185 Un gran escape

- ¡Realmente es un Dragón! ¡No puedo creerlo! - Gritaba Lawrence emocionado. El sueño de todo hombre era volar montando en una de estas criaturas y ahora mismo estaba cumpliendo esa fantasía.

- ¡Yo soy el noble Dragón Gilberto, pequeño humano! - Respondió el Lagarto: - ¡Después deberás reverenciarme como se debe por salvar tu vida! ¡Quiero oro y mujeres!  -

- ¿Qué de “noble” podría tener un Dragón Negro? - Bufó Phoebe malhumorada mientras buscaba un sitio del que pudiese agarrarse firmemente, pero tocando lo menos posible a la espalda de esta criatura que claramente le desagradaba: - Todos saben que no son más que unos pervertidos sin remedio. -

- Además, sólo eres el esclavo de Bryan. - Agregó Emily con ironía mientras dejaba de examinar las heridas de su amado por un momento.

- Señoritas. ¿Podrían no hacer leña del árbol caído? - Dijo Gilberto con un tono lastimero que contrastaba mucho con su apariencia imponente.

- ¡Ya cállate y sigue volando! ¡Si el Duque nos alcanza, hará una escabechina con todos nosotros! - Exclamó Bryan un poco enfadado.

- Sí, amo. -

Este gran escape había sido posible gracias a que Bryan realizó un excelente trabajo como señuelo, disparando sus ballestas y luego arrojando la placa trofeo que guardaba de Clark en el momento justo para que el Duque fijase toda su atención en él. Mientras tanto Emily entró dentro del carruaje para colocar la cerradura explosiva. Luego convenció a todos de que abrieran un compartimiento para salir directamente hacia el asiento del conductor, en un ángulo desde el cual el Duque no podía verlos con claridad.

Lo más difícil fue convencer a Divac de que enrumbase directamente hacia el barranco. Para eso Emily fingió que todo eso era parte de un supuesto “Plan B” que ya habían preparado con anterioridad, pero la verdad es que no existía tal cosa. Luego esperaron pacientemente la señal, que sería la propia explosión.

Si bien las Cerraduras de Rompecabezas tenían un material fulminante en el interior, este no tenía fuerza suficiente para causar daños a una criatura tan poderosa como el Grifo de Odón Ascher a no ser que se acercase lo suficiente. Pero gracias a la maquiavélica provocación de Bryan esto terminó pasando de las mil maravillas. Además, el carruaje terminó en llamas y eso aumentó la distracción.

Inmediatamente después de cegar al Duque, Bryan usó el Arte del Noveno Diagrama Celeste para alejarse levitando hasta llegar junto al grupo. Luego cortó las ataduras de los caballos y suplicó a todos los dioses de este mundo para que la explosión fuese lo bastante fuerte como para lastimar al grifo del Duque, pero no tanto como para destruir por completo al coche.

Sus oraciones fueron escuchadas.

Cuando la explosión ocurrió, Emily inmediatamente lanzó un hechizo de invisibilidad sobre todos ellos y usó sus poderes para controlar su caída dentro del barranco. Pero, aunque la Archimaga podía volar ella misma con sus poderes, no podía hacerlos levitar a todos. Al final morirían por el impacto. Sólo la confianza absoluta que tenía en su amado Bryan permitió que estuviese de acuerdo con ese plan que no alcanzaba a comprender del todo. Y es que no hubo tiempo de explicárselo en detalle. Pero como siempre, su amante no la decepcionó.

- ¡Gilberto, hazlo ahora! -

A Emily casi le dio un infarto cuando vio que el extraño y desagradable sujeto que hasta el momento los había acompañado, de pronto se trasformaba en una de las criaturas más temidas en el mundo entero. Mientras cambiaba de forma, Gilberto había acelerado su descenso para ponerse debajo de todo ellos, permitiéndoles así que se aferrasen a su espalda, lo cual hicieron de forma instintiva. Luego extendió sus alas para detener su caída y se mimetizó con las sombras como sólo podían hacerlo los Dragones Negros.

El resto era historia.

- ¿Te encuentras bien? - Preguntó Emily preocupada mientras ayudaba a Bryan para que pudiese mantener el equilibrio y apretaba su mano cariñosamente.

No era para menos. Su armadura estaba bastante dañada y partes de ellas se caían a pedazos. Varios sectores de su piel estaban quemados. Sus cabellos estaban parcialmente chamuscados. Uno de sus ojos estaba enrojecido… En pocas palabras era un desastre. Eso se debía a que ya había estado herido antes de hacer de señuelo y luego estuvo demasiado cerca en el momento que explotó el carruaje. Además, había usado mucho de su Esencia Mágica en la batalla y lo que le quedaba ahora mismo estaba muy ocupada conteniendo el Aura de Batalla de Marcus en su cuerpo. Por eso, aunque el Infante Sanguinario estaba ayudándolo a procesar rápidamente esa energía, sus heridas externas no se estaban regenerando.

- Estaré bien, sólo necesito descansar un día. Por la mañana estaré bien. - Respondió sonriendo Bryan: - No debes preocuparte. Estoy mejor de lo que parece. -

- Ejem, ejem. - Interrumpió Phoebe carraspeando a propósito, mientras sus ojos se fijaban peligrosamente en las manos unidas de ambos.

Automáticamente Emily soltó a Bryan y se dirigió junto a Caspian como si quisiera conversar con el Druida. Phoebe rápidamente ocupó ese lugar sentándose junto a Bryan y comenzó a cuidar de sus heridas cariñosamente: - Estas sangrando por tu boca. ¿Cómo puedes decir que estás bien? Déjame ayudarte a vendarlas. ¡Has sido muy valiente cubriéndonos del Duque! -

Bryan solamente podía sonreír tristemente. Para cualquiera que lo viese en ese momento podría parecer como el protagonista de un cuadro épico, en el que un héroe surcaba los cielos a lomos de un Dragón, mientras que una hermosa doncella le dedicaba sus caricias amorosas. El problema era la mirada asesina que recibía de Emily cada vez que tenía oportunidad. Y si intentaba hablar de cualquier modo con la hermosa Archimaga, Phoebe le apretaba la mano con mucha fuerza mientras su expresión se tornaba peligrosa.

Bueno, después de todo me lo merezco.” Pensó Bryan con ironía sin poder hacer nada mientras continuaban volando por el laberinto de peñascos y precipicios, hasta que finalmente salieron de las montañas y tuvieron los bosques invernales frente a ellos.

- Debemos descender aquí. - Dijo Bryan finalmente: - Fuera de las montañas Gilberto se destacaría demasiado y los grifos nos detectarían fácilmente. -

Todos se mostraron de acuerdo, así que Gilberto descendió y adoptó nuevamente una forma humana. Después comenzaron el viaje de regreso aprovechando el bosque para no ser vistos. La decisión de Bryan demostró ser acertada, porque unas horas después escucharon los sonidos de varias patrullas de caballería que recorrían los caminos del bosque, buscando cualquier rastro de ellos.

Patrullas de la Legión Grifon

Por suerte unas pocas horas después comenzó a oscurecer y también nevar. Lo cual hizo mucho más sencillo que pasasen desapercibidos. Durante la marcha el Infante Sanguinario consiguió ayudarle a digerir gran parte del Aura de Batalla de Marcus, así que Bryan pudo destinar un poco de su Esencia Mágica para restaurar algunas de sus heridas, sobre todo la articulación de su mano derecha que el Gran Maestro de Espadas había atravesado con la punta de su arma.

Tras pasar unas horas caminando finalmente llegaron a las afueras de Pequeño Valen, pero no ingresaron en el asentamiento, sino que esperaron mientras observaban atentamente lo que ocurría. Poco después confirmaron que había patrullas de cinco a diez legionarios ingresando al pueblito y saliendo cada media hora.

- Seguro que el Duque debe estar subiéndose por las paredes. - Comentó Bryan: - De otro modo no estaría revisando este lugar. -

- Te garantizo que nunca en su vida habrá estado tan furioso. - Respondió Lawrence sonriendo con crueldad: - ¡Tenemos que irnos ahora mismo! -

- Dividámonos entonces. - Dijo Bryan mirando a todos: - Lawrence, tú adelántate con los tuyos para preparar los caballos. Permitiré que Gilberto te acompañe para mayor seguridad. Nosotros iremos a la posada por Angélica, los mercenarios de Candice y nuestras pertenencias. Nos encontraremos aquí mismo dentro de unas dos horas, cuando la luna esté en su cenit. -

Todos asintieron a esa propuesta. El grupo de Lawrence se separó de ellos seguidos por el Dragón. Mientras tanto Emily, Phoebe, Candice y Bryan avanzaron cuidadosamente hacia la posada protegidos por un hechizo de invisibilidad.

- ¡Abuelo Caspian!¡Estás bien! - Gritó Angélica en cuanto los vio.

Todos los mercenarios estaban reunidos en el salón frente a la chimenea junto a la pequeña elfa. La princesita se había ganado rápidamente el corazón de estos curtidos guerreros quienes la entretuvieron con sus canciones, historias y chistosas anécdotas cuidadosamente censuradas. Pero en cuanto vio a Caspian atravesar el umbral, la pequeña corrió dando saltitos de alegría y abrazó al anciano como si realmente fuese su nieta.

Luego, para sorpresa de todos, la pequeña corrió hacia Bryan y también lo abrazó con fuerza mientras decía: - ¡Gracias! ¡Trajiste al abuelo como prometiste! ¡Eres un buen Hombre Malo! -

Bryan se quedó por un momento sorprendido, sin saber qué hacer. No estaba acostumbrado a recibir muestras de cariño tan puras y efusivas. Pero en su interior experimentó un sentimiento de calidez muy agradable. Era algo totalmente contrario a la naturaleza de sus poderes, pero que parecía ser correcto. Así que acarició muy suavemente la cabeza de Angélica mientras se decía a sí mismo que su decisión de salvar al Druida había sido la correcta.

Candice, Phoebe y Emily miraron conmovidas este pequeño momento tierno tan poco frecuente en alguien como Bryan. Pero el tiempo apremiaba, así que decidieron encargarse de los preparativos para su huida. Los mercenarios comenzaron a reunir todo el equipaje y provisiones necesarios, mientras que Emily, Chester y Helena bajaban al nivel subterráneo para recolectar todo el material del Manto Oscuro en caso de que su refugio fuese descubierto.

Cuando estaban en el pasillo para hacer un último inventario, Bryan escuchó un sonido en la entrada e inmediatamente hizo señas a todos para que guardasen silencio. Poco después un par de guardias llamaron a la puerta.

- ¡Abra en nombre del Cónsul! -

- ¡Quédese aquí señora, yo me desharé de ellos! - Dijo la posadera.

- ¡Es peligroso! - Susurró Emily asustada: - ¡Deja que yo te acompañe! -

- No es la primera vez que vienen el día de hoy - Respondió Helena sonriendo: - ¡Puede confiar en mí! ¡Ustedes esperen ocultos en las habitaciones! -

Helena inmediatamente abrió la puerta para hablar con los guardias y distraerlos. Pero Bryan tuvo un presentimiento así que permaneció oculto detrás de la puerta, mientras escuchaba atentamente la conversación. Se trataba de dos legionarios que hablaban usando un tono muy autoritario y le preguntaron a la posadera por cualquier persona sospechosa que se hubiese presentado en los últimos días.

De sus palabras pudo deducir que el Duque Ascher había amenazado con diezmar a toda la tropa si no atrapaban pronto a las personas que se habían infiltrado en su fortaleza. Esto significaba que uno de cada diez hombres moriría si no traían resultados.

Helena respondió todas sus preguntas con mucha tranquilidad y les aseguró que todo estaba en orden. Finalmente, los soldados se marcharon caminando tranquilamente. Pero Bryan no dejó de observarlos por un resquicio de la puerta.

Y fue bueno que lo hiciera, porque pudo ver a uno de ellos, que sacaba un silbato para llevárselo a los labios.

Sin pensarlo dos veces Bryan abrió la puerta y arrojó su Desgarrador Sombrío, el cual voló raudo hasta cercenar la garganta del legionario que estaba por dar la alarma. El segundo intentó gritar por ayuda, pero Bryan ya estaba a su lado con una aguja de metal en la mano y comenzó a apuñalarlo varias veces en el estómago hasta que estuvo muerto.

Inmediatamente después gritó: - ¡Nos han descubierto! -

Posada Vieja

Nota del Traductor

Hola amigos, soy acabcor de Perú, donde se come cuy y se seguirá comiendo cuy sin importar lo que PETA desee.

Este capítulo es la tercera parte, pues los capítulos 183-4-5 fueron escritos como uno solo y luego los dividí en partes. Estaba tan emocionado, que casi me olvido de la separación y pierdo la numeración de Ni Can Tian, algo que no puedo permitir. Pero al final conseguí que todo quedase en orden.

Me temo que cada vez tengo menos ofertas de trabajo debido a que la situación del Perú está empeorando. ¡Por favor no dejen de patrocinar este proyecto para que pueda continuar!

También cree que voy a comenzar a escribir otras cosas. He pensado en intentar adaptar unos mitos griegos que siempre me han gustado mucho. ¡Ojalá pueda conseguir a más lectores de ese modo! El virus ha cambiado tanto este mundo que ahora no estoy seguro de nada.

Bueno, espero que les haya gustado. ¡Por favor dejen su opinión en los comentarios! ¡Compartan este proyecto con todos los que puedan para hacernos más populares! Y nos vemos en el siguiente capítulo.