Brahms, Johannes - Es reit ein Herr und auch sein Knecht (Cabalgaban un señor y su criado)

Johannes Brahms (1833-1897)

Es reit ein Herr und auch sein Knecht - WoO. 32 no. 28 (1858)

Cabalgaban un señor y su criado

Texto: Canción folklórica

Traducción: Saúl Botero-Restrepo

 

Es reit ein Herr und auch sein Knecht

wohl üb'r eine Heide, die war schlecht, ja schlecht,

und alles was sie red'ten da,

war alls von einer wunderschönen Frauen, ja Frauen.

 

Ach Schildknecht, lieber Schildknecht mein,

was redst von meiner Frauen, ja Frauen,

und fürchst nicht meinen brauenen Schild!

Zu Stücken will ich dich hauen vor meinen Augen

.

"Eur'n braunen Schild den fürcht ich klein,

der lieb Gott wird mich wohl b'hüten, ja b'hüten."

Da schlug der Knecht sein'n Herrn zu tot,

das g'schah um Fräuleins Güte, ja Güte.

Nun will ich heimgehn landwärts ein,

zu einer wunderschönen Frauen, ja Frauen;

ach Fräulein gebt mirs Botenbrot!

Eu'r Herre der ist tot auf breiter Heide, ja Heide.

 

"Und ist mein edler Herre tot,

darum will ich nicht weinen, ja weinen;

den schönsten Buhlen den ich hab,

der sitzt bei mir daheime, mutteralleine."

 

"Nun sattel mir mein graues Roß!

Ich will von hinnen reiten, ja reiten."

Und da sie auf die Heide kam,

die Liljen täten sich neigen auf breiter Heide.

Auf band sie ihm sein blanken Helm

und sah ihm unter sein Augen, ja Augen:

"Nun muß es Christ geklaget sein,

wie bist so sehr zerhauen unter dein Augen."

 

"Nun will ich in ein Kloster ziehn,

will'n lieben Gott für dich bitten, ja bitten,

daß er dich ins Himmelreich will lan,

das g'schah um meinetwillen, schweig stille!"

Cabalgaban un señor y su criado

por un mal campo, un mal campo,

y todo cuanto hablaban era

sobre una hermosa mujer, una mujer.

 

“Ay, escudero, mi querido escudero,

¿qué dices de mi señora, de mi señora,

y no temes mi escudo marrón?

Pedazos te he de hacer ante mis ojos”.

 

“Vuestro escudo marrón poco lo temo,

el amado Dios me protegerá, me

                                                  protegerá”

Y el criado mató de un golpe a su señor,

de una mujercita por los favores, los

                                                    favores.

 

“Ahora quiero regresar a mi país,

donde una hermosa mujer, una mujer.

Ay, mi señora, dame el pan del mensajero, 

vuestro señor ha muerto en el ancho

                                                      campo”.

“Si mi noble señor ha muerto,

por ello no he de llorar, llorar;

el más bello pretendiente tengo,

sentado conmigo a solas, a solas”.

 

“¡Ensilla mi caballo gris!

que partiré de aquí, sí partiré!”.

Y cuando llegó al campo,

las lilas se inclinaban en el ancho campo.

 

Ella levantó su brillante casco

y lo miró a los ojos:

“A Cristo es necesario rogar,

cómo estás cortado entre los ojos”. 

 

“Entraré a un claustro,

y a Dios por ti rogaré, sí rogaré,

para que al Cielo te lleve,

¡esto ha sucedido por mi causa, calla!”

 

NT: Según los comentaristas, este poema es antiguo, pues fue impreso en 1540, a diferencia de muchos otros de las colecciones de canciones folkóricas alemanas de Brahms, cuyos textos y melodías son de Anton Wilhelm von Zuccalmaglio (1803-1869), quien publicó como folklóricos o antiguos muchos cantos que eran de su propia autoría.