59 Dándole un Collar

Con la ayuda de las Criaturas Oscuras solamente les tomó medio día terminar toda la operación de talar los árboles y construir balsas. Finalmente, los Guerreros Esqueletos echaron al agua cinco trasportes razonablemente seguros.

En cuanto amaneció, los estudiantes embarcaron junto con los trece sacos llenos de tesoros que colocaron en el medio de cada balsa con mucho cuidado y comenzaron a navegar impulsándose con palos y remos improvisados.

Bryan, Fanny y Lisa viajaban juntos en la misma balsa, la Maestra había invocado a un Guerrero Zombi para que remara. Los tres descansaban tranquilamente en la plataforma de madera, admirando la vista del río Nirolan llenos de satisfacción.

El caudal era inmenso, pero bastante tranquilo. Las profundas aguas azules del río fluían tranquilas y, de cuando en cuando, unos pequeños peces saltaban sobre la superficie del agua dibujando estelas plateadas a su paso. Más allá de la orilla del río que se aproximaba podían ver arboles altísimos cubiertos de ramas frondosas y escuchar como algunos insectos desconocidos cantaban alegremente, contribuyendo a la atmósfera de quietud y tranquilidad.

Fanny y Lisa charlaban o reían tranquilamente, disfrutando del hermoso paisaje que las rodeaba. Mientras tanto, Bryan se sentó en la balsa de madera con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, entrenando silenciosamente su Esencia Mágica, pues no pensaba desperdiciar ni un segundo de cualquier oportunidad para continuar ampliando sus circuitos mágicos.

En un principio Fanny y Lisa querían dar rienda suelta al mundo de preguntas que tenían para Bryan, pero en cuanto vieron que había cerrado los ojos y no se disponía a hablar, se dieron cuenta de que era inútil molestarlo. En realidad, verlo tan dedicado al desarrollo de su magia era algo que las emocionaba y ya no les extrañaba que se hubiese vuelto tan hábil en tan poco tiempo. Los hermosos ojos de las doncellas a menudo vagaban por el cuerpo de Bryan, mientras cuchicheaban algo en voz baja. Era obvio que el tema lo involucraba de algún modo.

Después de un largo período de silencio, Bryan sintió que la balsa de madera se estremecía y abrió los ojos para mirar a su alrededor. Se encontró con que finalmente habían terminado de atravesar el río Nirolan y frente a ellos se encontraba un territorio exuberante, lleno de arbustos y árboles.

Habían sido los primeros en llegar, pero Fanny y Lisa se apresuraron a dirigir a sus Criaturas Oscuras para desembarcar el botín de la balsa hasta la orilla. Cuando Gene y el resto los alcanzaron se pusieron a hacer lo mismo hasta que todo el equipaje estuvo a salvo de las aguas. Entonces el grupo entero aplaudió para celebrar su hazaña y luego de un merecido descanso continuaron la marcha hacia la ciudad de Baltazar. Las Criaturas Oscuras servían como cargadores y los Maestros se encargaban de fijar el rumbo.

A partir de ese momento el viaje trascurrió sin demasiadas complicaciones y después de caminar durante dos días finalmente llegaron a su destino. Baltazar era una auténtica ciudad, más parecida a Zajoski que al asentamiento de Drol. Tenía defensas sólidas, complejos de edificios y otros elementos que les hacían sentir que habían regresado a la civilización.

Lo primero que hicieron fue encontrar una posada y en cuanto se registraron exclamaron emocionados. Luego fueron a bañarse, cambiar sus ropas y celebrar su buena ventura en medio de tantas desgracias hasta que sus corazones se sintieron satisfechos y se retiraron a descansar.

Ahora el trato que Bryan recibía era muy diferente al que había tenido cuando recién se dirigían al Bosque Oscuro. Le hablaban con respeto y educación de manera natural, también era el único con excepción de los maestros que no tenía que compartir habitación con nadie. Todos decidieron emprender la afanosa tarea de guardar el valioso equipaje en la bóveda privada de la posada con sus propias manos. Nadie se atrevió a pedirle a Bryan que lo hiciera.

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Después de haber comido, todos estaban demasiado agotados por la faena del día, así que se echaron a dormir mucho antes de la caída del crepúsculo. Todos excepto Bryan, que gracias a la Esencia Mágica podía recuperar sus energías mucho más rápido que una persona normal. Así que se levantó y salió a explorar.

Baltazar se encontraba en un territorio pedregoso mayormente árido a pesar de tener relativamente cerca al río Nirolan. Sin embargo, era una ciudad fronteriza y poseía defensas bastante decentes. Por ese motivo muchas personas la usaban para realizar actividades comerciales, aunque la cantidad de tiendas era un tercio de las que vio en la ciudad de Zajoski

En el centro de la ciudad había una gran plaza donde se alzaba el imponente edificio donde los Ediles Civiles ejercían el orden, al otro extremo se encontraba el Templo Principal y a su alrededor varios edificios que se dedicaban al comercio. Bryan caminó entre las callejuelas formadas por la aglomeración de tiendas hasta que encontró una que tenía un letrero de madera con un símbolo que decía “Pax Fortuna”.

Era el símbolo del Gremio Mercante de Bootz.

Cuando ingresó se escuchó el sonido de una campana. De inmediato se le acercó un joven bien vestido para preguntar: - ¿Qué desea Señor? -

- ¿Tienen un banco aquí? Poseo una Letra de Cambio en favor mío. - Respondió Bryan cauteloso. Había notado que había guardias bastante experimentados disimuladamente posicionados en las esquinas del cuarto. Además, a primera vista era evidente que esta tienda era mucho más rica en comparación a todas las otras que había revisado al paso.

- Por supuesto, joven Señor. - Respondió el dependiente con naturalidad: - Esta es una sucursal, pero poseemos una sede bancaria. Aunque no es necesario que realice la operación aquí. Una Letra de Cambio del Gremio Mercante de Bootz es válida en cualquier establecimiento de la ciudad. Pero si se siente más tranquilo realizando la transacción en nuestro establecimiento, naturalmente no tenemos problema. -

Luego el dependiente lo guio hasta una puerta que daba paso a una habitación de piedra. En medio se había instalado una reja metálica de gruesos barrotes, tras la cual había un escritorio donde lo esperaba un anciano sentado. Detrás suyo Bryan podía ver la puerta de una bóveda que seguramente contenía el dinero.

Bryan se acercó y sin decir nada dejó la Letra de Cambio en una pequeña abertura en la reja, apenas lo bastante grande para que una mano humana pasase. El anciano tomó el papel dorado y lo examinó muy minuciosamente antes de asentir.

- Esta Letra de Cambio es válida por 580 monedas de Oro y 35 de plata. ¿Deseas llevarte el monto en monedas, lingotes o joyas? -

- ¿Qué me recomiendas? - Preguntó Bryan sorprendido de que no hubiese ningún problema inesperado. Parecía que el Gremio Mercante de Bootz realmente trabajaba profesionalmente, sin intención de robarle.

- La forma más portátil de llevar riquezas es cambiarlas en Joyas, particularmente los diamantes. - Dijo el anciano mecánicamente: - El problema es que el precio de las gemas puede variar dependiendo de la ciudad que visites y si no tienes cuidado podrías sufrir pérdidas durante el intercambio. Lo mismo ocurre con el lingote.

Lo mejor sería que te llevaras todo en monedas, porque el sello imperial garantiza su valor y el precio del mineral no lo afectará directamente… Pero si no eres un Mago con un Anillo Espacial me temo que te resultará muy incómodo de llevar. Si lo deseas puedes comprar un cofre por veinticinco monedas de plata al dependiente. -

Por un momento Bryan cerró los ojos mientras consideraba sus opciones, entonces preguntó: - ¿Puedo comprar artículos aquí mismo con esta Letra da Cambio y luego retirar la diferencia? -

- Por supuesto. - Respondió el anciano con amabilidad: - Ni siquiera tiene que ser aquí, puedes hacerlo en casi cualquier tienda de la ciudad, porque la firma de nuestro Gremio garantiza su valor. Aunque por supuesto te animamos a comprar en este establecimiento y te daremos un descuento si decides darnos tu preferencia. -

A Bryan le gustó la franqueza del Anciano. En general parecía que el Gremio Mercante de Bootz era muy profesional para trabajar y hacer negocios, así que le dio las gracias y luego regresó con el dependiente.

- ¿Puedo ayudarlo con algo más? - Preguntó el joven cortés.

- Si, por favor. - Dijo Bryan sonriendo: - Dígame. ¿Cuánto cuesta un Anillo Espacial? -

- Eso depende principalmente de su capacidad. - Respondió el dependiente sonriendo profesionalmente y con un brillo inteligente en la mirada: - Pero el más barato que tenemos está valorado en 800 monedas de oro. -

- ¡Que! - Casi gritó Bryan: - ¡Eso es casi lo mismo que una Armadura! -

- El Anillo Espacial no solamente tiene que poseer un poderoso encantamiento que únicamente un Archimago es capaz de realizar. También se necesitan los mejores materiales para su elaboración, de manera que resista todo tipo de situaciones. Honestamente, si no fuese porque únicamente los magos pueden usarlos, serían todavía más caros. - Respondió el dependiente: - 800 moneas de oro ya es un precio bajo y me atrevería a afirmar que no encontrará uno mejor en ningún otro establecimiento. -

- Tengo una Letra de Cambio por 580 Monedas de Oro, pero necesito conservar algo de dinero para poder sobrevivir ¿No pueden hacerme un descuento? - Suplicó Bryan.

- Considerando el hecho de que su Letra está firmada por alguien de nuestro gremio, puedo rebajar el precio a 750 monedas de oro. - Respondió el Dependiente después de pensarlo un poco.

¡Eso es prácticamente todo el dinero que me queda! ¡Ya gasté algo de las 200 monedas que me pagó Fabián por salvarle la vida comprándome equipamiento!” Pensó Bryan apesadumbrado, pero entonces recordó todos los problemas que tenía por delante. Así que apretó los dientes y se preparó para regatear como nunca en su vida.

Por después salió de la tienda casi tan pobre como el día en que llegó a este mundo. Pero en su mano izquierda lucía disimuladamente un anillo de oro con pequeños zafiros azules engarzados.

- Y pensar que este es el más barato! - Murmuró Bryan mirando el artefacto mágico con cierto recelo hasta que regresó a la posada. Sólo entonces se le ocurrió algo que había pasado por alto: - ¡Mierda! ¡¿Cómo voy a explicarles que tengo un Anillo Espacial?! -

****

Al día siguiente.

“TOC, TOC, TOC.”

Apenas amaneció, Bryan toco la puerta de la habitación de al lado, que era donde Fanny se alojaba.

- ¿Quién es? - Respondió una voz todavía somnolienta.

- Soy yo. -

- Oh, espera un momento. Te abriré la puerta cuando acabe de lavarme. -

Al cabo de un rato la Maestra estuvo lista. Vestía un fino conjunto de seda blanco. Su túnica larga y suave acentuaba su bien dotado cuerpo. Tenía el cabello algo desordenado y lanzó una fugaz mirada a Bryan antes de apartarse para dejarlo entrar. Una vez dentro preguntó: - ¿Qué haces aquí tan temprano por la mañana? -

Bryan cerró la puerta y se sentó automáticamente en una silla junto a una mesa redonda, mientras miraba a Fanny esforzándose por no mostrar cuanto la deseaba. Hizo un esfuerzo para controlarse y respondió sonriendo:

- Maestra Fanny, anoche me quedé pensando y creo que el botín que tenemos es demasiado conspicuo como para que podamos movernos sin despertar atenciones innecesariamente molestas. Por eso quería discutir cómo ocuparnos de eso. -

- Mm. También creo que lo mejor sería deshacernos de esos objetos cuanto antes. Pero no somos comerciantes y cualquiera con algo de experiencia deducirá que provienen de la ciudad de Drol, sobre todo si intentamos venderlos aquí. Si somos descubiertos, no solamente nos quedaremos sin las monedas de oro, también nos podríamos meter en un buen lío. ¿Qué podemos hacer? - Las hermosas cejas de Fanny arrugaron sutilmente su frente después de pensar un rato.

- Este sería un problema de fácil solución si tuviéramos un Anillo Espacial. Dígame algo Maestra Fanny, entiendo que debe ser costoso, pero seguramente no es imposible comprar uno de esos. ¿Cuánto cree que costaría un Anillo Espacial regular o uno de los más pequeños? -

- Usualmente sólo los Archimagos especialistas en Magia Espacial tienen la capacidad de hacer los poderosos encantamientos necesarios para crearlos, además los materiales para refinarlos también son muy costosos, así que en general incluso el más pequeño de los Anillos Espaciales tiene un alto precio. Uno de calidad ligeramente inferior no costará menos de mil monedas de oro. No es un artículo que cualquiera pueda permitirse, así que es mejor no perder tiempo pensando en eso. -

¡No tienes que decírmelo dos veces! ¡Ya casi no me queda dinero!” Gritó Bryan en su interior, aunque se las arregló para no demostrarlo. El precio que le dijo Fanny era muy superior al que le dio el dependiente, así que realmente el descuento había recibido un descuento generoso. De modo que dijo:  - Discúlpeme si soy muy directo con usted, Maestra Fanny, pero es una Maga Adepta y la mayoría de sus estudiantes provienen de familias nobles. ¿Por qué entonces no ha conseguido un Anillo Espacial? -

-Je Je, es cierto que por ser una Maga Adepta tengo un estatus ligeramente alto, pero la verdad es que rara vez salgo de la Academia a no ser que ocurra un evento específico, como esta excursión. Así que mis ingresos trimestrales no pasan de unos cientos de monedas de oro y no tengo motivos para hacer un gasto tan elevado por un artículo que realmente no necesito. En cuanto a los demás… pues la verdad es que nuestra escuela necromántica es la más débil de todas las disciplinas mágicas. Incluso si cada uno de los aristócratas en el Imperio pudieran volverse magos, igual tendríamos pocos estudiantes y recursos. Además, ellos todavía no se han graduado, ¿por qué sus familias les comprarían un Anillo Espacial? -

Bryan comprendió la esencia de la situación y asintió. Básicamente todos los estudiantes y profesores de necromancia eran pobres en comparación con otros magos. No era de extrañar que se emocionaran tanto cuando vieron esa enorme cantidad de artículos valiosos.

Es una triste realidad, pero ya me encargaré de hacer algo al respecto. Ahora lo que conviene hacer es…” Bryan se frotó la barbilla durante un rato mientras reflexionaba, luego habló como si hubiese llegado a una conclusión definitiva, cuando lo que realmente quería era tantear la reacción de la maestra: - Jeje, si esos Anillos sólo cuestan mil monedas de oro, supongo que es preciso conseguirme uno. -

Tal como esperaba, su comentario hizo que Fanny pusiese los ojos en blanco y le hablase con incredulidad: - Bryan, eres un esclavo, ¿de dónde podrías sacar tanto oro? Si tuvieras tanto dinero no habrían tenido que venderte para empezar, ni hubieses sido un sirviente por más de seis años. -

Mi querida Fanny, no tienes idea de lo que soy capaz” Pensó Bryan divertido y respondió: - Las cosas cambian, Maestra Fanny. Y no pienso vivir en la miseria para siempre. No se preocupe por nada, ya encontraré la manera de conseguirme un Anillo Espacial. -

Cuando terminó de decir esas palabras, Bryan se puso a mirar de izquierda a derecha, como si quisiese asegurarse de que nadie podía verlos. Y luego, ante los asombrados ojos de Fanny, sacó un hermoso collar de plata finamente labrada del que pendía un rubí. Toda la pieza resplandecía a la luz del amanecer y la piedra de color rojo era casi traslúcida. Obviamente era una joya muy valiosa.

Qué curioso que me doliera tanto gastar mis ahorros por el Anillo, pero cuando se trata de Fanny simplemente resulta natural.” Pensó Bryan con ironía. Había descubierto esa joya cuando recogía el botín de los orcos y la ocultó rápidamente dentro de sus ropas. Su primera motivación había sido guardar un tesoro que pudiese intercambiar en caso de emergencia, pero cuanto más lo veía más creía que debía dárselo a Fanny porque se vería encantadora con esa joya. Tanto es así que ni siquiera lo llevó consigo cuando fue a cobrar su Letra de Crédito, para no caer en la tentación de vendérselo a nadie.

Después de comprar el Anillo Espacial, ese collar era toda la riqueza que le quedaba oficialmente hasta que consiguiese vender los artículos de Drol y recibiese una parte de las ganancias. Pero cuando vio como Fanny miraba el collar, no tuvo la menor duda y sonrió tiernamente antes de decir: - Maestra Fanny, quiero que tengas esto. -

Al principio, el rostro de Fanny se ilumino con una sonrisa. Luego se ruborizó. Pero cuando se recuperó de la impresión, se apresuró a alejarse y dijo: - No puedo aceptarlo, Bryan. Dime ¿de dónde lo sacaste? -

- Del botín de los orcos, por supuesto. Tengo ojos agudos y dedos ágiles, vi un resplandor rojizo en uno de los sacos y descubrí este collar de plata. Entonces pensé que sólo una mujer tan hermosa como la Maestra Fanny debería usarlo. Estoy seguro de que, en ti, esta joya resplandecerá con una nueva luz, encantadora y sensual al mismo tiempo. Así que decidí guardarlo específicamente para entregártelo. - Respondió Bryan con una voz calmada y una expresión serena.

- ¡Es una joya demasiado valiosa! ¡No puedo aceptarlo! ¡Quédatelo tú! - El hermoso rostro de Fanny se había ruborizado y sus ojos miraban fijamente al collar, pero su boca tartamudeó una negativa. Parecía que, aunque le gustaba mucho, no había perdido el juicio por completo.

- Pero yo quiero que tú lo tengas. Piensa en lo ridículo que se vería si un hombre como yo se lo pusiera. Además, has cuidado de mí durante todos estos años y siempre te estaré agradecido por eso. Al fin el destino ha dado la oportunidad de regalarte algo, así que por favor tómalo. Estaría muy triste si lo rechazas. - La expresión de Bryan era muy seria y su mirada normal, algo estúpida e inocente, había desaparecido. Su voz estaba llena de resolución.

- Realmente no puedo aceptarlo. Ya me has salvado la vida esa última vez y me has ayudado mucho durante este viaje. ¿Cómo podría aceptar una joya así? ¡Ooh!, aunque la última vez en la laguna, tú... - Fanny se puso a divagar un poco cuando recordó la travesura de Bryan. Su delicado y encantador rostro se enrojeció con un adorable rubor escarlata, mientras lanzaba una tímida mirada a los labios del joven.

Su hermosa figura casi logra que Bryan pierda la razón en ese momento, pero logró dominarse y pensar en una forma de salirse con la suya a toda velocidad. Entonces se levantó con una actitud decidida y dijo sonriendo: - Usted debe aceptar esto o nunca dejare de sentirme avergonzado e inquieto. Ahora tengo otros asuntos que atender. Que tenga un buen día. -

Y tras dejar nuevamente el collar en las manos de la profesora, Bryan abrió la puerta de la habitación para retirarse rápidamente, antes de que Fanny tuviese oportunidad de volver a negarse. Sus pasos se desvanecieron gradualmente mientras se alejaba.

Fanny se quedó mirando el hermoso collar de plata, sintiéndose aterrorizada por dentro. Su expresión era difícil de describir con palabras. Por momentos sus ojos mostraban una firme resolución, pero luego se tornaban tiernos y adorables. Entonces su rostro se ruborizó profundamente cuando una nueva y compleja emoción se abrió paso desde su corazón.

El nuevo collar de la Maestra Fanny

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú donde cualquier cosa puede suceder. Este episodio fue reeditado el 24 de mayo del 2021. Este es un día muy triste para mi país.

Nos hemos enterado que la noche anterior el grupo Narco Terrorista de Sendero Luminoso a asesinado a sangre fría a 18 personas. Todos civiles que estaban en un bar. Son 14 hombres, dos niños y dos mujeres. Sus cadáveres han sido quemados y abandonados, junto con panfletos donde advierten que “Quien Vote por Keiko Fujimori” es un traidor que será ejecutado.

Esto que ha pasado es culpa de todos nosotros, los hombres del Perú. 

Es verdad que hay otros más culpables, como la prensa mermelera que permitió que Pedro Castillo llegase hasta donde está, y tendrán que rendir cuentas. Pero la triste realidad es que si quieren encontrar un culpable solo tenemos que mirarnos al espejo.

Porque no cumplimos nuestro deber. No hicimos nada para detener a Sendero Luminoso en estos 20 años, mientras invadía nuestros colegios, juzgados y partidos políticos; hasta que finalmente han llegado al Congreso. Ahora se han envalentonado.

Así es el mal: Mientras que los Apóstoles dormían en el Huerto de los Olivos, Judas Iscariote estaba bien despierto y traicionando a Jesús. El mal nunca duerme ni dormirá, siempre estará ahí. En el momento en que creas que ya puedes acomodarte, regresa con más fuerza que nunca.

Ahora debemos preguntarnos: ¿Vamos a permitirlo? ¿No haremos nada para vengar las muertes de esas personas? ¿Podemos en verdad llamarnos “Hombres del Perú” si nos acobardamos ahora? ¿Dejaremos solas a Milagros Leiva, Claudia Toro o Yeni Vilcatoma mientras luchan por defendernos? ¿Abandonaremos a su suerte a Keiko Fujimori mientras le tiran piedras o, dios no lo quiera, la asesinan el día de mañana? ¿Enserio la dejaremos sola, a una madre de dos niñas, haciendo lo que nosotros deberíamos haber hecho? ¡O haremos algo al respecto!

Al final, todos vamos a morir, eso es inevitable. Ni siquiera podemos elegir el momento o el modo, pues hasta un suicidio puede salir mal. Pero podemos elegir como enfrentar esa realidad. ¿Cómo se acordarán de nosotros? ¿Cómo peleles o como hombres? 

Es hora de elegir.

En este capítulo agregué toda la parte de la compra del Anillo Espacial, porque el autor simplemente hace que esto “ocurra” sin explicar cómo. Espero que les haya gustado.

Nos vemos en el siguiente capítulo.