet.

 

Freude trinken alle Wesen

an der Brüsten der Natur,

alle Guten, alle Bösen

folgen ihrer Rosenspur.

Küße gab sie uns und Reben,

einen Freund, geprüft im Tod.

Wollust ward dem Wurm gegeben,

und der Cherub steht vor Gott.

Ihr stürzt nieder, Millionen?

Ahnest du den Schöpfer, Welt?

Such ihn überm Sternenzelt!

Über Sternen muß er wohnen.

 

Freude heißt die starke Feder

in der ewigen Natur.

Freude, Freude treibt die Räder

in der großen Weltenuhr.

Blumen lockt sie aus den Keimen,

Sonnen aus dem Firmament,

Sphären rollt sie in den Räumen,

die des Sehers Rohr nicht kennt.

Froh, wie seine Sonnen fliegen

durch des Himmel prächt'gen Plan,

wandelt, Brüder, eure Bahn,

freudig, wie ein Held zum Siegen.

Aus der Wahrheit Feuerspiegel

lächelt sie den Forscher an.

Zu der Tugend steilem Hügel

litet sie des Dulders Bahn.

Auf des Glaubens Sonnenberge

seht man ihre Fahnen wehn,

durch den Riß gesprengter Särge

sie im Chor der Engel stehn.

Duldet mutig, Millionen!

Duldet für die beßre Welt!

Droben überm Sternenzelt

wird ein großer Gott belohnen.

Göttern kann man nicht vergelten;

schön ist's, ihnen gleich zu sein.

Gram und Armut soll sich melden,

mit den Frohen sich erfreun.

Groll und Rache sei vergessen,

userm Todfeind sei verziehn.

Keine Thräne soll ihn pressen,

keine Reue nage ihn

unser Schuldbuch sei vernichtet!

Ausgesöhnt die ganze Welt!

Brüder - überm Sternenzelt

richtet Gott, wie wir gerichtet.

 

Freude sprudelt in Pokalen,

in der Traube goldnem Blut

trinken Sanftmut Kannibalen,

die Verzweiflung Heldenmut - -

Brüder, fliegt von euren Sitzen,

wenn der volle Römer kreist,

laßt den Schaum zum Himmel spritzen:

dieses Glas dem guten Geist!

Den der Sterne Wirbel loben,

den des Seraphs Hymne preist,

dieses Glas dem guten Geist

überm Sternenzelt dort oben!

Festen Mut in schwerem Leiden,

Hilfe, wo die Unschuld weint,

Ewigkeit geschwornen Eiden,

Wahrheit gegen Freund und Feind,

Männerstolz vor Königsthronen, -

Brüder, gält' es Gut und Blut -

dem Verdienste seine Kronen,

Untergang der Lügenbrut!

Schließt den heil'gen Zirkel dichter,

schwört bei diesem goldnen Wein,

dem Gelübde treu zu sein,

schwört es bei dem Sternenrichter!

Alegría, bella chispa de los dioses,

eres tú la hija del Elíseo,

ebrios de fuego penetramos,

oh celestial, en tu santuario.

Tus encantos unen de nuevo

lo que el mundo ha separado;

todos los hombres serán hermanos

en donde tus suaves alas posas.

¡Abrazaos, millones de hombres!

¡Que se abrace el mundo entero!

Hermanos, sobre la bóveda estrellada

un padre amoroso habita.

 

Quien ha tenido la fortuna

de tener un amigo,

quien una bella esposa tiene,

¡que se una a nuestro júbilo!

También aquel que a un alma

en la Tierra pueda llamar suya,  

y quien no lo ha logrado,

¡que llorando se aparte de esta alianza!

¡Todo lo que haga parte a este círculo

alabe esta armonía!

A las estrellas nos lleva

en donde el Ignoto reina.

 

Alegría beben los seres todos

en los pechos de la naturaleza,

que los buenos y los malos

sigan su senda de rosas.

Besos y racimos nos ha dado,

y un amigo fiel hasta la muerte.

Deleite dio al gusano

y al serafín que está ante Dios.

¿Cómo os destruís, multitudes?

¿Mundo, no entrevés al Creador?

¡Busca más allá del firmamento,

sobre las estrellas Él habita!

 

La alegría es el mayor poder

de la naturaleza eterna.

La alegría impulsa las ruedas

del gran reloj del mundo.

Flores saca de las semillas,

del firmamento los soles,

y hace girar en los espacios las esferas

que ni el astrónomo conoce.

Alegres como los soles que recorren

el soberbio espacio del cielo,

seguid, hermanos, vuestra senda,

alegres cual un héroe que a la victoria va.

 

De la verdad en el ígneo espejo

ella sonríe al que investiga.

En el escarpado monte de la virtud

señala el camino de la paciencia.

En la soleada montaña de la fe

se ve al viento su bandera,

y en el sarcófago entreabierto

se la ve en el coro de los ángeles.

¡Tened paciencia y valor!

¡Esperad un mejor mundo!

Allá sobre la bóveda estrellada

un Dios grande os recompensará.

 

Ser iguales a los dioses no es posible,

mas es hermoso parecerse a ellos.

La aflicción y la miseria invitan

a alegrarse con los que están alegres.

Rencor y venganza sean olvidados

y nuestro mortal enemigo perdonado,

ninguna lágrima lo oprima,

ni lo roa el arrepentimiento,

¡nuestro libro de deudas sea destruido!

¡Que el mundo entero se reconcilie!

Hermanos, sobre la estrellada bóveda

juzga Dios como juzguemos.

 

Bulla en las copas la alegría,

de la dorada sangre de las uvas

beban los caníbales dulzura,

y sea la desesperación heroico coraje.

Hermanos, poneos de pie,

que la copa colmada circule

y su espuma hasta el cielo salpique.

¡Brindemos por el Buen Espíritu,

al que el torbellino estelar aclama,

al que alaba el himno de los serafines,

¡brindemos por el Buen Espíritu,

arriba sobre la bóveda estrellada!

 

Firme coraje en las duras penas

y ayuda para inocente que llora

¡jurad por la eternidad!

La verdad al amigo y al enemigo,

y el orgullo viril ante el trono de los reyes,

bien vale los bienes y la sangre, hermanos,

que la corona sea para el que la merece,

¡y que caigan los que engañan!  

Cerrad estrechamente el círculo sagrado,

jurad por este vino dorado

ser fieles a las promesas,

¡juradlo por el juez de las estrellas!

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