182 Una batalla feroz

- ¡Intrusos! - Gritó un guardia intentando dar la alarma antes de que una aguja metálica le atravesase la garganta.

Bryan, Emily y Caspian habían escapado lo más rápido posible intentando no toparse con nadie. Tenían suerte de que en esos momentos la Legión Grifón se había dividido en dos grandes grupos: uno para ayudar con el rescate de los huevos de grifos junto con los invitados enterrados en el templo por la avalancha y el segundo que luchaba junto con Odón Ascher contra el Culto de Caelos. Pero la fortuna no sonríe a nadie todo el tiempo, porque antes de darse cuenta se toparon casi de golpe con un destacamento de Tropas Auxiliares que debían haber venido por otro camino para unirse la fuerza principal.

Los Auxiliares eran tropas de reserva compuestas en su mayoría por Guerreros. Eran reclutados como asistentes de los Legionarios para ocuparse de todos aquellos oponentes de menor importancia. En este caso se trataba de un grupo de montañeses, que eran especialistas en combatir cuando había que escalar montañas particularmente empinadas. Su equipo era más bien ligero, apropiado para la infiltración.

Bryan no deseaba utilizar sus poderes mágicos descuidadamente, así que desenvainó sus espadas cortas y se lanzó de frente hacia la multitud, dando tajos feroces que se cobraron la vida de media docena. Gilberto también cargó emocionado y finalmente entre los dos se las arreglaron para dispersar a los auxiliares, pero naturalmente llamaron la atención de más guardias y las campanas de alarma comenzaron a sonar.

Continuaron corriendo hacia la primera puerta, pero sus oídos captaron el atronador sonido de cientos de pasos que corrían ordenadamente en pos de ellos. Bryan casi tuvo el impulso de volar ahí mismo para saltar el muro, pero logró contenerse a tiempo: Lo primero que hacían los guardias en una fortaleza era subir a lo alto de los muros con ballesteros y ni siquiera una barrera mágica podría protegerlos del bombardeo de un ejército.

De modo que corrieron hacia la primera puerta y la atravesaron justo a tiempo, pues un segundo después el rastrillo metálico cayó detrás de ellos.

Sin embargo, no podían detenerse porque un nuevo grupo de guardias venía corriendo hacia ellos. Esta vez eran una veintena de legionarios completamente blindados, espadas en ristre y con los escudos listos. Pero Bryan no se detuvo, pues confiaba en sus compañeros. Sabía que Emily estaba detrás de él y al poco tiempo vio como las sombras cobraban vida bajo los pies de los soldados, forzándolos a detenerse. Luego Gilberto se adelantó para destrozar su formación defensiva con su terrible fuerza. Finalmente, el propio Bryan comenzó a apuñalar a los legionarios con una precisión de cirujano, pues sabía que la armadura del legionario solo tenía un punto débil: La parte baja del vientre. En menos de unos segundos había eviscerado al centurión que los lideraba. Otros tres los siguieron en poco tiempo.

Bryan ni siquiera se detuvo para respirar. En ese momento era un remolino y matar no era una actividad para él sino un estado de su ser. Todos esos soldados eran el apoyo de un aristócrata corrupto y traidor a la familia imperial que les había dado todo. No dudaría en masacrarlos a todos de ser posible.

Sintiendo que el filo de sus armas comenzaba perderse, las dejó a un lado sin dudarlo e invocó al Desgarrador Sombrío. Entonces realmente se desató una carnicería.

Los soldados eran muy habilidosos y daban buena pelea, pero el Desgarrador Sombrío hizo unos estragos terribles. En poco tiempo Bryan se acostumbró a la sensación de la malla al partirse, el cuero al separarse, la carne al rasgarse bajo el juicio gélido que era el filo de su arma. Y la sensación lo llenó de gozo.

En poco tiempo había vuelto a sumergirse en ese estado en el que se combinaban al mismo tiempo las características de la meditación y el de locura. Bryan sentía que bailaba entre giros, estocadas, acometidas, tajos, pinchazos, dislocaciones, golpes, caras destrozadas y futuros sesgados. Todo pasó demasiado rápido. Hasta el último legionario había caído en lo que no podía haber sido más de medio minuto.

Emily, Gilberto y Caspian lo miraban asombrados por la forma tan certera en que había combatido. Ni una sola de sus víctimas agonizaba siquiera, todos yacían muertos. Bryan estaba tan poseído por la euforia del combate que podría haber continuado buscando enemigos sin importarle el tiempo que estaba perdiendo, pero entonces un fuerte olor llegó a sus narices.

Durante todo ese tiempo Lawrence y sus guardaespaldas habían estado muy ocupados preparando un incendio que se desató con toda intensidad en ese mismo momento. Las llamas se extendieron a gran velocidad en el campamento desprotegido, provocando una nube de humo que atrajo la atención de todos y también despertó a Bryan de su frenesí sangriento. Frente a ellos se alzaba lo que parecía ser un auténtico infierno, pero también era la mejor ruta para escapar.

- ¡Emily, pon la barrera! -

- ¡Ya está lista! -

Una parte muy importante del plan era naturalmente la retirada. La idea era desatar un terrible incendio y atravesarlo protegidos del calor por una barrera mágica mientras usaban las llamas como cobertura. Para asegurarse de que los legionarios estuviesen aún más dispersos, Lawrence se había asegurado de quemar primero los almacenes donde se guardaban parte de las raciones de alimento. Eso debería ser suficiente para mantener ocupados durante horas por lo menos a dos tercios de la legión.

Los tres echaron a correr entre los edificios en llamas. Se hubiesen perdido irremediablemente si no hubiesen memorizado los planos minuciosamente durante semanas. Aquí la memoria eidética de Bryan era especialmente eficiente.

Sin embargo, al poco tiempo sus finos oídos percibieron un extraño sonido, que era diferente al crepitar de las llamas o los maderos derrumbándose. Eran los pasos de algo que se acercaba directamente hacia ellos con una velocidad pasmosa pero no lo hacía por la calle. Sea quien fuese, estaba saltando de techo en techo por los edificios de madera, aprovechando que las llamas todavía no los consumían del todo, para ganar distancia.

- ¡Alguien nos sigue y es muy rápido! - Advirtió Bryan.

- ¡Marcus! - Exclamó Emily: - Creí que se quedaría junto al Duque hasta el final, pero solamente él sería lo bastante loco como para perseguirnos ahora. -

- A este paso nos alcanzará pronto. -

- ¿Debemos pelear? - Preguntó el Dragón.

- No, yo pelearé. - Dijo Bryan: - He memorizado bien la ruta, así que creo poder retirarme a tiempo. Gilberto, tú cargarás al venerable Druida y seguirán a Emily hacia la primera puerta antes de que la cierren. Ella también conoce el camino, así no se perderán. -

- ¡No debes hacerlo! ¡Marcus es un Gran Maestro de Espadas, casi tan poderoso como un Gran Caballero! ¡Ni siquiera tú lo podrás derrotar! - Exclamó Emily asustada: - ¡Es mejor que luchemos juntos! -

- No necesito derrotarlo, solamente desviarlo. - Contestó Bryan: - Además, que lo enfrentemos juntos es precisamente lo que quiere ese tipo, porque de ese modo nos retrasaremos más. ¡Confíen en mí! -

Sin esperar más respuesta, Bryan abandonó la seguridad de la barrera y corrió en dirección contraria para interceptar al atacante. El calor era tan intenso que incluso con su físico superior sintió el golpe, pero rápidamente se repuso y aceleró.

De inmediato lo vio corriendo hacia él, rodeado de un campo hecho con Aura de Batalla de Color Plateado. Era un hombre de aproximadamente cincuenta años, con el rostro curtido por cicatrices y el cabello plateado por los años. Aun así, se movía saltando como un león y su mirada tenía la agudeza de una serpiente que ha visto a su presa.

Marcus inmediatamente detectó a Bryan y entonces levantó las cejas, sorprendido de que alguien se atreviese a enfrentarlo tan directamente. Pero eso duró apenas unas milésimas de segundo y acto seguido desenvainó una espada de mano y media. El Aura de Batalla se concentró en el borde afilado.

Bryan lanzó un tajó velocísimo con toda su fuerza, sabiendo que de este modo sorprendería a su oponente, ya que la mayoría no esperaban que él tuviese tanto poder físico. Ocurrió un choque estruendoso y el rostro de Marcus se mostró asombrado, pero en menos de un instante cambió la postura para llevar al Desgarrador Sombrío hacia su propio hombro mientras que al mismo tiempo dirigía la punta de su espada hacia el ojo de Bryan.

Era la primera vez que alguien neutralizaba un golpe suyo de un modo tan magistral. Bryan necesitó toda su agilidad para mover el rostro rápidamente y evitar que el acero le quitase un globo ocular, pero no pudo evitar que un terrible tajo se formase en su mejilla.

El movimiento le hizo perder la postura y antes de darse cuenta Marcus consiguió atinarle una terrible patada. Normalmente habría podido soportarlo, pero estaba con el cuerpo flexionado y no fue necesaria mucha fuerza para hacerle perder el equilibrio. Sin poder evitarlo Bryan cayó hacia las llamas que ardían en el suelo. No le quedó más remedio que usar el Arte del Noveno Diagrama Celeste para cambiar de dirección en el aire y llegar hasta una calle donde todavía no había fuego.

Marcus pudo haber atacado entonces, pero no lo hizo, sino que observaba a Bryan como si estuviese analizando una criatura extraña. No era para menos. El movimiento que había usado era un contrataque especialmente diseñado para lastimar el rostro de un oponente. Se suponía que, incluso si no conseguía dejarlo ciego, la cara era una de las partes que más sangraba en un cuerpo humano y esto debería convertirse en un estorbo. Pero al usar sus poderes para volar, Bryan tuvo que activar la Esencia Mágica y eso también puso en marcha la increíble regeneración de su cuerpo. Apenas pasaron unos segundos, pero la herida ya se estaba cerrando con una velocidad pasmosa.

El rostro de Bryan se veía inexpresivo, pero eso era una táctica para no revelar información a su oponente. Sabía que Marcus era el Maestro de Clark y esperaba que fuese un oponente complicado… ¡Pero nunca imaginó que la diferencia entre ambos fuese tan grande! Habilidad, fuerza, experiencia en combate, etcétera. En todo era superior.

El Gran Maestro de Espadas solo se demoró analizándolo unos tres segundos e inmediatamente saltó hacia Bryan con su Aura de Batalla lista. Su intención era aprovechar su posición superior para desatar un terrible ataque en el ángulo mortal que había sobre la cabeza, pero Bryan no pensaba darle más oportunidades e inmediatamente expulsó una oleada de Fuego Glacial Místico carmesí. La figura del espadachín despareció detrás de la llamarada y por un instante creyó que había vencido. Pero sus oídos captaron un sonido de pasos a su izquierda. En teoría debería ser imposible que Marcus hubiese sobrevivido, pero no perdió tiempo haciéndose preguntas y se preparó para interceptar el ataque. Ahí estaba ya el Gran Maestro de Espadas lanzando una estoca mortal hacia su corazón.

Bryan contraatacó con un tajo diagonal hacia abajo para desviar la espada, pero en respuesta Marcus interrumpió su ataque a mitad de camino, pegando el borde de su arma hacia el Desgarrador Sombrío. Ambas armas quedaron fijas, pero Marcus dio un paso adelante e hizo un giro con su espada a una velocidad inconcebible para incrustar la punta en la muñeca de Bryan, quien tuvo que soltar su propia arma o perder el uso de su mano derecha. Sin embargo, Marcus aún no había terminado, porque con el mismo movimiento con el que lo había desarmado, dio un segundo paso hacia adelante mientras volvía el pomo de su espada cubierto con Aura de Batalla y desataba un golpe espantoso en el pecho de Bryan, que lo envió a volar varios metros hasta estrellarse contra una pared.

- Eras bueno, chico. - Dijo Marcus hablando por primera vez: - Pero yo soy mejor. -

- No necesariamente. - Respondió Bryan levantándose con mucha dificultad: - Aunque eres el primero en mucho tiempo que me lastima hasta este punto. -

- No comprendo. Estaba seguro de que había destrozado tu corazón. - Dijo Marcus sorprendido, pero sin mostrar signos de preocupación: - ¿Acaso puedes regenerar incluso órganos internos? En ese caso la próxima vez tendré que destrozarte el cerebro. ¡Veamos si así te vuelves a levantar! -

- No tendrás otra oportunidad. - Respondió Bryan desafiante mientras desenvainaba una daga curva. Aunque por dentro no se sentía tan confiado. Ni siquiera la Esencia Mágica podía regenerar tan rápido un órgano tan importante como un corazón. Lo que ocurrió era que ya tenía experiencia interceptando el poder del Aura de Batalla y gracias a eso logró limitar el daño hasta la zona de sus costillas.

Aun así, se sentía bastante adolorido e incluso le costaba respirar. Marcus se dio cuenta de ello, pero sus largos años de experiencia le decían que no debía subestimar al joven frente a él, así que se preparó con una postura bien protegida antes de correr hacia adelante.

Sin embargo, en el último segundo sintió el peligro y saltó hacia un costado esquivando al Desgarrador Sombrío que volaba hacia él a gran velocidad para apuñalarlo por la espalda. Marcus nunca había visto un arma voladora como esa y no se lo esperaba, pero sus reflejos lo ayudaron a escapar de la muerte. Parecía que la última trampa de Bryan había fracasado, pero entonces…

- Pantano Ácido -

Para Bryan este hechizo era todavía muy reciente y aún no lo dominaba por completo. También era complicado de ejecutar incluso si hubiese contado con suficiente tiempo. Por eso no llegó a materializar una piscina llena de ácido, pero consiguió un lodo corrosivo bastante decente y eso fue todo.

Marcus sintió que su pie perdía equilibrio. Instintivamente rodó por el suelo para alejarse y recuperar una buena postura, pero al hacerlo su armadura ligera se embarró de ácido. También comenzó a emitir un olor intenso que lo confundió.

El Gran Maestro de Espadas miró hacia abajo y vio cómo su armadura se derretía frente a sus ojos. Supo entonces que tenía unos segundos antes de que esa sustancia lo matase. Así que dio un salto para alejarse varios metros y comenzó a quitarse la armadura ligera muy rápidamente. Gracias a su celeridad se salvó de sufrir heridas serias, pero el rostro se le quemó un poco en la mejilla izquierda. La ira lo hizo regresar inmediatamente para terminar con Bryan, pero naturalmente él ya había desaparecido.

Además, con el incendio empeorando, Marcus ya no podía encontrar el rastro de ninguno de los perseguidos, así que no le quedó más remedio que retirarse.

Marcus el espadachín

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor donde tenemos más de 90 climas diferentes y hoy es 13 de abril de 2021.

Este capítulo es completamente nuevo. Exigió mucho de mí porque el original estaba presentado de un modo muy distinto y con otras personas interviniendo. Para empezar, ocurría en plena ciudad, pero después de todo era muy ridículo así que lo inventé desde cero.

Lo principal fue encontrar un modo de que todos pudiesen escapar de una fortaleza medieval sin que dejase de ser toda una hazaña. De ahí que me inventase lo del incendio. En el original Lawrence los espera en la puerta de la casa del Duque, pero no llega a hacer nada en particular y eso me molestaba. Gracias a esto pude darle una función creíble, la de encender el fuego.

La batalla con Marcus está inspirada en muchos animes que vi, pero la pelea en sí menciona técnicas de combate reales que se usaban en la Edad Media y Moderna, sobre todo los contraataques. Una de las cosas que me molesta de estas historias asiáticas es la diferencia en las escalas de poder que parecen ser absolutas. En cambio, yo quería demostrar que un Maestro de Espadas no solamente es un poderoso usuario de Auras, sino que también conoce mejores técnicas. Además, quería que esta vez el protagonista fuese derrotado para demostrar que no es invencible y que todavía tiene que mejorar, pero también quería que la derrota fuese digna, entendible e incluso honorable. Para eso hice que sobreviviese usando una combinación de sus técnicas más recientes y habilidades únicas.

Espero que les haya gustado, pues realmente le puse mucho esfuerzo. Por favor dejen su opinión en los comentarios, compartan este trabajo con todos los que puedan y si es posible por favor patrocínenme mediante mi sistema de Patreon, porque a decir verdad el trabajo está escaseando en mi país y enfrente muchas dificultades. Nos vemos en el siguiente capítulo.