45 Haciendo un movimiento cuando es necesario hacerlo

Después de abandonar el Cementerio de la Muerte, Bryan comenzó a volver sobre sus pasos para regresar al campamento. Para cuando iba a mitad de camino el cielo ya se había iluminado por completo y estaba pensando en que tendría que inventarse una muy buena excusa cuando llegó al sitio donde según recordaba habían levantado las tiendas y encontró que estaba completamente desierto. Parecía que los estudiantes de necromancia se habían marchado hacía mucho tiempo.

Estaba a punto de vociferar una serie de maldiciones, cuando notó que algo no encajaba con el entorno. Por ejemplo, las cenizas de la hoguera no parecían ser de la noche anterior, sino que más bien debían haber estado ahí unos cuantos días.

La zona de acampado había estado rodeada de recursos, como frutas silvestres, pero ahora no había nada. Lo único que se destacaba era un pequeño montículo triangular de rocas amontonadas.

Esto despertó su interés, así que caminó rápidamente hacia el montículo. Sacó su daga y fue volteando las piedras una por una con mucho cuidado, hasta que después de un rato encontró un pedazo de papel pergamino.

Bryan, en el tercer día desde que te fuiste, encontramos los rastros de dos Ogros Devora-Hombres muy cerca del campamento. Nos preocupaba que estuviesen buscándonos para vengarse así que decidimos irnos de inmediato. Cuando encuentres esta nota regresa a la Academia por tus propios medios y ten mucho cuidado. Quizá nos encontremos a medio camino. Espero que estés sano y salvo.

Fanny.

Bryan sacudió la cabeza después de leer esa nota y luego murmuró: - ¡Oh mierda! - Estaba seguro de que no había pasado más de una noche desde que se marchó a entrenar su magia, pero aparentemente habían pasado varios días.

¡¿Cómo pasó esto?! ¡Debo de haber entrado en el Estado Mental Tenebroso durante mi metamorfosis! No tengo modo de saber cuánto tiempo ha trascurrido, pero a juzgar por las cenizas de la hoguera no deben ser más de tres días. Luego dos Ogros Devora-Hombres aparecieron justo cuando se habían adentrado tanto en lo profundo del Bosque y ahora sin la protección de Clark. ¡Por supuesto que entraron en pánico! No tuvieron más opción que regresar por donde vinieron.

Actualmente seguía siendo legalmente un esclavo y la mujer que quería poseer vivía en la Academia Babilonia de Artes Mágicas y Militares, junto con varios documentos mágicos sobre la necromancia que no podría leer en otro lugar. Bryan no tenía el menor interés en abandonar la escuela de momento.

Con las seis varas plateadas, podía ir y venir del Cementerio de la Muerte en cuando lo desease. Bryan tenía la intención de usarla cuando regresase a la Academia e ir familiarizándose con la fortaleza para hacerla su base de operaciones. De ese modo no solamente obtendría los secretos de la Necromancia escondidos en su interior, sino que tendría a la mano los invaluables recursos que ofrecía el Bosque Oscuro, que también pensaba usar como campo de entrenamiento. Según sus estimaciones iniciales, entrenar en este lugar haría que sus poderes se desarrollaran el doble de rápido, ya fuese su Esencia Mágica o la Necromancia.

Después de cavilar durante un tiempo, Bryan decidió seguir las instrucciones dejadas por Fanny y enrumbar rápidamente hacia el norte para alcanzar los márgenes del bosque en el menor tiempo posible.

*****

Bryan viajó sin descanso durante un día entero, pero en ningún momento se sintió cansado gracias a que su última metamorfosis incrementó enormemente su fuerza física. Siguió avanzando por los sinuosos y accidentados senderos del Bosque Oscuro a una velocidad vertiginosa, como un depredador cazando a su presa.

Alrededor de la tarde llegó a una zona repleta de rocas y arbustos dispersos de forma irregular. La reconoció como uno de los lugares en los que su grupo había acampado antes y estaba a punto de seguir adelante cuando percibió el sonido de golpes de metal contra metal a lo lejos.

El temor se apoderó de Bryan: “¿Puede ser que Fanny y los demás estén siendo atacados por los Ogros Devora-Hombres?” En cuanto acabó de construir ese pensamiento, salió corriendo a toda velocidad, atravesando la espesura en segundos.

Cuando se acercaba al origen de los sonidos se encontró con un grupo de Trol del Bosque a lo largo del camino. En cuanto vieron a Bryan trataron de atacarlo, pero él los evadió muy fácilmente y continuó avanzando.

Los troles eran un poco más pequeños que los Ogros Devora-Hombres, pero seguían siendo más altos que una persona. Tenían la piel verdosa, cuerpos humanoides enormes, feos rostros deformados. Su contextura variaba mucho. Algunos eras baste fornidos como troncos, poseían una mayor altura y tenían cuernos en la cabeza. Otros eran bastante delgados en comparación, casi como monos; no tenían cuernos, pero en cambio les nacían colmillos largos de la boca como si fuesen elefantes. Pero todos eran bastante feos físicamente y empuñaban cuchillos lagos o garrotes

Los Trol del Bosque eran una raza medianamente inteligente dentro del Bosque Oscuro y eran enemigos mortales de los Elfos, que los trataban como si fueran plagas y los atacaban continuamente.

Y tenían motivos para hacerlo, porque los Trol del Bosque eran saqueadores mucho más peligrosos que los Ogros Devora-Hombres, quienes a pesar de su dieta no pasaban de ser una banda apenas organizada que se adherían a un cierto código de conducta muy primitivo. En cambio, los Trol eran combatientes especializados que incluso dividían sus fuerzas de acuerdo a criterios similares a los de la humanidad. Tenían Guerreros, Cazadores e incluso Chamanes que podían utilizar algunas magias simples. También tenían la capacidad de forjar alianzas temporales con otras razas como los pequeños Trasgos.

Se decía que los Trol del Bosque nacían directamente de algunas plantas y árboles. Tenían una inteligencia casi humana y poseían algunas ventajas únicas dentro de su hábitat, que no dejaban de aprovechar para robar de un modo despreciable los recursos de otras razas a la primera oportunidad, incluyendo los cargamentos de los comerciantes viajeros. Por todos estos motivos eran considerados como bandidos y ladrones aún más infames que los Ogros Devora-Hombres.

Ahora que estaba cerca, Bryan confirmó que los sonidos que escuchaba eran de un combate encarnizado y rápidamente se dirigió a su lugar de origen. En su camino se encontró con más Troles, algunos incluso le arrojaron jabalinas afiladas y casi le atinan a su columna vertebral. Pero ahora los sentidos de Bryan eran más sensibles, sobre todo sus oídos. No le fue difícil interpretar los sonidos para adivinar la dirección en que venían los proyectiles y cambiar de dirección en el momento justo. Al final evadió todos los ataques fácilmente y sin dejar de correr.

Varios Guerreros Trol, armados con enormes hachas afiladas, rugieron e intentaron cortarle el paso. Pero antes de que pudiesen acercarse a él, Bryan ya los había pasado de largo.

Después de haber corrido a extremas velocidades durante algunos segundos, finalmente llegó al epicentro de la batalla y vio que diez o más personas blandían unas largas picas para rechazar los ataques de los Trol. Por su indumentaria era fácil deducir que eran parte de algún grupo de mercenarios. Todos parecían haber sufrido alguna clase de lesión.

Los mercenarios eran atacados por un grupo de diez Guerreros Trol, los ejemplares grandes, fornidos, pero más deformes, que eran expertos en el combate directo y la carga frontal. Tras ellos había otro grupo de Cazadores Trol, mucho más delgados, flacos, con rasgos afilados, maestros en el uso de armas arrojadizas y que no dejaban de atacar con sus jabalinas a los mercenarios en cuanto veían la oportunidad. Finalmente había un grupo reducido de cinco Chamanes Trol, los más menudos en tamaño, todos barbudos, de contextura algo delicada. Los Chamanes portaban cetros hechos con ramas de árboles retorcidas o talismanes extraños con los que usaban magias curativas sencillas junto con el hechizo de “Alma Enardecida” para regenerar y fortalecer a los cuerpos de Guerreros y Cazadores.

A juzgar por esta escena, la lucha ya se había estado desarrollando por un buen tiempo. La fuerza de combate del grupo de mercenarios era bastante notable; pero lamentablemente para ellos los Troles tenían la ventaja numérica y los mercenarios no tenían forma de neutralizar las armas arrojadizas de los Cazadores o evitar que los Chamanes curasen a quienes herían. Si a eso se le sumaba la enorme fuerza física de los Troles y el hecho de que estaban peleando en su habitad natural, era obvio quienes tenían las ventajas decisivas en esta batalla.

Detrás de los mercenarios se encontraba el que seguramente era su cliente. Se trataba de un hombre bajo y obeso con una enorme papada. Sus ojos eran pequeños como frijoles amarillentos y se movían rápidamente de un lado a otro mientras soltaba maldiciones en voz alta. Parecía estar buscando un modo de escapar.

¡Ah, gracias a los dioses que no era Fanny o el grupo!... Bueno, me parece que esta fiesta nada tiene que ver conmigo y a mí no me gusta incomodar, así que me voy.” Bryan descartó rápidamente todo el asunto de su mente. No tenía la menor intención de ayudar o de unirse a la batalla. Estaba completamente decidido a ignorar a esas personas y retirarse cuanto antes del Bosque Oscuro.

Pero a pesar de sus misántropas intenciones, parecía que los Trol del Bosque querían insistir en que se quedara. Un par de Guerreros Trol particularmente corpulentos y feroces, que no se habían unido a la batalla, alzaron sus enormes hachas de guerra y se precipitaron hacia Bryan. Unos cuantos Cazadores armados con jabalinas afiladas los acompañaban.

- Discúlpenme, pero yo sólo estaba de paso, así que me iré inmediatamente. Continúen su saqueo con toda confianza. ¡No tiene nada que ver conmigo! - Bryan no quería que le surgieran nuevas complicaciones, así que cuando vio que los Guerreros Trol se lanzaban contra él, les gritó en voz alta e intentó retirarse pacíficamente.

- ¡Ja! Los hombres ser los más ladinos y malvados entre las razas. ¡Matadlo! - Parado junto a un grupo de Chamanes Trol, un poco alejados del combate, estaba uno que debía ser el líder de esta operación sustractiva, porque gritó esas duras palabras usando la lengua común (el lenguaje de los seres humanos) en el continente.

Los Guerreros Trol se habían detenido. Estaban un poco confundidos por las palabras de Bryan, pero dejaron de lado su vacilación en cuanto su líder los espoleó y volvieron a cargar con sus hachas levantadas mientras que los Cazadores le arrojaban un par de proyectiles.

- ¡Maldita sea! ¡Están invitando a la muerte idiotas! - Ahora Bryan también estaba un poco enfadado. Acababa de evadir con un ágil movimiento a las dos jabalinas que le arrojaron, cuando los altos y voluminosos Guerreros se arrojaron sobre él con sus hachas de batalla bien en alto. Obviamente estaban planeando matarlo junto con los mercenarios.

Bryan dio un paso atrás y sujetó una de las jabalinas que le habían arrojado, para extraerla de la tierra de un tirón. No esperó a que los Troles se acercaran a él para arrojarla contra sus enemigos. En sus manos, la jabalina salió disparada tan rápido como un relámpago surcando el aire. Primero atravesó limpiamente el pecho del guerrero que cargaba adelante y luego empaló al segundo, que corría detrás, en el estómago.

Con una sola lanza había atravesado a dos de Guerreros Troll de dos metros y medio, quienes sólo pudieron emitir un par de espantosos gritos antes morir. Luego, Bryan recogió una de las hachas de los Troles muertos y gritó con fuerza: - ¡Si tanto quieren que yo los masacre, montón de imbéciles, con gusto los complaceré! -

Luego del combate anterior contra los Ogros Devora-Hombres, Bryan ya no tenía miedo ni perdía el tiempo dudando a la hora de matar a alguien. También se sentía vagamente excitado por la posibilidad de volver a combatir.

El instinto le decía que mostrar misericordia o negociar sería algo completamente inútil en contra de bandidos y ladrones como estos. El único idioma que estas bestias entendían era el lenguaje del miedo. Los únicos métodos que aprobaban eran los de la crueldad y el dolor. Lo único que respetaban era la fuerza fría y calculada para sorprenderlos o asustarlos. Cuanto más timorato o conciliador se mostrase, más estaría animándolos a atacarlo sin reservas. Por eso Bryan había recurrido directamente a la violencia despiadada antes de amenazarlos, para que supieran a qué tenían que atenerse si se atrevían a ir contra él.

Y funcionó perfectamente. En cuanto Bryan ensartó a los dos primeros y soltó su advertencia, las expresiones de los otros cuatro troles que habían seguido la carga de sus hermanos vacilaron e incluso retrocedieron unos cuantos pasos hacia atrás. El impacto psicológico fue intenso y hasta el jefe lo miraba con cierto temor y una expresión preocupada en su rostro.

- ¡Bravo guerrero, por favor, rescáteme! -

En este momento el gordo que se ocultaba detrás de los mercenarios comenzó a gritar con un entusiasmo repentino, viendo a Bryan con una expresión fervorosa, como si fuera su salvador.

- ¡No me interesa! - Bryan respondió con decisión. Luego apoyó el Hacha de Guerra sobre sus hombros con un resoplido frío y se dispuso a marcharse.

En cuanto vio que comenzaba a alejarse, el gordo perdió toda la compostura que le quedaba y comenzó a gritar de forma salvaje: - ¡Por favor espere, Gran Guerrero! Estoy dispuesto a pagarle una generosa recompensa si me salva. ¡Te prometo que quedarás satisfecho! -

Bryan ya había dado algunos pasos para irse cuando oyó esas palabras. De pronto se detuvo en seco y se dio la vuelta mostrando una ligera sonrisa, mientras miraba al gordo. Luego dijo: - Noble señor, ¿cuán grande sería exactamente esa recompensa que está tan dispuesto a dar? -

El gordo quedó momentáneamente aturdido, luego vaciló, apretó los dientes y dio un pisotón mientras respondía, gritando en voz alta: - ¡Cincuenta monedas de oro! -

- ¡Lo siento, por favor búsquese a alguien más! - Dijo Bryan, mientras pensaba en que, si hubiese sido el de antes, cincuenta monedas de oro le hubiesen parecido un premio tentador. Pero ahora que había superado tantas pruebas en el Bosque Oscuro y sabía que sus habilidades eran lo bastante elevadas como para cazar por sí solo a los Lobos Cuchilla-Viento, ya no le parecía que cincuenta oros fuese una cantidad por la que valiera la pena arriesgase a morir.

El Gordo se puso aún más ansioso al ver que Bryan se volvía para irse. Así que volvió a ofertar gritando: - ¡Puedo aumentarlo hasta sesenta! -

- Pues tu vida no vale mucho. - Bryan continuó caminando sin siquiera mirar hacia atrás.

- ¡Pues entonces Ochenta! ¡No, que sean cien! ¡Ciento veinte entonces! ¡Ciento cincuenta!… ¡Arrgh, doscientas! ¡¡Doscientas monedas de oro!! -

La figura que se alejaba se detuvo con brusquedad. Bryan volvió a darse vuelta sonriendo afablemente, volvió sobre sus pasos y dijo: - ¡Muy bien, por doscientas monedas de oro tenemos un trato! Es un poco barato, pero estoy dispuesto a ignorar las pérdidas para ayudar a un amigo. -

- ¡Te doy mi palabra, doscientas monedas de oro! ¡Pero es prácticamente un robo! ¡Esa cantidad es suficiente para comprar más de diez propiedades! ¡Maldita sea mi suerte! ¡Sácame de aquí! - El gordo gruñó con una expresión de dolor en el rostro.

Cazador Trol atacando con su jabalina por la espalda

Nota del Traductor

Buenas a todos soy acabcor de Perú. Y este capítulo ha sido reeditado el 20 de mayo del 2021.

Espero que este capítulo no sea muy confuso, pero es que Ni Can Tian no es muy claro sobre los Trol del Bosque. Todos los que sabemos algo de narrativa fantástica tenemos bien claro que los Trol son gigantescas criaturas parecidas a los ogros, pero el autor da unos datos muy extraños cuando los divide en Guerreros, Cazadores y Magos… Que en verdad recuerdan más a los Orcos que otra cosa.

El asunto es que pude haberlos simplemente renombrado como Orcos, pero más adelante hace que aparezcan Orcos… Así que eso no iba a servir. Para solucionar el problema revisé el viejo baúl de los recuerdos y simplemente describí a la facción de la Horda en WOW 3.

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Nos vemos en el siguiente capítulo.