210 Huesos Afilados Y Sombras Tenebrosas

El sonido amortiguado de los cascos se detuvo a lo lejos y poco después se oyeron los pasos de por lo menos una veintena de personas que avanzaron extendiéndose, con la clara intención se rodear la Taberna.

- ¡Hay que salir al patio! - Exclamó Trunks: - Si nos quedamos aquí podrían prender fuego al edificio, es mejor enfrentarlos afuera. -

Acto seguido se llevó dos dedos a los labios y silbó para llamar a su mantícora.

El patio principal de la taberna era amplio y con algunos árboles bastante altos sembrados a cierta distancia uno del otro, pues en días de verano se colocarían varias mesas bajo su sombra. Por lo menos ese era el plan de quien diseñó la Taberna antes de la maldición.

Por supuesto que nadie querría ser visto emborrachándose de ser posible y por eso toda la propiedad estaba rodeada por un muro hecho con ladrillos de barro cocido, que servía más para ocultar que como barrera defensiva. Además, el dueño original había conseguido cultivar algunas plantas espinosas del desierto, que servían para desanimar a los fisgones.

Junto al muro también se habían construido algunos cuartos de madera que servían para guardar cosas no perecibles, así como las letrinas y otros tipos de depósitos menores.

Así que había muchos lugares donde se podían esconder para tomar por sorpresa a los enemigos.

Sin embargo, no optaron por una emboscada, sino que se posicionaron en el centro del patio. Esto no era casualidad o inexperiencia, simplemente se debía a las instrucciones que Bryan les había dado sobre el funcionamiento de la Matriz del Escenario de Masacre.

Las Matrices Ofensivas y Defensivas necesitaban ser controladas por un mago para funcionar. Sólo Bryan sabía cómo desencadenar los Espectros Vengativos, así que en ese momento su matriz no era peligrosa; pero si los pilares de hueso eran atacados, entonces los fantasmas saldrían automáticamente y matarían a cualquier intruso.

Pero había lugares especiales junto a los pilares, donde uno podía pararse y estar completamente a salvo del poder de la Matriz. Bryan se los había mostrado en varias ocasiones, precisamente por si alguna vez no estaba presente. La idea era que, en caso de emergencia, ellos mismos golpeasen los pilares y luego corriesen a refugiarse en las zonas seguras.

Pero había un problema…

- Realmente nunca he visto una matriz parecida a esta ni tengo idea de lo que hace. - Dijo Emily a los demás mientras preparaba su báculo: - Por ahora luchemos lo mejor que podamos. Solo atacaremos los pilares cuando no podamos resistir más. Entonces nos refugiaremos en las zonas seguras y esperemos que todo salga bien. -

El cielo estaba despejado, las estrellas resplandecían, la luz de la luna proyectaba largas sombras desde los árboles y los murmullos de las personas a lo lejos comenzó a desvanecerse.

Fue entonces cuando el primer intruso saltó el muro.

Se trataba de un guerrero armado con una espada corta y un hacha de combate, parecía tener un equipo ligero perfecto para infiltraciones. Sus movimientos eran bastante profesionales y casi no producían sonido.

En cualquier otro lugar hubiese podido llegar sin ser visto, pero Emily había erigido barreras de detección que hacían resplandecer el cuerpo del intruso, aunque solo para los ojos de los defensores. La persona en cuestión no podía saber que había sido detectada, a no ser que fuese un mago.

Trunks chasqueó la lengua y su Mantícora se lanzó al ataque con una velocidad casi tan pasmosa como sigilosos fueron sus movimientos. El pobre ni siquiera vio el momento en que la bestia llegó detrás suyo para morderle directamente la yugular y murió sin emitir sonido. Luego la Mantícora regresó junto con su maestro.

Hubo una nueva reacción de la barrera cuando dos malandrines sortearon la pared un poco más al Este que el primero. Phoebe fue quién avanzó esta vez, dando un paso firme, pero silencioso y con el estoque preparado, que la impulsó hacia adelante unos cinco metros, casi como si estuviese volando. Antes de que el primero de ellos hubiese siquiera terminado de dejarse caer, descubrió que su corazón había sido atravesado por la punta del florete y cuando su compañero se dio cuenta de que estaba pasando algo, su garganta había sido degollada, pues Phoebe se deslizó detrás suyo como un fantasma y le quitó la vida en perfecto silencio.

Antes de que la espadachina hubiese regresando, hubo una nueva reacción de la barrera. Esta vez se trataba de dos individuos, uno de los cuales era un arquero, que en lugar de descender eligió quedarse en lo alto del muro, para disparar mejor.

Trunks llegó rápidamente con su espada y mató al primer intruso acuchillándolo en el estómago, quitándole el aire e impidiéndole gritar. Acto seguido sacó una de sus dagas y se la arrojó con mucha precisión al arquero, atinándole en el cuello y provocándole una muerte segura. El problema fue que, al caerse del muro, su cuerpo provocó un sonido sordo que los enemigos escucharon.

Los mercenarios ya sospechaban que algo estaba sucediendo, porque ninguno de los exploradores que enviaron como avanzadilla les dio la señal de que podían entrar. La caída del cuerpo del arquero confirmó todas sus dudas, así que dejaron el enfoque sigiloso para lanzar un ataque total.

Se vio el resplandor del fuego y varias flechas en llamas fueron disparadas contra la taberna. Casi al mismo tiempo cuatro fornidos guerreros rompieron las puertas e ingresaron con tropel hacia el patio. Pero todos los proyectiles fueron interceptados por la barrera de Emily, que además recibió a los intrusos de la puerta con su Enredadera de la Oscuridad, causando que se dieran de bruces contra una fila de tentáculos endurecidos como lanzas oscuras, de los cuales brotaba una niebla ácida.

Sin embargo, un nuevo grupo de enemigos comenzó a luchar por abrirse paso por encima de las defensas de Emily, al mismo tiempo que más atacantes se ponían a escalar el muro. Phoebe, Trunks y Gilberto comenzaron a pelear con relativa facilidad al principio, pero el número de adversarios se incrementaba rápidamente y también los riesgos de que alguno de ellos consiguiese abrirse paso hasta el interior de la Taberna para atacar a Bryan.

La situación estaba poniéndose un poco tensa, después de todo cada uno de ellos tenía que luchar contra aproximadamente tres o más mercenarios al mismo tiempo. Entonces, cuando parecía que iban a comenzar los problemas, se escuchó el grito agonizante de uno de los miembros del Falce Segador, seguido de un segundo y luego un tercero.

Trunks fue el primero en notar que algo extraño ocurría. Porque de repente varios mercenarios comenzaban a caer muertos o heridos, sin siquiera saber lo que había ocurrido. Si en ese momento Emily no estuviese concentrada en contener a la multitud que intentaba abrirse paso en la puerta principal, el Cazador de Monstruos creería que las sombras estaban matando a los enemigos controladas por la hermosa Archimaga. De manera que siguió la dirección de los cadáveres, hasta que finalmente sus agudos ojos detectaron un movimiento y luego otro, hasta que distinguió algo que lo dejó boquiabierto.

Era el Pequeño Esqueleto.

El cuerpo de la criatura se había tornado de un color blanco casi traslúcido desde su última trasformación, pero de algún modo era capaz de mimetizarse con el entorno. Aparentemente ya estaba recuperado y en algún momento se había unido a la batalla. Ahora se estaba moviendo con una velocidad tan intensa, que de día habría parecido un simple borrón o una silueta difuminada, pero de noche era prácticamente indetectable.

Además, la forma en que se movía también era desconcertante. A veces corría por el suelo aprovechando las sombras, y otras veces reptaba por los troncos de los árboles o los ladrillos del muro, como lo haría una lagartija o alguna clase de araña. Sus movimientos eran silenciosos, las púas de hueso salían volando para atravesar enemigos en ángulos imposibles y usaba su pequeña daga de hueso para apuñalar a sus enemigos o la enviaba volando hacia los objetivos más lejanos para atacarlos por sorpresa, como si el coste de magia para mover la daga fuese menor que el de sus púas.

Así fue matando a varios enemigos con una velocidad pasmosa, aprovechándose de que todos los invasores estaban concentrados en la Archimaga y sus tres defensores.

Claro que esto no podía durar para siempre y el algún momento los mercenarios comenzaron a gritar advertencias. Pero lejos de inmutarse, el Pequeño Esqueleto incrementó aún más la velocidad de sus ataques. Con tan solo un brinco llegó a aferrarse del cuello de uno de los intrusos, apuñalándolo brutalmente en la garganta, al mismo tiempo que sus siete púas volaban rápidamente a su alrededor, bloqueando a cualquiera que intentase auxiliar al pobre desgraciado, hiriéndolos de gravedad o incluso matando a más enemigos. Antes de que el cuerpo se desplomase en el suelo, el Pequeño Esqueleto ya había saltado más de cinco metros y le arrojó su daga de hueso a un mercenario que justo estaba trepando para subir al muro, cercenándole el cuello, sin que su desafortunada víctima supiese cómo sucedió. La pequeña daga de hueso regresó volando a su mano, casi al mismo tiempo que sus púas, y el Pequeño Esqueleto corrió hacia sus próximos objetivos.

Era certero.

Era letal.

Era incansable.

Trunks acababa de herir gravemente a tres enemigos, pero el asombro lo hizo fallar el tajo mortal, así que los empujó con una patada hacia Gilberto, que inmediatamente se puso a descuartizarlos. El Cazador de Monstruos se tomó un respiro para mirar al Pequeño Esqueleto y expresó los pensamientos que, si no pronunciaba, seguirían dando vueltas en su cabeza e impidiendo que se concentrase.

- ¡Por los divinos! ¡¿Qué es ese esqueleto?! -

- Yo más bien quisiera saber qué es eso. - Comentó Gilberto señalando los cadáveres.

Un cierto vaho emanaba desde los cuerpos muertos y se dirigía hacia los Pilares de Hueso más cercanos, como si estuviesen succionándolos.

- Son parte de sus almas. - Respondió Emily volviéndose un momento, pues como Archimaga Oscura conocía muchos misterios sobre el mundo: - Normalmente los espíritus descienden inmediatamente al mundo de los muertos para ser juzgados, pero al parecer esos pilares están succionados una pequeña fracción de ellos. Normalmente es imposible ver este fenómeno espiritual sin ayuda de la magia, pero esta matriz misteriosa permite que cualquiera lo vea si presta suficiente atención. -

- ¿La Matriz de Bryan se alimenta de los que mueren dentro de ella? ¡¿Cómo es posible lograr tal cosa?! - Exclamó Phoebe desconcertada.

- ¿Cómo voy a saberlo? La Necromancia es la que se ocupa de estas cuestiones y mi conocimiento sobre esa rama de la magia es apenas superficial. - Respondió Emily con una sonrisa irónica: - Tendrás que preguntarle cuando se despierte. Porque ese esqueleto, la Matriz y lo que sea que esté nadando dentro de ese pozo, ya son demasiados misteriosos como para que me moleste en sorprenderme por cada nueva cosa que descubra. -

Después de ese breve intercambio, lo cuatro volvieron a concentrarse en el combate.

Y fue bueno que lo hiciesen, porque la auténtica batalla estaba a punto de comenzar. Al igual que un ajedrecista sacrifica primero a las piezas más débiles, los invasores que Falce Segador había enviado hasta el momento eran los miembros más débiles. Un nuevo sonido de cascos se escuchó a lo lejos, cuando las verdaderas amenazas llegaron.

****

Repentinamente dos destellos rompieron la oscuridad de la noche. El primero fue una gran chispa que impactó al Pequeño Esqueleto, forzándolo a retroceder y refugiarse en las sombras. El segundo fue una bola de fuego que destruyó la puerta principal para dar paso a una veintena de personas bien pertrechadas con armaduras de calidad, que evidentemente eran los miembros plenos de Falce Segador.

Sin embargo, Emily apenas les dedicó una mirada, porque toda su atención estaba en las figuras que venían levitando a unos diez metros del suelo, emitiendo un aura poderosa.

- Dos Archimagos. - Advirtió Emily con una expresión fastidiada: - Las cosas acaban de complicarse. -

El primero de ellos era un Archimago de Trueno. Su contextura era delgada como la rama de un ciprés y debía tener unos 30 años aproximadamente. Las túnicas que lucía eran ligeramente lujosas, mucho más de lo que uno esperaría encontrar en un lugar como el Valle del Sol, motivo por el cual se destacaba. Y tenía que tener cierta habilidad, pues había conseguido impactar con su conjuro al Pequeño Esqueleto.

El segundo era claramente un Archimago de Fuego, pues el brillo de las llamas que lo rodeaban lo delataban fácilmente. Era algo más joven que su compañero, aunque su contextura se veía más robusta. Lucía el emblema del Falce Segador en una de sus túnicas, así que era un miembro pleno. Y en cuanto reconoció el rostro de Trunks entre sus enemigos, sonrió salvajemente antes de decir: - ¡Que excelente, el mocoso insolente está aquí también! ¡Hoy podremos deshacernos de dos sabandijas problemáticas! -

- Igor, perro desleal. - Exclamo Trunks casi escupiendo el nombre: - El capitán te recibió en la banda cuando eras un maldito don nadie y el Báculo que sostienes fue un regalo suyo. ¡¿Así es como le pagas?! ¡No puedo creer que tú también estés con esa rata traidora de Sorin! ¡El aire que respiras es un insulto a todo lo que es digno! -

- Sigues con la misma cantaleta. - Respondió el Archimago Igor con desgana: - Nada de lo que he visto en todos estos años prueba que la muerte del viejo capitán fuese algo más que un simple accidente. Un accidente fruto de un error de juicio suyo, por no haber investigado bien antes de partir a enfrentarse con esos bandidos. ¿Acaso tengo que creerte a ti en lugar de a nuestro líder? Trunks, tú no eres más que un mocoso celoso y resentido, que nunca pudo madurar del todo. -

- No tienes que creer nada, en eso tienes razón. - Respondió Trunks con una sonrisa salvaje que encubría su odio: - Porque voy a matarlos a todos y ofreceré sus cabezas como tributo en la tumba del capitán. ¡Me da igual si saben que digo la verdad o no! -

- Puedes seguir con tus delirios en el otro mundo. - Respondió Igor con desdén y algo de lastima.

- Ya deja de perder el tiempo. - Lo cortó de pronto el Archimago del Trueno a su lado: - Los hombres de Dalibor pueden llegar en cualquier momento. ¡Hay que matarlos ahora! -

- ¡No me digas lo que tengo que hacer, recién llegado! - Le espetó Igor con furia: - ¡No soy uno de tus fanáticos! -

Era evidente que la relación entre ambos estaba lejos de ser cordial.

- Que curioso, estaba pensando lo mismo. - Dijo de pronto Emily poniendo una mano sobre el hombro de Trunks para tranquilizarlo: - Yo me encargaré de esos dos. Ustedes tengan cuidado con los demás, porque todavía podría haber peligros ocultos. -

Después Emily comenzó a levitar hacia sus enemigos sin esperar respuesta.

- ¿Escuché bien, mujer? - Dijo Igor burlonamente en cuanto estuvieron cerca: - ¿Dijiste que tú sola vas a “encargarte” de nosotros? ¿Acaso no sabes contar? -

- Parece que necesitas una lección de respeto. - Añadió el Archimago del Trueno: - Tal vez debamos torturarla un poco antes de matarla. -

Para sorpresa de todos, Emily comenzó a reír en ese mismo momento. El sonido de su risa era hermoso y melodioso, pero de algún modo también parecía ocultar una peligrosa amenaza.

- Lo que ustedes no parecen saber… - Dijo Emily con un tono condescendiente: - Es que en el mundo hay Archimagos y también hay ¡ARCHIMAGOS! -

Inmediatamente después, Emily liberó el poder de su magia, y esta explotó con una ferocidad tan aterradora que abrumó de inmediato a todos los que la contemplaron, sin importar que fueran hombres o bestias. Los dos Archimagos abrieron los ojos sorprendidos y rápidamente retrocedieron.

- ¿De verdad creían que sólo por haber alcanzado el grado ya han dominado todo su potencial? - Preguntó Emily con una sonrisa sarcástica: - Ante mis ojos sólo veo a un plebeyo mercenario que eligió ser sirviente de un traidor y a un cultista venido a menos del Templo de Idramón, tan prescindible que lo han enviado para que refuerce al pequeño ejército privado de un nieto bastardo… ¡¿Creen que por ser Archimagos están al mismo nivel que una Aristócrata?! ¡Conozcan su lugar! -

Luego añadió con un susurro que solamente ella podía oír.

- Se atrevieron a venir para quitarle la vida al hombre que amo… ¡Les garantizo que haré mi mejor esfuerzo por destruirlos! -

Entonces blandió su báculo y más de dieciséis Garras Sombrías volaron hacia los dos Archimagos. Esto los tomó por sorpresa, pues al ser dos contra una, la estrategia lógica sería que Emily luchase a la defensiva, tratando de conservar la mayor cantidad de poder posible. En cambio, la hermosa Archimaga había elegido comenzar la batalla con lo que parecía una tormenta de ataques.

Ellos no sabían que las Garras Sombrías eran un conjuro de nivel medio inferior para un Archimago Oscuro, así que Emily realmente no estaba consumiendo tanta energía como parecía, pero consiguió el efecto que deseaba.

Los Archimagos se separaron inmediatamente y erigieron barreras mágicas a su alrededor para protegerse, pero descubrieron asombrados que estas no resistirían, porque la Garras Sombrías no atacaban distintos puntos de sus defensas, sino que cada una golpeaba exactamente el mismo. De modo que instintivamente concentraron su poder para reforzar ese lugar, pero eso resultó ser un grave error.

- Posesión de Sombras. - Susurró Emily con un tono lleno de frialdad. Ahora los Archimagos no tenían protección en todo su cuerpo, de modo que sus mentes eran vulnerables a los hechizos. Este en particular se trataba de una ilusión poderosa que desaparecía todas las luces existentes, dejando al enemigo en un entorno completamente negro.

¡Ahora los Archimagos no podían ver a Emily!

Inmediatamente comenzaron a lanzar poderosos conjuros a diestra y siniestra, con la esperanza de atinarle. Pero pronto supieron que no lo estaban consiguiendo porque la ilusión continuaba afectándolos.

De repente Emily apareció en medio de la oscuridad, levitando a unos metros por encima de ellos, así que le arrojaron simultáneamente una espiral de fuego y un relámpago, pero estos la atravesaron como si fuese de aire. Poco después desapareció.

De repente Emily volvió a aparecer detrás de ellos, pero esta vez no la atacaron.

- Es un espejismo. - Exclamó el Archimago del Trueno

- No menciones lo evidente. - Le respondió Igor.

- Bravo. - Dijo Emily a través de su ilusión: - Pero entonces ¿qué les parece esto? -

Poco después aparecieron otras tres figuras tan parecidas a Emily como dos gotas de agua. Y cada una tenía en sus manos un cúmulo de magia ofensiva reunida.

- ¿Adivinan de dónde vendrá el próximo ataque? - Pregunto sonriendo.

- Mierda. - Exclamaron los dos al unísono.

En efecto, tres ataques idénticos de Magia Oscura fueron disparados hacia ellos, pero sólo uno era real. Para defenderse no les quedó otra opción que construir una barrera mucho más poderosa para cubrir varias direcciones al mismo tiempo, pero la falta de tiempo impidió que la completaran del todo y una parte del daño los alcanzó. Cuando quisieron contraatacar, las tres Emily habían desaparecido.

Cuando empezaron a creer que podrían tomarse un respiro, otras cuatro ilusiones de Emily aparecieron rodeándolos y arrojando conjuros. Los Archimagos tuvieron que volver a protegerse y cuando quisieron atacar, estaban solos de nuevo.

El patrón se repitió varias veces.

La furia por los insultos que recibieron al principio se combinó con la vergüenza. Habían cometido un error de principiante al permitirse ser atrapados en un hechizo y además estaban siendo puestos en aprietos por una única oponente. Ambos se habían convertido en Archimagos recientemente, pero desde entonces solamente habían provocado temor en todos aquellos que los enfrentaban. Lo peor era que la ilusión de Emily solamente los afectaba a ellos, así que todo el mundo era capaz de ver el ridículo que estaban haciendo.

Para un mago el estado mental era algo fundamental. Aunque eran Archimagos, inevitablemente comenzaron a cometer errores por permitir que el bochorno afectase sus decisiones e incrementaron el poder de sus ataques a pesar de no tener un blanco fijo. Emily era una creyente de la máxima “si tu enemigo se está equivocando… ¡no lo interrumpas!” así que los dejó ser. Incluso manipuló a sus espejismos para darles la falsa impresión de que estaban logrando algo al atacar de un modo tan poco prudente.

- ¡Esto es una estupidez! - Bramó de pronto el Archimago de Trueno e invocó un poderoso conjuro de gran magnitud, que asustaba por su intensidad.

- ¡¿Qué haces?! - Gritó Igor

- ¡Destruir esta maldita ilusión de una buena vez! ¡Luego voy a matar esa perra insolente! ¡Puedes ayudarme ahora o puedes desaparecer junto con esta oscuridad! - Respondió el Archimago de Trueno con una furia inesperadamente intensa para alguien que originalmente parecía tan sereno. Era evidente que el comentario de Emily al llamarlo “Cultista venido a menos” lo había afectado más de lo que originalmente pensaba y probablemente había algo de verdad en que lo habían elegido para ayudar a Sorin porque no era demasiado importante para el Templo de Idramón.

Igor claramente estaba furioso e indignado con su colega, al que ya despreciaba desde un principio. La mejor forma de romper una ilusión era atacando al mago que la había desatado. En cambio, romperla a la fuerza consumiría mucha magia innecesariamente. Pero no podía discutir en ese momento, así que también reunió sus poderes para atacar al mismo tiempo. Ambos desataron una explosión conjunta de Trueno y Fuego que barrió la oscuridad que los rodeaba, como si fuese humo arrastrado por el viento.

- Bravo de nuevo. - Dijo de pronto Emily, revelando que había estado levitando todo este tiempo a uno metros por encima de ellos.

- Ahora es tu turno, maldita. - Exclamó Igor conjurando una enorme serpiente de fuego de veinte metros de largo, que se dirigió contra Emily volando y con las fauces abiertas.

La hermosa Archimaga no hizo ademán alguno de esquivar el taque. Simplemente levantó su mano y una poderosa barrera esférica encerró a la serpiente en su interior durante unos segundos, hasta que esta desapareció por haber consumido todo el oxígeno dentro del reducido espacio.

Igor no esperaba que uno de sus mejores conjuros ofensivos fuese tan fácilmente contrarrestado. Esto lo llenó de furia e inmediatamente intentó arrojar otra serpiente de fuego igual… pero entonces sintió un leve mareo y su respiración se sintió pesada.

- ¿Qué? -

- ¿Problemas señor traidor? - Preguntó Emily sonriendo con crueldad: - ¿Tal vez descubriste que estás un poco cansado? -

- ¡Cállate de una vez! ¡Es imposible que esté más cansado que tú, maldita! -

- ¿De verdad? - Pregunto Emily: - Entonces permíteme que te de una lección. Lo primero que un mago debe recordar cuando lucha contra otro, es la naturaleza de su magia. Por ejemplo, las ilusiones son mucho más fáciles de hacer para los magos de la Luz, la Oscuridad y el Espacio. Hasta el momento apenas he gastado Fuerza Mental, en cambio ustedes usaron mucha para romper mi Posesión de Sombras y también antes, cuando arrojaron conjuros tan poderosos como inútiles contra mis espejismos. -

Solo entonces cayeron en cuenta de que Emily tenía razón. En esta batalla ellos habían empezado con una ventaja absoluta, pero de pronto sintieron que sus poderes estaban acabándose, mientras que los de Emily no habían disminuido en lo más mínimo.

De pronto comprendieron que la posibilidad de ser derrotados existía si seguían prolongando el combate, de modo que ambos decidieron desatar magias más poderosas para tratar de darle la vuelta a la situación. El Archimago de Trueno conjuró una especie de Criatura Elemental parecida a un águila gigantesca, mientras que Igor conjuró más de cuarenta bolas de fuego al mismo tiempo, que salieron disparadas hacia Emily como una lluvia de asteroides.

- ¡Maelstrom de Oscuridad! -

De repente tres pequeños orbes oscuros aparecieron en frente de Emily y succionaron todos los ataques de ambos Archimagos con una velocidad pasmosa. Era la primera magia de alto nivel que empleaba y pudo conjurarla fácilmente porque sus enemigos se distrajeron debido al miedo.

- Lección número dos. - Dijo Emily burlona mientras los señalaba con su báculo: - Cuando conjuras ataques de gran poder, siempre te expones a bajar tus defensas. Por eso lo mejor es no hacerlo cuando no tienes algún combatiente que te proteja.

Aunque si tus enemigos son lo bastante tontos como para quedarse mirándote confundidos, sin pensar en que su enemiga podría estar conjurando, tal como ustedes hace unos momentos, vale la pena intentarlo.  -

Acto seguido, los tres orbes oscuros avanzaron rápidamente hacia los Archimagos, que inmediatamente retrocedieron en el aire a toda velocidad para ganar tiempo y poder construir una defensa lo bastante fuerte como para detener esta peligrosa magia.

Ambos lo consiguieron y los tres orbes desaparecieron después de impactar contra sus barreras. Pero estar levitando a gran velocidad al mismo tiempo que se conjuraba, no era algo que fuese sencillo de hacer para ningún mago, sobre todo cuando el cansancio ya se dejaba sentir.

Igor fue el primero que decidió descender hasta el muro para apoyarse en el suelo unos momentos, mientras recuperaba el aliento. Lo que no esperó fue que cientos de tentáculos hechos con sombras apareciesen de pronto e intentasen sujetarlo.

Mientras Igor luchaba por liberarse, se escuchó una explosión en el cielo y poco tiempo después el Archimago del Trueno se estrelló contra el piso a gran velocidad. Emily no dejó pasar la oportunidad para desatar un ataque contundente, aprovechando que Igor estaba distraído en ese momento. El Archimago del Trueno se levantó rápidamente para continuar luchando, pero por más que intentaba ocultarlo resultaba evidente que el impacto lo había lastimado.

- Tercera lección. - Dijo Emily mirando a Igor con desinterés, como si ya no lo considerase digno de mayor atención y solamente estuviese hablando por cumplir: - A veces los conjuros más sencillos son mucho más efectivos en un combate que las magias complejas, porque se activan más rápido y es sencillo controlarlos, como esa Enredadera de la Oscuridad.

Esta fue una buena lección para ti, pequeño traidor. Y el precio de la clase… ¡Sera tu vida! -

Luego de eso, las enredaderas que aprisionaban a Igor emitieron su terrible neblina corrosiva. Para sobrevivir, el Archimago de Fuego tuvo que utilizar un conjuro llamado Manto Incandescente que rodeó todo su cuerpo de llamas que lo salvaron del ácido, pero no a tiempo para evitar que parte de la piel sobre sus manos se quemara. Si hubiese usado este conjuro de inmediato, podría haberse liberado rápidamente, pero esa magia era del nivel Licenciado y desde que se volvió Archimago se había acostumbrado a emplear los poderes más vistosos, dejando de lado los básicos.

Todos los que contemplaban la impresionante batalla en el cielo suspiraron de asombro. Emily se estaba enfrentando sola contra dos Archimagos y no solo podía sostener el combate... ¡Sino que estaba ganando!

Pero, aunque en apariencia pareciese sencillo, en realidad el resultado de la batalla se debía a una serie de supuestos cuidadosamente calculados por Emily desde antes de que comenzasen a luchar. Esta era una hazaña muy difícil de lograr para cualquiera que no fuese un genio como ella: Primero descubrió la naturaleza de la relación entre estos dos individuos y su temperamento, después de haberlos examinado sólo unos segundos; luego empleó las palabras perfectas para provocarlos antes de comenzar; finalmente utilizó las magias más adecuadas y les hizo darse cuenta de cosas durante el combate que afectaron su psicología. Esta brillante estrategia permitió que la batalla se desarrollase exactamente como ella quería.

Además, era cierto que Emily sabía usar sus conjuros con maestría y le sacaba el máximo provecho a cada movimiento. En cambio, los dos Archimagos eran iguales a ella en poder, pero les faltaba técnica. Si fuesen guerreros, podrían esforzarse para mejorar; pero los magos necesitaban “conocimiento” para ser más poderosos y este saber solía estar registrado en invaluables libros de magia. Como Aristócrata, Emily no solamente tenía acceso a muchas bibliotecas importantes, sino que incluso poseía una colección privada de volúmenes sobre la magia oscura que nadie más conocía.

Quien más claro tenía esto era la propia Emily, por eso, aunque en ese momento aparentaba estar confiada, en realidad no bajó la guardia en ningún momento ni se permitía el menor descuido. Sabía que esos Archimagos todavía podían darle la vuelta al combate si dejaban de lado sus dudas o si empleaban alguna carta de triunfo que todavía ocultasen.

Lamentablemente sus temores resultaron ser ciertos, porque al sentir que la derrota estaba cada vez más cerca, Igor perdió la paciencia y gritó con desesperación: - ¡¿Qué estas esperando?! ¡Haz algo ahora mismo! -

Al escucharlo, Emily inmediatamente enfocó sus sentidos mágicos para detectar a cualquier amenaza. Debajo de ellos el combate entre los mercenarios de Falce Segador con Gilberto, Trunks y Phoebe continuaba; pero de repente una figura llegó desde fuera con una velocidad inconcebible y atravesó el patio como una flecha, esquivando a todos en su camino, mientras se dirigía hacia la espalda del Dragón para propinarle una estocada mortal.

Cuando Emily reconoció a esa persona, no pudo creerlo al principio, pero inmediatamente activó su magia para salvar a Gilberto al mismo tiempo que gritaba una advertencia:

- ¡Cuidado! ¡Es Marcus! -

De un modo inexplicable, el Gran Maestro de Espadas que fue guardaespaldas de Odón Ascher y tutor de su hijo Clark ahora se encontraba en este lugar.

Emily, Señora de la Oscuridad

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú, donde la situación económica empeora por horas debido al gobierno comunista, pero de algún modo todavía nos las arreglamos para sobrevivir.

Este capítulo va a quedar como uno de mis mejores trabajos. ¡Casi quisiera haber adjuntado una copia del original para que puedan compararlo! Me temo que ahí lo único que sucede es que el Pequeño Esqueleto se pone a matar a todos los invasores con su Daga de Hueso voladora, hasta que un grupo de ballesteros le dispara… No, no al Pequeño Esqueleto, sino a su daga voladora, y le atinan en medio de la noche. Así es, en lugar de usar sus escudos para cubrirse, el clímax de la historia llega cuando alguien decide hacer como en una ridícula película de acción en la que chocan Bala conta Bala.

Por eso yo decidí arriesgarme nuevamente y reescribí el capítulo por completo. La primera mitad hago que el Pequeño Esqueleto actúe, pero cambio completamente su forma de pelear a una que me parece más eficiente y también creíble. También hago que el resto de personajes intervenga en la batalla, pues en el original se quedan de pie sin hacer nada durante casi todo el capítulo.

Luego el protagonismo naturalmente se lo lleva Emily, para la cual fabriqué por completo una estrategia. En el original los Archimagos solo llegan y se quedan hablando sin hacer mucho. Yo pensé que esta era una excelente oportunidad para una batalla espectacular y me mandé con todo.

Una de mis frustraciones en series de Anime como Dragon Ball Z o Caballeros del Zodíaco era que, si uno alcanzaba cierto nivel, ya no importaba el entrenamiento, porque se podía derrotar a cualquier con poder puro. En esta batalla quise demostrar que un Archimago Aristócrata con buena educación, como Emily, naturalmente tendrá un poder superior al de un Archimago mercenario de un pueblo fronterizo que seguramente todo de un modo autodidacta. Pero también dejo manifiesto que la victoria se debe principalmente a la genialidad estratégica de Emily.

Finalmente me dediqué un montón a trabajar las imágenes para que fuesen lo más apropiadas posibles para este capítulo.

Pero lo mejor de todo es que este no es más que el primero de dos partes, pues en el siguiente también estoy preparando una serie de geniales modificaciones que estoy seguro les encantará.

En un tema un poco menos agradable, estoy realmente necesitando fondos para… bueno, sobrevivir. Así que si les gustó este episodio por favor compártanlo con otras personas para atraer más patrocinadores porque en verdad me ayudarían. 

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Nos vemos en el siguiente capítulo, que será la segunda parte de este.