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- Bueno, ahora que eso se acabó… -
Luego de derrotar a la gárgola y recuperar la piedra mágica que dejó caer, me volví hacia mis compañeros de clase.
El joven llamado Jean apenas podía moverse, pero hacía todo lo posible por auxiliar a sus amigos. Todos los demás estaban inconscientes, incluyendo a Arisa, quien seguramente era su novia. La pobre maga estaba particularmente mal: se desangraba por un profundo corte en el hombro y su piel ya tenía la palidez de un cadáver.
- Bebe esto. - Dije, acercándome a Jean con una poción curativa.
- ¡No, primero mis compañeros! -
- Tú todavía puedes moverte, así que te daré un elixir de rango medio. Necesito que te recuperes rápido para que me ayudes a curar a los demás. ¡Apúrate! - Ordené.
- Oh… ¡Es verdad! Lo siento. Muchas gracias, Baskerville. - Dijo Jean, tomando la botella.
- Menos charla y más curación. - Le espeté.
No es que el joven fuese tonto, solo estaba confundido por todo lo que acababa de experimentar, sumado al dolor de su brazo roto. Afortunadamente, entendió la eficiencia de mi propuesta y se bebió la poción rápidamente.
Por mi parte, saqué varias botellas con elixires curativos de grado medio y las dejé en el suelo con movimientos rápidos, pero cauteloso. Finalmente, del fondo de mi bolsa extraje un carísimo elixir de rango alto y derramé la mitad del contenido sobre la herida de Arisa. Inmediatamente, la magia curativa entró en acción, regenerando la carne en cuestión de segundos.
- Toma, haz que se beba el resto. - Le dije a Jean tras comprobar por el rabillo del ojo que su brazo ya estaba recuperado.
- ¡Muchas gracias! -
- Tranquilo, si eres su novio, te corresponde asegurarte de que no se desperdicie ni una gota. Así el efecto de la poción será más fuerte. -
Como la joven estaba inconsciente, habría que darle de beber el elixir a la fuerza, lo que implicaría tocar sus labios, tal vez incluso administrárselo de boca a boca. Fuera como fuese, yo estaba completamente decidido a no convertirme en un cerdo roba-novias, así que prefería no cruzar ninguna línea, incluso si se trataba de un personaje secundario. Si yo le daba la poción, existía una diminuta posibilidad de que acabase levantando alguna bandera inesperada con Arisa, por eso inmediatamente le cedí la responsabilidad a su heroico novio.
Tal vez comprendió mi intención o fue por otro motivo, pero me pareció que el brillo de gratitud en los ojos de Jean se volvió más intenso. En cualquier caso, decidí respetar su intimidad dándoles la espalda para concentrarme en aplicar los elixires de rango medio sobre los moretones y heridas más severas de los otros estudiantes.
Al poco tiempo escuché pasos. Jean se acercaba con una expresión aliviada.
- ¡Muchas gracias por salvar la vida de Arisa, Baskerville! -
- De nada. - Respondí sin mirarlo y señalé a sus compañeros: - A simple vista, las heridas de estos dos no parecen tan graves, así que debería bastar con derramar los elixires de rango medio sobre ellos. Pero creo que lo mejor sería retirarnos cuanto antes, así que ayúdame a dárselos de beber para acelerar su recuperación. -
- De acuerdo, pero… ¿estás seguro? Estas pociones no son nada baratas, especialmente el elixir de rango alto. ¡No tenemos dinero para pagarte! -
- Sé que todavía estás afectado por lo ocurrido, pero te ruego que no me insultes. No habrás olvidado que soy el hijo de un marqués, ¿verdad? - Dije con un tono más duro del que pretendía, observándolo con un brillo peligroso en la mirada.
- No, yo… ¡Ah! -
Recién en ese momento Jean se dio cuenta. Entre nobles, hablar del costo de algo se consideraba de muy mal gusto, pues implicaba que una familia no tenía los recursos suficientes para obtenerlo. Era cierto que los elixires no eran baratos, pero yo seguía siendo parte de la Alta Aristocracia.
Por supuesto, bastaba con una mirada para saber que Jean no había tenido intención de ofenderme. Solo seguía en estado de shock. Pero en cuanto entendió lo que sus palabras implicaban, se apresuró a disculparse e incluso comenzó a balbucear. Viéndolo así, no pude evitar sentir que había sido demasiado severo y decidí suavizar mi tono.
- No te preocupes, lo importante es que todos están vivos. -
- Lo siento, Baskerville. Muchas gracias. -
Fue recién en ese momento que Jean terminó de creer que se encontraban a salvo. La tensión lo abandonó de golpe, y sin darse cuenta, cayó de rodillas. Rápidamente corrí para sostenerlo antes de que se derrumbe sobre sus compañeros heridos.
- Gracias. - Repitió Jean-
- Está bien, somos compañeros de clase, a fin de cuentas. - Dije con una sonrisa irónica.
El joven recuperó el equilibrio y ambos nos concentramos en terminar de curar a los demás. En cuanto todos estuvieron fuera de peligro, Jean soltó un fuerte suspiro de alivio y dirigió la mirada al lugar donde había desaparecido el cadáver de la gárgola.
- Nunca imaginé que habría un monstruo tan fuerte en este laberinto. ¡Qué descuido por mi parte! -
- No te culpes. - Le dije, dándole una breve palmada en el hombro: - Esa cosa definitivamente era una anomalía. En realidad, deberías sentirte orgulloso de haber sobrevivido. -
- Yo era el líder, pero todos mis amigos casi mueren porque no estuve a la altura… ¡Soy un maldito fracaso! - Espetó Jean, mirando el suelo con una expresión ensombrecida.
“Parece que este joven tiene vocación de líder. Otras personas aceptarían felizmente cualquier excusa para evadir la responsabilidad, pero lo cierto es que en la Academia lo primero que enseñan es que cualquier cosa puede pasar y hay que estar preparado. Además, se supone que se están formando para defender el reino, y en el campo de batalla el enemigo no se detendrá solo porque uno argumente que no debería estar ahí. Un líder tiene la responsabilidad sobre su grupo, sin importar lo que ocurra.”
Estudié la expresión de Jean con atención.
“Afortunadamente, lo único que a él le preocupa es el bienestar de sus compañeros. Es honesto y noble. Hay potencial para que crezca. Sería una pena que permaneciera como un simple personaje de fondo.”
De manera que me alejé unos pasos y lo miré seriamente antes de decir:
- Si realmente te molesta, usa esa culpa para motivarte a ser más fuerte. Debes aprender a luchar para proteger a otros, especialmente a quienes son importantes para ti. -
La verdad es que no sé muy bien qué decir en un momento como este, así que simplemente repetí algo que escuché en un anime. Afortunadamente, la sabiduría de Hiko Seijūro funcionó, porque conseguí que Jean sonriera.
- Es verdad… ¡Tengo que hacerme fuerte! ¡Así, algún día podrá ser como usted, Baskerville! -
“No, carajo. Yo puedo hacer lo que hago porque mis estadísticas iniciales están rotas. ¡No debo dejar que vaya por ese camino! Pero tampoco quiero desanimarlo… Ah… ¡¿Qué debo decir?!... ¡Ah, ya sé!”
- El crecimiento de cada persona es diferente. - Le dije con una sonrisa filosófica: - No te compares con los demás, sigue tu propio camino y crece a tu propio ritmo. -
- Si, gracias. - Asintió Jean, parpadeando: - Perdón por todo hasta ahora. -
“¡Muchas gracias, Jiraiya-sensei! ¡Realmente esa serie de ninjas comenzó a irse a la mierda justo después de que te mataron!” Pensé mientras lloraba de alivio por dentro, pero por fuera simplemente sonreí tranquilamente.
- Está bien, no es necesario expresar tu gratitud más de una vez. -
- ¿Ah? No, es que… Creo que te malentendí todo este tiempo. - Aclaró Jean con una mirada avergonzada: - Es por eso que quería disculparme. -
El joven hizo una breve pausa, se rascó la mejilla con los dedos y luego continuó:
- Honestamente, pensé que eras alguien infame. Tienes una cara aterradora. Y además… bueno, nunca he escuchado nada bueno sobre la familia Baskerville. -
- Sí, bueno. No es ninguna novedad para mí… -
- Pero has resultado ser un gran hombre. Podrías habernos abandonado, pero arriesgaste tu vida para salvarnos y al final venciste a ese monstruo. También nos diste medicinas sin que te lo pidiéramos… ¡Lamento haberme dejado llevar por mis prejuicios e ignorarte en el aula! ¡Por favor, perdóname! -
- … -
Jean incluso se tomó la molestia de levantarse, se llevó una mano al pecho e hizo una reverencia que un noble solo haría en presencia de alguien con mayor rango o dignidad superior. Su sinceridad me sorprendió hasta el punto en que no supe cómo responder.
- Ah… -
Esta era la primera vez que sostenía una conversación tan larga con un compañero de clase. Ciertamente, esto se debía en parte a que el resto me trató como un paria desde el primer día, pero también a que mi mentalidad no era muy compatible con la de jóvenes como ellos. Era como la diferencia entre un estudiante de preparatoria y alguien a punto de salir de la universidad.
Como no sabía qué decir, decidí darle la espalda y fingir que buscaba algo en mi bolsa de herramientas para ocultar mi nerviosismo.
- … No te preocupes por eso. - Dije finalmente: - Es cierto que nací con una cara aterradora. Además, la mala fama de los Baskerville es bien merecida. -
Hice una breve pausa antes de señalar a sus compañeros.
- Bueno, parece que ellos están a punto de despertar. Yo seguiré avanzando hacia el final del laberinto, así que aquí me despido. Pero antes de irme, te daré esto para que puedan retirarse con calma. -
- ¿Esto es…? -
Lo que le entregué a Jean era un objeto consumible llamado Amuleto de Incienso, capaz de ahuyentar a los monstruos. Solo funcionaba con criaturas débiles, pero en este laberinto ya no quedaba nada peligroso, así que sería suficiente para evitar cualquier enfrentamiento en su camino de regreso.
- … ¡Muchas gracias de nuevo! ¡Me aseguraré de compensarte! -
- Solo devuélveme el favor si alguna vez estás en posición de hacerlo. - Le respondí sin rodeos: - Con eso estaremos a mano. ¡Nos vemos luego! -
Y tras hacer un gesto con la mano, continué mi camino.
Jean con espada y escudo
Bueno en este capítulo he mantenido la estructura general, pero he modificado bastante tanto los diálogos como los pensamientos internos de Zenón. El original era muy vago y repetía muchos elementos. Yo pensé que la conversación entre ambos podía ser un poco más dinámica y entretenida.
La idea de que Zenón no supiese bien cómo aconsejar a Jean es algo que el texto dice, pero no lo refleja, porque realmente todo lo que el protagonista dice es acertado. Entonces se me ocurrió que podría hacer un chiste al estilo One-Punch Man, donde el héroe King le da un discurso a Saitama muy inspirador, pero luego se revela que lo leyó todo en un manga. De ese modo se cumpliría la premisa de la novela y nos reiríamos un rato.
La primera referencia es de Samurai X, pero no la serie, sino la película Huellas del Pasado, donde el maestro de Kenshin le enseña que tiene la responsabilidad de ser fuerte para proteger a sus seres queridos justo antes de tomarlo como aprendiz. En cuanto a la segunda, cuando Naruto se siente frustrado por su progreso y la dificultad de controlar el chakra del Kyūbi, Jiraiya le aconseja que no se compare con otros y que siga su propio ritmo. Creo que es el capítulo 91 del Manga.
Y sí, aproveché para ventilar mi propio rencor personal por la forma en que Naruto se desarrolló como serie luego de la muerte de ese personaje. Ojo, no objeto su muerte. Solo que me parece que el autor no lo pensó muy bien luego de eso. Ustedes me entienden. ¿Marcianos ninja? ¡Tienes que estar borracho!
En fin, espero que les haya gustado el capítulo.