110 El Misterioso Druida

Eneas y Gordon improvisaron una camilla utilizando algunas partes de las tiendas de campaña atadas unas con otras. Sobre ella colocaron a Odiseo, quien a pesar de estar malherido se esforzó por comprender la situación e incluso consiguió calmar la hostilidad hacia Trunks por el bien de todos. Pero a pesar de que los aventureros ya no pedían la cabeza del Cazador de Monstruos, no dejaban de lanzarle miradas asesinas a la menor oportunidad.


Por su parte, Trunks guiaba al grupo sin prestarles la menor atención, como si toda la aversión dirigida hacia él tuviese la misma importancia que la fecha del día. La dirección del viento parecía ser más significativa para él que los sentimientos del grupo y hasta Bryan se sorprendía por su indiferencia suprema. Finalmente se aventuró a preguntarle, de forma disimulada, cuáles eran sus pensamientos respecto a viajar con tantas personas que lo detestaban.


- Al lobo no le importa el número de ovejas y mucho menos sus opiniones. Si no hubieras descubierto mi emboscada, todos ellos ya estarían muertos. Esto es el Bosque Oscuro, donde sólo puedes matar o morir. ¿Qué importancia tienen los que ni siquiera son una amenaza? -


O sea que, si uno no tiene suficiente poder como para matarte, ¿ni siquiera hay que dirigirles la palabra? ¿Cómo negocias con alguien así?” Pensó Bryan con ironía, pero se guardó muy bien de comentarlo o mencionarle las palabras de Trunks al resto de aventureros. No había motivos para echar más leña al fuego.


Pero a pesar de lo taciturno que parecía, el Cazador de Monstruos era bastante comunicativo con las personas que se ganaban su respeto y Bryan era uno de ellos. Con el pasar de los días fue contándole más cosas acerca del Bosque Oscuro, las criaturas que lo habitaban, los peligros que acechaban detrás de cada esquina y las recompensas que se ocultaban hasta debajo de las rocas.


- ¿Cuántas personas he visto morir? - Respondió Trunks en cierta ocasión cuando le preguntó al respecto: - Ni idea. Hubo un tiempo en que lo supe. En esa época memorizaba los nombres y rostros de cada persona que moría fuera de una batalla, pero un día fueron demasiados, así que sólo recordé el número, hasta que se hizo muy grande. Después decidí que sólo contaría a los que me agradaban. Un día también me olvidé de ellos. El Bosque Oscuro no perdona ningún descuido, ni tampoco la debilidad. O eres fuerte o en realidad estás muerto y todavía no lo sabes. -


Ser amable se interpretaba como ingenuidad, la indecisión como debilidad. En el Bosque Oscuro solamente importaba el poder individual, todo lo demás eran preocupaciones secundarias que podían llegar a matar a quien no lo entendiera a tiempo. Llegado a cierto punto, hasta el trabajo en equipo tenía sus limitaciones, sobre todo al enfrentar a las poderosas criaturas que vivían en los territorios más profundos de la espesura.

****

Durante los siguientes tres días Trunks los condujo por senderos seguros o poco transitados. Y gracias a sus habilidades no se cruzaron con ningún monstruo, lo cual habría sido terrible mientras trasportaban a un herido. El propio Odiseo sintió que finalmente sus dolores disminuían, aunque el problema de su pecho persistía sin mejorar y las heridas se le abrían de vez en cuando.


Las lesiones de Trunks se recuperaron casi por completo gracias al tratamiento, también fue recuperando su Aura de Batalla. Pero las heridas que Bryan le había hecho especialmente con el Desgarrador Sombrío, en las manos y los pies, no llegaban a curarse del todo; así que sus movimientos seguían restringidos. Sin embargo, la palidez de su rostro desapareció y parecía mucho más saludable.


Al atardecer llegaron a las orillas de un estanque que, a primera vista, parecía seguro e incluso contaba con varios árboles de enormes raíces y ramas muy tupidas, que ofrecían algo de protección. Se veía como un lugar perfecto para dejar descansar a su camarada convaleciente mientras reponían sus raciones de agua, así que acomodaron a Odiseo y fueron a sacar sus cantimploras.

De pronto Trunks frunció ligeramente el ceño, como si algo le molestase, aunque al final optó por no decir nada. Pero Bryan tenía sentidos amplificados y para entonces ya había aprendido a leer el semblante del Cazador de Monstruos, así que le hizo un gesto interrogante.


- ¿Qué es? -


- ¿Vez esas algas que flotan en la orilla? Son mágicas. Tienen una especie de espinas diminutas que se clavan en la piel, enloqueciendo tanto a hombres como a bestias. El veneno funciona como una maldición que los obliga a zambullirse en el lago hasta que se ahoguen definitivamente. Morirán si no tienen cuidado. -


- ¡Afrodita, Gordon, no dejen que nadie se acerque al lago! - Gritó Bryan de inmediato y rápidamente les explicó. - Cuidado con las algas, son peligrosas. -


Gordon detuvo a todos rápidamente y permaneció en guardia. Afrodita regresó a su lado y le preguntó: - ¿Servirá crear una corriente para alejarlas? ¿O debemos renunciar al agua? Con lo que nos queda podríamos aguantar hasta mañana, pero después estaremos en problemas. Y si gasto mi magia en crearla, no podré apoyarlos completamente si nos encontramos con un monstruo. -


Bryan asintió a su comentario e inmediatamente miró a Trunks con una ceja alzada. Este dejó escapar un gruñido de irritación, pero finalmente dijo: - Odian el calor. Si sostienen antorchas mientras recolectan el agua, las algas huirán espantadas y no habrá problemas. -


- Gracias. - Respondió Bryan y se fue junto con Afrodita para explicarles al resto de Aventureros. Eneas y Gordon encendieron un par de antorchas mientras que los magos recolectaban el agua a mano para mantener su Fuerza Mental intacta. Todo procedió bien, de modo que en poco tiempo repusieron sus raciones.

Entonces Bryan hizo un gesto con la cabeza, como si algo hubiese llamado su atención, luego se volvió hacia Trunks y le dijo: - Tu Mantícora está cerca. -


El aludido no intentó negarlo, pero lo miró con recelo a la vez que comentaba: - Realmente puedes percibir todo a tu alrededor. En efecto, elegí esta ruta porque aquí es donde le enseñé a esperarme cuando nos separamos. Tiene un gran sentido del olfato, así que no tardará en encontrarme. -


- Muy bien, pero espero que la mantengas controlada. -


- Es mi bestia, sabe que debe obedecerme o lo mataré, sin importar cuanto lo aprecie. No necesito de tus advertencias. - Trunks se apoyó perezosamente en tronco de un árbol y entonces soltó un profundo silbido.


Bryan no dijo nada más, pero continuaba preocupado. Una cosa era pactar con una persona y otra muy distinta era confiar en un animal que funcionaba por instinto, sobre todo uno tan peligroso. Sería diferente si se tratara de una bestia mágica legendaria, que eran capaces de desarrollar conciencia, pero incluso así existía un gran riesgo.


La Mantícora había estado merodeando entre los árboles a varios metros de distancia, de vez en cuando bajaba la cabeza para olfatear el terreno, pero alzó de inmediato una de sus orejas felinas en cuanto captó el silbido de Trunks y en menos de unos segundos cerró la distancia que los separaba a una velocidad vertiginosa. La enorme bestia emergió de la espesura para detenerse dócilmente al lado de su amo, pero esto no podía pasar desapercibido al resto de aventureros. Gordon fue el más rápido en reaccionar y desenvainó su mandoble, pero Bryan se adelantó para calmarlos.


En ese mismo momento uno de los Espectros Originales que estaba patrullando el perímetro alrededor del grupo detectó un extraño fenómeno.


Todos los árboles alrededor del lago estaban llenos de tupidas ramas enrevesadas. Sus troncos eran gruesos y de apariencia ancestral, como si hubiesen vivido por miles de años. Generalmente esto era usual dentro del misterioso Bosque Oscuro, con la excepción de que la proximidad del lago permitió a estos árboles crecer bastante más altos que otros y desarrollar enormes raíces que se introducían y salían de la tierra, como enormes serpientes inmóviles, hasta que finalmente terminaban zambulléndose en sus aguas. Toda esta vegetación se veía antigua e imponente.


De pronto, uno de estos árboles comenzó a sacudirse muy levemente primero y luego casi con violencia, mientras que su cuerpo parecía rejuvenecer por arte de magia. De repente se cubrió de flores, que instantáneamente volvieron a ser capullos, después las ramas de la copa fueron reduciéndose hasta convertirse en lianas, mientras que las demás se encogían, como si el tiempo estuviese retrocediendo o eso pareció al principio. Sorprendentemente el tronco, que hacía unos momentos parecía completamente sólido, comenzó a retorcerse sobre sí mismo e incluso entrelazarse con sus propias ramas, hasta el punto de fusionarse, para convertirlas en cuatro extremidades.


De esta mística metamorfosis emergió un ser similar a un ser humano, pero que evidentemente no lo era. Tenía una altura de tres metros, sus cabellos parecían ser lianas enriquecidas por diminutas hojas de color verde muy oscuro, sobre las cuales sobresalían un par de astas aparentemente de madera, muy similares a las cornamentas de un alce.


Su piel era una mezcla de tonalidades que iba del verde oscuro al marrón, como la de los Trol del Bosque, aunque sin ninguna de las imperfecciones; en cambio sus orejas se parecían a las de los elfos. Los ojos le resplandecían intensamente y no parecía tener pupilas, pero aun así trasmitían una sensación de vívida inteligencia. Los ropajes que vestía eran una gran mezcla de texturas similares a hojas y cortezas entretejidas, pero que inesperadamente le daban una apariencia regia. En sus manos portaba un enorme báculo de madera que apenas había sido tallado, de modo que parecía más una rama silvestre, aunque cualquier entendido podría percibir de forma instintiva que poseía cualidades mágicas. Pero lo más asombroso era la enorme sensación de sabiduría y dignidad que toda su persona evocaba.

Bryan vio todo esto a través de su criatura. El asombro y la curiosidad lo dejaron perplejo por unos momentos. Mientras tanto, este extraño ser comenzó a caminar tranquilamente, pero poniendo atención a su entorno, como si estuviese siguiendo un rastro que solamente él podía detectar. Entonces lo escuchó murmurar con una voz que se reveló profunda y grave:


- Reconozco a esa Mantícora. Seguramente el jovenzuelo anda cerca de aquí. -


Esa frase fue suficiente para que Bryan dedujese el resto, de modo que se volvió hacia el Cazador de Monstruos y dijo: - Eh… Trunks, un extraño hombre-árbol viene hacia aquí y parece estar buscándote. ¿Hay alguna información que quieras compartir con nosotros? -


La expresión perezosa de Trunks se trasformó de inmediato en una de sorpresa: - ¿Hombre-Árbol? ¡Mierda, es Caspian! ¿Por qué justo hoy de entre todos los días? -


- Detalles, por favor. -


- Caspian es un Druida, un sumo sacerdote de los dioses ancestrales del bosque. Es capaz de cambiar de forma a voluntad, ya sea a un enorme árbol o un oso gigantesco. También puede controlar a plantas y animales e incluso comunicarse con ellos. - Mientras hablaba, Trunks se puso de pie de un salto, para después ponerse a recoger todas sus cosas rápidamente.


- ¿Y este señor naturalista tiene algo contra ti? -


- No estamos en los mejores términos y en mi estado actual no soy rival para él. Lo mejor que podemos hacer es irnos rápidamente. - Respondió Trunks y luego saltó a lomos de su Mantícora, dispuesto a irse sin esperar a nadie más.


- Esa es una gran idea, pero me temo que ya es demasiado tarde. - Respondió Bryan mientras fruncía el ceño. Originalmente se tomó el tiempo de hacer preguntas porque no le pareció que el tal Caspian se moviese muy rápido. Pero entonces lo vio alzar uno de sus largos brazos y uno de los árboles cercanos pareció cobrar vida. Sus ramas se extendieron rápidamente para asir la mano del Druida y lo arrojó unos quince metros por el aire, como si fuera una catapulta improvisada.


Bueno, eso sí que no me lo esperaba”. Pensó Bryan con la ironía de quien se resigna a lo inevitable, pues si tenía que elegir entre reír o llorar, siempre preferiría reírse. Unos instantes después, Caspian aterrizó con un estruendo justo en frente de Trunks.


El Druida alzó la mirada para examinar rápidamente al grupo. Luego se quedó observando al Cazador de Monstruos mientras exhibía una sonrisa tranquila: - Cuánto tiempo sin verte, viejo amigo. Creo que tienes algo que me pertenece y quiero recuperarlo… ahora mismo. -


Trunks no respondió de inmediato, sino que se quedó mirándolo un poco atónito. Pero, en cuanto se recuperó de la impresión hizo un gesto y su Mantícora dio un gran salto para tratar de alejarse volando.


Al ver esto la sonrisa de Caspian no varió en lo más mínimo. Simplemente se limitó a susurrar un antiguo encantamiento y dio un suave golpe en el suelo con su báculo. Entonces todos los árboles, arbustos e incluso las flores alrededor comenzaron a crecer, transformarse y moverse a una velocidad increíble, como si fueran una manda de animales que despertaban de un largo sueño; para después abalanzarse sobre la Mantícora igual que una jauría de perros sobre una apresa herida.


En menos de unos segundos había rodeado por completo a la bestia; y millares de lianas o raíces comenzaron a inmovilizarla, sin importar cuanto empeño pusiera en resistirse. Al mismo tiempo, los árboles se entrelazaron para formar un cerco viviente de troncos que le impedían cualquier huida.


Todo este despliegue de poder sucedió en menos de un par de segundos. Afrodita y Bardo no podían creer lo que veían, Gordon estaba con la boca abierta, incluso el tranquilo Eneas parecía confundido, sin saber qué hacer. La verdad es que nada de lo que habían visto en la legión los había preparado para reaccionar correctamente cuando una sección entera de un bosque comenzaba a moverse e inmovilizaba a uno de los suyos. Solamente Nía permaneció calmada, como si esto no fuese nuevo para ella.


- Viejo amigo, puedo sentir claramente que estás herido. Solo por el hecho de que no has intentado contraatacar me es evidente que no tienes fuerzas suficientes para escapar de mi poder. Imagino que tuviste un combate difícil recientemente. Ahora devuélveme mi cetro ceremonial y te dejaré ir. Incluso curaré tus heridas. ¿No te parece un buen trato? - Dijo Caspian sin dejar de sonreír con benevolencia, como si estuviese tratando con un niño pequeño especialmente travieso. Trunks soltó un gruñido irritado, pero luego tranquilizó a su bestia para que dejara de lastimarse en su intento por liberarse.


Bryan y los aventureros observaban la discusión con interés a una distancia prudencial. A juzgar por lo que escuchaban parecía que Trunks había robado algo de Caspian y este lo quería de vuelta. En ese caso era fácil distinguir quien llevaba la razón, por eso ninguno de ellos hizo el intento de intervenir.


- Vamos Caspian. ¿Acaso piensas aprovecharte de que estoy herido? ¡Al menos dame una pelea justa! - Dijo Trunks extendiendo las manos de forma cordial para dar a entender que no pensaba luchar en ese momento.


Caspian guardó silencio unos instantes, pero una pizca de ironía se asomó en su sonrisa cuando finalmente respondió: - Si mal no recuerdo, robaste mi cetro precisamente cuando estaba lastimado y no podía perseguirte. Es justo que ahora yo aplique lo que tú mismo me enseñaste. Malo sería en cambio si el alumno no superase al maestro. -


- ¡Muy bien, muy bien! ¡Tú ganas, aquí tienes tu baratija! De todos modos, lo he estudiado durante tres meses y no descubrí ninguna propiedad mágica especial en él. - Trunks bufó con resignación mientras sacaba un pequeño cetro de madera exquisitamente tallado del interior de su morral. La pieza era pequeña, pero daba la sensación de ser un objeto muy especial y digno de pertenecer a algún templo sagrado.


Caspian hizo un gesto con la mano, entonces las raíces de uno de los árboles crecieron rápidamente y se extendieron hasta Trunks para aferrarse con fuerza al cetro de madera, luego lo trasportaron rápidamente hacia las manos del Druida. En el momento en que el Cetro volvió con su dueño, una presencia poderosa y extremadamente vivificante comenzó a emanar de su interior. Su poder era tal que todas las plantas a su alrededor, grandes y pequeñas, comenzaron a sacudirse o crujir suavemente, como si celebrasen el acontecimiento.


Caspian extrajo una diminuta botella de vidrio de uno de sus bolsillos y se la arrojó a Trunks diciendo: - Elixir de Cien Flores, muy beneficiosa para cualquier herida física. Nos enfrentamos primero, luego te robaste mi cetro, ahora lo he recuperado. Con esta medicina estamos en paz, espero que no intentes nada contra mí en el futuro. -


Trunks aceptó la poción y se encogió de hombros, pero no prometió nada. A juzgar por su expresión era evidente que tenía intenciones de causarle problemas en el futuro.


- Salve, honorable Druida. Me llamo Nía, soy una hija orgullosa del bosque. Suplico a su merced que ayude a mi amigo, quien fue herido en glorioso combate. - Repentinamente la arquera elfa se adelantó frente a Caspian y lo saludo mientras apoyaba la rodilla izquierda en el suelo. Luego le pidió ayuda en un tono muy respetuoso.


Caspian sonrió tiernamente al mirar a Nía y asintió con gentileza: - ¿Cómo puedo negarme, pequeña muchacha? ¿Dónde está tu amigo? -


Los Druidas eran una orden mística dedicada al culto a los dioses de la naturaleza, por ello sus miembros solían ser elfos originalmente, pero sufrían una metamorfosis que los convertía en lo que eran después de realizar los ritos que los unían de por vida con los poderes del bosque. Sin embargo, no perdían completamente el vínculo que tenían con su raza de origen.


Caspian se acercó a Odiseo y comenzó a examinarlo. Pronto su ceño se frunció cuando vio la gravedad de las heridas, pero aun así comenzó a recitar unos cánticos misteriosos que entraron en efecto rápidamente, porque el rostro adolorido del Aventurero comenzó a mostrar signos de alivio. Después el Druida levantó una mano y tres gotas de agua resplandecientes como diamantes se materializaron en el aire para después caer sobre el pecho vendado. Entonces, Caspian se levantó para volver a dirigirse a Nía: - Tu amigo está gravemente herido. He invocado la protección de los dioses antiguos y derramado tres gotas de Agua Vital sobre sus heridas. Con esto su lesión sanará rápidamente, sin mayores problemas. Pero incluso entonces no podrá volver a combatir o realizar ningún esfuerzo excesivo. De otro modo experimentará mareos, vértigo o incluso perderá el sentido durante días. No puedo hacer nada al respecto… ¡Lo siento mucho! -


- Te lo agradezco, noble Druida. - Dijo Nía volviendo a realizar una reverencia: - El hombre llamado Trunks dijo que la Esencia de una Gorgona puede ayudar a nuestro compañero a recuperarse por completo. ¿Es eso cierto? -


Caspian se mostró sorprendido y miro de soslayo al Cazador de Monstruos con algo de curiosidad mientras respondía: - Mi viejo amigo ha dicho bien. Existe una sustancia muy especial de color azul ubicada en el centro del cerebro de las Gorgonas, que puede sanar casi cualquier tipo de lesión porque regenera directamente la carne dañada hasta dejarla en su mejor estado y continúa haciendo efecto de forma continua durante años, aunque más levemente. Pero conociéndolo como lo conozco, me resulta difícil creer que mi viejo amigo haya decidido ayudar a otros voluntariamente. ¿A qué se debe esto? -


- Después de seguirme durante tantos meses finalmente has recuperado tu cetro arcano e incluso sanaste a una apersona en problemas. ¿No crees que ya es tiempo de que dejes de vagar por ahí y regreses a tu Orden? - Dijo Trunks con un tono bastante irritado.


Caspian sonrió al verlo, pero al final asintió con condescendencia mientras volvía a conversar con Nía: - Parece que mi viejo amigo está molesto. Supongo que no le habrá ido muy bien en su última pelea, je, je. Pero en realidad no es tan malo como parece y si dio su palabra de ayudarles, creo que tienen una buena posibilidad de obtener la legendaria Esencia de Gorgona. Yo mismo me uniría a su empresa si pudiera, pero me temo que tengo demasiados asuntos de los que no puedo prescindir. Rogaré a los dioses antiguos por su éxito. -


- Te estoy muy agradecida, Noble Druida. Que los dioses te guarden en tus batallas. - Nía se sobresaltó un poco, pero se las arregló para recuperar la compostura y responder apropiadamente. Caspian le dio un vistazo divertido a Trunks y luego se marchó caminando tranquilamente con una sonrisa en el rostro, hasta que desapareció en la espesura del Bosque Oscuro.


- Ya vámonos de una vez. A buen ritmo deberíamos llegar a ese condenado lugar en menos de dos días. - Dijo Trunks claramente malhumorado e instándolos a ponerse en camino.

****

El grupo continuó rápidamente la marcha. Con la recuperación parcial de Odiseo y luego de que el Druida Caspian les confirmase lo que Trunks había dicho, todos se sentían con mejores ánimos para continuar.


La etapa siguiente del viaje fue muy similar a la anterior, aunque ahora el sendero serpenteaba y se desviaba de un lado a otro. Gracias a la experiencia del Cazador de Monstruos, lograron evitar una enorme cantidad de peligros y avanzar con buen ritmo, hasta que llegaron a lo que parecía ser los márgenes cubiertos de musgo de un pantano enorme.


El aire a su alrededor se sentía húmedo, sofocante y pegajoso. Las plantas eran muy distintas a las regulares. Sobre todo, se destacaban unas enormes flores extremadamente bellas, tanto que resultaban ominosas. Rápidamente confirmaron que eran feroces plantas devoradoras de hombres, de las que se abalanzaban sobre las presas lo bastante inconscientes como para acercarse a un metro de ellas. De no haber sido por las advertencias de Trunks, que les dijo cómo lidiar con ellas y pasar sin despertarlas, podrían haber perdido a más de uno.


- Hemos llegado finalmente. Los rumores dicen que el Fruto de Dragmar crece en una especie de islote lodoso en medio de este inmenso pantano, que también es el hogar de la Gorgona. Tenemos suerte de lidiar con una, porque a veces esas malditas se juntan en grupos de tres o cuatro, y entonces es casi imposible manejarlas. Pero con esta, quizá podamos lograrlo. Aun así, si alguno de ustedes adora a alguna deidad, les aconsejo que comiencen a rezarle, porque necesitaremos toda la ayuda posible para salir vivos de aquí. - Dijo Trunks con una sonrisa desagradable.

Entrada al Pantano de la Gorgona

Nota del Traductor

¡Qué tal mis amigos! Soy acabcor de Perú, donde tenemos el único caballo capaz de bailar.


Hoy es 12 de enero del 2018.


Señores, aquí en este capítulo he cambiado muchas cosas, pero me he centrado en la descripción de Caspian. Al principio pensé en modificar por completo su denominación como Druida al de una criatura más apropiada, pero después decidí dejarlo porque no quería arriesgarme a alterar la intención del autor. En cambio, sí que modifiqué la descripción de su apariencia para volverlo un poco más espectacular y también a sus poderes. Para ello me inspiré completamente en esa imagen que encontré en la red, que me recordó a un antiguo personaje de Warcraft III y que me pareció perfecto para el rol. En cuanto a sus poderes, simplemente es una combinación sutil de varias cosas que he visto en los animes.


Cuando uno escucha “culto a la naturaleza”, siempre imagina un paraíso idílico de gente muy buena, aunque fuerte, que no contamina nada y se lleva muy bien con las plantas o animales. Como esa película de precio excesivamente elevado llamada Avatar. Yo estoy completamente en desacuerdo con esa forma de ver las cosas. Para mí, la naturaleza es bastante fuerte y mucho más poderosa que la humanidad, así que no necesita nuestra lástima, sino nuestro respeto. También estudié muchos cultos antiguos dedicados a los dioses del bosque… y son terriblemente violentos y sanguinarios, como la misma naturaleza cuando se enfada. Por eso si me describen poderes de la naturaleza, me imagino a algo temible pero magnífico, como los dinosaurios.


Esa es la razón por la que quise alterar un poco los poderes y rasgos de Caspian, para hacerlo más parecido a un rey o un padre ancestral, en lugar de un viejito adorable como lo presentaba el autor, aunque sin cambiar el rol que le dio Ni Can Tian. También arreglé sus diálogos para volverlo ligeramente más solemne y venerable, porque originalmente parecía demasiado encariñado con Trunks.


Otra cosa que he hecho es modificar ciertos detalles a la hora de describir el entorno mientras los aventureros viajan. El objetivo es que el lector sienta que está trascurriendo el tiempo cuando avanzan por el bosque, en lugar de llegar inmediatamente a un sitio u otro. De este modo se siente más el ambiente de aventura.


Los diálogos de Bryan y Trunks también se cambiaron para hacerlos más épicos e irónicos. El motivo es que sus intervenciones originales eran demasiado parecidas a las de un adolescente moderno. Se supone que ambos son sobrevivientes que viven en un mundo violento, de modo que no pueden tener expresiones tan… citadinas.

Si te gustó esta adaptación, por favor deja tu opinión en los comentarios, compártelo con otros para hacernos más conocidos y atraer a más mecenas. Si puedes, ayúdame patrocinándome en mi cuenta Patreon para que pueda seguir haciendo estas traducciones.


Nos vemos en el siguiente capítulo.