254 El jardín de las Delicias (+18)

Este capítulo tiene contenido de naturaleza erótica que puede no ser del agrado de todos los lectores. Se recomienda discreción.

El viaje duró veinte minutos debido a que el tiro de caballos de Lawrence era excelente, al igual que su cochero, que los condujo al trote sin detenerse hasta llegar al distrito norte de la ciudad. Durante ese tiempo Bryan estuvo conversando muchas cosas con su nuevo aliado, afinando los términos de su cooperación y diseñando estrategias para sus enemigos.

Finalmente, el coche se detuvo y el conductor se apeó para abrirles la puertezuela mientras anunciaba: - Vizconde, hemos llegado al Jardín de las Delicias. -

- ¡Excelente! - Respondió Lawrence y sonrió antes de decir: - Acompáñame amigo, es justo darte una bienvenida apropiada para celebrar tu regreso. ¡Vamos disfrutar de la vida! -

Bryan entonces bajó del coche y contempló un enorme edificio bastante lujoso y sin embargo un poco estrambótico, debido principalmente a la cantidad de mosaicos hechos con exquisitos ladrillos vidriados de múltiples colores que se destacaban sobre en enlucido rosado de las paredes. Por toda la superficie había representaciones de plantas como flores y árboles frutales de forma bastante excesiva e incluso la artesanía de hierro y bronce de los balcones había sido forjada para combinar con esta decoración. En resumen, era un edificio que parecía desesperado por parecer una lujosa residencia.

Sin embargo, también era evidente que intentaba disimular cuál era exactamente su función. De hecho, había muchos balcones con ventanas, pero todas eran pequeñas y con las cortinas o persianas cerradas. Además, había muchos guardias, disimulados como civiles, pero era evidente que lo eran y algunos incluso lucían de forma descarada los puñales o garrotes en sus cintos, aunque los escondían cuando pasaba cerca alguna patrulla de la Guardia Urbana.

La extraña contradicción de este edificio sorprendió por unos momentos a Bryan, quien inmediatamente envió a sus Espectros Oscuros a explorar los alrededores. Entonces notó varias decenas de pequeñas chimeneas que dejaban escapar vapor en lugar de humo y supo que el lugar debía ser un conjunto de baños privados.

El problema era que existía un excelente conjunto de baños lujosos cerca del Foro de Itálica, los cuales incluso estaban decorados auténticas incrustaciones de plata y oro. Además, poseían más de 1 400 termas operativas de diversos tipos.

En comparación, este local se veía francamente de mal gusto y no tenía sentido que fuese popular… aunque lo era. Bryan podía ver varios carruajes lujos alineados con cuidado en un sitio designado y una multitud de hombres acaudalados que entraban y salían por las puertas del edificio… exclusivamente hombres.

Ah, ya sé qué lugar es este.” Se dijo Bryan finalmente y muy poco después percibió el aromo almizclero característico, aunque en este caso los administradores del edificio intentaban disimularlo con perfumes de eucalipto, ciprés y otras hierbas aromáticas.

Mientras tanto los guardaespaldas de Lawrence bajaron de su propio carruaje y algunos comenzaron a posicionarse alrededor de los dos jóvenes, mientras que otros se dirigieron hacia el local o las esquinas de la calle como medida preventiva contra cualquier atacante. Pero Lawrence les hizo un gesto para que todos se reunieran a su alrededor y les dijo:

- Ustedes pueden esperar aquí afuera, no voy a ser atacado por nadie en el Jardín de las Delicias. Pueden descansar. -

- Pero joven señor… Tenemos ordenes muy claras de protegerte en dónde sea que vayas. - Respondió uno de los guardaespaldas que se vestía como espadachín, pero por sus modales era claramente un Caballero.

Bryan estaba bastante impresionado por este hombre. Por su experiencia, podía sentir que era por lo menos un Caballero de la Tierra, aunque naturalmente no llevaba puesta su armadura de placas y en lugar de una espada larga portaba una bastante corta que disimulaba bien bajo su capa. Sin embargo, pese a que no tenía consigo su montura, Bryan sentía una gran sensación de amenaza y peligro emanando de él hasta el punto que, según su propia estimación, estaba a un nivel equivalente o incluso superior al del difunto Clark Ascher. Había muchos pequeños detalles, en su postura, el movimiento de sus dedos, sus reacciones, muchos de los cuales eran imperceptibles para un ojo ordinario, que le revelaban a Bryan el peligro que esta persona podía representar. Anteriormente lo habría pasado por alto, pero gracias a su reciente aumento de poder y su nuevo cuerpo ahora podía ver todo esto con facilidad.

- Estaremos bien en el interior, yo lo garantizo. - Insistió Lawrence sin dejar de sonreír.

El guardaespaldas soltó un suspiro de frustración bastante audible, pero finalmente asintió mientras decía: - Entonces vamos a cuidar todo el perímetro. Por favor mantenga su campanilla con usted en todo momento. -

Los hombres de Lawrence se dirigieron a sus posiciones, buscando rodear al Jardín de las Delicias ocupando lugares a su alrededor. No iba ser una tarea fácil, porque el edificio ocupaba más de cuatro cuadras y consistía en tres bloques centrales. Pero la idea era que estuviesen lo más cerca posible como para poder entrar en el menor tiempo posible si Lawrence los llamaba.

- ¿Estás seguro? - Preguntó Bryan mirando a Lawrence con una ceja levantada: - Este es un burdel disfrazado como una Casa de Baños. ¿Cierto? No se me ocurre un mejor lugar para un asesinato, estimado socio. -

- Este es un burdel. - Confirmó Lawrence, pero agregó: - Pero no es cualquier burdel. -

Bryan volvió a mirar a su alrededor y conforme avanzaba se dio cuenta de que, ocultos por los grupos de aristócratas que entraban y salían por las puertas principales, había una gran cantidad de sirvientes o empleados del lugar que pasaban desapercibidos porque se movían por rutas secundarias y entraban por puertas pequeñas.

Y entre ellos…había muchos más guardias de los que inicialmente había detectado. Bryan incluso se dio cuenta de que existían magos entre ellos, de diversos elementos, y que eran bastante poderosos.

También notó matrices mágicas disimuladas en la arquitectura del edificio. No eran tan poderosas como las de la Academia Babilonia o el Manto Oscuro, que era el tipo de defenza mágica que Bryan se había acostumbrado a ver y por eso no se dio cuenta de estas, pero definitivamente eran bastante formidables para este tipo de lugar.

- Ah… - Musitó Bryan asintiendo.

- ¿Lo notaste? - Preguntó Lawrence alegremente: - Este <<El Mejor Burdel>> de Itálica. -

Esas palabras quedaron confirmadas en cuanto entraron y lo primero que vieron fue una recepción elegante en un amplio vestíbulo bien iluminado, decorado con adornos en mármol, oro o bronce. Ahí atendían señoras con aspecto profesional que eran muy hábiles a la hora de recibir a los recién llegados sin hacerles sentir incomodidad. También se veía a señoritas atractivas mucho más jóvenes, vestidas con trajes de seda casi traslúcida, que conducían a los clientes hacia salas privadas, donde podían solicitar los diversos servicios que ofrecía este local.

Y es que el sexo solamente era uno de los costosos servicios que ofrecía el Jardín de las Delicias: Había bebidas, comidas, espectáculos, servicios privados y públicos. Naturalmente en todos ellos participaban activamente una gran cantidad de mujeres hermosas, aparentemente deseosas de dar placer.

Además, cada habitación había sido correctamente recubierta con cal para insonorizarla, de manera que nada de lo que ocurriese en una estancia molestase a los de otra. Podía decirse que cada ambiente era un pequeño mundo aparte en donde se cumplían las fantasías de los hombres. El propio Bryan solo podía escuchar los gemidos de pasión y percibir el olor del sudor porque tenía sentidos avanzados, pero había varios esclavos recorriendo el lugar a cada momento, perfumándolo todo y manteniéndolo limpio u ordenado.

- ¡Joven señor, sea bienvenido! - Dijo una señora saludando a Lawrence con una gran sonrisa.

- Melka, quiero el servicio especial. - Ordenó Lawrence inmediatamente.

- Como ordene. - Respondió la señora respetuosamente e hizo un gesto con la mano.

Las señoritas los condujeron a través de una serie de pasillos bastante iluminados que se entrecruzaban con otros para formar un verdadero laberinto de caminos. Esto servía bien cuando dos aristócratas de facciones enemigas llegaban al mismo tiempo al Jardín de las Delicias, pues naturalmente no deseaban encontrarse.

Así llegaron hasta una gran sala lujosa en el cuarto piso, cuyas paredes estaban pintadas con frescos bastante sugerentes de hombres y mujeres danzando o festejando. El techo de madera tallada tenía claraboyas que iluminaban el interior e impedían ser vistos desde el exterior, por medio de las cuales era posible controlar el grado de luz de la habitación.

Todo el ambiente estaba lleno de vapor aromático, pero cuando la vista se acostumbraba uno podía apreciar dos grandes bañeras de madera y bronce dorado, bastante magníficas en su decoración. Ambas estaban llenas de agua caliente y cubiertas por sábanas blancas exquisitas sumergidas, para que los usuarios no tuviesen que tocar el fondo o los costados directamente con sus cuerpos mientras se bañaban.

Frente a cada una de estas tinas había unos banquillos de madera tallada, así como mesas con toda clase de objetos como toallas y botellas.

Antes de que Bryan pudiese decir algo más, unas hermosas señoritas se acercaron y comenzaron a desvestirlo con una facilidad que impresionaba. Trató de resistirse al principio, pero vio por el rabillo del ojo que lo mismo estaban haciendo con Lawrence y el joven aristócrata no parecía encontrarlo extraño, así que dejó a las mujeres trabajar.

- ¡Que impresionante cuerpo, joven señor! - Exclamó una de ellas gratamente sorprendida.

Y es que todas las presentes habían notado el físico casi escultórico de Bryan, el cual había sido mejorado considerablemente luego de que el niño misterioso lo reformase por completo. Cada músculo estaba perfectamente marcado y su altura, proporciones y medidas eran prácticamente perfectas sin importar el punto de vista.

Las mujeres que lo limpiaban eran meretrices cortesanas de la más alta clase que habían visto todo tipo de hombres y sabían bien como controlar sus reacciones, pero ni siquiera ellas podían mostrarse completamente indiferentes ante semejante visión masculina. Pese a ello, consiguieron recuperar la compostura lo suficiente como para continuar con su labor, que básicamente era limpiar el cuerpo de Bryan usando aceites aromáticos. Antes de empezar, dejaron caer sus vestidos de seda, que descendieron como cascadas de plata revelando sus desnudos cuerpos juveniles y mientras untaban de aceite cada parte de su cuerpos se entrelazaban los suyos brevemente con el de Bryan, algo que era claramente a propósito, pero la habilidad de las chicas era tal, que parecía ser accidental.

No pasó mucho tiempo, sobre todo gracias a sus sentidos aumentados, para que Bryan se entregase al agradable disfrute del calor de los cuerpos de estas mujeres, la caricia de sus delicados dedos y el rose ocasional de los pechos desnudos.

Bryan disfrutó tanto de este primer servicio que cuando terminó lo lamentó bastante, pero pronto descubrió que no había hecho más que empezar.

Las jóvenes los condujeron entonces a las bañeras, las cuales llevaban pequeñas matrices mágicas inscritas que mantenían el agua constantemente caliente a una temperatura perfecta, algo que Bryan apreció de inmediato al meterse.

Entonces las jóvenes que lo habían limpiado hicieron una reverencia antes de marcharse, solo para ser reemplazadas casi de inmediato por otras mujeres un poco más maduras, también desnudas y de piel bronceada, que llevaban los cabellos negros apartado del rostro, juntados y asegurados en la parte posterior de la cabeza con un lazo plateado. Eran cuatro de estas bellezas para cada uno de ellos.

Las mujeres se dirigieron primero hacia las mesas, donde tomaron varios objetos con los que comenzaron a acicalar a Lawrence y Bryan con gran profesionalismo: Limaron las duras plantas de sus pies con Piedra Pómez, echaron aceites perfumados en sus cabellos y limpiaron sus cuerpos con tres tipos diferentes de jabones. Sin embargo, era mucho más que una simple limpieza, estas mujeres hacían que el acto de pasar cada producto se convirtiese en un auténtico masaje que se prolongó durante mucho tiempo y era realmente maravilloso. Pese a sus increíbles poderes regenerativos, la tensión constante que Bryan sufría naturalmente hizo que acumulase una gran cantidad de estrés del cual no se podía liberar, porque era consecuencia de estar constantemente en un estado de alerta permanente.

Así que en ese momento se sentía viajando sobre las nubes y pasaron dos horas de esta manera, las cuales se interrumpían brevemente cuando las mujeres le pedían levantarse para cambiar de postura. Aunque nunca necesitaron utilizar palabras para solicitarle nada, porque sus caricias eran por sí solas la mejor persuasión para cualquier cosa y los distintos ángulos de esos cuerpos atléticos de color bronce, expuestos de ese modo sobre él, eran el mejor espectáculo.

Finalmente, las mujeres terminaron y se retiraron para ser reemplazadas por otras, que le pidieron amablemente que saliera de la tina. Bryan quería seguir flotando, pero se fijó en que Lawrence también se levantaba, así que hizo caso. Entonces llegó un nuevo grupo de mujeres con toallas de lino, que los secaron y retiraron todo rastro del jabón de sus cuerpos.

Mientras tanto algunas se dirigieron hacia las tinas y retiraron las sábanas blancas, las cuales resplandecieron mágicamente. De este modo todo rastro de impureza que hubiese quedado en el agua fue mágicamente filtrado en tan solo unos instantes, dejando un líquido tan puro que casi parecía haberse obtenido por condensación. Luego las mujeres agregaron un nuevo par de sábanas, para después comenzar a derramar el contenido de varios frasquitos en el líquido purificado.

Al terminar, las mujeres volvieron a conducirlos a las bañeras. Y cuando Bryan lo hizo, se dio cuenta de que el agua ahora contenía una mezcla de manzanilla, cítricos, sales, café e incluso pétalos de flores. Todo rastro de estrés que hubiese quedado despareció entonces por completo de su cuerpo junto con el cansancio. También sintió que algunos músculos adormecidos se reactivaban y en cambio su piel comenzó a relajarse.

Dos mujeres bastante voluptuosas y razonablemente bellas se presentaron y se desvistieron muy lentamente, para después introducirse en las bañeras junto con ellos. Cada tina tenía espacio suficiente como para acomodar hasta tres personas, así que no se sentía sobrecargado, pero seguía siendo bastante íntimo. Entonces la mujer se colocó al costado de Bryan sonriendo, pero sin decir ni una sola palabra.

Bañeras del Jardín de las Delicias y hermosa acompañante

- ¿Las chicas hacen algo? - Preguntó Bryan cuando se cansó se apreciar esos generosos pechos que flotaban frente a él como manjares apetitosos. No es que no tuviese ganas de penetrarla, pero acababa de recibir un masaje muy relajante que quitó muchas de sus preocupaciones y le permitió utilizar su mente a una mayor capacidad, de modo que podía notar que la hembra frente a él, aunque no tenía reparos en exhibirse y ofrecerle su cuerpo, no deseaba realmente ser suya.

- Ellas son acompañantes. - Respondió Lawrence mientras abrazaba a la mujer que se había acostado a su lado y acariciaba suavemente sus pechos: - Están para atendernos si lo deseamos, pero sobre todo para que nos sintamos bien. Por supuesto, también puedes tomar su cuerpo si lo deseas, pero no te lo recomiendo. -

- ¿Por qué? -

- Este es el Jardín de las Delicias, el mejor centro de placer en toda Itálica. Uno no acude a un banquete aristocrático para “comer”, sino para “degustar”. Y esa es una idea que es muy importante que entiendas en el futuro. -

- ¿Cuál es? -

- No te ofendas amigo, pero, aunque eres poderoso y brillante, hay algo que todavía no tienes y que será decisivo si quieres ascender en la sociedad: El Porte Aristocrático. -

- ¿“Porte Aristocrático”? -

- Me refiero que nadie pueda adivinar o imaginar siquiera que tienes un origen humilde. - Explicó Lawrence sonriendo tristemente: - No importa cuánto asciendas, siempre serás un simple <<liberto>> si no aprendes a comportarte. Actualmente he visto que dominas perfectamente los modales y que has aprendido a vestirte correctamente (Bien por ti, porque eso era lo más difícil). Tu conversación es apropiada y ahora finalmente tienes ese brillo imponente que solo tienen los que son auténticamente poderosos.

Pero hay un último resquicio que tienes que pulir antes de que puedas aspirar a ser parte de las más altas clases sociales. Y es aprender a disfrutar. -

- ¿Aprender a disfrutar? -

- Cualquiera puede asombrarse si se encuentra en una casa lujosa, si descubre riquezas incalculables o tiene en frente suyo a una mujer voluptuosa dispuesta a servirle. - Explicó Lawrence acariciando los pechos de su mujer asignada usando una sola mano, aunque con una expresión de indiferencia: - Todos pueden asombrarse, excepto un aristócrata. Porque se supone que esas cosas sean naturales para nosotros. Si no lo fueran, entonces eso es un signo claro de debilidad en nuestra nación.

A veces cuando estamos en algunos lugares o vez ciertas cosas, tu mirada resplandece durante unos segundos por la admiración de algo a lo que no estás acostumbrado.

Ese pequeño resplandor es lo que te delata. -

Bryan se dio cuenta de que Lawrence tenía razón. Había estado usando su memoria eidética para copiar las maneras conversar de los aristócratas y gracias a Emily había aprendido mucho sobre los modales. Pero aún tenía la mala costumbre de fijarse demasiado en las cosas, sobre todo cuando involucraban placer. Eso seguramente pasaría desapercibido para casi cualquier grupo, incluso los burgueses más acaudalados, pero no engañaría a un verdadero patricio. Existían aristócratas capaces de deducir casi todo lo importante sobre un individuo basándose en una mirada, un gesto o movimiento casi imperceptible.

El principal problema para mí es que la Magia Demoníaca me compele a actuar según los impulsos de mi cuerpo y por eso tengo bastantes problemas para ocultar lo que deseo.” Pensó Bryan sonriendo astutamente, porque entendía lo que Lawrence le estaba diciendo. Mientras él mismo acariciaba la mujer desnuda que flotaba a su lado, palpando suavemente sus carnes como si apreciara una artesanía, comenzó a analizarla de otro modo. Se dio cuenta de que, una vez que controló su impulso inicial, esta mujer era atractiva pero no era hermosa. Sobre todo, si la comparaba con Fanny, Emily o Phoebe, las cuales, a parte de su belleza trascendente, tenían un sitio en su corazón.

- ¡Muy bien! ¡Lo dominaste muy rápido! - Exclamó Lawrence sorprendido: - Tu expresión se parece ahora a la de un auténtico patricio, pero aún debes refinarla. -

- ¿Y me trajiste aquí para eso? -

- No, es solo que soy alguien que le gusta aprovechar. Ya que estamos aquí podemos disfrutar y hacer muchas cosas, una de ellas pulir un poco algunos detalles. Además, de todos los placeres las mujeres siempre serán los más peligrosos. -

- ¿A qué te refieres? -

- Aunque existe la Magia y el Aura de Batalla, el dominio del combate principalmente está bajo el dominio del hombre, debido a su superioridad física. - Explicó Lawrence mientras hacía un gesto a los sirvientes: - Hay casos extraordinarios como los de mi hermana Phoebe, pero son una excepción y no la regla general. Pese a todo, cuando se trata del juego del poder, las mujeres pueden ser mucho más aterradoras que los hombres utilizando métodos alternativos, como por ejemplo la seducción o la manipulación psicológica. Es muy importante que estés prevenido para no ser víctima, pero incluso así podría ser que terminasen atrapándote. ¡Las mujeres ambiciosas pueden ser increíblemente peligrosas! -

- Si, sé a qué te refieres. - Comentó Bryan.

En ese momento se abrió una puerta y entró la señora Melka seguida por una gran comitiva de mujeres hermosas, mucho más exquisitas que aquellas que los acicalaron al principio. Todas ellas llevaban hermosos adornos de plata u oro en los cuellos, tobillos y muñecas, aunque ninguna tela cubría su desnudez.

Era una exhibición.

- Ahora que pareces un aristócrata es momento de disfrutar como uno, estimado amigo. ¡Vamos, te dejaré elegir primero! - Dijo Lawrence sonriendo.

- Muy bien señor, puede tomar a las mujeres que quiera. - Dijo la señora Melka que actuaba como proxeneta: - Tenemos delicias para cualquier preferencia… ¿Algo exótico tal vez? -

Primero señaló a dos mujeres voluptuosas de piel morena y oscura como el ébano, quienes le sonrieron provocativamente mientras sacudían ligeramente sus caderas generosas. Sin embargo, Bryan continuó acariciando los pechos de su acompañante sin prestarles la menor atención y guardando silencio. Por eso la señora Melka asumió que las preferencias de Bryan iban en otro sentido y señaló a una chica mucho más menuda, con pechos aún en desarrollo, que seguramente tendría entre quince o dieciséis años mientras le proponía con una sonrisa: - ¿Quizá algo más joven? Esta es liviana y simple. -

- Es la primera vez de mi amigo aquí. - Dijo Lawrence con cierto aire de picardía: - Pero dudo que le falte experiencia. Esa niña es un poco flaca… ¡No creo que su vientre pueda soportar aún la virilidad de un héroe! -

- Entiendo, Maestro Lawrence… - Dijo inmediatamente la señora Melka sin perder su sonrisa profesional e inmediatamente pasó a una cuarta chica, que parecía tener un porte ligeramente regio, aunque se veía melancólica: - Mas sustanciosa, pero con aspecto de ninfa, con gracia… Y aún sin estrenarse. -

Bryan continuaba en silencio sin mostrar algún interés aparentemente. Sin embargo, esto no se debía a que no le interesase la mercancía. Lo que sucedía era que gracias a Lawrence acababa de ganar un nuevo tipo de autocontrol que le permitía pensar un poco, incluso a pesar de su lujuria. Entonces recordó unas palabras que había escuchado con anterioridad.

Los secretos de una ciudad, fluyen por sus alcobas.

¿Quién le había dicho esas palabras? Nada menos que Emily cuando visitaban la Ciudad de Valen en busca de evidencia. Emily era una miembro de alto rango del Manto Oscuro, que tenía acceso a una vasta red de informantes, la cual incluía a las prostitutas. Y esta red seguramente sería mucho más grande y efectiva en la propia capital.

Eso significaba…

“¿Qué posibilidad hay de que Emily llegue a enterarse de todo lo que yo haga o diga en este lugar…? ¡Mierda! ¡¿Por qué no se me ocurrió antes?! ¡Maldito Lawrence, vas a causar mi ruina!” Pensaba Bryan para sí mismo mientras luchaba por contener una sensación de pánico creciente, la cual mató cualquier deseo de lujuria en su interior.

Emily lo amaba, pero estaba bastante furiosa por el hecho de que Bryan no fuera exclusivamente suyo. Y ya estaba siendo demasiado permisiva al permitirle tener una amante en Phoebe porque no tenía opción.

Pero una cosa era compartir a su hombre con una amante… ¡Y otra muy distinta era saber que prefirió estar con una puta! ¡No había modo que de la hermosa Archimaga se lo perdonase si llegaba a enterarse de esto!

Todos esos pensamientos estaban combatiendo en ese momento en el interior de Bryan, pero la proxeneta debió malinterpretarlo, porque hizo un gesto y dos jóvenes efebos desnudos entraron en la habitación.

- Estos dos muchachos nos acaban de llegar. - Comenzó a explicar la señora: - Ellos… -

- ¡La última joven servirá! - Exclamó Bryan de inmediato, pues cuando se dio cuenta de que su hombría estaba siendo puesta en duda, un nuevo tipo de pánico hizo que desaparecerían sus otras dudas.

- Espera un momento, amigo. - Dijo Lawrence incapaz de contener una sonrisa, porque se daba cuenta de lo que ocurría: - ¿Por qué primero no escuchas lo que saben hacer estos jóvenes antes de decidir? -

- ¿Qué cosa has visto de indecente en mi comportamiento como para ofrecerme semejante mercadería? - Protestó Bryan indignado: - Me llevaré primero a esa joven y luego a las dos primeras. La niña no me interesa. -

- Entendido, joven señor. - Respondió la proxeneta encantada: - Ellas estarán listas en el orden que ha dispuesto dentro de unos minutos. -

Y tras decir esto, se marchó.

- Lawrence, no es que no desee divertirme, pero creo que tu regalo podría convertirse en una maldición para mí. - Dijo Bryan con un gesto de hastío.

- ¿Temes que tus jefes se enteren? ¿O que lo haga cierta dama en particular? - Respondió Lawrence con una sonrisa astuta.

- Estas remando en aguas peligrosas, te recomiendo que lo dejes ahí. -

- Jajá. ¡Pierde cuidado amigo! - Dijo Lawrence mientras se recostaba sobre los pechos de su acompañante: - Lo que sucede en el Jardín de las Delicias nunca saldrá de aquí. -

- Si claro. ¿Cómo lo sabes? - Preguntó Bryan escéptico.

- Porque yo soy el dueño. - Respondió el joven aristócrata sin mirarlo.

-…. ¡¿Qué?! - Exclamó Bryan asombrado: - ¡Pero tú eres…! -

- Un príncipe imperial. - Dijo Lawrence en voz alta para demostrar que no le importaba que lo escucharan: - Aquí nadie puede hacer o decir nada que yo no desee que suceda. Créeme, nadie se enterará de lo que hiciste aquí, ni quedará prueba alguna de cualquier indiscreción que cometas. -

*****

Bryan fue conducido a una habitación llena de cortinas rojas que provocaban una sensación de intimidad y seguridad, sin que por eso la vista se sintiese comprometida. En el centro había una gran cama circular que ocupaba casi todo el cuarto, llena de colchones y sábanas de diferentes tipos.

Y en el centro de ella, estaba la joven que había escogido. La habían maquillado y peinado al estilo de los aristócratas e incluso le habían dado un vestido que podía quitarse fácilmente o incluso romperlo, si tal era su deseo.

Bryan no estaba seguro de continuar y se quedó mirando a la joven mujer que le sostenía la mirada. Para todos pudo parecer que su decisión había sido apresurada, pero sus procesos mentales eran mucho más veloces de los de los humanos comunes. Había tenido motivos para elegirla a ella y la estaba examinando.

- ¿Me quitas la ropa o prefieres que me desvista, joven maestro? - Preguntó joven después de un rato.

- Tu acento es interesante. - Comentó Bryan.

- No te entiendo. - Dijo la joven un poco confundida.

- ¿De dónde eres? -

- Ah, de dónde… No lo sé. - Respondió finalmente la joven.

- ¿No lo sabes? - Preguntó Bryan extrañado.

- Itálica me llevó muy joven. - Explicó la joven con cierta indiferencia: - Legionarios mataron a padre, madre, hermano… y me llevaron a mí. -

Bryan suspiró. Realmente no sabía lo que esperaba escuchar cuando hizo esa pregunta, porque sólo las personas más desesperadas o impotentes terminaban dependiendo de la prostitución. Sin embargo, la respuesta de la joven lo deprimió bastante de todos modos. Y fue la forma carente de emoción de su respuesta lo que lo hizo sentir más triste, porque revelaba lo común que era este tipo de realidades terribles en este mundo.

- ¿Cuál es tu nombre? - Preguntó Bryan finalmente, aunque la respuesta realmente no le interesaba, sino que era un modo de ganar algo de tiempo.

- Egeria. -

- Ya veo… Egeria… - Musitó Bryan y entonces finalmente ordenó: - Date la vuelta. -

- ¿Qué? -

- Colócate en cuatro. Quiero tomarte de espaldas -

La joven entendió y se colocó en la posición. Entonces Bryan se acercó por detrás y con sus dos manos rompió la tela de sus vestiduras, luego aferró sus caderas con ambas manos, mientras llamaba a su Esencia Mágica para insertarla en el cuerpo de la joven a través de sus pulgares, concentrándola en su sistema nervioso en la base de la columna.

Era la primera vez que intentaba hacer algo como esto y cometió algunos errores. La joven comenzó a gritar de dolor como resultado e incluso intentó luchar para liberarse. Sin embargo, no podía escapar del agarre de hierro de Bryan, que la mantuvo sometida contra la cama. Tampoco hubo alguien que acudiese en su ayuda, ya fuese porque al ser doncella se esperaba que su primera vez fuese dolorosa o quizá porque a los administradores de ese burdel realmente no les importaba si una puta vivía o moría con tal de que el pago fuese satisfactorio.

La diferencia entre dolor y placer no es tan evidente como uno podría esperar.” Descubrió Bryan preocupado mientras graduaba sus poderes y entonces finalmente consiguió invertir las sensaciones que la joven estaba sintiendo.

Sin embargo, el placer fue tan grande que la joven perdió la fuerza en sus extremidades y prácticamente se desplomó sobre la cama, mientras que su entrepierna expulsaba fluidos de amor de un modo excesivo. Bryan entonces siguió tanteando hasta que finalmente descubrió el mejor modo de aplicar esta magia.

Afrodisíakos: La Magia Demoníaca del placer sexual que le había enseñado a utilizar a Gilberto. Sin embargo, el mismo jamás lo había intentado hacer, así que primero quería hacer un experimento y al final esto fue positivo, porque podría haber provocado un desastre en alguien que le importaba.

Esta magia ayudaba a que el Mago se alimentase de su pareja para consumir su energía vital hasta matarla, pero debido a sus peculiaridades también podía funcionar en un sentido diferente y fortalecer a la víctima, aunque alguien como Chu Can Lan jamás habría hecho algo semejante. Sin embargo, Bryan se sentía culpable con esta joven, así que decidió ayudarla mientras disfrutaba de ella.

Lentamente y con mucho cuidado introdujo su miembro viril en el vientre de Egeria, quien en ese momento estaba en un estado de hipersensibilidad al placer, así que prácticamente gritó como un animal por el intenso orgasmo que experimentó al sentir un hombre en el interior de sus carnes. Pero entonces Bryan comenzó a transmitirle energía, reparando el daño que le había causado con cada uno de sus empujes.

Las respuestas de Egeria el empuje de Bryan fueron tímidas en un principio, pero cuando comenzó a recuperar sus fuerzas, la joven se puso a sacudir sus caderas con furia, aunque con torpeza debido a su falta de control y quizá por su falta de experiencia. Entonces Bryan recordó que esta era la primera vez de la muchacha, así que decidió ayudarla un poco más y se arrodilló mientras sujetaba el cuerpo de Egeria sobre el suyo, permitiéndole apoyarse sobre él como si estuviese sentada. Todo esto mientras que continuaba penetrándola lentamente y al mismo tiempo que acariciaba sus pechos con suavidad y firmeza, tanto para disfrutar de su tacto como para mantenerla en su sitio.

Egeria comenzó a soltar gemidos de placer, mientras luchaba por sobreponerse a la avalancha de sensaciones en su vientre y finalmente, cuando Bryan expulsó su simiente en su interior, soltó un rugido de alegría antes de perder el conocimiento.

En ese momento Bryan se acercó para examinar el cuerpo de Egeria, pero confirmó que no tenía secuelas negativas por su experimento. Además, la joven había recibido una gran cantidad de energía vital que la estaba fortaleciendo ligeramente.

Perfecto… Bueno, hubo algunos problemas al principio… ¡Pero no hay duda de que funcionó!” Pensó Bryan suspirando aliviado, porque realmente se sentía mal por esta chica con destino trágico. Ahora, gracias al fortalecimiento que había recibido, definitivamente viviría unos cuantos años más y sería menos propensa a enfermarse. Sin embargo…

De que sirve vivir más en este tipo de sitio…

Bryan continuó examinando a la joven por unos minutos hasta que despertó.

- ¿Qué pasó? -

- ¿No recuerdas? - Preguntó Bryan extrañado.

La joven negó con la cabeza.

El éxtasis fue demasiado fuerte y terminó confundiendo sus recuerdos.” Dedujo Bryan con sentimientos encontrados, pues, aunque le aliviaba que ella hubiese disfrutado, le molestaba un poco el orgullo que no fuese a recordarlo para nada. Sin embargo, se consoló diciéndose que era una preocupación estúpida tratándose de una prostituta.

En ese momento reparó en algo.

- No fue tu primera vez. - Dijo al darse cuenta de que no había sangre en la entrepierna de la muchacha.

En realidad, a Bryan esto no le importaba demasiado y lo señaló de un modo casual. Por eso al principio la chica lo miró un momento confundida, pero luego palideció e intentó articular excusas sin éxito, mientras trataba de cubrirse con las sábanas de la cama. Lo cierto era que Egeria no era doncella, pero era muy buena fingiendo que lo era y normalmente engañaba a casi todos sus clientes. Sin embargo, las oleadas de dolor y placer la hicieron olvidar por completo su actuación.

- Discúlpela, joven señor. - Dijo una voz a sus espaldas.

Y cuando Bryan se volvió, notó que las dos mujeres morenas habían entrado en algún momento. Ambas le sonrieron lascivamente mientras susurraban: - ¡Usted ha sido tan viril que incluso las mujeres más hábiles se derriten en sus manos por completo! -

La frase naturalmente era halagadora y la expresión de ambas había sido perfecta. Sin embargo, Bryan notaba el miedo que realmente estaban sintiendo esas dos mujeres y la preocupación que sentían por su compañera. Y es que, si Bryan se quejaba, tal vez Egeria fuese despedida y entonces terminaría siendo vendida a otro lugar, mucho peor que el Jardín de las Delicias, donde por lo menos tenían una pizca de seguridad.

- No pasa nada. - Dijo Bryan alegremente, secretamente aliviado que esta joven, por la que había sentido algo de empatía, tuviese por lo menos la alegría de la amistad con estas dos prostitutas.

Las dos mujeres de piel oscura suspiraron aliviadas, pero definitivamente no se relajaron. Ambas habían visto hombres que fingían ser amables o que aleatoriamente cambiaban de opinión. Así que inmediatamente corrieron hacia la cama y presentaron sus cuerpos desnudos en frente Bryan en una postura de sumisión, mientras sonreían lascivamente y preguntaban: - Joven héroe… ¿También nos mostrará su favor? -

 Bryan sonrió y respondió asintiendo: - Ahora mismo. -

Inmediatamente se abalanzó sobre las dos mujeres morenas y comenzó a disfrutar el tacto de sus pechos generosos, mientras intentaba elegir a una de ellas primero. Era la primera vez que estaba con más de una mujer al mismo tiempo y al principio cometió algunas torpezas, pero las mujeres estaban deseosas de mantenerlo contento y le enseñaron rápidamente como se hacía. Bryan realmente quería poner en práctica sus nuevas habilidades, casi tanto como deseaba disfrutar de estas mujeres. Así que aprendió todo rápidamente y se introdujo en una de las hembras, disfrutando de la suave sensación por unos instantes, antes de comenzar a embestirlas.

Por supuesto que la mujer era una veterana en las artes amatorias y al principio se esforzó bastante para complacerlo principalmente a él. Pero nunca había conocido a un monstruo como Bryan, que ahora tenía el poder de inducir un profundo estado de placer a voluntad. Y conforme su miembro viril se abría paso para llegar a las profundidades de su vientre, la mujer de piel morena comenzó a mover su cintura de un modo cada vez más descontrolado, mientras apretaba con fuerza.

Apenas pasaron unos minutos, pero la prostituta estaba apoyándose en las puntas de los pies pese a estar echada en la cama, mientras se aferraba con fuerza a los cabellos de Bryan y gemía con toda la intensidad que era capaz de exigir a sus pulmones.

El resultado estaba volviendo a ser mucho más fuerte de lo que Bryan quería, así que tuvo que ser especialmente precavido para no llevar el placer demasiado lejos y terminar haciéndole daño.

Después de poco tiempo, la mujer había perdido el conocimiento por culpa del éxtasis, pero al menos no estaba herida. Así que Bryan se retiró de su vientre, aunque no había terminado y se dirigió hacia su compañera.

Esta había visto asombrada el desempeño de Bryan, así que estaba un poco intimidada, y también algo expectante, pero se dio la vuelta presentando su intimidad desprotegida e invitándolo a penetrarla, cosa que Bryan hizo inmediatamente. Apenas estuvo dentro de ella, disfrutando de esa sensación cálida y suave, comenzó a moverse lentamente al principio, pero luego aferró con fuerza las nalgas de la prostituta para embestirla apropiadamente.

En esta tercera ocasión consiguió equilibrar el intercambio de energía del hechizo Afrodisíakos, para que ambos se beneficiaran. De modo que, aunque la mujer experimentó una serie de orgasmos que la debilitaban, recuperaba fuerzas suficientes para prolongar la actividad hasta que Bryan soltó su semilla dentro de ella satisfactoriamente.

Finalmente había tenido éxito. Bryan había conseguido beneficiarse del intercambio de energía sin consumir su la energía vital de su pareja y sin lastimarla. Naturalmente habría tenido un mayor beneficio si simplemente hubiese absorbido su vitalidad, pero algo en su interior rechazaba esto, porque sentía que en el instante que lo hiciese se volvería algún tipo de vampiro. Por eso se tomó la molestia de hacer este experimento y pasó muchos problemas para desarrollar su propia versión de este hechizo.

Ahora se sentía bastante satisfecho y también muy lujurioso. Las dos mujeres acababan de dar y recibir bastante placer, así que necesitarían unos minutos de descanso, pero había una chica que ya había reposado bastante. Una que ahora lo miraba asombrada, excitada y también un poco asustada.

- Dulce Egeria, creo que es hora de que me pagues un poquito por ese engaño. - Dijo Bryan sonriendo.

*****

La luz del atardecer había desaparecido por completo cuando Bryan finalmente se echó sobre la cama, mientras abrazaba los cuerpos desnudos de las dos mujeres morenas, que eran cortesanas de primera clase. Encima suyo podía ver el cuerpo de Egeria, quién también estaba dormida. La exhausta joven no había podido soportar la quinta ronda de pasión y le suplicó darle placer utilizando su boca. Bryan aceptó esta propuesta de buena gana, por eso ahora estaba contemplando el hermoso trasero de la joven, de cuya entrepierna brotaba una gran cantidad de su simiente masculina mezclada con los fluidos de amor, al igual que sucedía con sus dos compañeras.

Bryan disfrutaba del calor de esos cuerpos, pero finalmente decidió levantarse e hizo a un lado las mujeres. No fue difícil porque las tres estaban completamente rendidas, así que ni se dieron cuenta de lo que sucedía. Sin embargo, las tres lo habían complacido lo mejor que pudieron, así que antes de irse Bryan tapó a cada una con una manta y solo entonces abandonó la habitación.

En ese momento se sentía lleno de energía física y mágica, seguramente por los efectos de Afrodisíakos. Así que sonrió ufano mientras regresaba, encontrándose de golpe con la mujer llamada Melka, quien normalmente lo habría recibido con una sonrisa. Sin embargo, la señora lo miraba asombrada y atónita.

- ¡Toda la tarde, joven señor! - Exclamó finalmente: - Normalmente llamamos sementales y héroes a nuestros clientes, pero creo que en su caso no sería un halago sino una descripción sincera. ¡Casi quisiera volver a tener veinte años para experimentar yacer con usted! -

- Me… halagas… supongo. - Respondió Bryan finalmente, entonces miró a la mujer y le preguntó: - Esas tres me han servido muy bien, así que estoy complacido. Dime algo, ¿Qué ocurre con una de sus chicas cuando consigue tener éxito? -

La mujer parpadeó por un momento, pero luego asintió comprendiendo: - Mis chicas son las mejores del imperio complaciendo a los hombres, pero muy pocas vivirán para tener cuarenta años. La mayoría se morirán de una enfermedad, por un aborto que salga mal o porque un cliente las mate mientras juegan. Las que no ganan suficiente dinero serán vendidas a otros burdeles de menor calidad antes de ser demasiado mayores, para que complazcan a los más asquerosos. -

- ¿Aquí siempre es así? -

- Así es en el mundo. - Respondió Melka con una sonrisa triste: - Yo fue una de las afortunadas que consiguió llegar adonde estoy pasando por encima de muchas chicas. Otras tienen suerte y se convierten en concubinas de un noble de poca monta que necesita alguien que le diga palabras de amor. Pero son casos raros. -

- Si quisiera salvar a esas tres. ¿Cómo podría hacerlo? -

- Con mucho dinero para comprar su libertad, un trabajo… y las cuotas de protección. -

- ¿Protección? -

- Son putas, joven señor. - Explico la proxeneta sonriendo: - Nunca faltarán quienes quieran abusar de ellas cuando no tengan la protección del burdel. Aquí también abusan de ellas, pero el miedo a causar problemas suele evitar que las maten.

Si quieren una vida fuera de aquí, necesitan algún tipo de protección. ¡Ah!  ¡Y por supuesto el permiso del Maestro Lawrence! -

- Digamos que tengo el dinero… ¿Cómo sabré que realmente lo usarás para liberarlas? -

- Porque me pienso quedar con la mitad. - Explicó la proxeneta sin el menor reparo: - Y no quiero tener problemas con usted. -

- Eres una mujer tan transparentemente codiciosa que incluso te respeto. - Dijo Bryan sonriendo mientras sacaba una bolsa con monedas de oro de su Anillo Espacial: - Aquí tienes “mucho dinero”. Si no las liberas o cumples a medias, lo sabré. –

- Como ordenes joven señor. -

- Y aquí tienes un extra por esa niña que me ofreciste. - Añadió Bryan entregándole otra bolsa: - Quiero que todas ellas puedan vivir con un mínimo de estabilidad. Si me entero que las has traicionado… -

- Entendido, joven señor. -

- No, no lo entiendes. - Añadió Bryan sombríamente antes de marcharse: - Y esperemos que nunca tengas que entenderlo. -

La señora Melka mantuvo un gesto cordial hasta que lo vio desaparecer, pero luego su expresión se llenó de temor. Ella era una antigua prostituta de alta clase, así que era muy buena reconociendo a los hombres e identificando su naturaleza. Sobra decir que se había dado cuenta del peligro que representaba Bryan y esa última frase caló tanto en su interior, que decidió cumplir sus órdenes a raja tabla para no arriesgarse a provocar su ira.

*****

Después de su conversación con la proxeneta, Bryan regresó a la bañera que naturalmente había sido purificada y permitió que un nuevo grupo de mujeres lavaran minuciosamente su cuerpo, permitiendo que cualquier rastro de su reciente pasión desapareciese. Para entonces era bastante tarde, pero no parecía que su estadía tuviese un límite de tiempo y realmente había disfrutado bastante esta experiencia, pese a que esta era la primera vez que permanecía desnudo y en el agua durante tanto tiempo.

Sin embargo, una par de horas después, Lawrence se presentó completamente vestido y mirándolo asombrado.

- ¿Quién eres? ¿Un dios del sexo? ¡¿Cómo demonios estuviste haciéndolo durante cuatro horas seguidas?! ¡Esas pobres mujeres ahora tienen problemas hasta para caminar! -

- Es solo cansancio, te garantizo que están bien físicamente. - Respondió Bryan sonriendo complacido y luego añadió: - Me aseguré de ello. -

- Bueno, la señora Melka me dice que has pagado para sacar a esas tres y también a la niña. ¿Es cierto? -

- Si, porque quiero salvarlas. - Respondió Bryan: - ¿Hay algún problema? -

- Ya obtuve suficiente dinero e influencia como para que la perdida de algunas mujeres me afecte, así que puedes hacerlo. - Contestó Lawrence, pero luego su expresión se volvió algo triste: - Solo recuerda que salvarlas no cambiará el modo en que funciona el mundo. -

- No pretendo cambiarlo ni criticar a nadie - Dijo Bryan seriamente: - Pero me gustaría ayudarlas de todos modos. -

- Se hará. - Confirmó Lawrence y luego suspiró: - Algo bueno ha sucedido, así que tienes que venir conmigo. ¡Vístete de inmediato! -

De modo que Bryan salió de la bañera y permitió que las mujeres lo secaran y vistieran. Luego, más limpio, complacido y perfumado de lo que nunca había estado, abandonó la habitación junto con Lawrence.

- ¿Cómo así terminaste regentando un burdel? -

- “Casa de Baños exclusiva” por favor. - Aclaró Lawrence sonriendo: - En realidad fue algo desesperado que salió casi por accidente, pero me involucré con este lugar principalmente porque quería información. -

- ¿Qué tipo de información? -

- De todo tipo. Lo que más me interesaba era saber cómo hacen las personas del bajo mundo para evitar pagar impuestos o sobornar a los inspectores. También quería saber quiénes eran los funcionarios más corruptos y hasta dónde llegaba su corrupción. - Explicó Lawrence: - Creo que todos los que alguna vez se han soñado con tener poder para despedir o ejecutar a cada funcionario deshonesto, pero aquí descubrí que, si realmente lo hiciéramos, de repente te encontrarías con una avalancha de gastos solamente por reemplazar a tanto personal. Es inviable quitar la corrupción de cuajo, tiene que hacerse poco a poco. -

- ¿Qué tan mala es la corrupción en el Imperio Itálico? -

- En los últimos diez años varios nobles han requisado sin permiso este burdel al menos quince veces para obtener sobornos. He perdido a setenta porteros a manos de nobles indignados porque los habían echado. En un año especialmente malo, el hijo de cierto Duque le cogió el gusto a matar putas, y perdí cuarenta y tres chicas. Cuando alguien por fin lo mató, su padre se vengó quemando seis de mis edificios, uno de ellos con todos mis empleados encerrados dentro. - Respondió Lawrence con un tono de voz tan frio que daba bastante miedo: - Si bien hay informes oficiales sobre la decadencia moral y el incremento de la corrupción, ninguno de ellos puede explicar lo que es descubrir que tu joven protegida ha sido secuestrada. No pueden decirte lo que es vivir preguntándote cuánto tiempo pasará antes de que el sádico se canse de ella y si entonces la matará o la dejará en libertad.

Respeto al Emperador, pero por culpa de sus hijos la ley es ignorada y la depravación se ha vuelto tan descarada que ya casi es cotidiana. ¡Las cosas tienen que cambiar y cuanto antes! De otro modo, no serán los ejércitos extranjeros los que destruyan nuestro imperio, sino nosotros mismos. -

- No tenía ni idea de que hubieran sucedido tales desgracias. - Dijo Bryan asombrado e indignado: - Sin embargo, no estoy seguro de que puedas hacer grandes cambios sin enfrentarte a un gran número de intereses creados. ¿Hay esperanza de tener éxito? -

- Si, porque el dinero puede comprar muchas cosas, pero la lealtad no es una de ellas. Y la misma crisis política que estamos viviendo puede servirnos para hacernos más fuertes. - Respondió Lawrence sonriendo: - Con la tensión en aumento y las facciones políticas en crisis, el momento podría ser propicio. La gente ha visto tanto tumulto en el último año que un trastorno más, si les da esperanzas, podría cambiarlo todo. -

Ambos continuaron su conversación mientras se dirigían hacia el vestíbulo principal. Bryan le hizo preguntas a Lawrence sobre los oficios y la economía de la ciudad: quién comerciaba con qué, dónde compraban los comerciantes tales artículos, qué aranceles se gravaban a los distintos países y cómo sorteaban los mercaderes los impuestos más sangrantes. Eso llevó a lo que pensaban del estado actual del país, desde quién se había visto más afectado por las guerras hasta quién había colaborado con Odón Ascher en su traición y en qué medida se les haría pagar por esa colaboración con el Imperio Kasi, pasando por qué tierras ya no tenían señor y quién las estaba reclamando.

Bryan descubrió con sorpresa que ahora podía seguir el ritmo de este tipo de conversación gracias a todo lo que había aprendido de sus interacciones con Emily y Phoebe. Su estómago se retorció por la culpa debido a que acababa de ser infiel con ambas, pero en ese momento llegaron al vestíbulo principal, donde había muchas personas entrando y saliendo. La proximidad de la multitud hizo que ambos guardasen silencio mientras se dirigían a otro sector.

- ¡Vaya! ¡Creí haber olido una peste a mula! ¡¿Aún estás vivo, Lawrence?! - Dijo una voz en ese momento.

- ¡Mierda! - Musitó Lawrence al escuchar esa voz, pero su expresión no reveló su desagrado y más bien sonrió: - Estimado príncipe Lucio. ¡Qué alegría encontrarme con usted! -

De la multitud emergió un joven seguido por un grupo de amigos y sujetando con cada brazo la cintura de dos hermosas mujeres lujosamente vestidas. El sujeto se veía gallardo y elegante, pero había algo en él que se sentía fuera de lugar, como si no fuese realmente una persona sino algo disfrazado muy bien como un ser humano. Bryan intentó recordar dónde había visto algo semejante y concluyó que tenía que haber sido en su vida anterior.

- No digas cosas que realmente no sientes, pequeño bastardo. ¿Cómo es que estás aquí? ¿Acaso no sabes que solo la élite puede permitirse visitar este lugar? ¿Quién te dio permiso de venir? -

- ¿Acaso necesito permiso, mi príncipe? - Respondió Lawrence sonriendo impertérrito, aunque un ligero temblor en su voz dejaba ver lo enfadado que se sentía: - Un hombre de tanto abolengo como usted seguramente tendrá cosas demasiado importantes de las que ocuparse, como para estar controlando quién entra o sale de estos establecimientos. -

Naturalmente el príncipe entendió que se estaban burlando de él e inmediatamente entornó la mirada mientras avanzaba hacia Lawrence con un gesto amenazante. Bryan estuvo tentado a interponerse, pero se dio cuenta de que muchas personas a su alrededor también se habían detenido. Eran los guardias escondidos del Jardín de las Delicias y era evidente que matarían al príncipe instantáneamente si Lawrence se los ordenaba, por eso Bryan eligió continuar haciéndose el desentendido.

- No te hagas el listo, sabandija. - Dijo el príncipe Lucio acercando su rostro a centímetros del de Lawrence, con una mirada que claramente estaba llena de odio: - Solo estas vivo porque el viajo todavía respira y puede defenderte. Así que disfruta respirar por ahora, porque dentro de poco arrojaré tu cadáver en la cloaca de donde salió. -

Luego de esto el príncipe dio media vuelta y se marchó seguido por su grupo de amigos, los cuales se rieron burlándose de Lawrence. En ningún momento parecieron darse cuenta de que en realidad eran ellos los que habían estado rodeados y en peligro en el Jardín de las Delicias. Sin embargo, antes de irse, Lucio se volvió para mirar a Bryan, pero este había adoptado rápidamente la expresión de inocencia servil que utilizaba para disfrazarse, así que el príncipe no le dedicó no se demoró ni un segundo antes de mirar a otro sitio.

- Que adorable amor fraternal. - Comentó Bryan irónicamente: - ¿Cómo supo que eres su hermanastro? -

- En la sociedad aristócrata no existen secretos que valga la pena que se sepan. Solo fue cuestión de tiempo. - Respondió Lawrence sacudiendo la cabeza: - Pero ahora ignorémoslo. Tenemos cosas más importantes entre manos. -

Lawrence lo llevó hasta una bodega donde se guardaban varios toneles de vino y continuó avanzando hasta el final, donde había una enorme barrica vieja en posición horizontal, que bien podría haber contenido más de cuatro mil litros del preciado líquido en su momento, pero que ahora estaba destartalada y claramente estaba vacía.

El joven abrió la tapa de madera e ingresó dentro del inmenso tonel, que en realidad ocultaba en su interior una puerta secreta.

- El otro motivo por el cual decidí crear el Jardín de las Delicias fue tener una tapadera en la capital para ocultar mi base principal. - Explicó Lawrence: - Originalmente este lugar era un templo que colapsó en un día de mal agüero y por eso nadie lo reconstruyó, pero los compartimientos y habitaciones subterráneas quedaron intactos, así que los reacondicioné. Aquí tengo un gran número de armas de primera mano para mis combatientes, salas de entrenamientos, información y sobre todo un refugio seguro que tiene múltiples entradas y salidas secretas. -

- Impresionante. - Comentó Bryan admirando la mampostería de piedra que contrastaba con la arquitectura del burdel encima de ellos.

- Seguramente te preguntarás por qué continuo en la capital pese a que el clima político se está poniendo cada día más peligroso. -

- Ciertamente, lo más sensato sería que marcharas con la Legión Grifón, que ahora está bajo tu control, y esperases a que termine el enfrentamiento entre los príncipes. -

- Muy bien pensado, amigo. - Confirmó Lawrence con una sonrisa: - Pero el motivo por el que aún estoy vivo se encuentra aquí, escondido de todo el mundo. -

- ¿De qué se trata? -

- Mi maestro y el de Phoebe… ¡Uno de los dos Supremos del Imperio Itálico! -

- ¡Un Supremo! -

- Vamos, te llevaré a conocerlo. ¡Estará muy interesado en ti! - Exclamó Lawrence muy satisfecho por la sorpresa de Bryan, mientras lo invitaba a que lo siguiera.

Las mejores cortensanas en el Imperio Itálico

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú. Es 10 de Ago. de 22 y aunque no lo crean el abogado del presidente acaba de renunciar a defenderlo. ¡Pedro Castillo está tan podrido que hasta los buitres ya no lo tragan!

Estimados amigos este capítulo se desvía bastante del original en casi todo lo que ocurre. Es cierto que llegan al Burdel y se encuentran con uno de los príncipes, pero nada más y desde ahí van directamente a encontrarse con el Maestro de Lawrence. Es una serie de eventos importantes, si, pero también demasiado cortos y que se han dividido entre 3 capítulos, así que decidí introducir todo este contenido para enviar el resto al siguiente.

Además, seré honesto con ustedes, me llegaba un poco que visitaran un burdel, pero se fueran sin disfrutar con las chicas. Como jugador de The Witcher no lo podía permitir.

Bien, naturalmente hay muchos elementos fantásticos, pero me baso principalmente en la descripción de las Casas de Baños medievales para este capítulo. Y es que existe la mala creencia de que los medievales eran sucios o no se bañaban, una tontería sin base que se volvió popular en el periodo victoriano y por algún motivo lo siguieron repitiendo hasta el siglo 20 en Hollywood. Para empezar, no es que nosotros en la actualidad seamos muy limpios, ya que los datos de la OMS dicen que las malas condiciones sanitarias con una de las principales causales de muerte a nivel mundial. Naturalmente, el concepto de limpieza era otro, porque no se sabía que existían bacterias y la plomería no estaba tan desarrollada, pero aun así no es que fuesen particularmente sucios o limpios. Como siempre, dependía de tus recursos y forma de vida.

En Francia se disfrutaba mucho de los baños, donde uno podía limpiarse con agua caliente mientras disfrutaba de masajes, acicalamientos e incluso podía comer, porque les colocaban unas tablas sobre las tinas a modo de bandejas con quesos, frutas, vino y otras cosas. También incluso se podía jugar al ajedrez entre otras cosas.

Uno generalmente compartía la tina con un amigo o incluso con una mujer, pues entonces no había tanto pudor como luego sucedería en el período Victoriano.

Lo de la sabana para filtrar la suciedad del aguas es bastante cierto, porque antes de la existencia de la terma eléctrica o a gas… era increíblemente difícil tener agua caliente en abundancia. De ahí que intentasen ahorrarla en la medida de lo posible.

Lamentablemente algunos Baños se hicieron mala fama por ofrecer servicios de prostitución y eso hizo que los reyes y la Iglesia tuviesen que fiscalizarlos o incluso prohibirlos en algunas ocasiones. De ahí que se creyera falsamente que algunos sacerdotes recomendaban “no bañarse” cuando en realidad estaban recomendando no practicar la infidelidad.

Bueno, en esta realidad ficticia, que es una mezcla de la Antigua Roma con el Medioevo haga que el Burdel sea socialmente aceptable, al igual que la esclavitud. Todos los eventos están principalmente basados en la serie de HB Rome y el videojuego Dishonered 1. También quería que la dura realidad de esas mujeres fuese reflejada, aunque sea un poco y por eso introduzco esos diálogos tristes.

Al principio iba a hacer que Bryan no tuviese un encuentro sexual con las prostitutas debido al miedo de que Emily se enterase, pero supuse que toda la secuencia del baño sería medio inútil si no llegaba a concretarse. Además, necesitaba una excusa para que el prota practicase su magia afrodisíaca porque en el original lo hace a la primera, sin ningún tipo de problema y se da mucha información que no tiene sentido que sepa si nunca antes lo había intentado.

El encuentro con el príncipe es ligeramente modificado para hacerlo un poco más relevante. También introduzco muchas conversaciones sobre la política del Imperio que saque de la Trilogía Angel de la Noche de Brent Weeks.

No les puse nombre a las prostitutas de piel oscura porque no quería hacerlas personajes regulares, ya que en el original ninguna de ellas existe. Por el mismo motivo no hice demasiado hincapié en los detalles del sexo porque ninguna de ellas es realmente parte del harem del protagonista. Sin embargo, tampoco quería dejar a Bryan como la clase de persona que simplemente usa a las mujeres que no le interesan, por eso agregué al final que pagase la libertad de esas chicas.

También agregué la parte en que Lawrence regenta ese burdel como tapadera y fuente de información, porque resulta difícil empatizar con el tipo de basura que normalmente serían las personas que hacen dinero explotando a mujeres de esa manera, incluso en un escenario de fantasía. Por eso es que el nombre de la proxeneta es Melka, una referencia a una bruja del juego Skyrim.

En el original la seguridad de Burdel evita que los guardaespaldas de Lawrence lo sigan, lo cual yo creo que es algo muy tonto, así que lo cambié. También agregué por completo las descripciones del edificio y casi todos los detalles.

En fin, esos son los cambios más destacados.

Pero por favor déjame saber tu opinión en los comentaros: ¿Qué te pareció el capítulo? ¿Crees que se entendieron todos los eventos? ¿Te gustaron las escenas pasionales? ¿Te pareció que las descripciones del lugar fueron apropiadas? ¿Crees que todo el asunto del baño fue demasiado o debí reemplazarlo con otra cosa? ¿Qué te parecieron las observaciones sobre la corrupción de Lawrence?

Como siempre, agradezco a Gabriel Morffes por ayudarme a darle el visto bueno a esta capítulo.

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Nos vemos en el siguiente capítulo.