65 Una forma rápida de entrenar

En la vasta extensión sur del Bosque Oscuro, muy cerca del Cementerio de la Muerte, había una magnifica cascada que derramaba un enorme y constante flujo de agua en una laguna profunda y extensa, de la que nacía un arroyo de aguas espumosas que eventualmente se dividía en tres causes independientes, los cuales discurrían hasta perderse en la espesura.

Alrededor de la laguna crecían enormes arboles exuberantes. Y toda la orilla estaba rodeada de rocas grandes con formas extrañas e increíbles, que daban al sitio una sensación de irrealidad. El agua era tan limpia y cristalina que se podía ver a los peces nadando en su interior ahí donde la superficie estuviese tranquila.

Y como culmen de esta imagen de perfección estaba el agua de la cascada en sí, que resplandecía con un brillo plateado mientras descendía del mismo modo en que la vía láctea recorre el cielo nocturno, hasta que se encontraba con las aguas de la laguna emitiendo fuertes rugidos. En su camino se estrellaba contra varias rocas, formando ríos violentos que rebotaban sobre las distintas superficies y esparcían impresionantes chorros en todas las direcciones hasta que finalmente se encontraban con las aguas tranquilas.

Había un enorme pedazo de roca dura en una esquina, ligeramente próxima al punto donde la caída de agua se precipitaba con más fuerza. Sobre ella se encontraba un individuo sentado, completamente desnudo, con las piernas cruzadas y resistiendo toda la fuerza que ese enorme volumen de agua arrojaba contra su cuerpo.

Las agitadas corrientes resonaban con fuerza cuando aterrizaban en la superficie de su cuerpo y a veces parecían a punto de hacerlo vacilar. Pero la expresión de su rostro permanecía fría, mientras las venas bajo su piel se veían abultadas y pulsantes. Un débil brillo de color oscuro resplandecía sobre su piel, dándole una apariencia aciaga.

Naturalmente esta persona era Bryan. Después de llegar al Cementerio de la Muerte el primer objetivo en su lista de pendientes era asimilar cuanto antes el Aura de Batalla había absorbido con su cuerpo cuando ese asesino de los “Sombra Fantasmal” lo atacó.

Después de haber superado el “Reino Sólido” de la magia demoníaca y llegar hasta el “Reino de los Pasajes Abiertos”, el cuerpo de Bryan había sido prácticamente reformado de nuevo. Ahora muchas cosas funcionaban de forma diferente y eso incluía el modo en que su cuerpo lidiaba con el Aura de Batalla que había absorbido. En un principio, cuando estuvo en el Gremio Mercante de Boozt, la Esencia Mágica había contenido la energía dañina del mismo modo en que siempre lo había hecho y por eso Bryan pensó que al final la asimilaría como siempre.

Sin embargo, muy pronto comprobó que estaba equivocado. El Aura de Batalla del asesino no estaba siendo absorbida, sino que ocurría todo lo contrario. Era como si la Esencia Mágica estuviese liberando poco a poco esa peligrosa energía de forma lenta y deliberada, permitiendo que se extendiera por los circuitos mágicos de Bryan e incluso quebrase algunos de sus huesos.

Lógicamente, esto tendría que ser una situación muy dolorosa. Sin embargo, Bryan descubrió con asombro que los circuitos mágicos y los huesos que eran dañados por el Aura de Batalla estaban sufriendo algún tipo de cambio gradual conforme se regeneraban, volviéndose más fuertes y amplios que antes. La Esencia Mágica también circulaba por ellos con una velocidad muy superior a la de otras áreas de su cuerpo y los huesos regenerados también se volvían más duros y resistentes.

Al darse cuenta de esto Bryan sintió una gran alegría, porque tenía bien claro que la mejor condición para progresar era lastimar y regenerar su cuerpo continuamente. Entonces pensó que quizá podía aprovechar este cambio inesperado como una oportunidad para acelerar su entrenamiento y avanzar rápidamente en el dominio del “Reino de los Pasajes Abiertos”. Si lo hacía bien, podría hacerse mucho más poderoso en muy poco tiempo.

Bryan se encontró con esta cascada mientras caminaba por el bosque. Una parte suya estaba reflexionando sobre cómo fortalecerse, mientras que la otra parte maldecía al masoquista empedernido que seguramente fue el creador de esta magia tan extraña. Y fue ahí, mientras contemplaba el paisaje, cuando tuvo la idea de utilizar la fuerza de la caía del agua para desarrollar más rápido sus poderes.

Así fue como terminó soportando el peso de las aguas en el exterior de su cuerpo, mientras que en su interior el Aura de Batalla continuaba lastimándolo y causándole gran dolor. Pero conforme pasaba el tiempo sus circuitos mágicos se iban fortaleciendo y su progreso en el entrenamiento avanzaba a una velocidad inconcebible hasta entonces para Bryan. 

En un principio había intentado colocarse directamente en el centro de la cascada, donde la fuerza de la caída del agua era mayor, pero sólo pudo mantenerse un breve momento antes de perder el conocimiento y ser arrastrado por la terrible corriente. Cuando logró salir de nuevo a la superficie, estimó que no podía soportar más de tres segundos en el centro sin desmayarse, así que decidió ser práctico y conformarse con entrenar en una zona donde la caída no fuese tan fuerte. Más adelante, cuando su fuerza física se incrementase, iría aproximándose poco a poco hacia el centro para aumentar el ritmo de este proceso de daño y regeneración.

*****

Así fueron pasando los días. La mayor parte del tiempo Bryan se entrenaba bajo la cascada. Cuando tenía hambre hacía una pausa para pescar. Y el resto de su jornada la invertía estudiando Necromancia. Después de quien sabe cuántas semanas siguiendo esa exigente rutina, Bryan notó que la velocidad de su desarrollo en el “Reino de los Pasajes Abiertos” estaba volviendo a detenerse y supo que el Aura de Batalla del asesino finalmente había terminado de desaparecer.

- Parece que voy a tener que encontrar otra forma de acelerar mi entrenamiento. Creo que la tranquilidad o la paciencia no funcionan para el “Reino de los Pasajes Abiertos” y también necesito hacerme más poderoso si quiero sobrevivir. - Murmuró Bryan para sí mismo antes de zambullirse en la laguna. Ahora podía nadar con la misma agilidad que una nutria, hasta el punto en que parecía estar volando dentro del agua.

De repente movió sus manos como un relámpago y de un solo intento había atrapado a dos peces de aspecto extraño. Luego se desplazó hasta la orilla, se puso sus ropas y buscó las rusticas herramientas que había construido para preparar su pescado.

Cuando acababa de terminar de comer, decidió que era tiempo de dar el día por terminado y regresar al Cementerio de la Muerte. Pero entonces sus oídos captaron el inconfundible sonido de pisadas a lo lejos.

Para ese entonces los sentidos de Bryan se habían vuelto mucho más perceptivos, así que cerró los ojos para enfocar toda su concentración en discernir el origen y naturaleza de esas pisadas.

La primera regla para sobrevivir en el Bosque Oscuro era dar cada paso con sumo cuidado, pues no había un solo rincón que no tuviese alguna clase de amenaza. En todo momento se corría el riesgo de toparse con una criatura mágica extremadamente peligrosa, todo tipo de razas desconocidas e incluso aventureros fuertes, pero poco honorables, que podían decidir atacarlo de improviso.

Hubo una ocasión en que Bryan logró ver la silueta de un Dragón Plateado cuando se quedó entrenando más tarde que de costumbre. Por suerte el dragón no reparo en él y se alejó volando hacia las zonas más profundas del Bosque Oscuro.

Hasta donde sabia, los dragones eran las criaturas más poderosas en este mundo. Había leyendas que describían sus habilidades y características; como que sus cuerpos eran más duros que las rocas de hierro o que poseían un dominio de la magia increíblemente abrumador. Los Dragones se hacían más fuertes conforme pasaba el tiempo de modo que, si nadie los mataba o los herían de gravedad, podían convertirse en criaturas prácticamente invencibles. Algunos dragones de la era legendaria se volvieron tan poderosos que incluso podrían haber sobrepasado el Nivel 1 entre las criaturas mágicas. También eran muy orgullosos; de hecho, cada uno se jactaba de poseer un poder inigualable y reaccionaban con gran ferocidad si percibían el menor atisbo de menosprecio. Por suerte se reproducían con lentitud y maduraban con lentitud, así que casi ninguno llegaba a desarrollarse completamente, de otro modo su especie habría dominado el mundo entero.

Muy a menudo su presencia era un indicador de que había algún tesoro cuantioso en las proximidades; pues su avaricia era muy conocida, como también su costumbre de reunir montículos de objetos valiosos y utilizarlos como colchón para dormir. Si existía algún guerrero capaz de matar a un dragón, sin importar la especie, recibiría el respeto y la admiración general.

Por supuesto que Bryan no pensaba cometer la estupidez de enfrentarse a un dragón con su fuerza actual o intentar quitarle sus tesoros. Pero haber visto a un Dragón Plateado tan majestuoso como ese, le confirmó que existían regiones mucho más aterradoras y misteriosas de lo que podía imaginar en lo profundo de la espesura.

Después de un tiempo corriendo sigilosamente entre los árboles, Bryan llegó hasta donde se originaba el sonido de las pisadas y examino el entorno con cuidado. Entonces soltó una sonrisa involuntaria mientras pensaba en cómo el Bosque Oscuro nunca lo decepcionaba a la hora de sorprenderlo con encuentros inesperados.

Había un grupo de unos treinta troles combatiendo contra unos individuos de baja estatura, aunque robustos, con barbas y bigotes largos que llevaban trenzados. Eran Enanos, los legendarios artesanos y orfebres, expertos en el uso de martillos de hierro, picos y palas, que usaban para extraer todo tipo minerales a los que daban la forma que quisieran; aunque también podían usarlos para combatir con eficiencia, como demostraban en ese momento. Sin embargo, era evidente que estaban sufriendo las consecuencias de estar inferioridad numérica, porque dos enanos ya se habían derrumbado en el suelo por las heridas de las lanzas y jabalinas de los troles.

Pero aun sabiendo que no tenían oportunidad de ganar esta batalla, ninguno de ellos retrocedía o escapaba, en cambio se mantuvieron en sus puestos y no dejaron de luchar contra los Troles del Bosque a pesar de todas sus heridas

Bryan ya había adquirido un conocimiento aproximado de la mayoría de criaturas y razas extraordinarias del Continente Vathýs. Los enanos eran famosos por poseer las mejores habilidades para la forja de armas y también por producir una excelente cerveza. Sus personalidades eran muy conservadoras y valoraban los frutos de su esfuerzo casi tanto como su propia vida. Solían ser bastante tercos y temperamentales, pero una vez que alguien se ganaba su amistad demostraban una generosidad casi sin límites.

El valor con el que estos enanos continuaban combatiendo sin temor a la muerte, sabiendo que era imposible sobrevivir al asalto de los troles, era algo digno de admiración. A pesar de sus heridas ellos seguían blandiendo sus herramientas, soltando rugidos de guerra y algunos hasta sonreían sin temor a morir. Sin darse cuenta Bryan comenzó a sentirse predispuesto a ayudar a estos enanos, aunque normalmente no le importaba mucho lo que les pasara a unos desconocidos.

Rápidamente racionalizó ese sentimiento y concluyó que las habilidades de estos enanos podían ser muy útiles para él. Así que después de un breve instante de análisis corrió precipitadamente fuera de la espesura y con su daga desenvainada acuchilló por la espalda a uno de los Trol que no alcanzó a darse cuenta de su presencia.

El ataque sorprendió al resto de los troles, que detuvieron su ataque por un momento. Bryan aprovechó la oportunidad para colocarse entre ellos y los enanos, al mismo tiempo que recitaba su conjuro para invocar a su Pequeño Esqueleto.

Bryan ya se estaba listo para entablar un terrible combate, pero entonces el rostro verdoso del líder de los troles se deformó aún más de lo normal en una mueca de terror y señaló al Pequeño Esqueleto al tiempo que gritaba: - ¡Es el demonio! ¡El malvado humano llamar demonio otra vez! ¡Retirada! ¡Retirada! -

Parecía que los rumores del terrible poder de su Pequeño Esqueleto negro con siete púas en la espalda se había extendido entre los troles hasta el punto de dejarlos medio traumatizados. En el instante en que lo vieron blandir su daga de hueso comenzaron a huir desesperadamente en todas las direcciones hasta perderse en la espesura.

Después de que los troles del bosque se hubieran marchado, uno de los enanos más fuertes, que cargaba un martillo de metal, lo levantó para expresar su gratitud: - ¡Salve, gran guerrero! Mi nombre es Bennett. Permíteme expresar mi gratitud y la de mis hombres por tu ayuda. -

- Salve, nobles enanos. Su valor y coraje en el combate son dignos de admiración. ¿Podrían decirme porqué esos Troles del Bosque los atacaban? - Bryan extendió las manos en señal de paz y les habló con humildad y cortesía.

- Huuh. Esas sabandijas codiciosas son ladrones por naturaleza. Nunca se ponen a trabajar y sólo emplean su tiempo y esfuerzo para asaltar el botín de otros. Hace días nos enviaron emisarios, si tal palabra puede emplearse para describir a esas criaturas, y nos demandaron que fabricásemos armas para ellos. ¡Querían usar nuestras armas para facilitar sus fechorías! Naturalmente nos negamos y desde entonces esos cobardes ladrones nos acosan sin cesar y aprovechan cualquier oportunidad para herir a los nuestros. - Bennett acarició su bigote mientras respondía con un tono de profundo desprecio.

Asintiendo, Bryan agregó: - Puedo entender lo que dices. La primera vez que vi a los de su tipo estaban intentando asaltar una caravana mercante de nuestro Imperio. ¡Estos malditos rapiñadores son peor que una plaga! -

- Noble guerrero, has salvado nuestras vidas. ¡Déjanos expresar nuestra gratitud compartiendo contigo nuestra más fina cerveza! - Bennett lo miró sonriente y le extendió la mano como gesto de amistad.

Pero aun sabiendo que no tenían oportunidad de ganar esta batalla, ninguno de ellos retrocedía o escapaba...

Nota del Traductor

Buenas a todo el mundo, soy acabcor de Perú. Donde un hombre es poco hombre si no sabe cocinar. ¡Aquí tienes que saber cantar, cocinar y contar anécdotas!

 

Este capítulo tuvo una de las cargas de redundancia más fuertes de todos los que he leído amigos. Sobre todo, en el tema de la cascada. Cascada por aquí y cascada por allá. Tuve que investigar vocabulario específico sólo para poder encontrar otras formas de narrar las cosas sin omitir información y aun así quedaron demasiadas referencias que ya no podía evitar.

 

Ahora veo que he reducido lo que habían sido como 9 páginas a 6 sólo quitando texto innecesario, ustedes me dirán si estuvo bien o mal si leen la versión en inglés.

 

Como se habrán dado cuento ahora estoy sacando máximo 2 capítulos por semana, eso se debe al poco tiempo con el que cuento. Aunque admito que también tiene que ver el hecho de que encontré esta novela llamada “Awakening” y me puse a leerla.

 

Ahora incluso me quedé envuelto en protestas sociales porque el presidente ha decidido implementar eso de la “Ideología de Género” en los colegios de primaria, ya saben esa cosa donde le dicen a los niños que no hay diferencias entre ser hombre y mujer o que todo es opcional y que se yo. El punto es que en mi humilde opinión no hay un hombre que se parezca a otro hombre, por tanto, me parece imposible que no haya diferencias entre hombres y mujeres.

 

Claro si me entero de que le están pagando menos a una mujer que hace el mismo trabajo que un hombre y sólo con la excusa de ser mujer… eso sí que es injusto. Pero ese problema se resuelve en el senado no en el colegio. Les diré lo que ofendió a los peruanos: Que el ministro de educación se gastó 900 millones sólo en consultas a grupos privados (que curiosamente eran amigos del ministro) para implementar la ideología de género en los colegios. ¡Cuando hay colegios que no tienen servicios higiénicos porque no les alcanza el presupuesto! ¡Cuando hay colegios que no tienen luz eléctrica! ¡Cuando hay pueblos donde ni siquiera hay colegios! ¡Cuando estamos últimos en calidad educativa! La lista sigue y sigue.

 

¿Y todo para qué? Para intentar lo mismo que ya intentaron en Noruega en el año 2002 y que para el año 2008 demostró ser un completo fracaso. Y les estoy hablando de un país en el que literalmente prohibieron usar pronombres masculinos o femeninos para intentar homogeneizar los sexos.

 

En fin, dos millones de personas se movilizaron sólo en la capital (no sé el numero en el resto del país) y yo me quedé atrapado en estas marchas sin poder moverme o traducir el volumen. Aunque como personalmente los apoyo, porque creo que, si emplearan ese dinero para reforzar la comprensión de lectura de los niños en lugar de decirles que no existe su género, quizá tendríamos mejores políticos. Terminé involucrándome en la protesta y estuve marchando por la ciudad.

 

Yo odio las marchas, porque son ruidosas. Detesto las multitudes, detesto el ruido, detesto el tráfico. Pero esta vez tuve que unirme a mi gente y protestar por algo que creo que está mal.

 

Les cuento esto para que entiendan porque me tuve que demorar un poco con estos volúmenes. Quizá algunos de ustedes estén a favor de la ideología de género, yo respeto eso. Como diría mi abuelo “En la democracia podemos tener diferentes opiniones y yo puedo estar en total desacuerdo contigo, pero estoy dispuesto a dar la vida para que puedas expresar lo que piensas”.

 

Mi abuelo era todo un poeta.

 

Por ahora mi ciudad está muy convulsionada y van a seguir habiendo marchas por ese y otros motivos relacionados a la corrupción de no se cuales ministros o diputados hasta el 15 de marzo del 2019. No participaré en todas, pero sin duda afectarán mis traducciones, porque el tráfico generado hace que tenga mucho menos tiempo. Así que lo siento.

 

Otro detalle es que nos estamos acercando a la Semana Santa. Mi país es sumamente religioso, tradicional y ceremonioso, así que tenemos muchos eventos que realizar y TODOS tenemos que participar. Eso más la tesis pendiente… pues voy a estar unas cuantas semanas sin dormir para fines de marzo. A mí no me molesta, porque me encantan las tradiciones de mi país, pero espero que entiendan que si demoro es porque quiero entregarles un producto bien hecho y si hay algunos errores, pues quizá el sobre carga de trabajo hizo que se me pasase algo.

 

Nos vemos en el siguiente capítulo.