276 Florecimiento durante el Baño (+18)

Este capítulo tiene contenido de naturaleza erótica que puede no ser del agrado de todos los lectores. Se recomienda discreción.

Se trataba de una habitación con un techo bastante alto, levantando por columnas hermosamente decoradas. Todo el suelo estaba trabajado en fino mármol, las paredes tenían bellos mosaicos representando animales y plantas marinas. En el centro de destacaban tres piscinas diferentes de agua caliente, fría y tibia respectivamente.

Naturalmente, también había un sauna y una gran bañera de bronce, donde Phoebe se sumergía diariamente para ser acicalada por sus sirvientas profesionales. Aunque desde que consumió el Elixir de Juventud no había tenido la necesidad de usarla.

El Baño privado de Phoebe

Bryan estaba admirando la vista, cuando de repente cuatro hermosas mujeres entraron al baño y rápidamente se acercaron con una sonrisa. Cada una de ella llevaba una bata blanca bastante delicada, que dejaba muy poco a la imaginación.

- ¿Vas a tomar un baño, Señorita? ¿O prefieres usar el sauna? -

- Tomaré un baño de agua caliente. - Respondió Phoebe sin darle importancia y añadió señalando a Bryan: - También mi acompañante. -

- ¡Entendido! -

Las mujeres sonrieron risueñas para ayudar a Phoebe a quitarse el traje de entrenamiento, el cual tenía muchas correas de seguridad. Sin embargo, las damas eran profesionales y terminaron en muy poco tiempo. Luego acercaron un biombo para ocultar su figura de los ojos de Bryan y retirar las prendas interiores que ocultaban la figura de su señora, hasta que esta salió con su cuerpo envuelto en una toalla blanca que solo la cubría desde las caderas hasta su busto.

Después las mujeres se dirigieron hacia dónde estaba Bryan y comenzaron a retirar su armadura, pero cuando estaban por traer el biombo, Phoebe exclamó: - ¡Esperen! -

- ¿Sucede algo, señorita? -

- Él es mi novio. - Dijo Phoebe con un tono ligeramente peligroso: - Yo me ocuparé de desvestirlo para el baño. -

- ¿No será muy difícil envuelta con una toalla? -

- ¡Déjenme! - Respondió Phoebe con las mejillas coloradas, mientras comenzaba desatar los nudos de las prendas de Bryan, lo cual no era sencillo de hacer mientras evitaba que la toalla se le cayese.

Bryan disfrutaba de la vista del cuerpo envuelto de Phoebe, el brillo de su cabello, el sudor que descendía desde su frente hasta sus pechos, los cuales constantemente luchaban por liberarse de la tela. Por su parte la espadachina finalmente consiguió retirar la camisa y no pudo evitar suspirar cuando vio el físico escultural de Bryan, perfectamente simétrico, proporcionado y lleno de una vitalidad casi explosiva. Ambos estaban tan distraídos mirándose, que ninguno se dio cuenta de que todo podría haberse solucionado si Bryan se hubiese desvestido solo. Por fortuna una de las doncellas hizo un comentario justo cuando Phoebe estaba a punto de quitarle el pantalón.

- Déjeme ayudarle a lavar su cuerpo. - Dijo una de las sirvientas acercándose con jabón y aceites perfumados, pues era necesario limpiar el cuerpo de tierra antes de entrar a la piscina termal.

- Está bien, pero limítense a limpiarme a mí. - Ordenó Phoebe.

- ¿Y qué pasará con el Joven Maestro? -

- ¡No necesita que otra mujer lo lave! -

- ¡Entendido! - Respondieron las sirvientas sonriendo por los celos de su señorita, una faceta que nunca antes habían visto de ella.

Las cuatro doncellas pusieron sus manos sobre la toalla… y develaron el magnífico cuerpo desnudo de Phoebe, que estaba más hermosa de lo que Bryan habría podido imaginar. Sus pechos bien formados, elegantes y sensuales no mostraban ni la más mínima imperfección. Su cintura se veía tersa, bruñida, sin exceso o carencia, combinándose majestuosamente con la curvatura maravillosa de sus posaderas seductoras y sus largar piernas. Además, su piel era incomparable, pues en medio del vapor del baño, se revelaba con una ligera tonalidad rojiza por culpa del vapor del baño en contraste con el color alabastro que naturalmente lucía.

"Las cuatro doncellas pusieron sus manos sobre la toalla… y develaron el magnífico cuerpo desnudo de Phoebe..."

Si Fanny era sensualmente exuberante como una diosa del amor, entonces Phoebe era semejante a una deidad femenina de la cacería, capaz de adoptar la forma de una cierva o una gacela veloz, grácil, esbelta pero increíblemente atractiva, de una sensualidad única y una majestad que se veía resaltada aún más por las hermosas doncellas que la rodeaban para limpiar su cuerpo, como si fuese una reina con su corte celestial.

Si las Valkirias existen, sin duda deben parecerse a ella.” Pensó Bryan sin darse cuenta, pues la mera visión de la belleza de ese cuerpo desnudo era suficiente para asestar un golpe devastador a su sentido racional.

Las sirvientas continuaron limpiando el cuerpo de Phoebe con aceites, jabones y perfumes. Los movimientos de esas mujeres eran muy cuidadosos, casi reverentes, como si estuviesen limpiando una bella pero frágil obra de arte. Cuando terminaron, esa piel perfecta parecía aún más sedosa que antes.

Después, guiada por sus doncellas, Phoebe entró en la piscina caliente y estiró las piernas con satisfacción como la señora de la casa que era. El agua a su alrededor estaba llena de flores de camelia y pétalos de rosa que las sirvientas arrojaron junto con aceites perfumados, lo cual ocultó un poco la vista del cuerpo desnudo de su señora a la vez que llenaba toda la estancia de fragancias aromáticas.

Phoebe entrando en la piscina floral

- Pueden retirarse. - Dijo Phoebe a las sirvientas.

Las cuatro doncellas hicieron una reverencia y se marcharon soltando risitas, pues entendieron que su joven señora quería tiempo a solas con su amante.

- ¿Hasta cuándo vas a estar mirándome? - Preguntó Phoebe, muy consciente de lo que hacía Bryan a pesar de estar reposando en el agua con los ojos cerrados.

- ¿No vas a limpiarme para que pueda entrar contigo? -

- Ya sabía que imaginarías cosas raras. ¡Tonto! Ahí están los perfumes y jabones para que limpies tu cuerpo. Y puedes usar cualquiera de las otras dos piscinas. ¡Ni se te ocurra acercarte aquí! -

- ¿Imaginarme cosas raras? ¡Has dejado muy poco a la imaginación querida! - Dijo Bryan exasperado, pero por el momento decidió hacer caso y limpiar su cuerpo solo. Mientras tanto estaba planeando como sacar ventaja de esta situación. Porque si bien era cierto que había desahogado gran parte de su lujuria con Emily hacía unos pocos días, Phoebe acababa de encender la llama y ahora estaba ardiendo con todas sus fuerzas.

Sin embargo, no es que pudiese adoptar un enfoque agresivo con ella, así que necesitaba una táctica diferente.

- Bryan ¿cómo se llama la pócima que me diste? - Preguntó Phoebe de repente.

- ¿El Elixir de Juventud? -

- Es maravilloso. ¿Puedes decirme de qué está hecho? ¡Me gustaría obtener más si es posible! ¿Crees que puedas prepararlo? -

- ¡¿Más?! -

­- ¡Si pudiésemos venderlo las ganancias serían astronómicas! ¡Ninguna mujer querría dejar de tenerlo! ¡Da igual el precio que le pongas! -

- Seguro. - Respondió Bryan con ironía: - Solo necesitas encontrar un modo de domesticar varias Quimeras, cultivar Orquídeas Vitales que solo florecen una vez cada siglo, Esencia de Sangre y Flor de Umbara del Inframundo… Entre otros muchos elementos legendarios. ¡Avísame cuando los consigas y te diré cómo se hace la poción! -

- No tienes que ser tan sarcástico, sólo era una idea. -

- Querida, te di una poción que no solamente otorga juventud eterna, sino que reconstruye el cuerpo por completo y también el alma. Es dificilísima de preparar y de peligrosos efectos si no se hace bien. Tuve que pasar por increíbles dificultades para obtener todos los ingredientes.  Luego experimenté conmigo mismo para asegurarme de que fuese segura. ¿Y ahora me dices que quieres más? - Pregunto Bryan sonriendo.

- Ya veo, entonces es imposible hacer más. - Respondió Phoebe con un tono decepcionado, como si sus oídos no hubiesen registrado el reclamo de Bryan. Pero entonces sonrió con picardía y dijo: - ¡Bueno, tendré que conformarme con la felicidad de saber que ninguna otra mujer tendrá una piel tan hermosa como la mía! -

Esas palabras le cayeron a Bryan como un chorro de agua fría y casi se resbala. Ni siquiera había pensado en esa posibilidad, pero mientras estuviesen en Itálica no era imposible que Emily, Fanny o Phoebe coincidiesen en un mismo lugar. ¿Qué pasaría si alguna de ellas reparaba en la belleza de las otras y deducía que él estaba involucrado? ¿No significaba esto que acababa de colocar el último clavo de su ataúd después de excavar su propia tumba?

Bryan sacudió la cabeza y decidió dejarle esos problemas a su yo del futuro. Mientras tanto hizo una pregunta para cambiar de tema: - Fabián me dijo que el Gremio está produciendo muchas ganancias. ¿Por qué necesitas más dinero? -

- Soy hija de comerciantes, siempre quiero hacer más dinero. - Respondió Phoebe pragmáticamente, aunque luego añadió con tono serio: - Pero lo cierto es que, aunque he arreglado muchos de los problemas administrativos, me siguen faltando fondos para hacer varias transacciones. Además, muchos de nuestros empleados todavía no están completamente preparados, se cometen errores que tienen que ser arreglados con dinero. ¡Pasan todo tipo de cosas de forma inesperada! ¡Realmente es un dolor de cabeza! -

- Acabas de hacer muchos cambios y todavía no terminan de ajustarse. ¡Es natural que estés estresada! - Dijo Bryan.

- ¡Si que lo estoy! - Admitió Phoebe.

Y ahí está mi puerta de entrada.” Pensó Bryan maquiavélicamente mientras preparaba su sonrisa más inocente y preguntó: - ¿Quieres que te dé un masaje para quitar la tensión? -

- Ni siquiera lo pienses. - Dijo Phoebe mirándolo peligrosamente.

- ¿Por qué? - Pregunto Bryan con falsa inocencia.

- ¿Crees que no sé lo piensas? Sé que pones esa bonita sonrisa cuando estás ocultando tus pensamientos malvados. - Respondió Phoebe sonrojándose.

Pero Bryan la observaba fijamente y se dio cuenta de que sus pupilas se dilataban, su respiración vacilaba y el sonido de sus latidos se aceleraba.

Confirmado, ella lo desea. Solo se hace la difícil.

- Así que te gusta mi sonrisa. - Dijo Bryan coquetamente.

- ¡No, Bryan! - Exclamó Phoebe tajante, aunque con un leve temblor en la voz.

­- Pero estás estresada. - Insistió Bryan.

- ¡Dije que no! - Repitió Phoebe, pero su voz tenía menos fuerza que antes.

- Bueno al menos deja que te masajee los pies. - Dijo Bryan fingiendo estar exasperado.

Phoebe lo miró por un momento con sospecha, pero decidió que no había peligro en ello y asintió mientras sacaba uno de sus delicados pies. Bryan se acercó al borde de la piscina después de amarrarse firmemente la toalla alrededor de la cintura, para tranquilizarla. La espadachina fingió que no se daba cuenta, pero sus ojos no dejaban de recorrer el camino de los músculos de Bryan, su torso desnudo, sus brazos, su cuello y hombros, para finalmente detenerse en los ojos oscuros llenos de poder que tenía el joven necromante.

Cuando Bryan tomó el pie de Phoebe y comenzó a masajear, esta soltó un leve gemido de emoción que rápidamente disimuló.

El masaje comenzó.

- ¡Eso se siente inesperadamente bien! - Lo alabó Phoebe acostándose complacida en el agua caliente, mientras disfrutaba la sensación en sus puntos de presión.

- ¡Y se va a poner aún mejor! - Respondió Bryan mientras activaba la magia de Afrodisíakos.

Lentamente, como electricidad estática, pequeñas oleadas de placer comenzaron a viajar por el cuerpo de Phoebe. Al principio era simplemente una sensación agradable, luego se convirtió en un calor parecido al del agua en donde flotaba, pero que no solamente calentaba el cuerpo sino también la mente, derritiendo poco a poco las inhibiciones naturales de la mujer.

Poco a poco y sin que Phoebe se diese cuenta, los dedos de Bryan comenzaron a abandonar la zona de su pie, para subir lentamente por su pantorrilla. Al principio la Espadachina sintió que algo extraño sucedía, pero se sentía muy cómodo y lo dejó continuar, segura de que en cualquier momento podría detenerlo. Pero de repente las manos de Bryan aferraron su otra pierna, que también comenzó a librarse del estrés, aunque el calor que sentía también se incrementó, como una fiebre maravillosa que invitaba al deleite.

- ¿Qué estás haciendo? - Pregunto Phoebe con voz entrecortada.

En algún momento Bryan se había metido en la piscina con ella y ahora la propia Phoebe estaba flotando de costado, presentándole la espalda junto con las caderas. Los dedos de Bryan danzaron por sus hombros, columna y cuello de un modo que le parecía delicioso, pero también aceleraba el ritmo de su corazón.

- Masajeando tus hombros. - Respondió Bryan.

Pero muy pronto el mundo comenzó a dar vueltas y las manos de Bryan se dirigieron hacia los pechos de Phoebe, guiándola para hacerla sentarse en frente suyo, sin dejar de acariciarla. Su mano izquierda iba y venía entre ambos senos, pasando de simples mimos a directamente apretarlos, lo cual arrancaba gemidos en los labios de la espadachina, en los cuales cada vez se escuchaba menos el pánico y más las ansias. Mientras tanto, su mano derecha fue descendiendo dulcemente por el estómago, de ahí al monte de venus y finalmente se introdujo con delicadeza en la entrepierna. En ese momento ocurrió una leve lucha por parte de Phoebe, pero Bryan no se detuvo y continuó explorándola dulcemente, hasta que finalmente encontró ese suave botón, justo encima de los labios femeninos.

Afrodisíakos: Lentamente, como electricidad estática, pequeñas oleadas de placer comenzaron a viajar por el cuerpo de Phoebe. 

Hasta ese momento, Phoebe había estado sintiendo un delicioso calor que la mantenía en un estado semidormido. Pero en ese momento se desató una oleada hipnótica de frenesí placentero, que la hizo gritar de placer. Todo su cuerpo pareció aplacarse y volverse sedoso. Cuando se dio cuenta, estaba casi afuera del agua, su espalda se arqueaba y Bryan la sujetaba como si de un instrumento musical se tratase, suave, pero con firmeza. Cada uno de los movimientos de sus dedos masculinos provocaba que la marea de sensaciones se desatase en el cuerpo de la espadachina y que de su entrepierna brotase miel a raudales. Phoebe sentía que quería darse la vuelta para aferrarse al cuerpo de Bryan, pero los ataques de lujuria eran tan grandes, que no podía moverse libremente por los espasmos, sus ojos se sentían nublados y su boca solo servía para soltar un coro de jadeos que culminaban en una breve pausa para recuperar el aliento.

Sin que Phoebe lo supiese, Bryan le había enseñado a su cuerpo lo que era un orgasmo femenino y había perdido completamente el control.

- Muy bien, creo que eso debería ser suficiente para ponerse de humor. - Dijo Bryan después de “masajear” el cuerpo de Phoebe durante quince minutos: - ¿Quieres dejarlo aquí o prefieres continuar? -

Phoebe estaba respirando entrecortadamente en el borde de la piscina, inclinada de tal modo que sus cabellos le tapaban el rostro, pero su cuerpo temblaba de excitación y gotas de sudor descendían sensualmente por su piel. Bryan estaba a punto de decir algo más, cuando de repente vio que Phoebe levantaba la cabeza y sus ojos brillaron con una luz salvaje… justo antes de que se abalanzase hacia él con una fuerza increíble.

El movimiento tomó a Bryan por sorpresa y cuando se dio cuenta, descubrió que Phoebe lo había apresado por las muñecas, presionándolo con fuerza contra la pared del baño. Sus ojos eran intensos, su respiración agitada y todo su rostro estaba colorado. Parecía estar completamente furiosa, casi fuera de sí.

¡Oh, creo que exageré! ¡Debo tener mucho cuidado cuando le hable o podría terminar rompiendo nuestra relación!

- ¡Bryan! No… nosotros somos novios. ¡¿Verdad?! - Masculló Phoebe de repente.

En esa situación Bryan estaba esperando que ella lo insultase o lo golpease por propasarse, por eso su respuesta fue un poco vaga e insegura: - Si… por supuesto. Supongo que debí haber pensado en eso antes del masaje. Si quieres puedo cortejarte por todo lo alto. ¿Te gustan las flores? ¿O prefieres que vayamos a una cita primero? ¿O quizá…? -

- ¡No me importa nada de eso! - Grito Phoebe e inmediatamente pasó sus brazos por el cuello de Bryan para besarlo con tanta fuerza, que sus dientes chocaron.

Bryan sintió dolor en las encías e intentó alejarse, pero tenía la espalda contra la pared y Phoebe no le dejaba ningún espacio para respirar. Cuando abrió los ojos, confirmó que el cuerpo de la Espadachina estaba resplandeciendo. ¡Phoebe estaba usando su Aura de Batalla para sujetarlo! De pronto Phoebe llevó sus brazos a su cintura y tiró de él. Cuando Bryan se dio cuenta estaba nuevamente en la piscina de agua caliente, con la espalda contra el borde y una Phoebe apoyada encima suyo, con sus manos firmemente aferradas a los hombros de Bryan, exponiendo sus pechos sin el menor reparo.

Solo entonces entendió que Phoebe no estaba enojada, sino que su respiración era de pasión desenfrenada.

¡Vaya! ¡Generalmente es tan pudorosa! ¡Nunca pensé que fuera del tipo agresivo!

- Bryan… yo te amo… tú me amas… así que no hay problema. ¿Verdad? -

- Por supuesto que no. ¿Segura que no prefieres ir a un dormitorio? -

- ¡Nada de eso! ¡Quiero tenerte ya! -

Phoebe reforzó su cuerpo nuevamente con el Aura de Batalla para inmovilizarlo, aprisionándolo con sus caderas y sus muslos. Entonces hundió su cara en el pecho desnudo de Bryan y comenzó a respirar fuertemente, como si quisiese absorber su aroma.

- Ahora somos novios… me perteneces… ¿no es cierto, Bryan? Porque yo quiero ser tuya… ahora mismo… ¡Quiero que tengas mi primera vez! -

Si antes Bryan había despertado el lívido de Phoebe, esas palabras estaban despertando al animal en su interior. Sus manos subieron por el vientre de Phoebe mientras que la Esencia mágica se activaba y apretó con fuerza esos magníficos pechos que cabían perfectamente en sus palmas, como si estuviesen diseñados específicamente para él.

- Por supuesto que soy tuyo. - Susurró.

Y tras decir eso, ambos se convirtieron en animales. Phoebe mordió sin ningún reparo los labios de Bryan y los habría herido gravemente si hubiese sido un humano normal. Mientras tanto él llevó sus manos a las caderas de Phoebe, las aferró con firmeza e introdujo sus dedos violentamente entre sus nalgas para levantarla en el aire y apuntar con precisión cuando introdujo su miembro viril dentro de su vientre. Phoebe soltó un rugido de dolor y euforia, a la vez que clavaba sus uñas con fuerza en la espalda de Bryan, cerraba sus piernas alrededor de su cintura y agitaba sus caderas con tal frenesí, que él la hubiese soltado de no haberla sujetado desde el principio. Ambos volvieron a besarse salvajemente, separaron sus labios y los volvieron a juntar. Eventualmente no sintieron la diferencia entre respirar el aliento del otro o el aire del entorno, mientras el ritmo con el que sus sexos se encontraban no dejaba de aumentar. Bryan sentía un gran dolor en la espalda que se incrementaba por momentos, pero no le importaba en lo más mínimo y seguía embistiéndola, abrumando a Phoebe con una cornucopia de emociones placenteras en lo más profundo de sus caderas, hasta que finalmente ambos rugieron con euforia cuando alcanzaron el clímax y él derramó toda su simiente por primera vez dentro del vientre de Phoebe.

Normalmente después de eso habrían hecho una pausa, pero Phoebe no pensaba permitirlo. Sin soltar el miembro de su amado, ella subió sus manos hasta los hombros de Bryan para sujetarse de ellos, al mismo tiempo que arqueaba la espalda y sacudía sus caderas con habilidad, gracias a que sus piernas largas seguían aferradas a la cintura de su hombre como serpientes. Al principio la espadachina tuvo que empezar despacio porque no tenía experiencia, pero rápidamente se acostumbró y comenzó a acelerar el ritmo mientras dejaba salir gemidos llenos de coquetería. Entonces Phoebe soltó uno de sus brazos para poder doblar su espalda aún más hacia atrás y rápidamente se vieron resultados. Bryan abrió la boca para facilitar su respiración, mientras observaba como los pechos de Phoebe rebotaban fuertemente uno contra el ojo frente a sus ojos y su verga volvió a endurecerse en el interior de ese vientre femenino, imponiéndose en sus labios, golpeando contra la entrada de su matriz que parecía dispuesta a devorar hasta la última gota de su semilla. Las manos de Bryan soltaron las nalgas de Phoebe para sujetarla por la cintura, permitiendo a la espadachina soltarse por completo y la dejó disfrutar de la sensación de ser penetrada fuertemente mientras flotaba en el aire. Bryan se agitó con más violencia, provocando que su compañera soltase gritos cada vez más fuertes de dulce agonía por las convulsiones que la sacudían en el interior, hasta que finalmente eyaculó generosamente luego de varios minutos. Pero aun mientras lo hacía, Bryan la obligó a enderezarse para besar sus pechos e incluso morderle los pezones con fuerza. Phoebe gritó, pero le permitió hacer lo que quisiese con ella y más bien agitó sus caderas con un suave vaivén, como si estuviese invitándolo a tomarse todo el tiempo que necesitase para llenarla.

Ambos se convirtieron en un par de animales...

Finalmente se separaron por unos momentos, aunque esta pausa no duró mucho. Ambos eran conscientes de lo que estaba pasando, pero no eran capaces de controlarlo y más bien parecían bestias reproduciéndose por puro instinto. Tal era el estado en el que habían caído. Phoebe había perdido sus inhibiciones y finalmente era libre para amarlo con toda la pasión que generalmente reprimía, mientras que Bryan por primera vez podía desatar toda su lujuria en un cuerpo femenino, sin temor a lastimar a su pareja, porque ella era lo bastante fuerte para soportar todo lo que le hiciese e incluso lo invitaba a hacerlo, a penetrarla lo más violentamente posible, del modo más salvaje que se le ocurriese.

Phoebe no tuvo ningún problema cuando Bryan la empujó violentamente contra el suelo para ponerla en cuatro y la penetró de espaldas mientras apretaba sus pechos fuerza. Más bien agitó sus caderas lo más rápido que pudo como una hembra obediente y gimió complacida por los múltiples orgasmos y por la sensación dulce, aunque dolorosa, que sentía cada vez que Bryan la mordía en el hombro de forma involuntaria. 

"Phoebe no tuvo ningún problema cuando Bryan la empujó violentamente contra el suelo para ponerla en cuatro..."

Cuando llegó el momento, Phoebe fue sujetada por los cabellos casi al mismo tiempo que sentía como el clímax de Bryan se derramaba en su interior, provocándole una serie de convulsiones particularmente violentas que la obligaron a arquearse todavía más, tanto así que Bryan pudo besarla con deleite todo el tiempo que expulsó su semilla dentro de ella.

Para la tercera ronda Phoebe estaba encima suyo, mirándolo con ansias infinitas mientras lo cabalgaba con fuerza, introduciéndolo cada vez más en su interior, mientras que Bryan se limitaba a aferrarla con ambas manos por el culo para ayudarla en sus sacudidas. En cierto momento la propia Phoebe agarró las manos de Bryan y las llevó a sus pechos para que él los apretase violentamente, al mismo tiempo que ella clavaba sus uñas en sus hombros y empujaba con fuerza con sus caderas hacia abajo, más profundo que nunca, aumentando la estimulación de su vientre penetrado, hasta que los espasmos finalmente fueron demasiados y se desmalló de placer al sentir el líquido caliente que nuevamente se esparcía dentro suyo.

*****

Bryan abrió los ojos primero y miró a su alrededor. Habían seguido haciéndolo durante horas, desde el mediodía hasta bien entrada la noche. El baño estaba lleno de lugares donde el mármol se había agrietado o los azulejos estaban aflojados. Su sexo con Phoebe había sido mucho más violento de lo que esperaba, pero no se arrepentía para nada.

De hecho, fue magnífico.

Phoebe flotaba suavemente en el agua caliente junto a él, apoyando su hermosa cabeza contra su brazo como si fuese una almohada. En su rostro dormido brillaba una sonrisa llena de satisfacción. Bryan había introducido la esencia mágica en el interior de su cuerpo para reparar las pequeñas heridas que terminó provocándole y mientras tanto se deleitaba con la sensación de acariciar su piel tersa y suave. Después llevó su mano hasta el vientre de Phoebe, era plano, con algunas formas aquí y allá, pero al tacto se podía sentir elasticidad, como si la mínima cantidad de grasa estuviese cubriendo unos músculos que realmente parecían hechos de metal, aunque estos en ningún momento afectaban su forma femenina.

Las manos de Bryan continuaron danzando por la piel de Phoebe descuidadamente, mientras guiaba la Esencia Mágica en el interior de su cuerpo. Entonces llegaron a la maravillosa voluptuosidad de sus pechos. Antes los había apretado e incluso mordido, pero como estaba en ese estado bestial no consiguió hacerse un juicio completo sobre ellos.

Phoebe desnuda y mirando hacia el techo

Fantásticos.” Se dijo Bryan sonriendo mientras los apretaba: “Los de Emily y Fanny son más grandes. Pero el tamaño de estos es increíblemente cómodo de agarrar y bastante estéticos. Además, su tacto es más firme, fibroso, maravilloso. ¡Encima estos pechos tan elegantes cabalgan sobre un cuerpo resistente como el acero de una auténtica amazona!

Mientras andaba perdido en sus fantasías, Phoebe abrió los ojos de golpe y observó como la mano de Bryan estaba palpando suave pero firmemente sus montañas. Entonces la espadachina lo agarró por la muñeca con fuerza y de un tirón se colocó sobre Bryan, mirándolo a los ojos como una cazadora.

Y así continuaron por otra hora más.

*****

- ¿Te duele algo? - Le preguntó Bryan preocupado.

Phoebe estaba acurrucada como un gatito en sus brazos. Finalmente, su lívido había descendido a un nivel normal y entonces regresaron a ella todas las emociones de vergüenza y pudor. Entonces se dio cuenta de lo mucho que había enloquecido a pesar de ser su primera vez, como lo demostraban los rastros de sangre que aún se veían en su entrepierna. Básicamente se había apareado como una fiera en celo.

¡Era imposible que los sirvientes no la hubiesen escuchado!

- No lo sé. Ahora mismo solo me duele el orgullo. ¡No entiendo qué me pasó! - Dijo Phoebe con una voz tímida y apenas audible.

“De hecho también tengo curiosidad. Es verdad que usé la magia para generar las condiciones, pero eso fue solo al principio y ella fue la que me dio su aprobación tácita.”

Afrodisíakos no funcionaba igual en todas las personas. En una mujer corriente podía desatar sentimientos de lujuria irracional que duraban un tiempo prolongado. Pero en una Gran Maestra de Espadas como Phoebe, tenía que ser mantenido de forma constante por el conjurador. Bryan lo sabía y por eso solamente quería para romper la defensa del pudor de Phoebe en un principio, antes de continuar seduciéndola de un modo más convencional.

Pero aparentemente la espadachina tenía un deseo sexual inesperadamente elevado y con una tendencia de agresividad natural, que despertaba en su interior como una segunda naturaleza. Era como si tuviese una personalidad secreta que solamente aparecía cuando estaba muy excitada. Y aparentemente solamente alguien como Bryan podía aguantar ser su compañero en esos momentos.

En cierto sentido eran tal para cual.

- No te preocupes… - Intentó tranquilizarla Bryan.

- ¡Como puedes decir eso! ¡Mi reputación está arruinada! ¡Todos deben creer ahora que soy una especie de bestia sexual! - Exclamó Phoebe histérica, apretando su rostro con más fuerza contra el pecho de su amante, como si quisiese enterrarlo en su carne.

- ¿Bestia sexual? - Preguntó Bryan medio en broma.

- ¡Creerán que soy una zorra libidinosa! ¡Ahora mismo debe haber una multitud cerca de la puerta del baño, murmurando a mis espaldas! -

Bryan pensó al principio que era ridículo, pero entonces meditó en ello y se dio cuenta de que Phoebe podía tener razón. Así que rápidamente envió a sus Espectros Oscuros a explorar el exterior y confirmó que había un grupo de casi quince empleados y guardias del gremio bien cerca de la puerta del baño, con las orejas bien atentas a cualquier sonido. Sus criaturas se acercaron y así pudo escuchar las conversaciones, algunas de las cuales empleaban un lenguaje bastante soez al comparar a Phoebe con distintos tipos de animales.

La ira relampagueó en los ojos de Bryan, pero esperó pacientemente para obtener toda la información que podía de las conversaciones. Entonces se dio cuenta de que algunos de los fisgones estaban llegando a la conclusión de que el espectáculo se había terminado e hicieron ademanes para irse.

- Espérame, mi amor. - Susurró Bryan dulcemente mientras apartaba a Phoebe de su lado.

- ¿Bryan? - Preguntó Phoebe mirándolo confundida.

- Espérame aquí. - Repitió él.

Con movimientos rápidos y silencioso, Bryan se vistió con una túnica simple y entonces abrió la puerta del baño, sorprendiendo a todos los que espiaban. Al mismo tiempo susurró un conjuro necromántico.

- Hola a todos, soy Bryan el Necromante. - Dijo Bryan con esa sonrisa que para un extraño parecería amable, pero quienes lo conocían sabían bien que era el preludio de algo terrible.

Los empleados trataron de irse o fingir que no sabían lo que ocurría, pero antes de que pudiesen pronunciar las mil excusas que habían preparado, escucharon un sonido y entonces vieron que los pasillos a su alrededor estaban llenos de Guerreros Zombis aterradores, con sus armas en ristre. Al mismo tiempo, sus corazones fueron asaltados por una sensación de miedo, que enfrió sus ánimos y congeló el sonido de sus voces.

- Me gustaría pedirles algo a todos ustedes. - Comenzó a decir Bryan mientras graduaba el impacto de su magia demoníaca: - Quiero que a partir de ahora muestren el máximo de los respetos a mi novia Phoebe.

Esto ya tendrían que hacerlo simplemente porque ella es su patrona, la persona por la cual pueden vivir y llevar comida a sus casas. Pero como aparentemente eso no es suficiente, me refiero por supuesto a Carlos, John, Leandra, Alea, Jimena, Odo… -

La presencia de los zombis los sorprendió, el hechizo de Bryan los intimidó, pero el hecho de que se pusiese pronunciar sus nombres como si los conociera de antemano, a pesar de que nunca habían hablado con él, abrumó tanto sus mentes que ni siquiera eran capaces de organizar sus pensamientos.

- Veo dudas en los rostros de todos ustedes. - Dijo Bryan con un tono paternal, pero su mirada era tan cruel que tenía hipnotizados a todos como una serpiente con un grupo de ratones a punto de ser devorados: - Lo comprendo. Debe ser extraño escuchar una petición de alguien a quien recién están conociendo. Pero les aseguro que, si alguien me dice que ustedes han estado haciendo comentarios sobre nuestra intimidad. ¡Yo no voy a dudar en destruirlos a TODOS! -

Bryan pronunció esa última declaración con un tono tan aterrador que nadie podía dudar que estaba hablando muy en serio. La multitud comenzó a temblar ahí mismo, sus frentes se poblaron de sudor, aunque sentían frío y por algún motivo no podían pronunciar ni siquiera una sílaba. Porque Bryan estaba usando una pequeña porción del hechizo Alecto para provocar en ellos un miedo que se grabase permanentemente en su memoria.

Entonces dio media vuelta, mientras enviaba a las Criaturas Oscuras de regreso al inframundo y retraía nuevamente sus poderes. Pero aun así los empleados y guardias chismosos no se atrevieron a moverse. Bryan se detuvo un segundo en el umbral de la puerta del baño y los miró de reojo mientras susurraba: - ¿Aún siguen aquí? -

Esas palabras funcionaron como un gatillo que los despertó. Todos comenzaron a correr desesperadamente para alejarse, empujando en su camino a los demás. Muchos se tropezaron y terminaron en el suelo, pero ignoraron en el dolor para seguir escapando.

Cinco segundos después, no había nadie junto a la puerta del Baño.

Entonces escuchó unos pasos y vio que Phoebe estaba saliendo vestida con una bata blanca. Detrás de ella estaban sus cuatro criadas de confianza, las mismas que se encargaban de bañarla y que por eso mismo tenían un acceso al baño distinto al de la puerta principal. Las cuatro mujeres caminaban muy cerca de su señora, porque los pasos de Phoebe vacilaban un poco por lo agotada que estaba y podría haberse resbalado.

Cabría agregar que las cuatro doncellas miraban a Bryan con respeto por la forma en que defendió a su novia de esos sirvientes insolentes; pero también con nerviosismo, porque igual que el resto de curiosos también habían escuchado el intenso acto sexual entre ambos, así que eran bien conscientes de que Bryan era un excelente (y algo aterrador) semental.

Phoebe no dijo nada, sino sonrió de un modo enigmático y se apoyó contra el cuerpo de Bryan. Pero en su mente pensaba en cómo esto siempre había sucedido entre ambos. Phoebe era una genio que sobresalía en muchas cosas, pero en las pocas veces en que no era capaz de hacer algo o la situación la superaba, en esas raras ocasiones en que se sentía vulnerable… Bryan siempre estaba ahí, acompañándola sin dudar. Como lo hizo cuando su Tío Grover trató de insultar su honor y él se atrevió a pararse delante de todo el gremio para gritarle sus verdades sin vacilar o cuando consiguió que los asesinos de Sombra Fantasmal fuesen aniquilados por un Archimago misterioso o cuando llegó justo a tiempo para salvarla del Mago Espacial.

Y lo mismo acababa de suceder ahora. Phoebe podría haber castigado o despedido ella misma a los sirvientes irrespetuoso, pero al hacerlo confirmaría inmediatamente todos los rumores que pudiesen soltar y muy pronto se convertiría en la comidilla de la capital imperial. Tampoco podía hacerles nada una vez que dejasen el Gremio Mercante de Bootz o, mejor dicho, era demasiado buena como para arruinar las vidas de otros solamente para proteger su reputación.

Pero Bryan era diferente. Cuando se trataba de las personas que amaba, sobre todo sus mujeres, reaccionaba inmediatamente y hacía lo que se tuviese que hacer para protegerlas, hasta con cosas aparentemente triviales. No es que perdiese el control, porque su crueldad siempre era calculada, pero también era cierto que bien podría cumplir su amenaza de matarlos a todos sin vacilar.

Por primera vez desde que murió mi padre sé que puedo depender de alguien.” Pensó Phoebe con las mejillas enrojecidas y soltando unas lágrimas que no sabía si eran de felicidad o tristeza: “Pero no me había dado cuenta de hasta qué punto me he vuelto dependiente de él”.

- Gracias. - Musitó Phoebe finalmente y lo abrazó.

Bryan limpió las gotas que caían de sus ojos con delicadeza y luego levantó a Phoebe entre sus brazos como si fuese una princesa. La espadachina fue inesperadamente sumisa, permitiéndolo hacer como quisiese y únicamente parecía interesada en presionar su rostro contra el hombro de su amando, mientras rodeaba su cuello con sus brazos.

- Guíenme a la habitación principal. - Ordenó Bryan a las doncellas y luego acercó sus labios a los oídos de Phoebe para susurrarle: - Vamos a la cama. -

­- Mmm. - Murmuró ella asintiendo.

Las sirvientas condujeron a Bryan por una serie de pasillos secundarios especialmente diseñados para que pudiesen moverse por el Gremio Mercante de Bootz sin ser vistos por ojos indiscretos. Los pocos que podrían haber notado su presencia estaban demasiado aterrorizados para acercarse a Bryan, así que no vieron a nadie en el camino.

En poco tiempo llegaron a los aposentos de Phoebe. Se trataba de una habitación lujosa, pero mucho menos exuberante de lo que uno esperaría de la burgués más rica de Itálica. Y es que a la espadachina no le gustaba ostentar cuando no era necesario hacerlo.

Las criadas se acercaron a la cama y retiraron las coberturas, luego hicieron una reverencia y se retiraron.

Bryan depositó a Phoebe en su cama con delicadeza y se acostó a su lado. Ella pensó que él quería intentar una nueva ronda de pasión, así que se quitó la bata para ofrecerle su cuerpo, pero Bryan negó con la cabeza y beso sus labios con una ternura inusitada antes de susurrarle.

- Descansa, amor mío. -

Phoebe sonrió y cerró los ojos. Al compartir su lecho con Bryan se sentía más segura que nunca, así que en muy poco tiempo se entregó a un profundo sueño reparador. Mientras tanto Bryan se dedicó a aliviar su cuerpo de cualquier molestia restante usando la Esencia Mágica. Más de una vez sintió ganas de volver a poseerla, pero ella se veía demasiado adorable mientras dormía. Tampoco quería que toda su intimidad se basase únicamente en tener sexo. Y honestamente, dudaba mucho que la cama soportase una ronda de la intensa forma de pasión que hasta entonces parecía ser la norma entre ambos.

Finalmente, Bryan también decidió dormir, pensando en enfrentar cualquier nuevo desafío que la vida le tuviese preparada en cuanto saliese el sol.

No tenía idea de que esa misma noche, sus enemigos estaban reuniéndose en los rincones más oscuros y terribles de Itálica.

Bryan durmiendo con Phoebe

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú, es miércoles 25 de enero del 2023 y se me está acabando el dinero más rápido de lo que lo gano, por culpa de los terroristas que asaltan las calles de mi país, destruyendo monumentos históricos, asesinando civiles y policías, arruinando la economía y tratando de destruir el país. En esas circunstancias no puedo hacer mucho.

Este capítulo originalmente iba a ser la primera mitad de un capítulo más grande, pero el contenido de la siguiente parte resultó demasiado diferente y uno de los lectores Beta me sugirió que lo convirtiese en 2 capítulos distintos. Al final esta fue una decisión acertada, porque de lo contrario mucha de la narrativa parecería anticlimática, pero la consecuencia fue que terminé con un capítulo bastante corto, así que incrementé las descripciones y eventos de la escena pasional y agregué una escena final más, donde Bryan amenaza a los empleados chismosos.

Ustedes dirán si esto fue bueno o malo, dependiendo de cuanto disfruten estas lecturas con carácter erótico.

Las imágenes fueron un problema increíble, pero (aunque no lo crean) la más complicada de todas terminó siendo la que originalmente creía sería la más sencilla: El baño. Casi nadie ha hecho fan art o arte con baños de tipo romano, como los que describo. O sea, hay, pero suelen ser los baños públicos y no los privados. Al final tuve que tomar el camino directo, aunque difícil, de editar y borrar a los personajes con Photoshop.

Toda la escena pasional de Phoebe está inspirada principalmente en una de la novela de Mushoku Tensei y el motivo de ello es que necesitaba salir del ritmo de Emily, porque quiero que la relación sexual de cada una de las mujeres sea única y refleje su personalidad interna. En el caso de Emily ella es la pura abnegación que hará lo que tenga que hacer por el protagonista, mientras que Phoebe es más posesiva, celosa y hay algunos de sus diálogos que tienen la sombra de una Yandere, por ese motivo quería darle un estilo más salvaje y hasta bestial durante la escena pasional, aunque nunca llegando a un punto de abrumar al protagonista.

Esos eran mis planes al menos, pero confieso que me es muy difícil escribir este tipo de partes. El primer motivo es que… Bueno, no soy médico ni intento presumir, pero entiendo cómo es una relación sexual real y lo que anima a las mujeres no es lo mismo que a los hombres. Para ellas (estoy hablando a grandes rasgos, por supuesto) lo más erótico es el oído, en el sentido de que las palabras les fascinan mucho más que la vista, por eso se enamoran fácilmente de poetas y cantantes. El sexo para ellas es algo más emocional y mental, que físico. Y cada mujer es única, así que su mejor relación sexual será con el que se haya esforzado más para saber exactamente qué le gusta a ella.

Pero en la fantasía erótica generalmente se representan a mujeres que disfrutan las cosas que los hombres pensamos que son importantes. Y esa tendencia es tan fuerte que a veces genera confusiones. La principal falsedad que utilizo aquí es la idea de que el placer depende de la profundidad que el hombre puede alcanzar, lo cual es completamente errado porque cualquier libro de biología te dirá que el mejor lugar para una mujer está cerca de la entrada de la vagina y el clítoris ni siquiera está en el interior. Pero incluso si encuentras al supuesto Punto G, depende mucho de que ella tenga el estado mental correcto antes de iniciar, porque como ya dije, el sexo para ellas es más mental que físico.

Así que, para todos los caballeros que se sientan muy bien “dotados” lamento decirles que eso no garantiza en lo más mínimo que sean buenos amantes. Y todas esas historias pornográficas son en general una total fantasía.

Pero volviendo al punto, el saber estas cosas hace que me cueste un poco inventar situaciones fantásticas que sean atractivas en la novela y por eso temo caer en la repetición.

¿Por qué entonces decidí hacerlas? La razón principal por la que enriquecí estas partes era porque las del original eran tan simples, sosas, casi genéricas, como si al autor no le importase en lo más mínimo o simplemente escribiese las relaciones sexuales por defecto, siguiendo un patrón que uno puede encontrar en cualquier novela china. Y como ya les mencioné: Desprecio la pornografía, pero sí aprecio el erotismo. Era molesto leer esas partes que bien podrían no haber estado ahí. ¡La trama no cambia en lo más mínimo! ¡La forma en que los personajes interactúan es la misma por defecto!

Lo cual nos lleva al segundo motivo por el cual escribir estas escenas me cuesta tanto. Y es que me gusta el arte erótico, pero no soy un experto. Los principales ejemplos que conozco son pinturas del Barroco, Neoclásico y el Prerrafaelismo. De hecho, la que más me viene a la mente cada vez que escribo una de estas escenas es un cuadro de Diego Velázquez llamado “La Venus del Espejo”. La primera vez que vi ese cuadro me pareció magnífico por todos los detalles que tenía y la belleza sobrenatural que representa. Es por eso que, respondiendo de paso a un comentario de un lector que preguntó al respecto, siempre me esmero tanto en describir los detalles de los cuerpos de las protagonistas femeninas, porque en el fondo intento representar una imagen.

Pero el problema es que me falta mucha literatura al respecto. No tengo las palabras. Traté de leer alguna novela erótica actual… pero las que encontré fueron un bodrio aburridísimo que me perjudicó más de lo que ayudó, porque la mayoría están escritas por mujeres sexualmente insatisfechas, que no tienen nada de experiencia real o tienen demasiada experiencia en sexo mundano sin ninguna pasión. (No encontré autores hombres)

Mi solución para complementar y llenar los vacíos que tenía fue el Anime. Ahí siempre nos presentan situaciones fantasiosas tentadoras, que generalmente no se ven satisfechas o lo hacen fuera de cámara, como pasó con Evangelión, Code Geass, Overlord y muchos, muchos otros. “Pues concretemos…” Me dije “Aunque tampoco hay que profundizar tanto, porque los japoneses muchas veces son demasiado pervertidos.” (Yo lo sé y sé que todos lo saben, dejémoslo ahí)

La verdad es que no sé si este capítulo me quedó bien y tendré que esperar a sus comentarios para saberlo. Si resultó muy pobre, muy genérico o inapropiado… Bueno, en alguna cosa tenía que fallar. Si es muy buena, genial.

Pero déjame saber tu opinión en los comentario: ¿Te gustó esté capítulo tan intenso? ¿Piensas que fue demasiado? ¿Quizá debió desarrollarse de otro modo? ¿Qué te pareció la ultima escena? ¿Te hubiera gustado que las cosas fuesen de otro modo? ¿Qué te opinas de la forma en que Bryan lidió con esos sirvientes chismosos?

Si quieres apoyar esta adaptación por favor usa los enlaces de mi cuenta Patreon porque no tengo ni para ponerle gasolina al carro. ¡Incluso un dólar sería un gran alivio! También puedes señalar cualquier error ortográfico que se me haya pasado. Pero sobre todo compartir esta historia con todos los que puedas para atraer a más lectores.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!