24 Un primer montón de oro

- ¡Maldito seas, te voy a matar! - Daniel soltó un rugido y comenzó a atacar a Bryan completamente enloquecido, de un modo feroz, como si no le importase irse al infierno con tal de llevárselo consigo. Pero su oponente era como la más resistente canoa en medio de un furioso océano: Parecía que iba a hundirse en cualquier momento, pero de alguna manera volvía a salir a flote completamente ilesa.

Para entonces era evidente para todos que Bryan poseía una agilidad admirable y ya nadie le atribuía su capacidad de evasión a la mera suerte. Aquellos que habían estado angustiados en un principio ahora mostraban sonrisas despreocupadas e incluso el anciano Jeff cruzó los brazos y sonrió alegremente mientras miraba el espectáculo.

Finalmente, Daniel se quedó sin energía y tuvo que detenerse. Su respiración era irregular e incluso jadeaba pesadamente por momentos. Luego miró furioso a Bryan, con el sudor goteando como lluvia sobre su rostro y le espetó con un rugido: - Mocoso, recibe uno de mis golpes si eres lo bastante hombre. ¡¿De qué sirves si solo esquivas?!  -

Daniel sólo hablaba por hablar para desahogar su ira. En ningún momento pensó que Bryan aceptaría recibir un golpe. Pero entonces el joven dejo de hacer sus poses de fisicoculturismo, se volvió hacia él y le habló sonriendo: - No hay problema, pero será peor para ti. -

Todo el mundo reevaluó sus opiniones sobre Bryan después de esta respuesta y la mayoría tenía expresiones de perplejidad. El cuerpo del joven era delgado y pequeño, lo que explicaba que fuese ágil y veloz. Pero en términos de fuerza pura, nadie creía que alguien con una contextura tan frágil, que no poseyera un Aura de Batalla, pudiera oponer resistencia a un hombre con tantos músculos. Incluso Daniel quedó atónito por la respuesta de Bryan, pero rápidamente se recuperó y rio salvajemente: - Bien, bien. Tú eres el que quiere morir. ¡No puedes culparme! -

- Esa es mi línea. -

Daniel siempre había estado orgulloso de su cuerpo musculoso y de su fuerza feroz. Estos factores eran la base de todo el poder que había conseguido en su vida. A pesar de que le dolía el orgullo, Daniel podía aceptar a regañadientes que su velocidad y agilidad no eran competencia para las de Bryan; pero ahora tenía ante sí la oportunidad de mostrar su impresionante fuerza delante de todos y contra el odioso mocoso. Así que naturalmente iba a aprovechar al máximo esta oportunidad de borrar toda la humillación anterior con un solo golpe.

Daniel impulsó su puño derecho hacia adelante empleando todos los músculos de su cuerpo al mismo tiempo. Las venas de su brazo se marcaron con claridad cuando llevó su velocidad y fuerza hasta el límite, todo para impactar el golpe más devastador que podía realizar.

Bryan entrecerró los ojos un poco y una frialdad siniestra brilló en sus profundidades. Por un instante se asemejó a una víbora acechando a su presa, emitiendo la misma sensación de crueldad equilibrada y calculada.

Cuando el golpe de Daniel se acercaba volando hacia su rostro, Bryan apretó su delgado y enclenque puño derecho, concentró la Esencia Mágica sobre su superficie y lanzó un golpe rápido y certero directamente contra el puño de hierro de Daniel.

- ¡AAAAAAAAH! -

Un aterrador crujido resonó por el vestíbulo. Daniel emitió un grito devastador, como el de un cerdo en el matadero. Luego su brazo derecho se inclinó porque su puño, que unos momentos antes había estado apretado, ahora parecía enroscado sobre sí mismo como una pata de pollo, sacudiéndose con locura junto con el resto de su brazo.

La frialdad de los ojos de Bryan se desvaneció y una sonrisa inofensiva reapareció en su rostro. Contrajo el brazo derecho que acababa de extender y lo sacudió ligeramente, al mismo tiempo se puso a mirar sus propios nudillos como si no pudiese creer lo que había pasado mientras murmuraba con un tono audible: - ¡Vaya! No esperaba atinarle directo al centro del puño. -

Daniel había puesto toda su fuerza en ese golpe sin importarle la contextura débil de Bryan. No había querido limitarse a darle una lección de fuerza, sino que su intención había sido matarlo. Pero para su mala suerte Bryan ya no era el cobarde timorato que alguna vez se resignó a aceptar sin responder a cualquiera que lo lastimase en su camino. Aunque fingía ser un tonto por conveniencia, no mostraría ninguna piedad a quien intentase hacerle daño en serio.

El extraño resultado había dejado aturdidos a todos los espectadores. Algunos de los voluntarios más cercanos ahora miraban a Bryan con un dejo de miedo en los ojos. La gente que lo rodeaba automáticamente se alejó y le cedieron el primer lugar en el escenario.

Todos los estudiantes caballeros estaban impresionados y comenzaron a discutir abiertamente las posibilidades. Algunos incluso sospechaban que Bryan era uno de los extraños bárbaros del continente o un orco que había adquirido forma humana.

Daniel seguía llorando de dolor mientras luchaba por dejar de convulsionar. Para todos era evidente que su brazo derecho ahora era inservible y ahora se había convertido en un tullido sin remedio. El anciano Jeff se le acercó mirándolo con apenado y le dijo con toda la amabilidad que pudo: - Siento que esto te haya sucedido Daniel, pero me temo que en tu condición actual ya no estás calificado para quedarte aquí. -

El rostro de Daniel se contrajo violentamente y por un instante no pudo evitar mirar hacia Bryan con un odio profundo, pero luego el desánimo se apoderó de él. Con mucho esfuerzo se levantó y salió del vestíbulo. Con el pasar de los años ocurrieron muchas lesiones terribles como resultado de las peleas entre voluntarios, así que se habían establecido algunas reglas. Daniel entendía su lugar y posición, también sabía que no era rival para Bryan, así que su única opción era irse rápido.

En cuanto Daniel se perdió de vista, Jeff se dirigió a todos con viva voz: - ¡Muy bien señores, todos pueden continuar con sus negociaciones! -

Varios de los estudiantes caballeros se dirigieron hacia Bryan tan pronto como Jeff habló. Ahora todos fijaban sus ojos en él y pujaban sus ofertas:

- ¡Una moneda de oro! -

- ¡Dos monedas de oro! -

- ¡Tres monedas de oro! -

- ¡…! -

En circunstancias normales, y de acuerdo con sus fuerzas respectivas, un objetivo humano regular era contratado por un promedio de diez a cincuenta monedas de plata[1]. Si el objetivo era un Guerrero con habilidades sobresalientes de combate y capaz de emplear el Aura de Batalla, entonces su precio podía llegar a subir hasta unas cinco monedas de oro, dependiendo de su nivel.

Las dos o tres monedas de oro que los estudiantes estaban ofreciendo eran cantidades asombrosamente elevadas. Aunque en ese momento Bryan había mostrado tener habilidades sobresalientes, todavía no llegaba al nivel de los Guerreros, que un simple golpe bien dirigido e imbuido con su Aura de Batalla habrían podido matar al pobre Daniel tan rápido que ni siquiera tendría tiempo de saber cómo lo había sucedido. Por lo tanto, dos o tres monedas de oro era un precio exorbitante para un objetivo humano por más que fuese tan poco corriente.

Bryan estaba listo para aceptar en cuando el primer estudiante le ofreció una moneda de oro. Pero cuando otro dobló la oferta de inmediato, cerró la boca con un chasquido audible y esperó a que su demanda subiera. Si bien no se había presentado por el dinero, comprendía que las riquezas eran tan importantes en este mundo como en su Tierra y no tenía la más mínima intención de conformarse con una sola moneda de oro cuando podía ganar dos.

Los estudiantes caballeros continuaron acercándose, ofreciéndole cifras cada vez más altas, aunque ninguno perdió de vista que él seguía siendo un plebeyo y no un guerrero con fuerza superior. Por lo tanto, la mayoría no superaban las dos o tres monedas de oro.

- ¡Cinco monedas de oro! -

La paciencia de Bryan había rendido sus frutos y ahora tenía una gran suma a su alcance. De pronto un apuesto sargento Caballero con una ondulada cabellera dorada y una mirada que lo hacía parecer a la vez generoso y humilde, le ofreció un precio que superó a todas las demás ofertas.

Los estudiantes dejaron de pujar al escuchar al recién llegado. Algunos lo miraban de reojo y uno de ellos se aventuró a decir: - Lawrence, cinco monedas de oro es lo que vale un Guerrero Experimentado. Es cierto que el chico es un poco fuerte, pero no creo que valga esa cantidad. ¿No te estás excediendo? -

Lawrence sonrió y respondió diplomáticamente: - Es cierto que pago de más, pero hemos llegado un poco tarde. Y de cualquier modo todos los buenos guerreros ya han sido contratados. Ya casi no quedan voluntarios, así que no me queda más que elegirlo. -

Sus acompañantes se mostraron de acuerdo luego de escuchar sus palabras. Después de todo era muy probable que Bryan fuese el más fuerte entre todos los objetivos humanos que quedaban en el salón. Si los Guerreros que ya habían sido elegidos todavía estuviesen disponibles, su precio no se hubiera elevado tanto, pero como había demostrado claramente su superioridad, los estudiantes caballeros no tenían muchas opciones. La verdad es que todos necesitaban un buen compañero para entrenar, lo que aumentaba su impaciencia y por ende su precio.

- Así que, ¿qué le parecen cinco monedas de oro a este increíble amigo? - Lawrence sonrió a Bryan y preguntó con mucha calma.

Tras dar un último vistazo a su alrededor fue evidente que nadie pensaba ofrecerle una cantidad más ata, lo que seguramente implicaba que este joven era el aristócrata de mayor alcurnia en la estancia. Así que asintió con la cabeza: - ¡Acepto, mi señor! -

- Me llamo Lawrence y aquí hay cinco monedas de oro, entregadas por adelantado. Espero que puedas ayudarme en nuestro entrenamiento más adelante. - Lawrence caminó hacia Bryan y extrajo cinco monedas de oro de una colorida bolsa que llevaba atada al cinto.

Bryan no pudo evitar sentirse un poco emocionado cuando aceptó las cinco monedas de oro. Originalmente, había sido vendido a la Academia Babilonia precisamente por esa cantidad. ¡Esas cinco monedas que acababa de recibir eran lo que su vida valía en ese mundo! Cinco monedas de oro eran un precio celestial para un mero esclavo. ¡Era suficiente para su comprar libertad!

- Mi nombre es Bryan y es un honor conocerle, mi señor. - Bryan sonrió educadamente a su nueva deidad de la fortuna, Lawrence el Caballero, en cuanto puso las monedas de oro en su propia bolsa de dinero deshilachada.

- ¡Ven conmigo y déjame ver si vales lo que he pagado! - Respondió Lawrence e inmediatamente salió decididamente con Bryan siguiéndolo muy de cerca.

Los campos de entrenamiento de la Facultad de Artes Militares eran muy diferentes a los de las facultades mágicas. El suelo estaba cubierto de rocas ásperas y rugosas cuya la superficie era extremadamente dura al tacto, abundaban los obstáculos de madera y metal, había artilugios cuya función era difícil de definir y muchas clases distintas de armas de madera o metal. Bryan y Lawrence eran los únicos en el amplio campo de entrenamiento

Apenas ingresaron, Lawrence procedió a retirar la espada de su cintura sin sacarla de su vaina y la colocó en una de las perchas. Después se equipó con una coraza blanca de lino prensado y endurecido con vinagre, que se utilizada para prácticas de combate. Sólo entonces miró a Bryan con cierto interés mientras sonreía:  - No vas a ganarte esas cinco monedas de oro fácilmente. ¿Estás listo? -

Bryan examinó la armadura que le entregaron. Era mucho más gruesa y acolchada que la de Lawrence. Tanto que parecía posible sobrevivir a una caída de un tercer piso si se arrojase con ella. Estaba hecha con varias capas de diferentes telas cocidas fuertemente una sobre otra, que la asemejaban a una casaca de cuero sobredimensionada. Además, tenía un par de escudos de madera que podía llevar en cada mano y un casco de bronce con un fondo de cuero que cubría casi toda la cabeza.

Aunque se puso el equipo para guardar las apariencias, por dentro pensaba que, gracias a su entrenamiento en Magia Demoníaca más las milagrosas habilidades que la Esencia Mágica le brindaba, su cuerpo actual estaba a un mundo de diferencia en cuestión de fuerza y resistencia al del Bryan original. Y si a eso se le añadía sus recientes experiencias sufriendo los ataques con Aura de Batalla, no tenía mucho miedo a cualquier daño que Lawrence pudiese causarle. Una vez tuvo el equipo puesto no quedaba más por hacer, así que asintió con la cabeza para indicar que estaba listo.

- Recuerda, esto es entrenamiento de precisión, así que puedes esquivar o bloquear, ¡pero no puedes atacar! - Parecía que Lawrence se había dado cuenta de que Bryan era nuevo en esto y le dio unas cuantas advertencias importantes de empezar. Sólo comenzó a avanzar lentamente hacia él en cuanto estuvo seguro de que había entendido.

El joven caballero se acercó lentamente, pero cuando se hubo acercado lo suficiente, su velocidad aumentó repentinamente hasta parecerse a la de un rayo. Su puño izquierdo sin protección era tan rápido como una espada afilada desenvainada que se dirigía a toda velocidad hacia el pecho de Bryan. Sus nudillos apretados resplandecieron por un momento antes del impacto.

Un caballero era capaz de alcanzar velocidades extraordinarias y una fuerza mayor a cualquier cosa que un plebeyo pudiera aspirar a tener gracias al constante entrenamiento de su Aura de Batalla. En ese momento el golpe de Lawrence era diez veces más rápido y fuerte que el ataque que Claude le había lanzado en aquella ocasión.

Los ojos de Bryan se desenfocaron al ver que el puño de Lawrence ya estaba cerca de su pecho. Su corazón se estremeció por el miedo y rápidamente alzó uno de los escudos de madera para protegerse. Al mismo tiempo su Esencia Mágica comenzó a agitarse rápidamente por todo su cuerpo. Esto hizo que aumentara su percepción, así que torció su cuerpo hacia un lado para esquivar el golpe.

El impacto no fue directo, pero aun así el golpe lo hizo retroceder varios pasos. Además, pudo escuchar el sonido de la madera al crujir e incluso vio unas cuantas astillas saliendo disparadas. Bryan agradeció el haber sido capaz de esquivar el golpe y también haber tenido el escudo para desviar parte del impacto.

Pero cuando comenzaba a celebrarlo en su interior, una enorme cantidad de dolor surgió de su bajo vientre. La armadura textil consiguió desviar la mayor parte de la energía del golpe y sólo por eso pudo mantenerse consiente. Pero aun así su cuerpo se tambaleó involuntariamente hacia atrás hasta que cayó sentado sobre la roca dura. Sus intestinos le ardían como si hubieran sido destrozados y todo su cuerpo temblaba un poco.

Levantó la cabeza para ver el pie extendido de Lawrence que todavía estaba detenido en el aire. El estudiante estaba mirándolo con una sonrisa divertida: - Bryan, esta vez contuve un poco mis golpes y no seguí atacando. No voy a ser tan amable la próxima vez. -

La patada que Lawrence acababa de darle había sido imbuida con su Aura de Batalla. Sin embargo, solamente la había usado para aumentar la velocidad y fuerza intrínseca del ataque, manteniendo gran parte de su poder contenido dentro de su cuerpo en todo momento. No había proyectado su energía sobrenatural en el cuerpo de Bryan para infringirle más daño.

Pero irónicamente eso había jugado en su contra en esta ocasión. La Esencia Mágica no había reaccionado porque no detectó ninguna energía extraña invadiendo su sistema. Su cuerpo había recibido directamente el daño físico de este golpe reforzado por una cantidad ilógica de fuerza y en esas condiciones incluso con su físico mejorado había sufrido daños graves.

Asintiendo con las cejas fruncidas. Bryan apretó los dientes por el dolor de su estómago y se obligó a levantarse del suelo. Miró a Lawrence con frialdad y dijo: - Entonces, mi señor, tendré que tener más cuidado… ¡De nuevo! -

[1] Recordar que 1 moneda de oro = 100 monedas de plata = 10,000 monedas de bronce

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú y esta es una versión revisada el 12 de abril de 2021.

Este es uno de los capítulos que más me gustan, pues refleja lo cruel que podía ser la vida en las sociedades antiguas, sobre todo la falta de misericordia que abundaba.

Y aquí aparece una curiosa dificultad con la que tengo que lidiar muy a menudo. En las historias de fantasía casi siempre se remiten a la Edad Media o hacen referencias a esta. Eso lo entiendo perfectamente, porque es un periodo fascinante de la historia que por algo duró casi 1000 años. De hecho, a mí me fascinó tanto la Edad Media, que estudié una Maestría en Historia del Arte Universal únicamente para entender el arte de la Baja Edad Media, con especial énfasis en los monasterios benedictinos.

Pero aquí está el problema. Contrario a lo que muchas películas y series de televisión nos han querido mostrar, la Edad Media fue un periodo en que la humanidad daba mucho interés a la moralidad religiosa. Ahora, no me malentienda, claro que tenían sus propios malnacidos, crisis políticas, sistemas corruptos, etc… como en todas las eras. Pero lo cierto era que el grado de inmoralidad era mucho menor. ¡Se los juro! Yo tampoco lo creía hasta que estudié la sociedad feudal a profundidad.

Ahora quizá se pregunten: ¿Por qué eso es un problema? Porque en la Edad Media los valores cristianos estaban profundamente arraigados en cada aspecto de la sociedad. Pero en las novelas de fantasía siempre omiten esto o les asignan otra escala de valores. Un ejemplo de ello sería la serie Juego de Tronos, donde el ambiente parece feudal pero los principios y forma de comportarse parecen más propios del Imperio Asirio.

Yo no sabía bien cómo reconciliar un ambiente medieval con un sistema de principios nada medieval. Pero finalmente encontré la solución: La Antigua Roma

Cada vez que encuentro un vacío en la historia o hay escenas poco claras con respecto a los valores, lo que hago es preguntarme: ¿Qué harían en la Antigua Roma precristiana? El resultado final siempre queda perfecto. Y es que los antiguos romanos tenían muchas virtudes… pero eran unos desgraciados miserables y se enorgullecían de serlo. Eso sí, eran unos desgraciados fascinantes.

La falta total de escrúpulos o empatía al ver a un compañero que ha quedado lisiado de por vida es algo que ocurría perfectamente en la Roma Antigua, donde uno no vivía mucho tiempo, así que existía un cierto desapego por la propia vida y la de los demás. Y la cosa era aún más dura debido a que se desarrollaba no en un imperio, sino en EL IMPERIO.

Por eso les informo que muy probablemente utilizaré términos que pertenecen más al Imperio Romano que a la Edad Media para agilizar la narración y hacerla más fácil de comprender. Lo hago porque creo que es la forma más eficiente de adaptar esta historia.

Por ejemplo, cómo en la Antigua Roma hubo mucha esclavitud, existen muchas frases o términos para describir ese tipo de vida. En cambio, durante la Edad Media estaba prohibida la esclavitud en Europa, así que no hay muchos términos que pueda utilizar. Y la cosa funciona aún mejor cuando necesite usar términos militares.

Pero recuerden que esto será solamente para determinadas situaciones. Para los ambientes siempre intentaré ceñirme a descripciones medievales simplificadas. También reemplazaré descripciones que creo son inapropiadas. Por ejemplo, en el libro original nos dicen claramente que Lawrence tiene el cabello “rizado”, pero ese rasgo es más típico de las razas negroides y algunos aborígenes australianos. En cambio, los caucásicos suelen tener el cabello liso u ondulado. Por eso reemplacé ese término.

Espero que estos cambios resulten aceptables. No se sorprendan si en el futuro usó términos como “Legión” en lugar de “soldados”, porque lo que deseo es diferenciar a las tropas del Imperio Itálico del resto del mundo. De hecho, el nombre original era Imperio Lancelot… Pero eso es un nombre de un personaje mitológico, es como decir “Imperio Hércules”, sonaba muy mal. De ahí que lo cambiase al nombre de Itálico, que es el nombre de la península italiana.

Pero por favor dejen su opinión en los comentarios. Y si quieren ayudar a este pobre traductor-adaptador por favor patrocínenme en el sistema de Patreon o también compartan este trabajo con otros para poder hacernos más populares.

Nos vemos en el siguiente capítulo.