206 Trasformación

La hermosa Archimaga estaba especialmente atareada porque tenía una doble responsabilidad: Por un lado, la Familia Asturias, a la que ella pertenecía, sería una de las protagonistas de la acusación. Y aunque no estuviese presente en el hemiciclo, Emily tenía que coordinar con muchos de sus aliados políticos en lugar del general Aurelio, quien ya no era joven y estaba sobrecargado liderando a la Facción Neutral.

Por otra parte, como miembro del Manto Oscuro y testigo de primera mano sobre todos los acontecimientos recientes, los Grandes Maestres le pedían que enviase informes detallados casi todos los días. Y todo esto mientras vigilaba los movimientos de todos los poderes en el Valle del Sol.

Aun así (como si no quisiese perder contra Phoebe) la hermosa Archimaga encontró la manera de fabricar los documentos legales necesarios para que la espadachina pudiese comenzar a comprar las propiedades de Bryan en el Imperio.

Mientras tanto la notica de las heridas de Sorin y el patético estado comatoso en el que se encontraba, se terminaron convirtiendo en la comidilla del Valle del Sol. No había un lugar donde no se riesen de él, sobre todo cuando pasó una semana sin que nadie viese su rostro, confirmando que realmente se encontraba en un estado de inconsciencia del que no podía salir.

Otra buena noticia fue que Egon también decidió mantener un perfil bajo. Los mercenarios de Drakar tenían la intención de vigilar cada uno de sus movimientos, pero el Gran Mago casi no salió del cuarto que había alquilado junto con Belinda. No es que eso fuese ningún consuelo, porque Bryan estaba seguro de que, si realmente no quería ser visto, Egon podría ir y venir a placer sin importar quien intentase encontrarlo. Pero el golpe que consiguió darle cuando lo atacó por sorpresa fue serio y quizá, por algún motivo desconocido, Egon prefería recuperarse naturalmente de su herida en lugar de utilizar pociones.

En cualquier caso, no hubo noticias sobre el terrible anciano.

Trunks fue el primero en marcharse del Valle del Sol para ocuparse de la gestión y organización del nuevo grupo de mercenarios, así como de reclutar nuevos miembros. Sólo se permitió una sola tarde para celebrar las heridas de Sorin, emborrachándose una última vez antes de ponerse a trabajar.

Bryan los acompañó los primeros días, pero las actividades de escolta o entrega de productos simplemente eran inadecuadas para él o, mejor dicho, eran una pérdida de su tiempo. Tampoco quería hacer nada que pudiese distraer a Phoebe o Emily en esos momentos.

De modo que tomó la decisión de regresar discretamente al Cementerio de la Muerte.

También había partes, como las pieles, garras o colmillos, que Gilberto no podía digerir desde un principio. Así que Bryan comenzó a adquirir mucha práctica recolectándolas, para luego almacenarlas cuidadosamente en el laboratorio del Cementerio de la Muerte.

La fabricación de pociones le interesaba muchísimo, pero sin un profesor que le enseñase, estaba seguro de que gran parte de los ingredientes invaluables almacenados en el interior se perderían inútilmente en cada “ensayo y error”. Pero gracias a este intenso período de recolección, Bryan obtuvo un abuena cantidad de materiales para realizar sus experimentos.

Mientras tanto, el Dragón cazaba durante las mañanas y digería por la noche. A veces entraba en una especie de trance del que no salía durante días. Pero al final, Bryan notó que el poder de Gilberto estaba incrementándose casi tan rápido como su cuerpo se recuperaba, lo cual lo lleno de alegría.

Así continuaron durante un par de semanas.

En poco tiempo las partes de su cuerpo que recibían todo el peso de la cascada se volvieron de color rojo intenso. Por un momento pareció haberse trasformado en una escultura de piedra hecha con las rocas circundantes.

Sin embargo, aunque por fuera pareciese inmóvil, en el interior de su cuerpo se estaba desatando una auténtica tempestad. La Esencia Mágica comenzó a fluir por sus venas como una estampida de caballos, mientras pasaba una y otra vez sobre cada nervio, tendón, músculo o partes de su esqueleto. El Infante Sanguinario despertó de su letargo y comenzó a emitir una poderosa cantidad de energía vital.

Al mismo tiempo existían fuerzas dentro de Bryan que aún se resistían a su voluntad, eran los últimos fragmentos del alma del Necromante Fausto, el Aura de Batalla de Marcus u Odón Ascher; pero que en ese momento finalmente fueron completamente asimiladas. Y con esta última barrera caída, Bryan finalmente sintió que había alcanzado un nuevo nivel, tanto físico como mental.

Finalmente, Bryan había dominado por completo el Reino de los Demonios Verdaderos.

Gracias a ello, una nueva porción de las memorias de Chu Can Lan se develaron y dejaron de ser fragmentos confusos de información incoherente, para convertirse en algo que podía comprender. Entre los nuevos conocimientos a su disposición, había muchas magias misteriosas dejadas atrás por Chu Can Lan, aunque la mayoría estaban diseñadas para el sistema de un mundo diferente y podrían haber sido un conocimiento inútil.

Por ejemplo, estaba la magia destinada a la fabricación de Píldoras Mágicas en un Horno de Refinación. El problema era que, en ese mundo, tales hornos simplemente no existían y tampoco el concepto de las píldoras.

Por suerte, Bryan no solamente había obtenido un mejoramiento físico, sino también uno mental. También tenía de su lado el conocimiento de la Necromancia. Y muy pronto comenzó a idear nuevas formar mucho más efectivas de aplicar la magia de Chu Can Lan mediante los medios mágicos de los antiguos necromantes. En muy poco tiempo el problema se había trasformado en una oportunidad maravillosa para que Bryan llegase más lejos de lo que ni siquiera Chu Can Lan podría haber imaginado.

Y eso que Chu Can Lan imaginaba bastante, porque en los recuerdos de Bryan los magos demoníacos eran capaces de llegar a ser tan poderosos como una deidad, podían darles vuelta a los océanos, destruir montañas, volverse inmortales e incluso interferir con el mismísimo destino.

Pero en ese momento Bryan dejó a un lado las posibilidades futuras y se concentró por completo en hacer suyo todo ese nuevo conocimiento. Ahora su memoria era todavía más efectiva y también sus procesos cognitivos, así que muy pronto la nueva información quedó firmemente gravada en su interior.

Bryan abrió la boca y dejó escapar una poderosa exhalación que emergió como un viento oscuro. Se trataban de los fragmentos del alma de Fausto, que ya no le eran de utilidad por haberles extraído hasta el último resquicio de conocimiento. De modo que lo dejó ir para reunirse con su otra mitad, donde fuera que estuviese.

Luego Bryan se levantó de un solo salto y salió volando con una velocidad inconcebible hasta el tronco de un árbol, donde ocultaba sus vestimentas. Luego regresó rápidamente al Cementerio de la Muerte.

- ¿Maestro? ¿Eres tú? ¡Casi no te reconozco! - Exclamó Gilberto con recelo en el momento en lo vio.

- ¿Acaso mi rostro ha cambiado? - Preguntó Bryan sonriendo.

- Es el mismo, pero no lo es. - Respondió Gilberto confundido: - El olor, la apariencia e incluso la energía… son las de siempre y al mismo tiempo no lo son. También hay algo en tu actitud, Maestro. Pareces mucho más poderoso y seguro, como si ya hubieses obtenido la victoria sobre todos tus enemigos. -

- No sé si mi victoria es segura, pero sí es cierto que ya no parece tan lejana como antes. – Respondió Bryan encogiéndose de hombros mientras pensaba en los nuevos métodos que había aprendido y que ahora podía utilizar para defenderse del Culto de Caelos: - Pero dime algo, dragón. ¿Cómo están tus heridas? -

- Estoy casi recuperado, Malvado Maestro. -

- Genial, entonces me acompañarás. ¡Quiero que me escoltes y garantices mi seguridad! -

- Maravilloso. ¿Seguiremos haciendo trucos sucios y despreciables esta vez? -

- Solo cállate y sígueme. -

- Escucho y obedezco. ¡Ah, Maestro! Me pareció que ese montón de tierra se estuvo moviendo cuando no estabas. -

Bryan se sobresaltó y luego se dirigió al lugar donde el Zombi Elite de Tierra estaba gestándose, seguido de cerca por el dragón que acababa de adoptar su disfraz humano. Descubrió entonces que toda la energía oscura que circulaba en la matriz había desaparecido casi por completo durante el proceso de fusión con la criatura.

- Absorbió el 90 % del poder de la tierra… ¡Eso es mucho más de lo que imaginaba! ¡No está nada mal! ¡Creo que estará listo dentro de unos días! - Dijo Bryan sonriendo.

- Es sólo un zombi, Maestro. ¿Qué podría tener de especial? - Replicó Gilberto haciendo un gesto desdeñoso.

Pero apenas acabó de hablar… cuando de pronto el suelo se estremeció y apareció una grieta profunda que casi se traga entero al cuerpo del Dragón.

Aunque no se lo esperaba, Gilberto alcanzó a hacerse a un lado, pero descubrió que el terreno alrededor se había trasformado en un lodazal pegajoso, que el cual capturó a Gilberto como lo harían unas arenas movedizas y no lo dejaron escapar por más que luchaba para liberarse.

- ¡Esta bien, ya fue suficiente!  ¡Creo que has probado tu punto! - Exclamó Bryan alzando una ceja. Podía sentir claramente que el Zombi Élite de Tierra escuchó las palabras de Gilberto y se estaba desquitando. 

Por suerte era obediente, porque el lodo se solidificó y la grieta del suelo desapareció. Gilberto finalmente pudo pisar firme de nuevo y exclamó: - ¡Qué es esa cosa! -

- El primero de su clase. - Respondió Bryan sonriendo: - Y en este lugar de su nacimiento es mucho más poderoso. No le sería difícil destruirte aquí, Gilberto, así que te recomiendo que cuides tus palabras cuando camines por este lugar.

Recuerda que todo alrededor es su territorio y es básicamente invencible cuando está enterrado. Quizá en otros sitios su habilidad para controlar la tierra disminuya, pero en este suelo básicamente todo es su arma. -

“Si fuera posible, me gustaría fabricar artificialmente los lugares con concentración elemental para refinar aquí mismo a todos los Zombis Elites, de ese modo mis criaturas serían la mejor fuerza defensiva en este mundo. Pero eso sería demasiado pedir. Por lo menos tengo aquí al Zombi de Tierra, así que el Cementerio de la Muerte debería ser mucho más seguro. Además, parece que tiene carácter…”

Gilberto simplemente había hecho un comentario descuidado, pero el Zombi no solamente lo escuchó, sino que se vengó de inmediato. Ahora el Dragón miraba el suelo nerviosamente como si fuese un monstruo que podía atacarlo en cualquier momento. Bryan sonrió divertido por las reacciones del dragón y luego se inclinó para rozar el suelo con los dedos, mientras susurraba: - Se paciente y obedece. Termina de refinarte bien, para salgas más pronto que tarde. -

Un pulso de pensamiento llegó hasta Bryan a través del suelo, llevando consigo la respuesta del Zombi Elite de Tierra que parecía decir: “¡Entendido!”

- Esto debe seguir su curso… ¡Nos vamos Gilberto! - Dijo Bryan levantándose para regresar seguido de cerca por el Dragón. En su camino le hecho una rápida ojeada a la Cueva de los Espectros y confirmó que sus nuevas criaturas también estaban por buen camino.

- ¡¿Qué clase de Zombi es ese, Maestro?! ¡¿Cómo puede ser tan poderoso?! - Preguntó Gilberto finalmente sin poder contenerse.

- No lo entenderías, aunque te lo explicara, joven dragón. Es magia muy avanzada. Basta con que entiendas que es diferente de cualquier otra Criatura Oscura que alguna vez hayas visto. ¡Nunca lo provoques en el Cementerio de la Muerte! - Respondió Bryan justo antes de empujar a Gilberto hacia la matriz de trasporte.