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Después de la masacre de Brucora, el Gran Duque ordenó a sus hombres destruir todos los hogares, cementerios y templos. Solo debían permanecer las estructuras administrativas, murallas defensivas y la ciudadela, todo lo útil para las legiones y los funcionarios que dentro de poco vendrían a establecerse de forma permanente. Porque desde ese momento, Brucora se convertiría en una Colonia Itálica en el auténtico sentido de la palabra. Sus nuevos habitantes serían traídos desde un territorio distinto del imperio: quizá itálicos de segunda clase, para reducir el exceso de población en la capital; o tal vez Brucora sería entregada como regalo a algún pueblo vasallo que hubiese hecho méritos militares y necesitara un lugar donde vivir.
Todos los brucios habían perecido, salvo unos pocos afortunados que no estaban en la ciudad en ese momento; pero eran demasiado escasos para considerarse un pueblo. Ahora eran apátridas, personas sin ciudad, sin tumbas donde reposasen sus ancestros y sin un lugar donde adorar a sus dioses. El destino de la mayoría de los supervivientes sería la esclavitud, la muerte por hambre o el asesinato a manos de bestias o bandidos. Nadie querría ayudarlos, pues no había ningún beneficio en ello. Además, hacerlo podría ser interpretado como un desafío al poderío de Itálica, y pronto no quedaría nadie en la región que se atreviese siquiera a murmurar en contra del imperio.
Durante el ataque, las legiones de Tiberio Claudio no solo habían acabado con los brucios, sino también con todos los líderes de las tribus seminómadas rebeldes que se refugiaban en la ciudad junto con la mayor parte de sus soldados. Es cierto que todavía quedaban asentamientos en las peligrosas ciénagas del interior, pero sin líderes y con la mayoría de sus hombres de guerra muertos, apenas representaban una amenaza que podía ser eliminada lentamente, aunque ahora ya no por un comandante de alto rango como un Cónsul, sino por simples Pretores al mando de una legión.
La rebelión en Costa Fangosa estaba efectivamente terminada, pero quedaba pendiente enviar un mensaje claro a las poblaciones cercanas, para que todos entendieran las consecuencias de desafiar a Itálica. Por ello, en cuanto se apagaron los últimos fuegos, se convocaron a representantes de todas las ciudades cercanas con una excusa inventada. El verdadero objetivo era pasear a estas personas por la ciudad para que viesen los restos destrozados de los hogares brucios y luego sirvieran de testigos para sus conciudadanos. El espantoso recorrido terminaría en lo alto de los muros de la puerta norte, donde el Gran Duque había ordenado apilar fuera de la ciudad a todos los cadáveres de los ciudadanos, más de ciento veinte mil personas, en una espantosa montaña de podredumbre y horror. Naturalmente, existía el riesgo de que se desataran terribles enfermedades con tantos cadáveres acumulados, especialmente en un territorio tan húmedo como esos manglares. Así que Tiberio Claudio ordenó que, en cuanto los emisarios llegaran y vieran el siniestro espectáculo, prendieran fuego a la montaña de cuerpos para reforzar el impacto psicológico y deshacerse de los muertos todo al mismo tiempo.
Los legionarios pasaron una tarde bastante miserable apilando cuerpos y derramando barriles de aceite y otros componentes inflamables sobre ellos, algunos con olores bastante penetrantes. Teóricamente, esto desanimaría a cualquier gran depredador de alimentarse de los despojos de Brucora. Cuando terminaron, la mayoría de las legiones ingresó en la ciudad para dormir temprano, pues al día siguiente comenzaría el espectáculo y Tiberio Claudio regresaría a Itálica. Los hombres ya soñaban con regresar a casa, con los bolsillos llenos del botín de guerra que les permitieron saquear. Solo quedaron afuera algunos grupos de legionarios que tuvieron la mala suerte de ser asignados a cuidar aquel siniestro montículo.
Cayó la noche, y algunas hogueras encendidas indicaban la ubicación de los campamentos de los guardias. Estos no estaban particularmente atentos al entorno, porque aunque formalmente aún se encontraban en territorio hostil, sus enemigos ya no contaban con ejércitos capaces de atacarlos. En realidad, la mayor amenaza eran las nubes de mosquitos atraídos por el calor y las hormigas que insistían en robar sus suministros.
Nadie notó una figura oscura con el rostro cubierto por una capucha y una máscara de tela, observando la ciudad desde los árboles cercanos. Su vestimenta era parte de un conjunto de armadura completo de una tonalidad que variaba entre distintas tonalidades de gris, el cual servía para camuflarse en la oscuridad mucho más que el negro puro. Esta indumentaria tenía muchas habilidades defensivas impresionante y también otras que favorecían que el usuario se pudiese mover en silencio, como suelas hechas con caucho en lugar del cuero grueso reforzado con clavos de metal que usaban los legionarios. Pero su característica más especial era que bloqueaba completamente la luminiscencia del Aura de Batalla.
Lo que usaba este misterioso personaje era una de las armaduras de Ejecutor especializadas del Manto Oscuro. Todos los Ejecutores eran combatientes de élite que actuaban en nombre del Emperador y casi siempre trabajaban en solitario o dirigiendo pequeños grupos de legionarios de élite. Los Ejecutores estaban por encima de la ley y podían matar sin juicio alguno e ingresar en cualquier lugar del imperio. Sin embargo, como sus misiones solían estar relacionadas con la eliminación de personajes peligrosos, preferían la discreción en sus misiones. De ahí que, entre los muchos recursos que podían solicitar a la orden, estuviesen estas armaduras diseñadas para la infiltración.
Observando la ciudad desde su escondite entre los árboles, el hombre enmascarado evaluó la situación. Cuando uno de los guardias terminó su ronda y se dio la vuelta para regresar, el hombre dio un potente salto de más de veinte metros. Si hubiese aterrizado en cualquier parte del suelo fangoso, habría provocado un fuerte sonido de chapoteo. Sin embargo, logró caer como un gato sobre la única gran roca que sobresalía en el entorno, usando sus cuatro extremidades con un control sobrehumano. Luego se movió silenciosamente de sombra en sombra, evitando con facilidad las miradas de los legionarios. Finalmente, llegó cerca del muro de la ciudad y el foso, donde la oscuridad era más densa.
Entonces comenzó a correr rápidamente, siguiendo la línea de sombra del muro, hasta que estuvo alineado con su objetivo: la montaña de cadáveres. Frente a ella, el hombre se agazapó como un depredador, memorizando el ritmo de los cuatro legionarios que vigilaban aquella pila maloliente. En el momento adecuado, desenvainó su espada y corrió alrededor de la montaña de cadáveres. Cada vez que pasaba junto a un legionario, blandía su espada, decapitándolo con una facilidad antinatural y sin provocar sonido alguno. Ni el cuero ni el metal de las armaduras detuvieron el filo. En menos de cinco segundos, todos los vigías estaban muertos. Solo el último de ellos pareció notar algo, pero la hoja de la espada resplandeció brevemente con un brillo plateado y el cuerpo del legionario se dividió en dos desde la cabeza hasta el suelo.
Ése era el brillo del Aura de Batalla de un Gran Caballero. La armadura de Ejecutor podía bloquear el resplandor, pero la espada no tanto. Aún así, el hombre fue tan rápido que, incluso si alguien lo hubiese visto, habría parecido una confusión.
Cuando estuvo solo, el hombre encapuchado se acercó a la montaña de cadáveres y se quitó los guantes y protecciones del antebrazo, revelando una piel clara cubierta de intrincados tatuajes, que no parecían pertenecer a la estética de Itálica. Pero la presencia de aquellos símbolos no era lo único sorprendente, sino también la ausencia del anillo con las tres joyas mágicas que todos los Ejecutores Imperiales deberían usar y que este hombre no llevaba puesto.
- ¡Sangre oscura, acude a mi llamada! ¡Rencor eterno, fortifica mi alma! - Susurró el hombre, extendiendo ambas manos como si quisiera abrazar a esos cuerpos muertos.
De repente, una energía carmesí empezó a emanar de los cuerpos apilados, como un viento impregnado del rencor, el dolor y el sufrimiento de aquellos ciudadanos masacrados, violados y asesinados de manera cruel. Era como si el ambiente mismo se llenara de los lamentos ahogados que resonaban en una frecuencia que solo el más profundo horror podía alcanzar.
La energía se movía con vida propia, serpenteando y zigzagueando en el aire antes de converger en los tatuajes del desconocido. Estos símbolos sobre su piel, brillando con una intensidad sobrenatural, comenzaron a absorber la energía que se desplazaba en un torrente continuo hacia su cuerpo como si fuesen bocas. A medida que la energía penetraba su piel, el hombre empezó a temblar. Sus músculos se contrajeron violentamente, y aunque intentaba no hacer ruido, un gruñido bajo y profundo se escapó de su garganta, como el de una bestia hambrienta atiborrándose de comida después de una interminable inanición.
Si Bryan hubiese estado ahí, hubiese apretado los puños con fuerza para mantener el control, pues aquella habilidad era extremadamente parecida al conjuro de Deimos.
La energía continuó fluyendo, incrementando su intensidad. El cuerpo del hombre, cada vez más fortalecido, parecía al borde de explotar. Sus ojos brillaban con un fuego infernal mientras contenía la marea de poder que amenazaba con desbordarse. La lucha interna se reflejaba en cada fibra de su ser, en cada estremecimiento que recorría su cuerpo. Era una escena de puro terror, una danza macabra entre la vida y la muerte.
Con un esfuerzo supremo, el hombre extendió aún más sus manos hacia adelante. Entonces toda la sangre de los cuerpos comenzó a fluir lentamente hacia él, como atraída por una fuerza invisible. Los arroyos nauseabundos serpenteaban entre los cuerpos, formando corrientes escarlatas entrelazadas que se extendieron como una horrible telaraña para luego confluir en un único río escarlata que fluía hacia las palmas del hombre. La sangre, ahora en el aire, parecía desafiar las leyes de la gravedad, flotando y concentrándose.
La sangre continuó reuniéndose, formando una masa cada vez más densa y oscura. Poco a poco, empezó a transformarse, reducirse y comprimirse hasta que toda se concentró en una única gota del tamaño de una perla. Esta gota flotó en el aire, emitiendo un brillo siniestro que parecía absorber la luz a su alrededor, creando un pequeño abismo de oscuridad pura.
El hombre rápidamente sacó un frasco de cristal misterioso, decorado con runas antiguas y símbolos arcanos. Con manos temblorosas pero decididas, capturó la gota de sangre en el interior del frasco. El cristal pareció absorber la luz de la gota, que continuó brillando intensamente mientras se asentaba en el fondo del recipiente.
El enmascarado observó el frasco con una mezcla de triunfo y temor. Sabía que lo que contenía era un poder inmenso y peligroso, una esencia maligna que podría cambiar el curso de la historia. Con el frasco bien guardado, miró una última vez a la montaña de cadáveres, ahora despojada de su energía, y se marchó rápidamente, dejando tras de sí una aquel escenario de horror y muerte.
Cuando estuvo lo bastante lejos, en un claro solitario bajo la luz de la luna, el enmascarado se detuvo. Entonces, finalmente se quitó la máscara y comenzó a soltar una risa que rápidamente se transformó en una aterradora carcajada que resonó en medio de aquel manglar, más aterradora que el rugido de cualquier bestia.
- ¡Excelente! ¡Que gran servicio me has prestado, Tiberio Claudio! - Cacareó, haciendo esfuerzos para contener los temblores que recorrían su cuerpo.
El hombre quería gritar de alegría. Pensar que su mayor enemigo le proporcionaría los medios para obtener un tesoro tan valioso para ofrecer como tributo. Seguramente el Gran Duque se sentía satisfecho con su victoria sobre Brucora por medio de traidores infiltrados, pero para este hombre aquello no significaba nada. Todas las artimañas de aquel viejo no significaban nada. Las tácticas demuestran astucia, y la astucia es el recurso de los débiles.
Alguien como él, nacido entre púrpura, valoraba la dignidad por encima de todo. En su opinión, el auténtico poder debía ser una fuerza abrumadora. ¿Y si había traidores? Los cortaría con su espada. ¿Había conspiraciones? Las aplastaría con un puño. Frente al poder absoluto, todos los juegos políticos del Senado y los aristócratas no eran más que una broma. Todos los seres humanos no eran nada más que escalones para servir en el ascenso de aquellos que eran verdaderamente excepcionales. ¡Y él estaba destinado a ser el más excepcional de todos! Ésas eran las palabras que su patrocinador le había susurrado al oído como un bálsamo dulce, otorgándole un nuevo sentido a su vida.
- Creen que sus planificaciones los van a salvar… ¡Qué tontos! - Declaró aquel hombre, levantando el frasco para examinar aquella diminuta gota de sangre increíblemente concentrada: - Esperen y muy pronto verán el nacimiento del verdadero gobernante. ¡El más poderoso del mundo! Uno que conquistará al Imperio Kasi, la Alianza Mercante de Tiro y cualquier otra potencia que se atreva a desafiarme. ¡Se arrodillarán o darán toda su sangre como tributo para mi grandeza! -
Así juró Lucio Augusto Máximo, Primer Príncipe del Imperio Itálico.
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Bryan esperó varios minutos, asegurándose de que la fénix realmente se había ido, antes de soltar un suspiro de alivio. Su intención inicial era relajarse un poco, pero descubrió que estaba mucho más agotado de lo que creía. Por eso, al aflojar su postura, sus brazos casi fallaron y estuvo a punto de soltar a Elena Teia. Afortunadamente, recuperó el agarre, pero perdió el equilibrio y terminó sentado con la joven en sus brazos.
“Genial, estuve a punto de romper la promesa de no lastimarla justo después de darle mi palabra a esa fénix.”
La criatura había sido el mayor fallo en todos los cálculos de Bryan. No podía entender cómo el Manto Oscuro no sabía nada sobre un maldito fénix protegiendo la ciudad de Helénica. Durante la negociación le habló con dureza, pero en realidad no tenía un método efectivo para lidiar con un ser inmortal y prefería evitar enfrentarla si era posible. Eso significaba que, incluso si sus planes de provocar un conflicto interno en Helénica tenían éxito, tendría que encontrar un modo de neutralizar a esa bestia o al menos alejarla sin ganarse su enemistad antes de conquistar la ciudad.
En cualquier caso, ese era un problema para otro momento. Bryan se sentía demasiado agotado, especialmente mentalmente. Llevaba mucho tiempo planificando y considerando miles de factores, así que necesitaba darle un descanso a su cerebro.
"Pero todavía no." Se dijo mientras se forzaba a continuar: "Todavía no hemos terminado con esto. La misión solo acabará cuando mis legiones y yo estemos de vuelta en Valderán."
Mientras luchaba contra el agotamiento, Bryan contempló a la mujer en sus brazos. Inmediatamente se sorprendió por lo frágil y joven que le parecía, algo que no había notado por el comportamiento altivo y arrogante que mostró durante su combate. Ahora, en la quietud de su inconsciencia, su aspecto revelaba una belleza etérea y sobrenatural.
Su cabello rojo, brillante como el fuego que ella controlaba, caía en suaves ondas alrededor de su rostro. Cada mechón parecía capturar y reflejar la luz del atardecer, dotándola de un halo cálido. Las pestañas largas descansaban sobre sus mejillas, creando sombras delicadas que resaltaban la palidez de su piel, casi como porcelana. En contraste con la dureza de su carácter, su rostro mostraba una vulnerabilidad que Bryan no esperaba encontrar.
Sus cejas, finamente delineadas, enmarcaban sus ojos cerrados que anteriormente brillaban con una intensidad abrasadora. Recordó cómo esas pupilas azules, profundas como un océano tormentoso, lo habían desafiado con fiereza, ocultando cualquier rastro de temor. Ahora, cerrados, le conferían una apariencia pacífica, casi serena.
La nariz de la Archimaga era pequeña y proporcionada, agregando un toque de suavidad a sus facciones angulosas. Sus labios, ligeramente entreabiertos, eran de un color rosa pálido, tentadoramente suave. Bryan no pudo evitar notar el contraste entre su dureza al hablar y la delicadeza que ahora percibía en la forma de su boca.
Su cuello, largo y esbelto, descendía hasta unos hombros delicados pero fuertes, evidenciando una gracia natural. El vestido imperial rojo que lucía, ajustado y elaborado con telas finas, se complementaba con placas de armadura dorada finamente decoradas con intrincados relieves. Cada pieza, diseñada meticulosamente, no solo ofrecía protección, sino que también realzaba tanto los aspectos esbeltos de su figura y acentuaba sus curvas con un toque de sensualidad divina.
Las placas doradas, aunque pocas, estaban estratégicamente colocadas para no interferir con su libertad de movimiento a la vez que destacaban su atractivo. Bryan pudo notar cómo el diseño realzaba su cintura, caderas y busto, otorgándole una apariencia majestuosa y, al mismo tiempo, peligrosamente seductora. Además, luego de su enfrentamiento las vestimentas de la Archimaga estaban dañadas, así que múltiples secciones de su piel desnuda ahora estaban expuestas para el deleite visual de cualquiera.
Al principio, Bryan quedó impresionado por la belleza de la joven, apreciando descaradamente cada curva de aquel hermoso cuerpo femenino, mientras su mente se dejaba llevar por sentimientos lujuriosos. Sin embargo, al volver a fijarse en su rostro inconsciente, de repente vio algo más: El profundo sufrimiento de una joven atribulada.
De súbito, tomó conciencia de que esta temible maga de fuego tenía solo 17 años. Naturalmente ya sabía esto por los informes, pero verlo personalmente era algo completamente diferente. A tan corta edad, esta joven estaba luchando cruentamente en un campo de batalla, enfrentándose a todo el horror de las guerras, sufriendo las intrigas políticas y cargando sobre sus hombros el destino de una Ciudad Estado. Mientras otras señoritas aristócratas en el Imperio estudiaban en la Academia Babilonia o vivían seguras en sus mansiones, bajo la protección de sus padres, sin más preocupaciones que prepararse ansiosamente para su primer compromiso, soñando con el amor, la música y compartiendo historias con sus amigas, esta joven que apenas había dejado de ser una niña estaba luchando por su vida todos los días.
Todo pensamiento lujurioso u oportunista desapareció en el interior de Bryan, siendo reemplazado por una inesperada compasión. Recordó cómo estuvo a punto de matar a Elena Teia y cuánto se esforzó para atravesar su corazón con aquella espada, y no pudo evitar sentir algo de remordimiento.
“No, no, no… ¡Recuerda que te destrozó hasta dejarte medio muerto!" Se dijo Bryan mientras sacudía rápidamente la cabeza: "Ahora que lo pienso, hubo muchos momentos en que Lisa me pareció adorable y ambas tienen edades parecidas… ¿Será que tengo algún tipo de anhelo desconocido por las jovencitas que intentan (o tienen éxito) en matarme? ¡Por los divinos, espero que no!"
Bryan desterró todos esos pensamientos inútiles de su mente y se concentró en lo que tenía que hacer. Elena Teia era un rehén valioso, pero también representaba un gran peligro, así que debía asegurarse de sellar sus poderes mágicos lo mejor que pudiese. En las prisiones más importantes de Itálica existían complejas matrices que cumplían esa función, pero Bryan no tenía los materiales ni sabía cómo hacer algo como eso.
Sin embargo, tenía algunas opciones.
Mucho tiempo atrás, cuando tuvo en su poder a la Alquimista Belinda, le colocó un sello mágico utilizando su propia sangre para rastrearla en todo momento y matarla cuando quisiese. Lamentablemente, al final ese sello había sido destruido de algún modo por el Gran Mago Egon del Culto de Caelos. Pero en su momento cumplió con su función y ahora Bryan era mucho más poderoso que antes, así que pensaba utilizar la Esencia Mágica para colocar algún tipo de restricción que impidiese a la Archimaga utilizar sus poderes.
Naturalmente, primero tenía que examinar el interior de su cuerpo. Así que colocó una de sus manos en la frente de Elena Teia… y casi la volvió a soltar por el asombro.
- ¡Todos sus Circuitos mágicos están sobrecargados! - Exclamó.
El contragolpe mágico
Uno de los mayores peligros que enfrentaban los magos eran los Contragolpes Mágicos, los cuales ocurrían por diversos motivos, desde un descuido del propio mago hasta el que un factor externo que interrumpiese el desarrollo del hechizo. Sin embargo, la causa más común para un Contragolpe era que el mago intentase utilizar poderes que excedían su capacidad o que intentaran alterar excesivamente el equilibrio natural del mundo, motivo por el cual muchos los consideraban una retribución divina.
Cuando ocurría un Contragolpe, los conjuros, hechizos o encantamientos que se estaban ejecutando entraban en un estado de caos completamente impredecible, que generalmente se volvían contra la persona que lo había desatado.
El grado de daño que un Contragolpe causaba podía variar mucho dependiendo de la magnitud de la magia que inicialmente se intentaba realizar. Las consecuencias solían ser explosiones, temblores o diversos eventos que generalmente provocaban heridas graves al propio mago, aunque también podían llegar a desatar auténticos cataclismos.
Uno de los Contragolpes Mágicos más famosos de la historia ocurrió en la antigua nación insular de Oceánida, un poderoso imperio marino que poseía la flota de barcos de guerra más temida de su tiempo. Su gobernante era un Mago Supremo de Agua que, en su arrogancia, trató de realizar un inmenso conjuro para controlar todas las mareas del mundo, pero lo que provocó fue que su país fuese tragado por las aguas y ahora en su lugar había un inmenso remolino que se tragaba cualquier barco lo bastante descuidado como para acercarse. Desde entonces, la Tragedia de Oceánida se había convertido en un ejemplo citado por todos los magos del mundo cuando enseñaban sobre los peligros de abusar del poder de la magia.
Afortunadamente, casos tan extremos como los de Oceánida no habían ocurrido desde hacía quinientos años, por lo menos hasta donde Bryan sabía. Pero el riesgo de los Contragolpes Mágicos no dejaba de ser un factor constante que todos los magos tenían que tener en cuenta siempre, sobre todo cuando luchaban. Por eso estos fenómenos estaban muy documentados.
Una segunda consecuencia del Contragolpe Mágico, además de la magia descontrolada, era que quienes lo sufrían experimentaban una fuerte sobrecarga de los circuitos mágicos en el interior de sus cuerpos. Si esta era lo bastante fuerte, perdían temporalmente la capacidad de usar sus poderes. Eventualmente los circuitos mágicos sanaban, pero el tiempo que demoraban en recuperarse dependía de la fuerza del contragolpe: a veces podía ser un día o a veces semanas.
También existían ejemplos más severos registrados en los libros de magia avanzada sobre magos que sobrevivieron milagrosamente a los desastres provocados por su contragolpe, pero terminaron arruinando sus circuitos mágicos más allá de cualquier reparación, perdiendo para siempre su habilidad para usar la magia.
En el caso de Elena Teia, el daño a sus circuitos mágicos era tan severo que no sería raro que no pudiese usar la magia por varios meses. Mientras Bryan reflexionaba sobre esto, recordó la apariencia de la fénix después de la fusión con la Archimaga: su aspecto agotado, la incapacidad para mover sus alas y el tono casi ceniciento de varias de sus plumas. Si las leyendas sobre los fénix eran ciertas, esa apariencia solo se esperaba cuando estaba muy cerca de morir.
"Creo que la fénix recibió la parte más calamitosa del contragolpe mágico o de algún modo logró direccionarla hacia sí misma. Aun así, Elena tuvo que sufrir la sobrecarga de sus circuitos mágicos. Lo que todavía no sé es si este daño sufrido se debe a que las obligué a separarse o si es una consecuencia natural de esa extraña combinación." se dijo Bryan.
Entonces reparó en algo que no le había llamado la atención antes: cuando negociaba con la fénix, mencionó que tendría que sellar los poderes de Elena, pero la ave no hizo ningún comentario al respecto. Bryan pensó que se trataba de un descuido, pero ahora se daba cuenta de que probablemente la fénix ya sabía que, después de la fusión, su hermana menor perdería sus poderes mágicos por una larga temporada.
Otro importante detalle a considerar era el hecho de que no existían registros de Elena utilizado esa transformación que le daba el poder de una Cuasi Suprema. La Archimaga debería haberla utilizado para expandir el poder de su ciudad o derrotar a campeones como Atreo Mikel o Ilo Tros. Esta contención suya no tenía sentido a no ser que supiese que, después de utilizar este poder, estaría indefensa durante un largo periodo de tiempo.
"Después de todo, es imposible que uno se fortalezca tan rápidamente sin pagar un alto precio." Concluyó Bryan finalmente, mientras negaba con la cabeza: "Bueno, quizá sus circuitos no estarían tan dañados si no hubiese perdido contra mí, pero definitivamente tenía que haber consecuencias negativas por usar esa fusión tan aterradora."
En cualquier caso, ahora Bryan podía estar seguro de que no tendría que preocuparse por sufrir un repentino bombardeo de hechizos de Elena cuando se despertase. Así que después de descansar unos minutos, volvió a levantarla en brazos para dirigirse al campamento de Ilión. Pero antes, se aseguró de cambiarse de ropa, pues se dio cuenta de que sus prendas estaban bastante dañadas tras el último enfrentamiento con la Fénix.
“Es la segunda vez que me tengo que cambiar… No recuerdo otra batalla en la que haya tenido que reemplazar mi equipamiento tantas veces en un solo día.”
Lamentablemente, como estaba sumamente agotado y ya no poseía a sus Espectros Oscuros, acabó perdiéndose un poco al caminar por una zona en donde la hierba carmesí era particularmente alta. También fue pura casualidad que ninguno de los grupos de exploradores itálicos llegó a verlo.
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Desde los muros de la empalizada, el Tribuno Marcio divisó la estela resplandeciente que dejó la Fénix al marcharse volando como una centella. En ese instante, comprendió que el combate entre Elena Teia y su general había concluido. Sin embargo, el conjuro de Dominio Necromántico había abarcado una zona extensa hasta que Bryan lo disipó, dejando a todos en incertidumbre sobre la ubicación exacta de su Procónsul en el Campo de Sangre. En primer lugar, porque las sombras de la cordillera, proyectadas por el sol del atardecer, se cernían sobre la planicie, dificultando la visibilidad. Además, las explosiones durante la lucha entre los magos fueron tan numerosas como confusas. Por último, estaba el hecho de que nadie imaginaba que su comandante en jefe pudiera estar allí, ya que lo habían dejado junto a su guardia de Lictores en el Monte Ida.
La mayor interrogante en los corazones de todos era el resultado final del enfrentamiento. Si su general había logrado vencer a Elena, sería lo mejor. Pero también podría estar herido, así que era imperativo enviar un grupo para escoltarlo hacia el campamento abandonado por Ilión. En cambio, si la fortuna les resultaba adversa, entonces debían prepararse para sufrir la ira de una Cuasi Suprema. Este sería el peor de los escenarios, ya que era poco probable que muchos sobreviviesen si ella los atacaba, aunque también era posible que la Archimaga hubiese resultado herida en su enfrentamiento con Bryan y eligiera marcharse directamente a Helénica.
En esas circunstancias, su mejor opción desde un punto de vista táctico era refugiarse en el interior de los campamentos y aprovechar sus defensas. También tenían muchos heridos que atender, quienes no podrían pelear y algunos no sobrevivirían si no los ayudaban de inmediato. Además, en el campamento de Helénica aún debían apagar el incendio provocado por los hoplitas justo antes de retirarse. Por todos estos motivos, Marcio y Druso optaron por un enfoque defensivo y solo enviaron unos pocos grupos de exploradores para averiguar lo sucedido, aunque no tenían mucha experiencia en rastreo.
Como Bryan avanzaba lentamente llevando a Elena en sus brazos, y se desvió del camino sin darse cuenta unas cuantas veces, los vigías solo vieron que su Procónsul se aproximaba cuando ya habían pasado un par de angustiantes horas desde el fin del combate. Sin embargo, su figura imponente, con la capa negra ondeando al viento, significó mucho para aquellos hombres que, por primera vez tras muchos años de deshonor, comenzaban a entender que la lucha de aquel cruento día había terminado. Y lo que era aún más importante: había terminado con ellos siendo victoriosos.
Los hombres comenzaron a vitorear mientras algunos corrían a abrir la puerta a su líder, pero guardaron silencio al ver a la hermosa joven que llevaba en sus brazos. Su belleza electrizante los dejó sin aliento por un segundo. Después, repararon en que sus ropas estaban rotas en lugares reveladores, mientras que las del Procónsul estaban pulcras. No sabían que Bryan había reemplazado sus prendas quemadas por unas nuevas, lo que acentuaba aún más el contraste entre ambos. Finalmente, la expresión de agotamiento de Bryan, naturalmente atribuible al combate recién librado, provocó que la imaginación de muchos se disparase en una dirección diferente, preguntándose rápidamente qué habría ocurrido entre ambos durante las horas transcurridas entre su llegada al campamento y el fin del enfrentamiento.
Normalmente, Bryan se habría dado cuenta rápidamente de este cambio de humor entre sus tropas. Pero estaba tan agotado mentalmente que solo prestó atención a escuchar el informe preliminar de sus Tribunos. Después de tantos días esforzándose al máximo y sin cerrar los ojos, lo que más deseaba era dormir al menos un par de horas. Además, sus hombres necesitaban descansar tras el esfuerzo de la batalla, y lo mismo podía decirse de sus enemigos, que seguramente estaban derrumbados en algún poblado cercano, lamiéndose las heridas de su derrota. Así que no esperaba ataques sorpresa en los próximos días. Sin embargo, antes de cualquier intento de reposo, Bryan necesitaba asegurarse del asunto que tenía entre manos, o mejor dicho, en sus manos. Después de todo, más de la mitad de aquellos que pertenecían a las Legiones Malditas habían sido bandidos y violadores, especialmente en la VI Legión. Necesitaba garantizar que Elena estuviera en un lugar seguro y, sobre todo, dejar muy claro que nadie debía tocarla bajo ningún motivo.
El problema era que estaba exhausto. Bryan activó sus poderes para desprender una energía amenazante, pero tuvo dificultades al momento de elucubrar sus palabras.
- ¡Escuchen bien, malnacidos! - Gritó Bryan para que todos lo escuchasen: - Esta mujer es mi… -
En ese momento, se dio cuenta de que no podía pronunciar la palabra "rehén", porque alguien podría registrarlo en el informe que se enviase a Itálica. Legalmente, todos los prisioneros de guerra estaban bajo la autoridad del Senado o la familia imperial. Y aunque tradicionalmente estos eran entregados al general victorioso y a sus tropas como parte de su botín de guerra para ser vendidos como esclavos, también podía suceder que le ordenasen enviar a Elena Teia a Itálica. Bryan recordó la cara del pervertido Segundo Príncipe y la amenaza omnipresente de Tiberio Claudio. ¡Seguro que alguno de ellos intentaría quitársela, aunque sea para fastidiarlo!
Además, si contra todo pronóstico ocurría un milagro y la Fénix se presentaba con el dinero sin que Bryan tuviese a su prisionera... la situación sería desastrosa.
- … Esta mujer… - Se corrigió Bryan rápidamente: - Me pertenece a mí. ¡Cualquiera que ose tocarla sufrirá las consecuencias! -
Legionario 1 (En voz baja a su compañero): - Mira cómo la lleva, seguro que todo este tiempo ha estado disfrutando de esa hermosa mujer. ¡Por eso no quiere soltarla! -
- Volveré a decirlo por si acaso: ¡Si alguien se atreve a ponerle una mano encima, lo haré arrepentirse de haber nacido! -
Legionario 2 (susurrando): - Vaya, parece que nuestro comandante ya la ha hecho suya y no quiere compartir. -
- Esta mujer es mía por derecho de captura. - Continuó Bryan, refiriéndose a las costumbres tradicionales del ejército, en lugar de citar las normas legales: - A partir de ahora está bajo mi protección. Si alguien la quiere, primero tendrá que pasar por encima de mi cadáver. Y les aseguro que no será fácil. -
Legionario 3: - Ya lo escucharon, chicos. Nuestro general la ha marcado como suya. Mejor no meterse en su camino. -
- Así que manténganse alejados de ella. No quiero ver ni una sola mirada lasciva ni un comentario indebido. Porque si me entero de algo, lo pagaréis caro. Además, puede parecer indefensa ahora, pero no se equivoquen: Es tan peligrosa como una fiera. -
Legionario 4 (En voz baja): - Está claro, ¿no? Debió combatir como una fiera mientras el general la penetraba. Ahora la ha domado y no quiere compartirla con nadie. -
Bryan por fin notó algo extraño en la voz del soldado que acababa de hablar, como si hubiese un doble sentido oculto. Pero, rodeado de tantos legionarios y sin la energía necesaria, decidió ignorarlo por el momento y se marchó con Elena en sus brazos.
- Descansaré por un par de horas y me la llevaré conmigo. - Comunicó Bryan mirando a Druso y a Marcio: - Necesito reponerme antes de tomar decisiones importantes. - Pensó que su mejor opción era meditar cuanto antes para que la Esencia Mágica actuase lo más rápido posible, así que añadió: - Los dejo a ustedes a cargo de todo, pero que nadie me moleste durante mi descanso. Además, quiero utilizar la tienda de campaña más alejada. -
“Ahora que no tengo a mis Espectros Oscuros, mis propios sentidos son la mejor forma de detectar a cualquier intruso.” Pensó Bryan mientras comenzaba a caminar.
Legionario 5 (murmurando ceñudo): - ¿Todavía quiere seguir penetrándola? ¿Acaso el general quiere matarla con su verga? -
Legionario 6 (dijo a su compañero con una sonrisa pervertida): - No querrá que oigamos los gemidos. -
Incluso Druso miró a su amigo de un modo curioso durante un segundo, pero luego asintió militarmente y se apresuró a conducirlo hasta la tienda más alejada del resto, que naturalmente era el cómodo pabellón privado de Ilo Tros, edificado en lo alto de una colina, con mucho espacio para darle privacidad al gobernante de Ilión.
En cuanto entró, Bryan se sorprendió por el despliegue de opulencia y lujo. Los postes que sostenían la estructura eran de madera finamente tallada. Las telas que cubrían el techo estaban hechas con ricos brocados carmesíes y bordadas con hilos de oro en intrincados patrones. El suelo estaba lleno de alfombras lujosas, cojines de seda y terciopelo que dotaban todo el ambiente con un abanico de colores. En el centro se alzaba una mesa de mármol blanco con vetas doradas, sobre la cual había una hermosa escultura de plata que servía como recipiente para contener incienso, el cual en ese momento estaba encendido.
Las paredes de la tienda estaban decoradas con varios tapices que representaban escenas de heroísmo, todas ellas protagonizadas por un joven de cabellos rubios con una sonrisa intrépida y ojos celestes. En un rincón de la tienda, había un diván recubierto de terciopelo púrpura, con patas de oro macizo en forma de garras de león, sobre el cual se desplegaba una piel de tigre blanco, símbolo de poder y dominación. Encima del diván, una estantería de ébano con incrustaciones de nácar exhibía rollos de pergamino, cada uno protegido por finas fundas de seda bordada.
Finalmente, en el extremo opuesto de la entrada, se alzaba un imponente trono de oro macizo.
“Parece más una residencia palaciega que una tienda de campaña.” Pensó Bryan con gesto desagradable. A él también le gustaba el lujo, pero esto era excesivo, sobre todo en pleno campo de batalla. Además, resultaba evidente que los tapices eran retratos del propio Ilo Tros: “¿Qué clase de persona decora su habitación con tantos retratos de sí mismo?”
Suspirando, Bryan se dirigió hacia la cama con Elena Teia. No fue difícil encontrarla tras los gruesos doseles tallados en pan de oro y las cortinas de seda roja que la cubrían. Al abrirlos, se encontró con una colcha bordada con hilos de plata que representaban jabalíes intrépidos, junto a numerosas almohadas de plumas envueltas en seda, elegantemente amontonadas en la cabecera.
Bryan depositó a Elena en la cama con pocas contemplaciones y la cubrió con la frazada para protegerla del frío. Luego se sentó sobre algunos cojines en el suelo y cerró los ojos, concentrándose en hacer circular la Esencia Mágica dentro de su cuerpo para regenerar sus heridas internas. Sabía que Elena no despertaría pronto, así que dejó de preocuparse y finalmente se permitió dormir.
No tenía idea de que en ese momento un hervidero de rumores se estaba desatando. Los Tribunos intentaron en vano silenciarlos, instando a los hombres a concentrarse en las tareas pendientes, pero el murmullo persistía. Con la llegada del anochecer, todos estaban convencidos de que su Procónsul estaba gozando de los placeres carnales con su nueva prisionera, y por eso no quería ser interrumpido.
Incluso los oficiales tenían dificultades para pensar de otro modo, pues aunque los soldados desconocían muchos detalles, los líderes militares participaban en el Consejo de Guerra donde se discutían detalles importantes e información sobre sus enemigos. Así que Marcio, Druso y Silano conocían los rumores de que el Gobernante de Ilión estaba obsesionado con la Arconte de Helénica y también que ella, al parecer, correspondía a esos afectos.
Ahora, el Procónsul se regocijaba en su victoria militar penetrando a aquella hermosa Archimaga sobre la misma cama de Ilo Tros, humillando completamente a estos dos gobernantes y presuntos amantes.
La imaginación de los Legionarios
Hola amigos, soy Acabcor de Perú y hoy es miércoles 09 de julio del 2024.
Como muchos saben, he estado enfermo en los últimos días, lo que ha dificultado la producción de este capítulo. Además, me resulta complicado recordar todas las referencias que incluí, ya que las escribí en diferentes momentos. Antes de enfrentar el dolor que me llevó al médico, logré escribir la parte en la que Bryan examina el cuerpo de Elena Teia. En ese momento, muchas ideas vinieron a mi mente, aunque ahora no las recuerdo todas. Principalmente, estaba pensando en una escena de la película Spider-Man 2 con Tobey Maguire, donde los ciudadanos ven por primera vez el rostro de Peter Parker después de su pelea en el tren con el Doctor Octopus. Uno de ellos menciona que debajo de la máscara del héroe idealizado se encuentra simplemente un chico común y corriente, aparentemente más joven que el hijo del mismo ciudadano que acabó de salvar.
Posteriormente, bajo los efectos de analgésicos y antibióticos, se me ocurrió añadir la escena del Príncipe Lucio alimentándose de cadáveres. Esta parte del capítulo requirió numerosas correcciones y reenvíos, principalmente debido a los errores que cometía a causa de los síntomas de mi enfermedad. En ese momento, me inspiré en un pasaje de la novela china 'Peerless Martial God', donde un príncipe malvado, quien había fingido ser amigo del protagonista, resulta ser en realidad un 'cultivador' malvado que absorbe la energía de los muertos en cada batalla del protagonista. Este personaje me pareció inicialmente fascinante, pero lamentablemente fue eliminado rápidamente como un villano secundario. Fue un desperdicio narrativo, en mi opinión.
Escribí la última parte cuando ya me sentía un poco mejor. Aun así, tenía dudas sobre si el tono cómico sería una buena adición o si el contraste con la escena inicial resultaría demasiado forzado. Sin embargo, decidí intentarlo. En la novela original, el autor Ni Can Tian también difunde el rumor de que Bryan había violado a Elena, pero la forma en que lo introduce es un poco ridícula: el protagonista literalmente encierra a Elena en su habitación y luego se va de aventuras en secreto durante un mes. Como a NADIE se le ocurre buscarlo durante ese tiempo, todos asumen que está dentro de la habitación con Elena, sin comida ni agua. Admito que es algo chistoso, pero no creo que sea la mejor manera de manejarlo.
Espero que la nueva versión les parezca mejor.
Revisé el grupo y vi que alguien mencionó la infame escena de pasión forzada entre Emily y Bryan. También he recibido comentarios al respecto en Instagram, y parece que a muchos no les gusta. Honestamente, a mí tampoco me agrada mucho. Sin embargo, si leen suficientes novelas chinas, verán que es bastante común que los protagonistas tengan su primera relación sexual con una mujer a la fuerza. Yun Che lo hace en la novela 'Against the Gods', lo mismo ocurre con Jun Moxie en 'Otherworldly Evil Monarch', y también con Ye Mo en 'Strongest Abandoned Son'.
Como pueden ver, es un tema recurrente en este tipo de novelas, aunque generalmente se presenta con alguna excusa: la protagonista está drogada con un potente afrodisíaco que la matará si no lo hace con un hombre, deben realizar una ceremonia para salvar a una chica moribunda que implica tomar su virginidad, o están atrapados en una dimensión de la cual no pueden salir hasta que lo hagan. Aunque a veces, los autores chinos se despojan de hipocresías y van directo al grano. Por ejemplo, el autor de 'The Great Demon King', Ni Can Tian, tiene otra novela llamada 'God of Slaughter', en la que el protagonista Shi Yan literalmente viola a una chica y luego la mata mientras afuera sus soldados están matando a la familia de ella. En este caso, se trata de la hija de un clan enemigo que intentó matar a su padre… pero igual creo que eso fue demasiado y no hay excusa que valga.
En ese momento no estaba modificando la novela en sí, sino simplemente mejorando la redacción, así que me limité a mejorar un poco el evento para reducir el impacto y romantizarlo lo más posible. Pero honestamente, cuando pienso en cómo cambiarla si se da la ocasión, no se me ocurre cómo hacerlo sin tener que reescribir capítulos enteros del libro. ¿Cómo debería establecer la relación con Emily? Es muy complicado.
Además, no es lo más terrible que he leído. En la ficción, uno puede romantizar casi cualquier cosa, algunas mucho peores que una relación forzada. Consideren la novela y las películas de Crepúsculo. Dejando de lado el insulto que hicieron al concepto del vampirismo, cuando consideran la relación de Eduardo con Bonita… él básicamente siempre le dice qué hacer, dónde estar, con quién puede o no puede ser amiga, rechaza todas sus opiniones, la sigue en secreto, la vigila mientras duerme sin su consentimiento, de hecho, la vigila todo el día y constantemente la pone en peligro. Al menos eso fue lo que me pareció cuando una chica que me gustaba me obligó a ver la película con ella, y ustedes ya saben las estupideces que aceptamos hacer los hombres para llamar la atención.
En fin, creo que era la número 2 y no le presté mucha atención, pero recuerdo que Eduardo llevó a Bonita dentro de un bosque por la noche, el mismo bosque donde antes ya había muerto gente, y ahí la abandonó en medio de la espesura para “terminar con ella para que estuviese a salvo”. Por algún motivo, esa chica lloraba como si estuviese viendo Romeo y Julieta. Pero yo solo podía pensar: “¿Qué carajos estoy viendo…?”.
Creo que el mejor comentario que he escuchado al respecto fue de los youtubers de "Cinema Therapy". Ellos dijeron: Edward corteja a Bella… del mismo modo que Batman amenaza a los criminales. Y esto fue antes de saber que Robert Pattinson había sido elegido para protagonizar 'The Batman', una película que sí recomiendo mucho.
Pero volviendo a mi punto, creo que es importante diferenciar apropiadamente entre fantasía y realidad. Un día el director, actor y comediante de EE.UU. Woddy Allen sorprendió al mundo entero anunciando que se iba a casar nada menos que con su hijastra. Él y su ahora exesposa habían adoptado a un niña vietnamita, pero cuando Soon-Yi Previnaños cumplió 17 años de pronto ambos “descubrieron que estaban enamorados” e iniciaron una relación a pesar de que los separan unos considerables 35 años. Hugh Hefner, fundador de la revista Playboy, tenía 85 años cuando se casó con Crystal Harris, de 25 años, en 2012. El líder de los Rolling Stones, Mick Jagger comenzó una relación con la bailarina Melanie Hamrick cuando él tenía 70 años y ella 27, una diferencia de 43 años. El productor musical David Fosterse casó con la cantante Katharine McPhee a pesar de que a ambos los separan unos 35 años.
Ahora bien, en todos estos casos, sobre todo con el primero, la sociedad ha expresado una gran indignación y se ha escandalizado por estos hechos, y creo que es entendible. ¿Alguien quiere imaginar siquiera a un viejo verde cortejando a una mujer que podría ser su nieta? Sin embargo, cuando se trata de Edward y Bella, parece que hay toda una generación de adolescentes y madres frustradas que aplauden esta relación ficticia, a pesar de que, matemáticamente, ambos tienen una diferencia de edad de 87 años y encima inician su relación cuando Bella tiene 17, lo que significa que es menor de edad, incluso en EE.UU.
Asco.
Si se preguntan por qué sé todos estos datos, es porque la chica que me obligó a ver "Crepúsculo" con ella al final no me dio bola. Quería que fuéramos “amigos”. Así que me esforcé en encontrar temas de conversación con los cuales molestarla cada vez que nos reuniéramos en el comedor de la universidad, sabiendo que esa era su película favorita. Admito que fue doloroso averiguar tantos datos sobre una serie de libros que considero el mayor pajeo mental femenino literario que he conocido, pero valió la pena al ver toda la gama de expresiones de ira ella que ponía cada vez que sacaba el tema de lo asqueroso que era Eduardo en realidad. Y es que a ella le encantaba conversar sobre Crepúsculo en el comedor, con toda la clase reunida… hasta que yo decidí hacer mis aportes. Creo que nunca imaginó que le dolería tanto dejar a alguien en la zona de amigos.
Además, las películas se fueron poniendo tan malas que llegó un momento en que mis amigos y yo hicimos una especie de deporte en encontrar más cosas de las cuales burlarnos: las absurdas actuaciones, los diálogos ridículos, las situaciones estúpidas. Y cuando finalmente el perro Jacobo se enamora de la hija de Bonita con ese nombre impronunciable… Bueno, ¿tengo que decir algo más? Puedo entender el retorcido espíritu de: si no puedes enamorar a la madre, pues que mejor que enamorar a la hija. Pero estoy seguro de que hay un límite del tamaño de un continente entero cuando estamos hablando de un recién nacido. De hecho, me parece recordar que Jacobo dijo en un diálogo que en realidad siempre estuvo enamorado realmente de la hija todavía no nacida de Bonita, incluso antes de que fuese concebida.
O sea, que Jacobo en realidad sentía atracción por un óvulo… ¿Eso todavía es pedofilia o se trata de un grado de perversión jamás visto en la imaginación humana?
Y sin embargo, había multitudes de mujeres que aplaudían y lloraban y compraban camisetas y pedían más novelas. Cuando se trataba del viejo enfermo de Woody Allen, se rasgaban las vestiduras, pero con el Perro rarísimo y el Vampiro Viejo Verde, todas se tiraban al piso en su momento. Y esto luego llevó a toda una tendencia de personas que publicaban historias raras como 50 Sombras de Gris, aunque ya para entonces mis neuronas no resistían más el castigo, así que ni me enteré de que iba el asunto con esa trama.
¿Por qué? ¡Porque todos se veían lindos en el poster!
Eso es lo que tiene la fantasía: se trata de extraer un aspecto de la realidad y luego romantizarlo. Ejemplo: En la vida real, las princesas no eran particularmente bonitas debido a que las familias reales solo se casaban entre parientes, lo cual generaba muchos problemas de salud. Sin embargo, también eran inteligentes, tenían una educación especial y poseían astucia política. Al momento de crear una historia, simplemente omitimos la parte que no ayuda a emocionar al lector y dejamos aquello que es posible que funcione.
En la vida real, un narcotraficante no es más que un farmacéutico malhumorado que resuelve todos sus problemas con violencia y vive fuera de la ley. Sin embargo, series como Breaking Bad o Narcos los convierten en mentes maestras del crimen que controlan el mundo de las sombras. En la fantasía, los piratas suelen ser retratados como carismáticos aventureros que navegan en barcos majestuosos en busca de tesoros. En la vida real, los piratas son criminales vulgares, borrachos y violentos igual que cualquier banda de ladrones, solo que operan en el mar en lugar de en tierra.
En el anime, los ninjas suelen ser representados como guerreros ágiles y habilidosos con técnicas de combate y espionaje únicas. En la vida real, los ninjas históricos eran simplemente panaderos, jardineros o básicamente cualquier persona que sirviese como espía y la mayoría de ellos no estaba entrenado en combate porque su función principal era recolectar información, no asesinar a nadie.
Lo mismo ocurre con los romances. ¿Quién en la vida real querría realmente estar en un Harem? Seguro es divertido la primera semana, hasta que a todas les llega ese día del mes. ¿Quién querría estar con una Tsundere? Si a mí una chica me insulta, yo me alejo de ella inmediatamente y si sigue fastidiando llamo a seguridad.
Y cuando hablamos de sexualidad… Bueno, ahí estoy abriendo la Caja de Pandora, ¿verdad? Digo, dejando de lado todos los sueños adolescentes que nunca llegan a cumplirse, están todas esas cosas que la psicología llama Parafilias y que yo simplemente llamo Perversiones: Zoofilia, es decir la atracción sexual por animales. Necrofilia o sea atracción sexual por los muertos. No pienso ir más allá. Mi punto es que, si consideramos todas esas “filias” que hay por ahí, ¿de verdad es tan raro que alguien tenga fantasías con forzar una relación o ser forzado en una relación? De hecho, creo que toda la industria del Bondage se basa en eso y que Dinamarca o Suecia viven literalmente de fomentar estas prácticas.
Pero naturalmente todo esto tiene lugar dentro de la Fantasía y nunca debe interpretarse como un deseo real ejercer violencia o coerción. Yo de niño he fantaseado muchas veces con matar a mi padre cuando me castigaba sin poder ver Dragon Ball Z, pero nunca le hice daño más allá de comerme su porción del almuerzo por accidente. Muchas veces soñé con prenderle fuego a la casa del matón del barrio, pero ahora ni siquiera me acuerdo su nombre. Más adelante, el comandante del batallón en el que servía cuando fui soldado se convirtió en el blanco de todo tipo de horribles planes imaginarios en las que involucraba las bayonetas de mi fusil y cuarto entero lleno de granadas activadas, pero hasta el día de hoy intercambiamos saludos en navidad por Facebook.
La fantasía es precisamente divertida porque sabemos que no es real. Es emocionante porque nunca será real. Con todo el amor que tengo por la historia de Roma, ¿creen que nunca he fantaseado con dar un golpe de estado y unificar América Latina en un único y poderoso imperio que luego someta a todas las demás naciones? ¡Todos los días le dedico al menos 10 minutos a ese sueño particular! Pero en la vida real no aceptaría ni ser regidor en la municipalidad de mi distrito.
Naturalmente, eso no significa que deba gustarme algo simplemente porque es fantasía. Hay muchas obras espantosas, como Crepúsculo, que sinceramente me producen náuseas y preferiría que nunca se hubieran escrito. Porquerías como The Acolyte ni siquiera entran en el ámbito de la fantasía, porque para eso uno tiene que imaginar, y eso es un proceso mental que no creo que los escritores de esa serie sean capaces de realizar.
A mí me molesta mucho cuando el protagonista de una historia se hace el sueco (expresión peruana) y finge que no se da cuenta cuando la chica más linda prácticamente se le ofrece con bandeja y todo. Me molesta mucho el escenario donde “los demonios en realidad son los buenos” y “los humanos son los racistas intolerantes”. No puedo ver una película del Planeta de los Simios, porque no soporto la idea de que toda la civilización humana sea sometida por un grupo de chimpancés que de repente pueden pensar. Eso es estúpido. No basta con saber pensar para neutralizar todo el poderío militar de una nación, necesitas años de entrenamiento especializado para manejar un helicóptero de guerra y con sólo uno de esos puedes matar a todos los monos que haya en EE.UU.
Así que entiendo por qué hay gente que rechaza la idea de que el protagonista haya violado a una mujer, incluso bajo los efectos de un embrujo (Esencia Mágica). A mí tampoco me agrada esa idea. Pero tampoco creo que el hecho de que a alguien le guste esa escena signifique que tenga problemas o que deba sentirse mal por eso. Es importante recordar que se trata de una fantasía, no de un manual de instrucciones ni una lista de deseos por cumplir. No implica que la persona realmente desee abusar de alguien. Simplemente refleja que hay aspectos de la dominación extrema que resultan eróticos para muchas personas, incluidas las mujeres.
De hecho, según lo que me dijo un psicólogo con el que hablé, es común que muchas mujeres fantaseen con ser sometidas a la fuerza. Sin embargo, esto no significa que deseen realmente ser atacadas en la vida real. En situaciones reales, encontrarían la experiencia no solo no atrayente, sino todo lo contrario.
En fin, reflexiono sobre esto porque pronto tengo que sacar mi cita médica y naturalmente estoy evitándola. Procrastinar es lamentablemente un mal universal del que a veces ni yo puedo liberarme. Además, también estoy indeciso sobre si debería dejar esa escena con Emily o eliminarla por completo. Si decido sacarla, ¿con qué la reemplazaría? Realmente no se me ocurre ninguna alternativa adecuada.
Me interesa mucho oír sus opiniones al respecto y también sobre el capítulo: ¿Cuál fue tu parte favorita? ¿Te gustó cómo se presentó el “personaje misterioso”? ¿Te sorprendió que fuese el príncipe Lucio? ¿Qué te pareció la reacción de Bryan y las consecuencias de la fusión de Elena con la Fénix? ¿Qué opinas del estilo que usé para generar el “malentendido” de la relación entre Elena y Bryan? ¿Cómo crees que se desarrollará la historia en el próximo capítulo?
Finalmente viene la parte en la que le suplicó de rodillas que por favor realicen donaciones a mi cuenta de patrio porque realmente las consultas médicas están generando gastos significativos en mí ya delgadísimas billetera. También pueden ayudarme haciendo depósitos en YAPE mi cuenta del banco BCP. Naturalmente no dejen de mencionar cualquier error ortográfico o de la trama que se me haya podido escapar para poder corregirlo en el menor tiempo posible.
¡Nos vemos en el siguiente capítulo!