280 Huesos de ballena y sangre cristalizada

- ¡Ábranlo! - Ordenó Bryan.

El Centurión Cayo Silano asintió y giró la válvula que permitía el paso del agua por unos ductos de madera, para accionar un molino hidráulico. Este a su vez activaba una serie de mecanismos y poleas que batían unas enormes puertas de hierro de al menos cinco metros de altura.

El olor asqueroso del pescado podrido, las tripas y mucha sangre lo impregnaba todo, pero era lo que cabía esperar de un matadero de ballenas, que era donde el imperio obtenía una gran cantidad de aceite para hacer funcionar las miles de lámparas que iluminaban las casas de la capital, para impermeabilizar las cuerdas de los barcos y también para lubricar los metales. Por supuesto que en Itálica se prefería los aceites obtenidos del olivo, que además podían usarse para tratamientos médicos, cocinar y limpiarse. Pero cuando el número de habitantes en Itálica superó el millón, se necesitaron nuevas fuentes del preciado líquido y la grasa de ballena era una de las alternativas.

En ese momento Bryan se encontraba en uno de los 3 grandes mataderos de cetáceos que había en las provincias costeras, a solo diez días en barco de Puerto Viejo. Su objetivo o mejor dicho “muriente” se llamaba Guido Bellido, quien fue el mayor de dos hijos de una familia muy humilde en Itálica, hasta que obtuvo el control del matadero y se volvió un burgués bastante adinerado.

El padre de Guido era un ballenero que murió en el mar y su madre lo siguió poco después debido a un accidente. Al quedarse huérfano, Guido Bellido tuvo que hacer pequeños encargos para criminales con el propósito de subsistir, pero muy pronto su hermano se hartó de esa vida y decidió unirse al ejército para buscar fortuna, aunque al final no soportó el duro régimen de entrenamiento y falleció.

Fue entonces cuando Guido Bellido se alistó en un barco ballenero, donde pronto se destacó por su talento para la peligrosa caza de gigantes marinos… y por su excesiva brutalidad. Con el tiempo obtuvo dinero suficiente como para obtener una licencia y montó su propio matadero de ballenas que dirigía con una terrible crueldad, tratando a los trabajadores como esclavos y respondiendo violentamente ante cualquier indicio de rebelión contra él. Incluso disponía de una silla de tortura que utilizaba para obligar a los trabajadores a firmar contratos y compromisos de acuerdo a sus propios intereses.

El matadero de ballenas de Guido Bellido

Guido Bellido llegó al extremo de organizar su propio grupo de sicarios, compuesto nada menos que por sus empleados más sádicos y violentos, muchos de los cuales habían sido dados de baja en el ejército de un modo deshonroso por diversos motivos.

El dueño del matadero usaba a sus sicarios para matar no solamente a quienes lo desafiaban, sino también a sus parientes o amigos, tan solo por el placer que le provocaba esparcir sufrimiento. Así varias familias humildes fueron secuestradas de sus casas por estos hombres, llevados hasta el matadero y finalmente asesinados de las maneras más brutales.

Luego los sicarios de Bellido arrojaban sus cadáveres junto con los restos putrefactos de las ballenas muertas, en una serie de grandes pozos excavados sobre una depresión cercana fuera del matadero, a manera de basureros, que luego eran cubiertos con tierra. En un principio los arrojaban al mar, pero las corrientes acababan trayendo restos a la playa, así que prefirieron cambiar de método.

Ahora Bryan estaba inmerso en su papel como Ejecutor, liderando a sus legionarios y seguido a cierta distancia por una muchedumbre ansiosa de ver lo que estaba por suceder. Precisamente por eso Bryan decidió no esperar y cuando el portón principal todavía estaba a medio abrir, le dio una patada a las batientes con toda su fuerza y estas se abrieron de una forma bastante llamativa.

- ¡Guido Bellido! ¡Sal y enfrenta tu castigo! ¡Soy Bryan el Necromante, Ejecutor Imperial! ¡Hoy día la justicia de los dioses será satisfecha! -

Inmediatamente una multitud de sicarios comenzó a gritar palabras de alarma y corrieron a reunirse con bastante rapidez, pero al mismo tiempo que terminaba de hablar, Bryan apuntó al suelo con sus manos y dejó salir una terrible ráfaga de Fuego Glacial Místico, que se extendió como un río incandescente gracias al abundante aceite que había por todas partes. En ese momento todos lo vieron con sus túnica negra en medio de las llamas infernales y les pareció una encarnación de la mismísima muerte, que esparcía la destrucción a su paso.

Inmediatamente los trabajadores cautivos comenzaron a correr, pues no había nada que les impidiese abandonar el matadero. El miedo a la venganza de Guido Bellido era lo que los obligaba a trabajar ahí todos los días, no cadenas o grilletes.

Bryan lo sabía bien. Aunque parecía que acababa de presentarse, lo cierto era que llegó tres días antes para enterarse de todos los pormenores. Y mientras sus legionarios hablaban con los familiares de los trabajadores para prevenirlos de lo que estaba por suceder, Bryan usó a sus Espectros Oscuros para explorar el matadero junto con todas las idas y venidas de Guido y sus sicarios. Así supo que el mayor peligro no era el propio Bellido, pues su fuerza no superaba al de un Caballero Veterano, sino los salvajes asesinos que lo acompañaban, los cuales sabían utilizar a la perfección todo el espacio en el matadero para su ventaja y también tenían una gran dotación de armas almacenadas.

Sabiendo que si luchaba en ese lugar correría riesgos innecesarios, Bryan decidió que el mejor curso de acción era destruir el matadero completamente y quitarles de un solo golpe toda su ventaja. Normalmente no haría algo que dañase la economía del imperio, pero lo cierto era que todos los trabajadores habían estado viviendo durante años en una condición de cuasi esclavitud, así que existía el riesgo de que la siguiente persona en tomar el control del matadero de ballenas también abusase de ellos, sin que ninguno hiciese nada para evitarlo debido a la costumbre que tenían de ser explotados.

Pero si quemaba el lugar destruiría toda la obra de Guido Bellido y si luego alguien más deseaba construir otro matadero no podría evitar el control del imperio tan fácilmente. Además, como ocurría con todos los lugares peligrosos, el matadero estaba bastante lejos del área urbana más cercana, así que no había riesgos de que el incendio se propagase.

Las estructuras de madera se prendieron muy fácilmente, pero Bryan intercalaba algunas llamaradas de fuego congelante con las de color carmesí para asegurarse de que todos los trabajadores tuviesen tiempo de escapar. A pesar de que parecía estar de pie arrojando fuego al azar, Bryan estaba realizando una hazaña increíble de control mágico que sería imposible de conseguir si no se combinasen tres factores: Un dominio absoluto del Conjuro de Fuego Glacial Místico, la visión casi completa del entorno que le daban sus Espectros Oscuros y finalmente el hecho de que las familias de los trabajadores los habían prevenido de lo que ocurriría ese día y ninguno se comportó de forma errática.

Sucedió lo que tenía que pasar y los trabajadores no perdieron el tiempo para dirigirse hacia las salidas que Bryan dejaba abiertas. Esto también ayudó mucho a distinguirlos de los sicarios, pues las dirección en las que huían era diferente: Los inocentes corrían hacia Bryan, mientras que los culpables se alejaban en dirección opuesta.

Cuando los últimos trabajadores salieron, Bryan sonrió y desató todo su poder en una llamarada mucho más fuerte que todas las anteriores, la cual consumió rápidamente lo que quedaba del matadero. Después levitó por encima de los escombros incandescentes en dirección hacia Guido Bellido y sus sicarios, pues ya sabía en dónde se encontraban.

Casi cien personas estaban corriendo a lo largo de una depresión natural de terreno plano, rodeado de una elevación rocosa y esquivando varios pozos donde se arrojaban los desperdicios. Esta era la mejor ruta de escape para salir del matadero, pero antes de que pudiesen alejarse demasiado vieron que la ruta de salida estaba bloqueada por un derrumbe y el resto eran paredes rocosas demasiado empinadas para escalarlas.

- ¡¿Qué hacemos ahora, jefe?! - Preguntó uno de los sicarios balleneros.

- ¡Cállense! ¡Déjenme pensar! - Gritó Guido Bellido desesperado: - ¡Maldita sea! ¡¿Quién era ese tipo?! ¡Lo ha destruido todo! -

- ¿Aún no sabes quién soy? ¿Quizá debería presentarme de nuevo? - Preguntó una voz desde lo alto.

Guido Bellido y sus hombres alzaron la mirada y se encontraron con Bryan, que estaba levitando en el cielo detrás de ellos. A sus pies había una multitud de Guerreros Zombis bloqueando la ruta por la que vinieron y poco después escucharon el sonido de muchos pasos. Entonces vieron que sobre todo el terreno elevado que los rodeaba había varios legionarios que conduciendo a una multitud de trabajadores del matadero junto con sus familias para que presenciaran todo.

- Soy el ejecutor Bryan y vengo a hacer justicia por todas las vidas inocentes que has arruinado, Guido Bellido. - Dijo Bryan con una sonrisa cruel.

- ¡Estas mintiendo! ¡Yo no he hecho nada! - Exclamó Bellido.

Pero en ese momento la multitud de personas comenzaron a gritar palabras como “¡Maldito!” “¡Asesino!” “¡Mataste a mi amigo!” “¡Mataste a mi padre!” junto con toda una serie de insultos y maldiciones espantosas. Algunos incluso cogieron piedras y comenzaron a arrojarlas con toda la fuerza que podían.

- Parece que el pueblo no necesita pruebas. - Dijo Bryan burlándose: - Y yo tampoco las necesito, por cierto. -

- ¡Ja! ¡¿Y qué si lo hice?! - Replicó Guido Bellido mientras hacía una señal a sus hombres y todos ellos se colocaron en formación de combate, mientras que él mismo señalaba a los Guerreros Zombis con su mano: - ¡Ahora me doy cuenta de que sólo eres un miserable necromante! Seguramente ese fuego lo hiciste con un artefacto mágico ¿verdad? ¡Y debes haber agotado su poder o nos habrías quemado de inmediato! ¡Cuando dejes de flotar te mataremos y entonces nos abriremos paso! -

- Hay tantas cosas malas con esa lógica que no sé por cuál comenzar: Tal vez el hecho de que tengo a 150 legionarios profesionales en un terreno elevado, mientras que tú tienes a un grupo de bandoleros que ya no están en el matadero donde eran peligrosos. ¿O quizá debería quemarte para que veas que no usé ningún artefacto?... - Dijo Bryan como si estuviese pensando en voz alta y luego su voz se volvió peligrosa: - No, creo que lo más importante es corregir el hecho de que no pareces tener miedo de los necromantes. ¿Por qué es eso? -

- ¿Qué está mal? ¡No hay motivo para tener miedo de unos magos en decadencia! -

Las palabras de Guido Bellido provocaron que Bryan sonriera de un modo bastante particular. Ese era el momento que había estado esperando tanto tiempo desde aquel día en la Ciudad de Zajoski, cuando les cobraron de más por unos caballos famélicos simplemente por ser de la Escuela Necromántica. En aquel entonces juró que volvería a hacer que los necromantes fuesen temidos y respetados como antaño.

Finalmente había llegado su hora.

- Regresen a los cuerpos. Regresen a las partes. ¡Sacudan esta tierra de la Carne! - Vociferó Bryan pronunciando el conjuro terrible que tanto miedo produjo en el mundo: - ¡Resurrección de Cadáveres! -

El poder de Bryan se desató como una oleada de energía inmensa que hizo que todos retrocedieran y sus corazones se llenaron de gran temor. Entonces vieron un viento extraño, luminiscente y nebuloso, que giraba alrededor de Bryan para luego dividirse en cientos de pequeñas volutas que volaron como suspiros a una velocidad impresionante. Todas esas luces se introdujeron rápidamente en la tierra, la cual comenzó a temblar repentinamente.

- ¡Ten cuidado con lo que deseas! - Exclamó Bryan eufórico: - ¿Querías “pruebas” de todos los asesinatos que has cometidos? ¡Pues pruebas es lo que tendrás! ¡Y también te daré motivos de sobra para tener miedo de los necromantes! -

Guido Bellido luchaba por mantener el equilibrio mientras miraba desesperadamente a su alrededor en busca de una ruta de escape. Había sentido claramente el poderío de Bryan y entendía que no tenía oportunidad de luchar en su contra. Pero cuando quiso retroceder sintió que algo lo sujetaba por el tobillo y se cayó de bruces.

De inmediato trató de levantarse, pero descubrió que el suelo se movía como si fuese agua. Entonces varias decenas de manos putrefactas emergieron de la tierra, tratando de aferrarse a su cuerpo. Guido Bellido soltó un grito aterrador mientras gateaba lo más rápido que podía, pero por todos lados ocurría lo mismo y sus hombres eran arrastrados hacia el suelo sin ninguna misericordia.

Resultó que todos se habían parado sobre uno de los pozos donde anteriormente arrojaban los desperdicios hasta que finalmente lo cubrieron con tierra. Eso significaba que bajo una capa de tres metros había un enorme agujero que había servido como vertedero de tripas, sangre, huesos… y personas asesinadas. Estos cuerpos muertos ahora estaban despertando para abrirse paso entre la basura y la tierra, emergiendo como fantasmas vengadores en busca de la sangre de Guido Bellido y sus Sicarios.

Hasta el más valiente se asusta de los terrores repentinos. Los sicarios de Bellido, tan crueles como eran, fueron incapaces de reaccionar frente a un montón de Muertos Vivientes emergiendo del suelo y casi la mitad acabó siendo arrastrado por debajo de la tierra hacia una sofocante muerte en medio de los desperdicios. Otros consiguieron luchar un poco, pero fueron completamente rodeados y los muertos comenzaron a darles terribles mordidas en las piernas que los hicieron resbalar hacia los brazos de más criaturas horripilantes emergiendo de la tierra, hasta que finalmente compartieron el mismo destino que el resto.

"Entonces varias decenas de manos putrefactas emergieron de la tierra, tratando de aferrarse a su cuerpo."

Al final solo quedaba Guido Bellido con vida, pero solo porque Bryan así lo quería. Y una vez que desapareció a los muertos vivientes, descendió lentamente frente al muriente, mirándolo con una sonrisa despiadada.

- ¿Ahora me temes? -

- S…sí. - Respondió gimiendo Guido Bellido, que se había orinado en los pantalones sin darse cuenta y cuando Bryan dio un paso adelante su cuerpo se estremeció terriblemente.

- Bien. - Dijo Bryan asintiendo: - Eso está bien. El miedo es la emoción correcta que tienes que sentir ante mí y todos los necromantes. Pero lamento decirte que no es miedo lo que me debes por tus faltas, Guido Bellido. No. Lo que me debes a mí y a todas las personas que has hecho sufrir hasta ahora es… ¡Horror! -

Después sujetó a Bellido por el cabello y lo arrastró hacia un depósito lejano, que era donde estaba la silla de tortura con la que amenazaba a sus empleados. Las familias sentían gran temor del necromante que había revivido a los cadáveres por un momento y se quedaron paralizados. Sin embargo, el odio por Bellido pudo más, así que finalmente siguieron a Bryan y aclamaron cuando vieron sufrir a su odiado patrón durante veinte minutos. Solo entonces se le permitió abrazar la dulce liberación de la muerte.

*****

- ¿Regresamos al Quinquerreme? - Preguntó Silano.

- No, más bien manda despedir al barco para que regrese al Gran Puerto Occidental, porque haremos el resto del recorrido a pie. - Respondió Bryan mirando un mapa: - Nuestro siguiente muriente es una maga de agua bastante peligrosa y sería una locura aproximarnos a enfrentarla desde el mar. -

- Como ordenes, Ejecutor. - Respondió Silano sin hacer preguntas innecesarias.

Bryan cerró el mapa y miró a sus soldados. Su última ejecución había salido más provechosa de lo esperado, porque cuando el miedo a Resurrección de Cadáveres se redujo, una gran cantidad de familiares llegaron desde muy lejos para agradecerle por haberlos librado de Guido Bellido y su matadero. Muchos eran humildes, pero había algunos burgueses razonablemente ricos que les trajeron mucha comida y dinero, así que de momento Bryan no tendría que preocuparse por las provisiones.

Silano rápidamente organizó unos carros tirados por caballos para trasladar a todos los legionarios. Y mientras avanzaban por la carretera, Bryan examinaba la información sobre la Archimaga Sigrid Bazán, que era culpable de realizar espantosos experimentos en humanos vivos. Aparentemente estaba obsesionada con el desarrollo de una nueva forma de magia de agua y para eso no le importaba sacrificar cientos de personas, ya fuesen plebeyos, aristócratas u otros magos… incluso sus propios estudiantes.

Naturalmente el imperio no podía permitirse perder a tantos potenciales talentos y por eso ordenaron su inmediata ejecución.

El problema es cómo conseguir todos los objetivos.” Pensaba Bryan.

Luchar contra una Archimaga siempre implicaba riesgos, pero el problema era mayor porque ella vivía en una especie de torre construida sobre un peñasco cerca de un acantilado frente al mar. El único acceso era un pequeño puerto privado con una larga escalera de madera que ascendía hasta la cima o un único trozo de roca que conectaba el borde del acantilado con la torre. Y aunque el peñasco estaba casi 50 metros por encima de las aguas, seguía siendo un ambiente que le daba ventaja casi absoluta a la magia de Sigrid.

Torre de Sigrid Bazán

Otro problema que había que considerar era que la residencia de la Archimaga estaba relativamente lejos del poblado más cercano. De modo que, incluso si Bryan daba con una estrategia infalible para derrotarla, muy pocos lo verían y no cumpliría con su objetivo de obtener fama.

Lo ideal sería sacarla de ahí y atraerla cerca del pueblo. Pero eso implicaría poner en peligro a los civiles de forma deliberada. Por más basura que yo pueda ser… ¡Algo así está fuera de discusión!” Pensó Bryan en su interior y entonces se dio cuenta de que esta era la primera vez que tenía en cuenta la seguridad de otros que no fuesen sus seres queridos o sus conocidos. Generalmente a él no le importaba el destino de los demás y no tenía problemas con provocarles sufrimientos si ello le convenía, como pasó en la Ciudad de Droll cuando deliberadamente envió a los aventureros hacia su muerte.

El Bryan de ese entonces no habría tenido problemas con atraer a Sigrid Bazán hasta el centro de la ciudad y provocar la mayor cantidad de muertes para salirse con la suya.

- Jajá… ¿Cuándo fue que desarrollé conciencia? - Murmuró Bryan burlándose de sí mismo.

- ¿Sucede algo, Ejecutor? - Preguntó Silano que viajaba sentado a su lado, siempre atento a recibir cualquier orden o interceptar ataques enemigos.

- No es nada. - Respondió Bryan sonriendo: - Solo me río un poco. Parece que de tanto pretender que me interesaba el bienestar de los ciudadanos, acabé interesándome de verdad. ¿Crees que es algo raro? -

Bryan preguntó simplemente por hacerlo y en realidad no esperaba que Silano entendiese siquiera, pero para su sorpresa el Centurión respondió sin dudar: - Para nada. En nuestra formación militar nos obligan a usar las armaduras, cortarnos el cabello, actuar y hablar de cierta manera.

La idea es que comenzamos viéndonos como soldados; esto poco a poco nos hace pensar como soldados; y finalmente (si sobrevivimos lo suficiente) terminamos actuando como soldados. -

- Muy cierto. - Dijo Bryan asintiendo: - Pero me sigue sorprendiendo. Honestamente Centurión, yo siempre he sido un maldito interesado y tengo que salir victorioso porque de eso depende no solo mi éxito político, sino mi vida y la de mis seres queridos, pero. ¡Realmente no puedo creer que ahora, cuando más me convendría ser egoísta, esté desarrollando algo de altruismo! Temo estar volviéndome débil en el peor momento. -

- No sé qué decirle, pero como legionario he pasado mucho tiempo en el campo de batalla, he matado más gente de la que recuerdo y perdí más amigos de los que merezco. - Comentó Silano encogiéndose de hombros: - Cuando la muerte está tan cerca y durante tanto tiempo descubres qué cosas son importantes. En mi caso, es la palabra dada. A veces creo que lo único que me queda al final es mi palabra. ¿No es lo mismo para usted, Ejecutor? -

- ¿Mi palabra? -

- Usted dio su palabra de hacer justicia cuando asumió el cargo de Ejecutor. -

- Si - Respondió Bryan meditando: - Realmente di mi palabra. -

- Entonces no es debilidad. - Concluyó Silano: - ¿O acaso su palabra no tiene valor? -

Luego de eso el Centurión guardó silencio y no volvió a pronunciar otra frase durante el resto del viaje.

Mientras tanto los Espectros Oscuros volaron por todo el perímetro, buscando un lugar que sirviese a sus propósitos. Finalmente encontraron un terreno seco y despejado, ligeramente elevado y que podía ser visto desde la ciudad más cercana. Si bien la distancia era un poco excesiva, hasta el punto en que los testigos verían a los combatientes como siluetas, Bryan creía que una pelea de magos sería lo bastante llamativa como para llamar la atención del resto.

El asunto era cómo llevar a Sigrid Bazán a ese lugar.

Bryan estaba preguntándose qué hacer, cuando de repente percibió algo a través de la visión sobrenatural de sus criaturas: Una serie de corrientes de Elementos Mágicos invisibles estaban fluyendo por el aire hacia la torre de Sigrid. De inmediato ordenó a la comitiva acelerar la marcha para incrementar al máximo su rango de control sobre los Espectros Oscuros y los acercó a la torre, la cual naturalmente estaba rodeada de muchas barreras… salvo en los lugares en los que ingresaban las corrientes de magia.

- Tiene una matriz o algún objeto mágico que absorbe la energía. - Comentó Bryan en voz alta: - Es una cantidad impresionante. -

- ¿De qué habla, Ejecutor? - Preguntó Silano mirándolo confundido.

- Generalmente las residencias de los magos son bastante difíciles de atacar, sobre todo cuando tienen tiempo viviendo en ellas. - Explicó Bryan: - Y no solamente me refiero a las murallas. Por ejemplo, todos saben que en los niveles más protegidos de la Academia Babilonia hay por lo menos veinticuatro barreras, tres artefactos generadores de magia, decenas de fantasmas y malos espíritus que rondan como perros guardianes, miles de trampas, partes de los pasillos que se abren a otras dimensiones… Bueno, ya te imaginarás. El lugar entero está diseñado para que los magos podamos usar todas nuestras artes con absoluta ventaja. -

- Por eso no ha querido viajar directamente a la residencia de Sigrid Bazán. - Respondió Silano con un gesto de comprensión: - Es el equivalente a atacar una fortaleza militar en alerta constante. -

- Exactamente. Por supuesto que la residencia de una Archimaga no será tan formidable como la mejor Academia Mágica del Imperio, pero te lo menciono para que te hagas una idea de por qué debemos ser extremadamente cuidadosos. La cosa empeora todavía más si a todas esas defensas le sumamos la proximidad de mar. - Continuó Bryan: - Pero me acabo de dar cuenta de que, por algún motivo, Sigrid está reuniendo una gran cantidad de elementos mágicos, muchos más de los que un mago normalmente reuniría por sí solo. Además, esto sucede de un modo constante, por lo cual deduzco que esa mujer está usando un artefacto o una serie de matrices para juntar toda esa energía lentamente. -

- ¿Por qué lo hace? -

- Ni idea. - Respondió Bryan riéndose por la expresión confusa de su interlocutor: - Pero lo que me interesa es que esas corrientes de magia no podrían ingresar a la torre sin que hubiese algún tipo de agujero en las barreras. Y eso significa que hay caminos que pueden usarse para entrar sin ser detectados. -

- Ya veo. Como el drenaje de una muralla. -

- Ahora mismo voy a infiltrarme y con suerte podré generar un… “problemilla” lo bastante molesto como para que esa mujer me persiga. Mientras tanto quiero que ustedes vayan a esta zona y cierren un perímetro bastante amplio. - Explicó Bryan señalándole el mapa

- ¿Prepararemos una emboscada? -

- ¡No! Esta vez el combate será muy peligroso y quiero que se mantengan lo más lejos posible, evitando que otros se acerquen. -

- Comprendido. -

Después de dar sus instrucciones, Bryan saltó del transporte y se alejó volando con el Arte del Noveno Diagrama Celeste en busca de las corrientes de magia, a las que siguió como si de una rama en el rio se tratase. Sigrid Bazán había intentado que estas corrientes fluyesen lo más intrincadamente posible para que los puntos débiles en sus barreras no fuesen evidentes, pero existían muchas limitaciones en lo que se podía hacer y al final su principal mecanismo defensivo era volver el flujo tan delgado que no pudiese verse. El propio Bryan no lo habría podido detectar de no ser por la ayuda de los Espectros Oscuros.

Un poco más abajo de donde comenzaba el muro de la torre, había una abertura rocosa bien disimulada, que daba paso a un túnel. Bryan notó varios esqueletos de gaviotas y otras aves marinas que murieron al tocar las barreras, salvo en la zona alrededor del agujero, confirmando así sus sospechas. De modo que aterrizó con algo de dificultad debido al viento, la humedad y las algas muertas que volvían muy resbaladiza toda superficie. Luego siguió avanzando entre las rocas hasta que llegó a una saliente, en donde se detuvo mientras cerraba los ojos y se concentraba: La corriente de Magia estaba siguiendo adelante, pero ya no sentía la energía de las barreras.

Estaba a dentro.

Bryan descendió en silencio, descubriendo que estaba en un pasillo de piedra el cual ascendía circularmente hasta llegar a una trampilla, la cual abrió muy despacio y lo que vio le hizo sonreír. Frente a sus ojos había una cámara de piedra llena de matrices mágicas en funcionamiento, junto con un gran artefacto parecido a un giroscopio que estaba concentrando toda la magia reunida en una especie de roca brillante que se formaba en su centro, nada menos que una cristalización de elemento mágico del agua, junto con otra sustancia que no podía identificar con tan solo un vistazo. Los cristales mágicos existían, pero era la primera vez que Bryan veía uno tan grade y solamente podía haberse formado después de varias décadas de esfuerzo.

Giroscopio Mágico y Piedra de Sangre Cristalizada

Si pudiera venderlo… ¡Me pagarían una fortuna! Eso debe tener suficiente poder como para abastecer a una ciudad entera.” Pensó Bryan mientras trataba de estimar la energía del cristal, la cual era tan inmensa que hasta él la sentía opresiva

Alrededor del artefacto había un grupo numeroso de mujeres arrodillas y realizando cánticos que se veían extraños incluso para Bryan, quien como mago conocía muchos conjuros de diferentes escuelas. Pero los movimientos tan grotescos que las mujeres hacían parecían casi… obscenos y eran bastante impactantes de ver.

Si al menos fuesen mujeres bonitas… Pero casi todas parecen bordear los cincuenta y se ven más patéticas que sensuales, como un conjunto de viejas verdes.” Pensó Bryan con cierto desprecio: “Bueno, supongo que Sigrid será esa de ahí, la más pechugona de todas.

De hecho, había una mujer que podría haber sido considerada hermosa si no estuviese llevando tanto maquillaje, que no dejaba apreciar sus rasgos. Además, si bien sus pechos eran generosos, apenas tenía cintura y su torso recordaba al de un tronco.

- ¡Escucha nuestra llamada y despierta! - Gritaba Sigrid Bazán mientras movía su cabeza de lado a lado como una poseída: - ¡Largo tiempo has dormido el descanso sin sueño de la muerte! ¡Escúchanos, Reina del Agua Sangrante! ¡Te invocamos! -

- ¡Te invocamos, oh Reina! - Repetían las otras.

Carajo, parecen un aquelarre. Creo que es mejor si…” Comenzó a pensar Bryan bastante nervioso mientras preparaba su arma. Ya se estaba dando cuenta de que no estaba viendo un ritual mágico sino una ceremonia extraña y eso le daba muy mala espina.

En ese momento notó que dos mujeres se levantaban del círculo y luego traían un saco, del cual sacaron lo que claramente era el cadáver de una joven mujer.

Una de ellas tomó un cuchillo muy afilado que usó para extraer el corazón de la joven difunta, luego se lo llevó a una especie de mortero de piedra, donde lo molió con cuidado y finalmente se colocó en la frente la sustancia resultante. Después procedió a hacer los mismo con sus compañeras arrodilladas, marcándolas a todas con la sangre.

La segunda maga arrojó el cadáver de la difunta hacia el artefacto mágico, el cual se desintegró en muchas partículas sanguinolentas que luego fueron rápidamente absorbidas en el cristal.

- ¡Escucha nuestra llamada y despierta! - Repitió Sigrid Bazán mientras se movía contorsionándose como en una rara especie de orgía: - ¡Escúchanos, Reina del Agua Sangrante! ¡Te invocamos! -

- ¡Te invocamos, oh Reina! - Repetían las otras.

¡De repente Bryan escuchó una voz misteriosa que parecía provenir de las mismas piedras de la cámara y respondía a las invocaciones!

- ¡Bien! ¡Bien! ¡Devuélvanme a este reino! - Dijo la voz aterradora de una mujer.

- ¡Nuestra voz te invoca y la sangre inocente te ata! - Exclamó entonces Sigrid Bazán eufórica, mientras veía que el flujo de magia se incrementaba, como si las partículas de cuerpo desaparecido aumentasen el poder del giroscopio aumentando su velocidad.

- Invocada con palabras. Atada con sangre. - Dijo entonces el coro de mujeres.

- ¡Qué! ¡¿Qué hacéis, idiotas?! ¡Creen que pueden controlarme! ¡Los mortales nunca podrán forzar su voluntad sobre la mía! - Replicó enfadada la voz misteriosa.

Pero el coro de mujeres simplemente repitió: - Invocada con palabras. Atada con sangre. -

Cuando vio lo que sucedía Bryan comprendió que la situación excedía por mucho a lo que había imaginado. Sabía que Sigrid Bazán era culpable de usar magia prohibida, pero aparentemente estaba metida en un ritual de invocación que claramente implicaba sacrificios humanos para invocar a un espíritu superior, quizá incluso una deidad. ¡Y encima parecía estar tratando de controlar esa misteriosa entidad!

Como si quisiera confirmar sus sospechas, la voz infernal de una mujer declaró con un odio tan intenso que parecía palpable: - ¡Vosotras, malditas cucarachas no tenéis poder para atraparme!¡Haré que paguen esta ofensa trayendo la muerte a toda su nación -

Pero las mujeres no le hicieron caso y trajeron otro saco que contenía un nuevo cadáver de mujer, el cual comenzaron a ofrecer al giroscopio.

¡Oh no! ¡Creo que estas locas están invocando algo como Nécora u otro dios del Vacío! ¡No necesito más de esa mierda! ¡Eso ni lo sueñen!” Se juró Bryan mientras abría la trampilla y salía en silencio.

Pero en el momento en que puso un pie en la cámara de piedra escuchó que Sigrid gritaba: - Algo va mal… ¡Tenemos un intruso! -

Un par de guardias sacaron sus espadas y comenzaron a buscarlo, pero la mayoría de las magas no parecían poder moverse, porque esto interrumpiría el ritual en un momento crucial. De modo que Bryan sonrió y acuchilló a uno de los guardas por sorpresa, para luego arrojar al Desgarrador Sombrío contra el otro.

Algunas magas finalmente se levantaron y Bryan supo que estaban a punto de activar las defensas mágicas de la torre. Sabía que apenas tenía tiempo. Tampoco estaba seguro de qué hacer exactamente para detenerlas, porque si atacaba el giroscopio era posible que esa cosas estallase y lo matase a él con ellas. De modo que en ese momento hizo lo único que se le ocurrió e invocó a un Guerrero Zombi cualquiera, para inmediatamente arrojarlo contra el Giroscopio, con la esperanza de alterar el ritual.

El cuerpo de la Criatura Oscura, desprovisto de vida natural, también se deshizo en partículas que fueron absorbidas por el cristal, pero en vez de fortalecerlo interrumpió el delicado equilibrio de energía y provocó una reacción adversa, hasta el punto en que la roca comenzó a llenarse de grietas.

En cualquier momento iba a romperse.

- ¡Noooo! -

El grito desesperado de Sigrid Bazán le dijo a Bryan que había hecho lo correcto, porque él ya estaba escapando a toda velocidad y salió volando por la ventana más próxima antes incluso de ver el resultado de sus acciones. Unas cuantas defensas se activaron, atacándolo con relámpagos o llamas, pero como suele ocurrir en estos casos las barreras mágicas están diseñadas para impedir que los intrusos entren y no tanto para evitar que salgan. Bryan simplemente recibió los daños sin preocuparse demasiado por las heridas que sufría.

Justo cuando llegaba al otro lado del precipicio, Bryan sintió una auténtica avalancha de energía proveniente de la torre y poco después vio algo que parecía una nube mezclada con un enjambre de elementos mágicos resplandecientes, donde claramente había una misteriosa presencia escondida en forma de criatura marina.

Misteriosa presencia escondida en el agua...

Probablemente la Reina del Agua Sangrante.” Dedujo Bryan.

Las nube de energía se dirigió volando rápidamente hacia el mar y rápidamente se dispersó, para gran alivio de Bryan, que rogó a todos los dioses del mundo para que esa entidad nunca regresase ni volviese a encontrarse en su camino.

Pero aparentemente la Reina del Agua Sangrante no pensaba desparecer así sin más, porque justo antes de que las ultimas partículas de Elementos Mágicos se dispersasen, emitieron lo que parecía una onda de energía, la cual destruyó de una sola vez todas las barreras de la Torre de Sigrid Bazán y poco después el edificio entero se derrumbó ruidosamente junto con el peñasco entero, agitando violentamente las aguas del mar cuando varias toneladas de rocas se precipitaron hacia las profundidades.

- ¡Mierda! - Exclamó Bryan sonriendo sorprendido: - Esto va mucho más allá que el “problemilla” que yo quería causar. -

En ese mismo momento se escuchó un nuevo estruendo, pero está vez se trataba de un largo tornado hecho de agua que emergió de los mares como una larguísima serpiente marina. En la cima estaba Sigrid Bazán con una intensa expresión de odio que desencajaba todo su rostro.

- ¡Desgraciado!... ¡Todos estos años de esfuerzo!... ¡Era el trabajo de toda mi vida! ¡Perdí a la Reina de Sangre! ¡Mis hermanas están muertas! ¡Mi hogar destruido!... ¡Tú!... ¡Tú!... ¡Todo es tu culpa maldito! - Gritó Sigrid Bazán histérica y escupiendo salvia.

- ¡Bueno! ¡Ahora que tengo tu atención...! - Comenzó a decir Bryan con tono burlón y entonces dio media vuelta y se escapó volando a toda velocidad hacia el lugar que había acordado con Silano.

Sigrid Bazán

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú, es miércoles 21 de febrero del 2023.

La inspiración principal para este capítulo fueron los DLC del videojuego Dishonored, el <<puñal de Dunwall>> y la misión del videojuego Skyrim <<La llamada de Potema>> todos ellos de la empresa Bethesda Softworks. El personaje de Guido Bellido tiene su nombre por un terrorista peruano que actualmente intenta pasar como respetable congresista pero que no deja financiar a narcotraficantes y guerrilleros. Sigrid Bazán es el nombre de una congresista que también pertenece a la facción terrorista de mi país.

Puesto que ambos son mis enemigos y personajes infames de la vida real, no veo problema en aprovecharme de sus nombres para describir a personajes repugnantes de fantasía.

La primera parte de este capítulo era una excusa para que Bryan usase su Resurrección de Cadáveres, pero sin recurrir al Dominio Necromántico. Me pareció importante que los propios cuerpos de sus víctimas asesinasen a Bellido y el motivo de esto es la contradicción que naturalmente se crea al considerar a Bryan como Necromante y también como justiciero. ¿Cómo convencer a las masas, que tan impresionables son y se guían siempre por las apariencias, de que un Necromante podría ser su héroe? El ver que por un momento sus seres queridos se vengan, la poética retribución que esto representa y sobre todo con una persona como Bellido que los ha tiranizado de ese modo… me parecieron buenos argumentos.

Incluso pensé en revivir a las ballenas para que estas lo matasen, pero ningún dato hasta el momento nos dice que resurrección de cadáveres pueda levantar los cuerpos de animales, aunque si ocurrió con algunas criaturas mágicas. Además, si bien me gustan los animales, me desagrada la política ambientalista y no me gusta cuando se introduce el tema en las historias que no tratan de eso (Ejemplo: Last Jedi y toda la parte del casino), así que no iba a poner algo que parece ir por el camino de “¡Justicia para las ballenas!” o algo así.

Con respecto a esos temas, mi postura es que cosas como el calentamiento global, el peligro de la extinción de especies, el racismo, el sufrimiento de las mujeres, los más necesitados… ¡Ninguno de esos temas es divertido! Son cosas serias, complejas y extremadamente difíciles que sólo se pueden resolver con seriedad, paciencia, planificación y con mucho trabajo durante generaciones. Mi punto es que el propósito de una novela de fantasía es precisamente entretener al lector y dejarlo descansar un poco de la tensa realidad, así que esos temas serios no me interesan en esta historia y si los trato será por accidente.

Con Sigrid Bazán estaba pensando en una misión de ataque sorpresa, pero luego vi la película La Bruja y decidí cambiarlo por una especie de aquelarre. Creo que quedó bien, aunque los detalles que di son muy pocos porque no quería agregar cosas que luego no sirviesen para alimentar la trama general. Por ese motivo también destruí la torre de Sigrid al final, de modo que no queden evidencias posteriores.

A parte me pareció un detalle divertido.

Las dudas de Bryan sobre la responsabilidad que tiene con el resto son una novedad que va forjando su carácter en una dirección diferente que en la novela de Ni Can Tian. El motivo de esto es que, si bien la Esencia Mágica esta intentando influenciarlo para que se vuelva malvado y controlarlo, tiene que luchar contra el poder de su necromancia, que también quiere controlarlo. Mientras las dos fuerzas se enfrentan en el interior de su cuerpo, Bryan puede mantener un gran grado de lucidez. Además, recuerden que su nuevo cuerpo fue un regalo del niño misterioso, así que ahora no sólo es más fuerte, sino que tienen una mayor resistencia contra los poderes que intentan influenciarlo.

También quería mostrar a un Bryan más estratega, que elige cuidadosamente la forma de aproximación a su enemigo y también el campo de batalla. Pero que también parece un poco confiado en sus habilidades, porque inmediatamente rechaza la ayuda de Silano o los legionarios.

En fin, déjame saber tu opinión en los comentario: ¿Qué te pareció el capítulo? ¿Te gustó la muerte de Bellido? ¿Y los diálogos? ¿Qué te pareció la parte del ritual? ¿Te gustó la forma en que Bryan lidió con eso y su actitud repelente con los rituales luego de su experiencia con Nécora? Cuéntame tus impresiones.

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¡Nos vemos en el siguiente capítulo!