184 Una experiencia memorable

Si el destino fuese una enorme bola de fuego acercándose inexorablemente, seguramente produciría la misma sensación de terror que Odón Ascher estaba emitiendo en ese momento. Era evidente que la palabra “furioso” no alcanzaba para describir la tormenta de emociones agresivas que lo embargaban, porque su intención homicida casi se podía saborear. Incluso los caballos podían sentirlo, pues corrían a toda velocidad sin ninguna necesidad de que Divac los fustigase.

- Mierda y recontra mierda. - Exclamó Candice mirando con la boca abierta: - ¿Tenemos que pelear contra esa cosa? -

- Esa “cosa” es un Gran Caballero. ¡No hay forma de que podamos pelear con él! - Respondió Phoebe exasperada mientras intentaba usar su propia Aura de Batalla para contrarrestar el impacto de la presencia del Duque: - ¿Ahora que hacemos, Bryan? El plan nunca incluyó enfrentarnos contra Odón Ascher. Y aún nos falta para llegar a la intersección montañosa dónde podríamos perderlo de vista. -

- No vamos a pelear, eso te lo aseguro. - Respondió Bryan: - Ahora mismo mis poderes están al mínimo y estoy herido. Aunque incluso si estuviese en mi mejor condición, no elegiría enfrentarme a ese Duque. -

Lo bueno es que él tampoco está en su mejor momento o de otro modo ya nos habría alcanzado.” Pensó Bryan mientras observaba al Gran Caballero atentamente: “Supongo que Caspian decía la verdad y sus poderes han comenzado a menguar. Además, esa herida de su pierna todavía debe dolerle. Incluso es posible que haya inhalado algo del veneno que Belinda estaba rociando, porque parece que le cuesta mantener el equilibrio en su montura. Supongo que el Culto de Caelos cumplió en parte con su cometido… Pero ahora. ¿Cómo nos escapamos de él?

El grifo blanco que Odón Ascher estaba montando soltó un aterrador chillido y se abalanzó sobre ellos. El Oso-Caspian soltó un terrible rugido final, consiguiendo que la bestia sacudiese la cabeza y redujese un poco su velocidad. Pero no se marchó como los demás. Odón Ascher simplemente agitó con fuerza las riendas y en poco tiempo recuperó el control.

Eso tampoco funcionó” Pensó Bryan desanimado: “Supongo que no hay opción. Quería quedarme con esa cosa para examinarla y aprender cómo funciona, pero no debería ser tacaño en este momento.”

Inmediatamente se volvió hacia Phoebe para decirle: - Tu, Candice y Adela deben entrar al carro. Después asegúrense de que Caspian también se suba con ustedes. ¡Díganle la Dama Emily que ejecutaremos ahora mismo el Plan B y que se reúna conmigo! No se preocupen, todo saldrá bien, sólo tienen que esperar nuestras instrucciones. -

- Entendido. - Respondió Phoebe. Luego sujetó su mano amorosamente y agregó: - ¡Debes tener cuidado! -

Acto seguido abrieron la claraboya e ingresaron en el interior del carruaje. Cuando las doncellas descendieron, Lawrence inmediatamente preguntó: - ¡¿Qué ocurre?! -

- ¡Odón Ascher nos persigue! - Respondió Phoebe alarmada: - Bryan quiere que Caspian ingrese dentro del carruaje, aunque no entiendo a qué se refiere. -

- ¿Caspian? -

- Es el oso que está corriendo a nuestro lado. - Explicó Emily inmediatamente: - Se trata de un Druida del Bosque Oscuro que se metamorfoseó para ayudarnos a escapar, pero su trasformación debería estar por terminar. -

- Me encargaré de eso. - Respondió Lawrence e inmediatamente se movió para abrir la puertezuela del coche. Estaba muy deseoso de ayudar en la batalla, pero Odón Ascher sabía quién era y no podía arriesgarse a ser descubierto, así que hasta el momento había tenido que permanecer escondido.

- Bryan me dio un mensaje para usted. - Dijo Phoebe mirando a la Archimaga.

- ¿Qué mensaje? - Preguntó Emily.

- Parece que no llegaremos al punto designado antes de que el Duque nos alcance. Pelear tampoco es una opción. Por eso nosotras debemos esperar aquí, pero Bryan quiere que se reúnan ahora mismo para ejecutar el Plan B. -

 - ¿El Plan B? - Preguntó Emily como si no estuviese segura de lo que había escuchado.

- ¡Si, eso dijo! ¡Ejecutarán el Plan B! - Respondió Phoebe con mayor volumen, pensando que el estruendo del carruaje no dejaba que la Archimaga escuchase sus palabras.

- Ya veo. -

*****

Cuando la Archimaga levitó por la claraboya para reunirse con Bryan, lo primero que hizo fue confirmar que el Grifo del Duque estaba cada vez más cerca. Muy pronto estarían al alcance de uno de sus ataques. Pero a pesar de lo angustiosa que se veía la situación, había una pregunta que Emily tenía que hacer:

 - ¡¿Me puedes explicar qué demonios es el Plan B?! -

- El “Plan B” es improvisar. - Respondió Bryan con una sonrisa irónica.

- ¡Por los divinos! - Exclamó Emily mitad exasperada mitad asustada.

- Tranquilízate. Sobrevivimos al encuentro con el dios Nécora. ¿No te parece que esto no es tan grave en comparación? - Dijo Bryan abrazándola: - Además, tengo una buena idea que tal vez nos salve de esta. -

- ¿Entonces sí tienes un plan? -  Preguntó Emily sin entender.

- Lo invento conforme a la situación. - Explicó Bryan sonriendo, pero entonces notó algo y exclamó: - ¡Mierda! ¡Ayúdame ahora! -

Odón Ascher acababa de levantar su alabarda dorada para lanzar un terrible tajo. Aún estaba a varios metros de distancia, pero su Aura de Batalla plateada partió rauda hacia ellos. Uno solo de sus golpe sería más que suficiente para destruir el carruaje.

- ¡Maelstrom de Oscuridad! -

Emily respondió inmediatamente con uno de sus ataques más poderosos y Bryan se unió arrojando su Desgarrador Sombrío imbuido con los poderes del Fuego Glacial Místico. La esfera oscura que concentraba la gravedad se encontró con el poder del Duque, reduciendo su poder a la mitad y luego el arma mágica bloqueó el ataque. Pero el contragolpe fue tan terrible que Bryan arrojó sangre por la boca y apenas consiguió recuperarse lo suficiente para llamar de regreso a su espada.

- ¡¿Estas bien?! - Preguntó Emily asustada mientras lo ayudaba a mantener el equilibrio.

- Por supuesto. - Respondió Bryan sonriendo, pero sólo era para tranquilizarla. En verdad estaba muy asustado del inmenso poder que tenía el Duque ¡Y ese solamente había sido un ataque casual! Tenía que hacer algo inmediatamente.

Suspirando sacó algo de su Anillo Espacial. Cuando ingresaron al cuarto secreto del Duque “eso” había quedado olvidado en el suelo y Bryan lo había recogido muy rápidamente con la esperanza de descubrir sus secretos o por lo menos venderla a un precio elevado. Después de todo el Duque Ascher no había estado guardando muchos tesoros que él pudiese robarle, así que pensó que por lo menos obtendría un beneficio extra.

- Dime querida ¿Sabes cómo hacer estallar esta cosa? - Dijo Bryan mostrándole una especie de candado cilíndrico con letras ordenadas de tal forma que formaban la palabra HIERBA.

- ¡¿Te robaste la cerradura de Odón Ascher?! - Exclamó Emily sin creer lo que veía.

- Dijiste que esta cosa estallaba si alguien intentaba forzarla. - Contesto Bryan mirándola como un niño que ha cometido una travesura: - ¿Sabes cómo activarla? -

- Lo único que tienes que hacer es revolver las letras para quitar la contraseña, de ese modo se activará el encantamiento… ¡Espera! ¡¿Por qué lo estás haciendo ahora mismo?! - Dijo Emily enfadada mientras veía como Bryan jugueteaba con los engranajes.

- Te explicaré los detalles después. - Contestó Bryan entregándole la cerradura: - Ahora escúchame bien. Quiero que coloques esta cosa dentro del carruaje, en uno de los compartimentos traseros, de ese modo estallará cuando el duque vuelva a atacar. -

La Cerradura de Odón Ascher = Bomba improvisada

- Y nosotros estallaremos junto con él. ¡Qué gran plan! -

- Confía en mí querida. Lo segundo que necesito que hagas es… - Comenzó a explicar Bryan, pero se detuvo de golpe, porque sabía que sus siguientes palabras sonarían como una auténtica locura.

- ¿Qué cosa? - Preguntó Emily mirándolo sospechosamente.

 Bryan suspiró y respondió:

- Necesito que convenzas a todos de saltar. -

*****

Odón Ascher sentía que por sus venas corría metal fundido en lugar de sangre. Nunca en su vida había estado tan furioso. Desde hacía tiempo que las desgracias atormentaban su existencia: Su hijo menor había desaparecido, así que intentó forzar su avance para volverse un Supremo con la esperanza de asegurar su poder y usar todos los recursos del imperio para encontrarlo o por lo menos averiguar la identidad de su asesino, pero fracasó por completo y acabó muy lastimado. Poco después sus Armas de Asedio fueron robadas y necesito pagar dos veces para recuperarlas.

Ahora su primogénito había asesinado dentro de sus propios dominios, asaltaron su Mercado de Esclavos de un modo espantoso, y cuando desesperadamente trató por segunda vez de forzar su avance para convertirse en un Supremo, asegurando así su poder y sus posibilidades de vengarse, terminó arruinando su cuerpo todavía más.

Para colmo de males su propia fortaleza había sufrido un desastre natural el mismo día que realizaba los funerales de su hijo. Y cuando consiguió abrirse paso para escapar de la nieve, el Culto de Caelos lo había intentado asesinar con un monstruo de metal y nubes de veneno.

La edad ya le estaba cobrando factura, sobre todo después de haber vivido una vida llena de vicios y perversidad. Podía sentir que sus poderes se reducían un poco cada día por culpa de las pócimas prohibidas que había consumido. Su única esperanza era encontrar un modo de prolongar su existencia hasta que pudiese curar su cuerpo, tomar el poder y tener más hijos. ¡Pero ahora los intrusos se estaban escapando y junto con el Druida que tanto esfuerzo le costó capturar! ¡El mismo que seguramente guardaba el secreto para conseguir restaurar su fuerza!

En ese momento la pierna rota le dolía bastante, se sentía mareado por el veneno y le costaba un poco respirar. Su Grifo también daba muestras de estar afectado, pues estuvo justo debajo cuando ocurrió la avalancha y toda la nieve lo enterró por varios minutos.

Pero nada de eso le importaba. Odón Ascher estaba decidido a capturar a esos intrusos o los mataría ahí mismo.

De repente el Oso enorme que corría junto al carruaje desapareció de repente. Era evidente que la trasformación del Druida ya se había disipado y no le quedó más remedio que ingresar dentro del coche blindado. Odón Ascher sonrió mientras pensaba que todo sería más fácil si sus enemigos se juntaban en un mismo lugar y espoleó a su bestia para que volase más rápido.

Una única figura permanecía de pie en el techo del carruaje. Se trataba de un hombre vestido de negro, con una capucha y una máscara que no permitía distinguir sus rasgos. En sus manos llevaba dos ballestas preparadas que inmediatamente disparó con una puntería impresionante. Pero el Duque simplemente resopló despectivo y soltó un breve pulso de su Aura de Batalla. Cuando uno llegaba a su nivel podía cubrir a su montura por completo con una capa protectora, volviéndola momentáneamente invulnerable. Los virotes rebotaron inútilmente como si hubiesen impactado contra una roca.

Ahora muere, maldito insecto” Pensó Odón Ascher mientras elevaba su alabarda para soltar otro tajo. La última vez su poder había sido detenido por la magia oscura, pero estaba muy seguro de que eso ocurrió por la distancia. Ahora que solamente lo separaban unos diez metros, no podía fallar.

Justo en ese momento el individuo sobre el coche sacó algo de su bolsillo y con un gesto muy visible lo arrojó hacia el Duque. Por un momento Odón creyó que se trataba de algún tipo de proyectil, pero era demasiado lento y tampoco parecía ser más grande que una moneda. Así que con algo de curiosidad lo agarró al vuelo usando su mano libre.

Se trataba de un pedazo de metal…. Un trozo de armadura con el emblema de su familia.

¡Es de la armadura de mi hijo!

Eso fue el último pensamiento racional que Odón Ascher llegó a tener, pues de pronto su visión se volvió completamente roja por la ira. Ene se momento sentía como si se fuese a morir por todo el odio que tenía dentro, ya que ahora comprendía que ese hombre frente a él era uno de los asesinos de su hijo. ¡Ese símbolo era una prueba imposible de falsificar!

De haber querido, el Duque Ascher podría haberlos matado a todos simplemente blandiendo su alabarda. ¡Pero eso ahora era imposible! No podía permitir que uno de los desgraciados responsables de segar el destino de su familia muriese tan fácilmente. Independientemente de quién fuese, tenía que capturarlo y someterlo a las torturas más espantosas conocidas, hasta que su ego se rompiese. Luego encontraría a toda su familia para que sufriesen un destino similar. ¡Sólo entonces los mataría y daría de comer sus cadáveres a los perros!

El carruaje comenzó a dirigirse directamente hacia un precipicio cercano que tenía varios kilómetros de profundidad. Pero al Duque no le importaba nada de eso. Simplemente quería atrapar a la persona en el techo que en ese momento le hacía señas con la mano para que se acercase. ¡Burlándose de su persona!

Finalmente, el Duque Ascher alcanzó al carruaje, así que espoleó a su bestia para que levantase sus terribles garras. Él y su Grifo eran compañeros desde hacía años y muchas veces compartían los mismos deseos. Sabía que su bestia no podía esperar para experimentar el placer de estrujar con sus garras de águila la carne de este individuo que tanto molestaba a su maestro. Además, el propio Odón Ascher estaba muy atento para cualquier cosa que el desconocido pudiese hacer, pues lo había visto peleando con un arma extraña y había deducido que se trataba de un Espadachín o algo similar.

Pero justo en el último momento, una nube oscura salió de la nada y cayó directamente en su rostro, dejando al duque completamente ciego.

¡Mierda, era un Mago!

Sin embargo, el Duque no estaba preocupado. Es cierto que la ceguera repentina era molesta, pero no le causaba dolor. Para un guerrero con sus habilidades no importaba realmente si podía ver a su objetivo, porque sus otros sentidos eran todavía muy buenos a pesar de su edad. Además, su bestia tenía una fuerte resistencia a la magia y seguramente mantenía su visión.

Para Odón Ascher era evidente que este misterioso enemigo esperaba escaparse aprovechando su ceguera, pero no le daría ninguna oportunidad de hacerlo. Así que blandió su alabarda para destruir el carruaje de una vez por todas. Luego se elevaría y regresaría al ataque en cuanto recuperase la vista.

Su arma resplandeciente con luz plateada atravesó el blindaje fácilmente y destrozó la madera sin la más mínima resistencia… ¡Pero poco después ocurrió una explosión!

El sonido atronador hizo que su Grifo retrocediese asustado. Muchas de sus plumas majestuosas ahora estaban chamuscadas. Los tímpanos del Duque se sacudieron dejándolo un poco mareado. Poco después recuperó la vista, pero lo que vio lo dejó desconcertado.

Alguien había soltado los arneses que sujetaban a los caballos y las bestias corrían libremente, alejándose cada una por su lado. El carruaje ahora estaba en llamas y avanzaba únicamente por inercia, pero un segundo después se desplomó inexorablemente hacia el precipicio.

¡No!

 Odón Ascher no podía permitir que el asesino de su hijo muriese de un modo tan sencillo. ¡Tenía que hacerlo sufrir! ¡Además debía haber cómplices! ¡No podía dejarlo morir todavía! Así que sin pensar en nada más, ignorando sus heridas o las de su bestia alada, espoleó sus riendas para perseguir el carruaje que estaba cayendo en el oscuro precipicio e intentó atrapar a esa persona antes de que impactase contra el suelo.

Por un instante sólo pudo ver sombras, algunas llamas y la humareda que provenían del carruaje. Odón Ascher descendió sin importarle nada más. Por eso no alcanzó a ver que un enorme chorro de ácido concentrado se dirigía hacia él, hasta que sintió el dolor en sus propias carnes.

¡Arrg!¡Que es esto!

Inmediatamente activó su Aura de Batalla plateada que lo hacía invulnerable, pero el daño ya estaba hecho. Su piel le escocía, su armadura estaba deshaciéndose y las plumas de su bestia se derretían por momentos. Desesperado, Odón Ascher usó un pulso extra de energía para librarse por completo de la sustancia corrosiva y entonces buscó al enemigo oculto.

Como si hubiese nacido de la mismísima oscuridad en el abismo, una criatura gigantesca y terrible le devolvió la mirada. Era tan grande como una casa, pero se mimetizaba demasiado bien con las sombras. Aun así, tanto el Duque como su Grifo hubiesen reparado en su presencia de no haber estado tan desesperados y concentrados en el carruaje llameante.

- ¡Insolente Mortal!  - Bramó la criatura: - ¡Te atreves a levantar su arma contra el noble Dragón Gilberto! -

Acto seguido lanzó un terrible azote con su cola que impactó de lleno a la montura del Duque, quien no sufrió daños gracias al poder de su Aura de Batalla. Pero aun así la fuerza del golpe estando en el aire, sumado al hecho de que muchas de las plumas del grifo se habían quemado o desecho, lo obligó a retroceder varios metros hacia el fondo del abismo. Y luego un chorro de lava ardiente cayó sobre ellos, así que no le quedó más opción que alejarse a toda prisa.

Cuando finalmente recuperó el equilibrio, Odón Ascher soltó un rugido furioso y se dispuso a matar al maldito lagarto que de la nada se había puesto en su camino. Pero por más que buscó y buscó, no pudo encontrar rastros de la criatura. El Dragón Negro había aprovechado magistralmente las sombras del precipicio para alejarse volando rápidamente.

El Grifo de Odón Ascher, cansado y herido, primero por la explosión y luego por el aliento ácido, simplemente no podía alcanzarlo.

El Grifo contra el Dragón

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú, el único País del mundo aparte de EE. UU que tiene un BARRIO CHINO.

Este capítulo iba a ser uno de mis dolores de cabeza más grandes porque no estaba muy seguro de cómo plantearlo. Pero entonces recibí la ayuda de uno de nuestros lectores más importantes, me refiero por supuesto a Francko Herrera, quien en uno de sus comentarios me sugirió que el protagonista debía haberse quedado con la cerradura explosiva. ¡Mil gracias por eso!

Por supuesto no puedo dejar de agradecer a El Chuck y a León Cranell, mis mejores mecenas y sin los cuales no habría podido continuar con esta traducción.

Sin embargo, sigo atribulado por el crudo y frío dinero, así que, si pueden patrocinarme mediante mi Patreon para que pueda pagar mi celular este mes, les estaría infinitamente agradecido. También pueden ayudarme compartiendo este trabajo con todos los que puedan para hacernos aún más conocidos. ¡Y por supuesto comentando!

Muchas gracias, espero que hayan disfrutado este capítulo y nos veremos en el siguiente.