60 También tenemos un Anillo Espacial

Unas cuantas horas después…

- Pero ¿cómo? ¿Cuándo?... ¿De dónde sacaste un Anillo Espacial? - Fanny miró a Bryan con incredulidad y preguntó recelosa.

- Me lo compré. - Respondió Bryan sin mucha emoción y miró a los estudiantes de necromancia. Todos mostraban expresiones de codicia, celos o admiración.  Así que añadió: - Lo compré por 750 monedas de oro en una tienda de esta ciudad. Es de bajo nivel, pero puedo almacenar tantos artículos como cabrían en una habitación, al menos aproximadamente. -

- ¡Ya sé que lo compraste! ¡Lo que quiero saber es en donde conseguiste 750 monedas de oro! - Fanny hablo enojada, pero mantenía una expresión de asombro.

Y no era la única. Todos los presentes, estudiantes y maestros, parecían tener un cortocircuito mental porque no podían comprender como era posible que Bryan tuviese tanto dinero. Este había estado pensando durante toda la noche en una forma de justificar el Anillo Espacial, pero no se le ocurrió nada. Por eso al final decidió ser franco.

- ¿Acaso vendiste todo nuestro botín? - Bella se quedó en blanco por un momento, pero de repente recordó algo y lanzó una leve exclamación. Luego empezó a revisar los sacos con los tesoros que se encontraban en la habitación.

Resoplando fríamente, Bryan le lanzó una mirada desdeñosa antes de burlarse: - ¿Te pagan para decir sandeces? Haz un inventario de nuestros fondos si eso te deja tranquila, no me molesta que juegues a la inspectora. Pero por si no lo has notado, los 13 sacos están todavía aquí y bien llenos. ¿Aun tienes ojos en la cara? -

- Pero entonces, ¿de dónde sacaste tanto oro? - Gene también lo miraba con incredulidad y sus ojos vagaban de vez en cuando sobre su mano izquierda, donde llevaba el anillo, con evidente anhelo. De seguro estaba pensando “Yo soy un profesor respetado de la Academia Babilonia y nunca pude permitirme un Anillo Espacial. ¿En qué clase de mundo vivimos si tú, un esclavo recadero, puede comprarse uno antes que yo?

- Eso es asunto mío. Lo único que importa es que con este Anillo puedo almacenar todos los artículos en los sacos y llevarlos con seguridad sin pasar por las molestas inspecciones. Luego, cuando regresemos a la Academia, me encargaré de venderlos a mis contactos. Después podremos repartirnos las monedas de oro que obtenga por ellos. La pregunta es: ¿Están de acuerdo con que proceda de este modo? - Respondió Bryan con una sonrisa misteriosa.

- ¿Maestra Fanny? ¿Tú qué opinas? - Gene hizo una pausa y luego miró a la maestra para pedir su opinión.

Fanny reflexionó por un momento y luego hizo una proposición: - Mmm… Creo que es mejor hacer lo que dice. Bryan se ha destacado más que ninguno de nosotros durante este viaje y ha sido gracias a él que obtuvimos todos estos artículos. Como nadie más tiene un plan para poder vender nuestro botín, es mejor hacerlo así. Una vez que tengamos las monedas de oro, Bryan se quedará con el 40 % y el resto nos lo dividiremos equitativamente. Es lo justo. -

- ¡¿Por qué es que él debe recibir el 40%?! ¡¿Acaso nosotros no nos hemos esforzado también?! - Bach inmediatamente se mostró en desacuerdo con la propuesta de Fanny.

- ¡Es verdad! ¡Él es solo un sirviente recadero, así que no debería recibir tantas monedas de oro! - Bella había terminado con su improvisado inventario y se apresuró unirse a la reclamación.

Bryan los miró a ambos, mientras se rascaba la sien y les mostró una sonrisa bondadosa e inocente. Entonces murmuró: - Creo que no he entendido bien sus argumentos, por favor ilústrenme, estimados amos. -

Bach y Bella habían sufrido muchos problemas gracias a Bryan durante toda esta expedición y desde hacía mucho tiempo habían entendido que su actitud tonta e inocente era sólo una fachada. Los métodos que usaba contra sus enemigos siempre eran crueles o despiadados. Ambos lo presenciaron en primera fila y se les había quedado gravado en la memoria. Así que en cuanto vieron que estaba volviendo a poner su sonrisa inocente, sintieron que su cuero cabelludo se erizaba y se pusieron a tartamudear, sin poder decir nada inteligible.

- Muy bien Bryan, ya deja de asustarlos o me molestaré. Entonces está decidido. - Dijo Fanny poniendo los brazos en jarra, amonestando primero a Bryan. Pero luego se volvió hacia Bella y Bach, y les dio un serio correctivo: - Y ustedes dos harían bien en recordar que, si no fuera por Bryan, ni siquiera estarían vivos en este momento. 

Además, fuimos nosotros los que obtuvimos estos artículos, ustedes en cambio se fueron a perseguir a los orcos sin pensar y no hicieron nada. Así que son los que tienen menos derecho a opinar. -

- Entonces, si todos están de acuerdo, guardaré estos artículos en el Anillo Espacial. Luego podemos alquilar nuevos caballos para dirigirnos directamente hacia la ciudad de Zajoski. He estado hablando con los guardias y escuchando lo que se comenta por los alrededores. Parece que el ejército Orco se ha retirado después de haber terminado de saquear y devastar todos los pueblos cercanos. Creo que ya no correremos el peligro de encontrarnos más Jinetes Wargos. - Bryan miro a todos los reunidos y les explicó el estado de las cosas con calma.

Cuando vio que todos asentían, utilizó un suave pulso de Fuerza Mental para activar el Anillo Espacial. Poco después agitó sus dos manos para hacer que los trece sacos desaparecieran uno por uno. Los zafiros en el Anillo se iban iluminando conforme el espacio mágico se llenaba.

Bryan terminó de almacenar todo el botín bajo las miradas de admiración y envidia de los estudiantes y profesores de necromancia. Cuando examinó el Anillo descubrió que los tres zafiros estaban iluminados, lo que significaba que ya se había llenado al máximo de su capacidad, así que no podía almacenar nada más.

****

Después abandonaron la posada.

Cerca de las puertas había un lugar donde podían rentar unos cuantos caballos por un puñado de monedas de plata y abandonaron la ciudad de Baltazar. Luego de otros dos días viajando llegaron a la ciudad de Zajoski.

No se detuvieron mucho tiempo, sino que fueron directamente a la Matriz de Trasporte Mágico. Finalmente, luego de tantos peligros y peripecias, habían regresado a la Academia Babilonia de Artes Mágicas y Militares. 

Al contemplar los edificios familiares del entorno académico, una alegre sensación de renacimiento surgió de los corazones de los Maestros y estudiantes, que por primera vez en mucho tiempo se sintieron a salvo del peligro.

Fanny suspiró de alegría por regresar a su Academia. Pero en cuanto superó el sentimiento de nostalgia se volvió hacia Bryan y le dijo: - Bryan, a partir de este momento ya nunca más tendrás que asumir los deberes de un sirviente recadero. Ahora mismo voy a presentarme ante las autoridades de la Academia para presentar mi informe, donde también les expondré tu caso. Hoy serás libre de la esclavitud y eso te permitirá convertirte oficialmente en un estudiante de la Escuela Necromántica. También te daré siete monedas de oro como regalo, para que tengas con que mantenerte hasta que vendas los artículos o terminemos con tu inscripción. -

Las palabras de Fanny provocaron que el corazón de Bryan diera un vuelco y comenzase a latir con fuerza. Por primera vez en mucho tiempo sonrió sin que fuese fingido.

Después de haber superado tantas pruebas en el Bosque Oscuro, finalmente lo había conseguido. El que fuese un sirviente y un esclavo eran los más grandes impedimentos para tener alguna esperanza de vivir una vida digna. Ahora no solamente iba a liberarse de ambas cargas, sino que le permitirían convertirse en un estudiante hecho y derecho de esta prestigiosa Academia.

- Muchas gracias Maestra Fanny, voy a ir a ocuparme de vender los artículos dentro del Anillo Espacial. Volveré aquí para reunirme con usted en cuanto haya resuelto todos esos asuntos. - Dijo Bryan mientras sonreía. Estaba a punto de irse, cuando se acordó de algo y saco tres monedas de oro de su bolsillo. Luego se acercó a Lisa y le pidió un favor: - Lisa, si por casualidad te encuentras con Jack, te pido que le des estas monedas de oro por mí. -

Lisa miró extrañada a Bryan, pero guardó las monedas de oro y dijo: - Parece que eres muy bueno con ese sirviente gordo. Realmente quisiera saber cómo te las arreglaste para conseguir tanto dinero de repente. Tres monedas de oro son suficientes para los gastos familiares de Jack durante un año. Eres muy generoso. -

Ya fuese cuando Bryan vivía o actualmente, el gordito Jack siempre había sido un amigo leal y generoso. Ahora que finalmente tenía recursos, quería que Jack fuese el primer beneficiado con su generosidad. Tres monedas de oro no representaban mucho para él, pero sin duda eran una enorme suma para su amigo. Con esto también le devolvería en parte toda su ayuda incondicional durante el último año.

****

Después de salir de la Academia, Bryan sacó la tarjeta que Fabián le había dado y subió a un carruaje para dirigirse al distrito sur de la ciudad de Itálica, exactamente a donde la dirección indicaba.

El carruaje recorrió varias calles durante mucho tiempo hasta que finalmente se detuvo. La voz del cochero le confirmó su destino: - Hemos llegado a la sede principal del Gremio Mercante de Boozt. -

Luego de apearse del carruaje, Bryan le entregó dos monedas de plata al conductor y lo mandó retirarse. Entonces avanzó por el camino que conducía a un enorme edificio extremadamente sólido, con varios pisos de altura y un pórtico con columnas de mármol lujosamente talladas que daban fe de la riqueza de la gente que vivía en su interior. Tras un segundo análisis que en realidad se trataba de varios edificios interconectados, rodeados de grandes jardines con fuentes y esculturas de bronce.

“¡Mierda! ¡Es casi tan grande como un palacio!” Pensó Bryan asombrado mientras subía los escalones y atravesaba las grandes columnas. “¡También parece una fortaleza en medio de la ciudad!

Dos guerreros, empuñando unas largas lanzas, protegían los flancos de unas oscuras puertas negras de metal con relieves finamente tallados. 

- Chico, ¿qué estás haciendo aquí? - Uno de los guardias se impacientó de ver a Bryan mirando el entorno y gritó le preguntó irritado.

Bryan parpadeó y barrió a los guardias con su mirada antes de responder:

- Este es el Gremio Mercante de Boozt ¿verdad? Estoy aquí para solicitar ver al señor Fabián. -

- ¿Fabián? Nunca oí hablar de él. ¿Hay alguien con ese nombre dentro del gremio? - La expresión del guardia parecía esculpida en piedra mientras preguntaba a su compañero.

- Creo que sí, y me parece que trabaja para la señorita. Debe ser el que acaba de regresar hace unos días del Bosque Oscuro, donde escuché que tuvo un montón de problemas. - Respondió el otro guardia. 

El primero hizo una pausa, luego lo miró de pies a cabeza con una expresión de sospecha y más de un indicio de desprecio o desdén. Al final le preguntó en un tono arrogante: - ¿Y qué asuntos tienes con él? -

- Estoy aquí para hablar de negocios. - Bryan respondió tranquilo. Después de todo aún no lo habían liberado de su condición de esclavo. Y como se apresuró para llegar aquí cuando apenas había regresado a la Academia, no tuvo tiempo de ponerse otra ropa que el equipamiento utilizado desde el ataque de los Jinetes Wargo, que naturalmente ya se había desgastado. Si al menos sus prendas estuviesen recién limpias no se vería tan mal, pero eso hubiese tomado varias horas. No tenía que ser un genio para saber por qué lo menospreciaban.

El guardia se echó a reír y respondió a viva voz: - ¿Negocios, tú? jajá. Eso sí es gracioso. ¡El único negocio que alguien como tú podría tener aquí es para llevarse la basura del vertedero! Esta es la sede del Gremio Mercante de Boozt, famoso y poderoso en todo el Imperio. Creo que debes estar en el lugar equivocado. -

Justo cuando Bryan estaba a punto de perder la paciencia, un lujoso carruaje finamente decorado se detuvo frente a las puertas del gremio. Dos grandes y fornidos guerreros desmontaron y abrieron la puertezuela del carro para dar paso a una joven sumamente hermosa.

La muchacha era alta y esbelta, con una larga cabellera de color castaño, llevaba puesto un lujoso vestido decorado con pequeños fragmentos de diamantes incrustados. Toda ella se veía refinada elegante y hermosa, pero también exhibía una actitud distante en su deslumbrante rostro. A primera vista podía apreciarse que dominaba de forma natural las maneras orgullosas de una persona perteneciente a una clase superior y privilegiada.

- ¿Qué es lo que ocurre? - La chica miró fríamente a los guardias apenas descendió y les habló con un tono serio, pero agradable de oír.

- Bienvenida Señorita, este sujeto dice que desea ver a Maese Fabián. Nos pareció que era sospechoso cuando lo vimos merodeando, vistiendo esa ropa barata y andrajosa. Por eso lo interrogamos. - Uno de los guardias se inclinó cortésmente y explicó.

- ¿Conocéis a Fabián? - La atractiva joven arrugó su frente, le lanzó una mirada y preguntó con un tono distante.

Los ojos de Bryan habían estado vagando audazmente por el cuerpo de la hermosa muchacha, pero rápidamente volvió a sus cabales al escuchar la pregunta y se apresuró a asentir: - Así es, señorita. Tuve tratos con el Señor Fabián cuando coincidimos en el Bosque Oscuro. Mi nombre es Bryan y estoy seguro de que él se acordará de mí. -

- Bryan... Bryan. Creo que he oído a Fabián mencionaros. Siendo así, acompáñeme adentro. - La joven termino de hablar y entró al edificio sin volver a dirigirle la mirada.

Bryan miró ufano a los dos guardias de las puertas y despectivamente les susurró: - ¡Par de ciegos descerebrados! - Luego entró rápidamente.

FIN DEL LIBRO I

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú donde cualquier cosa puede suceder. Este episodio fue reeditado el 24 de mayo del 2021.

¡Llegamos al final del Libro I en menos de una semana! En realidad, no creí que lo lograría, pero conseguí hacer esta reedición en tiempo récord. ¡Y que buenas imágenes!

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¡Nos vemos en el próximo libro titulado: El Gremio Mercante de Bootz!