202 Te recordaré

Existen diferentes tipos de adversarios. Algunos son nobles, otros son deshonestos, tramposos, valientes e incluso los cobardes. En cada enfrentamiento existe la oportunidad para crecer uno mismo, así que no necesariamente es algo bueno acabar con ellos.

Pero existe un tipo de enemigo con el que no se puede hacer ninguna concesión. Sorin no era peligroso porque fuese un oportunista, porque fuese arrogante o incluso malvado. Nada de eso era lo que molestaba a Bryan. Lo preocupante era el carácter superlativamente vengativo que el Archimago poseía de modo natural.

Cuando estaba en su mundo de origen, Bryan era una persona rencorosa, aunque nunca llegó al punto de atreverse a desquitarse de los que lo injuriaron. Pero estaba en límite. Y recordaba las ofensas que había sufrido incluso en el jardín de infantes.

Ya en el continente Vathýs, Bryan se vengó muchas veces e incluso fue bastante cruel con ciertos enemigos. Pero hubo una gran cantidad de ofensas que recibió por parte de personajes como Gene, Bach o Bella; a las que simplemente pasó por alto, porque no sentía que valiera la pena el esfuerzo de intrigar para desquitarse.

Pero Sorin era diferente y Bryan lo supo casi al instante tras conocerlo. Este Archimago era el tipo de persona que se ensañaba en vengarse por la más pequeña ofensa y no descansaría hasta matarlo. No importaba lo que hiciese o a dónde escapase, Sorin siempre buscaría ocasión de provocar su ruina. De hecho, esa misma noche había actuado para emboscarlo.

Por eso tenía que morir.

La mañana estaba al caer y el aire matinal todavía se sentía helado de respirar. Bryan contemplaba a Sorin en el suelo sin un atisbo de lástima, listo para darle la estocada final. El Archimago le devolvió una mirada llena de terror, pues entendía que en ese momento su vida entera dependía de si conseguía pasar a través de Bryan.

- Déjame en paz esta vez y te juro por todos los dioses que jamás volveré a cruzarme en tu camino, ni tampoco volveré a enfrentarte. - Dijo Sorin desesperadamente en un intento por conmoverlo.

- Muchas gracias, pero creo que ver tu cadáver en el suelo será mucho mejor para mi tranquilidad que cualquier juramento tuyo. - Respondió Bryan sonriendo.

- ¡Si me matas! - Argumentó Sorin con voz temblorosa: - ¡Mi abuelo jamás te dejará vivir! ¡Serás el eterno enemigo del templo de Idramón! -

- ¿Debo creer que tu abuelo usará todos sus recursos para vengar a un simple bastardo como tú? ¿O que admitirá públicamente que eres su nieto? -

- ¡¿Cómo?!… -

El hecho de que Bryan supiese que en realidad era un bastardo fue un golpe peor para el ánimo ya frágil de Sorin, quien estaba seguro de que nadie conocía sobre su vergonzoso origen en el Valle del Sol. De hecho, muy pocos lo sabían, y quienes lo hacían no se atreverían a decirlo en voz alta. Pero el Manto Oscuro tenía formas de enterarse.

- Además, incluso si tu abuelo decidiera ayudarte, es lo mismo para mí, porque matándote no tendré que lidiar con ambos al mismo tiempo. - Dijo Bryan pragmáticamente, antes de dar un rápido paso hacia adelante para cortarle el cuello.

*****

En ese mismo momento, sobre los muros defensivos del asentamiento del Valle del Sol, el vicecapitán Blaz, de la Banda de Drakar, estaba observando todo lo que ocurría con una sonrisa de oreja a oreja. Sus espías le habían informado que algo estaba por ocurrir y que Sorin había salido junto con un pequeño batallón para vengarse de alguien.

Nada le hubiese gustado más a Blaz que matar personalmente a ese odiado Archimago que lideraba al grupo de Falce Segador, pero la banda de Drakar tenía que cumplir con sus obligaciones como líderes del Valle. De modo que movilizó a unos setecientos guerreros de élite y los posicionó firmemente para defender el asentamiento.

Esto era una simple muestra de poder y autoridad. Las normas decían que no podía ni debía interferir con nada de lo que ocurriese más allá de los muros y, de hecho, Blaz no pensaba sacar a sus hombres ni a un centímetro fuera del perímetro. Pero si la persona que Sorin había salido a matar conseguía evadirlo y regresar al Valle, Blaz no pensaba dejar que le tocasen ni siquiera un cabello. Después de todo estaría cumpliendo con su deber y además podría regodearse sabiendo que estaba impidiendo una venganza a su eterno adversario.

Busca al enemigo de tu enemigo y encontrarás a un amigo.

Pero la realidad resultó ser mucho más maravillosa que cualquier escenario que hubiese imaginado. Porque antes de que las primeras luces del sol despuntasen, vio que una persona se acercaba a gran velocidad, aunque no pudo reconocer sus facciones. Pero definitivamente no era Sorin.

Este hombre se detuvo a unos doscientos pasos de la muralla y se quedó parado en medio del camino, con los brazos cruzados, como si esperase algo. Unos minutos después ocurrió un intenso resplandor, seguido por un terrible estruendo.

Acto seguido, Blaz distinguió la figura de una persona que había salido volando por la explosión y finalmente se estrelló en el suelo a varios metros de distancia. Cuando finalmente el amanecer llegó, Blaz vio que Sorin estaba arrastrándose miserablemente, en un intento por regresar al Valle del Sol, pero se detuvo al ser interceptado por el joven.

Ya con las primeras luces del día, Blaz confirmó que se trataba del acompañante de la Señorita Phoebe, el mismo que Sorin había salido a matar inicialmente.

De inmediato el veterano mercenario comprendió que algo muy malo tenía que haber pasado y de algún modo el cazador había sido cazado. Así que rápidamente dio la alarma a sus hombres para que estuviesen listos. Pero inmediatamente después se quedó mirando alegremente al Archimago, tratando de memorizar para siempre el patético estado en el que había terminado y disfrutando de lo que seguramente eran los últimos momentos de Sorin.

- ¡Capitán, es Ella! - Dijo de pronto uno de sus hombres, señalando asustado hacia una formación rocosa.

- ¡Maldita sea! ¡¿Tenía que llegar justamente ahora?! - Exclamó Blaz enfurecido consigo mismo.  Había estado tan distraído disfrutando la miseria de Sorin, que no notó a uno de sus más terribles aliados salir del asentamiento. De no ser así, podría haber hecho algo para detenerla con la excusa de algún procedimiento.

- ¡¿Cómo fue que se enteró tan rápido?! ¡Ahora ese joven está perdido! - 

*****

Bryan estaba a punto de dar el golpe de gracia, cuando un presentimiento lo asaltó repentinamente y se movió a un costado para esquivar. Pero a pesar de su velocidad sobrehumana, sintió un golpe terrible, seguido por un agudo dolor, cuando una flecha se clavó profundamente en su antebrazo. El impacto fue tan espantoso, que lo obligó a retroceder varios pasos. Y apenas había tenido tiempo para procesar lo ocurrido, cuando una segunda flecha golpeó la hoja de su Desgarrador Sombrío con tanta fuerza, que soltó su arma mágica sin querer.

¡Un arquero! ¡¿Dónde está?!” Se dijo Bryan mientras comenzaba a correr en zigzag para no ser un blanco fácil, buscando desesperadamente a su atacante al mismo tiempo. Pero por más que miró y miró, no pudo detectar el menor rastro.

¡Mierda, si tan solo tuviese a mis Espectros Originales!

Bryan se dio cuenta de que estaba en gran peligro. Sus agudos sentidos podían detectar fácilmente a cualquier enemigo a unos quinientos metros a su alrededor, eso quería decir que se enfrentaba a un arquero con la diabólica habilidad de acertarse a una distancia mayor. Poco después, una tercera flecha le acertó en un hombro y se los dislocó, sin que pudiese escuchar el crujido de alguna saeta impactando en el suelo. Por eso supo que su enemigo le había disparado solamente 3 veces, pero todos los tiros habían acertado perfectamente.

Ahora entiendo.” Concluyó Bryan conectando los puntos mientras hacía un gesto de morderse los labios para contener su dolor. “Tiene que ser un Elfo. ¡Solo ellos tienen semejante habilidad para disparar! 

Acto seguido se arrancó la flecha del hombro y cuando examinó la punta, confirmó que era muy parecida a aquellas que había visto usar a la aventurera Nía, del grupo de Odiseo.

- ¡Escudo de Hueso! -

La coraza ósea se materializó a su alrededor, ocultándolo de la vista. Poco después una cuarta flecha golpeó su escudo con tanta fuerza, que comenzó a agrietarse y Bryan tuvo que emplear más poder para evitar que se rompiese. Mientras tanto aprovechó para arrancarse la saeta que aún tenía incrustada en el brazo y acelerar su regeneración, mientras pensaba en qué hacer.

Si ese elfo tiene una de esas Flechas Mágica que una vez vi usar a Eragon, estoy muerto. Pero seguramente no es el caso, porque creo recordar que no eran fáciles de conseguir.” Pensó Bryan mientras se acomodaba el hombro dislocado a la fuerza. “Lo primero que tengo que hacer es descubrir en dónde está el arquero o de otro modo no podré esquivar de forma eficiente. Así que… ¿Cómo hago que se exponga?

Justo en ese momento sus oídos percibieron algo y Bryan entendió que Sorin estaba arrastrándose nuevamente hacia la seguridad de los muros del asentamiento. Entonces recordó que el misterioso arquero lo había atacado cuando estaba a punto de matar al Archimago, así que probablemente sería su aliado.

Probemos esa teoría.

Bryan susurró un conjuro e invocó a media docena de Gules para que corriesen a toda velocidad y matasen a Sorin. Al mismo tiempo deshizo el conjuro del Escudo de Hueso.

Unos segundos después se escuchó el sonido de las saetas silbando en el cielo y las seis Criaturas Oscuras murieron, cada una con un disparo certero en la cabeza, a pesar de su gran agilidad. Pero gracias a este pequeño sacrificio, Bryan finalmente pudo ver de dónde provenían las flechas.

En frente suyo, a unos ochocientos metros, se alzaba un montículo de rocas acumuladas para alguna obra de construcción. Daba la casualidad que el Sol Naciente emergía justo detrás de ese montículo de rocas y la luz del amanecer dificultaba mirar en esa dirección. El Arquero había elegido posicionarse en ese sitio precisamente por eso. De hecho, incluso Bryan tenía dificultades para verlo y sólo lo distinguió como una borrosa silueta oscura.

“¡Ya te tengo!” Pensó Bryan mientras echaba a correr en dirección al francotirador desconocido. Mientras avanzaba, abrió una de sus manos y el Desgarrador Sombrío regresó volando a su palma. El Arquero inmediatamente le disparó, pero ahora que sabía de dónde vendrían las flechas, Bryan pudo interceptarla con un tajo de su espada. Aun así, el golpe llevaba tanta fuerza, que lo obligó a detenerse.

Que oponente más molesto.” Se dijo Bryan bastante hastiado, mientras usaba su Esencia Mágica para reforzar aún más el poder su cuerpo físico y su espada, de modo que cortar la siguiente flecha no le costó tanto. En poco tiempo estaría a una distancia desde donde podría arrojarle una bola de Fuego Glacial-Místico.

Lamentablemente no tuvo la oportunidad. Porque el arquero elfo pareció notar el peligro y rápidamente se escabulló en dirección al Valle del Sol. Bryan se detuvo un momento, sin saber por qué de pronto esa persona escapaba, pero lo supo al instante.

Un sonido resonó a espaldas de Bryan y cuando se volvió confirmó que era el estruendo de trecientos caballos galopando a toda velocidad en su dirección. Todos eran miembros del Falce Segador, que venían a rescatar a su líder. Bryan maldijo porque entendió que el Arquero Elfo solamente estaba haciendo tiempo para que llegasen sus refuerzos.

- ¡Capitán! ¡¿Se encuentra bien?! - Gritó el primero de los jinetes que se acercó a Sorin, el resto inmediatamente rodearon al herido Archimago, creando un perímetro defensivo a su alrededor, para protegerlo.

Sorin todavía estaba temblando por las heridas y el miedo, pero cuando se sintió abrigado por su ejército de mercenarios recuperó un poco de brío. Entonces miró a Bryan y le apuntó con algo de facultad, mientras escupía una orden con todo el odio que era capaz de reunir:

 - ¡Matadlo! -

Acto seguido, el Archimago Sorin se desmalló por culpa del intenso agotamiento mental y la acumulación de heridas.

Los mercenarios de Falce Segador inmediatamente se volvieron hacia el enemigo de su capitán para perseguirlo, pero nunca tuvieron la oportunidad real de lastimarlo. Bryan era una persona capaz de hacer juicios rápidos y en el momento en que vio aparecer a los jinetes, supo que no había oportunidad para rematar a Sorin, pues solamente la indumentaria que llevaban estos mercenarios bastaba para adivinar que se trataba de tropas élite, mucho más peligrosas que las anteriores. Sin embargo, Bryan se consolaba diciéndose que el agotamiento de Sorin seguramente lo mantendría inconsciente por varias semanas, sino meses. Eso, sumado a la cantidad de cartas de triunfo que el Archimago había perdido, era suficiente como para considerar esta experiencia como una pequeña victoria.

Bryan se demoró tan sólo unos microsegundos en llegar a esa conclusión y comenzó a correr a toda velocidad hacia los muros del asentamiento en el Valle del Sol. De modo que antes incluso de que los jinetes mercenarios hubiesen desatado toda la velocidad de sus caballos, Bryan ya había llegado al portón y corrió a refugiarse detrás del vicecapitán Blaz de los mercenarios de Drakar, quien ya estaba esperándolo ahí con sus hombres. El mercenario de Drakar “amablemente” ignoró cualquier regulación y le permitió entrar sin hacer ningún trámite.

Los jinetes redujeron su carga cuando se acercaron a los muros y se detuvieron a unos diez pasos. Entonces uno de ellos, mucho más grande e imponente, que debía hacer de líder para esa compañía, se adelantó y señaló directamente a Brian con una alabarda de hierro y ordenó: - ¡Entréguenlo! -

- ¿Acaso en Falce Segador se han olvidado las reglas? - Respondió Blaz con una sonrisa que no llegaba hasta sus ojos: - Cualquier conflicto que tengas con él no existe una vez que está dentro de los muros. De otro modo… ¡La banda de Drakar exterminará a cualquiera que ose romper con la paz armada en el Valle del Sol! -

Entonces el mercenario hizo un gesto para remarcar su decisión y todos los mercenarios de Drakar llevaron una mano hacia las empuñaduras de sus armas. No eran tan impresionantes como la disciplina de las legiones imperiales de Odón Ascher, pero a Bryan le pareció evidente que se trataba de profesionales.

Este gesto, sin embargo, estaba de más. Un simple vistazo bastaba para saber que la Banda de Drakar estaba muy posicionada en lo alto de los muros y que también controlaban la puerta. Que un grupo de caballería intentase atacar una ciudad bien defendida era un suicidio, pues todos saben que la ventaja de un caballo es su velocidad, la cual perderían inmediatamente en un asentamiento. Por otro lado, si el Falce Segador atacaba primero, estaría rompiendo el status quo entre los poderes que dominaban el Valle del Sol y les daría carta blanca a todos para que se uniesen contra su grupo.

El líder de la compañía ya sabía todo esto y normalmente no hubiese intentando exigir que le entregasen a Bryan. Lo que ocurría era ver a su líder tan maltrecho, hasta el punto de tener que arrastrarse como un mendigo para finalmente quedar inconsciente, era mortal para la reputación de todos los miembros del Falce Segador. Lo peor era que el espectáculo había sido visto por nada menos que setecientos de sus acérrimos rivales, quienes seguramente se encargarían de dar a conocer la noticia en todo el valle.

Los ojos de todos los jinetes prácticamente echaban fuego al contemplar a Bryan, que devolvía sus miradas con la indiferencia suprema que lo caracterizaba. Nunca antes habían querido matar tanto a una sola persona, pero Blaz ya había dado su veredicto y no era una persona conocida por retractarse de sus palabras, así que estaban en un dilema.

Después de unos aterradores minutos, que a todos les parecieron eternos, el sentido común se impuso y el líder de la compañía de jinetes dijo con no poca dificultad: - ¡Primero hay que tratar las heridas del capitán Sorin! ¡Volvemos a la base! ¡Ya ajustaremos cuentas más tarde! -

E inmediatamente los trescientos guerreros montados dieron media vuelta y se retiraron en dirección al oeste. Naturalmente cada una de las principales fuerzas mercenarias en el Valle del Sol tenía un lugar fuera del asentamiento donde colocaban su baluarte, de otro modo les hubiese sido imposible convivir sin tratar de matarse.

- Amigo, debes tener más cuidado a partir de ahora. Lo primero que pedirá el imbécil de Sorin cuando se despierte es tu sangre. Y si bien nosotros mantenemos la paz dentro del asentamiento, no podemos verlo todo, ni tampoco estamos en todas partes. No podremos evitar que alguien cometa alguna travesura. ¿Entiendes lo que quiero decir? - Le advirtió el vicecapitán Blaz, con un tono mucho más amable del que Bryan le había oído emplear y una expresión menos hosca, que casi se acercaba a la cortesía.

De inmediato Bryan valoró esa advertencia en su justa medida. Primero lo había llamado “amigo” de modo general, pero no por amistad sino por conveniencia. El que hubiese herido tan terriblemente a Sorin beneficiaba mucho a la Banda de Drakar y ellos lo agradecían, aunque no lo dijeran.

Sin embargo, era cierto que era imposible ejercer un control total en un lugar tan grande y caótico como el asentamiento principal del Valle del Sol.

Sería otra cosa si se tratase de una ofensa menor, pero al lastimar gravemente a Sorin, Bryan se había ganado el odio eterno de los mercenarios del Falce Segador y seguramente intentarían matarlo a cualquier precio, incluso dentro del asentamiento.

Pero hecho de que Blaz admitiese que “no podían evitar que alguien cometa una travesura” no solamente aplicaba al Falce Segador. Lo que el vicecapitán de Drakar le estaba diciendo indirectamente era que no harían nada para evitar que él matase a miembros del grupo de Sorin, siempre que fuese discreto o en defensa propia.

Asintiendo con una sonrisa, Bryan le respondió: - Entiendo lo que dice. ¡No olvidaré su advertencia! -

En ese momento, el cielo pareció oscurecerse a pesar de ser plena mañana. Bryan ya conocía ese fenómeno y supo inmediatamente que Egon había llegado. En efecto, poco después el anciano descendió de los cielos como un fenómeno natural espantoso y las sombras envolvían su cuerpo como si no fuese un hombre, sino una criatura sobrenatural.

El anciano miró a Bryan con una expresión helada. Luego pasó sus ojos por las murallas para examinar a los mercenarios en las almenas, que de inmediato llevaron sus manos a sus armas de forma preventiva. Poco después alguien comenzó a tocar una campana de alerta, para llamar a más miembros de la banda de Drakar.

Entonces Egon hizo un gesto de hastío, pero retrajo su poder por completo para indicar que no deseaba pelar. Ni siquiera alguien tan poderoso como él estaba completamente seguro de poder salir indemne si se enfrentaba solo contra todo un ejército de profesionales. Además, todavía sentía dolor por el ataque del Desgarrador Sombrío.

De modo que el anciano avanzó caminando tranquilamente hasta llegar frente a Blaz y le dijo con esa voz suya que parecía venir de la ultratumba: - Quiero hacer negocios en este lugar. ¿Qué procedimientos tengo que hacer? -

- ¿Viene usted en paz? - Preguntó Blaz alzando una ceja con indiferencia, aunque el sudor en su frente traicionaba sus verdaderos sentimientos. Después de todo, el mercenario había vivido mucho y sabía reconocer a alguien peligroso.

- Si, vengo en “paz”. - Respondió Egon poniendo un énfasis en esa palabra y luego sacó una bolsa llena de monedas de oro: - También tengo dinero para comerciar. -

- Entonces acompáñeme un momento. - Respondió Blaz señalando con un gesto al puesto de los guardias: - Ahora mismo le prepararemos un pase. -

Egon sin embargo no siguió a Blaz de inmediato, sino que se quedó mirando a Bryan durante unos escalofriantes segundos y luego susurró con un tono bastante audible: - ¿Te llamas Bryan, no es cierto? Vienes del Imperio Itálico. -

- ¿Tienes alguna pregunta señor “Egon”? ¿O solo quieres remarcar lo obvio? - Respondió Bryan cruzándose de brazos con un tono frío para ocultar los escalofríos que estaba sintiendo en ese momento. La llegada de semejante monstruo al Valle del Sol era una amenaza aún peor que la de Sorin, pero no podía hacer nada en ese momento sin empeorar las cosas, así que no dijo nada.

- Han pasado muchos inviernos desde la última vez que alguien consiguió lastimarme, muchacho. ¡Ten por seguro que te recordaré! - Respondió Egon mostrando por primera vez una sonrisa que agravó aún más las arrugas que el tiempo había tallado en su rostro, haciendo que se viese más aterrador que nunca. Luego se dio la vuelta y caminó siguiendo a Blaz hacia el puesto de guardias, como si nada hubiese pasado.

- ¡Yo por mi parte espero no volver a verte nunca más! - Respondió Bryan con una sonrisa pesarosa e inmediatamente se marchó caminando para perderse entre la multitud de personas curiosas que se habían acercado a ver lo que sucedía, mientras pensaba en algún modo de preparar contramedidas. 

*****

¡Que noche de mierda!¡Menos mal que terminó!

Bueno, conseguí herir bastante a Sorin. Pero ahora tengo que lidiar con Egon, quien no solamente es un Gran Mago, y por lo tanto una de las existencias más poderosas en este mundo; sino que también es un alto mando del malvado Culto de Caelos, que adoran a los dioses del caos y que probablemente quieran exterminar toda la vida que existe bajo los cielos. Además, es evidente que me he ganado su odio. ¡Quién sabe qué problemas espantosos me causará en el futuro! Digo, si es tan cruel con personas con los que no tiene relación… ¡Cómo será cuando actúe contra alguien con quien tiene una querella personal!

A todos estos problemas, hay que sumarle que he perdido a Belinda. Y ahora tengo que encontrar la manera de decirle a Emily que su querida amiga ha sido asesinada de un modo espantoso y que luego explotó sin siguiera dejar un cadáver para enterrar.

Me alegro mucho de que Emily no haya venido conmigo, pues quizá se hubiese empecinado en pelear para vengar la muerte de la señora Elena. Pero a pesar de todo… ¡¿Cómo es posible que tantas cosas malas sucedieran de forma seguida en una noche que empezó tan bien?!

En serio… ¡Que noche de mierda!

La verdad es que Bryan no se sentía tan deprimido como sus pensamientos, pues de hecho él no había cometido ningún error y procedió de tal modo que los resultados fueron bastante buenos. Eso teniendo en cuenta la cantidad de fuerzas terribles entre las que se vio forzado a maniobrar. En ese sentido, salir con vida ya podía considerarse un gran triunfo. El problema era que ahora tenía tantas consecuencias contra las que lidiar, que se sentía abrumado y una parte suya deseaba simplemente usar su matriz secreta de trasporte y escapar inmediatamente al Cementerio de la Muerte para ocultarse durante unos cuantos meses.

Mientras cavilaba en estos asuntos, continuó caminando entre los diferentes puestos comerciales, que recién comenzaban a abrir sus puertas, hasta que sus pasos finalmente lo llevaron hasta la tienda que era la fachada del Manto Oscuro.

Una vez en el interior, descendió al nivel secreto donde lo estaba esperando una Emily muy ansiosa, que inmediatamente sonrió con alivio al ver que había regresado a salvo.

La hermosa Archimaga se levantó de inmediato y lo abrazó. Luego lo sujetó tiernamente mientras preguntaba: - ¿Estás bien? ¿Te encontraste con Trunks? -

Bryan la miró sorprendido un instante antes de asentir: - Sí, me lo encontré a tiempo. ¿Cómo supiste que él estaba aquí? -

- Un agente de la Estrella Oscura vino hace poco a reportar que el Cazador de Monstruos acababa de llegar en Secreto para comprar y vender productos prohibidos. - Explicó Emily: - Casi al mismo tiempo vino un segundo agente a informarme que Sorin había partido repentinamente con un grupo de veinte mercenarios, así que ordené que le informasen a Trunks al respecto. No pude ir con él, porque desde el cuartel general recibí ordenes de esperar aquí por nueva información. -

- Si, me di cuenta de que Trunks tiene un profundo rencor con Falce Segador. ¿Sabes el motivo? - Comentó Bryan recordando claramente lo que vio en ese momento.

Emily asintió: - Trunks fue miembro de Falce Segador en sus primeros años y combatió con ellos bastante tiempo, hasta la muerte de su líder anterior. Puedes imaginarte el resto. -

- Si, me lo imagino. - Respondió Bryan, pero después de mirar la expresión preocupada de Emily, decidió que lo mejor era ser honesto de una vez y le dijo: - También creo saber por qué los superiores te han ordenado permanecer aquí, oculta. Por favor siéntate. Tengo algo que decirte. -

- ¿Qué ocurrió? - Preguntó Emily mirándolo confundida mientras se sentaba.

- La Señora Elena está muerta. -

- ¡¿Qué has dicho?! -

De modo que Bryan le explicó con mucha calma todos los pormenores de lo que había acontecido: El descubrimiento del cadáver, la trampa, Egon y Belinda, el combate de ellos con Sorin, etcétera. Luego agregó sus propias conclusiones de lo que podía haber acontecido en el lapso de tiempo en que entregaron a la inconsciente Belinda junto con el grupo de espadachines que debían escoltarla al Imperio Itálico.

Bryan suponía que, así como Egon terminó encontrando a Belinda por medios misteriosos, el Manto Oscuro también tenía formas de enterarse que un escuadrón completo de sus mejores combatientes había muerto. Y temiendo que sus miembros en el Valle del Sol hubiesen sido descubiertos y estuviesen siendo ejecutados por un enemigo desconocido, los superiores inmediatamente dieron la alarma para que Emily se refugiase mientras confirmaban cuál era la situación.

Cuando terminó de escuchar, Emily comenzó a llorar en silencio, tratando en vano de contener el enorme sentimiento de culpa que intentaba aferrarse a su corazón herido.

- La tía Elena no sabía luchar, pero siempre aportó muchísimo a nuestra nación con su servicio diligente y desinteresado. ¡Tantas veces arriesgó su vida para ayudarnos en estos tiempos aciagos! ¡Ahora está muerta y los ciudadanos del imperio ni siquiera lo saben, ni lo sabrán nunca! ¡Esto es mi culpa! ¡Yo tendría que haber enviado a Belinda! ¡Yo tendría que…! -

- ¡No digas tonterías, Emily! - La cortó bruscamente Bryan, porque sabía que debía evitar precisamente ese tipo de razonamientos autodestructivos antes de que se afianzaran: - Sólo hay un responsable por esta tragedia. ¡Y se llama Egon! ¡No Emily Asturias! ¡Nadie pudo haber predicho que el Culto de Caelos tendría un monstruo como ese por estos lares! ¡Nadie! ¡Ni tú, ni yo, ni cualquier otro hubiese podido evitar lo que ha sucedido, aunque tuviésemos un ejército de nuestro lado! -

- … -

- ¡No te culpes Emily! - Continuó Bryan con un tono mucho más tierno: - Conozco tu corazón y sé lo noble que eres. También sé que hubieses tratado de salvarla con todas tus fuerzas de haber estado ahí. Pero tú no viste lo que ese monstruo es capaz de hacer. Yo lo ataque por sorpresa, empleando todos mis poderes mágicos, pero mi espada ni siquiera llego a arañar la carne de su piel. Sorin tampoco pudo hacerle el menor daño a pesar de usar todas sus cartas de triunfo. -

Bryan se acercó para abrazar a Emily con toda la dulzura que fue capaz de reunir a pesar de lo agotado que estaba: - No soy muy bueno consolando. Pero puedo ofrecerte mi hombro ahora. Está bien llorar por un ser querido. Está bien extrañar y desear que las cosas hubiesen sido distintas. ¡Pero nunca te culpes por su muerte! Porque no podemos controlar el destino a nuestra voluntad, ni podemos evitar que las cosas malas sucedan. ¡Sólo podemos hacer lo mejor posible con las cartas que nos han tocado esta vez! -

Emily escuchó sus palabras y comenzó a llorar con todas sus fuerzas en el hombro de Bryan, quien por una vez supo exactamente lo que se esperaba de él y se quedó muy quieto, acariciándola dulcemente, a pesar del dolor que todavía sentía.

Eventualmente la hermosa Archimaga se tranquilizó y entonces se dio cuenta poco a poco del estado en que se encontraba la armadura de Bryan, testimonio de lo terrible que había sido el enfrentamiento en el que estuvo. Los poderes de Egon, Sorin y el misterioso Arquero Elfo habían dañado toda su superficie y era sorprendente que aún no se estuviese cayendo a pedazos.

Entonces Emily dejó de llorar y lo tomó de la mano para llevarlo hacia la habitación. Una vez ahí, la hermosa Archimaga comenzó a quitarle lentamente toda la armadura, con una dedicación que parecía ser casi ceremonial.

Al principio Bryan no comprendía las acciones de Emily, pero entonces recordó haber escuchado que usualmente eran las esposas de los aristócratas quienes ayudaban a sus maridos de este modo, antes de partir al campo de batalla. Era un ritual que reforzaba el deber de los nobles para luchar con honor en defensa de la patria. Al volver, también era la esposa quien le retiraba oficialmente la armadura a su marido y “purificaba” su cuerpo con aceites para limpiarlo del acto de haber tenido que matar.

Si el marido regresaba sin su armadura o si esta estaba sin daño alguno, se interpretaba que había escapado del combate y semejante cobardía era imperdonable. Un patricio que huyese quedaba deshonrado para siempre, perdía todos sus derechos como ciudadano y su esposa tenía la potestad de repudiarlo públicamente.

Así pues, el ritual de la esposa retirando la armadura dañada era extremadamente importante para todos los hombres y su relación marital. Pues era una prueba de que ambos habían cumplido con sus respectivos deberes.

Al comprender esto, Bryan permaneció en silencio, dejando que ella hiciese lo que hacía.

Una vez que le quitó la indumentaria, Emily procedió a tomar un recipiente de plata con agua cristalina y limpió su cuerpo desnudo, poniendo énfasis en las heridas. Por supuesto que estas ya habían cicatrizado, pero la Archimaga no se sorprendió por esto o por lo menos no dijo nada al respecto.

Finalmente, Emily sacó una hermosa botellita de oro, que contenía aceite de oliva perfumado y procedió a aplicarlo lentamente sobre el cuerpo de Bryan. Este sintió como si todo el cansancio y el estrés acumulados durante esa noche fatídica desaparecía finalmente de sus hombros, hasta que se quedó dormido sin darse cuenta.

****

“¿Finalmente entiendes lo importante que son los demás?” Preguntó el niño.

Como siempre estaba en ese lugar desconocido, del cual no tenía memorias cuando despertaba. En esta ocasión, sin embargo, parecía como si el entorno fuese un poco diferente.

No podía decir el motivo, pero a Bryan le dio la sensación de que el niño estaba sentado en una especie de barranco y no lo miraba a él, sino que miraba con melancolía hacia unas infinitas profundidades.

“Supongo que no tiene sentido preguntarte - ¿Quién eres? - porque como siempre me responderás -Ya lo sabes. -“

“Pues qué bueno que ya lo sepas” respondió el niño.

“¿Sabes lo que es el sarcasmo?” Preguntó Bryan ligeramente enojado.

“Lo sé mucho mejor que tú” Dijo el niño riéndose, pero luego su expresión se volvió seria antes de decir: “Estabas confiándote demasiado”.

“¡¿Qué?!”

“Tu pequeña intriga contra Odón Ascher salió demasiado bien. Y por eso comenzaste a pensar inconscientemente que podías superar a cualquier enemigo únicamente con tu voluntad e inteligencia. ¿Verdad?”

Por un momento se hizo el silencio entre ambos, hasta que finalmente Bryan respondió: “Es verdad. Estaba confiándome demasiado. Creí que podía superarlo todo eventualmente, pero ese sujeto llamado Egon es demasiado abrumador.”

“Pero gracias a ello, ahora comprendes que no es suficiente con que tú te vuelvas más fuerte; porque si los que están a tu alrededor no mejoran contigo, es lo mismo que nada. Elena murió horriblemente esta vez, pero el siguiente podría ser Chester o tu amigo Jack o incluso Emily o Phoebe. Porque no puedes vigilarlos siempre a todos, ni tampoco estar ahí todo el tiempo.”

“…”

“Deja de hacerlo todo solo y confía en tus amigos, Bryan” Dijo el niño: “No digo que no fallarán alguna vez, pero definitivamente tú vas a fallar si continúas solo.”

“Que tu fuerza no seas solo tú, sino el valor de aquellos dispuestos a caminar contigo.” 

****

- ¿Cuánto tiempo me dormí? - Preguntó Bryan cuando abrió los ojos.

- Alrededor de cuatro horas. Ya es mediodía. - Respondió Emily.

La hermosa Archimaga estaba acostada en la cama a su lado, vistiendo una ropa de dormir bastante sensual de color verde claro, que dejaba ver la belleza de su cuerpo con un vestido ceñido. Con mucho cuidado acariciaba los cabellos de Bryan, usando sus dedos suavemente, como lo estuviese peinando.

- Eso que hiciste conmigo, fue maravilloso. - Confesó Bryan mirándola con una expresión honesta y algo admirada: - Es la primera vez en mucho tiempo que duermo así. -

- La última vez que hice algo parecido, fue con mi difunto esposo. - Le dijo Emily con una expresión dulce, pero ligeramente entristecida: - Aunque en esa ocasión lo que hice fue ponerle la armadura antes de que partiese hacia el campo de batalla, del que nunca regresó. No llegué a conocer a Aureliano lo suficiente como para enamorarme, pero aun así me sentí tan triste por su muerte, que me juré a mí misma que jamás volvería a hacer algo así para otro hombre en lo que me quedara de vida. -

Emily se levantó entonces y dio la vuelta a la cama para arrodillarse al lado del lecho donde Bryan descansaba y lo miró de frente antes de decir: - Hoy rompí ese juramento por ti, porque te amo. Te quité la armadura del mismo modo que se la puse a él, para dejar atrás definitivamente los días en que caminé sola por este mundo. Quiero andar a tu lado sin importar dónde termines. Por eso… ¡Prométeme que te cuidarás más en el futuro! -

- Te prometo que no importa lo que suceda, siempre regresaré donde tú estés. - Respondió Bryan con seriedad.

Poco después se levantó de la cama y Emily comenzó a vestirlo con prendas recién compradas, que se ajustaban perfectamente a su cuerpo, así como un nuevo conjunto de armadura del Manto Oscuro, que podía llevar oculta debajo de la capa negra.

- Estamos en graves problemas ahora. - Comentó Emily cuando terminó de vestirlo: - Sorin ya era una amenaza, pero Egon es una catástrofe a punto de producirse. Es un alto mando del Culto de Caelos y conoce poderes espantosos que yo nunca podría alcanzar como maga oscura, incluso si llegase a su nivel. -

- No creo que te falte el talento. - Dijo Bryan sonriéndole: - Lo que pasa es que eres demasiado noble para utilizar ese tipo de poderes. -

La verdad era que se sentía bastante bien por haber descansado y también por el modo en que ahora conversaba con Emily. Hasta ese momento hablaban entre ellos como “Tú”, pero ahora eran “nosotros”. Curiosamente no se sentía fuera de lugar.

- En cualquier caso. - Respondió Emily sonrojándose ligeramente por el cumplido: - De algún modo conseguiste lastimar a un tipo tan peligroso. ¡No sé si estar orgullosa o preocupada por ti! -

- No temas demasiado, amor. - Respondió Bryan con optimismo: - En el peor de los casos podemos escapar al Cementerio de la Muerte. De hecho, si quieres, iremos ahora mismo. ¡Incluso podríamos atacar y retirarnos de forma indefinida, aprovechando la Matriz de Trasporte Portátil! -

- No es mala idea. Pero tal vez deberíamos esperar un poco y obtener información. ¿Qué opinas de eso? -

- Estoy de acuerdo. -

En el instante que salieron, el anciano que fingía ser un vendedor para ocultar el escondite del Manto Oscuro se acercó a ambos y se habló con Emily empleando un tono sumamente respetuoso: - Maestra, ha venido un emisario de la Banda de Mercenarios de Drakar con un mensaje de Dalibor, su gran líder. Quieren reunirse con usted y con el Maestro Bryan. -

- Muchas gracias. - Respondió Emily con indiferencia, pero en cuanto salieron y estuvieron solos, se volvió hacia Bryan con una sonrisa para decirle: - ¡Parece que podemos conseguirnos algunos aliados! - 

La hermosa Archimaga estaba acostada en la cama a su lado, vistiendo una ropa de dormir bastante sensual de color verde claro...

Nota del Traductor

Hola a todos, soy acabcor de Perú, donde la vida es belle incluso cuando está en el poder la izquierda.

En este capítulo hice muchísimos cambios. En el original ocurre una nueva batalla entre Sorin y Bryan, hasta que es rescatado por un mago de fuego de sus mercenarios. Pero los eventos anteriores fueron bastante épicos y no parecía lógico que el agotado Archimago todavía pudiese aguantar un tercer round. De modo que decidí introducir un poco antes a un personaje elfo que en realidad aparece dentro dos o tres capítulos.

Como buen fan del Señor de los Anillo, los elfos siempre me han parecido épico, así que tenía que volverlo una amenaza. El hecho de que Bryan no pudiese ver al francotirador por estar contra el sol, es en realidad un tributo a muchas escenas que he visto en el anime, pero también a algunos eventos que en realidad ocurrieron durante la conquista de masada, donde los romanos pintaron de blanco las rocas que arrojaban con sus escorpiones para que los judíos no pudiesen verlas bien durante la mañana, debido al brillo solar.

Creo que ese combate me quedó bastante épico y mucho mejor de lo que originalmente creí. Luego me esmeré muchísimo consiguiendo imágenes de la arquera y Egon, pero finalmente obtuve unas perfectas para la ocasión.

El acto de Emily quitándole la armadura ceremonialmente a Bryan como lo haría una esposa, es en realidad una referencia al acto de las madres espartanas al entregar su escudo a sus hijos, antes de la primera batalla. Sin embargo, en la antigüedad las guerras eran un evento sumamente ritualizado y muchas culturas tenían formas similares de proceder, desde los Samurái japoneses hasta a los Caballeros Medievales. Originalmente agregué esto para que el capítulo no fuese tan corto, pero me quedó tan bien que decidí mandarme con todo y creo que logré un resultado adorable con los diálogos de Emily y su acto simbólico de querer romper con el pasado.

El niño del sueño es un agregado mío, que puse en la versión reeditada que estoy compilando. Aparece por lo menos una vez en cada libro. La idea es que sea una especie de consejero de Bryan y es una referencia a la “verdad” de Full Metal Alchemist y al malvado “Hitogami” de Mushoku Tensei. Pero mi personaje es completamente positivo, de ahí que sea claramente un niño.

Algunos pensarán que me he inspirado en el concepto del “ángel de la guarda” para crearlo, pero en realidad está basado completamente en un personaje de la serie Amazing Spiderman de los años 90. Ahí Peter Parker recibe el consejo de una misteriosa mujer llamada “Madame Web” que actúa de forma similar a una gitana y aconseja muchas veces al protagonista de forma bien chévere. Al final resulta que ella es una especie de semidios (en la serie, no en los comics), que está preparando a Spiderman para una super batalla que tendrá al final de la última temporada y de cuyo resultado depende el destino del multiverso entero. ¡Super épico!

El personaje siempre me gustó y lo retuve en mi memoria. Por eso quise agregar algo parecido para Bryan, pues una persona con sus podres y su forma de ser, debería inevitablemente terminar convertido en un maldito degenerado. El “niño misterioso” que Bryan no recuerda al despertar, pero cuyos consejos quedan grabados en su inconsciente, es una especie de justificación para explicar cómo Bryan es capaz de mantenerse relativamente “bueno” a pesar de todas las cosas horribles que tiene que hacer.

Si te gustó esta adaptación, te pido que por favor dejes tu opinión en los comentarios. También me ayudaría mucho si compartieras este trabajo con otras personas para hacernos más conocidos y atraer a más mecenas. Si puedes, ayúdame patrocinándome en mi cuenta Patreon para que pueda pagar mi cuenta de luz.


Nos vemos en el siguiente capítulo.